5 de febrero de 2019

BRATISLAVA














Bratislava, ubicada a orillas del rio Danubio y la gran olvidada por los viajeros que recorren el famoso triángulo turístico de Europa Central como son Praga, Viena y Budapest, bien merece una oportunidad para visitarla.

Cierto que la capital eslovaca no es una ciudad monumental ni tiene los grandes atractivos de las anteriores, pero gracias a su cercanía con estos países hacen de esta desconocida capital europea un destino perfecto para una escapada express.


FICHA TÉCNICA DEL VIAJE

FECHA: Diciembre 2.018

DÍAS: 1

DOCUMENTACIÓN NECESARIA

DNI

Pasaporte con mínimo 6 meses de validez, aunque para ciudadanos de la Unión Europea no hace falta.

OTROS DATOS DE INTERÉS

IDIOMA: Se habla el eslovaco puro y duro, pero al ser un destino bastante turístico y dada la cercanía con otros países, es posible entenderse en inglés y alemán.

MONEDA: Desde enero de 2.009 la moneda oficial es el Euro, abreviado €, dejando atrás la antigua moneda, las coronas eslovacas.

TARJETAS: Se puede pagar con tarjetas de crédito en muchos lugares, ya que esta modalidad está muy extendida a lo largo de la ciudad, aunque en la mayoria de comercios conocidos prefieren el pago en efectivo, sobretodo en los pequeños mercados navideños y en el transporte público. Se recomienda llevar algo de dinero en efectivo para evitar estas situaciones.

GUIA DE VIAJE: En esta ocasión prescindiré de cualquier guia de viaje y me dejaré llevar por la ciudad sin prisas con información propia y un mapa de la Oficina de Turismo.

TELEFONO: Hay cobertura de teléfono en todo el país, y desde este año ha desaparecido el roaming por Europa, así que no debemos preocuparnos por desactivar nuestros datos del móvil.

INTERNET: Prácticamente en cualquier lugar hay sitios para conectarse y en la mayoría de alojamientos disponen de wifi gratuito. 

SEGURIDAD: País seguro en todo el centro histórico que es muy turístico, aunque una vez que salgamos de aquí o cuando cae la tarde ya no me atrevería a asegurarlo debido a las "pintas" de mucha gente, aunque siempre hay que ir con precaución y con sentido común.

VACUNAS: No hay ninguna vacuna obligatoria.

ELECTRICIDAD: El voltaje es de 230 V y no hace falta adaptador para los enchufes.

DIFERENCIA HORARIA: Mismo horario respecto a España.

RELIGIÓN: Mayoritariamente cristianos católicos, aunque hay un sinfin de varias religiones minoritarias.

EL ITINERARIO DEL VIAJE

















Eslovaquia tiene ciudades y parques naturales encantadores y muy recomendables para visitar, pero en mi caso al viajar en solitario y en esta época del año con mucho frio y pocas horas de luz, haré mi primera incursión al país visitando su capital Bratislava y sus coquetos mercados navideños, dejando el resto del país para una futura ocasión.

PRESUPUESTO DEL VIAJE

DESGLOSE DEL PRESUPUESTO                                             IMPORTE

Tren Viena-Bratislavas con OBB (Ida y Vuelta)                                                16,00 €

ALOJAMIENTO                                                                                      0,00 €

OTROS (COMIDAS, COMPRAS, GASTOS PERSONALES,..)                              20,70 €

Total Presupuesto por Persona                                                  36,70 €

MOVERSE POR LA CIUDAD





















La mejor forma de moverse por la ciudad es caminando tranquilamente sin necesidad de coger ningún transporte público, ya que todo lo más interesante de la ciudad se concentra en el casco antiguo de la ciudad, en todo caso el único transporte que podemos utilizar es el bus urbano número 93 desde la Estación Central de trenes de Bratislava (Hlavna Stanica) hacia el centro histórico de la ciudad (3 paradas), o también el bus número 80 desde la otra estación de trenes de Bratislava, llamada Zst Petrzalka (4 paradas). Así mismo la ciudad dispone de una extensa red de tranvías que te transporta a cualquier rincón de Bratislava pero que yo no tuve necesidad de utilizar, así que os dejo un plano de sus recorridos.

TRANSPORTE A/DESDE VIENA
















Bratislava está estrategicamente bien comunicada con otros países de Centro y Norte de Europa, siendo lo más habitual desplazarse a ciudades cercanas como Praga, Budapest, y sobretodo Viena, ya que se encuentra escasamente a 60 kms. de distancia desde Bratislava. Como es de esperar al encontrarse a tan poca distancia entre estos países, solamente voy a profundizar en el trayecto entre Bratislava a Viena, que es el que acabo de utilizar en mi último viaje y en el que hay diferentes formas de llegar y todas tienen el denominador común que son muy rápidas y económicas, dependiendo del tiempo que tengamos, de nuestra comodidad y del dinero que nos queramos gastar, que son las siguientes:

Autobus: Quizás sea la opción más barata de todas dependiendo de la antelación con la que compremos nuestros billetes, pero no necesariamente es la más cómoda y eficaz. Existen varias empresas que hacen este trayecto y podemos comprar nuestros tickets online, como por ejemplo FlixbusRegioJet, Slovak Lines o Eurolines, aunque las estaciones están un poco lejos del centro de la ciudad y deberemos tomar después otro transporte para llegar al centro turístico de la ciudad. Además, en diciembre muchas carreteras están nevadas y con hielo, y sobretodo, tampoco quería estar atado a los horarios de vuelta a Viena. Si miramos los tickets con antelación, podemos viajar entre ambas ciudades por solamente 5€ el trayecto. El trayecto suele durar unos 80 minutos y el horario es cerrado.

Tren: Esta opción fue mi elegida y personalmente es la mejor, ya que no estás atado a horarios y los trayectos son muy cómodos. La empresa estatal que realiza este trayecto entre ambas ciudades es ÖBB y podéis ver los horarios y tarifas a través de su web. Son trenes amplios y muy modernos, y el ticket desde Viena a Bratislava cuesta 16€ en total ida y vuelta, son tickets con horarios abiertos (puedes tomar el tren que mejor te convenga dentro un plazo de 30 días) por lo que no estás atado a los horarios de vuelta, y además en esta tarifa incluye todos los transportes ilimitados dentro de Bratislava, así no te tienes que preocupar de comprar más tickets. Además tiene la ventaja que el tren te dejará en una de las dos estaciones de Bratislava que están perfectamente conectadas con el transporte público de la ciudad. Los tickets se pueden comprar a través de su web, o bien en las máquinas expendedoras de tickets o en las oficinas de Atención al Cliente (Reisezentrum) de la Hauptbahnhof de Viena.

Barco: Esta opción debe ser la más bonita y romántica ya que conecta ambas ciudades surcando las aguas del Danubio, aunque desgraciadamente en invierno no funciona esta opción y no puedo opinar al respecto. 

ALOJAMIENTO DEL VIAJE

En esta ocasión voy a prescindir del alojamiento en Bratislava porque no voy a pernoctar en la ciudad, ya que mi visita express será para conocer lo más importante de la ciudad en unas horas y volver de nuevo a Viena, donde ya dispongo de alojamiento.

LO MEJOR DEL VIAJE

* Lo fácil que resulta recorrer a pie la ciudad y los lugares más turísticos, ya que en la Oficina de Turismo de la ciudad proporcionan unos planos de la ciudad muy completos que es muy díficil que uno se pierda, además de poder recorrer la ciudad caminando sin necesidad de utilizar ningún transporte público, a excepción de llegar a la estación central de trenes de Bratislava.

* La rica e interesante historia del país, desde que formó parte del Reino de Hungría, pasando por el Imperio Astrohúngaro y su disolución de Checoslovaquia en el año 1.993 dando por finalizada su etapa comunista, aunque hoy en día sigue visible esa sombra en según qué zonas de la ciudad.

* A pesar de no ser un destino muy turístico y siempre a la sombra de sus vecinas Praga, Viena y Budapest, personalmente me parece un destino muy interesante para hacer una breve visita a la ciudad, sobretodo porque es la más económica con diferencia de las cuatro y muchos viajeros se la pasan por alto, como fue mi caso cuando visité las otras ciudades.

* Los buenos precios que hay en el país sobretodo si lo venimos comparando con Viena que es desde donde llegaba, con muy buenos precios referente a su gastronomía y bebida, no así el precio de los souvenirs y todo lo relacionado con el turismo, ya que en este caso los precios son equiparables a cualquier ciudad europea. Como decía anteriormente, destacar su rica gastronomía (sobretodo sus sopas), y sobretodo su cerveza, donde son grandes productores y consumidores, elaborando una cerveza muy buena y muy barata, sobretodo la Urpiner, donde una jarra de medio litro cuesta la friolera de 1,68 €.

* Lo bonita que se encuentra la ciudad de Bratislava en esta época del año gracias asus mercados de adviento y navideños, sobretodo en la plaza del Ayuntamiento y en otras zonas de la ciudad, y aunque es verdad que no son tan espectaculares como en Austria o Alemania, vale la pena darse una vuelta y visitarlos tranquilamente.

LO PEOR DEL VIAJE

* No disponer de más tiempo para visitar otras ciudades de Eslovaquia, así que quedará pendiente para hacer un roadtrip en otra época del año con mejores temperaturas y con más tiempo.

* Como ya tenía previsto, viajar en esta época del año y con sus famosos mercados navideños es encontrarse esta pequeña ciudad atestada de turistas y a veces un poco agobiante para visitarla, está claro que no es la aglomeración de otras ciudades europeas en esta época del año como pueda ser Alsacia, pero lo justo como para no disfrutarla al completo o poder fotografiarla en condiciones. A partir de las 16h de la tarde que es cuando oscurece, ya no hay apenas rastro de ninguno de ellos, aunque con el frio que hace y las temperaturas gélidas que me he encontrado (-2º) apenas apetece pasear mucho por sus calles.

Y después de este breve resumen, os llevo a conocer por unas horas la capital de Eslovaquia, una ciudad que no enamora pero que es interesante de visitar!


DÍA 1.- VIENA - BRATISLAVA - VIENA

Después de recorrer Viena durante un par de días, me apetecía mucho conocer la ciudad de Bratislava, motivo principal de esta corta pero intensa escapada. Situada a escasamente 60 kms de la capital austriaca y muy bien comunicada, no había ninguna excusa para no visitarla, así que me desperté temprano y sobre las 08:30h abandonaba mi alojamiento para coger el metro, en este caso hacia la Hauptbahnhof (Estación Central) de Viena. Es muy posible que no encontréis la estación de metro con este nombre, así que tendréis que coger el metro y llegar hasta la línea U1 (roja) y bajar en la estación Südtiroler Platz y subir hasta el segundo piso, desde dónde parten los trenes regionales e internacionales desde Viena. Hay varias formas de comprar el ticket de tren como comentaba más arriba, así que mi opción fue comprarla en el Centro de Atención al Cliente (Reisezentrum) de OBB.



Cuando llegó mi turno le pedí en alemán el billete para Bratislava, pero si no habláis en alemán no hay ningún problema porque hablan inglés tranquilamente. Me confirmaron los horarios que ya traía vistos desde casa (se pueden mirar a través de la web de OBB), así que después de pagar con tarjeta de crédito los 16€ que cuesta el billete ida y vuelta abierta (puedes coger el tren que más te convenga en un plazo de 30 días sin necesidad de estar atado ni ceñido a un horario estricto de vuelta) y recalcarme que todo el transporte local para moverme por Bratislava también estaba incluido en el precio del billete (se puede coger el tranvía o bus ilimitadamente durante 24 horas sin necesidad de timbrar los billetes), me dirijo a desayunar rápidamente en una cafeteria de la estación y me voy para el andén 4, donde a las 09:16h puntualmente sale mi tren para Bratislava y donde te puedes sentar donde quieras porque los asientos no son numerados, aunque todos los asientos son igual de cómodos, disponen de una percha para dejar tu abrigo y además disponen de un enchufe para poder ir cargando tu teléfono o lo que creas conveniente. Al cabo de unos minutos pasa el revisor y el viaje se hace muy ameno porque solamente hace 5 paradas y el trayecto es de apenas 70 minutos, llegando a Bratislava sobre las 10:25h de la mañana.


La estación central de Bratislava (Hlavná Stanica) no tiene nada que ver con la de Viena ya que es muy pequeña y muy cutre, solamente dispone de un hall con varias ventanillas de venta de billetes, un par de tiendas de souvenirs y en la planta de arriba hay varios restaurantes. Incluso cuando llegas de Viena se puede salir por un lateral para no pisar la estación, aunque yo la pisé para hacer la típica foto de arriba.

A la salida de la estación se encuentra en un lateral la parada de autobuses, si tenemos pensado visitar el centro histórico de la ciudad deberemos tomar el bus número 93 y bajarnos tres paradas después, Zochova. Si antes queremos visitar el Palacio y residencia del gobierno eslovaco, entonces deberemos bajarnos en la parada anterior, llamada Hodzovo Námestie. De todas formas en esta web podéis consultar todas las paradas y horarios de la ruta del bus 93.


Las máquinas para comprar los billetes de bus se encuentran delante de la parada y hay diferentes alternativas y precios, pero os recuerdo que si habéis comprado vuestro ticket en Viena, ya viene incluido todos los transportes, y en caso que algún revisor os pida el billete solamente debéis mostrar el billete de tren. A los 10 minutos pasó el primer bus y éramos mucha gente esperando que habíamos llegado desde Viena, incluso coincidí con un grupo de unas 15 abuelas españolas esperando el bus y podía escuchar perfectamente como hablaban entre ellas que para tres paradas que se arriesgaban a no comprar el billete, a pesar de costar solamente la friolera cantidad de 0,35€ por persona. Como siempre, la picaresca española no conoce fronteras.

Cuando llegamos a la parada de Zochova nos bajamos más de medio autobus, por suerte las abuelas se dirigían primero hacia el Castillo de Bratislava, así que por no coincidir con ellas y no encontrármelas durante mi ruta hice un cambio de planes y me fui primero a visitar la Ciudad Vieja (Staré Mesto) de la ciudad, ya que Bratislava es una ciudad pequeña y que se puede visitar a pie sin problemas en varias horas.


Mi primera visita será la Iglesia de la Trinidad (Kostol sv. Jana z Mathy), destacando su fachada color rosado y que permanece abierta cada día de 08:30h a 17:30h, siendo la visita a su interior gratuita, aunque tampoco es que destaque mucho au interior porque es muy austera y se puede visitar rápidamente.


Justo enfrente se encuentra la calle Michalská que desemboca directamente a uno de los iconos más importantes de la ciudad de Bratislava, la Puerta de San Miguel (Michalská Brána), la única puerta que se conserva de las murallas medievales y que data del S. XIV, desde donde se puede subir y obtener unas maravillosas vistas de todo el Old Town de la ciudad.







Parece que todavía no hay mucha gente en la ciudad y esperando que se mantenga el sol que ha salido y que no es muy común en estas fechas del año ya que estamos a -1º (estos días en Viena hemos estado a -8º), me dispongo a recorrer las bonitas y empedradas calles del casco antiguo, olvidándome en todo momento por donde debo ir y sin seguir una ruta definida, ya que la zona es muy pequeña y es imposible perderse.





Antes de meterme de lleno en las visitas y disfrutar de sus mercados navideños me retiro un poco de la zona para intentar desayunar de nuevo tranquilamente y llevarme algo caliente a mi estómago que me quite esa sensación de frio que estoy padeciendo, así que finalmente acabo en la calle Postová donde entro al Milenium Cafe y me tomo un fantástico capuccino caliente que me resucita de nuevo y por el que pago 2,20€ un precio un poco alto para ser Bratislava pero muy diferente a los precios de Viena, dónde en ningún sitio te cobran menos de 5€ por un simple capuccino.

Además al salir de la cafetería descubro una nueva zona que me encanta y apartado de los lugares turísticos, encontrando edificios típicos de la época comunista y bastante trillados, así como algunas obras de artistas callejeros que le da un toque más alternativo a la ciudad.




Como todavía voy sin ningún mapa de la ciudad y me he perdido a próposito para tomar algo y descubrir estos rincones, me encuentro una señal donde indica que a escasos minutos se encuentra la Iglesia de Santa Isabel o más conocida como la Iglesia Azul, una de las visitas que más me apetecía realizar porque me pareció muy curiosa y no quería desaprovechar la oportunidad, así que para allí que me fui recorriendo la calle Staromestká, cruzando un gran parque hasta llegar a la calle Bezrukova.





En el número 2 de la calle Bezrucova encontraremos la inconfundible Iglesia de Santa Isabel (Kostol Svätej Alzbety) construida a principios del S. XX en honor a Isabel de Hungria y de estilo Art Noveau, como muchos otros edificios que pude visitar durante mi viaje a Riga hace un par de años durante mi visita a las Repúblicas Bálticas. No sabría si etiquetar esta iglesia como bonita, pero estoy seguro de que es muy curiosa de visitar y el color de su fachada no es muy común que digamos.








Finalizada la visita deshago mis pasos por la calle Grösslingovâ y me encamino de nuevo hacia la zona antigua de la ciudad para visitarla con calma, no sin antes pararme en la Oficina de Turismo de la ciudad que se encuentra justo enfrente del Palacio del Primado donde me hago con un plano de la ciudad, no es que sea muy útil pero almenos me permite ubicar los puntos más turísticos de la ciudad, aunque al tratarse de un destino tan pequeño no es ningún problema.





Una vez que he conseguido la información empiezo las visitas tranquilamente, así que la primera me coge justo enfrente donde nos encontramos el Palacio del Primado (Primaciálny Pálac), un edificio clasicista de color rosado y que actualmente es la sede de la Alcaldía de Bratislava. Es un lugar histórico porque en su interior se firmó en 1.805 el Tratado de Paz de Presburgo entre los representantes de Austria y Francia, comandadas por Napoleón y después de las derrotas de las Batallas de Ulm y Austerlitz por parte de las tropas austriacas.

Es recomendable la visita a su interior para presenciar la Sala de Espejo donde se firmó dicho acuerdo de paz, pero en el momento de mi visita había demasiada gente en la puerta en tours organizados y decidí prescindir de la visita.








Si pasamos por debajo del edificio nos encontraremos un pequeño mercado medieval curioso de visitar junto a varios puestos navideños antes de desembocar en la parte más importante de toda la ciudad, la Hlavné Namestie (Plaza del Ayuntamiento) con su hermoso e inconfundible Ayuntamiento (Stara Radnica), rodeado de edificios modernistas y la fuente renacentista de Maximiliano en honor al primer emperador coronado en la ciudad de Bratislava, aunque estos días todo queda oculto y en un segundo plano porque la plaza está llena de puestos navideños, un gran árbol de Navidad y un escenario donde más tarde habrá música y entretenimiento para los más pequeños.















Entre sus tenderetes navideños es posible encontrar pequeños souvenirs, detalles para vuestro árbol de Navidad pero sobretodo lo que predomina son sus puestecitos de comida con muy buena pinta y a precios muy económicos, nada que ver con los precios que he visto estos días por Viena.

Justo en la esquina de la Hlavné Namestie con la Rybarska Namestie y siempre atestada de grupos de turistas en busca de la foto podemos encontrar la estatua de Schöne Náci, que representa a un señor vagabundo mayor pero bien vestido y ataviado con un sombrero de copa que no dudaba en quitárselo para saludar cada vez que pasaba una mujer por su lado.


Un poco más adelante justo en la afluencia con la Panská Namestie podemos encontrar otra divertida estatua, la de Çumil que representa a un obrero saliendo de una alcantarilla y que según la leyenda este gracioso personaje miraba por debajo de la falda de las chicas que pasaban por allí. Ambas estatuas están muy cerca una de la otra y siempre os encontraréis bastantes grupos de turistas agolpados frente a ellas haciendo fotos, así que si vosotros queréis haceros la vuestra deberéis armados de paciencia, madrugar un poco o esperar a la tarde cuando los grupos de turistas organizados desaparezcan.



Sigo caminando tranquilamente por la ciudad hasta llegar a la cercana Hviezdoslavovo Namestie, un gran boulevard peatonal presidida por una gran estatua central en honor al poeta, dramaturgo y uno de los personajes más destacados de toda la historia del país, Pavol Országh Hviezdoslav. Estos días toda la plaza está ocupada por tenderetes de comida, puestecitos navideños e incluso por una pequeña pista de patinaje que hace las delicias de los más pequeños.








Me resulta curioso que al final del boulevard nos encontremos una escultura del escritor danés Hans Christian Andersen, aunque desconozco la relación que tenía el escritor con la ciudad eslovaca. Pero si hay algo que destaque en esta bonita plaza es el edificio neorenacentista de la Ópera de Bratislava, donde se representan conciertos de música clásica, ballet y teatro dramático con precios muchos más económicos que su vecina Viena. Justo delante se encuentra la bonita Fuente de Ganímedes. Además, en un lateral del boulevard, también podemos encontrar el edificio de la Filamórnica de Bratislava, dejando claro que estos países de Europa Central tienen un gusto exquisito por el arte, sobretodo por la música clásica.


Después de recorrer tranquilamente el pequeño boulevard me dispongo a cruzar la carretera para cruzar al otro lado del Danubio y así llegar a la construcción más moderna y destacada de la ciudad de Bratislava, el Puente de la Insurreción Nacional Eslovaca, más conocido como el Puente SNP o el UFO, debido a su torre con aspecto de ovni que alberga un restaurante en su interior y un gran mirador para observar la ciudad desde las alturas. Después de meditar si llegar hasta allí, decidí prescindir de la visita de su interior porque en esta época del año de seguida de hace de noche (a las 16h de la tarde ya es noche cerrada), quiero seguir recorriendo las calles de la ciudad, visitar el Castillo de Bratislava y hacer una pausa para la comida antes de volver a Viena.



Me conformo con las vistas al otro lado del rio Danubio y decido deshacer mis pasos hacia el centro de la ciudad, dónde a poca distancia doy con otros de los imperdibles de la ciudad, la Catedral de San Martín (Katedrála Svätého Martina) de estilo gótico del S. XIV y donde destaca su torre de 85 metros de altura, pero sobretodo destaca porque aquí se han celebrado grandes coronaciones del Reino de Hungría, desde Maria de Austria y Portugal hasta Maria Teresa y otros ilustres de la Dinastía de los Habsburgo hasta llegar a las 19 coronaciones en total.



Ahora si, sin tiempo que perder cojo un pequeño atajo que se encuentra delante mismo de la Catedral y empiezo a ascender tranquilamente para aprovechar las horas de luz y llegar hasta la colina donde se encuentra el Castillo de Bratislava, una edificación del S. X y que sirvió de fortaleza de la ciudad hasta que quedó totalmente destruido durante un incendio en el año 1.811 y abandonado hasta que en el 1.950 empiezan las obras de reconstrucción hasta tener el aspecto actual. El pequeño paseo hasta la colina del Castillo de Bratislava es muy agradable y se va pasando por pequeñas fachadas curiosas como la Casa del Buen Pastor que hoy en día alberga el Museo de los Relojes (Muzeum Hodin), la Puerta de Segismundo y algún que otro local para comer o de venta de souvenirs. El Castillo alberga actualmente exposiciones temporales del Museo Nacional de Eslovaquia que prescindí de visitar, y muy recomendable las vistas hacia la ciudad desde este lugar.



Después de este pequeño paseo y de quedarme congelado allí arriba con estas maravillosas vistas, emprendo el camino de retorno hacia el casco antiguo de la ciudad con una misión clara en mi cabeza, que no es otra que ir en busca de algún lugar para comer porque son cerca de las 14:30h de la tarde y no quiero que se me haga muy tarde.

Ahora que ya he visitado lo más importante de la ciudad, lo mejor es olvidarse del mapa y perderse por sus bonitas calles empedradas, así que es recomendable pasear sin rumbo fijo a través de las calles como Kapitulska o Panská, donde encontraremos bonitas fachadas, pequeñas iglesias o pequeños restaurantes con mucho encanto.










Después de recorrer las bonitas calles del centro de Bratislava me voy en busca de algún restaurante no demasiado turístico para comer, mi primera opción es comer en el conocido Slovak Pub situado en el número 62 de la calle Obchodná, pero cuando llego y entro veo que está bastante lleno de abueletes de un tour organizado y hacen demasiado ruido, así que me doy media vuelta y me dirijo de nuevo a la calle Panska y acabo comiendo en el Pivnice u Kozla atraído por su bonita fachada y por su llamativo cartel donde indican que elaboran su propia cerveza.

Lo curioso es que en su interior disponen de dos ambientes, uno es un comedor normal y el otro es una terraza climatizada y cerrada donde es posible fumar como hacia tiempo que no veia y que he encontrado en muchos locales de Viena estos días, así que decido por la terraza que tiene más ambiente y así me permite fumar sin necesidad de pasar frio en la calle. El local dispone de una buena carta de platos todos muy apetecibles, así que como traigo un poco de hambre me decido por una hamburguesa casera acompañada de su guarnición, y para beber una jarra de cerveza de medio litro de elaboración propia y que cuesta la friolera de 1,68 €... pero sobretodo porque está riquísima a pesar del frio que hace fuera! En total he pagado 7,69 € por la comida, la bebida y un cortado, un precio muy barato para todo lo que he comido y más teniendo en cuenta los precios que me he encontrado estos días en Viena.


Finalizada la comida y sin tiempo que perder para aprovechar el poco tiempo de luz que queda (anochece sobre las 16h de la tarde), decido pasear sin rumbo de nuevo por las bonitas calle del centro histórico, observando las diminutas y bonitas tiendecitas de souvenirs que se cruzan por mi camino (sin duda comprar souvenirs es de lo más caro que podemos encontrar en Bratislava ya que es una ciudad enfocada al turismo) y finalmente no puedo abandonar la ciudad sin llevarme un típico recuerdo de mi paso por esta agradable ciudad.




Empieza a caer la tarde y las temperaturas en el mercurio han vuelto a caer más si cabe, hace bastante frio y los operarios empiezan a impregnar las calles con sal para que nadie resbale y se haga daño debido a las bajas temperaturas, los turistas que viajan con touroperadores ya empiezan a abandonar la ciudad y ahora se puede uno mover mejor por la ciudad sin necesidad de llevarse empujones, momento que aprovecho para volver a la Hlavné Namestie (Plaza del Ayuntamiento) donde ya estuve esta mañana y recorrer de nuevo los puestecitos navideños mucho más tranquilo.








Me voy despidiendo de toda esta parte de la ciudad y voy enfilando el camino de vuelta hacia la Hlavna Stanica (Estación Central), no sin antes hacer algunas visitas que tengo pendiente y me cogen de camino, como despedirme de la bonita Michalská Brána (Puerta de San Miguel) de la que decido no subir hasta lo más alto de su torre porque hace muchísimo frio y no voy a disfrutar de la visita, y visito también la Kapuzinsky Kostol (Iglesia de los Capuchinos) aunque su interior me la encuentro cerrada y decido prescindir de ella. Una vez terminadas estas visitas y teniendo la posibilidad de coger el mismo autobús número 93 desde el mismo punto que me ha dejado esta mañana, decido caminar hasta llegar al cercano Palacio Grassalkovich, residencia del presidente eslovaco.






Doy por finalizadas las visitas de esta bonita ciudad, justo enfrente del Palacio Grassalkovich hay una parada de autobús y a los dos minutos de espera ha llegado el autobus número 93 que me tiene que llevar a la Estación Central, prácticamente dos paradas que sin embargo tardamos en llegar unos 20 minutos debido al intenso tráfico que nos encontramos durante el trayecto.

Mi ticket de tren es abierto y puedo escoger el horario que más me convenga, así que miro las pantallas de la minúscula estación y veo que en 15 minutos, exactamente a las 17:39h, parte el siguiente tren hacia Viena, así que aprovecho para fumarme un cigarro y volverme a recoger en el interior de la estación para desafiar al gélido frio, y una vez que anuncian que el tren partirá por la via 4 me dirijo hacia allí, con la sorpresa que al llegar al vagón me encuentro al grupo de abuelas españolas del autobus de esta mañana que por lo visto han tomado el mismo tren que yo pero desde la parada anterior y la otra estación de Bratislava, Petrzalka. Como los asientos no son reservados decido cambiarme de vagón, mucho más tranquilo y sin escuchar los gritos de nadie, donde partimos puntualmente y sobre las 19h llego a Viena, donde todavía tengo tiempo de seguir visitando la ciudad y seguir recorriendo su bonito ambiente navideño y sus puestos de adviento.

Doy por finalizada la visita express de esta bonita ciudad como es Bratislava, una pena que solamente le haya dedicado unas horas al país y además en esta época del año donde las horas de luz son más bien escasas, así que algún día me gustaría volver para poder hacer una ruta para recorrer el interior del país, injustamente eclipsada por otros destinos turísticos de Europa Central y que muchos viajeros prescinden de ella por falta de tiempo o de interés en su ruta por Praga, Viena y Budapest. Así que si visitáis estos países, os recomiendo reservar almenos unas horas para incluir Bratislava en vuestro itinerario.

Hasta pronto Bratislava, seguro que volveremos a cruzarnos en nuestros caminos algún día!