10 de enero de 2023

MONTENEGRO


 







Imponentes cumbres y paisajes montañosos, pequeños y encantadores pueblos de pescadores, cascos antiguos amurallados y repletos de palacetes venecianos, kilómetros de costa y playas bañadas por el Mar Adriático, todo esto y más lo podrás descubrir si visitas este pequeño país llamado Montenegro.

A pesar de ser conocida como la nueva perla de los Balcanes, la realidad es que su modelo turístico de playa y lujo la diferencia de sus países vecinos y se asemeja más a otras ciudades como Ibiza, Mykonos o Dubrovnik, siendo personalmente el destino que menos me ha gustado de toda la península balcánica.



FICHA TÉCNICA DEL VIAJE

FECHA: Noviembre 2.022

DÍAS: 3

DOCUMENTACIÓN NECESARIA

DNI

Pasaporte con mínimo 6 meses de validez, aunque para ciudadanos de la Unión Europea no hace falta.

OTROS DATOS DE INTERÉS

IDIOMA: Se habla el montenegrino, una variante del serbocroata, pero al ser un destino muy turístico (sobretodo en ciudades costeras), es muy fácil que las personas que se dedican al turismo hablen inglés y otros idiomas, incluido español. En ciudades del interior y en su capital no está muy extendido que hablen otros idiomas que no sea el suyo propio.

MONEDA: La moneda oficial es el €uro a pesar de que el país no pertenece a la Unión Europea, así que no hace falta cambiar dinero y todo es mucho más fácil.

TARJETAS: Se puede pagar con tarjetas de crédito en muchos lugares aunque esta modalidad no está muy extendida en todos los lugares, así que excepto algunos alojamientos y transporte público (incluido estaciones de autobuses y trenes) que solamente se puede pagar en efectivo, para todo lo demás no deberías tener ningún problema para pagar con tarjeta de crédito.

GUIA DE VIAJE: Mi guia como siempre será la Lonely Planet de Balcanes Occidentales, aunque en este viaje voy a prescindir de la guia y voy a viajar con apuntes de elaboración propia.

TELEFONO: Hay cobertura de teléfono en todo el país pero no disponemos de servicio de roaming ya que Montenegro no pertenece a la Unión Europea, así que podéis llevaros vuestro teléfono y comprar una tarjeta SIM con datos y llamadas en el mismo aeropuerto o en cualquier tienda de telefonía en algunas de las ciudades más turísticas.

INTERNET: Prácticamente en todos los alojamientos o restaurantes turísticos disponen de wifi gratuito al consumir, aunque no he visto ninguna zona habilitada con wifi abierto. 

SEGURIDAD: País bastante seguro almenos en las ciudades más turísticas donde uno puede salir hasta altas horas de la noche sin ningún problema, quizás la zona menos segura a priori sería su capital Podgorica, aunque a pesar de pasar solamente unas horas en ella no he tenido ningún tipo de problema.

VACUNAS: No hay ninguna vacuna obligatoria pero se recomienda la de la Hepatitis A y B, y Fiebre Tifoeida. Desde este año ya no es requisito indispensable estar vacunado contra el Covid y las medidas sanitarias para visitar el país son inexistentes, excepto en el aeropuerto para embarcar a tu vuelo.

ELECTRICIDAD: El voltaje es de 230 V y las clavijas y enchufes funcionan igual que en nuestro país.

DIFERENCIA HORARIA: Mismo horario respecto a España.

RELIGIÓN: Mayoritariamente cristianos ortodoxos, aunque hay un pequeño porcentaje de musulmanes y los cristianos son una minoria.

EL ITINERARIO DEL VIAJE

PODGORICA - BUDVA - SVETI STEFAN - KOTOR - PERAST - TIVAT - PODGORICA


DÍA 1.-   TIRANA - PODGORICA - BUDVA - SVETI STEFAN - KOTOR
DÍA 2.-   KOTOR - PERAST - TIVAT - KOTOR
DÍA 3.-   KOTOR - PODGORICA - BARCELONA

PRESUPUESTO DEL VIAJE

DESGLOSE DEL PRESUPUESTO                                               IMPORTE

Bus Tirana-Podgorica con Drita Travel                                                           15,00 €

Vuelo Podgorica - Bcn con Ryanair (Vuelta)                                     31,49 €

ALOJAMIENTO                                                                                     25,40 €

TRANSPORTE                                                                                                                   23,70 €

OTROS (COMIDAS, COMPRAS, GASTOS PERSONALES,..)                              34,14 €

Total Presupuesto por Persona                                                129,73 €

TRANSPORTE A/DESDE AEROPUERTO





















La mejor forma de llegar al centro de Podgorica es en transporte privado ya que el transporte público brilla por su ausencia, aunque alguna alternativa existe. El aeropuerto se encuentra a escasos 12 kms de distancia, y éstas son las diferentes opciones para llegar a la capital del país.

Taxi: Esta opción sería la más cómoda y casi la única para llegar al aeropuerto o a la ciudad, la empresa que gestiona este servicio es Royal Taxi y la ventaja que tiene es que los precios son oficiales y cerrados, incluso tienen publicado los precios para que no haya ningún imprevisto a tu llegada, pudiendo escoger cualquier destino dentro de Montenegro. En caso de que tu llegada sea a Podgorica el precio es de 12 € hasta un máximo de 4 personas, un precio correcto si compartes vehículo con otras personas o bien buscas la comodidad a tu llegada al país, pero un precio algo caro si viajas sólo teniendo en cuenta el nivel de vida del país.

Tren: La otra alternativa y que la mayoria de personas desconocen es el tren, más que nada porque la estación de trenes no se encuentra en el mismo aeropuerto sino a unos 15 minutos caminando a través de una pequeña autovía o bien por un camino de cabras paralela a la autovía. Esta opción es recomendable si viajas con mochila (estirar una maleta de ruedas puede ser muy incómodo) y vas con poco peso, y sobretodo si llegas de día y con horas de luz, ya que el trayecto no está señalizado, es muy solitario e incluso puede ser algo peligroso si caminas por el arcén de la autovía por si algún vehículo no puede verte. El trayecto en tren dura unos 7 minutos, el ticket se compra al revisor cuando pase (es posible que en un trayecto tan corto ni siquiera pase el revisor y te salga gratis) y su precio es de 1,20 € (10 veces menos que el taxi). Para consultar los horarios puedes consultar la web de los Ferrocarriles de Montenegro, no es la opción más cómoda pero si la más económica, y fue mi opción escogida para ir desde la estación de trenes de Podgorica al aeropuerto para tomar mi vuelo de vuelta a casa y aparte de ser la experiencia más auténtica puedo decir que todo fue genial y sin ningún problema.

Bus: Por muy extraño que parezca, a día de hoy no existe la opción de llegar en bus ni mucho menos en metro hasta la ciudad, así que como comentaba antes, la única opción de salir del aeropuerto en transporte público es a través del tren. 

TRANSPORTE ENTRE PAÍSES



























Montenegro se encuentra bastante bien comunicada con el resto de los países que forman los Balcanes, así que si tu intención es moverte y viajar a otros países vecinos pero no te apetece alquilar coche, estar pendiente de si te han tramitado correctamente la carta verde junto al seguro o simplemente te da respeto el cruce de fronteras en estos países, lo más recomendable es moverte en transporte público, tiene bastante frecuencia, muchas rutas y son económicos. 

En mi caso no me compliqué mucho y mi trayecto entre Tirana y Podgorica, con el cambio de países y su correspondiente cruce de frontera, lo hice en transporte público en una marshrutka de la empresa Drita Travel, comprando el ticket anticipadamente desde casa a través de Busticket4.me que me ha costado solamente 15€ el trayecto. Existen otras compañías que hacen la misma ruta pero yo escogí esta porque era la que salía más temprano de Tirana y mi intención era aprovechar al máximo mi estancia en Montenegro. El trayecto dura algo más de 3 horas, dependiendo del tráfico y del tiempo de espera en la frontera a que revisen vuestra documentación que se encarga el conductor de hacer la gestión sin que tengas que bajarte del vehículo. Es muy importante saber que todos los tickets comprados a través de Busticket4.me se deben imprimir y entregarlo al conductor a tu llegada, en caso de no hacerlo así y llevarlo solamente en el móvil no os dejarán subir al bus.

TRANSPORTE ENTRE CIUDADES
























Lo más recomendable para moverse entre ciudades sería en coche de alquiler por toda la libertad que te da, pero si no disponemos de él por falta de ganas o pereza y queremos hacer alguna visita a otras ciudades del país, los autobuses funcionan muy bien ya que la flota de vehículos son nuevos, cómodos y baratos, y así nos evitamos conducir si no nos apetece. Hay diferentes compañías que realizan los trayectos, siendo la más habitual Blue Line, así que lo mejor es llegar a la estación de autobuses y comprar el ticket en ventanilla del primero que salga, aunque solamente se puede pagar en efectivo (en algunas estaciones de autobuses existe una venta de billete de autoservicio donde aceptan tarjetas de crédito). 

Para consultar rutas y sus horarios, lo podéis hacer a través de webs como BalkanViator, Checkmybus o Busticket4.me, una de mis webs de cabecera para moverme por los Balcanes, con información muy precisa, buenos precios y facilidad para comprar tickets.

Estos son los trayectos que he realizado yo en bus por Montenegro, comprando el billete en la misma estación de autobuses poco antes de realizar el trayecto ese mismo día y pagando en efectivo, ya que era imposible pagar con tarjeta de crédito.

- Podgorica - Budva: 6,50 € y 1 hora y 30 minutos de trayecto aproximadamente. 

- Budva - Sveti Stefan: 1,50 € y 10 minutos de trayecto aproximadamente.

- Budva - Kotor: 4 € y 1 hora de trayecto aproximadamente.

- Kotor - Tivat: 2 € y 20 minutos de trayecto aproximadamente.

- Kotor - Perast: 1,50 € y 15 minutos de trayecto aproximadamente.

- Kotor - Podgorica: 9 € y 2 horas y 30 minutos de trayecto aproximadamente.

ALOJAMIENTO DEL VIAJE



















Montenegro y su costa es un destino bastante turístico aunque no lo parezca (sobretodo en verano), así que si miramos con antelación no tendremos problemas en encontrar un lugar donde dormir que se adapte fácilmente a nuestro bolsillo, ya que hay alojamientos de todas las categorías y para todos los bolsillos. Durante mi estancia en el país solamente estuve alojado dos noches, haciendo base en Kotor y visitando otras ciudades por el día sin necesidad de mover mi equipaje.

- Kotor: Hostel PupaAlojamiento reservado a través de Booking, su ubicación es espectacular y muy céntrico, apenas a 400 metros de la estación de autobuses y a 200 metros de la Puerta del Mar, una de las puertas principales para adentrarse en el casco histórico de la ciudad. He estado alojado dos noches en una habitación compartida de 12 personas (pensando que en temporada baja estaría vacio y ha sido todo lo contrario), las instalaciones y habitaciones están impecables y muy limpias, igual que los baños, y a las zonas comunes y la cocina no le falta ningún tipo de detalles. Las camas son cómodas y disponen de enchufes individuales y cortinas para más privacidad, donde he pagado en total 25,40€ por las dos noches, incluida la tasa turística. Lo mejor del alojamiento es que se encuentra justo delante de la bahía y el mar con unas vistas maravillosas, el buen ambiente y respeto entre todos los huéspedes a pesar de ser la noche de Halloween y disponer de un gran supermercado de la cadena Voli y restaurante a apenas 30 metros del hostel. Por contra la única nota negativa del alojamiento es la chica de recepción y su poca amabilidad, jamás he encontrado alguien más desagrable en ningún alojamiento, pero por desgracia ha sido algo normal durante mi estancia en Montenegro porque su gente es muy fría y poco acogedora.

A pesar del carácter de los montenegrinos, el alojamiento es Recomendable para pasar un par de noches visitando Kotor gracias a la comodidad de sus instalaciones y el buen ambiente, y sobretodo por su ubicación espectacular.

LO MEJOR DEL VIAJE

* Lo fácil que resulta recorrer en transporte público las ciudades y los lugares más turísticos del país, ya que no es obligatorio de disponer de vehículo alquilado porque el bus llega a cualquier sitio y está bastante bien de precio.

* La rica e interesante gastronomía, como país miembro de los Balcanes su comida es espectacular y económica aunque no tanto como sus países vecinos, aunque evitando zonas muy turísticas es posible comer genial y muy barato.

* Los paisajes tan espectaculares que hay en Montenegro, allí donde vayas y donde mires solamente encontrarás agua y montaña de una belleza que pocas zonas del mundo puedan presumir de ella, ideal para hacer rutas de senderismo o perderse en plena naturaleza.

* Lo económico y barato que resulta viajar por el país, desde alojamientos para todos los bolsillos hasta comida para todos los paladares, así que todo lo que no resulte relacionado con el turismo (tours, excursiones, souvenirs, etc) es todo muy barato y al alcance de cualquier bolsillo siempre y cuando se evite visitar el país en temporada alta.

LO PEOR DEL VIAJE

* No disponer de más tiempo para visitar otras zonas del país, sobretodo el Parque Nacional de Durmitor que era mi principal interés por visitar Montenegro, pero en pleno mes de noviembre y con pocas horas de luz no era el momento más propicio para llegar hasta aquí y hacer rutas de senderismo y montaña, así que espero volver en otra época del año y acabar de visitar el país.

* El carácter tan frío y antipático de su gente, ya tenía la experiencia de Serbia pero Montenegro lo ha superado ampliamente, en ningún momento he encontrado por parte de su gente amabilidad, ni hospitalidad ni una triste sonrisa, la gente va a su rollo y a veces es lo mejor aunque no deja de chocarme ese contraste entre personas de diferentes partes de Europa.

* A diferencia de sus vecinos balcánicos que he tenido la suerte de conocer, Montenegro me ha parecido un destino que resulta algo caro para viajar por el país ya que está enfocado exclusivamente al turismo de playa y relax ya que por aquí veranean muchos nórdicos y rusos con poder adquisitivo bastante alto, aún y así es posible encontrar alojamientos y restaurantes para todos los bolsillos, sobretodo en temporada baja. En cambio su capital Podgorica me ha parecido una ciudad muy barata, quizás sea porque el turismo apenas llega hasta aquí porque es una ciudad horrible y muy fea.

Y después de este breve resumen, os llevo a conocer por unos días los lugares más interesantes de Montenegro, uno de los destinos europeos menos visitados pero con atractivos muy interesantes!


DÍA 1.- TIRANA - PODGORICA - BUDVA - KOTOR

Después de recorrer hora y media de trayecto y dejar atrás mi corto viaje por Albania, llegamos a la estación de autobuses de Podgorica, la capital de Montenegro, después de un cruce de fronteras muy rápido y muy tranquilo. Dudaba de si empezar a visitar Podgorica en estos momentos o bien dejarlo para el final de mi viaje antes de irme hacia el aeropuerto para tomar mi vuelo de vuelta, así que finalmente me decido por dejarlo para el final y aprovechar bien el día, que por algo me he pegado un buen madrugón esta mañana para llegar pronto a Montenegro, así que lo primero que hago es sacar dinero de un cajero en la misma estación de autobuses y me voy directo a la ventanilla a comprar mi billete de bus hacia Budva (6,50 €) con la suerte que no tengo que esperar nada porque el bus se encuentra estacionado en el andén esperando para salir definitivamente, y es que por suerte los autobuses en Montenegro salen a su hora y sin necesidad de esperar a que se llenen de pasajeros como me ha sucedido en Albania.


El trayecto es maravilloso gracias a los paisajes espectaculares de toda la costa que hace que no me separe ni un segundo del cristal, solamente interrumpido por una breve parada en la estación de Cetinje para dejar a pasajeros y de seguida reanudamos la marcha bordeando toda la costa montenegrina a orillas del Mar Adriático. Sobre las 11h de la mañana llegamos a la estación de autobuses de Budva, y apenas a 10 minutos paseando se puede llegar al paseo marítimo, donde encontraremos grandes cadenas hoteleras y apartamentos turísticos, y es que Budva posiblemente sea el destino favorito de todos los turistas que buscan playas, ambiente, mucha fiesta y sobretodo glamour. 

Mi primera sensación al llegar hasta aquí es de shock y decepción total, primero porque no es lo que me esperaba a estas alturas del año, en pleno mes de noviembre y en teoría temporada baja, con restaurantes y terrazas en primera línea del mar con precios astronómicos (y más viniendo de Albania), sin apenas playa porque todo el terreno se lo han ido comiendo los restaurantes y todo lleno de yates de lujo, recordándome muchísimo el Port d'Aiguadolç de Sitges, que lo tengo a escasamente 15 minutos de mi casa, así que me voy a dar una vuelta por aquí aunque no perderé mucho tiempo por aquí porque no es el tipo de turismo que me gusta, así que no quiero ni pensar como debe estar todo esto en pleno mes de julio y agosto, su temporada alta.


















Dejando atrás toda esta zona del paseo marítimo se llega a la joya indiscutible de la ciudad de Budva que no es otro que su Stari Grad o centro histórico, solamente hay que atravesar cualquiera de las puertas de su muralla y automáticamente te transporta a otra época, una ciudad peatonal donde está prohibido circular en cualquier vehículo a motor, con casitas de piedra a media altura con tejados rojizos y anaranjados llenas de pequeñas tiendas de artesanía, pequeños restaurantes con encanto y calles estrechas y laberínticas que desembocan en alguna plaza o en otras calles igual de encantadoras, lejos del bullicio de la playa y los locales de ambiente nocturno, donde lo mejor es dejarse llevar y deambular sin prisas disfrutando del momento.













Es una gozada pasear a través de las calles de Budva y más en temporada baja, ya que excepto algún grupito de viajeros seniors franceses, apenas hay turismo en esta época del año. Durante nuestro paseo por el Stari Grad de Budva podemos encontrar varias iglesias en torno a la plaza Trg Izmedu Crkava, como la de Sant'Ivan (San Juan) del S. VII y con unos frescos maravillosos (prohibido hacer fotos en su interior), también encontraremos la iglesia de la Santísima Trinidad que se encuentra justo al lado, fácilmente reconocible porque su fachada es rayada que data de principios del S. XIX, donde alberga la tumba del escritor Stjepan Mitrov Ljubisa, ambas con entrada gratuita. También podemos encontrar las iglesias de San Sava y Santa María in Punta, aunque estas últimas ya son más díficiles de visitar porque tiene unos horarios más restringidos y especiales.




Seguimos recorriendo el Stari Grad de Budva, llego hasta el final hasta toparme con la Ciudadela o las Murallas de Budva, a partir de aquí recorrer esta zona es de pago, concretamente 3,50 € por subir a una terraza y tener unas buenas vistas del Mar Adriático, así que pienso que no vale la pena porque se pueden contemplar estas maravillosas vistas desde otro punto del Stari Grad sin tener que pagar nada e invertir ese dinero en tomarte una rica cerveza montenegrina.

Podemos seguir nuestro paseo hasta llegar a la playa Mogren, un bonito recorrido a orillas del mar hasta llegar a uno de los emblemas más importantes de la ciudad de Budva, la escultura de la Bailarina.





Finalizada la visita vuelvo de nuevo al Stari Grad por el mismo camino bordeando el mar, hace un día bastante caluroso para estar a principios de noviembre mientras sigo recorriendo sus estrechas y coquetas callejuelas, remontándonos a la época veneciana antes de la invasión de los otomanos.









Abandono el maravilloso Stari Grad por una de las puertas de su muralla, de nuevo me encuentro en el paseo marítimo de Budva y cuando uno levanta la cabeza no puede más que horrorizarse con la estampa de la ciudad de Budva, una ciudad construída a golpe de talonario repleto de resorts, hoteles y cualquier cosa enfocada al turismo de playa, de fiesta y de lujo, ya que aquí tienen residencia muchos rusos y nórdicos, una ciudad que para los que no nos gusta este tipo de turismo te invita a salir corriendo de allí si no fuera porque su casco histórico o Stari Grad es una maravilla y te invita a hacerle una visita.



Caminando por el paseo marítimo voy observando la carta de los restaurantes para hacerme una idea de sus precios más allá de que tenga intención de quedarme a comer aquí, los precios no bajan de 20 € el plato, precios totalmente desfasados teniendo en cuenta que el sueldo medio en Montenegro no llega a 400 €. Aún y así voy en busca de alguna terraza para tomarme una cerveza ante la sorpresa que ninguna terraza baja de 3,5 € la cerveza, así que me voy a un supermercado cercano y me compro una lata grande por 0,70 € y me siento en un banco a tomar el sol y descansar un rato, apenas a segunda línea de mar porque la primera está ocupada por las terrazas de los restaurantes, y disfrutando igual de una cerveza por una quinta parte de su precio en una terraza.

Me despido definitivamente de Budva, una ciudad que merece venir solamente por dar un paseo a su zona histórica en temporada baja pero que nunca se me ocurriría hacer noche en esta ciudad ni mucho menos en venir de vacaciones en verano, ni por su masificación ni por sus precios. Me voy caminando de nuevo hasta la estación de autobuses, apenas 10 minutos de trayecto y de nuevo estoy comprando mi billete de bus en la taquilla, esta vez para la cercana Sveti Stefan (1,50 €).

No tengo que esperar mucho a que llegue el bus porque cualquiera que pase por la costa me sirve, ya que la distancia entre Budva y Sveti Stefan es de escasamente 8 kms y unos 15 minutos de trayecto, la única diferencia con Budva es que tu visita a Sveti Stefan posiblemente sea más rápida de lo que piensas, ya que si no estás alojado en ella solamente la vas a poder observar desde las alturas. Sveti Stefan podría definirse como un islote dentro de Montenegro, famoso porque el tenista serbio Novak Djokovik contrajo matrimonio aquí y por ser uno de los lugares más exclusivos del mundo, ya que pasar una noche de hotel en esta zona no baja de 600 € la noche en temporada baja, además es imposible visitarla a pie porque la mayoria de sus playas son privadas y tienen vigilancia 24 horas, así que la única opción es fotografiarla desde las alturas a través de un mirador que se encuentra a escasos metros del Monasterio Praskvica.


Te preguntarás si realmente vale la pena llegar hasta aquí para visitar Budva o Sveti Stefan y mi respuesta es que depende de tus gustos y de lo que vayas buscando, en mi caso me pillaba a medio camino en mi trayecto desde Albania a Kotor que es mi destino final y como me sobraba tiempo he decidido madrugar bastante para incluirlo en mi visita, y dada la cercanía con Sveti Stefan, he decidido en el último momento incluirla también, pero si tienes pocos días de viaje en Montenegro o simplemente tu ruta no pasa por aquí, yo personalmente te aconsejo que te lo saltes y se lo dediques a otros lugares mucho más interesantes, a no ser que te guste mucho este tipo de turismo o te guste salir de fiesta.

Finalizada mi breve visita a Sveti Stefan tomo el primer bus que me lleve a Kotor, espero unos 20 minutos mientras me fumo un cigarro y pico algo de comer que he comprado en la misma estación y pongo dirección a Kotor, previo pago de 4 € del ticket de bus y un trayecto de 1 hora y media aproximadamente.

El trayecto a Kotor es impresionante por sus maravillosos paisajes bordeando la costa montenegrina, cada vez que sales de una curva sabes que el paisaje te va a impresionar y te vas a quedar boquiabierto y eso hace que no puedas despegar tus ojos de los cristales en ningún momento. La llegada a la estación de autobuses de Kotor sin incidencia alguna, me esperan dos días para exprimir y disfrutar relajadamente toda esta zona. Mi alojamiento se encuentra apenas a 5 minutos caminando y enclavado enfrente de la Bahía de Kotor con unas vistas espectaculares, es más, antes de entrar a hacer el check in me entretengo allí sentado delante de la bahía mientras observo un gran crucero que hay atracado en él.





Con el subidón y la alegría de estar en un lugar maravilloso me voy a hacer el check in en mi alojamiento que se encuentra a 50 metros aunque la alegría me dura bien poco por culpa de la recepcionista del hostel Hostel Pupa, una chavala de lo más desagrable y antipática que me he encontrado jamás, con pocas ganas de trabajar y ayudar a los huéspedes, una desilusión tremenda porque no encaja para nada con lo que es el hostel porque sus instalaciones y habitaciones son geniales, y el ambiente que se respira entre los viajeros es maravilloso y de muy buen rollo, y aunque me vi tentado en ese momento de cancelar mi reserva y buscar otro lugar donde alojarme finalmente hice de tripas corazón y me comí mi orgullo, y tuve mucha suerte de hacerlo porque he estado muy cómodo en este alojamiento y mi desagradable experiencia con una persona no va a empañar mi experiencia.

Aunque esta noche es Halloween y estoy bastante cansado después del gran madrugón de esta mañana, decido aprovechar las pocas horas de luz que quedan (sobre las 17:30h de la tarde ya oscurece en esta época del año), así que me voy a dar una vuelta de reconocimiento por el Stari Grad de Kotor entrando a través de una de sus puertas de la muralla, que la tengo a escasos 300 metros de mi alojamiento.









En esta época del año el único turismo que hay en Kotor es prácticamente el de los cruceristas, personas que están viajando en un crucero y que su barco atraca en el puerto y las hordas de turistas salen a visitar la ciudad por unas horas como si no hubiera un mañana, en este caso me explica una chica que me pide que le haga una foto que su crucero ha atracado a las 11h de la mañana y que tienen que volver de nuevo a las 18h de la tarde para seguir surcando las aguas del Adriático. 

De todas formas a estas horas de la tarde donde los cruceristas ya están volviendo de la ascensión al Castillo de San Juan y están aprovechando para hacer las últimas compras en la ciudad, es posible encontrarte calles totalmente vacías de turismo y disfrutarlas en solitario, como me ha pasado a mi. Sin quererlo me he dejado llevar y he acabado en la entrada principal para subir al Castillo de San Giovanni (Castillo de San Juan), una pequeña entrada rudimentaria con un pequeño torno para controlar los accesos, el precio es de 8 € por persona y aunque parezca sorprendente se puede pagar con tarjeta de crédito si no dispones de efectivo. A estas horas de la tarde ya no hay vigilancia en la puerta porque estamos en temporada baja y solamente hay cruceristas por lo que se supone ya no va a llegar ningún viajero más a lo largo del día, y aunque no tenía previsto visitarlo ahora y dejarlo para mañana por la mañana bien pronto, no me lo pienso mucho y me meto para dentro aunque sin la intención de llegar arriba del todo, ya que hay más de 1300 escaleras y la ascensión es un poco dura y no me quedan muchas horas de luz, así que mientras me voy cruzando con los últimos cruceristas que van bajando yo voy ascendiendo poco a poco mientras de vez en cuando paro para coger aire y deleitarme con sus maravillosas vistas de todo el fiordo.





Como soy un "agonías" cada vez que llego a un lugar nuevo que me produce ansiedad por empezar a recorrer todo, finalmente acabo ascendiendo los 1300 escalones en poco más de una hora de ascensión, me recreo un rato haciendo fotos del atardecer hasta que finalmente se me hace de noche allí y todavia tengo que bajar de nuevo, así que con la ayuda de la linterna del móvil empiezo a bajar con cuidado (no lo hagáis si no queréis mataros con una caída), salto el torno y de nuevo me encuentro en el Stari Grad de Kotor, ahora apenas vacio y sin rastro de los cientos de cruceristas que había hace un par de horas.







Después de dar una vuelta y recorrer con tranquilidad sus calles, decido irme un rato al hostel a descansar un poco que estoy muy petado a pesar de ser solamente las 19h de la tarde, aprovecho para meterme una ducha y conozco a dos argentinos con los que comparto habitación, así que entre mate y conversaciones de viajes se nos pasa el tiempo hasta que decido salir un rato en busca de un sitio para cenar y comprar el desayuno en el supermercado de enfrente para mañana.

El sitio para cenar lo tengo muy claro y muy cerca porque lo tengo justo detrás de mi hostel y lo traía recomendado desde casa, además los chicos argentinos también me lo han recomendado, el lugar se llama Tanjga y es una auténtica maravilla, se trata de un pequeña carnicería-restaurante de solamente tres mesas, donde disponen de todo tipo de carne fresca que puedes elegir de sus neveras y que te cocinan a la parrilla o barbacoa y también disponen de bandejas de parrilladas, lo mejor es que te lo pueden preparar para llevar y es muy económico, mucho mejor que un restaurante del Stari Grad donde está enfocado exclusivamente para el turismo de cruceristas y te meten unos sablazos importantes. El problema del Tanjga es que las colas que se forman son impresionantes, así que puedes hacer tu pedido y ellos te dan un papel con tu turno para que pases a recogerlo más tarde. En mi caso me pedí un cevapi como no podía ser de otra manera estando en los Balcanes, y que ya tuve la suerte de comerlo en Macedonia del Norte y Serbia, y que tanto echaba de menos ya porque es un plato muy sencillo pero espectacular. Además, solamente me ha costado 4 € y se puede pagar con tarjeta de crédito, el problema es que después de hacer mi pedido tengo por delante a 32 personas, así que me voy con mi número y volveré un poco más tarde a recogerlo.


Para hacer tiempo me vuelvo de nuevo al Stari Grad, las calles están bastante vacias y las terrazas están medio cerradas porque apenas queda turismo por aquí, a estas horas y con este panorama poco más se puede hacer excepto hacer algunas fotos con tranquilidad y luz tenue de sus bonitas calles o bien visitar la Sveti Nikola (Iglesia de San Nicolás), que data del S. XX y de estilo neobizantino donde destaca su iconostasio interior, además su entrada es gratuita, así que aprovecho para visitarla y encender algunas velitas como ya es tradición en mi cada vez que visito alguna iglesia ortodoxa.









Son cerca de las 21h de la noche y doy por finalizadas mis visitas por hoy, me voy al supermercado a comprar el desayuno para mañana y hacerlo en el hostel tranquilo, y voy en busca de mi cena en el Tanjga, aún me toca esperar unos 10 minutos más mientras me fumo un cigarro en la puerta y una vez me entregan mi cena me voy al hostel a cenar, donde muchos otros de mis compañeros han tenido la misma idea que yo y coincidimos todos allí cenando mientras hago una sobremesa con un chico de Malasia, otro de Turquía y dos chicas alemanas, hasta que pasadas las 23h de la noche me retiro a dormir que estoy levantado desde antes de las 4h de la mañana y en un rato quiero volver a madrugar... Feliz Halloween!!

DÍA 2.- KOTOR - PERAST - TIVAT - KOTOR

A las 6:30h me suena el despertador y lo primero que me noto son unas enormes agujetas en mi cuerpo, todo el tute de ayer me ha pasado factura y estoy bastante cansado, pero como cada día uno no puede estar de viaje en Montenegro decido que hay que aprovechar los días y que ya tendré tiempo de descansar cuando vuelva a casa, así que a las 07h ya estoy desayunando en solitario en la cocina del hostel mientras todo el mundo duerme (y más hoy que es festivo, día de Todos los Santos) y poco después ya estoy saliendo del hostel para exprimir el día.

De nuevo cruzo la Puerta del Mar, una de las entradas principales al Stari Grad de Kotor que tengo apenas a 300 metros de mi hostel, y sin perder tiempo me voy de nuevo al inicio de la ruta para ascender a la Iglesia de San Giovanni que ya visité ayer por la tarde, además ayer cenando los chicos argentinos de mi hostel me comentaron que antes de las 08h no hay vigilancia alguna y te puedes ahorrar el ticket de 8 €, y en caso de que hubiera controles me dieron un camino alternativo para poder acceder sin tener que pagar nada, así que cuando llego compruebo que todavia no hay nadie allí y me meto para dentro antes de que lleguen los cruceristas a invadir la ciudad, ahora solamente falta tomarme con mucha calma de nuevo la ascensión de los 1300 escalones cuesta arriba.










Las vistas y el paisaje desde arriba es una maravilla y todo esfuerzo tiene su recompensa. Antes de las 9h de la mañana ya estoy de nuevo en el Stari Grad, aprovecho para recorrer un poco sus calles y fotografiarlas con otro tipo de luz mientras hago tiempo para mi próxima visita. Kotor es conocida como la ciudad de los gatos y no me extraña porque por todos los sitios que uno pasa está lleno de estos pequeños felinos, se les ve bastante amansados porque apenas se inmutan con la presencia de los humanos e incluso se dejan tocar y acariciar aunque no va a ser mi caso porque nunca me han gustado los gatos y les tengo cierto respeto.














Empiezan a llegar los primeros visitantes del día a Kotor (hasta ahora estaba prácticamente sólo) y eso quiere decir que los cruceristas deben estar apunto de desembarcar, lo que quiere decir que debo empezar a pensar en mi próxima visita, que no es otra que el maravilloso pueblo de Perast, ubicado a tan sólo 12 kms por una carretera serpenteante bordeando la Bahía de Kotor. Abandono por un rato el Stari Grad y esta vez lo hago por la Puerta del Rio o del Norte, que data del año 1555 y que está inscrita en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, desde aquí hasta la Puerta del Mar está lleno de algunos tenderetes de frutas y verduras además de flores, ya que hoy es el día de Todos los Santos.











Justo en medio de las dos puertas de entrada al Stari Grad (Puerta del Mar y Puerta del Rio) se encuentra la parada del bus que me llevará a Perast, no hay ninguna señal ni nada que haga referencia que allí existe una parada de autobus pero veo a gente esperando, el bus no es del todo puntual porque depende mucho del tráfico en ese momento y llega con unos 10 minutos de retraso, es un pequeño bus de la compañía BlueLine y el ticket se le paga directamente al conductor, en este caso son 1,50 € por trayecto y los horarios son los siguientes.


Recomiendo en la medida de lo posible que cuando os subáis al bus os sentéis en la parte izquierda y a poder ser con ventanilla, así podréis observar el maravilloso paisaje durante el trayecto mientras el bus va bordeando la Bahía de Kotor, simplemente alucinante! El trayecto de Kotor a Perast suele durar unos 15 minutos y tiene varias paradas en el pueblo, así que lo más recomendable es bajarse en la Iglesia de San Nicolás (Church of Saint Nicholas) que se encuentra a la entrada del pueblo e ir recorriendo el resto caminando en un bonito paseo.


Perast es un pequeño pueblo pesquero con poco menos de 400 habitantes que puede recordar a muchos de los pequeños y maravillosos pueblos que tenemos en la Costa Brava, un pueblo que en verano se desborda de turistas y que el resto del año apenas vive en tranquilidad. Visitar Perast no tiene ninguna dificultad ni hace falta guiarte con mapa alguno, simplemente es seguir la calle paralela a la bahía y contemplar sus maravillosas vistas y paisajes.










Una de las pocas excursiones que se puede hacer en Perat es visitar la Gospa Od Skrpjela (Isla de Nuestra Señora de las Rocas) y la Sveti Dorde (Iglesia de San Jorge), se trata de un islote artificial ubicado a unos kms hacia dentro de la bahía y donde resulta imposible hacerlo por libre ya que solamente se puede hacer a través de un tour o negociar directamente con un barquero, aunque en esta época del año es prácticamente imposible. En verano y temporada alta salen barcos bastante a menudo con varias compañías y su precio es de 25 € por persona que incluye el trayecto de ida y vuelta y la visita al islote por un tiempo de unos 15 minutos. En temporada baja apenas salen barcos porque apenas hay turismo, así que mientras estaba paseando por allí estaba a punto de salir un barco con algunos turistas y se me acercaron dos chicas ofreciéndome el tour (en principio no tenía intención de hacerlo), les pregunté el precio y me dijeron que si me subía ya que estaban a punto de zarpar me lo dejaban por 10 €, dudé si hacerlo y me lo rebajan a 5 €, así que sin tiempo para pensarlo mucho acepto y salimos de inmediato, no es una actividad que recomendara como imprescindible pero si tenéis tiempo y por ese precio puede ser una muy buena opción para hacer algo diferente.







Al cabo de unos 45 minutos estamos de nuevo de vuelta, sigo recorriendo el pueblo de Perast hasta el final y la vuelta la hago por dentro de sus calles, pasando por bonitas fachadas que recuerdan a la ciudad durante su época veneciana rodeada de palacetes, algunos museos (existen hasta 19 museos en Perast) y poder subir hasta llegar a la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, desde donde hay un mirador con unas vistas maravillosas de toda la Bahía de Kotor.












Después de contemplar las maravillosas vistas vuelvo de nuevo al paseo marítimo, visito por el camino la Iglesia de San Marcos de estilo barroco solamente por fuera ya que su interior me lo encuentro cerrado, y aunque me hubiera encantado ver el atardecer aquí en Perast y para eso faltan muchas horas, miro los horarios del bus de vuelta a Kotor y veo que en 15 minutos va a llegar uno, así que para hacer tiempo me voy a uno de los dos restaurantes que hay en el paseo marítimo, el Otok Bronza, y después de estar 5 minutos allí sentado y con la terraza completamente vacia nadie viene a atenderme, llamo al camarero y pasa de mi con el carácter ese tan frío y seco que tienen los montenegrinos, así que me levanto y paso de ellos, como todavia me queda tiempo me acerco a un pequeño tenderete que hay cerca de la Iglesia de San Nicolás, saludo a la mujer con un amable "zdravo" (Hola!), le pido una botella de agua grande y al pagar me dice que es 1 €, le doy un billete de 20 € porque todas las monedas las he dado en el bus y me dice que no tiene cambio y que me la regala, me sabe mal pero no puedo hacer otra cosa, así que le doy las gracias y me voy en busca del bus que está por llegar en unos minutos. Es la primera vez y será la última que me encuentro con alguien amable.






Unos minutos después del horario oficial llega el bus de Blue Line, recordad que la parada está justo enfrente de la Iglesia de San Nicolás donde hay una pequeña marquesina a modo de parada que apenas se ve porque los coches aparcan delante y la tapan un poco, me despido de Perast que personalmente es la ciudad que más me ha gustado de todo Montenegro con diferencia, y ponemos rumbo a Kotor, donde llegamos unos 20 minutos después porque en la entrada a Kotor hemos encontrado algo de tráfico. Esta vez me bajo delante del centro comercial Kamelija, ya que desde aquí hay unas vistas muy bonitas de toda la Bahía de Kotor e incluso de la zona amurallada del Stari Grad de Kotor.





Son las 14h del mediodía pasadas y lo más importante ya lo tengo todo visto, me vuelvo al Stari Grad a dar una última vuelta sabiendo que estará petado de guiris cruceristas mientras busco algún lugar para comer algo y hacer alguna compra de recuerdo ya que mañana abandonaré la ciudad muy pronto y partiré hacia Podgorica, última parada antes de tomar mi vuelo de vuelta a casa.



























Como todas las terrazas están petadas de guiris y los precios son bastante carillos para lo que ofrecen, finalmente hago una comida rápida en la Pizzería Pronto, una buena alternativa para comer algo sin perder demasiado tiempo y a buen precio, ya que ofrecen porciones de pizzas bastante majas por solamente 2 € (antes de la pandemia estaban a 1,5 €), un servicio muy amable y muy rápido.

Abandono el Stari Grad y todavia me queda tarde por delante antes de que se haga de noche y me niego a volver a mi alojamiento a pesar de que estoy bastante cansado, así que dudo entre hacer mi última visita a Herceg Novi o Tivat, ya que las dos es imposible porque no tengo tiempo, así que al abandonar el Stari Grad por la Puerta del Mar veo que llega un bus de Blue Line y no me lo pienso más, es el mismo que esta mañana hacia la ruta hasta Perast y me voy hacia Tivat, ya que Herceg Novi me pilla algo más lejos y Tivat lo tengo apenas a 10 minutos, así que doy una pequeña vuelta por el paseo marítimo sin mucho tiempo porque está empezando a caer la tarde y aprovecho para contemplar una maravillosa puesta de sol allí mismo.



Con Tivat me ha pasado lo mismo que me pasó ayer con Budva, es una ciudad para pijos y para viajeros que vayan buscando un turismo más exclusivo y de glamour, justo lo contrario de lo que me gusta, así que tanto Budva como Tivat podría compararlas con Ibiza, Mykonos o cualquier otra isla griega, así que para dar una vuelta y hacerle una pequeña visita si sobra tiempo puede estar bien, pero en mi caso nunca haría noche aquí si buscáis tranquilidad y buenos precios.

De nuevo en el bus de Blue Line llegando a Kotor con noche cerrada, después de tantas horas aparezco muerto por mi alojamiento donde aprovecho para charlar un rato con uno de los argentinos y el chico de Malasia, me meto una ducha y preparo mi mochila para dejarla lista para salir mañana bien pronto por la mañana, y me voy de nuevo al Tanjga a buscar la cena, esta vez me escojo una pedazo hamburguesa casera en vez de cevapi y de nuevo tengo unos 15 personas por delante, así que aprovecho para ir al supermercado Voli que tengo justo delante y compro cerveza para cenar y el desayuno para mañana.

Hago tiempo mientras me fumo un cigarro y hablo con otros viajeros que están en mi hostel también comprando la cena y cuando me toca pago la cuenta (5 €) y me voy para el hostel, donde ceno junto a otros viajeros, y es que la mayoría de los que estamos alojados aquí hacemos el mismo ritual, encargamos la cena, compramos la cerveza mucho más barata en el supermercado, recogemos nuestra cena y nos la llevamos al hostel para cenar todos juntos ya que disponemos de una gran cocina a la que no le falta de nada, así comemos bastante sano porque toda la carne es de charcutería y muy fresca, y además evitamos pagar precios abusivos en cualquier restaurante de la ciudad, que está enfocada 100% al turismo crucerista.

Después de una larga sobremesa con los colegas viajeros me retiro a descansar, que mañana antes de las 06h de la mañana toca de nuevo levantarse para desayunar y tomar el bus de las 06:40h hacia Podgorica.

DÍA 3.- KOTOR - PODGORICA -BARCELONA

A las 5:45h ya estoy desayunando mientras todo el mundo duerme, y es que por los viajeros que he conocido estos días aquí la mayoria están viajando sin prisas por bastante tiempo y otros son nómadas digitales y trabajan desde el hostel, así que tampoco les preocupa mucho las visitas que tienen que hacer y mucho menos tener que madrugar a diferencia de los que viajamos con los días contados y bien exprimidos.

Poco después recojo mi mochila y salgo del hostel, la estación de autobuses la tengo apenas a tres minutos caminando, cuando llego compro el ticket en la taquilla (9 €) y con puntualidad británica llega el bus, esta vez es un bus grande y normal y no uno pequeño como los que he utilizado hasta el momento. La idea es pasarme el trayecto durmiendo y recuperar un poco el sueño atrasado pero hacerlo en Montenegro es imposible porque los paisajes que se pueden ver a través de la ventana son espectaculares y sería una lástima perdérmelos, y así hasta pasadas las 9h de la mañana que llegamos a Podgorica, capital de Montenegro.



Pregunto en la estación de autobuses un lugar para dejar mi pequeña mochila pero no tienen servicio de guardaequipaje, le pregunto a una chica que chapurrea inglés y me dice que la puedo dejar en la farmacia que hay fuera, por momentos pienso que me está tomando el pelo pero tampoco me atrevo a entrar en la farmacia y decirles que vengo a dejar la mochila, así que como no pesa mucho decido llevarla conmigo de paseo. Mi primera visita sería llegar al centro de la ciudad sin tomar taxi ni nada, debo ir caminando hacia la zona de Nova Varos y llegar hasta la Plaza de la Independencia, aproximadamente algo más de 2 kms desde la estación de autobuses, así que tiro de Maps.me y me lleva por calles estrechas semi abandonadas y sin un alma por la calle, hasta que finalmente me guio por el Hotel Hilton.





La Plaza de la Independencia podría considerarse el centro neurálgico de la ciudad aunque no es más que una gran plaza remodelada en el año 2006 después de que Montenegro consiguiera independizarse de Serbia después del referéndum celebrado ese mismo año, donde encontraremos una gran fuente central y delante de unos grandes almacenes, decenas de bares y casas de apuestas. La verdad es que para ser el centro de la ciudad que es capital de todo un país, carece de cualquier interés turístico.

Seguimos caminando por sus calles aledañas, más bares y terrazas y una periodista y su cámara entrevistando a gente, así que con gran disimulo consigo zambullirme y escaparme de allí, hasta llegar a Novi Grad o Ciudad Nueva, que atraviesa el río Moraca a través de su Millenium Bridge (Puente del Milenio), principal emblema de la ciudad e inaugurado el Día Nacional de Montenegro (13 de Julio de 2005), las mejores vistas del Millenium Bridge se obtienen desde el cercano Puente de Moscú, ambos separan la ciudad en dos dividiendo el Novi Grad de Nova Varos.




Una vez cruzado el Puente de Moscú me voy a la visita estrella y al motivo principal de mi parada en la ciudad de Podgorica, su maravillosa catedral ortodoxa o también llamada Catedral de la Resurrección de Cristo por los montenegrinos, ubicada en el Bulevard Dzordza Vasingtona en pleno barrio nuevo de Montenegro o Novi Grad. No es que sea muy creyente o muy religioso, pero tratándose de una de las catedrales ortodoxas serbias más importantes de todo los Balcanes y de sus impresionantes frescos que alberga su interior, era un motivo de peso para no pasármelo por alto y hacerle una visita, aunque es cierto que está un poco lejos del centro de la ciudad. La visita a su interior es gratuita y simplemente hay que mostrar respeto y vestir con decoro, con los hombros y las piernas cubiertas. Todo lo que vas a ver en su interior es impresionante y os aseguro que vale la pena de hacer el esfuerzo para llegar hasta aquí.






































Si el año pasado ya me quedé bastante flipado con la visita a la Catedral Ortodoxa de San Sava de Belgrado, la visita a la de Podgorica no se queda atrás e incluso me parece más impresionante por dentro, aunque el entorno donde está ubicada es más bonita la de Belgrado porque en la que acabo de estar da un poco de miedo con sus bloques de pisos de la época de Tito y la antigua Yugoslavia que da la impresión que en cualquier momento se van a derrumbar, aunque podéis ir tranquilos porque almenos durante el día no hay ningún tipo de inseguridad por sus calles y la gente va mucho a su bola ya que la gente es muy fría y no son muy amables, como he podido comprobar desde mi llegada al país.






Por esta zona poco más hay por visitar aparte de la catedral ortodoxa y tampoco tengo mucho tiempo porque en poco menos de 5 horas sale mi vuelo de vuelta a casa y tengo que ir aún hacia el aeropuerto en transporte público, así que deshago mi camino de nuevo hacia el Puente de Moscú para cruzar sobre el río Moraca, esta vez cambio mi trayecto para ver algo diferente al camino que me ha traido hasta aquí a la ida y me dirijo al Puente de Piedra que pasa sobre el río Ribnica, un oasis de paz entre tanto hormigón y edificios comunistas de Podgorica hasta llegar al Parque del Rey, el auténtico pulmón verde de la ciudad y fácilmente reconocible por la estatua ecuestre del Rey Nikola I, donde encontraremos a los montenegrinos paseando y haciendo deporte. Por esta zona podemos encontrar algún rincón interesante como es la Torre del Reloj de origen otomano y de los pocos monumentos que sobrevivieron durante los bombardeos de la II Guerra Mundial, y justo al lado se encuentra uno de los mejores restaurantes de la ciudad como es el Pod Volat, aunque a estas horas no me apetece nada comer tan pronto.











Me encuentro de nuevo en la Plaza de la Independencia y prácticamente en el centro de la ciudad y ya tengo lo más importante visitado porque la ciudad no da para mucho más, había leído antes de llegar que no valía la pena visitar Podgorica y que era una ciudad muy gris y muy fea, yo ahora después de visitarla y con conocimiento de causa puedo decir que aquel que dijo eso se quedó bastante corto, porque a mi personalmente me ha parecido una ciudad bastante horrible, sin personalidad y sin grandes atractivos, donde aparte de visitar la iglesia ortodoxa lo único que vas a encontrar es a gente tomando café en alguna de las tantas terrazas y bares que dispone la ciudad y de ahí no los saques, así que si quieres hacerle una breve visita a tu llegada o final de viaje de unas 3 ó 4 horas para ver alguna cosa de la ciudad puedes hacerlo, sino mejor te la puedes saltar porque se ha ido directamente al primer puesto de peor capital europea y en el pódium de las mundiales, solamente superada por Yakarta en Indonesia, que también me pareció una ciudad horrorosa. 

Para hacer un poco de tiempo me voy a comer algo porque llegaré tarde a casa y en los aeropuertos evito comer en la medida de lo posible, así que tengo fichada una pekara (panadería) que tiene buena pinta y he visto que es una cadena que se llama Sicilia, hay algunas repartidas por la ciudad y yo voy a comer en una que hay en la Plaza de la Independencia, al lado del centro comercial. La verdad es que está muy bien porque tienes para consumir productos de panadería y bollería casera, como comida italiana en restaurante, así que tanto te puedes comer una ensaimada como un plato de macarrones o una pizza, y los precios son muy económicos porque por menos de 5 € puedes salir comido de allí tranquilamente, ya que la diferencia de precios con los lugares más turísticos del país es abismal.

Finalizadas las visitas y el descanso toca despedirse de la ciudad, así que tirando de móvil me voy caminando hacia la estación de autobuses que está a unos 2 kms y un trayecto de unos 15 minutos, allí hay taxistas que te llevan al aeropuerto con tarifa cerrada de 15 € y de ahí no se mueven, así que me voy a la estación de trenes que está justo al lado y donde previamente ya había mirado los horarios y decido probar suerte ahora que tengo suficiente tiempo.


Los horarios se pueden consultar en la web de los Ferrocarriles de Montenegro, y los trenes que parten desde Podgorica al aeropuerto son los siguientes:

05:10h - 07:55h - 09:12h - 11:35h - 12:55h - 15:30h - 16:36h - 19:13h - 22:17h

El ticket se puede comprar en la taquilla de la estación, su precio en primera clase es de 2 € y en segunda clase es de 1,20 € (admiten pago con tarjeta de crédito) y su trayecto es de solamente 7 minutos. También es posible comprar el billete dentro del tren si pasa el revisor, en este caso solamente se puede pagar en efectivo.

Yo voy a probar suerte y decido tomar el tren de las 12:55h ya que mi vuelo sale a las 16h de la tarde, en caso de que algo no vaya bien pues me vuelvo para atrás y me voy en taxi al aeropuerto, que está muy cerca. Compro el ticket en la taquilla (1,20 €) y me dicen que saldrá desde el andén 2, allí veo gente esperando pero sinceramente no tengo mucha confianza, más cuando son las 13h y no ha llegado, le pregunto a un chico y me dice que espere que está a punto de llegar, que los retrasos son normales. Finalmente aparece a las 13:05h con 10 minutos de retraso, son trenes muy viejos y por dentro son cabinas cerradas, así que no tengo ni idea ni cuál es mi vagón ni si tengo asiento asignado, lo mejor para un trayecto tan corto de 7 minutos es quedarme de pie mirando por la ventana. El tren se pone en marcha y parece que al cacharro le cuesta tirar, yo creo que no iremos a más de 10 kms por hora, en eso que aparece el revisor y viene directamente a por mi (se pensaría que iba de polizón), sin decir nada le enseño el billete, me lo marca y no me dice nada, por lo visto en este país la amabilidad no es su punto fuerte. Al poco el tren se detiene en medio de la nada e intuyo que tiene que ser la estación del aeropuerto, tengo que pegarle una patada a la puerta para que se abra ante la impasividad del revisor y me bajo mientras el revisor me hace señas para que cierre la puerta desde fuera... bastante surrealista todo, y más cuando me encuentro estas vistas solamente poner un pie en el andén...


Pues si quería aventura aquí la tengo, me encuentro en medio de la nada o mejor dicho en el culo del mundo, sin un alma por allí y sin una triste señalización, así que dejo ir mi intuición y me voy por un camino de cabras paralelo a la autovía hasta que se acaba el camino y tengo que ir directamente por el arcén, los coches pasan por allí pero ninguno se para para ofrecerse a llevarme, así que continuo caminando hasta que diviso la torre de control del aeropuerto y de seguida llego, calculo que desde la estación que me he bajado hasta el aeropuerto serán unos 20 minutos caminando a ritmo normal, llegando sobre las 13:30h, y menos mal que no he llegado antes porque el aeropuerto es muy pequeño y apenas dispone de servicios para el viajero, y solamente dejan pasar al control de pasaportes y zona de embarque poco antes de una hora de tu vuelo, así que aprovecho para estar fuera tomando el sol hasta que se acerque el momento de embarcar.


Sobre las 15h empieza la fila para pasar a la zona de embarque, primero pasamos por control de pasaportes donde me toca la única persona amable y simpática que me he encontrado en todo Montenegro, pasamos control de seguridad y a esperar a que nos den el visto bueno para ir caminando hacia el avión, almenos puedo decir que todos estos trámites son rápidos y lo tienen todo muy bien organizado, y felicitar a Ryanair por su puntualidad y buen hacer, la verdad es que se agradece volver a casa sin ningún contratiempo, y eso viniendo de una compañía low cost son palabras mayores.


Una vez embarcados me toca de compañeros de asientos a dos chicos jóvenes de Kotor, empezamos a conversar y resulta que son dos integrantes de la selección junior de waterpolo de Montenegro (uno era el portero), es la primera vez que vienen a Barcelona y nos pasamos todo el trayecto hablando, así que las dos horas y media de vuelo de vuelta se me pasan rapidísimas, nos despedimos y me voy para casa, finalizando este corto pero intenso viaje por Albania y Montenegro, dos de los países menos visitados de los Balcanes, donde el primero me ha encantado pero Montenegro me ha dejado bastante frío y no me ha llenado como para decir que me ha gustado mucho, quizás haya sido que está bastante enfocado al turismo, el carácter tan cerrado de su gente o bien que mis expectativas eran otras muy diferentes a lo que me he encontrado en realidad, aún así estoy contento de haberla visitado pero no creo que vuelva a visitar los mismos lugares, en todo caso si volviera sería para sacarme la espinita de no haber podido visitar el Parque Nacional de Durmitor y poder combinarlo con Bosnia y Herzegovina.

Dovidenja, Crna Gora!!


Otras rutas por los Balcanes: