8 de mayo de 2016

POLONIA



Uno de los países más desconocidos turísticamente y que más me han sorprendido gratamente ha sido Polonia, un país que ha resurgido de sus cenizas y del infierno después de la locura nazi hasta convertirse en un destino dónde aglutina las plazas y rincones más bellos de toda Europa Central.

Estamos ante uno de los países más bonitos y maravillosos de Europa y me atrevo a decir que del mundo, bastante económico para cualquier bolsillo medio y fácil de visitar para cualquier viajero, con un pasado muy duro y un futuro muy prometedor.



FICHA TÉCNICA DEL VIAJE

FECHA: Marzo 2.016

DÍAS: 10

DOCUMENTACIÓN NECESARIA

DNI

Pasaporte con mínimo 6 meses de validez, aunque para ciudadanos de la Unión Europea no hace falta.

OTROS DATOS DE INTERÉS

IDIOMA: Se habla el polaco puro y duro, aunque en las zonas más turisticas de las principales ciudades del país hablan inglés, sobretodo los más jóvenes. Con empeño y respeto es fácil entenderse.

MONEDA: La moneda oficial es el Zloti polaco, abreviado Zl o PLN. Se puede cambiar prácticamente en cualquier sitio a través de sus Kantor repartidos por todo el país, y en el momento de mi visita fue de 1 € = 4,20 Zl, aproximadamente.

TARJETAS: Se puede pagar con tarjetas de crédito en casi cualquier lugar, ya que esta modalidad está muy extendida a lo largo del país, excepto en pequeños mercados o tiendas de comestibles. Se recomienda llevar algo de dinero en efectivo para evitar estas situaciones.

GUIA DE VIAJE: Mi guia como siempre será la Lonely Planet, bastante útil y con información bastante actualizada sobre este destino.

TELEFONO: Hay cobertura de teléfono en todo el país, pero conviene tener contratado el roaming.

INTERNET:  Prácticamente en cualquier lugar hay sitios para conectarse y en la mayoría de alojamientos disponen de wifi gratuito. Además en muchas zonas de las grandes ciudades existen zonas habilitadas con wifi gratuito y de calidad.

SEGURIDAD: País 100% seguro, aunque siempre hay que ir con precaución y con sentido común.

VACUNAS: No hay ninguna vacuna obligatoria.

ELECTRICIDAD: El voltaje es de 230 V y no hace falta adaptador para los enchufes.

DIFERENCIA HORARIA: Misma hora respecto a España.

RELIGIÓN: Mayoritariamente Católicos, y una mínima parte de Judíos.

EL ITINERARIO DEL VIAJE

Varsovia - Cracovia - Wroclaw - Poznan - Varsovia.
















DÍA 1.-   ESTOCOLMO - VARSOVIA
DÍA 2.-   VARSOVIA
DÍA 3.-   VARSOVIA - CRACOVIA
DÍA 4.-   CRACOVIA - OSWIECIM - CRACOVIA
DÍA 5.-   CRACOVIA 
DÍA 6.-   CRACOVIA - WROCLAW
DÍA 7.-   WROCLAW - POZNAN
DÍA 8.-   POZNAN - VARSOVIA
DÍA 9.-   VARSOVIA
DÍA 10.- VARSOVIA - BARCELONA

PRESUPUESTO DEL VIAJE

DESGLOSE DEL PRESUPUESTO                                             IMPORTE

VUELO Estocolmo - Varsovia con Ryanair                                                       9,99 €

VUELO Varsovia - Barcelona con Norwegian                                                 52,60 €

ALOJAMIENTO                                                                                 106,00 €

TRANSPORTE                                                                                                                  36,20 €

OTROS (COMIDAS, TICKETS, GASTOS PERSONALES,..)                             107,14 €

Total Presupuesto por Persona                                              311,93 €

TRANSPORTE EN LAS CIUDADES



El transporte urbano del país ofrece la posibilidad de moverse cómodamente englobado en un único billete que te permite viajar en metro, autobús o tranvía.

El metro dispone solamente de 2 líneas diferentes (actualmente siguen trabajando para construir más paradas), por una parte la línea azul o M1, que recorre la ciudad de norte (Mlociny) hacia el sur (Kabaty), y la línea roja o M2 que recorre la ciudad de oeste (Rondo Daszynskiego en pleno barrio de Wola) hacia el este de la ciudad (Dworzec Wilenski, en pleno barrio de Praga).

Hay diferentes tipos de billetes y precios, dependiendo de nuestras necesidades:

- Billete normal: 4,40 PLN
- Billete 20 minutos: 3,40 PLN
- Billete 90 minutos: 7,00 PLN
- Bono 24h Zona A: 15 PLN
- Bono 24h Zona A y B: 26 PLN

Todas las personas menores de 16 años y mayores de 70 años, y los estudiantes menores de 26 años tienen derecho a una bonificación del 50%, así que pueden comprar la opción del Billete con Tarifa Reducida.

Los billetes se pueden comprar en todas las estaciones de metro, la mayoría aceptan tarjetas de crédito aunque otras solamente admiten monedas. En caso de encontrarse con alguna que no acepte tarjetas y no llevemos monedas, podemos comprar nuestro billete en alguno de los kantor que se encuentran en los bajos de las estaciones, que son pequeñas tiendas de revistas, bebidas o tabaco que además venden billetes de transporte, así que no os extrañéis. En el caso de los tranvías y autobuses, dentro de ellos hay una máquina dónde podemos comprar nuestro billete, dónde normalmente aceptan las tarjetas de pago sin problemas. Los mismos billetes sirven para coger también los autobuses y tranvías, siempre y cuando sean válidos (el billete normal no serviría si ya lo hemos aprovechado para coger otro transporte), pero los demás serían válidos para hacer trasbordos si todavía estamos dentro del límite de tiempo.

Estoy seguro que en algún momento de vuestra visita a Varsovia o cualquier otra ciudad polaca váis a utilizar el transporte público almenos una vez, ya que las distancias son enormes sobretodo en Varsovia, y aunque parezca que solamente hay de distancia una estación de metro y que puede estar cerca, la realidad es que son tranquilamente 20 minutos caminando por esas largas e interminables avenidas que nos recuerdan la época comunista.

En otras ciudades visitadas no hay metro, solamente tranvía y autobuses, aunque prácticamente no es necesario el transporte público porque se puede recorrer perfectamente a pie. Y sobretodo, en caso de utilizar el transporte público, comprar SIEMPRE los billetes, ya que hay muchos revisores de paisano camuflados en los diferentes transportes urbanos que no tienen ningún problema en ir a la caza del turista y que las multas pueden llegar a los 60 €, así que no vale la pena arriesgarse cuando un billete no cuesta ni 1 € al cambio, aunque he podido ver con mis propios ojos a decenas de turistas españoles coger el tranvía sin pagar y alegrarse porque con el dinero ahorrado se han podido beber una cerveza. Sin comentarios.

Para más información podéis consultar la web de ZTM, la compañía de transportes del país.

TRANSPORTE ENTRE CIUDADES



























Existen diferentes formas de moverse por el país, dependiendo de la época del año, el presupuesto y la compañía del viaje, y aunque lo más cómodo es el coche de alquiler, rápidamente lo descarté porque el viaje lo hacia en solitario y no me salía muy a cuenta, y además el frio y el estado de las carreteras en pleno mes de marzo no era muy buena opción, y más teniendo en cuenta lo bien que funciona el transporte público en el país.

Las opciones más recomendables son:

En Tren: Todas las ciudades importantes de Polonia están perfectamente conectadas en tren, gestionadas por la Compañía Polaca de Ferrocarriles (Polskie Koleje Panstwowe), más conocidas como PKP. Los billetes se pueden comprar en las mismas estaciones de tren o a través de sus webs, siendo las más recomendables la de PKP o la de Intercity.

Si finalmente nos decantamos por esta opción, tenemos que tener en cuenta que las estaciones principales son el nombre de la ciudad a dónde nos dirigimos añadiendo Glowny, a excepción de la estación de Varsovia, que se llama Warszawa Centralna. También tenemos que tener en cuenta a la hora de comprar los billetes saber diferenciar entre Primera Clase (Pierszawa Klasa) y Segunda Clase (Druga Klasa), siendo la segunda más barata. También es importante saber que Odjazdy significa Salidas, y Przyjazdy significa Llegadas.

A través de sus respectivas webs podéis ver todos sus horarios, precios y duración del trayecto.

En Bus: Personalmente ha sido mi opción escogida y aunque a veces no es la más rápida ni la que tiene más frecuencias, si que es cierto que es la más económica para desplazarte gracias a la compañía PolskiBus, una lowcost que funciona de maravilla, con una flota de autobuses de dos pisos muy moderna, con asientos muy cómodos y sobretodo, con wifi ilimitado y gratuito durante todo el trayecto con una señal perfecta.

Estos son los trayectos que hice por todo el país con esta compañía, con sus respectivos precios.

* Varsovia - Cracovia: 300 kms. aproximadamente, saliendo a las 08h de la mañana y llegando a las 12:45h porque había obras en la carretera y estuvo un rato parado en Kielce para que bajaran y subieran pasajeros, y el precio fue de 16PLN (3,80 €).

* Cracovia - Wroclaw: 300 kms. aproximadamente, saliendo a las 05h de la mañana y llegando a las 08:00h, dónde me pasé casi todo el trayecto durmiendo y el precio fue de 13PLN (3,10 €).

* Wroclaw - Poznan: 180 kms. aproximadamente, saliendo a las 04:45h de la mañana y llegando a las 08:00h, dónde me pasé todo el trayecto durmiendo y el precio fue de 21PLN (5 €).

* Poznan - Varsovia: 300 kms. aproximadamente, saliendo a las 13:35h del mediodía y llegando a las 19:00h de la tarde, y el precio fue de 26PLN (6,40 €).

Todos los billetes fueron comprados a través de su web con una antelación de mes y medio, y pagados con tarjeta Visa con gastos de gestión incluidos. Una vez realizada la compra te envian un mail a tu correo que deberás imprimir si quieres o llevarlo en tu smartphone, y una vez dejado tu equipaje en el maletero y antes de subir al bus se le enseña la reserva al conductor para que cuadre con la lista que tienen ellos y así de fácil puedes acceder al interior. Se recomienda llegar un mínimo de 15 minutos antes de partir ya que son muy puntuales y no esperan a nadie.

TRANSPORTE A/DESDE AEROPUERTO



























Varsovia dispone de dos aeropuertos diferentes, por un lado el pequeño aeropuerto de Modlin ubicado a 35 kms. de la ciudad y dónde operan los vuelos de Ryanair y otras compañías lowcost, y el otro aeropuerto es el moderno Frederick Chopin, el aeropuerto internacional del país y que se encuentra a una distancia de aproximadamente 10 kms. del centro de la ciudad.

Para llegar a la ciudad existen diferentes opciones y alternativas, dependiendo de nuestro tiempo y del dinero, con unas opciones más económicas que otras, que os paso a detallar:

Aeropuerto de Modlin:

- Autobús: Casi a la salida de la terminal hay un stand dónde venden los tickets para llegar a la ciudad en autobús con la compañía Modlin Bus, dónde incluso se puede pagar con euros sin necesidad de cambiar dinero. El precio es de 34 PLN solamente ida y si se compra la vuelta, te sale por 17 PLN, en caso de que vuestro vuelo sea desde este mismo aeropuerto. Yo recomiendo comprarlo el ticket del bus por su web del enlace anterior, ya que si se compra con antelación sale mucho más barato, ahorramos grandes colas de gente y es mucho más cómodo. Yo lo compré con un mes de antelación y me costó solamente 9 PLN (2 €) solamente ida, ya que la vuelta la haría desde el otro aeropuerto de la ciudad. La parada de autobús está justo enfrente de la terminal, tienen wifi gratuito y el trayecto dura unos 45 minutos, dependiendo del tráfico, con única parada en el Palacio de la Cultura de Varsovia, dónde tienes estación de metro y trenes al lado (Centrum). Personalmente es la opción más económica y recomendable.

- Tren: La estación de trenes no se encuentra en el aeropuerto de Modlin, así que enfrente de la terminal deberemos coger un shuttle (son de color amarillo y verde) y desde la estación coger el tren de la compañía Koleje Mazowieckie, dónde por unos 20 PLN (5 €) y 35 minutos después nos dejará en pleno centro de Varsovia, en la Warsawa Centralna (Estación Central).

- Taxi: Es la opción más cómoda de todas pero no la más rápida, dependiendo del tráfico del momento y de la astucia del conductor. El trayecto puede costar entre 150-200 PLN (40-50 €) y solamente lo veo recomendable si váis un grupo de 4 personas o llegáis a Polonia a horas intempestivas de la noche y no queréis caminar por sus frias calles.

Aeropuerto Frédéric Chopin:

- Autobús: Enfrente de la terminal de salidas está la parada del autobús, dónde existen diferentes líneas que nos llevarán al centro de la ciudad. Los más recomendados son el 175, que después de diferentes paradas te deja en Dw. Centralna (Estación Central) o Centrum (Palacio de la Cultura), aunque también existen otras opciones, como el número 188, que pasa por la estación de metro de Politechnika, a escasos metros de mi alojamiento, que fue mi opción escogida. Los tickets se pueden comprar en la máquina dentro del autobús y su precio es de un billete urbano normal dependiendo del tiempo de trayecto (4,40 PLN el de una hora o 3,40 PLN el de 20 minutos, dependiendo de dónde esté vuestra parada o alojamiento). Hay otras opciones como el bus N32, que es el nocturno en caso lleguéis o abandonéis la ciudad muy tarde o muy pronto. El trayecto suele durar unos 30 minutos y personalmente es la opción más ecónomica y recomendable. Fue mi opción escogida aunque haciendo el trayecto a la inversa, haciendo el camino hacia el aeropuerto en mi último día de viaje.

- Tren: La estación de trenes es la Warszawa Centralna y desde allí podemos coger los trenes SKM de las líneas S2 o S3 de la compañía Koleje Mazowieckie, dónde sirve el mismo título de transporte englobado de la compañía ZTM, así que el precio es el mismo cogiendo el bus que el tren, solamente se diferencia en el tiempo de trayecto, ya que en tren no hay que soportar el tráfico de la ciudad.

- Taxi: Es la opción más cómoda de todas pero no la más rápida como comentaba antes, aunque al estar el aeropuerto prácticamente en la ciudad su trayecto es más corto y barato, teniendo un coste aproximado de 15-20 PLN, así que es una buena opción para cualquier bolsillo. Recomendable si llegas a la ciudad por primera vez y no estás ubicado y no quieres complicaciones más que te dejen en la puerta de tu alojamiento.

ALOJAMIENTO DEL VIAJE



























Varsovia: Lwowska 11 Hostel. Alojamiento reservado a través de Booking, dónde estuve alojado las dos primeras noches del viaje y me gustó tanto que repetí las dos últimas noches del final del viaje. Ubicado en el barrio de Sródmiescie, a escasos 15 minutos caminando de el Palacio de Cultura y la Nowy Swiat, está situado en la quinta planta de un edificio viejo y ruinoso por fuera, pero una vez entras en el alojamiento cambia por completo, ya que las instalaciones son nuevas, amplias y muy limpias, con diferente tipos de habitaciones, una gran cocina con todo tipo de detalles y un pequeño comedor, aparte de la pequeña recepción. He estado alojado en una amplia habitación para cuatro personas (la de la foto) dónde las dos primeras noches compartí habitación con solamente otra persona, y las dos últimas noches con dos personas más, sin desayuno incluido y baño compartido (las toallas debes llevarlas tú o alquilarlas allí por 5 Zl), por un importe de 47 Zl la noche con impuestos incluidos, es decir, 11 € por noche. Aunque el personal no sean lo más amable del mundo (como en todo el país) aunque son muy correctos y serviciales, la tranquilidad, comodidad y limpieza, su excelente ubicación con parada de metro y tranvía muy cerca, y algunas tiendas y cafeterías en la misma calle, hacen que el alojamiento sea Muy Recomendable por calidad/precio.

Cracovia: Grand Central Hostel. Alojamiento reservado por tres noches a través de Booking, dónde lo único bueno que tiene es su ubicación, a dos calles de la Estación Central de trenes y autobuses de Cracovia, y casi enfrente de la Barbacana, inicio de la Stare Miasto de la ciudad. Una vez se llega al edificio parece mentira que cueste tanto encontrar el alojamiento, y es que no se molestan en poner un rótulo en la puerta aunque sea imprimido en una hoja de papel con el nombre del alojamiento y eso crea confusión la primera vez que llegas. Reservé con meses de antelación una habitación compartida de 4 personas y cuando llegué me dijeron que habían modificado mi reserva y me habían pasado a una habitación de 10 personas sin previo aviso, y encima tuve que discutir con ellas y hacerles entender que el precio de la habitación no podía ser el mismo para una habitación para 10 personas que para 4 personas, hasta que al final entraron en razón y me abonaron el importe reclamado a pesar del cabreo que llevaba encima. La primera noche estuve cómodo porque solamente éramos 4 personas en la habitación, pero las siguientes dos noches la habitación estaba completa y los compañeros tenían muy poca educación. Solamente dispone de un baño y una ducha en todas las instalaciones para todos los huéspedes de todas las habitaciones, así que aquello era un despelote total cada día. El importe de la habitación compartida de 10 personas, sin desayuno y sin ni siquiera taquillas para guardar el equipaje, me costó 9 € la noche, pagando 27 € en total. Lo único que se salva es el wifi y la excelente ubicación. NO lo recomiendo ya que por la zona hay alojamientos de sobras mejores que éste sin problema.

Wroclaw: Babel Hostel. Alojamiento reservado a través de Booking dónde estuve alojado solamente una noche, tiempo suficiente para visitar la ciudad de Breslavia. Ubicado justo enfrente de la Estación Central, estratégicamente perfecto si tienes que madrugar mucho para coger un transporte público y no perder tiempo. Las instalaciones están impecables, incluso con una zona amplia de ocio dónde poder relajarte después de un largo día de visitas por la ciudad. El personal es súper amable, servicial y de gran ayuda, y mi habitación compartida de 4 personas que había reservado se convirtió en una cómoda habitación individual ya que esa noche no había nadie más. La Stare Miasto y la zona turistica de la ciudad está a escasos 10 minutos paseando aunque tenemos parada de tranvía en la misma puerta del hostel por si no se quiere ir andando, y la zona está llena de supermercados y restaurantes. En total el importe de la habitación es de 14 € y seguramente fue el alojamiento más cómodo de todo mi viaje, por lo que en mi opinión es totalmente recomendable sin ninguna duda por calidad/precio.

Poznan: Rosemary's Hostel. Alojamiento con muy buenas referencias, dónde destaca su ubicación a apenas 50 metros de la Stare Miasto, y dónde venden cada una de sus amplias habitaciones ambientadas en una pelicula del genial director de cine Roman Polanski como algo maravilloso. La realidad una vez que estás allí es que la ubicación es perfecta y tienes la parada de tranvía en la esquina, y aunque las habitaciones son amplias y cómodas, de ambientación del cineasta solamente es una foto-póster en cada una de las habitaciones haciendo referencia a la película en cuestión, pero que nadie se espere mucho más. Alojamiento reservado a través de Booking, habitación doble y amplia, con baño compartido y con mini cocina equipada, wifi perfecto pero sin desayuno incluido, por un precio de 21 € la noche, ya que era fin de semana y es algo más caro que entre semana. La zona es tranquila a pesar de ser muy turistica y las habitaciones están aisladas térmicamente contra el ruido, así que a pesar de que las fotos de la web de Booking son algo engañosas (después de ver 3 habitaciones diferentes) y no se ajustan a la realidad actual, el alojamiento es recomendable, aunque el personal de recepción no destaque por su simpatía.

LO MEJOR DEL VIAJE

* Sin duda nos encontramos ante uno de los países más bonitos de todo Europa y no exagero si también digo de todo el mundo, un país que ha sufrido más que ninguno por culpa de ese señor bajito y con bigote que nos enseñaron en los libros de historia, y después por toda la época comunista, pero que ha sabido sobreponerse y levantarse con un resultado espectacular, con bonitos edificios y monumentos y sobretodo con esas plazas majestuosas en todas las ciudades que le han valido ser Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

* Lo fácil y barato que resulta visitar y moverse por todo el país, aunque el auge del turismo es de cada vez mayor, es posible todavía disfrutar de este país con unos precios muy baratos, tanto en alojamientos, entradas a lugares turisticos como su gastronomía, y que hay que aprovechar antes de que el país adopte el Euro como moneda oficial, dónde seguramente inflarán los precios como nos pasó en España.

* Su excelente gastronomía y sobretodo su rica y variada cerveza, aparte de estar muy buena dónde destacan sus sopas, pierogis y todo tipo de carnes y dulces, resulta muy barato, así que el que pase hambre en Polonia es porque quiere, porque tienes muchas opciones de comer bien sin necesidad de recurrir a la comida basura.

* El pasado duro que han tenido que sufrir les ha hecho sobreponerse a todas las adversidades y eso se nota, dónde apenas hace 30 años muchas zonas del país eran todavía ruinas o edificios en muy mal estado, hoy en día son bellos edificios rehabilitados sin perder de vista su triste historia. 

LO PEOR DEL VIAJE

* Aunque el viaje y el país no ha tenido nada malo bajo mi experiencia personal, la única pega que le pongo es el carácter de la gente, y no porque me haya pasado negativo ni mucho menos, pero acostumbrado a la amabilidad y hospitalidad de la mayoría de los países que he ido visitando todos estos años, los polacos me han parecido personas muy frias, poco hospitalarias y cuando alguna vez he preguntado algo puntual a alguien por la calle, se han puesto nerviosos ya que la gran mayoría no hablan inglés (excepto los más jóvenes) y me han rechazado con bastante desprecio, aunque la mayoría de veces han sido muy correctos conmigo pero sin ser amables.

* Visitar Auschwitz-Birkenau, seguramente la visita más dura de toda mi vida, dónde pude ser testigo de todas las atrocidades inhumanas que tuvieron que sufrir todas esas personas que fueron llevadas allí, dónde cada paso es una puñalada al corazón y que es imposible salir llorando ante tanto horror, pero aunque sea una visita demasiado dura creo que es imprescindible para conocer nuestra historia. 

Con esta pequeña introducción os llevo a visitar el país... Dzien dobry, Polska!!!


DÍA 1.- ESTOCOLMO - VARSOVIA

Después de pasar unos días en la bonita ciudad de Estocolmo, el motivo principal del viaje era visitar Polonia, un país al que le tenía muchas ganas desde hace mucho tiempo y que siempre iba postponiendo por otros destinos más lejanos, así que como este año otros amigos iban a viajar a destinos que ya había estado anteriormente y que no me apetecía repetir y tampoco me apetecía hacer un viaje muy lejano en esta época del año, no tenía excusas para por fin visitar este bonito país.

A las 13h y después de un vuelo de 90 minutos procedente de Estocolmo, aterrizo en la capital del país, Varsovia. Me recibe una ciudad muy gris y con mucho frio, dónde al salir al exterior esta vez no me golpea una bacanada de aire caliente como de costumbre cuando llego a otros países sino todo lo contrario, hace mucho frio y estamos a 1º, justo lo que estaba buscando, conocer este destino con frio y no en verano con temperaturas altas.

Me fumo un cigarro tranquilamente y me dirijo enfrente de la terminal a la parada del Modlinbus, dónde las 13:30h sale el autobús que me tiene que llevar al centro de la ciudad y dónde ya tengo mi ticket que compré con antelación a través de Modlinbus, ahorrándome largas colas y esperas, y dónde 45 minutos después ya me está dejando en la esplanada delante del edificio del Palacio de la Cultura y la Ciencia (Palac Kulturi i Nauki), uno de los símbolos inevitables de la ciudad a pesar de ser del desagrado de la mayoría local, y es que este mastodonte que fue regalo de Stalin a la ciudad, es una copia idéntica de una de las 7 Hermanas que podemos encontrar en Moscú, de clara influencia comunista.

Tengo dos opciones para llegar a mi alojamiento ubicado a kilometro y medio de dónde me encuentro, o bien caminar durante 20 minutos a través de una larga avenida con mi pequeño equipaje a cuestas, o bien coger allí mismo en la estación Centrum el metro hasta la siguiente parada, Politechnika, muy cerca de dónde se encuentra mi alojamiento, así que sin pensarlo mucho decido coger el metro, dónde saco mi billete de trayecto no superior a 20 minutos en las pequeñas máquinas que hay pagando con Visa (3,40 PLN), y 5 minutos y una parada después me bajo, dónde apenas tengo 3 minutos caminando hasta mi alojamiento que llego sin problemas.

Realizo el check in rápido, me hago con un mapa de la ciudad y aunque hoy es domingo, lo primero que intento hacer es cambiar algo de moneda local, así que esta vez me vuelvo para la zona de Centrum de nuevo que hay más cosas abiertas, y en los bajos del hotel Metropol encuentro abierta una oficina de cambio, dónde me cambian 4,20 PLN por cada €uro y dónde después de cambiar 80 € tendría suficiente para todo el resto del viaje.


Son las 15h de la tarde y todavía no he comido, pero en Varsovia todos los domingos la mayoria de museos son gratuitos (ya podían aprender y seguir el ejemplo otros países), así que prefiero aguantar un poco más y visitar alguno antes de que cierren, así que decido empezar las visitas sin perder tiempo.



Las distancias en Varsovia son enormes y tanto las zonas más turisticas como los lugares a visitar están dispersados por toda la ciudad, así que mi recomendación es que visitéis la ciudad por zonas o barrios y de vez en cuando cojáis algún transporte público, aunque me sorprende leer a mucha gente decir que Varsovia no merece la pena ser visitada o que algunos le dediquen solamente menos de un día para visitar su zona antigua, cuando a mi me ha parecido una ciudad impresionante y muy interesante, y me ha faltado mínimo un día más para visitarla con más tranquilidad.

Sin tiempo que perder camino por una larga avenida llamada Aleja Jerozolimskie (Avenida de Jerusalén) hasta llegar a la Nowy Swiat (inicio de la ciudad vieja), y desde allí y con ayuda de un mapa voy serpenteando las calles de la zona hasta llegar al Muzeum Fryderyka Chopina o lo que es lo mismo, el Museo Fryderyk Chopin, y aunque no soy tampoco muy amante de la música clásica me apetecía mucho visitarlo.


El museo está abierto de martes a domingo de 11h a 20h (los lunes cierran) y el precio para visitarlo es de 22 PLN, excepto todos los domingos dónde su entrada es gratuita. Tenéis más información a través de la web del Museo Chopin.

Para visitarlo primero debemos bajar las escaleras y acceder al edificio de enfrente dónde debemos acreditarnos como españoles o el idioma elegido y nos entregarán una tarjeta totalmente blanca que al principio no sabes para que sirve y no tiene mucho sentido, pero una vez que entras al bonito edificio barroco del museo todo cobra sentido, y es que al dejar el abrigo y la mochila gratuitamente en consigna, veremos que las salas del museo son interactivas y no hay apenas paneles ni botones, sino que debes pasar la tarjeta que te han entregado por cualquier panel que te interese y automáticamente tienes todas las explicaciones y vídeos de forma interactiva a tu alcance, por eso es muy importante acreditarse y decirles el idioma en la que quieres hacer la visita.

Aunque no entiendas mucho de música es una visita totalmente recomendable y muy relajada, sobretodo cuando puedes ponerte los auriculares y relajarte con las obras de este genio de la música, y si la podéis hacer coincidir con un domingo que es gratuita pues es dinero que os ahorráis y podeis emplear para otra cosa, como por ejemplo, comer o tomaros unas ricas cervezas.




Son más de las 18h de la tarde cuando salgo del museo, así que para no perder tiempo buscando un sitio para comer porque todavía no conozco la ciudad, me meto en un Mc Donald's que me encuentro por el camino (12,50 PLN) mientras aprovecho el wifi gratuito para dar noticias a la familia y amigos, y poco después ya estoy recorriendo de nuevo la Nowy Swiat dando inicio a la conocida Ruta Real, una gran avenida con hileras de edificios impresionantes a cada lado de la calle, destacando iglesias, palacetes y la universidad, y aunque la tarde de hoy será una primera toma de contacto con la ciudad y en los próximos días la visitaré más a fondo, no puedo resistirme a empezar a recorrerla con mucha curiosidad.










Tras un largo paseo de más de dos horas llegando hasta la Barbacana y disfrutando del ambiente previo a la Pascua, dónde los polacos salen a pasear y desafiar al frio mientras compran flores y huevos de Pascua, decido comerme un rico creppe de chocolate calentito (6 PLN) y vuelvo a retroceder por la Ruta Real hasta llegar 20 minutos después al cruce con la Swietokrzyska, dónde se encuentra la parada de metro del mismo nombre, ya que me niego hoy a ir andando hasta mi alojamiento (otros días si lo haría) y una vez en la estación no me aceptan la tarjeta Visa en la máquina (la única vez que me pasaría en todo el viaje) y al no tener suficientes monedas acabo comprando mi billete en un kantor (tiendas típicas en Polonia dónde venden revistas, bebidas, tabaco, etc) que hay en el interior de la estación sin que la dependienta entendiera nada de inglés, y dos paradas después ya estoy al lado de mi alojamiento, dónde de camino encuentro un Carrefour Express dónde aprovecho para comprar agua (1,50 PLN), y aunque el joven dependiente no habla nada de inglés es un cachondo y simpático, con el que acabaría cogiendo algo de confianza y buen rollo teniendo en cuenta el carácter frio de los polacos.

A las 22h estoy llegando a mi alojamiento dónde se accede de una forma bastante curiosa, y es que como pasa en la mayoría de alojamientos de Polonia y que ya pude comprobar en mi viaje a Rusia, allí las puertas no se abren con llaves sino marcando un código de acceso, así que primero hay que marcar un código para abrir la puerta del portal dónde accedes a un patio comunitario de varios edificios, después marcas el mismo código para abrir la puerta de la entrada de tu edificio, coges el ascensor que es de la época de Stalin de lo antiguo que es y que al principio cuesta saber su funcionamiento y que rezas para no quedarte allí atrapado y que te encuentren por casualidad al cabo de 40 años, y cuando finalmente accedes a tu planta, en mi caso un quinto piso, introduces el código para acceder a tu alojamiento... y por si no fuera suficiente, debes pasar la tarjeta que te entregan en el hostel haciendo el check in por la puerta para acceder a tu habitación... así que esta gente no tienen preocupaciones por si pierden las llaves de casa ni tonterías, lo malo es que si se te olvida los códigos de acceso o llegas borracho a casa, pues no entras y a pasar frio!

Después de un rato toca descansar ya que el día ha sido largo y de momento tengo suerte y no comparto habitación con nadie más, así que a coger fuerzas que a partir de mañana empieza conocer el país a fondo!

DÍA 2.- VARSOVIA

Hoy he madrugado bastante y a pesar de tener un nuevo inquilino en la habitación que llegó anoche, preparo todo y a las 08h ya estoy saliendo por la puerta en busca de un local para desayunar, que no tardo en encontrar porque casi en mi misma calle ya tengo localizada una bonita cafetería con una decoración bastante peculiar, dónde no dudo en desayunar un buen capucchino (18,90 PLN).



Al salir tengo la opción de coger el metro allí mismo o empezar a caminar, así que como estoy descansado escojo la segunda opción para llegar 15 minutos después a la "Rotonda de la Palmera" con el monumento de Charles de Gaulle que se encuentra en la Aleje Jerozolimskie (Avenida de Jerusalén), una de las arterias más importantes de la ciudad dónde antiguamente había un asentamiento judío, dando inicio a la Nowy Swiat o Ruta Real, que hoy visitaré más a fondo.

Una vez que nos adentramos en su bonita ulica Krakowskie Przedmiedscie lo primero que encontramos es el monumento al famoso astrónomo polaco Nicolás Copérnico (Pomnik Mikolaja Kopernika), autor de la teoría heliocéntrica del Sistema Solar, aunque en realidad no nació en Varsovia sino en la pequeña población de Torun. La plaza y el monumento es muy bonito, como todo en la ciudad, con el majestuoso Palacio de Staszic detrás del monumento.


No hace falta decir que a estas horas de la mañana es una gozada caminar por aquí sin apenas gente y pudiendo fotografiar cualquier rincón de esta zona de la ciudad sin ningún agobio de turistas, a pesar de encontrarme a las puertas de la Semana Santa. Sigo caminando y la próxima visita es la Iglesia de la Santa Cruz (Bazylika Mniejsza pw. Swietego Krzyza), una de las iglesias más importantes de toda la ciudad, que data del siglo XVII y de estilo barroco, y dónde destaca entre otras muchas cosas, la urna empotrada en una columna con el corazón del compositor polaco Fryderyk Chopin, respetando así su última voluntad. También podemos encontrar un bonito recuerdo de Karol Wojtyla, más conocido como el Papa Juan Pablo II, también polaco y uno de los más queridos de la historia.




Sigo recorriendo la amplia calle Krakowskie Przedmiescie, llena de bonitas fachadas, iglesias, la Universidad y hasta el Palacio Presidencial del gobierno polaco. Las iglesias más destacadas son la Iglesia de Santa Ana (Kosciol sw. Anny), la Iglesia de San José el desposado de la Santísima Virgen María (Kosciol sw. Józefa Oblubienca NMP), la Iglesia Visitacionista (Kosciol Wizytek) y la Iglesia de la Asunción de la Virgen María y José (Oblubienca  Bogarodcizy).








Sigo caminando y maravillado de todo lo que estoy viendo, me parece una ciudad extraordinaria y muy fácil de recorrer, así que como todavía tendré algún día más en la ciudad prefiero visitarla a trocitos y sin prisas, sin marcarme un planning cerrado y sin querer abarcar hoy más de la cuenta.

Casi sin darme cuenta llego a la Stare Miasto (Ciudad Vieja), considerado el centro histórico y la parte más bonita de la ciudad, dónde el 90% fue arrasado durante la II Guerra Mundial y que gracias a sus exhaustivos trabajos de rehabilitación y de saber sobreponerse a tanta bárbarie hoy en día es Patrimonio Cultural por la UNESCO, todo un ejemplo de superación y hacer bien las cosas.

Lo primero que nos recibe en medio de la Plac Zamkowy de la Stare Miasto es la inmensa Columna de Segismundo, en honor al antiguo Rey de Polonia Segismundo III Vasa, que había trasladado la capital del país de Cracovia a Varsovia. La inmensa columna mide 22 metros de altura con la estatua del Rey, y con una espada en la mano derecha y una gran cruz en su mano izquierda, dónde según cuenta la leyenda, si algún día se cayera la espada del Rey Segismundo hacia abajo sería un presagio de que se acerca alguna tragedia o desastre a la ciudad, así que esperemos que nunca suceda.

También es un buen punto de encuentro entre la población local y sobretodo de los tours por la ciudad, ya que desde aquí salen las diferentes excursiones para recorrer a pie la ciudad.



Pero si algo destaca de verdad en la Plaz Zamkowy es el Castillo Real (Zamek Królewski), antigua residencia delos Príncipes de Mazovia y poco después del Rey de Polonia, hasta que fue destruido totalmente durante la II Guerra Mundial y reconstruido años después. Es posible visitarlo por dentro a través de sus estancias y el precio es de 22 PLN, aunque yo finalmente no lo visité porque prefería visitar otros lugares para mi más interesantes. Tenéis más información a través de la web del Castillo Real.


Sigo caminando por la zona y girando por la primera calle a la izquierda (ulica Swietojanska) podemos encontrar una de las iglesias más curiosas de la ciudad que data del s. XIV con un estilo barroco, la Basílica de San Juan Bautista Mártir, siendo la más antigua de la ciudad y dónde tuvo un papel muy destacado durante el Alzamiento de Varsovia de 1.944 y posteriormente volada por el ejército Nazi durante la II Guerra Mundial. Aquí se encuentra la tumba del último rey polaco, Estanislao Augusto Poniatowski.






Sigo caminando con destino a la cercana y famosa Plaza del Mercado de la Ciudad Vieja (Rynek Starego Miasta), seguramente una de las estampas más famosas y bonitas de la ciudad de Varsovia, lástima que en un lateral de la misma está vallada porque están haciendo obras de rehabilitación en algunos edificios, sobretodo los que ocupan el Museo Histórico de Varsovia y dónde tenéis más información a través de su web, por eso desluce un poco las fotografías, incluso su famosa Sirena que corona el centro de la plaza está parcialmente vallada, aunque en cuanto vuelva a la ciudad en los próximos días después de recorrer parte del país comprobaré que ya no estará vallada siendo la visita mucho más agradable.






La Plaza del Mercado es Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1.980 y el lugar invita a quedarse un rato a descansar, bien sentado en un banco de la plaza viendo la vida pasar o bien sentado en alguna terraza de alguno de los restaurantes tomando algo, pero reconozco que mis ansias y ganas por seguir recorriendo la ciudad son más grandes y no puedo evitar continuar mi camino para seguir explorando la ciudad, de una forma totalmente relajada y disfrutando de cada rincón de la ciudad.






Sigo avanzando y apenas a un par de minutos caminando de la Plaza del Mercado llegamos a la Barbacana (Barbakan) y Muralla de la ciudad con sus torres defensivas, que rodea toda la Ciudad Vieja hasta dónde se encuentra la Columna de Segismundo, pero dejaremos esta parte de la ciudad para más tarde y sigo mi camino hacia la Plaza del Mercado de la Ciudad Nueva (Rynek Nowego Miasta), dónde para llegar hay que atravesar la interesante ulica Freta, dónde hay dos edificios que destacan por encima del resto, uno es la Iglesia de San Jacek (kosciol sw. Jacka) y el otro es la Casa-Museo Marie Curie (Muzeum Marii Sklodowskiej-Curie), el lugar que vió nacer a Marie Salomea Sklodowska Curie, la genial científica polaca aunque nacionalizada francesa, única mujer que ha conseguido ganar dos prestigiosos Premios Nobel en diferentes especialidades.

Hoy lunes el museo permanece cerrado, pero tenéis más información en la web del Museo Curie sobre horarios, entradas y exposiciones temporales.




Sigo recorriendo tranquilamente la ulica Freta y al final de la calle llegamos a la Rynek Nowego Miasta (Plaza de la Ciudad Nueva), dónde a estas horas se está realizando un pequeño mercado de productos de Pascua y de pequeños artesanos de madera que no me parece muy interesante, y me dirijo a la imponente Iglesia de San Casimiro (kosciol sw. Kazimierza) del s. XVI y antigua residencia de Juan III Sobieski y su esposa María Casimira.





Si seguimos avanzando por sus bonitas calles llegamos hasta la Iglesia de la Visitación de la Santísima Virgen María (kosciol Nawiedzenia Najswietszej Marii Panny), una de las más antiguas de la ciudad, aunque lo mejor es el mirador que hay al lado con unas vistas maravillosas del rio Wisla (Vístula), que separa la ciudad con este barrio con el de Praga, uno de los más interesantes de la ciudad y en el que más adelante hablaré de él y de las diferentes opciones para llegar.





Como mi intención es visitar el barrio de Praga con tranquilidad, dejo la visita para otro momento y deshago de nuevo mis pasos por dónde he venido, volviendo a recorrer de nuevo la calle Freta hasta llegar a la Barbacana, dónde esta vez recorro la parte que rodea la Muralla que data del año 1.548 dónde antaño fue un lugar de ejecuciones y dónde actualmente destacan varios monumentos, el Monumento al Pequeño Insurgente (Pomnik Malego Powstanca), una pequeña estatua de un niño con un arma y un casco grande que representa a todos los niños que lucharon durante el Alzamiento de Varsovia en 1.944, y el otro destacado es el Monumento a Jan Kilinski (Pomnik Jana Kilinskiego), un zapatero que se convirtió en uno de los líderes del Alzamiento y la Insurección del 1.794 contra las tropas rusas.






Si seguimos el rastro de la Muralla llegamos de nuevo a la Plac Zamkowy con su estatua de Segismundo presidiendo la fotogénica plaza, así que como ya va siendo la hora de comer voy buscando un lugar para hacerlo dónde esta vez no voy a tener muchos problemas, ya que he visto algunos restaurantes con buena pinta durante todo mi paseo y ahora solamente falta decidirme por alguno, y aunque mi primera opción era el restaurante Podwale 25 situado fuera de la Muralla y muy cerquita del monumento al Pequeño Insurgente, finalmente me decido por el restaurante U Dana, ubicado en la calle Podwale, número 5 y muy cerca también del monumento anterior, con un servicio y amabilidad impecable de su camarera, una chica con rastas y tatuajes, que díficilmente volvería a encontrarme durante el resto del viaje y que en mi último día en la ciudad volvería, ya que aparte del servicio, la comida está muy buena y es muy económico (como en todo el país).

Aquí comí de primero zupa (sopa) que es muy típica en Polonia, está muy rica (lo dice uno que no es sopero) y con el frio que hace fuera viene muy bien para recuperarse un poco. Y de segundo los famosos pierogis, plato típico de Polonia y de otros países de Europa Central y del Este, que ya tuve la oportunidad de probar en mi viaje a Rusia, y que consiste en una pasta rellena dependiendo de lo que la escojamos, hay de relleno de carne, pescado, verduras, queso, etc... Yo la pedí rellena de carne y estaba buenísima, pero durante todo el viaje tuve la oportunidad de volver a probarlas con otros rellenos diferentes y ninguno me decepcionaron, pero para mi gusto las de carne son las más buenas, y para beber y aunque haga mucho frio la cerveza de medio litro no me la quitaba nadie cada día, ya que entran muy bien (tienen menos graduación que la nuestra) y son muy baratas.

El total de la cuenta fueron 32 PLN, apenas 8 €!! Y es que la gastronomía polaca es una delicia y no hace falta acudir a cadenas de comida rápida a no ser que tengáis algún capricho o seas muy especial a la hora de comer.


Después de comer y para bajar un poco la comida me fui paseando a la cercana Plac Krasinskich (a 3 minutos caminando) dónde encontraremos el Monumento al Alzamiento de Varsovia de 1.944 (Pomnik Powstania Warszawskiego), que tantas veces había leído en los libros de historia y fotografías. El monumento representa a los cientos de héroes del Alzamiento de Varsovia de 1.944 que lucharon y resistieron durante 63 días contra el ejército nazi bajo las órdenes del líder polaco Mordechai Anielewicz.

En los monumentos puede verse a los insurgentes saliendo de las alcantarillas del guetto de Varsovia durante el Alzamiento.









Me hubiera gustado visitar el museo que hay al lado, pero le pregunté a un par de policias que había por allí si estaba abierto y por dónde se entraba y me contestaron en un perfecto polaco las tres veces que se lo pregunté, así que al final desistí y ya volvería a intentarlo en otro momento, así que ahora tocaba visitar la Catedral de Campo del Ejército Polaco de la Santísima Virgen María (Katedra Polowa Wojkska Polskiego) y es que en poner nombres raros y largos a las iglesias no hay quien les gane a estos polacos. La iglesia en cuestión está justo enfrente del Monumento del Alzamiento de Varsovia que acabo de visitar, su fachada ortodoxa es muy bonita y destaca porque en la entrada hay un gran busto en recuerdo de Karol Wojtyla, más conocido como el Papa Juan Pablo II, fallecido en 2.005 y uno de los más queridos.



Y justo a mano izquierda del Monumento del Alzamiento de Varsovia podemos encontrar la Corte Suprema de la República de Polonia (Sad Najwyzszy Rzeczypospolitej Polskiej) dónde destacan unas cariátides decorativas de colores en su jardín y el edificio tiene simbolicamente forma de puerta, y es que no hay que olvidar que durante la II Guerra Mundial aquí se encontraba una de las puertas que daba acceso al gueto judío de Varsovia.



Son las 14:45h y me vuelvo de nuevo a la Plac Zamkowy, aparte de hacer frio está empezando a llover, así que me dirijo hacia la Columna de Segismundo dónde tengo intención de hacer uno de los tours en español que organizan los chicos de Free Walking Tour, dónde había leido buenas opiniones y aunque la gente que me conoce saben que no me gusta nada esto de los tours organizados y que prefiero ir a mi bola, estaba interesado en el tour Varsovia Judía, más que nada porque no es lo mismo ir con una guia y apuntes a tu bola, en vez de que te lo explique una persona nativa del país con toda la historia que hay detrás, y si además te encantan estos temas como a mi, la visita puede ser muy interesante, aunque como todo en la vida, tienes sus pros y sus contras que explicaré más adelante.

En la web tenéis toda la información y justamente ese día realizaban el tour en el que estaba interesado, así que 10 minutos antes de las 15h ya estaba en el punto de encuentro con un pequeño grupo de españoles y encima había dejado de llover, pero la sorpresa fue que poco antes de empezar el tour se presentaron tropecientosmil españolitos para hacer el tour y al final nos juntamos 80 personas, aunque podía haber sido peor porque en otro tour que hicieron por la mañana para enseñar los monumentos más importantes de la Ciudad Vieja se llegaron a juntar 140 personas!! Si es que ya se sabe, allí dónde hay algo gratis o regalan algo estamos los españoles en manada.

Nuestra guia se llama Patricia, es una joven estudiante polaca de filología hispanica e inglesa en la Universidad de Varsovia y en su tiempo libre le encanta hacer de guia, y encima habla un perfecto español. El tour dura casi 3 horas y se hace muy ameno y a mi me resulta súper interesante escuchando la história de la invasión nazi, el gueto judío, el Alzamiento de Varsovia, el Holocausto y todas las atrocidades que allí acontecieron, mientras paseamos por el barrio de Muranów, clave para entender la historia y dónde estuvo situado el gueto judío con un muro de 18 kms de largo por 3 metros de alto, y dónde llegaron a convivir cerca de medio millón de judíos de los cuáles no quedó ninguno vivo, ya fuera porque murieron de frio y hambre, otros porque fueron deportados a los campos de concentración de Treblinka o Auschwitz, y los últimos 50.000 judíos con Mordechai Anielewicz a la cabeza lucharon durante 63 días sin tregua en inferioridad numérica tanto en efectivos como en armas contra el ejército nazi ante la impasividad de los soviéticos y dónde fallecieron todos.



















Personalmente el tour es muy interesante y la empresa que lo realiza también, ya que la guia está muy documentada y te da todo tipo de información con mucho detalle, así que no puedo hacer otra cosa que no sea recomendarlo. Por contra nunca he sentido más vergüenza en mi vida al hacer el tour con muchos españolitos, y aunque a mucha gente le interesaba el tour y mostró mucho respeto y atención durante el mismo, una gran parte fueron a pasar el rato sin importarle las explicaciones, haciendo cachondeo y riéndose todo el rato, fumando y bebiendo cerveza por la calle y en lugares dónde habría que mostrar más respeto y educación, ya que bajo nuestros pies habían enterrados y habían sido torturados muchísimos judíos durante el gueto hace apenas 70 años y creo que el lugar merecía mucho más respeto, y lo peor de todo es que poco antes de acabar el tour mucha gente se marchaba disimuladamente con tal de ahorrarse la propina (voluntaria y sin obligación) a la guia en función de lo satisfecho que hubieras quedado con el tour. De 80 personas que empezamos el tour posiblemente llegáramos cerca de 30 personas al final. Bastante penoso la verdad, pero como siempre, hay gente para todo.

Después de casi 3 horas llegamos al final del tour en Umschlagplatz, en el número 10 de la calle Stawki, el mismo lugar desde dónde a partir de 1.942 partían los trenes repletos de judíos hacia el campo de Treblinka, dónde hoy en día está representado por un gran monumento en mármol blanco con la inscripción de más de 400 nombres en judíos y en el que en el lateral de una pared se puede leer unos versos en hebreo del libro de Job 16:18 que dice: "Oh tierra!, no cubras mi sangre, y no haya lugar para mi clamor"! Y es que se calcula que desde aquí partieron unos 300.000 judíos hacia el campo de Treblinka.

También podemos leer la siguiente inscripción: "Por este camino de sufrimiento y muerte, entre los años 1942-1943 fueron llevados desde el gueto creado en Varsovia hasta los campos de exterminio nazi más de 300.000 judíos". El remate final de un tour muy triste y muy duro, pero necesario.



Ya casi es de noche y cada uno le da a la guia la propina que crea oportuna (otros ni siquieran le dan nada, después de realizar un tour gratuito de 3 horas!!), así que siguiendo las recomendaciones de Patricia y después de despedirme de ella me voy enfrente a la parada de tranvía dónde espero el número 15 que te lleva en poco más de 5 minutos hasta Centrum, en pleno centro de la capital y más conocido por estar enfrente del edificio mastodóntico del Palacio de la Cultura y la Ciencia de Varsovia.

Una vez que llegó al tranvía se subieron unos cuántos españoles que hicieron el tour conmigo dónde fui el único que saqué el ticket que se compra en la máquina que hay en el interior del tranvía y que cuesta 3,40 PLN (0,80 €) mientras un grupo de chicas españolas se decían entre ellas que no lo sacaban y que con ese dinero ahorrado se iban a tomar una cerveza. La verdad es que a mi no me importa y bastante tengo con mi vida pero nunca en mi vida he deseado tanto que pasara el revisor en ese momento y se hubiera puesto a pedir tickets a todo el mundo para darles un escarmiento a esta gente, pero por desgracia no pasó y todos se salieron con la suya. Yo la verdad es que no me arrepiento de haberlo comprado y así lo fui haciendo durante 10 días mientras utilizaba el transporte público, ya que pienso que no vale la pena arriesgarse a una elevada multa por el precio irrisorio de un ticket de transporte.

Me bajo delante del Palacio de Cultura que ya está perfectamente iluminado y cuando estoy haciendo varias fotos tengo la mala suerte de que se me acaba la batería de la cámara, y es que es el riesgo que uno corre cuando se pasa todo el día en la calle visitando cosas y no aparece por el alojamiento para nada, ya que nunca me acuerdo de comprar una batería de recambio.





Son casi las 20h de la tarde y decido recogerme porque hace mucho frio y estoy cansado, además de que mañana tengo que madrugar bastante. Tengo la opción de volver caminando a mi alojamiento (15 minutos) o bien coger allí mismo el metro dónde solamente tengo una parada, así que no me lo pienso mucho y me decido por el metro dónde llego en 5 minutos y de camino voy mirando sitios para cenar aunque sin mucha suerte ya que los polacos suelen cenar muy pronto, así que por no andar mucho más y como tampoco tengo mucha hambre me meto en un pequeño local dónde hacen kebabs y me como uno de pollo con una coca cola (14 PLN), y pasadas las 21h de la noche estoy entrando en mi alojamiento, dónde mi compañero de habitación que es un negrito que no habla nada de inglés y que llegó anoche con dos maletones grandes todavía está durmiendo, así que aprovecho para meterme una ducha, preparar mi pequeño equipaje para mañana y poner a cargar todas las baterías, y después de un rato poniéndome al día en internet me voy a dormir, que mañana a las 6h toca levantarse.

DÍA 3.- VARSOVIA - CRACOVIA

Hoy toca madrugar ya que a las 08h de la mañana parte el bus con destino a Cracovia, así que una hora antes ya estoy saliendo del alojamiento con dirección a la estación de metro dónde me bajo 4 paradas después, concretamente en la estación Wilanowska, desde dónde salen los autobuses de la compañía PolskiBus a cualquier ciudad polaca y a algunos países vecinos. Hace muchísimo frio y en la estación de autobuses apenas hay nada para desayunar, solamente las oficinas de algunas compañías de transporte, una licorería dónde veo a gente comprando y bebiendo cerveza a estas horas y el trajín de gente que se desplaza por la ciudad en busca de transporte.

A las 8h puntualmente salimos en un cómodo autobús de dos plantas y con wifi ilimitado durante todo el viaje, dónde el trayecto no se hace muy pesado a excepción de una parada técnica de 15 minutos en la población de Kielce (famosa por su equipo de balonmano), y dónde se me hace ameno el viaje gracias al wifi y a los ratos de lectura.

A las 12:55h y después de casi 5 horas llegamos a la Kraków Malopolski Dworzec Autobusowy, o lo que es lo mismo, la estación central de autobuses de Cracovia, que está justo al lado de la moderna estación de trenes y apenas 5 minutos caminando hasta la Barbacana. Mi alojamiento se encuentra a medio camino y a escasos pasos de la Barbacana, inicio del Barrio Viejo de la ciudad, así que su ubicación es excelente y perfecta, aunque las instalaciones dejan bastante que desear. Después de encontrar el edificio de mi alojamiento a la primera pero perder 10 minutos en encontrar mi alojamiento porque ni siquiera tienen el detalle de poner una placa o un papel con el nombre en su puerta, dejo mi equipaje y me voy a explorar una ciudad que tenía muchas ganas de conocer y de la que tenía muchas expectativas, aunque finalmente me decepcionara un poco o no llegara a colmar todas mis expectativas.




Lo primero que hago es llegar hasta la Barbacana o zona amurallada de la ciudad, de las pocas que se conservan en Europa y dejando atrás esta llego a la Puerta de San Florián (Brama Florianska) que data del s. XIV y de estilo gótico, dónde empieza una de las calles más importantes y más comerciales de la ciudad, la calle Florianska.

Desde este punto de la ciudad comienza un bonito trayecto y paseo conocido como la Ruta Real o Camino Real, que va desde la calle Florianska y que finaliza en el Castillo de Wawel, conocida porque es el mismo trayecto que en sus tiempos realizaban los Reyes polacos con motivo de alguna coronación o algún funeral real. Es un paseo muy bonito de unos 30 minutos a pie y dónde podemos encontrar tiendas de souvenirs, restaurantes y kantors (oficinas de cambio) a doquier a ambos lados de la calle. Recomiendo no cambiar dinero en la calle Florianska porque es demasiado turística y el cambio es bastante malo, así que mejor hacerlo en las calles paralelas o al final del Camino Real a través de la calle Grodzka, dónde el cambio será mucho más beneficioso.

Son las 14:30h de la tarde y mi primer objetivo es ir a comer, ya que al final esta mañana no he desayunado y estoy bastante canino, así que esta vez no me voy a volver loco porque tengo claro dónde quiero comer que no es otro que en el restaurante Pod Wawelem, un lugar que recomiendo muchísimo por su excelente y abundante comida, sus instalaciones y servicio, y sobretodo por su precio. Su ubicación no tiene pérdida, situado casi enfrente del Castillo de Wawel y al final de la calle Grodzka y Gertrudy, pero sobretodo por su furgoneta retro con barriles de piwo (cerveza) que hay justo en la entrada del restaurante, y que es imposible perderse.



Así que no toca otra que recorrerme durante 20 minutos toda la calle Grodzka haciendo caso omiso a las visitas y todo lo que me resulta curioso para llegar al restaurante, y después de comer ya empezaré a visitar tranquilamente la ciudad, dónde voy a estar 3 días y pienso explorarla a fondo.





Al restaurante hay que ir con hambre y yo la tenía, ya que las raciones son bastante grandes y todo está muy rico. A pesar de ser más de las 15h de la tarde y un día entre semana el amplio local estaba a reventar de gente, así que dice mucho del restaurante. Antes de entrar te puedes pesar en la báscula de la entrada y volver a hacerlo al salir, pero yo no quise traumatizarme y no lo hice. La carta es muy extensa y cuesta escoger porque todo tiene muy buena pinta, así que finalmente me decidí por un Kurczak (carne con patatas y guarnición) y una piwo Pszeniczne (cerveza) de medio litro, y mientras te traen la comida te obsequian gratuitamente como aperitivo con un pepinillo y una especie de cebolla triturada a tiras, y aunque no te lo cobran y es gratuito, yo no fui capaz de comerlo porque no me gustaba. La comida en general muy buena y más con el hambre que llevaba, aunque después de ver los platos que circulaban por allí y la pinta que tenían, me arrepentí un poco de pedir lo mio, así que me quedé en deuda y espero volver en otra ocasión antes de marcharme de la ciudad.

Después de comer te obsequian con un licor digestivo que estaba muy bueno, pero no supe adivinar que era, no sé si era un licor dulce de grosella o algo parecido, o más bien era vodka con sabor a frutas, y es que no hay que extrañarse porque Polonia es uno de los países más consumidores de vodka y lo elaboran de todas las formas posibles, no tiene porque ser solamente aguardiente.

A todo esto el precio de la comida fueron 30 PLN, apenas 7 € en total y os aseguro que sales rodando de allí de lo bien que se come.

Ahora con el estómago lleno todo se ve mejor y aunque son más de las 16h de la tarde y apenas quedan un par de horas de luz, voy a intentar aprovecharlas y visitar un poco la ciudad, dónde lo primero que hago es volver hasta la Plaza del Mercado (Rynek Glówny), que con sus 40 mil metros cuadrados no solamente es la plaza más grande de toda Polonia (que ya es decir), sino que es la plaza medieval más grande de toda Europa.






La Plaza del Mercado siempre tiene mucha vida y mucho ambiente, ya que aparte de ser muy bonita y muy turística podemos encontrar decenas de restaurantes (incluso el Hard Rock Café de Cracovia), es el punto de encuentro de todos los tours turísticos de los chicos de Free Walking Tours aunque después de mi experiencia de ayer en Varsovia y viendo el numeroso grupo de españoles que hay (superando con creces las 100 personas) prefiero ir a mi rollo y visitarlo por mi cuenta, y es que no hay que olvidar que estamos en las puertas de la Semana Santa y Cracovia está petado de turistas, restándole bastante magia a la ciudad, por lo que estoy seguro que si hubiera venido en otra época del año que no sea festiva lo hubiera disfrutado mucho más.

Pero por si algo destaca por encima de todo la Plaza del Mercado es por dos edificios, el primero por el Sukiennice o más conocida como la Lonja de los Paños, un gran edificio del s. XIII que ocupa todo el centro de la Plaza del Mercado, dónde en su interior está lleno de tenderetes de souvenirs, que aparte de ser mega turístico, es todo demasiado caro para los precios que ofrece la ciudad.


El otro edificio destacable de estilo gótico es la maravillosa Basílica de Santa María (Kosciol Mariacki) con sus dos torres (una de 80 metros y otra de 69 metros) dónde la más alta está decorada con una corona dorada llamada "Hejnalica", dónde antiguamente se informaba desde aquí de la apertura y cierre de las puertas de la ciudad además de los ataques de los enemigos. Actualmente y a cada hora en punto podemos escuchar como sale un hombre y desde su torre suena un "hejnal", una melodía en recuerdo del trompetista que fue asesinado bruscamente con una flecha en la garganta cuando trataba de alertar a la población de la invasión de la ciudad.

Aunque no deja de ser curioso, sería interesante que almenos una vez durante vuestra visita a la ciudad podáis estar allí un momento y escucharlo. Me hubiera encantado visitar el interior de la basílica, pero durante los 3 días que estuve en la ciudad y por más que lo intenté, siempre me la encontré cerrada de cara al público, y finalmente no pude visitarla.


Sigo recorriendo de nuevo el Camino Real a través de la calle Grodzka hasta llegar a la Iglesia de San Pablo y San Pedro (Kosciol sw Piotra i Pawla) destacando por encima de todo las esculturas de los doce apóstoles adornando su fachada y su verja. Además se encuentra enfrente de la Plaza de Santa María Magdalena y del Instituto Cervantes, y de camino a la Colina de Wawel, así que no tiene pérdida. La lástima es que de los 3 días que estuve en Cracovia, en ningún momento pude acceder al interior de la iglesia porque siempre estaba cerrada.


Caminando unos metros más llego a la Colina de Wawel junto a la orilla del rio Vistula, dónde encontraremos el Castillo y la Catedral de Wawel de estilo gótico y que se convirtió en la primera residencia de los Reyes de Polonia.

Entrar a la Colina de Wawel es gratuita, no así sus diferentes estancias, que hay que pagarlas por separado en función de lo que se quiera visitar. Las Salas del Estado cuesta 18 PLN, el Tesoro de la Corona y la Armería 18 PLN, la Torre Sandomierska 4 PLN y la Cueva del Dragón 3 PLN. Por suerte el Patio del Castillo y la Catedral de Wawel son gratuitas. También se puede visitar el Museo Catedralicio Juan Pablo II dónde se puede encontrar objetos personales y religiosos de Karol Wojtyla. Siendo sinceros y honestos, yo solamente visité las que eran gratuitas y si durante mi estancia en la ciudad de Cracovia me sobrara tiempo, visitaría el resto de estancias.







No hace falta decir que a diferencia de Varsovia, en Cracovia se puede recorrer tranquilamente la ciudad a pie y paseando sin necesidad de coger transporte público, en este caso el tranvía, ya que el Centro Histórico está muy cerca y es un bonito paseo, y los barrios más alejados como Kazimierz o Podgórze se pueden recorrer tranquilamente paseando.

Salgo de la Colina de Wawel y decido recorrer el Planty, el auténtico pulmón verde de la ciudad que rodea el casco antiguo de Cracovia a través de sus murallas y que a pesar del frio es un paseo muy agradable, hasta llegar de nuevo a la Puerta de San Florian y la Barbacana, visitando algunas cosas interesantes por el camino.






Son más de las 19h de la tarde y ya es de noche, y aunque estoy un pelín cansado después de todo el tute de estos días y del madrugón de hoy no quiero volver tan pronto al hostel, así que decido recorrer de nuevo la calle Florianska que a estas horas me parece un poco agobiante ya no solamente por la cantidad de gente que hay sino por lo pesados que son en la calle ofreciendo restaurantes, souvenirs e incluso tomar una copa en locales de esos dónde "hay poca luz y las mujeres fuman"... Finalmente llego de nuevo a la Rynek Glówny (Plaza del Mercado) que está muy bonita de noche e iluminada, doy una vuelta rápida por el Sukiennice (Lonja de Paños) dónde muchos tenderetes ya están cerrados y al salir me llevo la sorpresa que en la parte de atrás han montado un mercado de productos artesanales con todo tipo de productos de Pascuas, además de pequeños tenderetes de comida, vino caliente y dulces que me recordó mucho a cuando visité la bonita ciudad de Praga.








Como he terminado muy tarde de comer y no tengo casi hambre, aprovecho para cenar aquí mismo en un tenderete de salchichas y carnes a la brasa, dónde me pido un par de salchichas grandes entre el pan y una cerveza (12 PLN) y sobre las 21:00h me voy de camino al hostel, parándome antes a comprar agua (1,40 PLN) en un supermercado Spar que hay en una calle paralela a la Florianska y muy cercana a la Barbacana.

Una vez en el hostel y a pesar de estar en una habitación de 10 personas (tenía reservada una de 4 y me cambiaron sin aviso) esta noche somos 4 personas en total, dos chicas jóvenes lituanas que viajan juntas y que son muy enrolladas y simpáticas, un chaval que no sale de la habitación para nada y que se pasa el día durmiendo o con el portátil (nunca entenderé a este tipo de gente) y yo, así que la noche se presenta tranquila. La única pega es que solamente hay un baño en todo el hostel y es compartido, y entre tanta gente hay que mandar una instancia con tiempo para poder ducharte, así que mañana me toca madrugar de nuevo, dónde me espera una de las visitas más esperadas del viaje y de la que llevo mucho tiempo preparándome y concienciándome, ya que va a ser una de las experiencias más duras de mi vida.

DÍA 4.- CRACOVIA - OSWIECIM - CRACOVIA

Hoy madrugo bastante ya que apenas he dormido mucho por culpa del cosquilleo que tenía en el estómago, y aunque parezca mentira y no me suele pasar casi nunca de todos los viajes que he realizado a través del mundo, estaba nervioso... aunque llevo preparándome bastante tiempo para este momento (es imposible en la vida prepararse para este momento) estoy nervioso, y es que no es para menos, ya que hoy visito el campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau.

Aprovecho para ducharme ahora que están todos durmiendo y a las 06:30h estoy saliendo del hostel con lo puesto, hoy no llevo mochila. Todavía es de noche en la calle y hace mucho frio, así que me meto en la estación de trenes y aprovecho para desayunar y poco después me voy hacia la estación de autobuses, que está al lado.

Lo primero que hay que hacer con un poco de antelación (cuánta más antelación mejor) es reservar la visita a través de la web de Auschwith-Birkenau, pudiendo elegir si queremos visitarlo por libre y a nuestro aire (gratuito) o bien hacer la visita en grupo y si tenemos suerte que nos coincida hacerlo en nuestro idioma, en este caso el precio es de 40 PLN. Es muy importante reservar con antelación porque las entradas vuelan y se agotan muy rápido, sobretodo en fechas tan festivas como es Semana Santa, ya que me encontré a bastantes españoles que estaban haciendo la visita a través de una agencia de Cracovia que les había cobrado 140 PLN por la excursión con una duración total de 7 horas por no haber podido encontrar plazas libres al reservar. Yo por suerte reservé un mes y medio antes y pude escoger mi día de visita y la hora, además de poder visitarlo por libre el tiempo que quisiera.

Una vez en la estación de autobuses hay diferentes transportes para llegar a la población de Oswiecim, a 70 kms. de Cracovia y dónde se encuentra Auschwitz (de hecho este es el nombre del pueblo en alemán), las empresas de autobuses más importantes son Lajkonik Bus y Moj-Bus (ambas son de la misma compañía), aunque también se puede ir en pequeñas vans o furgonetas e incluso en tren, aunque no es muy aconsejable en tren porque la estación está bastante lejos de la entrada principal y cuando llegues tocará coger bus o taxi hasta el recinto.

Aunque yo llevaba los horarios mirados de la web no quise comprar los billetes por si cambiaba de opinión respecto a los horarios, me presenté en la estación de autobuses y a las 07:10h se había ido un autobús y el siguiente no pasaba hasta las 08:05h, así que por no esperar más y como estaba lloviendo, tuve la suerte que había una minivan de 10 plazas que estaba apunto de salir y no dudé en cogerlo, cogiendo solamente el billete de ida por 12 PLN (el bus cuesta 14 PLN), que te deja a escasos 2 minutos de la puerta en un trayecto de 90 minutos aproximadamente.

No tengo ni idea de como se llama la empresa de minivans que hace este trayecto (posiblemente sea un particular pirata), pero yo lo cogí a las 07:25h de la mañana para ir a Oswiecim y los horarios de vuelta, por si me interesaba, son los siguientes:

Auschwitz - Cracovia:

10:51h - 11:11h - 11:51h - 12:11h - 13:16h - 15:36h - 15:51h - 16:06h17:21h.

El trayecto de hora y media se hace duro, viendo a través de la ventana como llueve, atravesando paisajes boscosos y grises que me recuerda mi visita a Sachsenhausen en Berlín, y tratando de imaginar como sería aquel infierno de viaje en tren para miles de judíos.

Una vez en Oswiecim lo primero que hay que hacer es acercarse a la oficina de información que se encuentra a la derecha de la entrada y que es una especie de caravana, dónde simplemente dando nuestro nombre ellos localizan la reserva y al momento te dan la entrada gratuitamente. Yo tenía reservado para las 09:30h y no hubo ningún problema.




Está prohibido entrar con mochilas o bolsas, por eso yo hoy vengo solamente con ropa de abrigo y cámara de fotos, aunque si váis con mochilas lo podéis dejar en el guardaropa. Es posible contratar audioguias pero solamente están en inglés, y también es posible contratar un guia en cualquier idioma (incluido el español) para que os haga un tour por el complejo y os vaya explicando toda la historia, así que puede ser una opción interesante si váis un pequeño grupo de mínimo 4 personas. También existe la posibilidad de comprar un pequeño mapa del recinto por 5 PLN dónde destacan las visitas más importantes, así que mi opción es visitar todo por libre, apoyándome en mis pequeños apuntes, en todo lo que he leído antes de llegar aquí, y en los paneles informativos que hay repartidos por todo el recinto, y cuando necesite parar o desahogarme hacerlo con total naturalidad sin estar cohibido ante la presencia de ningún guia.


No quiero engañar a nadie pero la visita es dura, solamente atravesar la puerta con la inscripción "Arbeit macht frei" (el trabajo os hace libres) notas como un gran escalofrío va recorriendo tu cuerpo y te cala en los huesos, además de que hoy hace mucho frio, hay un poco de niebla y el cielo está gris, como no podía ser de otra manera cuando se visita un lugar tan macabro como Auschwitz. Desde el primer momento que se pone un pie allí dentro una extraña sensación recorre tu cuerpo, tienes malestar general, el silencio que allí reina es sepulcral y de respeto (como debe ser), te cruzas con la gente en la misma situación que tú y la mayoría de veces nuestras miradas tristes y lagrimosas hablan por si solas y no hacen falta palabras, porque os aseguro que durante la visita no salen las palabras, ya que a cada paso que das o cada vez que entras en un barracón, tienes la sensación de que te están clavando otra puñalada en el corazón.

Yo no voy a explicar un recorrido detallado por Auschwitz por muchos motivos, el primero y principal es porque no quiero volver a recordar y revivir una visita tan dura y angustiosa, y aunque pienso que es una visita necesaria para todas las personas y para aprender a conscienciarnos y sobretodo, para no volver a repetir nunca más esta bárbarie que se llevó por delante a millones de personas simplemente por ser judíos, gitanos u homosexuales.

A través de los diferentes barracones no solamente podemos imaginarnos como malvivían los prisioneros, sino que también podemos encontrar muchos objetos personales que los nazis robaban a esa pobre gente cuando llegaban allí, tales como gafas, maletas, botas, e incluso pelo humano que era vendido para la fabricación de telas que en muchas ocasiones los nazis llevaban puestos en sus abrigos. Sobretodo no perderse el barracón número 11, conocido como "el bloque de la muerte", lugar dónde eran castigados, se les dejaba morir de hambre o simplemente se les ahorcaba o eran ejecutados.

En la entrada a uno de los barracones hay una famosa inscripción del filósofo hispano-americano George Santayana, que lo resume todo, y que dice así: "Todo aquél que no recuerda el pasado, está condenado a repetirlo".


Para quién necesite información del interior de la visita o de la história del lugar, existen numerosas webs con mucha información, posts de viajes dónde hablan al respecto, libros o simplemente películas, destacando "El último tren a Auschwitz", "La Lista de Schindler", "El niño con el pijama de rayas" o "Campos de Esperanza", entre otras.

Aunque os recomiendo encarecidamente este post de mi amigo Nacho Morejón sobre su visita a Auschwitz, dónde refleja muy bien los sentimientos y las sensaciones de la visita, y que tuve la suerte de leer unas cuantas veces antes de mi visita. Mientras tanto, os dejo un pequeño recorrido fotográfico por este horror llamado Auschwitz, un lugar que ojalá no hubiera existido nunca en la vida.






























Después de casi 4 horas de visita y con un nudo en la garganta díficil de digerir, tocaba abandonar Auschwitz, ahora se nota que hay muchísima más gente así que es recomendable madrugar e intentar llegar a primera hora para hacer la visita tranquila y sin agobios de gente. Lo primero que hago al atravesar la puerta de salida es irme a un rincón y fumarme tranquilamente un cigarro, entre el frio que hace, los escalofríos que recorren tu cuerpo y el estado todavía de shock de todo lo vivido hace un rato hace que la pequeña pausa sea imprescindible.

Pero aquí no acaba la visita ni mucho menos, enfrente de la entrada del complejo de Auschwitz y al lado del único kiosco de bebidas que hay, está la parada desde dónde salen los autobuses lanzaderas (gratuitos) hacia Birkenau, situado a 3 kms. de distancia y que fue construido en 1.941 como el mayor campo de exterminio como plan de la "Solución Final", en la que a través de sus 5 hornos crematorios o cámara de gas con capacidad para 2.500 personas en cada uno, se pretendía exterminar a todos los prisioneros que entraron en él.

Los prisioneros que no eran aptos para trabajar se les llevaba engañados a la cámara de gas dónde se les informaba que iban a recibir una ducha, pero la realidad es que una vez desnudos y sin sus pertenencias personales, eran encerrados y asesinados con el maldito Zyklon B. Si no tuvieran suficiente una vez muertos, una vez revisados que no quedaran objetos de valor como joyas o dientes de oro, eran llevados a los hornos crematorios y ya no dejaban rastro alguno de ninguno de ellos.

Otros prisioneros, sobretodo mujeres, antes de ser asesinadas eran obligadas a participar en experimentos que tenían lugar allí, y al poco tiempo también fallecían. Años después ha salido a la luz que importantes multinacionales farmacéuticas como Bayer estaban detrás de éstos experimentos y horribles prácticas que allí se llevaban.

La entrada a Birkenau es exactamente igual que como los hacían los prisioneros cuando llegaban en tren, y una vez allí cada uno hace la visita a su aire a través de las 175 hectáreas que abarca el campo de exterminio, la mayoría que lo visitan y las excursiones organizadas lo visitan rápidamente hasta el final de las vías y los restos de un crematorio que volaron los nazis en 1.945 ante la entrada del ejército ruso y se vuelven para atrás, y los que lo visitamos por libre tenemos la opción de recorrerlo por nuestra cuenta y visitar los lugares más alejados, así como sus barracones.




























Son las 15:30h de la tarde, está empezando a llover un poco y hace bastante frio, así que empiezo a dar por concluida mi visita a Auschwitz-Birkenau, cojo de nuevo el autobús lanzadera y 5 minutos después, lo que tardamos en recorrer los 3kms. que los separan, estoy de nuevo en Auschwitz dónde soy testigo de imagenes y momentos muy duros, como por ejemplo ver salir a personas llorar desconsoladamente por todo el horror que acaban de presenciar allí dentro, e incluso ver a varias personas vomitar sin parar, y es que no es recomendable hacer la visita después de comer por lo que pueda suceder.

Miro los horarios y en la minivan que vine esta mañana sale una para Cracovia a las 16:06h y con la compañía Lajkonik sale uno a las 16:10h (en la foto tenéis los horarios de vuelta a Cracovia), así que prefiero irme a lo seguro en autobús y más cómodo, así que al mismo conductor le compro mi billete para Cracovia que me cuesta 14 PLN, mientras me despido de aquel lugar tan deprimente por la ventana mientras observo las lágrimas de la gente al salir y algunos que continuan vomitando. Ojalá que aprendamos de todo esto y no tengamos que hacer estas visitas nunca en la vida.

Sin duda alguna, la visita más dura que he realizado en mi vida viajera, y que te marca para siempre, y aunque yo no he podido evitar llorar en muchos momentos en Birkenau, es una visita que recomiendo a todo el mundo realizar, y sobretodo, aprender.


La vuelta a Cracovia se hace un poco larga y eterna por culpa de los atascos y el tráfico para salir de Oswiecim, así que tardamos un poco más que esta mañana y finalmente sobre las 18h de la tarde llegamos de nuevo a la estación de autobuses, todavía no he comido nada en todo el día pero tampoco tengo hambre, continuo con un nudo en el estomago, así que como estoy con esa sensación tan rara finalmente me meto en un Mc Donald's de la estación de trenes (16 PLN) mientras aprovecho el wifi y cuando vuelvo a salir ya es noche cerrada, y como en ningún momento he tenido la intención de ir a visitar las Minas de Sal de Wieliczka, me dirijo a la Rynek Glówny a dar una vuelta antes de volver a mi alojamiento.

De todas formas quien necesite información para visitar las Minas de Sal de Wieliczka le digo que hay dos formas diferentes de llegar. La más cara pero la más cómoda es contratar una excursión desde cualquier agencia de la calle Florianska, que por unos 140 PLN (35 €) y unos 30 minutos os dejarán en la misma puerta y después de la visita os traerán de vuelta.

La otra opción es ir por libre, cogiendo el bus de la línea 304 en la calle Kurniki, que está enfrente de las Galería Krakowska que es la calle que sube para la Barbacana, el billete cuesta 4 PLN y el trayecto es de unos 30 minutos aproximadamente. Como es evidente, si escogéis esta opción la entrada a las Minas no está incluido en el precio, que cuesta 79 PLN. Tenéis más información a través de la web de las Minas de Sal de Wieliczka, y aunque no dudo que sea una visita interesante, a mi no me atraía para nada y prescindí de visitarlas, y a día de hoy, no me arrepiento de la decisión.

De nuevo en la Plaza del Mercado me dedico a dar una vuelta por la zona, y vuelvo a visitar el mercadillo que hay expuesto con productos de Semana Santa que ya visité ayer, pero que me parece muy bonito y muy interesante.










Todavía tengo el estómago revuelto y hace mucho frio, así que no me apetece cenar porque no tengo nada de hambre, pero antes de volverme para el alojamiento y pasando por la esquina de la Plac Mariacki podemos encontrar una cafetería y tienda de golosinas muy bonita y coqueta llamada Circus Family, dónde preparan unos batidos que se le quita a uno la tontería, el local está ambientado en un circo así que no tenía excusa para hacer una parada en el camino y llevarme algo más al estómago.

La carta es bastante extensa y preparan cócteles y batidos tanto con alcohol como sin alcohol, así que no pude resistirme a pedir un Al Capone, compuesto por leche, helado, banana, chocolate negro y bolitas de helados de diferentes sabores. Impresionante!! La copa que te traen es de 250 gramos y el precio es de 9 PLN, prácticamente 2 €!! Una visita muy recomendable tanto si hace frio como calor.




Ahora si que voy camino del hostel, dónde me paro un momento en el Spar a comprar agua y pasadas las 22h estoy entrenado de nuevo en mi alojamiento desde las 06h de la mañana que he salido hoy, estoy petado y encima hoy mi habitación está completa de gente, así que como es díficil ducharse a estas horas y ni tan solo lavarse los dientes porque solamente hay un baño y allí hay almenos 50 personas, me arrepiento de haberme alojado en ese lugar y me resigno, así que pongo a cargar las baterías de todos los trastos que llevo, doy señales de vida a mi gente y les envio algunas fotos, y sobre la medianoche me dispongo a dormir si me dejan, ya que compartir habitación con 10 desconocidos (la primera vez en mi vida) se ha convertido en una casa de putas porque nadie tiene respeto por nadie, todo el mundo hace ruido y cada uno hace lo que le da la gana.

DÍA 5.- CRACOVIA

Hoy vuelvo a madrugar y es que apenas he pegado ojo en toda la noche, entre ruidos, portazos, gente que llega a la hora que les sale de las narices y encienden luces y los ronquidos de algunos, hace que a las 5h de la mañana me quiera levantar porque no aguanto más en la cama, a veces no vale la pena sufrir incomodidades por ahorrarse unos euros, pero está claro que no es lo mismo dormir en una habitación de 4 personas como la que tenía reservada desde hace dos meses, que compartir una habitación de 10 personas que me habían dado el día de mi llegada sin previo aviso, y que tendría que haber declinado amablemente e irme a otro lugar mejor.

Aprovecho para ducharme tranquilamente a estas horas y a las 8h ya estoy saliendo del hostel mientras todo el mundo duerme, y es que por la mañana nadie tiene prisa como por la noche cuando llegan. Hoy es mi último día en Cracovia y quiero aprovecharlo al máximo, ya que me faltan muchísimas cosas por visitar y se presenta un día largo de pateo y visitas.


Lo primero que hago es buscar un lugar para desayunar y aunque hoy es Jueves Santo nunca pensaría que me costaría tanto encontrar un lugar abierto a primera hora de la mañana para poder desayunar tranquilamente, ya que lo único que encuentro abierto es una Costa Café pero solamente sirven para take away, cosa que no me apetece hoy porque hace frio por la calle.

Aprovecho para fotografiar la Plaza del Mercado apenas sin gente, ya que es el único momento del día que respira tranquila y no hay agobios de gente, y la verdad es que es un gustazo poder hacerlo, destacando el Sukiennice, la Basílica de Santa María y la Iglesia de San Adalberto.















Sigo recorriendo el Camino Real y con la tontería acabo de nuevo en la Colina de Wawel que visité el primer día, aunque a estas horas todavía no han llegado los autobuses de turistas y no hay prácticamente nadie, y encima tengo suerte que hay una pequeña cafetería móvil enfrente de la Catedral de Wawel dónde por fin aprovecho para tomarme un gran caffe latte y muffin por 12 PLN, aunque hay que tener en cuenta que en Polonia no te sirven los cafés en taza, sino en vasos largos y la capacidad de cada uno es de unos 350ml, así que son grandes y bastante baratos.

Con el estómago caliente y con las pilas recargadas toca visitar tranquilamente todo lo que que me falta antes de partir a los siguientes barrios de la ciudad.















Acabada la visita y sin tiempo que perder me dispongo a recorrer una de las visitas que más me apetecía de la ciudad de Cracovia, el barrio judío de Kazimierz antes de la invasión nazi y durante la ocupación de éstos fueron deportados al otro lado del río, al gueto de Podgórze, apenas a unos 15 minutos caminando desde la Colina de Wawel, y es que después de mi viaje el año pasado a Israel y Palestina dónde disfruté mucho de la ciudad de Jerusalén, es algo que me apetecía revivir a través de sus bonitas sinagogas, dónde podemos hacer un pequeño recorrido por las más importantes, como son la Sinagoga Vieja, la Sinagoga de Isaac, la Sinagoga Remuth, la Sinagoga Tempel, la Sinagoga Kupa y la Sinagoga Wysoka, aunque solamente las pude visitar por fuera porque la mayoría estaban cerradas o no me permitían el acceso al interior por no ser judío.

Que nadie se espere un barrio como el de Mea Shearim de Jerusalén porque por suerte aquí es mucho más tranquilo y su gente no te hace sentir en tierra hostil, aunque los pocos judíos que pude ver no les hice fotografías por respeto.





Después de la visita sigo recorriendo Kazimierz y la Basílica del Corpus Chisti hasta llegar al Puente Bernatek, una moderna construcción que separa los barrios de Kazimierz de Podgórze a través del río Vístula, y la primera de las muchas veces dónde pude observar en todo el país la extraña y absurda moda de colgar los candados en el puente, que aunque ya lo había comprobado en otros países europeos, en Polonia es algo exagerado y cualquier día se va a derrumbar cualquier puente incapaz de soportar tanto hierro junto.










Visitar el Barrio de Podgórze es retroceder 50 años atrás, aquí es dónde los nazis crearon el gueto judío de la ciudad para "limpiar" toda la zona del centro, y aquí es dónde se concentraban miles de personas sin apenas derechos y dónde la gente enfermaba por falta de higiene y de recursos. Recorrer sus calles es como volver a ver películas ambientadas en esta época, como la Lista de Schindler, con sus calles desiertas y derruidas, y dónde aquí tuvo la desgracia de pasar su infancia y sobrevivir el genial director de cine Roman Polanski.

Pero aparte de recorrer sus calles el barrio tiene varias visitas muy interesantes y que no nos podemos perder, la más importante es visitar la Plac Bohaterów Getta o Plaza de los Héroes del Gueto, quizás por el nombre no te diga nada pero si vemos la imagen de una plaza dónde se encuentra el monumento de las sillas, con 33 sillas grandes repartidas por el interior de la plaza y otras 27 sillas más pequeñas repartidas por el perímetro exterior, seguro que sabrás de que hablo.

Este simbólico monumento es obra de Roman Polanski y es un homenaje a todos los judíos que fueron deportados, y es que este sórdido y deprimente lugar era el lugar desde dónde los judíos eran deportados en tren a los campos de exterminio de Plaszow y Auschwitz entre los años 1.941 y 1.942, dónde una vez más fueron engañados prometiéndoles llevarles a un lugar mejor.








Enfrente de la Plac Bohaterów se encuentra la Farmacia del Águila, la única farmacia que existía en el gueto y que los nazis no se atrevieron a cerrar por miedo a enfermedades. Su propietario, el farmacéutico Tadeusz Pankiewicz, aprovechó su local para poder salvar a muchos judíos y a muchos niños, lo que le valió años más tarde que le fuera concedido el título de Justo entre las Naciones, título hebreo que se les concede a personalidades extranjeras y no judías como reconocimiento a un acto de respeto y buena conducta moral, y a los que según la creencia, les espera una recompensa divina. Entre los galardonados se encuentran personalidades como Oskar Schindler o Irena Sendler, que ayudaron a salvar a miles de judíos de una muerte segura.

Hoy en día se puede visitar la Farmacia del Águila ya que se ha convertido en un pequeño museo, y su precio es de tan sólo 10 PLN, aunque yo no pude visitarlo porque me lo encontré cerrado.

A escasos 5 minutos caminando de la Plac Bohaterów y al otro lado de la estación de trenes, en la calle Lipowa podemos encontrar otra de las visitas imprescindibles de la ciudad y con mucha historia, el Muzeum Schindlera o la Fábrica de Oskar Schindler, para mi un visita imprescindible aunque antes de visitar Cracovia había leído de otros viajeros que decían que no valía la pena la visita. A mi me encantó y la recomiendo.

Todos conocemos a Oskar Schindler a través de la famosa película de La Lista de Schindler de Steven Spielberg y protagonizada por el genial Liam Neeson, pero no mucha gente conoce su verdadera historia. Era un pequeño empresario alemán afiliado al partido nazi, dónde tenía una empresa de fabricación de ollas llamada Deutsche Emaillewaren Fabrik, pero debido a que la mano de obra alemana era muy cara, empezó a contratar a judíos que se encontraban en el campo de concentración de Plaszow. Gracias a esta mano de obra barata llegó a salvar a más de 1.200 judíos de una muerte segura en las cámara de gas gracias a los sobornos que hacía al capitán de la SS, Amon Göth. Después de la II Guerra Mundial volvió para Alemania y años después se mudó con su esposa a Argentina, dónde acabó arruinado y dejando a su esposa para volver años más tarde para Alemania, dónde sobrevivió gracias a las donaciones de entidades judías que anteriormente había salvado del Holocausto, hasta que finalmente falleció.

Para unos fue un héroe y para otros no tanto, por un lado ayudó a que no murieran 1.200 judíos en los campos de exterminio nazis, pero por otro lado se aprovechó de la mano de obra barata de los judíos para hacerse rico y crear una gran fortuna. Su frase más célebre y que podemos observar en una placa a la entrada del museo reza lo siguiente: "Quién salva una vida, salva al mundo entero".

Actualmente está enterrado en el Monte Sion de Jerusalén, un lugar que tuve la suerte de visitar no hace mucho y que en su momento no dudé en visitar por todo lo que había representado para la historia de la humanidad.



La visita a la Fábrica de Oskar Schindler es muy recomendable bajo mi punto de vista, se encuentra abierto cada día de 10h a 20h, y la entrada cuesta 21 PLN, apenas 5 €. Podéis ver más información a través de la web de la Fábrica Oskar Schindler. En el museo no esperemos encontrar máquinaria o restos de la antigua fábrica de Schindler, sino que el museo alberga una exposición titulada "Cracovia bajo la ocupación nazi entre 1.939 y 1.945" y en él se recorre todo este período de bárbarie a través de fotografías y objetos personales, así como poder visitar su despacho y la famosa máquina de escribir que sale en la película cuando le dictaba a Itzhak Stern el nombre de los judíos que posteriormente iba a salvar.

























La visita está muy interesante y dependiendo de vuestro ritmo y curiosidad no os llevará más de 3 horas, aunque recomiendo ir muy pronto por la mañana para visitarlo porque después se llena de turistas y tours organizados y es un poco agobiante visitarlo entre tanta gente.

Cuando salgo sigo visitando lo que me queda del barrio hasta llegar al cementerio judío, dónde esperaba algo más de él, a pesar de que solamente sea un cementerio como otro cualquiera.








Son más de las 14h de la tarde y voy en busca de algún lugar para comer, en principio me gustaría comer en la zona de Kazimierz así que vuelvo a cruzar el puente dejando atrás Podgórze, y después de dar varias vueltas por el barrio judío y más bohemio de la ciudad no encuentro nada interesante para comer, o bien muchos restaurantes están cerrados o los que quedan abiertos todos tienen en su carta comida kosher, así que después de mi experiencia en Israel no me apetece comer comida kosher hoy, así que decido caminar un poco más a través de la avenida Stradomska y en poco más de 15 minutos me planto de nuevo en el restaurante Pod Wawelem, dónde ya tuve oportunidad de comer el primer día y dónde quedé satisfecho, pero hoy también vengo con hambre y tengo una cuenta pendiente que saldar.



Si el otro día me quedé muy bien después de comer, hoy puedo decir que he quedado demasiado satisfecho después de comerme un buen plato con diferentes tipo de carnes típicas del país, lástima del arroz que me han puesto de guarnición que estaba bastante pasable. Esta vez la cuenta asciende a 41 PLN, prácticamente 10 € que he pagado muy agusto.

Cuando quiero darme cuenta son más de las 16h de la tarde y todavía me quedan algunas visitas que realizar, así que remato la tarde visitando el Collegium Maius, el edificio universitario más antiguo del país y dónde salieron estudiante como Nicolás Copernico, la Basílica de la Santa Trinidad, la Basílica de San Francisco de Asís así como las Murallas de la ciudad cerca de la Barbacana, mucho más animada que otros días gracias a los vendedores de cuadros y acuarelas que hay en la zona, con pinturas que algunas son unas verdaderas obras de arte.






Está empezando a caer la tarde y tengo los pies molidos de tanto patear, así que aprovecho para comprar algún recuerdo de la ciudad y volver a recorrer el Sukiennice, dónde no vale la pena comprar nada porque los precios están muy inflados y está enfocado de cara al turista que tiene prisa y apenas se mueve de la Rynek Glówny, así que mejor alejarse un poco de la zona y comprarlos en otro sitio.

Aprovecho para recorrer por última vez el mercado artesanal que tanto me ha gustado y en el que hoy no he podido caer en la tentación de comerme a modo de merienda un gofre calentito de chocolate belga con nata (7 PLN), y que tanto me ha recordado a mi viaje a Bélgica años atrás.









Son las 20h de la tarde y ya es noche cerrada, así que aprovechando que estoy cerquita de mi alojamiento decido acercarme un momento a dejar la mochila con la cámara de fotos y aprovecho para recoger mi equipaje y guardarlo todo, ya que mañana dejo Cracovia a las 5h de la mañana y no quiero hacer ruido en la habitación ni molestar a nadie. Al cabo de un rato y mucho más ligero, salgo en busca de algún lugar para cenar sin alejarme mucho ya que no quiero llegar muy tarde, así que después de mirar varios restaurantes y que la mayoría me parecieran demasiados enfocados al turismo, acabo cenando en el Bordo, dónde acabo cenando una sopa muy rica y que me viene genial para combatir el frio, y unos pierogis que también están ricos, pero que me gustaron menos que los de carne que comí en Varsovia. Y para beber cerveza, evidentemente. En total pago 25 PLN, que no está nada mal.

De camino al alojamiento me paro por última vez en el Spar a comprar agua y algo para desayunar para mañana y de paso me quito todas las monedas que llevo encima que ya me empiezan a pesar, y a las 22:30h estoy entrando de nuevo en mi alojamiento, dónde caigo derrotado en la cama con la ilusión de que esta noche me dejen dormir algo mis compañeros de habitación.

DÍA 6.- CRACOVIA - WROCLAW

Hoy me he pegado el gran madrugón y después de una ducha y desayunar, pasadas las 04:30h de la mañana he salido por fin del hostel y en menos de 5 minutos caminando estaba en la estación de trenes y poco después en la de buses dónde el autobús que me tiene que llevar a Wroclaw ya está en el andén y los primeros pasajeros subiendo, y poco después lo hago yo. A las 5h en punto nos ponemos en marcha dejando atrás una lluviosa Cracovia que aunque me ha gustado mucho esperaba algo más de ella, quizás tenga que ver que en estas fechas haya estado petada de turistas y le haya restado algo de magia a la ciudad, pero no me ha acabado de llenar o mis expectativas eran demasiado altas.

Después de un rato poniéndome al día con el wifi del bus y otro ratito echando una cabezadita porque llevo 3 días que apenas duermo, a las 08h en punto llegamos a la coqueta ciudad de Wroclaw o Breslavia, capital de la Baja Silesia y conocida, aparte de ser una ciudad estudiantil con una de las mejores universidades del país, pero también porque en este 2.016 ha sido nombrada Capital Europea de la Cultura junto a San Sebastián, nuestra querida Donosti.

La estación de autobuses se encuentra prácticamente enfrente de la maravillosa estación de trenes, y mi alojamiento se encuentra prácticamente a 300 metros de ésta, por lo que me resulta muy fácil encontrarlo a la primera. Como era de esperar a estas horas no me dejan hacer el check in, así que dejo mi equipaje, les pido un mapa y me tiro a la calle a comerme la ciudad, que a la postre sería la que más me gustó de todas.



Recorrer Wroclaw es muy fácil y todo lo más importante es perfectamente abarcable a pie, ya que las distancias no son muy grandes. Además, su red de transporte público y tranvías funciona de maravilla, aunque yo no puedo dar fe de ello porque todo lo he recorrido a pie.

Salgo del hostel y cojo la misma calle, llamada Hugona Kollataja y en apenas 10 minutos me planto en la Rynek (Plaza del Mercado) pero antes de empezar las visitas me voy a desayunar algo calentito en una cafetería y como todo tiene tan buena pinta, acabo desayunando otra vez (16 PLN).

Después de desayunar empiezo a visitar la ciudad, que esta vez la visito diferente porque alrededor de la ciudad hay repartidas y esparcidas unas 163 figuras pequeñas de bronce muy simpáticas que se asemejan a los enanitos o gnomos, todos diferentes y son muy curiosas. Estas simpáticas figuras hacen referencia al movimiento de la época comunista Orange Alternative (Alternativa Naranja), pues como tenían prohibido manifestarse optaban por disfrazarse de enanitos, así que empezaron a utilizar la ironía y el sascarmo contra el propio sistema político. Hay dos formas de encontrarlos y visitarlos, la primera es localizando todos los enanitos llamados Krasnale a través de la web, o bien ir recorriendo la ciudad tranquilamente pero mirando hacia todos los lados, pues en el lugar más insospechado te acabarás encontrando un enano. Al principio te lo tomas como algo gracioso y como un juego, pero al final te lo acabas tomando como algo personal y te picas por acabar de encontrar al máximo número de enanos posible, porque encontrar todos es imposible o simplemente tienes que dedicar un día para ello, que no es mi caso.













De nuevo en la Stare Miasto podemos encontrarnos una de las plazas más bonitas de todo el mundo, franqueada por edificios de colores y restaurados de diferentes estilos, como renacentistas, barrocos,... y en medio de la plaza podemos encontrar el impresionante Ratusz (Ayuntamiento), del s. XIII y de estilo medieval, una auténtica obra de arte y una verdadera maravilla, destacando su impresionante reloj astronómico. No me extraña que la ciudad haya sido nombrada Capital Europea de la Cultura, y según mi opinión, es la ciudad más bonita de toda Polonia y una gran desconocida, ya que las más turísticas son Cracovia y Varsovia, y muchos turistas no llegan hasta aquí.









Si continuamos caminando hasta una de las esquinas de la Rynek podemos encontrar otra bonita plaza llamada Plac Solny (Plaza de la Sal), dónde actualmente hay un gran mercado de flores y dónde se encuentra el antiguo edificio de la Bolsa (Stare Gieldy). También dispone de edificios de colores y la plaza es muy bonita, pero menos que su vecina Rynek.






Después de la visita y en el otro extremo de la Rynek podemos encontrar la Iglesia de Santa Isabel (Kosciol sw. Elzbiety), construida entre los siglos XIV y XV, dónde destaca su Torre del Campanario de cerca de 90 metros, dónde se puede ascender a través de sus tropecientos mil escalones (iba tan sofocado que perdí la cuenta). El ticket para subir cuesta 5 PLN y se compra a una señora mayor que hay en una caseta de madera que hay enfrente, así que es posible ir por detrás de la caseta y colarse ya que no te ven, pero por poco más de 1 € me parece muy ruin hacerlo, aunque hay gente para todo.

Una vez arriba, las vistas de la Rynek y de toda la ciudad en general son impresionantes, aunque si váis en esta época conviene abrigarse muy bien porque arriba hace un frio de narices.








Después de un rato allí arriba y compartir charla con una familia de catalanes toca descender de nuevo hacia abajo, aunque esta vez se hace mucho más llevadero y simplemente hay que vigilar dónde ponemos los pies si no queremos caernos rodando, ya que las escaleras son muy estrechas.

Llego de nuevo a la Rynek y sigo encontrándome los graciosos gnomos que están por doquier, al principio paso un poco del tema pero de cada vez me estoy picando más y me estoy retando a encontrar el máximo número posible que se cruce en mi camino.














Sigo paseando por sus bonitas calles a través de la calle Wita Stwosza y de seguida llego a una plaza dónde están celebrando un mercado tradicional artesano muy parecido al de Cracovia, así que aprovecho para echar un vistazo en sus bonitos productos. Allí mismo se encuentra la Iglesia de Santa María Magdalena (Kosciol pw. sw. Marii Magdaleny), su interior es bonita pero bastante sencilla, y su entrada es gratuita. Vale la pena entrar y visitarla ya que la visita no os llevará mucho tiempo.




Sigo paseando hasta llegar al Mercado Central (Hala Targowa) pero como era de esperar al tratarse hoy de Viernes Santo me lo encuentro cerrado, una lástima. De seguida llego a la Pl. Nowy Targ a orillas del río Óder, un bonito parque dónde descansar y hacer un alto en el camino, y encima dispone señal de wifi gratuito, así que me va genial para ir consultando cosas y leer información sobre la zona.

Las vistas desde este punto hacia el otro lado del río son maravillosas, lástima del día tan gris que tenemos hoy que no hace justicia a las fotos.



Desde allí mismo y rodeando el río Óder a través de la calle Grodzka se encuentra la Isla Arena (Wyspa Piasek) hasta llegar al puente Piaskowy, dando inicio a la parte medieval de la ciudad, despuntando su majestuosa Catedral de San Juan Bautista. Pero antes de llegar debemos cruzar el puente que cualquier día se derrumba de la cantidad de hierro que hay allí colgado en forma de candados del amor, para unos puede parecer algo romántico y para otros (como yo) me parece una cutrez.





Ahora si que cruzo el Puente Tumski hasta llegar a la Isla de la Catedral (Ostrów Tumski) dónde nos recibe una enorme estatuta de San Juan Nepomuceno y a pocos pasos llegamos a la Catedral de San Juan Bautista (Archikatedra sw. Jana Chrzciciela), sede de la arquidiócesis de Wroclaw, de estilo gótico.

Su interior es gratuito pero apenas pude hacer fotografías porque estaban oficiando una misa y la catedral estaba abarrotada de gente y por respeto a todos los presentes me abstuve de hacer fotos.







Después de esta bonita e imprescindible visita toca deshacer el camino por el mismo sitio que he venido, pero al pasar el Puente Tumski a la altura de la calle Grodzka la rodearé para llegar a otro de los puntos claves de la ciudad, la famosa Universidad de Wroclaw. Como era de esperar hoy permanece cerrada y no la puedo visitar, aunque viendo su fachada exterior tiene que ser un edificio impresionante.







Miro el reloj y son cerca de las 14h de la tarde, así que no me entretengo más y decido que ya es la hora de comer, y como traigo una recomendación de dónde comer en Wroclaw de otros viajeros que han estado anteriormente, no lo dudo y a dos calles de la Universidad se encuentra el restaurante Kurna Chata, exactamente en la calle Odrzanska.

El restaurante es bastante amplio y tiene una decoración rústica, los camareros son muy amables y hablan inglés, y la comida está buenísima. Después de ojear la carta extensa en que te daban ganas de pedir un poco de cada cosa, finalmente me decidí por un gulasz wolowy (un goulash típico polaco de carne de ternera dentro de un pan), que aunque ya había probado el goulash en mi viaje a Budapest ya que es un plato típico de los países de Europa Central, este en concreto me supo a gloria y con lo calentito que se mantiene dentro del pan va muy bien para soportar las bajas temperaturas polacas. Y para beber cerveza de 0,5l, of course.


El precio de la comida fueron 31 PLN, algo más de 7 €, y aunque solamente me pedí un plato os aseguro que es suficiente y quedáreis bastante satisfechos, y eso que yo soy de buen comer. Después de comer continúo paseando por las bonitas calles aledañas a la Rynek para bajar la comida y aunque debería pasar por el hostel a hacer el check in prefiero seguir visitando la ciudad y ya tendré tiempo de hacerlo en otro momento. Aprovecho para comprar algún recuerdo en una bonita tienda (16 PLN) dónde tienen un cartel puesto dónde presumen de tener los souvenirs más baratos de toda la ciudad, y mientras voy recorriendo el casco antiguo a la caza de algún enanito más.












Poco a poco me voy despidiendo de la ciudad, estoy petadillo de tanto caminar, llevo acumulado cansancio de todos estos días y hace frio, así que poco a poco voy dejando la stare miasto y me dirijo a otra zonas de la ciudad, fácilmente abarcable a pie y la ciudad se puede visitar en un día tranquilamente.

La siguiente parada es la Iglesia de San Adalberto (Kosciol sw. Wojciecha) de estilo gótico y bastante sencilla, pero con la particularidad que en su parte sur está enterrado el beato Zceslaw, patrón de la ciudad.







Justo al lado de la Pl. Dominikánski se encuentran la Galeria Dominikánski, un gran centro comercial dónde hoy Viernes Santo está abierto y la gente no para de entrar y salir haciendo compras, así que me acerco por curiosidad a dar una vuelta y un rato después salgo sin comprar nada.

Cojo la gran avenida Swidnicka en dirección a la Wroclaw Glówny (Estación de Trenes), dónde el bonito edificio nos recuerda a un pequeño castillo medieval y dónde paso por delante del bonito edificio del Teatro, encontrándome algunas esculturas bonitas por el camino y en apenas 15 minutos y cuando está a punto de caer la tarde, me encuentro en las cercanías de mi alojamiento.






Después de entretenerme un rato por la zona y comprar algunas cosas en un supermercado para picar y desayunar mañana por la mañana, decido dar por finalizado mi día e ir a hacer el check in a mi alojamiento después que 12 horas antes dejara mi equipaje y me fuera a explorar la ciudad.

El personal del alojamiento es súper amable y todo son facilidades, y encima tengo suerte que en mi habitación compartida de 4 camas hoy no hay nadie más, así que me va a venir genial para descansar y recuperar horas de sueño perdidas estos días. Después de una reconfortante ducha y de apalancarme, ya no tuve ganas de salir a cenar y a las 22h ya estaba ko en los brazos de Morfeo.

DÍA 7.- WROCLAW - POZNAN

Hoy me toca pegarme otro gran madrugón, así que a las 03:45h ya estaba arriba, he desayunado algo con lo que compré anoche en el supermercado, he recogido todo mi equipaje y a las 04:25h he salido de mi cómodo alojamiento, dónde apenas 5 minutos después ya estaba en la estación de autobuses que se encuentra detrás de la estación de trenes, y a las 04:45h hemos salido puntuales hacia nuestro siguiente destino, la bonita ciudad de Poznan, a orillas del río Warta.

El trayecto son escasamente 3 horas que me he pasado durmiendo un rato y a las 08h nos deja en la moderna y coqueta estación de autobuses de Poznan, que se encuentra justo al lado de un centro comercial y de la estación de trenes, así que me meto por dentro del centro comercial y me paro a desayunar tranquilamente en un Costa Café algo calentito (16,90 PLN).



Para llegar a mi alojamiento que se encuentra a escasos 50 metros de la Stary Rynek (Plaza del Mercado) lo mejor es coger el tranvía que tiene su parada a escasos 100 metros de la estación de trenes, así que como pasan muchas líneas y no tengo ni idea le pregunto a una mujer que hay en la parada pero tímidamente me hace entender que no habla inglés, así que al poco aparece un chico con un gorro del Barça y amablemente me dice que coja el tranvía número 5 (la única persona que me ayudó en todo el país y del Barça tenía que ser!!), así que compro el ticket en la máquina que hay en la parada (3 PLN) aunque también se puede comprar en la máquina que hay dentro del tranvía, y después de esperar 15 minutos aparece el número 5 que tras varias paradas y 10 minutos después me deja en la esquina de la calle Wroklaska, a 100 metros de mi alojamiento.







Cuando llego el recepcionista me dice que el check in es a las 14h y todavía son las 09:30h, así que quedamos que vuelva sobre las 12:30h para hacer el check in y entregarme las llaves, así él ya se va y no tiene que estar esperándome. El alojamiento está muy bien, pero lo venden con la temática que todas las habitaciones están ambientadas en cada una de las diferentes películas de Roman Polanski y a la hora de la verdad solamente te encuentras algún póster o cuadro haciendo referencia a una película en concreto. De todas formas tanto por ubicación como por servicios en sus cercanías el hostel es muy recomendable, aunque el personal no destaque por su simpatía ni hospitalidad.



Le pido un mapa de la ciudad y me voy pitando a conocer una de las ciudades más bonitas y más interesantes de toda Polonia. Mi primera parada la tengo a escasos 50 metros, la Stary Rynek, con sus casitas de colores de estilo gótico, y en cada esquina nos encontramos una fuente, que corresponden a Marte, Neptuno y Apolo. Vale la pena recorrerse cada palmo de la plaza por su inusual belleza.













En el centro de la plaza podemos encontrar el Ratusz o Ayuntamiento de Poznan, de estilo renacentista y obra del arquitecto italiano Juan Baptista Quadro. Lo más curioso es que cada día a las 12h en punto sale de su torre dos cabras y empiezan a embestirse y chocar sus cuernos entre ellas mientras suena una corneta con el himno de la ciudad.

Estos días el edificio está realmente bonito porque está engalanado con huevos de Pascua.






Justo enfrente del Ayuntamiento se encuentra una columna coronada por la figura de un verdugo, y es que hay que recordar que antaño en esta plaza se ataban y se le escarmentaba públicamente ante la mirada de sus ciudadanos a todo aquel que no cumpliera las leyes o cometiera alguna infracción.







Aunque la Plaza del Mercado es una verdadera maravilla y me pasaría horas contemplándola y fotogafiándola desde todo los rincones y ángulos posibles, toca seguir visitando la ciudad así que me dirijo a la cercana Iglesia de San Estanislao (Kosciol Farny sw. Stalislawa), de estilo barroco y con un interior de gran belleza, dónde hoy sábado hay bastante gente que acuden a misa y no la puedo visitar tan a fondo como me hubiera gustado por respeto a los feligreses, dónde me sorprende la cola de gente que hay para confesarse.






Como todavía falta mucho tiempo para volver a mi alojamiento a recoger las llaves y hacer el check in y prefiero aprovechar el tiempo, decido ir caminando hacia la Plaza Mickiewicz, un bonito paseo de unos 15 minutos por una larga avenida (ut. Marcin) pero me resulta extraño que estén todos los comercios cerrados a estas horas.

Una vez en la plaza podemos encontrar varios edificios muy bonitos, pero sobretodo destacaría el monumento al famoso poeta polaco Adam Mickiewicz que podemos encontrar en todas las ciudades polacas, la fachada de la Universidad de Poznan y el Monumento de las Cruces de Poznan para conmemorar las protestas del pueblo polaco contra el gobierno comunista en Junio de 1956, dos gigantescas cruces de 20 metros de altura e inaugurado 25 años después del fatídico Jueves Negro.







Sigo paseando y visitando la bonita ciudad, camino sin rumbo fijo y tratando de perderme por cada uno de los rincones de la ciudad, hace tiempo que he guardado el mapa y solamente me oriento por mi intuición, ya que es muy fácil recorrer la ciudad a pie.

Llego al Parque de la Ciudadela, un auténtico pulmón verde dentro de la ciudad y que prácticamente nadie visita, pero a mi me sabe a gloria la pequeña parada para evadirme de tanto asfalto y para descansar mis maltrechos pies.












Doy por finalizadas mis visitas momentáneamente y me voy para mi alojamiento antes de que se me tire el tiempo encima, así que cuando llego me encuentro al recepcionista fumando en la puerta y me dice que mi habitación está preparada, hacemos rápidamente el check in y nos hacemos un favor mútuo ya que yo puedo dejar mi equipaje en la habitación y no preocuparme por nada más, y él ya se puede ir a su casa ya que no espera a ningún huésped más por hoy.

Vuelvo a salir a la calle en busca de algún sitio para comer pero me cuesta tiempo y trabajo encontrar algo decente abierto porque hoy es festivo y prácticamente está todo cerrado, así que después de quitarme un peso de encima sigo visitando esta bonita ciudad, dónde a cada paso no deja de sorprenderme alguna iglesia o algún bonito monumento.












Una vez realizadas las visitas más importantes de la ciudad me voy paseando hasta la zona más alejada de la ciudad, Ostrów Tumski, la parte más antigua y dónde encontramos el origen del país ya que aquí nació Polonia. Lo más destacado que podemos encontrar en esta zona a orillas del río Warta es la Iglesia de la Virgen María (Kosciol sw. Marii Panny) de estilo gótico y de ladrillo rojo y sobretodo su maravillosa Catedral (Katedra), una construcción también gótica y de ladrillo rojo aunque sus dos torres principales son de estilo románico y barroco. En su interior está la capilla de Mieszko I, el primer Rey de Polonia.

Hoy al ser festivo están oficiando una misa y la Catedral está a tope de gente, y aunque la voy visitando con discreción y respeto para no molestar a nadie, es imposible acceder a algunas capillas de su interior.





Cuando acabo de visitar la Catedral y toda la zona prácticamente ya está cayendo la tarde y está empezando a anochecer, así que de nuevo en un bonito paseo de 20 minutos me planto de nuevo en la Stare Miasto o casco antiguo, dónde la ciudad se convierte en una zona fastasmagórica porque prácticamente está todo cerrado y apenas se ve gente a excepción de los jóvenes que empiezan a quedar para salir de marcha.

Cerca de dónde estuve comiendo esta mañana vi un Mc Donald's que estaba abierto hoy, así que me fui hacia allí para intentar cenar algo (16,40 PLN) porque sino sería imposible, visitando de camino alguna plaza iluminada y curiosa.







Sobre las 22h de la noche me vuelvo a mi alojamiento, mi calle tiene bastante ambiente a estas horas ya que hay varios pubs y antros de striptease, y después de comprar agua en un pequeño tenderete me retiro, dónde aprovecho para ponerme al día con el wifi del alojamiento y para descansar, que ya se empieza a notar el tute del viaje.

DÍA 8.- POZNAN - VARSOVIA

Hoy es el primer día que no he necesitado madrugar y encima tengo la suerte de poder hacer el check out hasta las 12h, así que me lo tomo con mucha calma. A las 10h salgo a la calle en busca de algún lugar para desayunar pero me encuentro todo cerrado, incluso el Costa Café que tengo al final de mi calle, así que después de dar varias vueltas tengo la suerte de encontrar abierto un pequeño supermercado y aprovecho para comprar zumo, algo de bollería y tabaco (23,40 PLN) y me vuelvo a mi habitación a desayunar tranquilamente mientras leo las noticias por internet.

Vuelvo a salir a dar una pequeña vuelta por la Stary Miasto hasta la hora del check out, ya que hasta las 13:30h no sale mi bus hasta Varsovia, así que como hoy prácticamente no voy a hacer nada porque va a ser un día de desplazamientos, aprovecho para estirar un poco las piernas y hacer las últimas fotos.








A las 12h vuelvo al alojamiento, recojo mi equipaje y hago el check out despidiéndome del personal que ha venido expresamente para buscar la llave y hacer la habitación, y me voy a la parada de tranvía que tengo en la esquina dónde apenas 5 minutos esperando aparece el tranvía número 5 que me lleva de nuevo a la estación de trenes y autobuses en un trayecto de 15 minutos, mientras hago tiempo por allí como puedo porque el centro comercial está cerrado hasta que llega mi autobús que me lleva a Varsovia, llegando sobre las 19h de la tarde a la capital, aunque esta vez el bus no te deja en estación de autobuses de Wilanowska sino al lado de la estación de metro de Mlociny, desde dónde cojo el metro hasta Politechnika (3,40 PLN) y vuelvo al mismo hostel de mis primeras dos noches, llegando en un momento porque me conozco perfectamente la zona y ya tengo los códigos de acceso de las puertas.

Hago el check in y esta vez somos 5 personas en la habitación, así que espero que no den mucho por saco y pueda descansar. Como son las 20:30h y no me apetece salir a visitar nada, me voy a cenar al mismo restaurante turco que visité en uno de mis primeros días (13,20 PLN) que es de lo poco que permanece abierto hoy, y sobre las 22h ya estoy de vuelta en mi alojamiento, dónde estoy un rato en la sala común de tertulia con algunos huéspedes y un rato después me retiro a dormir, que mañana es mi último día entero en el país y quiero aprovecharlo al máximo.

DÍA 9.- VARSOVIA

Después de una noche un poco movidita por culpa de un abuelete que ya estaba la semana pasada cuando llegué a Polonia y que esta vez me ha tocado de compañero de habitación, una persona bastante rara ya que no sale nunca del hostel y a cada momento está entrando y saliendo de la habitación para ir a fumar y se pasa todo el día con la tablet, de esas personas que no hablan, ni te saludan y que de vez en cuando te hacen alguna miradita de esas de perdonarte la vida.... un tipo bastante peculiar!

A las 08h de la mañana ya estoy en la calle y me voy de nuevo hacia la Stare Miasto por el Camino Real a través de la Krakowskie Przedmiescie, dónde a pesar de ser Lunes de Pascua encuentro un Caffe Nero abierto y allí que me meto a desayunar tranquilamente (19 PLN).





Después de desayunar empiezo las visitas, la primera la tengo justo enfrente de dónde he desayunado y que ya visité el primer día, la Iglesia de la Santa Cruz, dónde está enterrado en una urna el corazón de Chopin. Hoy están oficiando una misa y la iglesia está petada de gente, así que intento molestar lo mínimo posible mientras me quedo un rato escuchando la misa.






Sigo recorriendo la Krakowskie Przedmiescie pasando de nuevo por la Universidad de Varsovia, el Palacio Presidencial y por el resto de iglesias que ya visité anteriormente pero que hoy no me apetece volver a visitar, así que giro a la izquierda hasta la Plac Pilsudskiego, dónde podemos encontrar el Palac Saski (Palacio Sajón), dónde se encuentra la Tumba del Soldado Desconocido (Grób Nieznanego Zolnierza), siempre custodiado por dos soldados polacos.

El cambio de guardia se realiza cada día a las 12h, y es una ceremonia bastante sencilla que no tiene nada que ver con otras ciudades europeas, como por ejemplo la de Londres o Estocolmo, por citar algunas.








Después de un pequeño paseo por el Palac Saski, sigo recorriendo el Camino Real hasta llegar a la Plac Zamkowy, dónde vuelvo a hacer un pequeño recorrido por los lugares que más me gustaron de la Stare Miasto que ya recorrí en mi anterior etapa en Varsovia, visitando de nuevo la Rynek Starego Miasta, la Kanonia, la Barbacana y la Nowe Miasto, hasta acabar el recorrido de nuevo en la Columna de Segismundo.













Como todavía es algo pronto para comer, decido visitar el barrio que más ganas tenía de visitar, el barrio de Praga, nada que ver con la ciudad de la República Checa. Actualmente el barrio es el de los bohemios, los artistas, los pintores, la zona con más auge de la ciudad y que más de moda se está poniendo, incluso había leído que era peligroso visitarla por tu cuenta, pero yo lo hice y no tuve ningún problema, pero este barrio hasta hace poco era bastante deprimente y estaba apartado de la ciudad, pero es realmente conocido porque Roman Polanski rodó muchísimas escenas de su película "El Pianista" aquí, y dónde a día de hoy todavía podemos ver algunos edificios con marcas de metralla en sus fachadas.

Para llegar hasta aquí lo podemos hacer en metro llegando hasta la parada Dworzec Wilenski, última parada de la línea roja, o bien caminando a través de un puente desde las escaleras que hay a la derecha de la Plac Zamkowy, en un pequeño paseo de 20 minutos aproximadamente.

El barrio de Praga en si no es muy grande y las visitas importantes están muy cercanas entre ellas, así que solamente cruzar el puente nos toparemos con la Catedral de San Miguel Arcángel y San Florián el Mártir (Katedra sw. Michala Archaniola i sw. Floriana Meczennika), con sus dos torres de 75 metros.





Sigo recorriendo la zona a través de sus dos arterias más importantes, la calle Targova y la calle Zabkowska, el verdadero casco antiguo del barrio de Praga y dónde Polanski rodó parte de "El Pianista". Si os gustó la película, es una visita imprescindible.






El resto de visitas que podemos encontrar interesantes es la plaza que está en la calle Klopotowskiego, dónde encontramos el Monumento a la Banda de Músicos Ambulantes de Praga (Pomnik Kapeli Praskiej), inaugurado en el 2.006 en homenaje a los músicos ambulantes que recorrian los patios de Varsovia y de Praga especialmente, tocando las canciones de moda en ese momento en el país.

Casi enfrente podemos encontrar la Iglesia Ortodoxa Metropolitana de Santa María Magdalena (Cerkiev Metropolitalna sw. Marii Magdaleny), una edificación bizantina bastante cuca y que tuvo la suerte de salvarse de los bombardeos de los nazi en la II Guerra Mundial.

Y por último podemos encontrar el Zoo de Varsovia que está en el distrito de Praga, que aunque no me interesaba entrar a este tipo de lugares, desde fuera se puede apreciar como salen a comer varios osos salvajes.

Para quién le interese la visita, aquí tenéis más información del Zoo de Varsovia, más que nada para las familias que vayan con niños.








Son más de las 14h de la tarde y vuelvo a cruzar el puente para llegar de nuevo a la Plac Zamkowy, bastante abarrotada de gente a estas horas, y lo primero que hago es ir a comer auténtica comida polaca en uno de sus famosos bares de leche que hay en todo el país, así que fuí al que tenía fichado desde el primer día que llegué a Varsovia, el Bar Pod Barbakanem, situado justo después de cruzar la Barbacana y enfrente de las murallas. Estos locales de la época comunista son muy curiosos porque no hay carta en ningún idioma y allí nadie habla inglés, simplemente te vas a la caja, miras la pizarra que tienen colgada con los platos del día en polaco, pides, pagas y te esperas, y cuando está tu plato listo gritan en polaco el nombre del plato y vas a buscarlo. Cuando acabas de comer devuelves los platos y ya te puedes ir. No es para ir cada día pero almenos para probar la experiencia no está mal, pero sobretodo no esperéis ningún tipo de lujo ni ningún tipo de decoración en el local porque es todo muy básico y muy sencillo, comida incluida.


El precio es todavía más barato que un restaurante normal, ya que por 10 PLN aproximadamente te puedes comer un rico plato de sopa y unos pierogis, entre otras cosas. Dicen que a este tipo de locales acuden la gente sin recursos y los homeless, pero yo no vi nada de eso almenos en el de Varsovia, e incluso había cola para entrar de turistas que buscábamos una experiencia diferente.

Después de comer y sin tiempo que perder recorro por última vez la Krakowskie Przedmiescie mientras me voy despidiendo de esta parte de la ciudad que tanto me ha gustado mientras voy caminando a través de la Nowi Swiat hacia el monumento de Charles de Gaulle en la Aleje Jerozolimskie, dónde desde allí cogeré el tranvía número 24 (los números 7, 9, 22, 25 y 77 también te llevan allí) para visitar una de los museos que más ganas tenía, el Museo del Alzamiento de Varsovia (Muzeum Powstania Warszawskiego), dónde a través de fotografías y vídeos nos mostrarán todo lo acontecido durante la liberación de Polonia en 1.944 por parte de los insurgentes.




En un trayecto en tranvía (3,40 PLN) de 15 minutos aproximadamente y bajándonos en la parada Powstania, al doblar la esquina encontraremos la entrada del museo, pero tener en cuenta que los martes está cerrado, los domingos la entrada es gratuita, y el resto de días cierran a las 18h de la tarde, excepto los jueves que cierran a las 20h. El precio del ticket para acceder al museo cuesta 18 PLN y es una visita totalmente recomendable si os gusta la historia. A través de la web del Museo del Alzamiento de Varsovia tenéis toda la información que necesitéis.

















Una visita muy interesante, y a pesar de haber estado poco más de 2 horas, me hubiera gustado de disponer de un poco más de tiempo para visitarlo con más calma ya que a las 18h en punto cierran, porque otra cosa no, pero esta gente de Centro Europa o de Europa del Este son muy cabezas cuadradas y muy estrictos con sus horarios y que he tenido la desgracia de sufrir en otros países, sobretodo Hungría.

Al salir vuelvo a coger el tranvía aunque caminando un poco también tenemos la línea roja de metro, y me bajo en Centrum, al lado de la estación central de trenes y autobuses y enfrente del Palacio de la Cultura y la Ciencia (Palac Kulturi i Nauki), un mastodonte de 42 pisos y 237 pisos de altura regalo del pueblo sovietico al pueblo polaco de parte de Stalin y que los polacos detestan a horrores, y en el que tengo intención de visitar en el piso 30 su mirador para contemplar las vistas de la ciudad desde ese punto, pero cuando llego me encuentro la desagradable sorpresa que hoy Lunes de Pascuas está cerrado porque es festivo. De todos los días que he pasado en la ciudad he dejado esta visita para el final del viaje y cometí el error de no mirar los horarios a través de la web del Palacio de la Cultura y la Ciencia y me he llevado esta desilusión, ya que me apetecía ver el atardecer y el anochecer desde arriba, así que no me queda otra que resignarme y hacer algunas fotos desde abajo.







Está cerca de caer la tarde y anochecer, así que busco un lugar para hacer la última cena en Polonia y no quiero complicarme, así que me dirijo hacia la estación central que está llena de restaurantes de comida rápida y no encuentro nada que me apetezca ya que no quiero volver a repetir en un Mc Donald's, así que saliendo de la estación y justo enfrente encontramos el Hard Rock Café que ya he visitado en otros países, y aunque está a tope de gente y me hacen esperar 20 minutos, ceno una rica hamburguesa que no tienen nada que ver con la de otras de cadenas rápidas de comida, junto con una rica cerveza que por desgracia es la última que me tomo en el país, y pago en total 53 PLN, sin duda la comida más cara de todo el viaje, pero que pago muy agusto a modo de despedida del país.


Cuando salgo ya es de noche y empieza a hacer algo de rasca, me voy despidiendo de la ciudad con los últimos coletazos de la batería de la cámara y decido volver a mi alojamiento caminando en un bonito paseo de 20 minutos, que me servirá para bajar la cena.




Al llegar cerca de mi alojamiento veo que el Carrefour Express está abierto y compro agua, me despido del cachondo chaval con el que me he echado unas risas estos días y me voy para mi hostel a las 21:30h de la noche, dónde me encuentro los mismos caretos de siempre y al viejete perdonavidas, que sigue impasible con su tablet y con su cara de amargado.

Aprovecho para ducharme y hacer mi equipaje ya que mañana salgo pronto, y después de estar un rato poniéndome al día con el wifi, sobre la medianoche me voy a dormir, que mañana toca volver a casa.

DÍA 10.- VARSOVIA - BARCELONA

Hoy toca despedirse de este maravilloso país, así que a las 08h de la mañana y después de despedirme del personal del hostel dónde me he sentido muy agusto estos días, me voy camino del Aeropuerto Chopin, dónde hay diferentes alternativas para llegar y que ya os expliqué al principio del post, así que por mi ubicación me voy hacia la estación de metro de Politechnika y en un lateral está la marquesina de la parada del bus del número 188 y que previamente había mirado los horarios, y en un trayecto de unos 30 minutos en función del tráfico de la ciudad (hoy ya es día laborable y se nota) y comprando el ticket en la máquina dentro del bus (3,40 PLN) me deja en la misma puerta de la terminal con tiempo de sobras, además de que no tengo que facturar equipaje.

Es la primera vez que voy a volar con la compañía Norwegian y el resultado no puede ser mejor a pesar de ser un poco más cara que otras compañías lowcosts, pero los aviones son muy nuevos, la distancia entre asientos es un poquito más ancha que las otras y lo más importante, no hace falta imprimirte el boarding pass o tarjeta de embarque porque 3 horas antes del vuelo te envian un mensaje a tu teléfono móvil con el enlace de tu boarding pass y te lo puedes descargar en tu smarthphone, siempre y cuando tengas wifi, pero esto no es un problema porque en el aeropuerto de Varsovia lo tienes ilimitado y de forma gratuita (que aprenda AENA), así que te lo puedes descargar simplificando tiempo y papel, que siempre viene genial para el medio ambiente.

Después de un caro desayuno en el aeropuerto (23 PLN) y de las últimas compras para gastar las últimas monedas del país (18 PLN), y con un pequeño retraso de 20 minutos en despegar por culpa de la tromba de agua que está cayendo hoy en Varsovia, a las 11:50h despegamos hacia Barcelona llegando sobre las 13:30h en un vuelo bastante cómodo en el que te olvidas por momentos que estás volando con una compañía lowcost, dando por finalizado este viaje de Semana Santa que empezó en Estocolmo y que acaba 13 días después en la ciudad más bonita del mundo, Barcelona.

Desde aquí animo a todo el mundo a visitar Polonia en general y no solamente Cracovia como hacen la mayoría de viajeros, un país maravilloso y fácil de recorrer para cualquier persona, súper bonito, muy económico para el bolsillo de un europeo y con una gastronomía sorprendente!!

Wkrótce, Polska!!!