Cuando uno piensa en Suecia le viene a la mente ciertos estereotipos típicos como Ikea, Volvo, Abba, Pippi Calzaslargas o incluso el mito de que las suecas son las mujeres más guapas del mundo, así que nada como hacer una visita al país para confirmar o desterrar viejos mitos.
Pero la "Venecia del Norte" es mucho más, su capital Estocolmo está formada por 14 islas y conectadas por más de 50 puentes sobre el Lago Mälaren, es una de las ciudades urbanas más cosmopolitas y bonitas de todo Europa, siendo una de nuestras preferidas para quedarnos a vivir en algún momento de nuestra vida.
FICHA TÉCNICA DEL VIAJE
FECHA: Marzo 2.016
FICHA TÉCNICA DEL VIAJE
FECHA: Marzo 2.016
DÍAS: 4
DOCUMENTACIÓN NECESARIA
DNI
Pasaporte con mínimo 6 meses de validez, aunque para ciudadanos de la Unión Europea no hace falta.
OTROS DATOS DE INTERÉS
IDIOMA: Se habla el sueco, aunque la mayoría de habitantes hablan el inglés con fluidez.
MONEDA: La moneda es la Corona Sueca, escrito SEK. En el momento del viaje, 1 € = 9,25 SEK.
TARJETAS: Se acepta el pago con tarjetas en cualquier lugar. No hay problemas para sacar dinero en cajeros automáticos. De hecho en ningún momento he cambiado moneda local y todo lo he pagado con tarjeta de crédito sin problemas.
GUIA DE VIAJE: Como siempre será la Lonely Planet, en éste caso la Guía de Ciudades de Estocolmo.
TELEFONO: Hay cobertura de teléfono en todo el país, pero conviene tener contratado el roaming.
INTERNET: Prácticamente en cualquier lugar hay ciber-cafés para conectarse y en la mayoría de alojamientos disponen de wifi gratuito.
SEGURIDAD: País 100% seguro y en cualquier momento del día, aunque siempre hay que ir con precaución y con sentido común.
VACUNAS: No hay ninguna vacuna obligatoria.
ELECTRICIDAD: El voltaje es de 230 V y no hace falta adaptador para los enchufes.
DIFERENCIA HORARIA: Misma hora respecto a España.
RELIGIÓN: Diferentes religiones, siendo la luterana la más mayoritaria.
PRESUPUESTO DEL VIAJE
DESGLOSE DEL PRESUPUESTO IMPORTE
VUELO Bcn - Estocolmo con Ryanair (IDA) 23,99 €
ALOJAMIENTO 71,00 €
TICKETS 56,00 €
TICKETS 56,00 €
OTROS (COMIDAS, COMPRAS, GASTOS PERSONALES,..) 70,00 €
Total Presupuesto por Persona 220,99 €
EL ITINERARIO DEL VIAJE
TRANSPORTE
El metro de Estocolmo dispone de 3 líneas diferentes y un total de 100 estaciones, fáciles de reconocer por el logotipo de T de Tunnelbana en la boca de cada estación, aunque ya os informo que la mejor forma de moverse por la ciudad es caminando, aunque hay trayectos que están bastante alejados. Cada estación corresponde a una zona (A, B ó C) dependiendo de las distancias.
Antes de subir al metro hay que sacar el ticket en las máquinas automáticas o dependiendo de la estación podemos encontrar un pequeño stand de información dónde los amables trabajadores venden los tickets, e incluso podemos adquirirlos o recargarlos en las numerosas tiendas 7 Eleven repartidas por toda la ciudad.
Primero de todo deberemos decidir la frecuencia con la que utilizaremos el metro y dónde queremos ir para saber que tipo de tarjeta nos interesa más, ya que los precios de los billetes o tarjetas no son nada baratos.
Existen varias alternativas, que son las siguientes:
- Billete Sencillo:
* Zona A: 36 SEK
* Zona AB: 54 SEK
* Zona ABC: 72 SEK
Si escogemos esta opción, tenemos que tener en cuenta que podemos utilizar el metro y hacer los trasbordos que creamos convenientes con un límite de tiempo de 90 minutos.
- Tarjetas de Transporte:
* 24 Horas: 115 SEK
* 72 Horas: 230 SEK
* 7 Días: 300 SEK
Desde el 1 de Enero de 2016 ya NO es posible adquirir la Stockholm Card dónde estaba incluido también el transporte, ya que han dejado de comercializarla y actualmente ya no existe.
El horario del metro de Estocolmo es de 05h a 01h entre semana, y de 05h a 03h los fines de semana, interrumpidamente, con frecuencia de paso de 5 minutos aproximadamente.
Si tenéis tiempo es bastante recomendable dedicar un par de horas a visitar algunas de las estaciones de metro más importantes de la ciudad, ya que algunas son auténticas obras de arte y muy bonitas, aunque no son comparables al metro de Moscú, por ejemplo.
ALOJAMIENTO
City Backpackers Hostel. Teniendo en cuenta que los alojamientos en Estocolmo y en cualquier país escandinavo son muy caros, y que además iba a llegar muy tarde y que el metro iba a estar cerrado, no tuve más remedio que buscar un hostel con habitaciones compartidas en el barrio de Norrmalm, en pleno centro de la ciudad y a escasos 5 minutos caminando de la Estación Central, dónde te deja el transporte desde el aeropuerto.
El alojamiento está ubicado en una zona tranquila y en un edificio totalmente reformado, sin apenas tráfico y sin ruido exterior. Antes de mi llegada y teniendo en cuenta que iba a llegar sobre las 2h de la mañana y que la recepción iba a estar cerrada, el amable y eficiente staff del hostel me hicieron llegar por email el código de seguridad para abrir la puerta exterior del edificio y la de mi habitación, simplificando todos los trámites y haciendo mi llegada lo más fácil posible.
Reservado a través de Booking, habitación compartida de 8 camas, con baño compartido y sin desayuno incluido, me ha costado 71 € por tres noches. Sobre este precio habría que incluir la ropa de cama que es opcional (unos 8 €) pero que a mi no me la cobraron porque se olvidaron y yo aproveché para hacerme "el sueco". Las instalaciones están impecables y muy limpias, con mobiliario de diseño de Ikea como no podía ser de otra manera y las camas eran muy cómodas, y a pesar de compartir habitación con desconocidos he tenido mucha suerte porque han sido muy respetuosos y he podido descansar muy bien, aunque lo mejor de todo es que las puertas se abren con código de seguridad que van renovando cada semana y la combinación solamente la conocen los huéspedes de esa habitación, así que es imposible que personas ajenas a mi habitación pudieran entrar.
También ofrecen gratuitamente pasta para cenar cada noche así como café y té en cualquier momento del día, que se agradece debido a las bajas temperaturas que hay en invierno y los altos precios del país debido a su alta calidad de vida.
Reservado con un par de meses de antelación, era de los alojamientos más económicos que he podido encontrar y la experiencia ha sido muy satisfactória, tanto por ubicación, amabilidad del personal y comodidad. Recomendable si no te importa compartir habitación y ahorrarte bastante dinero en alojamiento.
LO MEJOR DEL VIAJE
* Sin duda, estamos ante una de las capitales más bonitas del mundo, dónde a pesar del frio, es una gozada pasear tranquilamente por sus diferentes barrios y estrechas calles, muchas de ellas dejando bellas estampas de postales.
Seguimos visitando la zona de Söder hasta llegar a Mariatörget, un bonito parque y uno de los tantos pulmones verdes de la ciudad, franqueado de pequeños comercios y bonitas cafeterías, dónde no puedo evitar hacer en una de ellas un alto en el camino y tomarme un capucchino calentito (44 SEK) que a pesar de su precio de 5 €, me reconforta interiormente y me da energía para soportar el frio un rato más.
Sigo paseando por la zona sin rumbo fijo y sin apenas mirar el mapa, ya que todo lo que veo me parece realmente bonito, la gente es muy amable y educada y quiero aprovechar lo máximo las horas de luz en esta época del año, por eso voy postponiendo la hora de la comida. Finalmente llego a la Södra Teatern, el teatro de la zona que está a un lado de un gran parque y justo al lado de la Mosebacke, una zona de ocio y terrazas con unas vistas impresionantes de la ciudad, pero que a estas horas y en esta época del año está muerta y ni tan siquiera tienen terraza.
Desde este punto se puede acceder al Katarinahissen, más conocido como el Elevador de Katarina, una estructura de hierro metálica de 38 metros de altura desde dónde se tienen unas bonitas vistas de Estocolmo y de Gamla Stan, pero mucho peores que desde el Monteliusvägen ya que la zona está en obras y solamente se ven las gruas.
Hasta hace un par de años se podía acceder desde la plaza Slussen a través de su ascensor y era de pago, pero actualmente no existe esta posibilidad y solamente se puede acceder subiendo por sus calles aledañas hasta la Södra Teatern, y la visita es gratuita.
Una auténtica lástima que las vistas no sean muy lúcidas por culpa de las obras, y aunque el mirador no es 360º ni está totalmente abierto por culpa de sus vallas, al ser gratuito es una visita recomendable, aunque el frio desde arriba también es bastante importante, pero almenos no hay viento.
Toca ir bajando e ir despidiéndome poco a poco del barrio de Södermalm, una zona encantadora y que no podéis dejar de visitar, llena de ambiente a cualquier hora del día mientras voy fijándome en los pequeños y bonitos comercios que hay a cada lado de sus calles, hasta llegar a la Plaza Slussen, un bonito punto de encuentro a los pies del Katarinahissen y dónde cada día se celebra un pequeño mercado de flores, de esos que tanto gustan a los suecos.
Muy cerca de aquí podemos encontrar varios museos, aunque yo no estaba muy interesado y prescindí de ellos. Justo enfrente del mercado está la estación de metro de Slussen para quién quiera moverse a otro punto de la ciudad en transporte público, pero aunque llevo unas cuántas horas caminando me niego a cogerlo y prefiero seguir caminando a mi ritmo, así que me despido momentáneamente de este barrio y vuelvo a cruzar el puente para llegar de nuevo a Gamla Stan, en la díficil tarea de buscar un lugar dónde comer que pueda ser bueno, bonito y barato, una auténtica utopía en este país.
Finalmente y después de mucho mirar, acabé en una especie de pub en la Västerlanggatan, dónde me pedí una especie de albóndigas de carne, llamadas Kotbullar, junto con una "caña" de cerveza, ya que el vaso no era muy grande, y aunque era comida local y estaba buena pero tampoco te quedabas muy lleno, al traer la cuenta casi me da un patatum cuando tuve que pagar la friolera de 239 SEK, desglosado en 180 SEK por tres malditas bolitas de carne y 59 SEK por un vasito de cerveza, es decir, casi 26 € de nada, y encima la camarera muy amable cuando me trajo el datafono para pagar (ya que no he cambiado nada de moneda local ni lo pienso hacer porque se puede pagar absolutamente todo con tarjeta de crédito) pues me pregunta la camarera si quiero dejar propina... yo creo que con mi semblante serio y la expresión de mi cara ya obtuvo mi respuesta.
Conclusiones de mi primera comida en Estocolmo: Aparte de ser consciente que es un país muy caro, en mi caso determinantemente prohibido volver a pedir alcohol ya que el agua del grifo en los restaurantes es gratis y no está mal visto, simplemente hay que pedir "tap water" y muy amablemente te traerán una jarrita de agua, y sobretodo, para un par de días que me quedan en la ciudad y aunque no sea muy amante de ello, a intentar tirar de cadenas de comida rápida o alejarme de las zonas turisticas, ya que no estoy dispuesto a que me sigan metiendo estos sablazos.
Después de comer y siendo más de las 16h de la tarde, sigo recorriendo de nuevo Gamla Stan hsta cruzar el Puente de Norrbro, hasta llegar a la Gustav Adolfs Torg, de nuevo en la Isla de Norrmalm, dispuesto a aprovechar las pocas horas de luz que me quedan del día.
Lo más importante para visitar por esta zona es la Opera House, la Jacobs Kyrka y la bonita plaza de Kungsträdgarden, dónde hay varios operarios retirando la nieve que está cayendo estos días, aunque por las fotos no lo parezca.
Sigo recorriendo la zona dejando a mi derecha el Parliament House y el Royal Palace que recorreré al día siguiente con más calma, para llegar a la siguiente isla, Skeppsholmen, dónde no dudo en atravesarla a través del Skeppsholmsbron, más conocido por el Puente de la Corona que hay a mitad del puente, y que es una de las estampas más fotografiadas de la ciudad, que aunque no tenga nada del otro mundo, las vistas que tenemos desde este punto hacia Gamla Stan son muy bonitas, para que engañarnos.
Después de recorrer y fotografiar Gamla Stan desde este punto, llego tranquilamente a Skeppsholmen, dónde destaca la Skeppsholmskyrkan (iglesia), el Kastellholmen (Castillo de Holmen) y varios museos, entre ellos uno de los más conocidos de la ciudad, el Moderna Museet, que prescindí de entrar por falta de ganas y tiempo, ya que está a punto de anochecer y no me apetece nada meterme en un museo. Para quien esté interesado, tenéis toda la información a través de la web del Moderna Museet. Cerca de aquí se encuentra el Vasa Museet y el Abba Museum.
Empieza a caer la tarde y el frio de cada vez se está haciendo más insoportable, la zona está bastante vacia a pesar de ser viernes por la tarde y decido que ya no son horas de alejarse mucho y de ir volviendo poco a poco hasta mi alojamiento, así que vuelvo a cruzar el Skeppsholmsbron hasta cruzar todo el Kungsträdgärden y decido recorrer la Hamngatan Torg, una calle puramente comercial y llena de tiendas dónde a estas horas de un viernes por la tarde está abarrotada de gente saliendo y entrando de los centros comerciales, dónde decido entrar a dar una vuelta por hacer tiempo y por la curiosidad que me despierta saber que tipo de artículos y productos utilizan esta gente, pero no dudo en salir tan rápido como entré al ver que tipo de precios tienen allí y que poco me gusta lo poco que veo, ya que la mayoría de ropa es del estilo de la cadena sueca H&M.
Sobre las 20h estoy entrando en mi alojamiento 12 horas después de haber salido esta mañana, con los pies molidos y agradeciendo la calefacción de la habitación. Mi intención es pegarme una ducha y cenar en el hostel, ya que cada noche ofrecen pasta gratuita para cenar a todos sus huespedes, pero como pasa casi siempre cuando uno no se aloja en un hotel, mi gozo en un pozo, porque las duchas son pocas y están petadas de gente y es imposible hacerlo a corto plazo, y la cocina está petada de mochileros cuando escuchan la palabra gratis, además de que la pasta no tenía muy buena pinta, así que cambio de planes, me vuelvo a poner el cortavientos, braga, gorro y guantes y me voy dirección a la Estación Central que tengo a apenas 5 minutos, dónde a medio camino me meto en un Burguer King y me pido para cenar uno de sus típicos menús de hamburguesa con patatas y coca cola, dónde pago la friolera de 89 SEK en una promoción en oferta, la friolera de casi 10 € y encima agradecido que estaba en oferta.... manda huevos!!
De vuelta al hostel me paro en el 7 Eleven a comprar agua (22 SEK) y sobre las 21:30h estoy entrando de nuevo en mi hostel, con el tiempo justo para lavarme los dientes, conectarme un rato a internet con el móvil y caer rendido en la cama, ya que desde que he llegado a Estocolmo solamente he dormido 4 horas. Mañana será otro día.
Hoy a priori el día va a ser algo más tranquilo que ayer, que con la tontería me di un buen tute caminando y todavía me quedan muchos días de viaje. Mi primera visita del día será visitar el Hötorget, que lo tengo a escasos 3 minutos caminando de mi alojamiento, que es una plaza dónde cada día se realiza un mercado de frutas y verduras, pero la verdad es que no lo encontré muy interesante o quizá esperaba mucho más después de haber recorrido decenas de mercados alrededor del mundo.
En cambio el edificio del Konserthuset si que me pareció realmente bonito, aunque no era un buen momento para sacar fotos por culpa de los toldos de los chiringuitos del mercado.
Ahora recorro la Sergelgatan dirección a la Sergels Torg porque de camino quiero visitar dos monumentos curiosos y que me apetecía visitar, el primero es una pequeña figura inspirada en Botero, y el segundo es el monumento de la No- Violencia (pistola anudada), que ya tuve la suerte de visitar en mi viaje a Nueva York cuando visité el edificio de la ONU (Naciones Unidas), obra del artista sueco Carl Fredrik Reutersward, y que por lo visto hay casi una veintena de réplicas de diferentes tamaños repartidas por el mundo, la mitad en diferentes poblaciones de Suecia. Encontrar las esculturas no tiene pérdida, ya que se encuentra en la zona comercial de la Sergelgatan, aunque no muchos turistas conocen su existencia.
Sigo recorriendo la zona comercial hasta desembocar en la Sergels Torg, la plaza más céntrica de toda la ciudad. Es una enorme plaza presidida por una enorme columna de vidrio, lugar de encuentro entre la población local y con mucho ambiente en cualquier momento del día. Aparte de su estación de metro, lo más destacable del lugar es su Oficina de Turismo para solicitar información para recorrer Estocolmo. También abundan los homeless, que aunque Suecia tiene un alto nivel de vida y son punteros en temas del bienestar, no todas las personas corren la misma suerte y también hay pobreza.
Sigo recorriendo tranquilamente las calles vacias de la ciudad hasta llegar al Stadshuset o Ayuntamiento de Estocolmo, famoso porque es el lugar dónde se celebra el banquete anual de los Premios Nobel en su Sala Azul (Blä Hallen). Para saber horarios, precios, idiomas de los tours o cualquier información al respecto, os aconsejo que visitéis la web del Ayuntamiento de Estocolmo antes de ir para que podáis hacer vuestro planning.
Desde mi alojamiento hasta el Stadshuset tendré unos 15 minutos aproximadamente paseando en línea recta, pero si ayer hacia frio hoy lo hace más, ya que no deja de caer copos de nieve sobre la ciudad. Entro al Stadshuset y empiezo a maravillarme de su edificio por fuera, donde hay unas vistas maravillosas del Lago Mälaren y de Gamla Stan.
Poco antes de las 10h de la mañana entro a la oficina de información que también funciona como tienda de souvenirs y me informo acerca de los tours guiados por el interior del Ayuntamiento, y muy amablemente me indican que a las 10h en punto se iniciará la siguiente visita, de una duración de 50 minutos con una guia en inglés, ya que en esta época no se realiza la visita en español que suelen hacer en los meses de más turismo en varios horarios, así que no tengo problemas por el idioma y después de abonar el importe de 70 SEK (durante los meses de Abril a Octubre cuesta 100 SEK), nos invitan a dejar gratuitamente chaquetas y mochilas en el guardaropa, y poco después el grupo formado por unas 30 personas junto a Rosa, una chica latina y que se le entiende perfectamente todo lo que va explicando, empezamos la visita guiada, que se hace muy amena y entretenida, visitando diferentes estancias como el Salón Azul, dónde se celebra anualmente la entrega de los Premios Nobel y el posterior banquete a los invitados, la Sala del Consejo y sobretodo la más espectacular, el Salón Dorado, recubierto con mosaicos de oro, mientras escuchamos anécdotas y curiosidades del lugar.
Una visita muy interesante e imprescindible en una visita a Estocolmo. La lástima es que en esta época del año no se puede acceder a lo alto de la Torre del Ayuntamiento, desde dónde se tienen unas vistas impresionantes de la ciudad.
Una vez finalizada la visita recorro el Centralbron o Puente Central y en un momento me planto de nuevo en Riddarholmen, dónde visito por fuera la Riddarholmskyrkan y el Riddarhuset, y de nuevo me planto en el bonito Gamla Stan, dónde vuelvo a hacer parte del recorrido del día anterior por sus estrechas callejuelas haciendo tiempo antes de visitar el Palacio Real.
Ahora si que pongo dirección al Kungahuset o Palacio Real, que se puede visitar por dentro a través de diferentes estancias como la Corona, el Tesoro y los diferentes pabellones. Su precio es de 150 SEK y tenéis más información a través de la web del Palacio Real, incluso se pueden comprar los tickets online y evitar las largas colas en época de turismo masivo, sobretodo de cruceristas.
Yo no quise visitarlo y me fui directamente al Patio de la Guardia, dónde cada día a las 12h en verano y en días alternos el resto del año se realiza el Cambio de Guardia Militar, una ceremonia a priori comparada con la del Buckingham Palace de Londres o de otras ciudades, pero que la realidad es que es un auténtico fiasco y un verdadero aburrimiento, ya que parece más un pequeño teatro a merced de los turistas que no una tradición histórica como en Londres.
Para más información podéis visitar la web del Cambio de Guardia y si estáis por la zona o váis con niños pequeños, es curioso de ver, dura unos 30 minutos de los cuales más de la mitad sobran, se hacen largos y eternos aunque siempre os podéis ir cuando ya no aguantéis más, aunque yo lo soporté en primera fila como un campeón bajo el frio invernal. Si tuviera que volver de nuevo a Estocolmo me saltaría la visita sin pensármelo dos veces.
Cuando acabó la ceremonia y se despejó de gente, estuve dando una vuelta tranquilamente por los alrededores hasta acabar de nuevo recorriendo parte de Gamla Stan antes de despedirme de ella, ya que iba a ser con mi planning previsto y no tenía intención de volver a visitar esta zona, a no ser que me sobrara bastante tiempo, cosa que no ocurrió.
Aprovecho para comprar algún recuerdo en unas de las decenas de tiendecitas de souvenirs que hay repartidas por Gamla Stan y me despido definitivamente de la zona, dónde pongo rumbo a mi siguiente destino, la Isla de Djurgärden.
Para mi siguiente destino tengo que retroceder mis pasos y llegar de nuevo a la Gustav Adolfs Torg en dirección a Skeppsholmsbron, el famoso Puente de la Corona que estuve visitando ayer por la tarde, pero antes de llegar y a la altura del Nybrohamnen salen ferries que te llevan directamente a Djurgärden, o también se puede coger el bus número 69 que te deja directamente allí, sino hay que hacer como hice yo, ir caminando tranquilamente poco más de 2 kms hasta llegar al Vasa Museet.
Si finalmente se decide ir por la ruta atravesando el Skeppsholmsbron pasaremos por uno de los museos más divertidos y frikies de la ciudad, el Abba Museum, dedicado al cuarteto de música sueco, dónde tenéis toda la información en su web. Como yo no tenía intención de gastarme la friolera de 195 SEK por la entrada, decidí hacer la otra ruta, que aparte de ser algo más corta, me dejaba casi directamente en el Vasa Museet.
El Vasa Museet o Museo Vasa alberga un barco de madera de 69 metros de proa a popa, que data del año 1.628 y que en su momento era el barco de guerra más grande jamás construido para luchar contra el ejército polaco, dónde el mismo día que debía zarpar se hundió al mar y que no fue hasta nuestros días, en el año 1.961 cuando se consiguió rescatar y mantenerlo a flote de nuevo, con la pecularidad de encontrarse en un estado de conservación impecable gracias a las aguas del Mar Báltico, y que gracias a ello hoy podemos contemplarlo prácticamente con todo original y sin apenas restauración.
El precio de la entrada es de 130 SEK y os recuerdo que su entrada ya no es válida con la Stockholm Card que ya no existe, y tenéis toda la información del Museo Vasa a través de su web, dónde la visita no os llevará mas de un par de horas y que es totalmente recomendable.
Otra visita interesante por la zona de Djurgärden es el Skansen, el mayor museo al aire libre del mundo dónde encontraremos un museo que recrea un antiguo poblado sueco o incluso hay un zoológico, su entrada cuesta 170 SEK y aquí tenéis más información del Skansen en español, pero aunque no estoy muy interesado en la visita, las bajas temperaturas dónde no para de caer copos de nieve intermitentemente y que son más de las 15h de la tarde y todavía no he comido, decido prescindir de la visita y aprovechar las últimas horas de luz del día, así que deshago mis pasos paseando tranquilamente y 45 minutos después llego a la Central Station, dónde en su interior hay varias zonas de restaurantes y cadenas de comida rápida, dónde finalmente me decido por un pequeño oriental dónde hacen unas imitaciones de noodles que junto a una coca cola, acabo pagando 109 SEK.
Después de comer y pasadas las 17h de la tarde, y con el grueso de las visitas importantes de Estocolmo cumplidas, decido coger por primera y última vez el metro en la ciudad aprovechando que estoy en T-Centralen, y decido hacer una pequeña ruta por algunas de las estaciones más importantes de la ciudad, ya que había leido que muchas estaciones son curiosas de ver pensando que sería igual que el recorrido que hice por las estaciones de mi viaje a Rúsia, pero la verdad es que no tiene nada que ver, siendo las del país moscovita mucho más espectaculares y recomendables.
Compré mi billete sencillo de metro en las máquinas automáticas por un precio de 36 SEK (4 €), dónde tienes derecho a viajar tantas veces como quieras y hacer los trasbordos que creas necesarios por un intervalo de 90 minutos, así que estuve visitando las estaciones de T-Centralen, Kungsträdgärden, Solna Centrum (quizás la más bonita de todas), y Radhuset, todas estas de la línea azul, y después la estación de Stadion de la línea roja, y la verdad es que ya no me dió tiempo visitar ninguna más de las que tenía apuntadas porque estaba sufriendo por el tiempo de los 90 minutos y no quería volver a pagar 36 SEK por otro billete, pero a la hora de salir de la estación las puertas se abrían automáticas sin necesidad de introducir el billete por el torno, así que de haberlo sabido quizás me hubiera arriesgado y hubiera sido más pícaro visitando un par de estaciones más de metro al saber que no había control ninguno.
Finalizada la visita bajo tierra, me acerco un momento a la estación de autobuses situada en la T-Centralen para confirmar la ubicación de los autobuses que parten para el aeropuerto de Skavsta, ya que mañana temprano dejaré Estocolmo para tomar un vuelo hacia Varsovia.
Una vez realizados los trámites, decido recorrer la calle comercial y más importante de Estocolmo, la Drottninggatan, llena de comercios a doquier y al tratarse de un sábado por la tarde, con un ambientazo espectacular, no sin antes pasar por la Klara Kyrka, que me viene de camino.
Son más de las 21h de la noche cuando aparezco por el alojamiento, exactamente 13 horas después desde que salí por la mañana y tengo los pies molidos y estoy ko, mi habitación se ha quedado más vacia porque varios huespedes ya no están y en cambio ha llegado otro, un chico español recién llegado a Estocolmo dónde pasará una semana, y después de intercambiar unas cuántas opiniones y darle algunos consejos sobre visitar la ciudad, salimos juntos al Burguer King dónde estuve la pasada noche cenando, y un rato después y previa parada al 7 Eleven de siempre para comprar agua, volvemos a nuestro alojamiento, dónde después de conectarme un rato para repasar correo y RRSS, a medianoche caigo rendido.
En unas horas tocará despedirse de la ciudad.
Cuando llego a la Estación de Autobuses y me dirijo a la puerta número 5 desde dónde salen los autobuses a Skavsta y que me es fácil de localizar gracias a que estuve personalmente ayer por la tarde, ya hay bastante gente haciendo cola para coger el autobús de las 08:30h, sino tendría que esperarme una hora después llegando muy justo al aeropuerto, aunque normalmente no es un problema porque los horarios de los autobuses están sincronizados y enlazados con los horarios de los vuelos de Ryanair en ese aeropuerto y ellos ya tienen sus previsiones.
Finalmente tengo suerte y consigo subir en el autobús tal y como tenía previsto, y me paso los siguientes 75 minutos aprovechando el wifi gratuito y observando el paisaje boscoso por la ventana, ya que en el viaje de ida no tuve oportunidad porque era noche cerrada, llegando a Norrköping dónde está situado el aeropuerto de Skavsta antes de las 10h de la mañana, dónde me da tiempo fumarme un cigarro, pasar los controles de seguridad dónde no hay absolutamente nadie y las chicas son muy amables y educadas, e incluso de desayunar en el propio aeropuerto (49 SEK).
El vuelo sale con un pequeño retraso de 20 minutos, dando por finalizada esta breve pero intensa visita por una de las ciudades más bonitas de toda Europa como es Estocolmo, a la que recomiendo visitar a todo el mundo pero a poder ser, con las temperaturas muchas más altas de las que me he encontrado yo durante mi visita, ya que ha sido bastante duro por momentos visitarla con tanto frio.
Un destino perfecto para un fin de semana largo o días de puente nacional!
Adjö och vi ses snart, Stockholm!!!
TRANSPORTE
El metro de Estocolmo dispone de 3 líneas diferentes y un total de 100 estaciones, fáciles de reconocer por el logotipo de T de Tunnelbana en la boca de cada estación, aunque ya os informo que la mejor forma de moverse por la ciudad es caminando, aunque hay trayectos que están bastante alejados. Cada estación corresponde a una zona (A, B ó C) dependiendo de las distancias.
Antes de subir al metro hay que sacar el ticket en las máquinas automáticas o dependiendo de la estación podemos encontrar un pequeño stand de información dónde los amables trabajadores venden los tickets, e incluso podemos adquirirlos o recargarlos en las numerosas tiendas 7 Eleven repartidas por toda la ciudad.
Primero de todo deberemos decidir la frecuencia con la que utilizaremos el metro y dónde queremos ir para saber que tipo de tarjeta nos interesa más, ya que los precios de los billetes o tarjetas no son nada baratos.
Existen varias alternativas, que son las siguientes:
- Billete Sencillo:
* Zona A: 36 SEK
* Zona AB: 54 SEK
* Zona ABC: 72 SEK
Si escogemos esta opción, tenemos que tener en cuenta que podemos utilizar el metro y hacer los trasbordos que creamos convenientes con un límite de tiempo de 90 minutos.
- Tarjetas de Transporte:
* 24 Horas: 115 SEK
* 72 Horas: 230 SEK
* 7 Días: 300 SEK
Desde el 1 de Enero de 2016 ya NO es posible adquirir la Stockholm Card dónde estaba incluido también el transporte, ya que han dejado de comercializarla y actualmente ya no existe.
El horario del metro de Estocolmo es de 05h a 01h entre semana, y de 05h a 03h los fines de semana, interrumpidamente, con frecuencia de paso de 5 minutos aproximadamente.
Si tenéis tiempo es bastante recomendable dedicar un par de horas a visitar algunas de las estaciones de metro más importantes de la ciudad, ya que algunas son auténticas obras de arte y muy bonitas, aunque no son comparables al metro de Moscú, por ejemplo.
ALOJAMIENTO
City Backpackers Hostel. Teniendo en cuenta que los alojamientos en Estocolmo y en cualquier país escandinavo son muy caros, y que además iba a llegar muy tarde y que el metro iba a estar cerrado, no tuve más remedio que buscar un hostel con habitaciones compartidas en el barrio de Norrmalm, en pleno centro de la ciudad y a escasos 5 minutos caminando de la Estación Central, dónde te deja el transporte desde el aeropuerto.
El alojamiento está ubicado en una zona tranquila y en un edificio totalmente reformado, sin apenas tráfico y sin ruido exterior. Antes de mi llegada y teniendo en cuenta que iba a llegar sobre las 2h de la mañana y que la recepción iba a estar cerrada, el amable y eficiente staff del hostel me hicieron llegar por email el código de seguridad para abrir la puerta exterior del edificio y la de mi habitación, simplificando todos los trámites y haciendo mi llegada lo más fácil posible.
Reservado a través de Booking, habitación compartida de 8 camas, con baño compartido y sin desayuno incluido, me ha costado 71 € por tres noches. Sobre este precio habría que incluir la ropa de cama que es opcional (unos 8 €) pero que a mi no me la cobraron porque se olvidaron y yo aproveché para hacerme "el sueco". Las instalaciones están impecables y muy limpias, con mobiliario de diseño de Ikea como no podía ser de otra manera y las camas eran muy cómodas, y a pesar de compartir habitación con desconocidos he tenido mucha suerte porque han sido muy respetuosos y he podido descansar muy bien, aunque lo mejor de todo es que las puertas se abren con código de seguridad que van renovando cada semana y la combinación solamente la conocen los huéspedes de esa habitación, así que es imposible que personas ajenas a mi habitación pudieran entrar.
También ofrecen gratuitamente pasta para cenar cada noche así como café y té en cualquier momento del día, que se agradece debido a las bajas temperaturas que hay en invierno y los altos precios del país debido a su alta calidad de vida.
Reservado con un par de meses de antelación, era de los alojamientos más económicos que he podido encontrar y la experiencia ha sido muy satisfactória, tanto por ubicación, amabilidad del personal y comodidad. Recomendable si no te importa compartir habitación y ahorrarte bastante dinero en alojamiento.
LO MEJOR DEL VIAJE
* Sin duda, estamos ante una de las capitales más bonitas del mundo, dónde a pesar del frio, es una gozada pasear tranquilamente por sus diferentes barrios y estrechas calles, muchas de ellas dejando bellas estampas de postales.
* La amabilidad y educación de la gente, siempre ofreciéndose y dispuestos a ayudarte en cualquier cosa desinteresadamente. Increible lo bien organizado que lo tienen todo en este país y lo fácil que es recorrerla.
* Lo fácil que es orientarse por la ciudad y recorrerla a pie, disfrutando de largos paseos a través de sus pequeñas islas y sus decenas de puentes.
* Poder visitar la ciudad en estas fechas sin aglomeraciones de turistas que apenas te dejan hacer fotos en condiciones, y que por desgracia he sufrido personalmente en otras ciudades europeas.
LO PEOR DEL VIAJE
* Poder visitar la ciudad en estas fechas sin aglomeraciones de turistas que apenas te dejan hacer fotos en condiciones, y que por desgracia he sufrido personalmente en otras ciudades europeas.
LO PEOR DEL VIAJE
* El terrible frio que he pasado durante mi estancia en la ciudad, y es que a pesar de estar entre 0º y 2º durante el día, la sensación térmica era de temperaturas negativas, lloviznando agua nieve en muchos momentos del día e imposible no vestirse con cuatro capas de ropa para salir a la calle. Aunque tiene también su encanto, recomiendo visitar la ciudad mejor en primavera u otoño, a pesar de que los precios sean un poco más caros.
* El nivel de vida y los precios del país, una auténtica ruina para un bolsillo de un viajero normal (ya no hablo de un mochilero), y es que igual que sus países escandinavos vecinos, es un país muy caro!! Desde un billete sencillo de metro (4 €), transporte del aeropuerto a la ciudad (30 €), una cerveza (9 €) o un plato de comida con agua del grifo (17 €), o un menú de comida rápida (11 €) hace que tu presupuesto no cuadre nunca, así que es mejor ir con cuidado y fijarnos bien en los precios si no queremos tener sorpresas a nuestra vuelta!
* Tener la mala suerte de encontrarme algunos edificios emblemáticos de la ciudad en plena restauración y su correspondiente lavado de cara, y otros lugares interesantes que cerraran muy pronto, así que es díficil en ésta epoca del año y con días tan ajustados intentar abarcar tanto y visitar todo.
* La extraña costumbre de los países escandinavos y otros países de Europa de no poner cortinas o persianas en las ventanas de las habitaciones, entrando luz y claridad desde muy pronto y apenas poder dormir en condiciones.
Y con todo explicado, nos abrigamos bien y partimos hacia Estocolmo!!!
Mi vuelo sale de Barcelona puntual a las 19:45h con la compañía Ryanair, y dónde tengo la suerte de que me toque la última fila del avión dónde casualmente va vacía gracias a no llenarse el vuelo, y eso me permite ocupar una fila de tres asientos, estar más ancho y cómodo, repasar mis apuntes de viaje, cenar tranquilo sin molestar a nadie y sobretodo, una vez que aterricemos salir el primero por la puerta trasera y no esperar a salir por la puerta delantera con la consiguiente pérdida de tiempo.
A las 23:30h aterrizamos en el pequeño aeropuerto de Skavsta, situado a poco más de 100 kms de Estocolmo, dónde opera Ryanair y solamente bajar del avión ya puedo comprobar el frio que hace en este país, dónde lo primero que hago es ponerme el gorro y los guantes que llevo preparado.
La ventaja de salir el primero del avión es que te permite salir rápido del aeropuerto y a mano derecha tienes la parada del autobús que te lleva a la ciudad. Para comprar los billetes del autobús puedes hacerlo en una máquina que hay junto a la cinta de recogida de equipajes o en un stand que hay justo enfrente de la parada del autobús, aunque lo que hice yo y lo que más recomiendo es comprarlo anticipadamente a través de la web de Flygbussarna, la compañía de autobuses que te lleva a la Cityterminalen, que cuesta 278 SEK ida y vuelta (30 €) ya que si se compra a tu llegada cuesta 285 SEK, pero realmente se gana en tiempo y comodidad, ya que al comprarlo por la web te envian un pdf con un código QR que solamente debes pasarlo por el escáner cuando subes al bus ahorrándote mucho tiempo, sobretodo en temporada alta cuando se forman largas colas de turistas.
Yo tuve suerte y con mi billete comprado anticipadamente me fui directo al bus que estaba a punto de salir y en el que quedaban dos asientos libres, y me ahorré tener que esperar al próximo bus que estaba a punto de llegar, ganando un poco de tiempo. Los autobuses son cómodos y sobretodo, tienen wifi gratis e ilimitado que funciona de maravilla, y en el que me pasé la hora y cuarto de trayecto hasta Estocolmo conectado y poniéndome al día de todo.
Casi hora y media después llegamos a la Cityterminalen o estación de autobuses de Estocolmo, ubicado en la Central Station, dónde solamente debía situarme en la calle Vasagatan, una avenida principal llena de comercios, para caminar a través de ella durante 5 minutos y llegar a mi alojamiento, dónde antes de entrar hago una parada en un cercano 7 Eleven de los tantos que hay repartidos por la ciudad y que permanecen abiertos hasta altas horas de la noche, dónde me compro una coca cola y una botella de agua para pasar la noche (44 SEK), me fumo un cigarro desafiando al frio y sobre las 01:30h de la noche estoy entrando en mi alojamiento gracias a la amabilidad de sus trabajadores que me hicieron llegar por mail los códigos de acceso a las instalaciones, dónde me tenían preparado un sobre a mi atención con todas las instrucciones e información sobre el alojamiento, y 10 minutos después ya estoy descansando en mi cama, deseando que pasen unas horas para empezar a recorrer la ciudad.
Poco después me pongo en marcha y lo primero que hago es pararme de nuevo en el 7 Eleven y pedirme un café para llevar (29 SEK) y tomármelo por la calle recordando mis anteriores viajes a Estados Unidos, y que también es tan típico en Estocolmo. Enfilo la calle Vasagatan y empiezo a enamorarme de la arquitectura tan bonita de esta ciudad, hasta llegar de nuevo a la Central Station.
Aunque en principio llevo un planning trazado de las visitas que quiero hacer hoy, pronto me olvido de él y prefiero visitar las zonas más turisticas de la ciudad aprovechando que no hay mucho turismo antes de que lleguen más turistas al encontrarme en las puertas de Semana Santa, así puedo visitarlo en condiciones antes de las temidas aglomeraciones.
Las visitas más importantes de Estocolmo están dispersadas a lo ancho de la ciudad y diferenciadas por varios barrios, siendo el de Gamla Stan (Barrio Viejo) el más turistico y el que tiene más encanto, y por consiguiente, el que atrae a más turistas venidos de cualquier rincón del mundo.
Una vez pasada la Central Station cojo uno de los más de 50 puentes que hay repartidos por la ciudad y que conectan sus 14 islas a través del Lago Mälaren, en este caso el Centralbron o Puente Central que conecta el barrio de Norrmalm con Gamla Stan, dejando a mano derecha el famoso Ayuntamiento o Stadshuset que visitaré en otro momento, y me dirijo directamente al Svea Hovrätt desde dónde tenemos una panorámica maravillosa del Stadshuset y de parte de la ciudad.
Parece que quiere salir el sol pero continúa haciendo mucho frio, así que después de estas espléndidas vistas me dirijo al cercano Riddarholmen, dónde encontraremos la maravillosa Riddarholmskyrkan (Iglesia de Riddarholmen), uno de los edificios más antiguos de la ciudad y que sirve de panteón de los Reyes de Suecia, dónde aquí están enterrados monarcas como Gustavo II Adolfo o Gustavo V, entre otros. La iglesia es inconfundible gracias a su cúpula negra y que podemos observar desde cualquier punto de la ciudad. Desconozco si los turistas podemos visitar su interior, pero yo me la encontré cerrada.
Enfrente también podemos encontrar el Wrangelska Palatset, un palacio que fue residencia de la Familia Real durante muchos años, lugar dónde nació Gustavo III y que actualmente es la sede del Tribunal de Apelaciones, y que no se puede visitar su interior.
Sin tiempo que perder y atravesando la Myntgatan Slottskajen, nos adentramos en el inicio de Gamla Stan, que significa "Ciudad Vieja", lugar dónde nació la ciudad de Estocolmo y es el barrio más bonito y pintoresco de toda la ciudad, dónde es una gozada pasear a través de sus calles adoquinadas y estrechas a cualquier hora del día, dándole un toque medieval con sus pequeñas cafeterías, tiendas de souvenirs y algunos edificios emblemáticos.
Es un verdadero placer pasear por sus calles, y aunque lo más destacable de la zona sea el Royal Palace (Palacio Real) y varias iglesias (Storkyrkan y Finskakyrkan), lo que no podemos perdernos es el corazón del barrio y la estampa más conocida de la ciudad, el Stortorget o Plaza Mayor, con sus famosos edificios de colores, un lugar mágico y con mucha historia ya que aquí se encontraba el primer ayuntamiento de la ciudad, era el punto de encuentro de los antiguos mercaderes e incluso aquí se encontraba la prisión y era el lugar dónde los delincuentes eran castigados ante la atenta mirada del pueblo.
En esta misma plaza podemos encontrar el Nobelmuuset o Museo Nobel, dónde hace un recorrido a través de la historia de este prestigioso galardón, aunque la recepción y la cena de los invitados no se hace aquí sino en en Stadshuset o Ayuntamiento de Estocolmo. La verdad es que para el poco tiempo que voy a estar en la ciudad no me interesa visitarlo y prefiero invertir ese tiempo en visitar otros lugares, pero todo aquel que viaje con más tiempo tiene que ser una visita muy interesante, y que podéis encontrar todo tipo de información a través de la web del Nobel Museum, sobretodo a lo que respecta a precios.
Muy cerca de aquí y más concretamente en la calle Bollhustäppan podemos encontrar la escultura más pequeña de la ciudad, de tan sólo 14 cms de altura llamada Järnpojken, cuya tradución sería algo así como "niño mirando a la luna". La escultura en sí no es nada del otro mundo pero los lugareños le tienen un gran cariño, e incluso en invierno le ponen algo de ropa y los turistas le dejan algunas monedas, algo muy parecido al famoso Manneken Pis de Bruselas pero a menor escala.
La escultura es tan pequeña que es un poco díficil de encontrar, incluso podemos pasar por delante de ella y no darnos cuenta, así que lo mejor es guiarnos por la Finska Kyrkan (Catedral de Finlandia) y justo detrás de ella y en un gran patio, podremos encontrarla.
Lo dicho, no es nada del otro mundo pero ya que vas a pasar por delante o muy cerca es curiosa de ver, aunque si no la encuentras o no te acuerdas de su existencia, tampoco es algo muy importante.
Sigo paseando sin rumbo fijo por Gamla Stan, la mejor forma de conocer el barrio es guardar el mapa y perderse por sus estrechas calles adoquinadas y llenas de encanto, dónde acabaremos visitando la Storkyrkan (Catedral de Estocolmo), la iglesia más antigua de la ciudad y dónde su precio es de 40 SEK, dónde se puede ver en su interior la estatua de San Jorge con el dragón tan típico de Cataluña sobretodo en nuestro 23 de Abril, pero yo prescindo de entrar porque prefiero enfocarme en otros lugares porque no voy muy sobrado de tiempo.
Justo al lado de la Storkyrkan podemos encontrar el majestuoso Kungliga Slottet o Palacio Real, y aunque es la residencia oficial del Jefe de los Reyes de Suecia, los monarcas no viven aquí, sino que es su lugar de trabajo habitual y dónde hacen las recepciones oficiales a otros Jefes de Estado de otros países.
Es posible visitar algunas estancias aunque lo que más destaca es su cambio de guardia en el patio del palacio, que se celebra cada día a las 12h del mediodía durante el verano, y en esta época del año se celebra en días alternos, así que como hoy no toca cambio de guardia, dejo mi visita para mañana, que si que habrá el famoso y curioso cambio de guardia.
Sigo paseando por el barrio sin prisas hasta llegar a las Tyskakyrkan o Iglesia Alemana, también conocida como Iglesia de Santa Gertrudis, de la época de los antiguos comerciantes germanos que habitaban la ciudad, cuya entrada al interior es gratuita, dónde destaca su torre verde de 86 metros y que se puede ver desde cualquier punto de la ciudad.
Su interior de estilo barroco también es muy bonita, lástima que no dejen subir al piso superior dónde las vistas deben ser maravillosas.
Finalizada la visita enfilo la calle Västerlänggatan, la calle comercial más importante de todo Gamla Stan, llena de pequeñas tiendas de souvenirs, restaurantes, oficinas de cambio de divisas e incluso una oficina de turismo por si necesitas cualquier información o simplemente coger un mapa.
Casi al final de la calle y en su número 81 con la Marten Trotzigs Gränd podemos encontrar el callejón más estrecho de Estocolmo, de tan solo 90 cms de ancho y 36 escalones que conecta con la calle paralela Prästgatan, que muchos de los lugareños utilizan como atajo para acortar distancias, mientras que los turistas lo utilizamos para fotografiarnos en él mientras lo cruzamos.
Sigo paseando hasta el final de la calle hasta llegar a la Järntörget, una bonita plaza llena de comercios y con pequeñas terracitas a pesar de las bajas temperaturas que tenemos en la ciudad, y dónde destaca la estatua del compositor sueco Evert Taube, nacido en Göteborg y fallecido en Estocolmo.
Después de recorrer prácticamente entero Gamla Stan, toca cambiar de barrio y de zona, y me dirijo hacia Södermalm, también conocido como SoFo, el barrio más vintage, de artistas, hypster y más cool de todo Estocolmo, y sobretodo, los escenarios más importantes dónde transcurre la famosa trilogía de Millenium, dónde los dos protagonistas, Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander, tienen sus alojamientos en esta zona así como la sede de la revista Millenium.
Yo tampoco es que sea muy fan, me he leído los libros y he visto las películas (bastante malas) pero tampoco me declaro un gran seguidor de la trilogía, así que si encuentro los lugares por el camino bien, sino no pienso buscarlos. Para los que sean grandes fans de la trilogía Millenium o tengan más tiempo en la ciudad y sientan curiosidad por los lugares dónde transcurre la historia, pueden seguirlo a través de este enlace de la web de Visit Sweden.
Aunque las distancias son largas por la temperatura que hace, un posible itinerario que se puede realizar y el que hice yo más o menos, podría ser el siguiente.
Pero vayamos por partes. Dejando atrás el famoso Gamla Stan cruzamos el puente que nos lleva a Söder (como es más conocida), y lo primero que nos vamos a encontrar es toda la zona cortada por obras, así que tenemos dos opciones, o bien dirigirnos a nuestra izquierda dónde tenemos el famoso Katarina Hissen o Elevador de Katarina, dónde es posible subir para contemplar unas buenas vistas de Estocolmo, o seguir subiendo por nuestra derecha hasta la calle Hornsgatan para llegar al mejor mirador de todo Estocolmo y menos conocido, el de Monteliusvägen, desde dónde obtendremos una panorámica maravillosa de la ciudad con Gamla Stan a nuestros pies.
Llegar no es fácil porque queda un poco escondido y las guias de viaje no hablan de ella, pero simplemente es coger la calle Hornsgatan, a la que podamos volver a subir por la primera calle a la derecha hasta llegar a la casa de Mikael Blomkvist y coger la Bastugatan, dónde hay una pequeña señal que te indica y en menos de dos minutos ya habremos llegado.
Las vistas desde este punto son impresionantes, incluso hay un par de mesas para sentarse y hacer un pequeño picnic cuando el tiempo acompaña con estas vistas maravillosas, pero durante mi visita he de decir que una vez allí el frio y el viento es aterrador, las temperaturas son gélidas y hay que ser muy valiente para quitarse los guantes y hacer las fotos rápidamente porque las manos y el cuerpo se te queda congelado en un momento.
Eso si, cero personas allí arriba haciendo fotos o de visita, y a pesar del pequeño sufrimiento con las temperaturas, es una visita totalmente recomendable y a coste cero, y con mejores temperaturas tiene que ser una gozada. Mi intención es volver hoy o mañana al atardecer y aprovechar para hacer fotos nocturnas, pero por desgracia no volvería.
* Tener la mala suerte de encontrarme algunos edificios emblemáticos de la ciudad en plena restauración y su correspondiente lavado de cara, y otros lugares interesantes que cerraran muy pronto, así que es díficil en ésta epoca del año y con días tan ajustados intentar abarcar tanto y visitar todo.
* La extraña costumbre de los países escandinavos y otros países de Europa de no poner cortinas o persianas en las ventanas de las habitaciones, entrando luz y claridad desde muy pronto y apenas poder dormir en condiciones.
Y con todo explicado, nos abrigamos bien y partimos hacia Estocolmo!!!
DÍA 1.- BARCELONA - ESTOCOLMO
Después de varios intentos fallidos de querer visitar la capital sueca, finalmente me he podido resarcir y quitarme la espinita clavada gracias a conseguir un buen precio en el vuelo y sobretodo, poder cuadrarlo en el planning de mi viaje en Semana Santa dónde a priori, solamente estaba previsto hacer un roadtrip por Polonia.Mi vuelo sale de Barcelona puntual a las 19:45h con la compañía Ryanair, y dónde tengo la suerte de que me toque la última fila del avión dónde casualmente va vacía gracias a no llenarse el vuelo, y eso me permite ocupar una fila de tres asientos, estar más ancho y cómodo, repasar mis apuntes de viaje, cenar tranquilo sin molestar a nadie y sobretodo, una vez que aterricemos salir el primero por la puerta trasera y no esperar a salir por la puerta delantera con la consiguiente pérdida de tiempo.
A las 23:30h aterrizamos en el pequeño aeropuerto de Skavsta, situado a poco más de 100 kms de Estocolmo, dónde opera Ryanair y solamente bajar del avión ya puedo comprobar el frio que hace en este país, dónde lo primero que hago es ponerme el gorro y los guantes que llevo preparado.
La ventaja de salir el primero del avión es que te permite salir rápido del aeropuerto y a mano derecha tienes la parada del autobús que te lleva a la ciudad. Para comprar los billetes del autobús puedes hacerlo en una máquina que hay junto a la cinta de recogida de equipajes o en un stand que hay justo enfrente de la parada del autobús, aunque lo que hice yo y lo que más recomiendo es comprarlo anticipadamente a través de la web de Flygbussarna, la compañía de autobuses que te lleva a la Cityterminalen, que cuesta 278 SEK ida y vuelta (30 €) ya que si se compra a tu llegada cuesta 285 SEK, pero realmente se gana en tiempo y comodidad, ya que al comprarlo por la web te envian un pdf con un código QR que solamente debes pasarlo por el escáner cuando subes al bus ahorrándote mucho tiempo, sobretodo en temporada alta cuando se forman largas colas de turistas.
Yo tuve suerte y con mi billete comprado anticipadamente me fui directo al bus que estaba a punto de salir y en el que quedaban dos asientos libres, y me ahorré tener que esperar al próximo bus que estaba a punto de llegar, ganando un poco de tiempo. Los autobuses son cómodos y sobretodo, tienen wifi gratis e ilimitado que funciona de maravilla, y en el que me pasé la hora y cuarto de trayecto hasta Estocolmo conectado y poniéndome al día de todo.
Casi hora y media después llegamos a la Cityterminalen o estación de autobuses de Estocolmo, ubicado en la Central Station, dónde solamente debía situarme en la calle Vasagatan, una avenida principal llena de comercios, para caminar a través de ella durante 5 minutos y llegar a mi alojamiento, dónde antes de entrar hago una parada en un cercano 7 Eleven de los tantos que hay repartidos por la ciudad y que permanecen abiertos hasta altas horas de la noche, dónde me compro una coca cola y una botella de agua para pasar la noche (44 SEK), me fumo un cigarro desafiando al frio y sobre las 01:30h de la noche estoy entrando en mi alojamiento gracias a la amabilidad de sus trabajadores que me hicieron llegar por mail los códigos de acceso a las instalaciones, dónde me tenían preparado un sobre a mi atención con todas las instrucciones e información sobre el alojamiento, y 10 minutos después ya estoy descansando en mi cama, deseando que pasen unas horas para empezar a recorrer la ciudad.
DÍA 2.- ESTOCOLMO
A pesar de acostarme a las 2h de la mañana, a las 7h ya estaba en pie deseando conocer la ciudad, así que después de una ducha y de hacer un poco de tiempo, a las 8h ya estaba en recepción saludando al amable personal del alojamiento y pagando mi cuenta, y recogiendo información para visitar la ciudad.Aunque en principio llevo un planning trazado de las visitas que quiero hacer hoy, pronto me olvido de él y prefiero visitar las zonas más turisticas de la ciudad aprovechando que no hay mucho turismo antes de que lleguen más turistas al encontrarme en las puertas de Semana Santa, así puedo visitarlo en condiciones antes de las temidas aglomeraciones.
Las visitas más importantes de Estocolmo están dispersadas a lo ancho de la ciudad y diferenciadas por varios barrios, siendo el de Gamla Stan (Barrio Viejo) el más turistico y el que tiene más encanto, y por consiguiente, el que atrae a más turistas venidos de cualquier rincón del mundo.
Una vez pasada la Central Station cojo uno de los más de 50 puentes que hay repartidos por la ciudad y que conectan sus 14 islas a través del Lago Mälaren, en este caso el Centralbron o Puente Central que conecta el barrio de Norrmalm con Gamla Stan, dejando a mano derecha el famoso Ayuntamiento o Stadshuset que visitaré en otro momento, y me dirijo directamente al Svea Hovrätt desde dónde tenemos una panorámica maravillosa del Stadshuset y de parte de la ciudad.
Parece que quiere salir el sol pero continúa haciendo mucho frio, así que después de estas espléndidas vistas me dirijo al cercano Riddarholmen, dónde encontraremos la maravillosa Riddarholmskyrkan (Iglesia de Riddarholmen), uno de los edificios más antiguos de la ciudad y que sirve de panteón de los Reyes de Suecia, dónde aquí están enterrados monarcas como Gustavo II Adolfo o Gustavo V, entre otros. La iglesia es inconfundible gracias a su cúpula negra y que podemos observar desde cualquier punto de la ciudad. Desconozco si los turistas podemos visitar su interior, pero yo me la encontré cerrada.
Enfrente también podemos encontrar el Wrangelska Palatset, un palacio que fue residencia de la Familia Real durante muchos años, lugar dónde nació Gustavo III y que actualmente es la sede del Tribunal de Apelaciones, y que no se puede visitar su interior.
Sin tiempo que perder y atravesando la Myntgatan Slottskajen, nos adentramos en el inicio de Gamla Stan, que significa "Ciudad Vieja", lugar dónde nació la ciudad de Estocolmo y es el barrio más bonito y pintoresco de toda la ciudad, dónde es una gozada pasear a través de sus calles adoquinadas y estrechas a cualquier hora del día, dándole un toque medieval con sus pequeñas cafeterías, tiendas de souvenirs y algunos edificios emblemáticos.
Es un verdadero placer pasear por sus calles, y aunque lo más destacable de la zona sea el Royal Palace (Palacio Real) y varias iglesias (Storkyrkan y Finskakyrkan), lo que no podemos perdernos es el corazón del barrio y la estampa más conocida de la ciudad, el Stortorget o Plaza Mayor, con sus famosos edificios de colores, un lugar mágico y con mucha historia ya que aquí se encontraba el primer ayuntamiento de la ciudad, era el punto de encuentro de los antiguos mercaderes e incluso aquí se encontraba la prisión y era el lugar dónde los delincuentes eran castigados ante la atenta mirada del pueblo.
En esta misma plaza podemos encontrar el Nobelmuuset o Museo Nobel, dónde hace un recorrido a través de la historia de este prestigioso galardón, aunque la recepción y la cena de los invitados no se hace aquí sino en en Stadshuset o Ayuntamiento de Estocolmo. La verdad es que para el poco tiempo que voy a estar en la ciudad no me interesa visitarlo y prefiero invertir ese tiempo en visitar otros lugares, pero todo aquel que viaje con más tiempo tiene que ser una visita muy interesante, y que podéis encontrar todo tipo de información a través de la web del Nobel Museum, sobretodo a lo que respecta a precios.
Muy cerca de aquí y más concretamente en la calle Bollhustäppan podemos encontrar la escultura más pequeña de la ciudad, de tan sólo 14 cms de altura llamada Järnpojken, cuya tradución sería algo así como "niño mirando a la luna". La escultura en sí no es nada del otro mundo pero los lugareños le tienen un gran cariño, e incluso en invierno le ponen algo de ropa y los turistas le dejan algunas monedas, algo muy parecido al famoso Manneken Pis de Bruselas pero a menor escala.
La escultura es tan pequeña que es un poco díficil de encontrar, incluso podemos pasar por delante de ella y no darnos cuenta, así que lo mejor es guiarnos por la Finska Kyrkan (Catedral de Finlandia) y justo detrás de ella y en un gran patio, podremos encontrarla.
Lo dicho, no es nada del otro mundo pero ya que vas a pasar por delante o muy cerca es curiosa de ver, aunque si no la encuentras o no te acuerdas de su existencia, tampoco es algo muy importante.
Sigo paseando sin rumbo fijo por Gamla Stan, la mejor forma de conocer el barrio es guardar el mapa y perderse por sus estrechas calles adoquinadas y llenas de encanto, dónde acabaremos visitando la Storkyrkan (Catedral de Estocolmo), la iglesia más antigua de la ciudad y dónde su precio es de 40 SEK, dónde se puede ver en su interior la estatua de San Jorge con el dragón tan típico de Cataluña sobretodo en nuestro 23 de Abril, pero yo prescindo de entrar porque prefiero enfocarme en otros lugares porque no voy muy sobrado de tiempo.
Justo al lado de la Storkyrkan podemos encontrar el majestuoso Kungliga Slottet o Palacio Real, y aunque es la residencia oficial del Jefe de los Reyes de Suecia, los monarcas no viven aquí, sino que es su lugar de trabajo habitual y dónde hacen las recepciones oficiales a otros Jefes de Estado de otros países.
Es posible visitar algunas estancias aunque lo que más destaca es su cambio de guardia en el patio del palacio, que se celebra cada día a las 12h del mediodía durante el verano, y en esta época del año se celebra en días alternos, así que como hoy no toca cambio de guardia, dejo mi visita para mañana, que si que habrá el famoso y curioso cambio de guardia.
Sigo paseando por el barrio sin prisas hasta llegar a las Tyskakyrkan o Iglesia Alemana, también conocida como Iglesia de Santa Gertrudis, de la época de los antiguos comerciantes germanos que habitaban la ciudad, cuya entrada al interior es gratuita, dónde destaca su torre verde de 86 metros y que se puede ver desde cualquier punto de la ciudad.
Su interior de estilo barroco también es muy bonita, lástima que no dejen subir al piso superior dónde las vistas deben ser maravillosas.
Finalizada la visita enfilo la calle Västerlänggatan, la calle comercial más importante de todo Gamla Stan, llena de pequeñas tiendas de souvenirs, restaurantes, oficinas de cambio de divisas e incluso una oficina de turismo por si necesitas cualquier información o simplemente coger un mapa.
Casi al final de la calle y en su número 81 con la Marten Trotzigs Gränd podemos encontrar el callejón más estrecho de Estocolmo, de tan solo 90 cms de ancho y 36 escalones que conecta con la calle paralela Prästgatan, que muchos de los lugareños utilizan como atajo para acortar distancias, mientras que los turistas lo utilizamos para fotografiarnos en él mientras lo cruzamos.
Sigo paseando hasta el final de la calle hasta llegar a la Järntörget, una bonita plaza llena de comercios y con pequeñas terracitas a pesar de las bajas temperaturas que tenemos en la ciudad, y dónde destaca la estatua del compositor sueco Evert Taube, nacido en Göteborg y fallecido en Estocolmo.
Yo tampoco es que sea muy fan, me he leído los libros y he visto las películas (bastante malas) pero tampoco me declaro un gran seguidor de la trilogía, así que si encuentro los lugares por el camino bien, sino no pienso buscarlos. Para los que sean grandes fans de la trilogía Millenium o tengan más tiempo en la ciudad y sientan curiosidad por los lugares dónde transcurre la historia, pueden seguirlo a través de este enlace de la web de Visit Sweden.
Aunque las distancias son largas por la temperatura que hace, un posible itinerario que se puede realizar y el que hice yo más o menos, podría ser el siguiente.
Pero vayamos por partes. Dejando atrás el famoso Gamla Stan cruzamos el puente que nos lleva a Söder (como es más conocida), y lo primero que nos vamos a encontrar es toda la zona cortada por obras, así que tenemos dos opciones, o bien dirigirnos a nuestra izquierda dónde tenemos el famoso Katarina Hissen o Elevador de Katarina, dónde es posible subir para contemplar unas buenas vistas de Estocolmo, o seguir subiendo por nuestra derecha hasta la calle Hornsgatan para llegar al mejor mirador de todo Estocolmo y menos conocido, el de Monteliusvägen, desde dónde obtendremos una panorámica maravillosa de la ciudad con Gamla Stan a nuestros pies.
Llegar no es fácil porque queda un poco escondido y las guias de viaje no hablan de ella, pero simplemente es coger la calle Hornsgatan, a la que podamos volver a subir por la primera calle a la derecha hasta llegar a la casa de Mikael Blomkvist y coger la Bastugatan, dónde hay una pequeña señal que te indica y en menos de dos minutos ya habremos llegado.
Las vistas desde este punto son impresionantes, incluso hay un par de mesas para sentarse y hacer un pequeño picnic cuando el tiempo acompaña con estas vistas maravillosas, pero durante mi visita he de decir que una vez allí el frio y el viento es aterrador, las temperaturas son gélidas y hay que ser muy valiente para quitarse los guantes y hacer las fotos rápidamente porque las manos y el cuerpo se te queda congelado en un momento.
Después de resistir heroicamente en el Monteliusvägen deshago mis pasos hacia un lugar algo más recogido, y acabo en la cercana Maria Magdalena Kyrka o Iglesia de Maria Magdalena, una bonita iglesia ubicada en un parque de Bellmansgatan, y aunque su interior estaba cerrada, la zona es muy bonita con su pequeña necrópolis a los pies de la iglesia.
Seguimos visitando la zona de Söder hasta llegar a Mariatörget, un bonito parque y uno de los tantos pulmones verdes de la ciudad, franqueado de pequeños comercios y bonitas cafeterías, dónde no puedo evitar hacer en una de ellas un alto en el camino y tomarme un capucchino calentito (44 SEK) que a pesar de su precio de 5 €, me reconforta interiormente y me da energía para soportar el frio un rato más.
Sigo paseando por la zona sin rumbo fijo y sin apenas mirar el mapa, ya que todo lo que veo me parece realmente bonito, la gente es muy amable y educada y quiero aprovechar lo máximo las horas de luz en esta época del año, por eso voy postponiendo la hora de la comida. Finalmente llego a la Södra Teatern, el teatro de la zona que está a un lado de un gran parque y justo al lado de la Mosebacke, una zona de ocio y terrazas con unas vistas impresionantes de la ciudad, pero que a estas horas y en esta época del año está muerta y ni tan siquiera tienen terraza.
Desde este punto se puede acceder al Katarinahissen, más conocido como el Elevador de Katarina, una estructura de hierro metálica de 38 metros de altura desde dónde se tienen unas bonitas vistas de Estocolmo y de Gamla Stan, pero mucho peores que desde el Monteliusvägen ya que la zona está en obras y solamente se ven las gruas.
Hasta hace un par de años se podía acceder desde la plaza Slussen a través de su ascensor y era de pago, pero actualmente no existe esta posibilidad y solamente se puede acceder subiendo por sus calles aledañas hasta la Södra Teatern, y la visita es gratuita.
Una auténtica lástima que las vistas no sean muy lúcidas por culpa de las obras, y aunque el mirador no es 360º ni está totalmente abierto por culpa de sus vallas, al ser gratuito es una visita recomendable, aunque el frio desde arriba también es bastante importante, pero almenos no hay viento.
Toca ir bajando e ir despidiéndome poco a poco del barrio de Södermalm, una zona encantadora y que no podéis dejar de visitar, llena de ambiente a cualquier hora del día mientras voy fijándome en los pequeños y bonitos comercios que hay a cada lado de sus calles, hasta llegar a la Plaza Slussen, un bonito punto de encuentro a los pies del Katarinahissen y dónde cada día se celebra un pequeño mercado de flores, de esos que tanto gustan a los suecos.
Muy cerca de aquí podemos encontrar varios museos, aunque yo no estaba muy interesado y prescindí de ellos. Justo enfrente del mercado está la estación de metro de Slussen para quién quiera moverse a otro punto de la ciudad en transporte público, pero aunque llevo unas cuántas horas caminando me niego a cogerlo y prefiero seguir caminando a mi ritmo, así que me despido momentáneamente de este barrio y vuelvo a cruzar el puente para llegar de nuevo a Gamla Stan, en la díficil tarea de buscar un lugar dónde comer que pueda ser bueno, bonito y barato, una auténtica utopía en este país.
Finalmente y después de mucho mirar, acabé en una especie de pub en la Västerlanggatan, dónde me pedí una especie de albóndigas de carne, llamadas Kotbullar, junto con una "caña" de cerveza, ya que el vaso no era muy grande, y aunque era comida local y estaba buena pero tampoco te quedabas muy lleno, al traer la cuenta casi me da un patatum cuando tuve que pagar la friolera de 239 SEK, desglosado en 180 SEK por tres malditas bolitas de carne y 59 SEK por un vasito de cerveza, es decir, casi 26 € de nada, y encima la camarera muy amable cuando me trajo el datafono para pagar (ya que no he cambiado nada de moneda local ni lo pienso hacer porque se puede pagar absolutamente todo con tarjeta de crédito) pues me pregunta la camarera si quiero dejar propina... yo creo que con mi semblante serio y la expresión de mi cara ya obtuvo mi respuesta.
Conclusiones de mi primera comida en Estocolmo: Aparte de ser consciente que es un país muy caro, en mi caso determinantemente prohibido volver a pedir alcohol ya que el agua del grifo en los restaurantes es gratis y no está mal visto, simplemente hay que pedir "tap water" y muy amablemente te traerán una jarrita de agua, y sobretodo, para un par de días que me quedan en la ciudad y aunque no sea muy amante de ello, a intentar tirar de cadenas de comida rápida o alejarme de las zonas turisticas, ya que no estoy dispuesto a que me sigan metiendo estos sablazos.
Después de comer y siendo más de las 16h de la tarde, sigo recorriendo de nuevo Gamla Stan hsta cruzar el Puente de Norrbro, hasta llegar a la Gustav Adolfs Torg, de nuevo en la Isla de Norrmalm, dispuesto a aprovechar las pocas horas de luz que me quedan del día.
Sigo recorriendo la zona dejando a mi derecha el Parliament House y el Royal Palace que recorreré al día siguiente con más calma, para llegar a la siguiente isla, Skeppsholmen, dónde no dudo en atravesarla a través del Skeppsholmsbron, más conocido por el Puente de la Corona que hay a mitad del puente, y que es una de las estampas más fotografiadas de la ciudad, que aunque no tenga nada del otro mundo, las vistas que tenemos desde este punto hacia Gamla Stan son muy bonitas, para que engañarnos.
Después de recorrer y fotografiar Gamla Stan desde este punto, llego tranquilamente a Skeppsholmen, dónde destaca la Skeppsholmskyrkan (iglesia), el Kastellholmen (Castillo de Holmen) y varios museos, entre ellos uno de los más conocidos de la ciudad, el Moderna Museet, que prescindí de entrar por falta de ganas y tiempo, ya que está a punto de anochecer y no me apetece nada meterme en un museo. Para quien esté interesado, tenéis toda la información a través de la web del Moderna Museet. Cerca de aquí se encuentra el Vasa Museet y el Abba Museum.
Empieza a caer la tarde y el frio de cada vez se está haciendo más insoportable, la zona está bastante vacia a pesar de ser viernes por la tarde y decido que ya no son horas de alejarse mucho y de ir volviendo poco a poco hasta mi alojamiento, así que vuelvo a cruzar el Skeppsholmsbron hasta cruzar todo el Kungsträdgärden y decido recorrer la Hamngatan Torg, una calle puramente comercial y llena de tiendas dónde a estas horas de un viernes por la tarde está abarrotada de gente saliendo y entrando de los centros comerciales, dónde decido entrar a dar una vuelta por hacer tiempo y por la curiosidad que me despierta saber que tipo de artículos y productos utilizan esta gente, pero no dudo en salir tan rápido como entré al ver que tipo de precios tienen allí y que poco me gusta lo poco que veo, ya que la mayoría de ropa es del estilo de la cadena sueca H&M.
Sobre las 20h estoy entrando en mi alojamiento 12 horas después de haber salido esta mañana, con los pies molidos y agradeciendo la calefacción de la habitación. Mi intención es pegarme una ducha y cenar en el hostel, ya que cada noche ofrecen pasta gratuita para cenar a todos sus huespedes, pero como pasa casi siempre cuando uno no se aloja en un hotel, mi gozo en un pozo, porque las duchas son pocas y están petadas de gente y es imposible hacerlo a corto plazo, y la cocina está petada de mochileros cuando escuchan la palabra gratis, además de que la pasta no tenía muy buena pinta, así que cambio de planes, me vuelvo a poner el cortavientos, braga, gorro y guantes y me voy dirección a la Estación Central que tengo a apenas 5 minutos, dónde a medio camino me meto en un Burguer King y me pido para cenar uno de sus típicos menús de hamburguesa con patatas y coca cola, dónde pago la friolera de 89 SEK en una promoción en oferta, la friolera de casi 10 € y encima agradecido que estaba en oferta.... manda huevos!!
De vuelta al hostel me paro en el 7 Eleven a comprar agua (22 SEK) y sobre las 21:30h estoy entrando de nuevo en mi hostel, con el tiempo justo para lavarme los dientes, conectarme un rato a internet con el móvil y caer rendido en la cama, ya que desde que he llegado a Estocolmo solamente he dormido 4 horas. Mañana será otro día.
DÍA 3.- ESTOCOLMO
La noche no ha sido todo lo reconfortante que me esperaba, ya que había mucho ruido de los huespedes que había en la cocina, y también debido a que en este país no es costumbre poner persianas ni cortinas en las ventanas de las habitaciones, y a las 6h de la mañana ya estaba despierto por las sombras de las personas que pasaban por delante y poco después por la claridad del día, así que he aprovechado para ducharme tranquilamente sin nadie de gente y a las 8h de la mañana ya estaba de nuevo en el 7 Eleven comprando mi cafe latte para llevar (29 SEK).Hoy a priori el día va a ser algo más tranquilo que ayer, que con la tontería me di un buen tute caminando y todavía me quedan muchos días de viaje. Mi primera visita del día será visitar el Hötorget, que lo tengo a escasos 3 minutos caminando de mi alojamiento, que es una plaza dónde cada día se realiza un mercado de frutas y verduras, pero la verdad es que no lo encontré muy interesante o quizá esperaba mucho más después de haber recorrido decenas de mercados alrededor del mundo.
En cambio el edificio del Konserthuset si que me pareció realmente bonito, aunque no era un buen momento para sacar fotos por culpa de los toldos de los chiringuitos del mercado.
Ahora recorro la Sergelgatan dirección a la Sergels Torg porque de camino quiero visitar dos monumentos curiosos y que me apetecía visitar, el primero es una pequeña figura inspirada en Botero, y el segundo es el monumento de la No- Violencia (pistola anudada), que ya tuve la suerte de visitar en mi viaje a Nueva York cuando visité el edificio de la ONU (Naciones Unidas), obra del artista sueco Carl Fredrik Reutersward, y que por lo visto hay casi una veintena de réplicas de diferentes tamaños repartidas por el mundo, la mitad en diferentes poblaciones de Suecia. Encontrar las esculturas no tiene pérdida, ya que se encuentra en la zona comercial de la Sergelgatan, aunque no muchos turistas conocen su existencia.
Sigo recorriendo la zona comercial hasta desembocar en la Sergels Torg, la plaza más céntrica de toda la ciudad. Es una enorme plaza presidida por una enorme columna de vidrio, lugar de encuentro entre la población local y con mucho ambiente en cualquier momento del día. Aparte de su estación de metro, lo más destacable del lugar es su Oficina de Turismo para solicitar información para recorrer Estocolmo. También abundan los homeless, que aunque Suecia tiene un alto nivel de vida y son punteros en temas del bienestar, no todas las personas corren la misma suerte y también hay pobreza.
Sigo recorriendo tranquilamente las calles vacias de la ciudad hasta llegar al Stadshuset o Ayuntamiento de Estocolmo, famoso porque es el lugar dónde se celebra el banquete anual de los Premios Nobel en su Sala Azul (Blä Hallen). Para saber horarios, precios, idiomas de los tours o cualquier información al respecto, os aconsejo que visitéis la web del Ayuntamiento de Estocolmo antes de ir para que podáis hacer vuestro planning.
Desde mi alojamiento hasta el Stadshuset tendré unos 15 minutos aproximadamente paseando en línea recta, pero si ayer hacia frio hoy lo hace más, ya que no deja de caer copos de nieve sobre la ciudad. Entro al Stadshuset y empiezo a maravillarme de su edificio por fuera, donde hay unas vistas maravillosas del Lago Mälaren y de Gamla Stan.
Poco antes de las 10h de la mañana entro a la oficina de información que también funciona como tienda de souvenirs y me informo acerca de los tours guiados por el interior del Ayuntamiento, y muy amablemente me indican que a las 10h en punto se iniciará la siguiente visita, de una duración de 50 minutos con una guia en inglés, ya que en esta época no se realiza la visita en español que suelen hacer en los meses de más turismo en varios horarios, así que no tengo problemas por el idioma y después de abonar el importe de 70 SEK (durante los meses de Abril a Octubre cuesta 100 SEK), nos invitan a dejar gratuitamente chaquetas y mochilas en el guardaropa, y poco después el grupo formado por unas 30 personas junto a Rosa, una chica latina y que se le entiende perfectamente todo lo que va explicando, empezamos la visita guiada, que se hace muy amena y entretenida, visitando diferentes estancias como el Salón Azul, dónde se celebra anualmente la entrega de los Premios Nobel y el posterior banquete a los invitados, la Sala del Consejo y sobretodo la más espectacular, el Salón Dorado, recubierto con mosaicos de oro, mientras escuchamos anécdotas y curiosidades del lugar.
Una visita muy interesante e imprescindible en una visita a Estocolmo. La lástima es que en esta época del año no se puede acceder a lo alto de la Torre del Ayuntamiento, desde dónde se tienen unas vistas impresionantes de la ciudad.
Una vez finalizada la visita recorro el Centralbron o Puente Central y en un momento me planto de nuevo en Riddarholmen, dónde visito por fuera la Riddarholmskyrkan y el Riddarhuset, y de nuevo me planto en el bonito Gamla Stan, dónde vuelvo a hacer parte del recorrido del día anterior por sus estrechas callejuelas haciendo tiempo antes de visitar el Palacio Real.
Yo no quise visitarlo y me fui directamente al Patio de la Guardia, dónde cada día a las 12h en verano y en días alternos el resto del año se realiza el Cambio de Guardia Militar, una ceremonia a priori comparada con la del Buckingham Palace de Londres o de otras ciudades, pero que la realidad es que es un auténtico fiasco y un verdadero aburrimiento, ya que parece más un pequeño teatro a merced de los turistas que no una tradición histórica como en Londres.
Para más información podéis visitar la web del Cambio de Guardia y si estáis por la zona o váis con niños pequeños, es curioso de ver, dura unos 30 minutos de los cuales más de la mitad sobran, se hacen largos y eternos aunque siempre os podéis ir cuando ya no aguantéis más, aunque yo lo soporté en primera fila como un campeón bajo el frio invernal. Si tuviera que volver de nuevo a Estocolmo me saltaría la visita sin pensármelo dos veces.
Cuando acabó la ceremonia y se despejó de gente, estuve dando una vuelta tranquilamente por los alrededores hasta acabar de nuevo recorriendo parte de Gamla Stan antes de despedirme de ella, ya que iba a ser con mi planning previsto y no tenía intención de volver a visitar esta zona, a no ser que me sobrara bastante tiempo, cosa que no ocurrió.
Aprovecho para comprar algún recuerdo en unas de las decenas de tiendecitas de souvenirs que hay repartidas por Gamla Stan y me despido definitivamente de la zona, dónde pongo rumbo a mi siguiente destino, la Isla de Djurgärden.
Para mi siguiente destino tengo que retroceder mis pasos y llegar de nuevo a la Gustav Adolfs Torg en dirección a Skeppsholmsbron, el famoso Puente de la Corona que estuve visitando ayer por la tarde, pero antes de llegar y a la altura del Nybrohamnen salen ferries que te llevan directamente a Djurgärden, o también se puede coger el bus número 69 que te deja directamente allí, sino hay que hacer como hice yo, ir caminando tranquilamente poco más de 2 kms hasta llegar al Vasa Museet.
Si finalmente se decide ir por la ruta atravesando el Skeppsholmsbron pasaremos por uno de los museos más divertidos y frikies de la ciudad, el Abba Museum, dedicado al cuarteto de música sueco, dónde tenéis toda la información en su web. Como yo no tenía intención de gastarme la friolera de 195 SEK por la entrada, decidí hacer la otra ruta, que aparte de ser algo más corta, me dejaba casi directamente en el Vasa Museet.
El Vasa Museet o Museo Vasa alberga un barco de madera de 69 metros de proa a popa, que data del año 1.628 y que en su momento era el barco de guerra más grande jamás construido para luchar contra el ejército polaco, dónde el mismo día que debía zarpar se hundió al mar y que no fue hasta nuestros días, en el año 1.961 cuando se consiguió rescatar y mantenerlo a flote de nuevo, con la pecularidad de encontrarse en un estado de conservación impecable gracias a las aguas del Mar Báltico, y que gracias a ello hoy podemos contemplarlo prácticamente con todo original y sin apenas restauración.
El precio de la entrada es de 130 SEK y os recuerdo que su entrada ya no es válida con la Stockholm Card que ya no existe, y tenéis toda la información del Museo Vasa a través de su web, dónde la visita no os llevará mas de un par de horas y que es totalmente recomendable.
Otra visita interesante por la zona de Djurgärden es el Skansen, el mayor museo al aire libre del mundo dónde encontraremos un museo que recrea un antiguo poblado sueco o incluso hay un zoológico, su entrada cuesta 170 SEK y aquí tenéis más información del Skansen en español, pero aunque no estoy muy interesado en la visita, las bajas temperaturas dónde no para de caer copos de nieve intermitentemente y que son más de las 15h de la tarde y todavía no he comido, decido prescindir de la visita y aprovechar las últimas horas de luz del día, así que deshago mis pasos paseando tranquilamente y 45 minutos después llego a la Central Station, dónde en su interior hay varias zonas de restaurantes y cadenas de comida rápida, dónde finalmente me decido por un pequeño oriental dónde hacen unas imitaciones de noodles que junto a una coca cola, acabo pagando 109 SEK.
Después de comer y pasadas las 17h de la tarde, y con el grueso de las visitas importantes de Estocolmo cumplidas, decido coger por primera y última vez el metro en la ciudad aprovechando que estoy en T-Centralen, y decido hacer una pequeña ruta por algunas de las estaciones más importantes de la ciudad, ya que había leido que muchas estaciones son curiosas de ver pensando que sería igual que el recorrido que hice por las estaciones de mi viaje a Rúsia, pero la verdad es que no tiene nada que ver, siendo las del país moscovita mucho más espectaculares y recomendables.
Compré mi billete sencillo de metro en las máquinas automáticas por un precio de 36 SEK (4 €), dónde tienes derecho a viajar tantas veces como quieras y hacer los trasbordos que creas necesarios por un intervalo de 90 minutos, así que estuve visitando las estaciones de T-Centralen, Kungsträdgärden, Solna Centrum (quizás la más bonita de todas), y Radhuset, todas estas de la línea azul, y después la estación de Stadion de la línea roja, y la verdad es que ya no me dió tiempo visitar ninguna más de las que tenía apuntadas porque estaba sufriendo por el tiempo de los 90 minutos y no quería volver a pagar 36 SEK por otro billete, pero a la hora de salir de la estación las puertas se abrían automáticas sin necesidad de introducir el billete por el torno, así que de haberlo sabido quizás me hubiera arriesgado y hubiera sido más pícaro visitando un par de estaciones más de metro al saber que no había control ninguno.
Finalizada la visita bajo tierra, me acerco un momento a la estación de autobuses situada en la T-Centralen para confirmar la ubicación de los autobuses que parten para el aeropuerto de Skavsta, ya que mañana temprano dejaré Estocolmo para tomar un vuelo hacia Varsovia.
Una vez realizados los trámites, decido recorrer la calle comercial y más importante de Estocolmo, la Drottninggatan, llena de comercios a doquier y al tratarse de un sábado por la tarde, con un ambientazo espectacular, no sin antes pasar por la Klara Kyrka, que me viene de camino.
Son más de las 21h de la noche cuando aparezco por el alojamiento, exactamente 13 horas después desde que salí por la mañana y tengo los pies molidos y estoy ko, mi habitación se ha quedado más vacia porque varios huespedes ya no están y en cambio ha llegado otro, un chico español recién llegado a Estocolmo dónde pasará una semana, y después de intercambiar unas cuántas opiniones y darle algunos consejos sobre visitar la ciudad, salimos juntos al Burguer King dónde estuve la pasada noche cenando, y un rato después y previa parada al 7 Eleven de siempre para comprar agua, volvemos a nuestro alojamiento, dónde después de conectarme un rato para repasar correo y RRSS, a medianoche caigo rendido.
En unas horas tocará despedirse de la ciudad.
DÍA 4.- ESTOCOLMO - VARSOVIA
Hoy toca madrugar de nuevo para ducharse y recoger todo el equipaje, y a las 07:45h ya estoy saliendo del hostel camino a la Estación Central, ya que a las 11:30h sale mi vuelo hacia Varsovia.Cuando llego a la Estación de Autobuses y me dirijo a la puerta número 5 desde dónde salen los autobuses a Skavsta y que me es fácil de localizar gracias a que estuve personalmente ayer por la tarde, ya hay bastante gente haciendo cola para coger el autobús de las 08:30h, sino tendría que esperarme una hora después llegando muy justo al aeropuerto, aunque normalmente no es un problema porque los horarios de los autobuses están sincronizados y enlazados con los horarios de los vuelos de Ryanair en ese aeropuerto y ellos ya tienen sus previsiones.
Finalmente tengo suerte y consigo subir en el autobús tal y como tenía previsto, y me paso los siguientes 75 minutos aprovechando el wifi gratuito y observando el paisaje boscoso por la ventana, ya que en el viaje de ida no tuve oportunidad porque era noche cerrada, llegando a Norrköping dónde está situado el aeropuerto de Skavsta antes de las 10h de la mañana, dónde me da tiempo fumarme un cigarro, pasar los controles de seguridad dónde no hay absolutamente nadie y las chicas son muy amables y educadas, e incluso de desayunar en el propio aeropuerto (49 SEK).
El vuelo sale con un pequeño retraso de 20 minutos, dando por finalizada esta breve pero intensa visita por una de las ciudades más bonitas de toda Europa como es Estocolmo, a la que recomiendo visitar a todo el mundo pero a poder ser, con las temperaturas muchas más altas de las que me he encontrado yo durante mi visita, ya que ha sido bastante duro por momentos visitarla con tanto frio.
Un destino perfecto para un fin de semana largo o días de puente nacional!
Adjö och vi ses snart, Stockholm!!!
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