13 de junio de 2012

SRI LANKA


Una vez en el aeropuerto de Barcelona y en su maravillosa T1, embarcamos rumbo a una nueva aventura con la recomendadísima compañía Qatar Airways. Nunca me cansaré de recomendar dicha compañía por sus modernos y confortables aviones, así como su tripulación tan amable.

Teníamos el vuelo previsto para las 11:30h con destino Colombo, previa escala de una hora en el pequeño aeropuerto de Doha, el tiempo justo para bajar del avión, aprovechar para fumar y volver a embarcar a las 20h con destino Colombo. Una vez más, todos los vuelos puntuales y sin ninguna incidencia. Los vuelos transcurren como siempre, hablando con los amigos, viendo alguna película en las pantallas individuales o intentar dormir un poco.

DÍA 2.- COLOMBO - ANURADHAPURA


Llegamos al aeropuerto de Colombo, más conocido cmo Bandaranaike, sobre las 3:15h de la mañana sin retrasos ni incidencia alguna. Una vez pasados por Inmigración (recordad de tramitar el ESTA via web desde España) y una vez recogido el equipaje, salimos a cambiar algo de dinero en una de las casas de cambio del aeropuerto.

Aunque el cambio no era muy favorable, tampoco había mucho diferencia de lo que podías encontrarte fuera del aeropuerto, así que nos hicimos con nuestras primeras rupias. Al salir debería estar esperándonos el conductor que contratamos desde Barcelona a través de la agencia Orient Tours una vez acordado el precio y las condiciones via mail semanas atrás.

Confirmé con ellos nuestra llegada dos días antes y no me pusieron problema alguno. En la contratación del vehículo estaba todo incluido, es decir, vehiculo con conductor a nuestra libre disposición 24 horas al día durante 16 días sin ruta predeterminada, gasolina y cualquier gasto cubierto del conductor. El precio final sería de 590 € a repartir entre 4 personas, y se pagaría en las oficinas de la agencia ubicada en Colombo el penúltimo día del viaje.

Pero lamento decir que una vez que llegamos, la realidad fue muy diferente. Para empezar, a nuestra salida del aeropuerto no había nadie esperándonos con nuestros nombres y no había noticias de nadie. Después de no perder la calma y esperar un rato por si el conductor se había retrasado por algún motivo ajeno a él, decidimos ponernos en contacto con la agencia.

Evidentemente, a las 4h de la mañana no iban a coger el telefono en la agencia, por lo que decidí llamar directamente al móvil del dueño de la agencia con el que estuve negociando semanas atrás via mail. Me cogió el telefono dormido y le expliqué lo sucedido, y me dijo que no me preocupara que en seguida lo solucionaba y que no me moviera de allí. Estuvimos esperando hasta las 4:30h de la mañana y allí no aparecía nadie, por lo que decidimos empezar a negociar con otras agencias situadas en el aeropuerto porque estabamos perdiendo la paciencia y nos parecían muy pocos profesionales.

Cuando ya teníamos un precio más o menos cerrado (100 € más barato que la agencia contratada desde Barcelona), apareció a las 6h de la mañana el conductor que habíamos contratado inicialmente. Después de recriminarle su poca profesionalidad, decidió disculparse (después veríamos que el pobre hombre no tenía culpa ninguna). Finalmente nos convenció para que siguieramos con él que no nos volvería a decepcionar. Y caímos en la trampa.

Salimos del aeropuerto sobre las 06:30h de la mañana, y cómo teníamos ganas de quitarnos el mal sabor de boca de nuestra llegada, decidimos parar a desayunar en un chiringuito de carretera. El conductor para compensar el incidente, nos invitó al desayuno. Aquí fue el primer contacto con la gente local, y he de decir que es el mayor patrimonio que tiene el país, ya que son personas súper amables, dispuestos a ayudarte en cualquier momento desinteresadamente, amables y siempre con una sonrisa en la boca. Yo quedé encantado de la gente durante todos los días que pude disfrutar del viaje.

Como había ganas de hacer muchas cosas, decidimos que antes de ir a nuestro primer destino, Anuradhapura, dónde pasaríamos los dos primeros días del viaje, hacer una visita al orfanato de elefantes de Pinnawela. Está situado a unas dos horas del aeropuerto de Colombo, y si nunca se ha visitado o montado en elefante, lo recomiendo. En caso contrario, me parece una turistada y una pérdida de tiempo. Yo ya tenía la experiencia de Camboya y Tailándia, con lo que sabía dónde me metía. Pero la sorpresa fue a la llegada cuando fuimos a comprar los tickets para entrar, y que sería la tónica de los lugares que visitamos: El ticket cuesta 2.000 LKR (unos 15 €), que para lo que es el nivel de vida del país que es, me parece un precio abusivo. Es el mismo precio que cuesta por ejemplo para entrar al Taj Mahal de India, y encima en éste último te obsequian con una botella de agua.

Una vez dentro comprobamos que lo único que se puede hacer es ver a una manada de elefantes en semi-libertad (otros están encadenados para que los turistas se hagan fotos al lado de ellos), y ver como le dan de comer a través de un biberón grande (previo pago de una propina para los cuidadores del parque) o con frutas que venden a precio de oro. Lo único que compensa un poco la visita y el precio de la entrada es ver como la manada de elefantes van al rio a bañarse con un paisaje espectacular. Solamente por ver esa estampa reconozco que vale la pena pagar la entrada, aunque repito, si ya has vivido esta experiencia en otro país, ésta visita es totalmente prescindible.





Cuando ya nos disponíamos a irnos dirección a Anuradhapura, nuestro conductor nos presenta al que iba a ser nuestro conductor del viaje. La verdad es que no entendía nada. Entonces fue cuando me explicaron que el conductor que vino a recogernos al aeropuerto era un trabajador normal de la empresa que vino a sacarnos del apuro porque el conductor asignado "oficialmente" se había quedado dormido y no había manera de contactar con él. 

Así que imaginaros la situación, el primer conductor se tuvo que comer nuestra bronca a la recogida del aeropuerto sin tener culpa, y el otro jeta se presentó al mediodía como si nada hubiera pasado, diciendo que la noche anterior se había ido tarde a dormir y que necesitaba dormir!! Pero vamos, ese fue el inicio de una corta amistad…. Demasiado corta diría yo!! Jeje.

Después de todo esto, nos pusimos en ruta hacia Anuradhapura, dónde nos esperaba todavía más de 3 horas de camino por carreteras no en muy buen estado, con controles policiales, calor y ganas de llegar después de un largo viaje desde Barcelona.

Finalmente llegamos a nuestro hotel en Anuradhapura, lo reservamos a través de Hostelbookers y me puse en contacto con ellos a través de milanotrest@yahoo.es para confirmar la hora de llegada. La verdad es que el hotel es muy recomendable, sobre todo por la amabilidad del personal, en concreto Rajitha, como por la buena comida que ofrecen. La tarde la dedicamos en descansar un poco, visitar un ratito la ciudad, preparar la ruta del día siguiente así como empezar a conocer las costumbres y amabilidad de las personas de Sri Lanka.



DÍA 3.- ANURADHAPURA - MIHINTALE - ANURADHAPURA


Hoy antes de desayunar teníamos previsto visitar Mihintale, un complejo budista situado a 13 kms. de Anuradhapura, famoso por su dagoba y su buda gigante en un entorno maravilloso. Queríamos hacerlo bien pronto con la fresca antes de que hiciera mucho calor, y así lo hicimos.

Llegamos en 20 minutos, aparcamos el coche y subimos un pequeño paseo de escaleras cuesta arriba hasta llegar a las taquillas del complejo. Un monje con su túnica naranja nos cobró 500 LKR por persona por la entrada. Desde poco antes de las taquillas, es obligatorio descalzarse el calzado al tratarse de un lugar sagrado, dando igual que el terreno se encuentre mojado, embarrado o empedrado. Reconozco que por momentos fue un poquito duro caminar por el complejo ya que al estar lleno de piedras y gravilla, se te van clavando en la planta de los pies.

La primera impresión es alucinante. Todo en silencio, viendo a los monjes en su día a día, y es que allí dentro se respira muchísima calma y espiritualidad.


Empezamos subiendo por unas rocas de piedra (totalmente descalzos) durante unos 15 minutos hasta llegar a la cima, donde el paisaje es impresionante! Por una lado tenías delante de ti la famosa dagoba Ambasthale, por otro lado tenías el buda gigante, y detrás tenías toda la ciudad de Anuradhapura a tus pies. Realmente impresionante el paisaje.

Una vez que bajamos, estuvimos visitando la dagoba y el buda gigante, mientras en el camino no parábamos de encontrarnos a decenas de monos juguetones y traviesos. La visita nos llevó unas dos horas en total, y es totalmente recomendable.

Si puede ser, visitarlo a primera hora de la mañana antes de que aprete el calor. Nosotros lo visitamos a las 7h de la mañana, queríamos visitarlo a las 5h pero nos dijo nuestro conductor que no era posible porque estaba cerrado. Que no os engañen, las taquillas abren a las 05:30h y a partir de entonces ya se puede visitar. Nuestro conductor nos engañó porque no quería madrugar tanto, así que iba sumando puntos para la decisión final.


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Al salir de Mihintale nos dirijimos otra vez a Anuradhapura. Nuestra intención era desayunar antes de visitar todo el complejo de templos y dagobas. Al no encontrar ningún sitio para hacerlo, finalmente nos metimos en una panadería de un centro comercial. Finalmente llegamos al complejo de Anuradhapura y fuimos directamente a comprar los tickets para visitarlo. El ticket nos costó 20 $, cosa que me pareció demasiado caro para ser el país que es.

Estuvimos visitando estanques y urinarios, e imaginándonos todo lo que tuvo que representar en su época todas estas maravillas. Después visitamos una dagoba con un buda reclinado en el interior, la entrada era gratuita.

Tambien visitamos un Buda Samadhi, y de allí paramos en un mercadillo que había al lado.



Después de descansar un rato delante del lago, nos dirigimos a uno de los puntos fuertes de Anuradhapura, que es Sri Maha Bodhi, o el árbol sagrado dónde Siddharta Gautama encontró la iluminación y pasó a ser Buda. Antes de entrar hay que descalzarse de nuevo y pasar por taquilla, ya que el ticket que compramos anteriormente no incluye esta visita.

Una vez dentro, el lugar es mágico y se respira una espiritualidad como lo nunca visto en ningún país que he visitado anteriormente. La gente llega para rezar y hacer ofrendas florales debajo del árbol. Es un romanso de paz y un lugar que te llena de energía positiva.







Después de la visita, nos dirigimos andando a la que quizás haya sido la dagoba más bonita que haya visitado en Sri Lanka, que es la dagoba de Ravanvelisaya. El precio está incluído en el ticket del complejo, y la verdad es que es impresionante. Su tamaño y su color blanco hace que resalte y se pueda observar desde cualquier punto del complejo.








Allí coincidimos con un buen número de escolares que estaban de visita también, y aprovechamos para entablar conversación y curiosidades con todos los jóvenes, así como hacernos innumerables fotos con todos y cada uno de ellos.

Estuvimos visitando otras dagobas de menor tamaño e importancia, como la de Thuparama.

Poco después ya dimos como concluida todas nuestras visitas y nos fuimos al hotel a relajarnos en el jardín, junto con unas cervezas Lion bien fresquitas y conversando con nuestro amigo Rajitha.


Al día siguiente dejariamos Anuradhapura para dirigirnos hacia Polonnaruwa, pero haríamos bastantes visitas por el camino, así que teníamos que coger fuerzas porque el planning del día siguiente sería bastante apretadito.

DÍA 4.- ANURADHAPURA - POLONNARUWA


El día de hoy lo empezamos muy pronto. Después de desayunar y acabar de recoger todo el equipaje, con mucha pena nos despedimos del personal del hotel dónde nos habían tratado muy bien desde nuestra llegada.

La siguiente parada iba a ser para el Buda de Aukana. Se encuentra a una hora y media aproximadamente de Anuradhapura, muy cerca de Habarana. Una vez que llegamos y nos descalzamos (la entrada cuesta 500 LKR), pudimos contemplar el majestuoso Buda de Aukana de 13 metros de largo, esculpido sobre una misma roca.



La visita es totalmente recomendable y no os llevará más de una hora en realizarla. Después fuimos hacia Habarana, que se encuentra a unos 30 minutos de distancia.

Teníamos intención de hacer un pequeño paseo a lomos de elefantes, así que nos dirijimos hacía allí, cerquita de la Reserva Nacional de Minneriya, y tras negociar precio (2.500 LKR por persona), hicimos un pequeño recorrido por una hora aproximadamente. Si tuviera que volver prescindiría de esta visita ya que me pareció una gran turistada y un gran timo, y lo único que hicimos fue ir a lomos de un elefante por un camino de tierra bajo un fuerte calor, hasta llegar a un pequeño rio dónde el elefante se mete para refrescarse y vuelve a salir para volver al punto de origen.

Yo personalmente prescindiría de esta visita.


Después nos fuimos a comer a un restaurante de carretera, y negociamos con uno de los tantos conductores que hay en Habarana para ir a Hurulu Eco Park para realizar un safari de elefantes.

Hurulu Eco Park no es tan conocido como el P.N. Minneriya, pero si es verdad que éste último triplica su precio respecto al primero aunque haya más posibilidades de encontrar elefantes.

Acordamos el precio de 4.000 LKR para el conductor, y aparte pagaríamos la entrada individual una vez llegaramos a la reserva. Al poco rato apareció el conductor con un todoterreno descapotable y hacía la reserva que nos fuimos. Estuvimos unas 3 horas en busca de elefantes dentro de la reserva y no había mucha gente ni muchos jeeps, cosa que agradecimos. Tuvimos la suerte de ver algún elefante totalmente salvaje, pero es cierto que me esperaba mucho más, aunque cuando se trata de safaris y animales el factor suerte es clave.



Tambien es cierto que el atardecer en aquel paraje natural es sencillamente espectacular.


Cuando salimos y fuimos a pagarle al conductor los 4.000 LKR acordados, se hizo el tonto y nos subió sin razón alguna a 4.500 LKR con el consentimiento de nuestro conductor, alegando que no le habíamos entendido bien.

Después de discutir un rato con él le pagamos los 4.500 LKR, personalmente no viene de 500 LKR (3 €) a pagar entre 4 personas, pero me molesta que quieran engañarme y reírse en mi cara, y a uno se le queda cara de tonto, pero estás de vacaciones y no quieres amargarte por una tontería, solamente que aprendes para la próxima vez y punto. Eso si, si a nuestro conductor ya lo tenía entre ceja y ceja, a partir de aquel momento ya estaba sentenciado para mi.

De aquí partimos a Polonnaruwa porque estaba empezando a anochecer y no teníamos alojamiento reservado, así que después de todo el tute del día, aún faltaba buscar alojamiento. Nunca pensaba que fueramos a tener tantos problemas para alojarnos cómo tuvimos. Sacamos la Lonely y fuimos directos al Devi Tourist Home que tanto recomendaban, y después de que nos costara encontrarlo, solamente les quedaba una habitación y personalmente, nunca había visto una habitación tan cutre en mi vida.

De allí nos fuimos al Village, que está a 2 Kms. del pueblo, y era una especie de resort dónde nos pedían 11.500 LKR por habitación, precio que me parecía desorbitado y que no hubo manera de bajar.

Volvimos al pueblo y preguntamos en el Manel Guest House, se oía música y había mucha gente, pensábamos que sería una boda o una celebración, pero no nos importaba que hubiera ruido porque estabamos muertos ese día… pero hablando de muertos, justamente ese día estaban velando el cuerpo de un difunto y por eso había tanta gente allí, así que el dueño amablemente nos confirmó que no podíamos alojarnos.

Finalmente acabamos en el Araya Rest House, un poco retirado del publo, pero no nos importaba porque eran ya las 21h de la noche y estabamos derrotados. Pagamos 3.500 LKR por habitación y desayuno después de regatear un poco, y aprovechamos para cenar allí mismo.

DÍA 5.- POLONNARUWA - SIGIRIYA


Después de desayunar recogimos todo el equipaje y nos fuimos a visitar el complejo de Polonnaruwa, pero primero nos paramos a cambiar dinero en un banco y después estuvimos un rato dando una vuelta por el lago, dónde pudimos ver a la gente bañándose y comprobar su exquisita amabilidad hacia nosotros, sobretodo los ñiños. La verdad es que en este viaje me he traído muchos telefonos y contactos que me han ido facilitando la gente para que les escriba o les envie fotos, y es una cosa que tengo que ir haciendo poco a poco.



Después de repartir entre ellos caramelos, globos, boligrafos y hacer unas cuántas fotos, nos dirijimos al complejo de Polonnaruwa, que se encuentra a 2 Kms. de la ciudad de Polonnaruwa.

El precio del ticket, una vez más fue de 20 $, en la que tenías derecho a visitar todo el complejo. Para no aburriros ni hacerlo muy largo, os diré que visitamos lo más importante, que fue el Palacio de Parakramabahu, el templo de Shiva Devala (dedicado al Dios hindú Shiva), una serie de templos dónde estaba también la dagoba Rankot Vihara, y sobretodo el Gal Vihara o más conocido como el Buda reclinado de Polonnaruwa, que es impresionante.











Con el calor que hacía y lo tarde que era, dimos como concluida nuestra visita a Polonnaruwa y nos fuimos para Sigiriya. Por el camino paramos a comer y empezó a llover un rato, lo justo para que dejara cuando llegamos a nuestro alojamiento en Sigiriya. 

Cuando estabamos negociando el precio con el dueño del Lakmini Guest House se acercó nuestro conductor y le dijo algo en tamil que no supimos entender, y que esa misma noche nos explicó el dueño de la guest house que nuestro conductor le exigió que nos subiera el precio de la habitación, y que tenía que llevarse su comisión por llevarnos a aquel alojamiento, cuando nosotros ya lo teníamos mirado y apuntado desde Barcelona. 

Fue cuando esa noche en plena cena empezamos a reflexionar los cuatro que era el momento de dejar las cosas claras o de cambiar de conductor si no queríamos que nos arruinara más el viaje.

Después de instalarnos, nos fuimos a la tienda de comestibles que tiene el mismo dueño de la guesthouse, y dónde pudimos estar tomando algo, conectándonos a internet y hablar tranquilamente de todo lo acontecido. 

Después de dar una vuelta por el pueblo para buscar un lugar dónde cenar, decidimos cenar en nuestra guesthouse y descansar porque al día siguiente había que madrugar mucho para subir a la Roca del León.



DÍA 6.- SIGIRIYA - DAMBULLA - KANDY


Madrugamos y después de desayunar nos fuimos los cuatro en el tuk tuk de nuestro amigo de la guesthouse hasta la entrada del recinto de la Roca del León.

Todavía no estaban abiertas las taquillas, por lo que tuvimos que esperar un ratito. La entrada nos costó esta vez 30 $, pero esta vez lo pagué muy agusto porque era de las visitas que tenía marcadas en rojo antes de llegar a Sri Lanka.

Empezamos a subir a la Roca del León a través de empinadas escaleras de piedra, y a medida que se iba ascendiendo las vistas eran más espectaculares. Abstenerse las personas que padezcan vértigo, ya que a medida que se va ascendiendo la altura empieza a ser considerable.

Al poco de ascender llegamos a la primera parada imprescindible, que es la "galería de las doncellas". Es una cueva o gruta semiexcavada dónde alberga en su interior unos frescos rupestres de miles de años en un estado de conservación impresionante.

Vale la pena el esfuerzo de subir a la Roca solamente por visitar la gruta.



A medida que seguimos avanzando en la subida, llegamos a una esplanada dónde pudimos contemplar las garras del León, impresionante.

La última parte de la subida se hace por unas escaleras vertiginosas y estrechas que nos lleva a la cima de la montaña, dónde tendremos unas vistas de 360º de todo Sigiriya. El lugar es realmente de lo mejorcito del viaje, y la ascensión no se hace dura para nada, cualquier persona puede hacerlo a su ritmo.

Después de la ascensión y las fotografías de rigor, tocaba bajar por un camino diferente a la subida e igual de bonito y espectacular.

Al salir del complejo, cogimos un tuk tuk por 100 LKR y volvemos para la guesthouse a ducharnos y desayunar en la terraza, con unas vistas privilegiadas a la Roca del León.

Después de estar un rato con el buenazo del dueño que es un cachondo y un bromista de cuidado, y después que nos llamara y reservara habitación en la guesthouse de un amigo suyo en Kandy, nos despedimos con mucha pena y pusimos rumbo a Dambulla.

Dambulla se encuentra aproximadamente a un par de horas de Sigiriya. Llegamos al mediodía y fuimos directamente a visitar las famosas cuevas de Dambulla, dónde desde el párking nos recibe un enorme buda de 15 metros, de más apariencia china o japonesa que cingalesa, llamado Golden Temple.

Una vez comprado el ticket por 1.200 LKR, y después de 20 minutos subiendo por unas escaleras o una rampa empinada con toda la solana que pegaba a esas horas, llegamos a un complejo con una serie de cuevas, y en cada una de ellas todo lleno de budas. Antes de entrar, y para no perder la costumbre, hay que descalzarse.

Una vez dentro, el complejo está separado por varias cuevas, que fuimos visitando una por una, y que fueron las siguientes:

- Devaraha Viharaya (Templo de l Rey de los Dioses).
- Maharaja Viharaya (Templo del Gran Rey).
- Maha Alut Viharaya (El Nuevo Gran Templo).
- Pachima Viharaya.
- Devama Alut Viharaya (El Segundo Nuevo Gran Templo).







Una vez visitada todas las impresionantes cuevas, decidimos empezar a bajar porque no queríamos llegar muy tarde a Kandy. La verdad es que Dambulla nos ha gustado muchísimo, a pesar de encontrarme un rato indispuesto debido al calor y el cansancio acumulado. Junto a Sigiriya y las Tierras Altas, personalmente son los lugares que más me han gustado del viaje.

En dos horas más llegamos a Kandy, nos tocó sufrir el tráfico caótico de la ciudad mientras buscábamos nuestro alojamiento, que estaba cerquita de la estación de trenes. Una vez llegamos a la guesthouse y decidimos quedarnos alojados allí las siguientes dos noches, salimos a recorrer un poco la ciudad, que dicen que es la más sagrada de todo Sri Lanka.

Cuando nos montamos en el coche para dirigirnos a la zona de lago y posteriormente cenar, nuestro conductor se puso de mala leche y empezó a preguntarme dónde había conseguido el alojamiento de Kandy, porque decía que él no lo tenía cubierto (después supimos que le hacían pagar el alojamiento y que no le daban ninguna comisión por llevarnos como él quería, ya que al reservar lo dejamos bien claro). Nos dijo que cuando reservaramos o buscaramos alojamiento primero se lo teníamos que comentar a él, y fue la gota que colmó el vaso.

Después nos fuimos a cenar a un Pizza Hut, que después de una semana de viaje ya nos apetecía comer algo más "occidental", y en la cena ya decidimos que al día siguiente no íbamos a contar más con el conductor y que prescindiríamos de él y buscariamos a otro. Cuando llegamos a la guesthouse estuvimos hablando con el dueño mientras tomábamos unas cervezas, y nos ofreció un conductor amigo suyo para los días que nos quedaban de viaje.

Después de negociar y regatear el precio, llegamos a un acuerdo y nos presentó a nuestro nuevo conductor, y quedamos con él para empezar la ruta al cabo de dos días, ya que al día siguiente queríamos conocer la ciudad de Kandy.

DÍA 7.- KANDY


Después de desayunar, le dijimos a nuestro conductor que nos acompañara a la estación de trenes, ya que queríamos hacer el trayecto en tren para el día siguiente hacia Nuwara Eliya, en las Tierras Altas. Después de hacer cola un rato en la ventanilla, nos confirmaron que no había tickets para el día siguiente en primera, ya que era Fin de Año y la gente aprovechaba para irse de la ciudad.

Solamente les quedaba en segunda, pero eso significaba pasarse más de 8 horas en un tren viejo totalmente de pie y en un vagón abarrotado de gente, por lo que desistimos de la idea de hacerlo.



Nos fuimos al centro de Kandy y estuvimos visitando los mercadillos y mezclándonos entre la gente, y acabamos visitando el Templo del Diente de Buda, totalmente recomendable, sobretodo sentir el budismo en su máximo esplendor.






Después de la visita fuimos a cambiar dinero para los próximos días, ya que intuimos que al ser festivo los próximos dos días lo tendríamos díficil para conseguir rupias. Llegamos a una casa de cambio y le preguntamos por la cotización, nos dijo un precio que estaba bien y acto seguido nuestro conductor apareció, les dijo algo en tamil y nos subieron el precio del cambio.

Con la mosca en la nariz cambiamos lo mínimo, y vimos como le daban a escondidas a nuestro conductor unas cuántas rupias, suponemos que fue su comisión. Aquí ya se acabó todo, nos fuimos a la guesthouse, llamé por teléfono al jefe del conductor y le dije que prescindiamos de sus servicios, que le pagábamos la parte proporcional del importe acordado y no queríamos saber nada más. Es más, intentó convencerme que nos enviaba a otro conductor pero que continuaramos según lo acordado con ellos, pero ya era demasiado tarde y estabamos bastante quemados y no nos dejamos convencer más.

Después de pagarle al conductor lo acordado con su jefe y de discutir con él, desaparecimos de su vista para siempre. Empezaba una aventura nueva con otro conductor, y solamente esperábamos que nos fuera mejor, cosa que así fue. Ese día acabamos de visitar la ciudad, tomando unas cervezas en la guesthouse con el personal y acabar de reservar el alojamiento para el dia siguiente, que al ser festivo se antojaba hasto díficil, pero finalmente nos ayudaron mucho y nos consiguieron alojamiento para el día siguiente.







Entre cervezas, muchas risas, canciones y bailoteos, nos fuimos a dormir para coger fuerzas para el día siguiente.


DÍA 8.- KANDY - NUWARA ELIYA


Hoy después de desayunar y con la pena de no haber conseguido tickets para viajar en tren, lo primero que hicimos fue ir a un supermercado a comprar provisiones para la cena de esta noche por si teníamos problemas para cenar al ser día festivo.

Nos dirijimos hacia Nuwara Eliya con nuestro amable nuevo conductor, y el paisaje cambiaba por completo. Ahora el clima era más templado, y lo haciamos por carreteras serpenteantes a través de montañas y campos de té. Impresionante.



Por el camino íbamos parando cuando queríamos para contemplar el paisaje, hacer fotos y visitar hermosas cascadas, dónde podíamos ver a gente bañándose y disfrutar del momento.




En ruta también visitamos una fábrica de té, considerado como el mejor té del mundo bajo la denominación de Ceilán. Ese día al ser festivo no había personal trabajando ni las famosas "Tea Pickers" que son las mujeres recolectoras de hojas de té, pero un señor de la fábrica amablemente nos hizo un pequeño tour gratuíto y nos estuvo explicando el proceso de elaboración.

Al salir aprovechamos para degustar una taza de té y hacer unas cuántas compras para regalar a la familia.


Sobre el mediodía llegamos a Nuwara Eliya, una bonita población en lo alto de la montaña, y nos alojamos en un maravilloso cottage típicamente inglés. Esta población es conocida como Little Britain, ya que aún conserva su estilo británico de antaño.


Comimos en el mismo cottage unos noodles riquísimos que nos prepararon para nosotros, y después de descansar un poquito nos bajamos al pueblo a disfrutar de toda la parafernalia de las fiestas de Fin de Año.


Compramos uvas en un supermercado y nos la comimos a las 00.00h de la noche como manda la tradicción, y nos fuimos a dormir, que al día siguiente si que por fin íbamos a coger el tren para ir a Ella.





DÍA 9.- NUWARA ELIYA - ELLA


Hoy después de desayunar, nuestro conductor nos llevaba a la estación de trenes de Nanu Oya, dónde debíamos comprar los tickets para Ella y coger el tren de las 12:30h. Mientras abrían la taquilla estuvimos dando una vuelta por el pueblo, y repartiendo boligrafos y globos entre los más pequeños.

Una vez más, fuimos la atracción de todo el pueblo y yo disfruté muchísimo con los más enanos.





Después bajamos a comprar los tickets sin problemas y con un poco de retraso tomamos el tren hacia Ella.





El trayecto fue una gozada entre paisajes y campos de té, y a pesar de la lluvia del momento, no nos impidió poder disfrutar. Cuando llegamos a la estación de Ella sobre las 16h de la tarde no estaba esperando nuestro conductor Jafná, y nos fuimos en búsqueda de alojamiento.




Después de visitar varios alojamientos cercanos a la estación (dónde iban todos los viajeros que habían viajado en el tren como nosotros) y no llegar a un acuerdo económico, llegamos a uno en lo alto de una pequeña colina con unas vistas impresionantes, y la dueña fue muy amable con nosotros, así que allí nos quedamos.

Después de instalarnos, bajamos al pueblo que estaba a dos minutos para buscar un sitio para cenar. Encontramos un sitio dónde te preparaban la cena casi delante de ti, y era barato y tenía buena pinta, pero la comida picaba como un demonio!! El personal del restaurante se reían de mi cuando sacaba la lengua para coger aire!! Jaja.


Después de cenar dimos un paseo para bajar la cena, estuvimos en la terraza diseñando los planes para los próximos días, y a dormir, que había sido un día muy largo.

DÍA 10.- ELLA - TISSAMAHARAMA


Hoy madrugamos cómo de costumbre porque queríamos aprovechar el día y hacer trekking por los campos de té, y queríamos evitar un poco el calor y la humedad. Empezamos a caminar por la montaña y a través de campos de té nuestra intención era llegar hasta el Adam’s Peak y el Little Adam’s Peak.

Hay tramos que se hacen un poco duros porque no hay caminos señalizados y hay que hacer escalada a través de piedras y rocas con pendiente, pero una vez arriba compensa mucho el esfuerzo por las vistas que hay. Coincidimos con algún viajero, pero pràcticamente la tónica del viaje fue que apenas nos cruzamos con nadie, eso si, no vimos ningún autobús de turistas, que es lo que más temo cuando estoy de viaje.






Este trekking nos llevó unas 3 horas, y es de dificultat media-baja, por lo que cualquier persona puede realizarlo. Una vez descendido el camino, fuimos al encuentro de nuestro amigo Jafná, y pusimos rumbo a Tissamaharama, al borde ya de la zona Sur del país, dónde teníamos previsto visitar el Yala National Park y hacer un safari en jeep.

De camino hicimos una parada en una cascada que estaba cerquita de Ella, y dónde había personas bañándose.




Llegamos a Tissamarahama, y después de preguntar en varios alojamientos, nos quedamos en el Pala Hotel, una guesthouse normalita dónde lo regenta una persona ciega que nos trató muy bien. Por la tarde salimos al pueblo a dar una vuelta, mezclarnos con la gente del país y entablar conversación con ellos, y sobretodo cerrar el tema del safari para el día siguiente bien temprano.





Aprovechamos para llamar a la familia desde una especie de locutorio, ya que llevabamos días sin dar noticias, y nos fuimos a la guesthouse a cenar. Recomiendo no cenar aquí porque las raciones son muy escasas y a precio de oro. Mejor cenar fuera de la guesthouse. Mañana había que levantase a las 4:30h de la mañana para hacer el safari y me hacía especialmente mucha ilusión.

DÍA 11.- TISSAMAHARAMA - TANGALLE


Hoy madrugamos muchísimo, pero esperaba que valiera la pena, como así fue. Después de acordar el día antes con el conductor de un Jeep el precio del vehículo, que fue de 1.000 LKR por persona por llevarnos a la reserva de Yala, 3 horas de safari, y devolvernos al alojamiento. 

La entrada al Parque iría por cuenta nuestra. Creo que fue un buen precio para lo que iban pidiendo por ahí. La entrada al Parque fue de 2.500 LKR por persona. El parque abren a las 6h de la mañana, así que a esa hora ya estabamos clavados en las taquillas junto al resto de personas que también iban a hacer el safari para comprar las entradas y permisos correspondientes.

Sobre las 6:30h y con todo en regla, ya estabamos preparados para comenzar el safari. Después de un inicio dubitativo por si íbamos a ver animales, empezamos a verlos muy cerca. En esas 3 horas en jeep dando vueltas por el inmenso Parque de Yala, tuvimos la suerte de ver elefantes, muchas especies de aves, cocodrilos, chacales, ciervos, ... y lo mejor de todo y más complicado, pudimos ver a toda prisa el animal más buscado y más díficil: el leopardo!!











Con el subidón de adrenalina que supone hacer un safari y ver tantos animales, volvimos a la guesthouse, pagamos al conductor con propina incluida por su buen trabajo realizado, y cogimos el equipaje para irnos hacia Tangalle, al Sur de Sri Lanka, dónde a partir de ahora el paisaje iba a cambiar completamente, íbamos a dejar las visitas culturales y los trekkings, y lo íbamos a cambiar por el relax, las playas y las piscina, que falta nos hacía!! 

Aunque yo no soy muy partidario de este tipo de viajes porque me gusta más visitar cosas e ir a la aventura, reconozco que esta vez si que necesitaba pasarme unos días sin hacer nada ni tener prisas.

De camino me hacía ilusión parar en Matara y hacer una visita al Buda sentado. Jafná nos dejó en el párking y salió a recibirnos un señor, le pagamos las 200 LKR de la entrada, nos descalzamos y estuvimos visitando una serie de pasillos laberinticos dónde las paredes estaban lllenas de frescos y murales de Buda y de imágenes del budismo en general. 

Después vimos el Buda gigante de 50 metros de altura, hicimos unas fotos mientras conversábamos con un joven monje, y nos despedimos de la visita.




Llegamos a Tangalle después de un par de horas de conducción, y para no perder la costumbre, fuimos en busca de alojamiento. Ahora teníamos claro que queríamos alojarnos en sitios un poquito mejores que los anteriores, pero sin perder la cabeza con los precios. 

Llevaba varias recomendaciones desde Barcelona, pero cuando preguntamos ya no quedaban alojamientos para 4 personas, así que no íbamos a separarnos. Después de mirar varios alojamientos, decidimos darnos el capricho del viaje y alojarnos en un resort con unas villas muy monas, a 50 metros de la playa, con piscina y restaurante con comida variada. Al cambio fueron unos 36 € por día con desayuno incluído y después de regatear, así que tampoco nos pareció desorbitado.

El resto del día y la mañana del día siguiente hasta nuestro check out, lo dedicamos a piscina y playa, dónde no vimos ni a un sólo turista y teníamos la playa para nosotros solos... una gozada!!



DÍA 12.- TANGALLE - MIRISSA - UNAWATUNA


Después de desayunar estuvimos aprovechando la mañana de playa y piscina hasta la hora de hacer el check out en el hotel, dónde después partiríamos hacia Mirissa.




En una hora llegamos a Mirissa y nos fuimos directo a la guesthouse que teníamos prevista, la Amarasingue Guest House que tan buenas críticas tenía en la Lonely. Solamente quedaban dos habitaciones libres, y finalmente una pareja francesa que llegaron justo cuando nosotros se quedaron con una habitación, así que tendríamos que seguir buscando alojamiento. 

Como era la hora de comer, aprovechamos para comer en la misma guesthouse antes de que se nos hiciera más tarde.


Jafná nos propuso de irnos de Mirissa y alojarnos mejor en Unawatuna, que estaba a 20 minutos y con más variedad de alojamiento. Le hicimos caso y para allí que nos fuimos. Primero nos llevó a una guesthouse que él conocía, y aunque no estaba nada mal, no conseguimos que nos bajaran el precio. 

Después de recorrer casi todas las guesthouses posibles llegamos a la última de la calle, la Sea View Hotel, y nos gustaron las habitaciones pero no había manera de bajar el precio y ya era tarde y estabamos cansados, así que después de un duro regateo conseguimos bajar el precio, y como quedamos tan contentos, en vez de quedarnos una noche como estaba previsto, nos quedamos 3 noches y así no tendríamos que estar moviendonos cada día y lo haríamos en coche, que para algo lo teníamos.


Después de ducharnos salimos a dar una vuelta por el pueblo y a cenar. Nos metimos en un restaurante muy fashion y muy bonito, nos pedimos unas pizzas y al cabo de una hora todavía no nos la habían servido (y eso que no había nadie más en el local), así que decidimos marcharnos sin cenar y volver a la guesthouse que estabamos cansados.


DÍA 13.- UNAWATUNA - GALLE- MIRISSA - UNAWATUNA


Hoy después de desayunar pusimos rumbo a Galle, población cercana a 8 Kms. de Unawatuna que conserva un Fuerte muy bonito, herencia de los colonizadores holandeses, y que está declarado Patrimonio de la Unesco.

Estuvimos visitando el Fuerte sin prisas y nos pareció muy bonito. Se respiraba un clima muy calmado y la gente que nos íbamos cruzando eran muy amables.






Salimos del Fuerte para visitar un poco Galle, y fuimos a parar a un parque muy grande dónde había mucha gente, nos acercamos y era como un Festival Infantil con juegos para niños, ya que recordemos que estaban de vacaciones escolares. 

Estuvimos allí un buen rato y fue una gozada, toda la gente se acercaba a nosotros para hablar, preguntarnos cosas, hacernos fotos, cambiarnos telefonos y direcciones, incluso nos animaban a participar en los juegos con ellos. Fue una visita que me llenó mucho y que me encantó!!





Después continuamos visitando la ciudad, haciendo algunas compras y nos fuimos a comer en un restaurante enfrente del Fuerte con unas vistas muy bonitas. Cuando acabamos de comer aproveché para escribir unas postales, acercarme a la oficina de correos y enviarlas.

Después nos fuimos para Mirissa y estuvimos un rato en la playa, pero no llegamos a bañarnos porque la higiene no invitaba mucho a hacerlo, además que al ser una ciudad con mayoría musulmana, me daba un poco de reparo bañarme al lado de personas que se bañaban en burka. Simplemente aprovechamos para pasear y visitar algunos puestos dónde vendían pescado.





De vuelta a Unawatuna, paramos por el camino a ver la puesta del sol que era preciosa y hacer unas fotos a los pocos "Stil Fishers" que quedan en el país, que no son otros que pescadores subidos a unos palos anclados en el mar y que intentan pescar como antiguamente lo hacían los antiguos pescadores. 

Esta tradicción ya hace años que se perdió y ahora se ha vuelto muy turístico, ellos se suben para ti, le haces la foto y te piden propina. Por eso fue una alegría ver de casualidad a un grupo de tres pescadores haciendolo tradicionalmente, y poder hacerle las fotos desde lejos sin que se dieran cuenta.





Llegamos a la guesthouse, nos duchamos y cuando estabamos dispuestos a salir para cenar, empezó a diluviar (la única vez que encontramos lluvia en el viaje que nos prohibiera hacer algo), así que aprovechamos para descargar las fotos, y yo personalmente poder ver el partido de Champions entre el Chelsea y el Barça en Stamford Bridge por internet.

DÍA 14.- UNAWATUNA - HIKKADUWA - UNAWATUNA


Hoy nos levantamos pronto para aprovechar la mañana en la playa que teníamos justo a escasos 10 metros de nuestro alojamiento, mientras esperábamos desayunar.



Hoy aprovechamos para ir a visitar una de las playas que dicen que son más bonitas de Sri Lanka, la de Hikkaduwa. Se encuentra más o menos a una hora de Unawatuna. Esta ciudad es conocida por los surferos, aunque cuando fuimos no vimos a ninguno.

De camino nos paramos en la zona del puerto de Galle, dónde justamente llegaban los pescadores de faenar y comenzaban a vender toda la mercancía.





Al cabo de un rato llegamos a Hikkaduwa, dónde estuvimos visitando la ciudad y haciendo algunas compras, hasta la hora de comer. De casualidad nos paramos a comer en un restaurante que tenía muy buena pinta, y que una pareja de personas mayores ingleses que estaban comiendo allí me lo acabaron de recomendar, así que nos quedamos y no nos arrepentimos en absoluto. 

El trato del dueño, la comida tan deliciosa y la gran cantidad que nos trajo, hizo que salieramos allí muy satisfechos y no puedo dejar de recomendaros el restaurante. Se llama Moon Light y está en la avenida principal, en el número 337 de Galle Road, no tiene pérdida.


Después de comer nos fuimos a la playa que estaba enfrente del restaurante, y pudimos disfrutarla toda la tarde para nosotros solitos. Después acabamos de hacer las últimas compras dónde se encuentran cosas muy bonitas.


Después ya pusimos rumbo a Unawatuna, dónde pasaríamos la última noche ya que al día siguiente nos íbamos para Negombo, población a 8 Kms. del aeropuerto. Sentía que el tiempo pasaba demasiado deprisa y que el final de nuestro viaje ya se acercaba.

Antes de llegar a Unawatuna volvimos a parar en el puerto de Galle, dónde estaban los pescadores intentando ganarse la vida pescando de noche y lloviendo. Allí pudimos observar bajo la lluvia cómo se ganaban la vida la pobre gente.



Finalmente llegamos a Unawatuna, nos duchamos y salimos a cenar. Después ya nos fuimos a preparar el equipaje que al día siguiente nos íbamos para Negombo, dónde pasariamos las últimas 24 horas del viaje.

DÍA 15.- UNAWATUNA - NEGOMBO


Después de aprovechar la mañana de playa y pagar la cuenta de las tres noches, dejamos Unawatuna para poner rumbo a Negombo. No teníamos prisa, así que decidimos visitar algunas cosas por el camino.




La primer aparada fue pasado Hikkaduwa, que fuimos a visitar el memorial de las personas fallecidas durante el Tsunami del año 2.004; Se calcula que solamente en esa zona murieron más de 50.000 personas, y las numerosas poblaciones arrasadas por el tsunami todavía no se han podido reconstruir 8 años después. 

Vimos el cementerio y todas las casas destruídas, la verdad es que se te encoge el corazón una vez que estás allí, lo mismo que me pasó cuando visité Hiroshima en Japón, o el Campo de Concentración de Sachsenhaussen de Berlín, entre otros.





Se te queda mal cuerpo con este tipo de visitas, pero por una desgracia cómo ésta en la que la Humanidad no ha podido hacer nada te sientes impotente. Ojalá nunca más vuelva a suceder cosas así.

La siguiente parada fue Ambalangoda, ciudad famosa por su fabricación de máscaras, pero que carece de cualquier interés.

Y de aquí llegamos a Bentota, otra bonita ciudad dónde paramos para comer y relajarnos un rato.




Seguimos el camino dirección Negombo, pero antes había que pasar por Colombo, la capital del país. La verdad es que me alegré mucho de no hacer noche en Colombo porque me pareció una ciudad muy caótica y muy sucia, solamente cruzar la ciudad para ir a Negombo nos llevó 2 horas enteritas entre atascos, tráfico y semáforos.




Una vez llegados a Negombo ya había anochecido, así que fuimos directamente en busca de un hotel para pasar la última noche antes de volver a casa. La Lonely recomendaba el Topaz Beach Hotel, así que fuimos para allí. El hotel nos estaba mal, era más bien un resort con piscina y la playa delante, pero no había manera que bajaran el precio. Las habitaciones eran amplias y parecía limpio, pero a las paredes y al edificio en general le hacía falta 40 capas de pintura.

Cuando ya estábamos dispuestos a irnos en busca de otro alojamiento, nos bajaron el precio y allí que nos quedamos. Nos duchamos y salimos a cenar. Negombo como ciudad no me gustó nada, era como Salou, Lloret de Mar o Benidorm, una calle llena de restaurantes y tiendas y enfocado al turista y con precios para ellos.

Cenamos en un lugar que estuvo muy bien, y después ya nos fuimos para el hotel.

DÍA 16.- NEGOMBO - BCN


Hoy hemos madrugado para aprovechar la piscina del hotel y la playa, aunque la playa no la hemos utilizado, la verdad. Después de desayunar, hemos vuelto a la piscina que estaba bastante bien y para nosotros solos, ya que en la época que hemos estado nosotros prácticamente no había turistas.



Después de apurar en la piscina hemos aprovechado para hacer por última vez el equipaje, ya que a las 12h teníamos que hacer el check out en el hotel.

Una vez pagada la cuenta hemos ido a dar una vuelta por la ciudad, y finalmente hemos ido a comer, ya que hasta las 20h no salía nuestro vuelo hacia Bcn. Gastamos las últimas rupias en un Burguer King que estaba muy bien, aprovechamos para descargar todas las fotos de las cámaras, y nuestro amigo Jafná nos estaba esperando para llevarnos al aeropuerto. 

En ese momento empezó a diluviar otra vez, así que una vez llegados al aeropuerto, le pagamos a nuestro conductor y nos despedimos de él. Quitando de un par de detalles, quedamos muy contentos con nuestro segundo conductor.

Ya cuando abrieron los mostradores de Qatar Airways (he volado 3 veces con ellos y la recomiendo mucho) facturamos el equipaje sin problemas, dimos una vuelta por el aeropuerto hasta la hora de embarcar, y lo hicimos sin retrasos una vez más.

La vuelta dura, como siempre que se acaban unas vacaciones, pero contentos por haber conocido otro país fascinante que no está explotado turísticamente de momento, y contentos porque todo nos ha salido muy bien otro vez más.

Ahora dura vuelta al trabajo y sin pausa a preparar el siguiente destino, con la misma ilusión como cuando preparé el de Sri Lanka.

Aayubowan, Sri Lanka!!!!

2 comentarios:

  1. Gracias por mostrarnos vuestro viaje, bonito y practico reportaje, nosotros lo haremos este Agosto, aun tenemos muchas dudas... a ver que tal sale todo.
    Saludos

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    1. Hola Jose Luis,

      Muchas gracias por pasarte por aquí y me alegro que te haya gustado el post.

      Seguro que vuestro futuro viaje en agosto irá genial, ya que es muy díficil salir decepcionado de un país como Sri Lanka. Todas las dudas que tengas puedes hacermelas llegar tranquilamente que con mucho gusto intentaré resolverlas todas.

      Un saludo!

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