Maravillosa y exótica Estambul, único país en el mundo que ocupa dos continentes a la vez, es el puente entre Europa y Asia.
Pero la antigua Constantinopla, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es una ciudad rica culturalmente y que hay que visitar tranquilamente, ya que cada rincón es una maravilla.
FECHA: Noviembre 2.011
DÍAS: 3
DOCUMENTACIÓN NECESARIA
DNI
Pasaporte con mínimo 6 meses de validez, y para ciudadanos de la Unión Europea hace falta visado. En el momento de mi viaje, simplemente se compraba la pegatina del visado a la llegada al aeropuerto en una ventanilla bien señalizada, y su precio fue de 15 € por persona.
Muy importante y a tener en cuenta que a partir de Abril de 2.014 ésta opción de tramitar el visado a vuestra llegada al aeropuerto ya no será posible, ya que todo viajero que quiera visitar el país deberá tramitar el visado online a través del siguiente enlace Visado Turquía, dónde se tramitará a través de su web. Se puede pagar con Visa y su coste actual es de 20 $ por persona.
De esta manera, simplemente entregarás el e-visado a tu llegada al país tras recibirlo por mail con anterioridad cuando tramitaste el visado en su momento, facilitando la larga burocracia y ahorrando muchas colas y tiempo, y sin preocuparte de no tener moneda del país para pagarlo.
ACTUALIZACIÓN: Según algunos viajeros que han visitado el país durante el 2.015, todavía es posible tramitar el visado a la llegada al aeropuerto de la ciudad sin necesidad de tramitar el visado online, aunque en este caso su precio es de 25 € por persona.
De todas formas, os sigo recomendando que en la medida de lo posible, tramitéis el visado online ya que es más cómodo, barato y a la llegada al país las colas en inmigración serán más rápidas.
OTROS DATOS DE INTERÉS
IDIOMA: Se habla el turco como lengua oficial, aunque el inglés lo hablan en zonas turisticas, así como el español en algunos comercios.
MONEDA: La moneda es la Lira, escrito TL. En el momento del viaje, 1 € = 2,75 TL
TARJETAS: Se acepta el pago con tarjetas en cualquier lugar. No hay problemas para sacar dinero en cajeros automáticos.
GUIA DE VIAJE: Como siempre será la Lonely Planet, en éste caso Guias de Ciudades de Estambul.
TELEFONO: Hay cobertura de teléfono en todo el país, pero conviene tener contratado el roaming. Lo mejor es llamar desde locutorios o bien comprar una tarjeta telefónica internacional en cualquier kiosco o estanco, siempre mucho más barato que usar el móvil.
INTERNET: Prácticamente en cualquier lugar hay ciber-cafés para conectarse y en la mayoría de alojamientos disponen de wifi gratuito.
SEGURIDAD: País 100% seguro, aunque siempre hay que ir con precaución y con sentido común.
VACUNAS: No hay ninguna vacuna obligatoria.
ELECTRICIDAD: El voltaje es de 230 V a 50 Hz y no hace falta adaptador para los enchufes.
DIFERENCIA HORARIA: + 1 hora respecto a España.
RELIGIÓN: Mayoritariamente musulmanes.
PRESUPUESTO DEL VIAJE
DESGLOSE DEL PRESUPUESTO IMPORTE
VUELO BCN - ESTAMBUL con Swiss Air 107,00 €
ALOJAMIENTO 75,00 €
TICKETS 45,00 €
OTROS (COMIDAS, COMPRAS, GASTOS PERSONALES,..) 125,00 €
Total Presupuesto por Persona 352,00 €
EL ITINERARIO DEL VIAJE
TRANSPORTE
ALOJAMIENTO
Hotel California. Después de mirar alojamientos en toda la ciudad que cumplieran todos los requisitos que buscaba (bueno, bonito, barato, céntrico y bien comunicado) finalmente encontré este pequeño hotel boutique Hotel California, ubicado en Çemberlitas, en el viejo Sultanahmet.
Alojamiento céntrico (con parada de tranvía en la calle paralela), en una zona tranquila y llena de restaurantes y comercios, incluso con un supermercado Spar en la esquina, y a 5 minutos caminando de la Mezquita Azul.
Reservé a través de la página de Booking dónde me alojé en una habitación con dos camas, baño privado y desayuno incluido, por 25 € la noche. Habitación normal y limpia, ha sido una forma económica de alojarme y no compartir habitación con nadie.
Recomendable si vas con presupuesto ajustado.
LO MEJOR DEL VIAJE
* Sin duda, el ambiente de la ciudad y toda la historia que se respira. Es una ciudad bonita y la gente es muy agradable.
TRANSPORTE
ALOJAMIENTO
Hotel California. Después de mirar alojamientos en toda la ciudad que cumplieran todos los requisitos que buscaba (bueno, bonito, barato, céntrico y bien comunicado) finalmente encontré este pequeño hotel boutique Hotel California, ubicado en Çemberlitas, en el viejo Sultanahmet.
Alojamiento céntrico (con parada de tranvía en la calle paralela), en una zona tranquila y llena de restaurantes y comercios, incluso con un supermercado Spar en la esquina, y a 5 minutos caminando de la Mezquita Azul.
Reservé a través de la página de Booking dónde me alojé en una habitación con dos camas, baño privado y desayuno incluido, por 25 € la noche. Habitación normal y limpia, ha sido una forma económica de alojarme y no compartir habitación con nadie.
Recomendable si vas con presupuesto ajustado.
LO MEJOR DEL VIAJE
* Sin duda, el ambiente de la ciudad y toda la historia que se respira. Es una ciudad bonita y la gente es muy agradable.
* La cantidad de rincones impresionantes que dispone la ciudad, empezando por la maravillosa Santa Sofía y la Mezquita Azul, y acabando por las calles laberinticas de Üskudar.
* La amabilidad y amistad de la gente, siempre dispuestos a charlar amistosamente contigo sin pedirte nada a cambio y sin ser muy pesados.
* Lo bien y barato que funciona el transporte público de la ciuydad, y es que a pesar de utilizarlo solamente para trasladarme al aeropuerto, lo he encontrado muy cómodo, eficiente y barato.
* Lo sabrosas y ricas que están las especias, frutos secos y té comprados en Estambul, y es que cada vez que cocinaba en casa con especias compradas en el Bazar Egipcio, es como si me transportara de nuevo a la ciudad a través del paladar y los sabores de Estambul.
LO PEOR DEL VIAJE
DÍA 1.- BARCELONA - ESTAMBUL
Después de mi vuelta del viaje a Perú, y aprovechando que todavía tengo algún día suelto de vacaciones, aprovecho para visitar Estambul, una ciudad que hacía mucho tiempo que le iba detrás y que le tenía muchas ganas, pero nunca encontraba vuelos a precios decentes, hasta que por fin, a finales de noviembre y poco antes del Puente de la Constitución, he podido encontrar vuelos y alojamientos bastante bien de precio.
Mi vuelo con la que personalmente pienso que es la mejor compañía de Europa, Swiss Air, sale de la T1 de Barcelona a las 09:45h con destino Zurich, y tras una breve escala de una hora, a las 12:40h volvemos a partir con destino Estambul, llegando finalmente a las 16:30 horas al aeropuerto de Atatürk, en un vuelo muy cómodo y muy puntuales.
Solamente salir del avión, lo que más recomiendo es no entretenerse y salir rápido hacia las ventanillas dónde se compra la pegatina para el visado, y después hacer fila para que te estampen el visado, ya que las colas que se forman allí son bastante largas y muy lentas, y se puede perder muchísimo tiempo.
Una vez fuera y con el equipaje en mano, cambio lo justo para obtener mis primeras liras turcas para el transporte público y poder llegar a mi alojamiento, dónde dependiendo de la ubicación de vuestro alojamiento, hay diferentes formas y precios para llegar.
En mi caso, mi alojamiento está ubicado muy cerca de la zona de Sultanahmet, así que como casi siempre, me decido por el transporte público, una forma muy fácil, rápida y barata para llegar.
A mano derecha de la terminal de llegadas del aeropuerto, caminando por el interior del aeropuerto, se ubica la estación de metro de Havalimani, aeropuerto en turco. Antes de subirte y coger la línea M1 (roja) hay unas máquinas expendedoras dónde venden los jetones, que son unas fichas magnéticas que se deberán depositar una vez subas al metro, y cada Jetón cuesta 2 liras.
Hay que tener cuidado al comprar los jetones en las máquinas expendedoras porque algunas colas de gente solamente es para comprar la Instanbulkart, que es una tarjeta monedero dónde te sirve para coger el metro, el tranvía, el barco e incluso el funicular, ya que toda la red de transporte de la ciudad está integrada en la misma Instalbulkart, los precios de los trayectos son más baratos y no tienes que preocuparte de comprar jetones ya que la tarjeta se puede recargar tantas veces como quieras.
Si vas a utilizar el transporte público muy a menudo es una muy buena opción, aunque si te gusta patear las ciudades como a mi, tampoco se le saca mucho beneficio, es cuestión de valorarlo.
Después de este inciso, cojo el metro en Havalimani con dirección Aksaray, y hago transbordo en la estación Zeytinburnu, lugar desde dónde parten los tranvías de la ciudad, dónde en mi caso cojo la línea TR1 (Azul) con destino Kabatas, dónde 20 minutos después me bajo en la parada Çemberlitas, una ubicación muy céntrica dónde prácticamente al doblar la esquina se encuentra mi alojamiento, el Hotel California, un tranquilo hotel boutique cómodo y limpio, equiparable a un 3 estrellas en España, y suficiente para mi estancia, aunque lo mejor es su céntrica ubicación, ya que está a tres minutos caminando de Sultanahmet, y a poco más de cinco minutos del Grand Bazar.
Estambul está separada y diferenciada por diferentes barrios, dónde os detallo los más importantes:
SULTANAHMET: Es la zona turistica de la ciudad por excelencia, y dónde más turistas encontrarás a cualquier hora del día. En esta zona destaca Santa Sofía, la Mezquita Azul y la Cisterna de Yerebatán.
ÇEMBERLITAS: En esta céntrica zona (dónde tengo mi alojamiento), destaca el Gran Bazar, el Mercado Egipcio de las Especias, Beyazit, la Universidad de Estambul y la Mezquita de Suleymaniye.
BEYOGLU: Cruzando el Puente de Galata, podremos observar la actividad de las decenas de pescadores que se situan en el Puente a cualquier hora del día, así como visitar la Torre de Galata, y ver los maravillosos atardeceres sobre el Bósforo.
EYÜP: Es el barrio musulmán por excelencia de la ciudad, ya que aquí se encuentra la Mezquita y Mausoleo de Eyüp Ensari, compañero y adalid del profeta Mahoma. En la colina de esta zona se encuentra el Café de Pierre Loti, desde dónde se obtienen una de las mejores panorámicas de toda la ciudad.
Después de realizar el check in en el hotel y como en esta época del año anochece muy pronto, salgo a tomarle el pulso a la ciudad, dónde me voy caminando hacia Sultanahmet, dónde se encuentra la parte más turística de la ciudad.
Como a estas horas todas las visitas turisticas ya están cerradas, simplemente paseo por los exteriores sin prisas, a partir de mañana empezaré a visitar la ciudad en profundidad.
Después de una primera toma de contacto con la bonita ciudad de Estambul, y como son ya las 21h de la noche, voy caminando de nuevo hacia mi alojamiento, dónde me paro en un pequeño restaurante para cenar, dónde ceno mi primer kebab de cordero del viaje, que están deliciosos y son muy baratos.
Después de cenar, sigo paseando sin prisas por la zona de Çemberlitas, dónde los comercios y las famosas tiendas de delícias turcas ya están cerrando, hasta que llega la hora de irse a descansar, ya que el día ha sido muy largo, y necesito descansar para explorar la ciudad a fondo.
Como me suele pasar en todos los países que visito, pero sobretodo en los países asiáticos y musulmanes, lo mejor es la amabilidad y la simpatía de su gente, que me hacen sentir muy agusto en todo momento.
Sobre las 23h estoy llegando a mi alojamiento, dónde después de ojear un poco la guia de la ciudad, caigo dormido en los brazos de morfeo, deseando que llegue el día siguiente para visitar la ciudad.
DÍA 2.- ESTAMBUL
Después de una buena ducha, a las 08:00h en punto ya estoy en el comedor para empezar a desayunar. El buffet libre se compone de cereales, aceitunas y otras delicias turcas, así que como no me entusiasma mucho, pico algo y por el camino ya buscaré alguna pastelería dónde desayunar en condiciones.
La primera visita del día será la maravillosa Mezquita Azul, pero antes haré una parada para visitar el Hipódromo, que está justo al lado de la Mezquita Azul, dónde destaca el Obelisco de Teodosio y el Obelisco de Constantino.
Después de la breve visita al Hipódromo, decido entrar a visitar la Mezquita Azul, que abren cada día de 09:00h a 19:00h, y solamente cierran al turismo durante las horas de rezo. La entrada es gratuita.
Es muy importante tener en cuenta que para entrar hay que vestir con ropa adecuada, hay que descalzarse en la entrada (aunque te dan una bolsa de plástico para guardar tu calzado y llevarlo contigo), y las mujeres deben taparse la cabeza con un pañuelo.
Una vez dentro de la Mezquita Azul, lo primero que te recibe es un fuerte olor a pies que te tira para atrás pero que de seguida te acostumbras, aunque para las personas más pulcras o que le molesten mucho según qué olores, os recomiendo llevaros un pañuelo en el cuello impregnado con algo de perfume o colonia, para así aliviar un poco el primer impacto solamente entrar.
La primera reacción una vez en su interior es la de asombro y sorpresa al ver los más de 20.000 azulejos de Iznik que componen la Mezquita Azul, también llamada Sultanahmed Camii y que fue construida entre los años 1.609 y 1.616 por el Sultán Ahmed I, siendo sus dimensiones de 23 metros de diámetro y 43 metros de altura.
Pero lo que realmente impresiona de verdad son sus vidrieras y su enorme lámpara que cuelga del techo.
Es una visita para realizarla sin prisas, disfrutar de cada uno de sus rincones y saborearlo.
Al acabar la visita hay un señor en la puerta de salida sentado con una urna, sugeriendo donativos para el mantenimiento de la Mezquita, aunque en ningún caso es obligatorio.
Una vez fuera, y viendo que toda la gente que sale se dirige hacia Santa Sofía, decido prescindir de la visita por hoy a esta última y hacerla mañana con más calma, así que me voy en dirección a Çemberlitas, dónde decido hacer una breve visita al Gran Bazar de Estambul, pero hay tal cantidad de gente que decido postponer la visita para otro momento y meterme en las estrechas calles adyacentes del Gran Bazar, dónde se realiza un mercadillo al aire libre, dónde se vende desde frutas y verduras hasta libros, siendo éste último la parte más interesante de todo el mercado, ya que hay una gran cantidad de libros antiguos, lástima que la mayoría son en árabe.
Un mercado muy auténtico y al que recomiendo visitar a todo el mundo, y que está próximo a la Universidad de Estambul.
Continuo caminando hasta llegar al barrio de Eminönü, dónde llego a uno de los mercados más antiguos de todo Estambul, el famoso Misir Çarsisi o más conocido como el Bazar Egipcio o el Bazar de las Especias, el lugar ideal para comprar dulces, frutos secos y todo tipo de especias.
Está abierto de lunes a sábado de 09:00h a 19:00h, y los domingos está cerrado.
En este lugar no pude evitar hacer las primeras compras del día, dónde pude hacerme con diferentes especias para cocinar que tanto me gustan, así como varios tipos de té y frutos secos.
Los vendedores son muy amables, algunos inclusos hablan español (gracias al turismo) y se puede pagar con Visa sin comisión alguna.
La verdad es que la visita es una delicia para los cinco sentidos y personalmente, es el lugar más recomendable de toda la ciudad para este tipo de compras.
El Mercado de las Especias lo encontraréis fácilmente porque está a escasos 300 metros del Puente Gálata y casi enfrente de dónde salen los cruceros hacia el Bósforo.
Tened cuidado porque tiene seis entradas diferentes, y es posible que no salgáis por el mismo sitio por el que habéis entrado.
Justo al lado de la salida, hay unos cuántos tenderetes de comida, dónde destacan las paradas de pescado fresco y el de aceitunas, y dónde muy amablemente no paraban de ofrecerme constantemente para que las desgustara totalmente gratuitas.
Una vez visitado los mercados, la siguiente visita es la Mezquita Nueva o Yeni Cami, justo al lado del Mercado de las Especias y antes de cruzar la carretera para dirigirse al Puente de Gálata.
Es una mezquita que tiene más de 400 años, es visible desde casi cualquier punto de la ciudad, y su horario es de 07:00h de la mañana hasta el anochecer, y la entrada es gratuita.
Es muy recomendable de visitar porque es muy bonita, y a pesar de visitarla en hora que estaban rezando, nadie me invitó a salir y con total discrección pude visitar su interior y presenciar sus oraciones.
Ahora si que cruzo al otro lado de la carretera a través de un paso subterráneo dónde está todo lleno de pequeños comercios y muchísima gente agolpada allí, que hace que caminar por allí sea muchas veces bastante díficil.
Ante el dilema de si cruzar el Puente Gálata ahora o realizar un crucero por el Bósforo a través de las diferentes compañías que allí se encuentran, finalmente me decidí por hacer el crucero primero antes de comer porque está a punto de zarpar y porque el cielo está bastante tapado y amenaza lluvia, así que mejor decido aprovechar ahora.
Después de mirar varias compañías, mirar rutas y comparar precios, me decido coger uno que está a punto de zarpar desde el Bosphorus Line Pier, un trayecto que durará unas 2 horas aproximadamente y que me cuesta solamente 5 TL (apenas 2€), y la compañía es Turyol.
Cuando subo al barco, el resto de personas están dentro refugiándose del frio pero yo decido salir a cubierta para ir haciendo fotos de todo el paisaje, dónde saldremos del continente europeo para atravesar hacia Asia y viceversa, navegando y dejando de lado la Torre Gálata, el Palacio de Dolmabahce, la Torre de la Doncella, la Fortaleza de Rumeli Hisar, el barrio de Ortakoy y sobretodo, la panorámica del barrio de Sultanahmed.
Una vez que nos adentramos en la parte asiática, algunas personas empezaron a salir a cubierta para hacer fotos, dónde pude conocer a una chica holandesa que viajaba en solitario y a dos chicos iraníes que fueron súper amables y atentos conmigo, y con los que sigo en contacto a día de hoy a la espera de aceptar su invitación para visitar su maravilloso país llamado Irán, al que le tengo muchísimas ganas.
Una vez finalizado el crucero y un poco tarde para comer, junto con la chica holandesa y los dos iraníes, nos fuimos a comer juntos por la zona de de bajo del Puente de Gálata, que aunque los restaurantes están muy enfocados al turismo, todavía se puede comer y beber a precios decentes en alguno de sus restaurantes, aunque conviene mirar bien y comparar si no quereis tener sorpresas.
Después de la comida, nos intercambiamos nuestros correos para permanecer en contacto, y nos fuimos separando para seguir visitando la ciudad cada uno por su lado.
Es momento de cruzar el Puente de Gálata, quizá uno de los mustsee o highlight de toda la ciudad, y que todo el mundo debe hacer almenos una vez en vuestra visita, ya que es muy bonito y además cobra vida en cualquier momento que lo visitéis gracias a las decenas de pescadores que se aglutinan allí en cualquier momento del día, dando un toque especial.
Las vistas desde el Puente de Gálata son muy bonitas, dónde se puede contemplar la silueta de Sultanahmed y sobretodo de la Mezquita de Süleymaniye.
Después de un largo paseo por las estrechas y laberinticas calles del barrio de Karaköy, llego a la Torre Gálata, dónde tenía intención de subir para contemplar las vistas de toda la ciudad de Estambul desde lo alto de sus 61 metros de altura, pero por desgracia a estas horas me lo encuentro cerrado, así que intentaré volver a visitarlo y subir mañana.
Para los que no quieran llegar hasta aquí andando a través de sus empinadas cuestas, podéis coger el funicular de Tünel al final del Puente Gálata y os deja en la misma puerta de la Torre Gálata, aunque yo como siempre, prefiero hacerlo andando a través de un largo paseo sin prisas, y así de paso, conocer el barrio y mezclarme con su humilde gente.
Sigo visitando el barrio a través de sus callejuelas hasta llegar al barrio de Beyoglu hasta llegar a la Plaza Taksim, que visitaré al día siguiente con más calma y con más horas de luz.
Decido deshacer mis pasos antes de que se me haga muy de noche, que en estas fechas anochece sobre las 17:30h, vuelvo a cruzar el Puente Gálata y decido volver a Sultanahmed andando, a pesar de tener el tranvía solamente cruzar el Puente y próximo a la Mezquita Nueva, pero aunque estoy cansado, prefiero ir andando.
Después de más de media hora paseando sin prisas y totalmente de noche, llego a mi alojamiento dónde decido descansar un poco.
Al cabo de un rato y pensando en salir a cenar, me apetece probar la experiencia de ir a un baño turco, aunque el más famoso de la ciudad son los baños turcos de Çemberlitas que casualmente tengo casi enfrente de mi alojamiento, pero la verdad es que me tira para atrás su alto precio, ya que cuesta unos 60€ por persona y son bastante turisticos, así que hablando con el chico de recepción me recomienda que vaya al Gedikpasa Turkish Bath, mucho menos turistico y mucho más barato.
Lo bueno de este Hamam es que es mixto (aceptan tanto a hombres como a mujeres, a diferencia del resto de Hamam), su horario es muy extenso, ya que no cierran hasta las 12h de la noche, y se encuentra en el barrio de Fatih, muy cercano a Sultanahmed.
La experiencia es brutal, aunque es cierto que al principio te temes lo peor al ver al turco de turno con su toallita atada en su cintura dispuesto a meterte una paliza y que durante el baño te coge y te va metiendo tortazos por todos lados hasta desarmarte y dejarte el último poso de tu cuerpo, pero después de 45 minutos, y cuando estás descansando mientras te estás tomando un té allí sentadito, te encuentras súper relajado y sobretodo con la sensación de estar muy limpio!
Es una experiencia que recomiendo a todo el mundo, y cuesta unos 25€ al cambio.
Cuando salí del Hamam, me volví para Sultanahmed y como no tenía ganas de meterme en uno de los muchos restaurantes bonitos que hay por toda la zona, con sus terracitas enormemente decoradas a pesar de estar a finales de noviembre, me fui a cenar un kebab en el mismo sitio de anoche mientras charlaba con el amable dueño.
Sobre las 23h de la noche llegaba de nuevo a mi alojamiento, dónde necesitaba volver a coger fuerzas y descansar para la ruta de mañana.
DÍA 3.- ESTAMBUL
Hoy no sabía si bajar al comedor para desayunar, ya que el desayuno no es nada del otro mundo, pero ya que lo tengo incluido, he bajado aunque sea para tomarme un zumo y una tostada, más tarde ya me tomaré algo en alguna cafetería.
La primera visita que tengo en mente es el Palacio de Topkapi, uno de los mustsee de la ciudad y que simboliza el poder de Constantinopla durante el Imperio Otomano hasta mediados del siglo XIX, dónde la visita se puede alargar hasta todo un día entero, así que lo mejor es visitar las diferentes estancías, destacando el Tesoro y el Harén. Su horario es de 09:00h a 17:00h en esta época del año, y su precio es de 25 TL para visitar el Palacio y de 15 TL para visitar el Harén.
Recordad que los martes está cerrado y no se puede visitar.
La mejor forma de llegar es por detrás de Santa Sofía y en un corto paseo de 10 minutos se llega sin problemas.
Pero al llegar me llevo la desilusión que la entrada está custodiada por militares y que no se permite la entrada durante el día de hoy, cuando me acerco no me dan ningún tipo de explicación aunque otros turistas que habían por allí me cuentan que hay una visita privada de alguien importante y famoso, y que de momento no se puede visitar.
Mi gozo en un pozo, porque mañana temprano abandono la ciudad y no podré visitarla, así que lo tendré que dejar para una futura visita a Estambul.
Aprovecho para visitar el cercano Parque Gülhane, un romanso de paz muy bonito y muy recomendado para descansar, así que como acabo de empezar el día y no estoy cansado, doy una vuelta rápida y me voy directo para Santa Sofia, dónde pienso que a estas horas no debe haber muchos turistas.
Santa Sofía o Aya Sofya para los turcos, es la obra maestra del arte bizantino, y puedo dar fe de ello, porque es impresionante, y de todos los monumentos que he visitado en el mundo, se encuentra seguramente en el top ten de los que más me han gustado. Sencillamente impresionante.
Distinguir Aya Sofya es muy fácil gracias a sus cuatro minaretes y a su cúpula de más de 30 metros de diámetro, que hace que sea la imagen característica de la ciudad de Estambul.
Su horario es de 09:00h hasta las 17:00h en esta época del año, y su entrada cuesta 20 TL que se compran en las taquillas del recinto.
Pero si por fuera destaca por su belleza, su interior no se queda muy atrás, y es sencillamente espectacular, destacando los mosaicos y frescos que se encuentran en la segunda planta de la basílica.
La lástima es la gran cantidad de turistas que hay ya en su interior, que aunque no se hace agobiante en ningún momento, pero si que resta belleza al lugar y a las fotografías, aunque no quiero imaginarme como debe ponerse en Semana Santa o en verano con tanta gente.
Antes de salir no hay que olvidar pasar por la Columna de San Gregorio y cumplir con la tradición de meter el dedo en el hueco del agujero y girarlo por completo mientras se pide un deseo.
Al salir de Santa Sofía, unas cuántas fotos más que aunque no estén funcionando las fuentes porque están en obras de restauración, la plaza es muy bonita.
Santa Sofía es de esos lugares mágicos dónde no desearías irte nunca, pero por desgracia todavía quedan muchas visitas por hacer y con mucha pena toca continuar.
A apenas 200 metros de Santa Sofía, se encuentra la Cisterna de Yerebatan o Yerebatan Sarnici, que es una cisterna basílica subterráneas con unas dimensiones de 140 metros por 70 metros, y capaz de abastecer hasta cien mil metros cúbicos de agua en su interior.
Pero la Cisterna de Yerebatan es realmente conocida por dos motivos, una es por el libro de Dan Brown "Inferno", dónde una trama del libro transcurre justo en este lugar, y sobretodo, porque en su interior y entre 336 columnas que componen la Cisterna, se encuentran dos cabezas de medusa, pero tranquilos que no os tendréis que volver locos buscándolas, ya que están perfectamente señalizadas en su interior para ahorrarte las molestias en buscarlas.
El horario de visitas es de 09:00h a 17:00h, estando cerrado los martes, y el precio del ticket de entrada es de 10 TL por persona. Una visita recomendable si os gusta la história.
A la salida, los propietarios de los restaurantes cercanos, que a la vez ejercen de relaciones públicas, intentan llamar la atención de todo turistas para que vayas a comer en sus restaurantes, aunque para mi todavía es muy pronto para comer.
Decido volver al Puente Gálata andando, esta vez para verlo mejor y sin prisas, dónde está lleno de personas pescando con sus cañas a modo de entretenimiento.
Al final del Puente Gálata cojo el funicular de Túnel para llegar a Istiklan Caddesi y así ahorrarme la subida, que después de la pateada de ayer las piernas las tengo un poco cargadas.
Istiklan Caddesi es la zona más moderna y comercial de toda la ciudad, dónde se respira mucha tranquilidad. Está todo lleno de comercios de todo tipo, destacando las pastelerías y las tiendas de delicias turcas.
Es una zona muy tranquila y relajada para pasear un rato por allí, y hacer un paréntesis después de visitar monumentos y mezquitas. También es un buen lugar para aprovechar para comer, ya que hay muchas cadenas europeas de comida.
Después de visitar a fondo la zona y la próxima Plaza Taksim, el auténtico corazón de la ciudad, lugar dónde acontecen las revueltas y protestas contra el gobierno turco, deshice mis pasos tranquilamente hasta llegar de nuevo a la Torre Gálata, que no pude visitar el día anterior y por lo visto hoy tampoco porque hay muchísima cola de gente, así que no tengo paciencia y quiero aprovechar las últimas horas de luz para seguir visitando otras zonas de la ciudad.
Vuelvo a cruzar el Puente Gálata caminando y despidiéndome de él, ya que mañana me vuelvo a casa y no creo que vuelva por esta zona.
Llego de nuevo a Eminönü y me relajo un poco por la zona mientras me como uno de los famosos bocadillos de caballa, muy buenos y muy baratos.
Después de dar una vuelta sin rumbo fijo antes de que anocheciera, y viendo que mis visitas a la Mezquita de Suleymaniye y San Salvador de Cora debería descartarlas por falta de tiempo (así ya tengo excusa para volver algún día a Estambul), volviendo para Sultanahmed me paré a visitar la bonita estación de trenes de Sirkeci, última parada del famoso Orient Express.
Pero la razón principal de la visita no era otra que ver un espectáculo nocturno de los Mevlevi o "derviches giradores", ya que algunas noches de la semana actúan dentro de la estación para atraer al turismo. Casualmente esa noche no había actuación, aunque después de preguntar y me dijeran que la actuación cuesta unos 40€ por persona, casi que me alegré que no hubiera actuación porque me parece un precio muy desorbitado, aunque supongo que la actuación merecerá mucho la pena.
De vuelta a Sultanahmed, me fui directamente al Kapaliçarso o Gran Bazar de Estambul, uno de los mercados más grandes y antiguos del mundo, con 22 puertas de entrada al recinto, y más de 3.600 tiendas distribuidas en más de 60 calles.
El horario es de 08:30h a las 19:30h de la tarde, y los domingos está cerrado.
En el Gran Bazar puedes encontrar de todo, sobretodo artesanía y ropa, aunque para sacar buenos precios hay que regatear siempre por todo, aunque los turcos no son para nada pesados y agresivos y con una buena sonrisa en la boca y con ganas de pasarlo bien, se puede comprar cosas a buen precio.
La verdad es que entre pasear tranquilamente, charlar con los vendedores, hacer algunas compras y aceptar tomarte alguno té con los amables vendedores que te lo van ofreciendo, se pasa la tarde volando, y cuando quise salir de allí era porque ya estaban cerrando el Gran Bazar.
De vuelta a mi alojamiento, una ducha y volví a salir en busca de un lugar para cenar, pero finalmente acabé visitando un mercadillo nocturno en los alrededores de la Mezquita Azul, y después relajadamente acabé encima de unos cojines fumando un narguile de manzana, con varios té y delicias turcas.
Después de fumarme el narguile y algunos té después, de vuelta para mi alojamiento me despedí de Santa Sofía iluminada, eran las 23:30h de la noche y aunque no había apenas turistas por la calle, en ningún momento sentí miedo ni inseguridad alguna, y aunque siempre hay que ser precavido y tener sentido común, Estambul me ha parecido una ciudad muy segura tanto de día como de noche.
Pasada la medianoche llegaba a mi habitación, dónde hice mi equipaje y guardé todas las compras que había realizado estos días, y mañana después de desayunar partiré hacia el aeropuerto.
DÍA 4.- ESTAMBUL - BARCELONA
Hoy el día no va a ser muy fructífero, ya que a las 07h de la mañana ya estoy levantado y duchado, con mi equipaje cerrado y preparado, pero como el desayuno no empieza hasta las 08h, decido irme por última vez a visitar el Hipódromo y los exteriores de la Mezquita Azul, así ando un poco después de las horas que me esperan sentado.
De vuelta al hotel, desayuno tranquilamente lo que puedo, recojo mi equipaje, pago mi cuenta y declino amablemente el ofrecimiento por parte del personal del hotel de llamarme un taxi para ir al aeropuerto, y me despido de ellos.
Si no fuera por el flojo desayuno, recomendaría muchísimo este hotel, sobretodo por su céntrica ubicación y su amable personal.
A la vuelta de la esquina tengo la parada de tranvía de Çemberlitas, dónde van pasando con mucha frecuencia, y exactamente igual que a la ida, hago transbordo en la parada de Zeytinburnu y de allí hacia el aeropuerto, dónde después de facturar sin problemas con Swiss, pasar los controles, dar una última vuelta por el moderno aeropuerto y fumarme un cigarro, partimos puntualmente a las 12:30h hacia Zurich, dónde en una breve escala de hora y media, y un poco justas porque hay que volver a pasar los controles de seguridad, partimos hacia Barcelona, dando por finalizada esta breve escapada a la bonita ciudad de Estambul, teniendo la certeza que volveré más pronto que tarde para acabar de visitar algunas zonas que me han quedado pendiente.
Hasta pronto, Estambul!!
* Lo sabrosas y ricas que están las especias, frutos secos y té comprados en Estambul, y es que cada vez que cocinaba en casa con especias compradas en el Bazar Egipcio, es como si me transportara de nuevo a la ciudad a través del paladar y los sabores de Estambul.
LO PEOR DEL VIAJE
* Disponer de tan poco tiempo para visitar esta maravillosa ciudad. Me he quedado con ganas de visitar la Mezquita de Suleymaniye, San Salvador en Chora, el barrio de Eyüp, subir a la Torre Gálata y al Café Pierre Lotti.
* Los pobres desayunos que ofrecía mi alojamiento, el Hotel California, muy básicos, escaso, repetitivo y de poca calidad. Es cierto que por 25 € la noche no se puede pedir gran cosa, pero en otros lugares dónde me he alojado incluso más barato, el desayuno ha sido mucho más generoso.
Y con esta pequeña introducción, nos vamos de visita a Estambul!
Después de mi vuelta del viaje a Perú, y aprovechando que todavía tengo algún día suelto de vacaciones, aprovecho para visitar Estambul, una ciudad que hacía mucho tiempo que le iba detrás y que le tenía muchas ganas, pero nunca encontraba vuelos a precios decentes, hasta que por fin, a finales de noviembre y poco antes del Puente de la Constitución, he podido encontrar vuelos y alojamientos bastante bien de precio.
Mi vuelo con la que personalmente pienso que es la mejor compañía de Europa, Swiss Air, sale de la T1 de Barcelona a las 09:45h con destino Zurich, y tras una breve escala de una hora, a las 12:40h volvemos a partir con destino Estambul, llegando finalmente a las 16:30 horas al aeropuerto de Atatürk, en un vuelo muy cómodo y muy puntuales.
Solamente salir del avión, lo que más recomiendo es no entretenerse y salir rápido hacia las ventanillas dónde se compra la pegatina para el visado, y después hacer fila para que te estampen el visado, ya que las colas que se forman allí son bastante largas y muy lentas, y se puede perder muchísimo tiempo.
Una vez fuera y con el equipaje en mano, cambio lo justo para obtener mis primeras liras turcas para el transporte público y poder llegar a mi alojamiento, dónde dependiendo de la ubicación de vuestro alojamiento, hay diferentes formas y precios para llegar.
En mi caso, mi alojamiento está ubicado muy cerca de la zona de Sultanahmet, así que como casi siempre, me decido por el transporte público, una forma muy fácil, rápida y barata para llegar.
A mano derecha de la terminal de llegadas del aeropuerto, caminando por el interior del aeropuerto, se ubica la estación de metro de Havalimani, aeropuerto en turco. Antes de subirte y coger la línea M1 (roja) hay unas máquinas expendedoras dónde venden los jetones, que son unas fichas magnéticas que se deberán depositar una vez subas al metro, y cada Jetón cuesta 2 liras.
Hay que tener cuidado al comprar los jetones en las máquinas expendedoras porque algunas colas de gente solamente es para comprar la Instanbulkart, que es una tarjeta monedero dónde te sirve para coger el metro, el tranvía, el barco e incluso el funicular, ya que toda la red de transporte de la ciudad está integrada en la misma Instalbulkart, los precios de los trayectos son más baratos y no tienes que preocuparte de comprar jetones ya que la tarjeta se puede recargar tantas veces como quieras.
Si vas a utilizar el transporte público muy a menudo es una muy buena opción, aunque si te gusta patear las ciudades como a mi, tampoco se le saca mucho beneficio, es cuestión de valorarlo.
Después de este inciso, cojo el metro en Havalimani con dirección Aksaray, y hago transbordo en la estación Zeytinburnu, lugar desde dónde parten los tranvías de la ciudad, dónde en mi caso cojo la línea TR1 (Azul) con destino Kabatas, dónde 20 minutos después me bajo en la parada Çemberlitas, una ubicación muy céntrica dónde prácticamente al doblar la esquina se encuentra mi alojamiento, el Hotel California, un tranquilo hotel boutique cómodo y limpio, equiparable a un 3 estrellas en España, y suficiente para mi estancia, aunque lo mejor es su céntrica ubicación, ya que está a tres minutos caminando de Sultanahmet, y a poco más de cinco minutos del Grand Bazar.
Estambul está separada y diferenciada por diferentes barrios, dónde os detallo los más importantes:
SULTANAHMET: Es la zona turistica de la ciudad por excelencia, y dónde más turistas encontrarás a cualquier hora del día. En esta zona destaca Santa Sofía, la Mezquita Azul y la Cisterna de Yerebatán.
ÇEMBERLITAS: En esta céntrica zona (dónde tengo mi alojamiento), destaca el Gran Bazar, el Mercado Egipcio de las Especias, Beyazit, la Universidad de Estambul y la Mezquita de Suleymaniye.
BEYOGLU: Cruzando el Puente de Galata, podremos observar la actividad de las decenas de pescadores que se situan en el Puente a cualquier hora del día, así como visitar la Torre de Galata, y ver los maravillosos atardeceres sobre el Bósforo.
EYÜP: Es el barrio musulmán por excelencia de la ciudad, ya que aquí se encuentra la Mezquita y Mausoleo de Eyüp Ensari, compañero y adalid del profeta Mahoma. En la colina de esta zona se encuentra el Café de Pierre Loti, desde dónde se obtienen una de las mejores panorámicas de toda la ciudad.
Después de realizar el check in en el hotel y como en esta época del año anochece muy pronto, salgo a tomarle el pulso a la ciudad, dónde me voy caminando hacia Sultanahmet, dónde se encuentra la parte más turística de la ciudad.
Como a estas horas todas las visitas turisticas ya están cerradas, simplemente paseo por los exteriores sin prisas, a partir de mañana empezaré a visitar la ciudad en profundidad.
Después de una primera toma de contacto con la bonita ciudad de Estambul, y como son ya las 21h de la noche, voy caminando de nuevo hacia mi alojamiento, dónde me paro en un pequeño restaurante para cenar, dónde ceno mi primer kebab de cordero del viaje, que están deliciosos y son muy baratos.
Después de cenar, sigo paseando sin prisas por la zona de Çemberlitas, dónde los comercios y las famosas tiendas de delícias turcas ya están cerrando, hasta que llega la hora de irse a descansar, ya que el día ha sido muy largo, y necesito descansar para explorar la ciudad a fondo.
Como me suele pasar en todos los países que visito, pero sobretodo en los países asiáticos y musulmanes, lo mejor es la amabilidad y la simpatía de su gente, que me hacen sentir muy agusto en todo momento.
Sobre las 23h estoy llegando a mi alojamiento, dónde después de ojear un poco la guia de la ciudad, caigo dormido en los brazos de morfeo, deseando que llegue el día siguiente para visitar la ciudad.
DÍA 2.- ESTAMBUL
Después de una buena ducha, a las 08:00h en punto ya estoy en el comedor para empezar a desayunar. El buffet libre se compone de cereales, aceitunas y otras delicias turcas, así que como no me entusiasma mucho, pico algo y por el camino ya buscaré alguna pastelería dónde desayunar en condiciones.
La primera visita del día será la maravillosa Mezquita Azul, pero antes haré una parada para visitar el Hipódromo, que está justo al lado de la Mezquita Azul, dónde destaca el Obelisco de Teodosio y el Obelisco de Constantino.
Después de la breve visita al Hipódromo, decido entrar a visitar la Mezquita Azul, que abren cada día de 09:00h a 19:00h, y solamente cierran al turismo durante las horas de rezo. La entrada es gratuita.
Es muy importante tener en cuenta que para entrar hay que vestir con ropa adecuada, hay que descalzarse en la entrada (aunque te dan una bolsa de plástico para guardar tu calzado y llevarlo contigo), y las mujeres deben taparse la cabeza con un pañuelo.
Una vez dentro de la Mezquita Azul, lo primero que te recibe es un fuerte olor a pies que te tira para atrás pero que de seguida te acostumbras, aunque para las personas más pulcras o que le molesten mucho según qué olores, os recomiendo llevaros un pañuelo en el cuello impregnado con algo de perfume o colonia, para así aliviar un poco el primer impacto solamente entrar.
La primera reacción una vez en su interior es la de asombro y sorpresa al ver los más de 20.000 azulejos de Iznik que componen la Mezquita Azul, también llamada Sultanahmed Camii y que fue construida entre los años 1.609 y 1.616 por el Sultán Ahmed I, siendo sus dimensiones de 23 metros de diámetro y 43 metros de altura.
Pero lo que realmente impresiona de verdad son sus vidrieras y su enorme lámpara que cuelga del techo.
Es una visita para realizarla sin prisas, disfrutar de cada uno de sus rincones y saborearlo.
Al acabar la visita hay un señor en la puerta de salida sentado con una urna, sugeriendo donativos para el mantenimiento de la Mezquita, aunque en ningún caso es obligatorio.
Una vez fuera, y viendo que toda la gente que sale se dirige hacia Santa Sofía, decido prescindir de la visita por hoy a esta última y hacerla mañana con más calma, así que me voy en dirección a Çemberlitas, dónde decido hacer una breve visita al Gran Bazar de Estambul, pero hay tal cantidad de gente que decido postponer la visita para otro momento y meterme en las estrechas calles adyacentes del Gran Bazar, dónde se realiza un mercadillo al aire libre, dónde se vende desde frutas y verduras hasta libros, siendo éste último la parte más interesante de todo el mercado, ya que hay una gran cantidad de libros antiguos, lástima que la mayoría son en árabe.
Un mercado muy auténtico y al que recomiendo visitar a todo el mundo, y que está próximo a la Universidad de Estambul.
Continuo caminando hasta llegar al barrio de Eminönü, dónde llego a uno de los mercados más antiguos de todo Estambul, el famoso Misir Çarsisi o más conocido como el Bazar Egipcio o el Bazar de las Especias, el lugar ideal para comprar dulces, frutos secos y todo tipo de especias.
Está abierto de lunes a sábado de 09:00h a 19:00h, y los domingos está cerrado.
En este lugar no pude evitar hacer las primeras compras del día, dónde pude hacerme con diferentes especias para cocinar que tanto me gustan, así como varios tipos de té y frutos secos.
Los vendedores son muy amables, algunos inclusos hablan español (gracias al turismo) y se puede pagar con Visa sin comisión alguna.
La verdad es que la visita es una delicia para los cinco sentidos y personalmente, es el lugar más recomendable de toda la ciudad para este tipo de compras.
El Mercado de las Especias lo encontraréis fácilmente porque está a escasos 300 metros del Puente Gálata y casi enfrente de dónde salen los cruceros hacia el Bósforo.
Tened cuidado porque tiene seis entradas diferentes, y es posible que no salgáis por el mismo sitio por el que habéis entrado.
Justo al lado de la salida, hay unos cuántos tenderetes de comida, dónde destacan las paradas de pescado fresco y el de aceitunas, y dónde muy amablemente no paraban de ofrecerme constantemente para que las desgustara totalmente gratuitas.
Una vez visitado los mercados, la siguiente visita es la Mezquita Nueva o Yeni Cami, justo al lado del Mercado de las Especias y antes de cruzar la carretera para dirigirse al Puente de Gálata.
Es una mezquita que tiene más de 400 años, es visible desde casi cualquier punto de la ciudad, y su horario es de 07:00h de la mañana hasta el anochecer, y la entrada es gratuita.
Es muy recomendable de visitar porque es muy bonita, y a pesar de visitarla en hora que estaban rezando, nadie me invitó a salir y con total discrección pude visitar su interior y presenciar sus oraciones.
Ahora si que cruzo al otro lado de la carretera a través de un paso subterráneo dónde está todo lleno de pequeños comercios y muchísima gente agolpada allí, que hace que caminar por allí sea muchas veces bastante díficil.
Ante el dilema de si cruzar el Puente Gálata ahora o realizar un crucero por el Bósforo a través de las diferentes compañías que allí se encuentran, finalmente me decidí por hacer el crucero primero antes de comer porque está a punto de zarpar y porque el cielo está bastante tapado y amenaza lluvia, así que mejor decido aprovechar ahora.
Después de mirar varias compañías, mirar rutas y comparar precios, me decido coger uno que está a punto de zarpar desde el Bosphorus Line Pier, un trayecto que durará unas 2 horas aproximadamente y que me cuesta solamente 5 TL (apenas 2€), y la compañía es Turyol.
Cuando subo al barco, el resto de personas están dentro refugiándose del frio pero yo decido salir a cubierta para ir haciendo fotos de todo el paisaje, dónde saldremos del continente europeo para atravesar hacia Asia y viceversa, navegando y dejando de lado la Torre Gálata, el Palacio de Dolmabahce, la Torre de la Doncella, la Fortaleza de Rumeli Hisar, el barrio de Ortakoy y sobretodo, la panorámica del barrio de Sultanahmed.
Una vez que nos adentramos en la parte asiática, algunas personas empezaron a salir a cubierta para hacer fotos, dónde pude conocer a una chica holandesa que viajaba en solitario y a dos chicos iraníes que fueron súper amables y atentos conmigo, y con los que sigo en contacto a día de hoy a la espera de aceptar su invitación para visitar su maravilloso país llamado Irán, al que le tengo muchísimas ganas.
Una vez finalizado el crucero y un poco tarde para comer, junto con la chica holandesa y los dos iraníes, nos fuimos a comer juntos por la zona de de bajo del Puente de Gálata, que aunque los restaurantes están muy enfocados al turismo, todavía se puede comer y beber a precios decentes en alguno de sus restaurantes, aunque conviene mirar bien y comparar si no quereis tener sorpresas.
Después de la comida, nos intercambiamos nuestros correos para permanecer en contacto, y nos fuimos separando para seguir visitando la ciudad cada uno por su lado.
Es momento de cruzar el Puente de Gálata, quizá uno de los mustsee o highlight de toda la ciudad, y que todo el mundo debe hacer almenos una vez en vuestra visita, ya que es muy bonito y además cobra vida en cualquier momento que lo visitéis gracias a las decenas de pescadores que se aglutinan allí en cualquier momento del día, dando un toque especial.
Las vistas desde el Puente de Gálata son muy bonitas, dónde se puede contemplar la silueta de Sultanahmed y sobretodo de la Mezquita de Süleymaniye.
Después de un largo paseo por las estrechas y laberinticas calles del barrio de Karaköy, llego a la Torre Gálata, dónde tenía intención de subir para contemplar las vistas de toda la ciudad de Estambul desde lo alto de sus 61 metros de altura, pero por desgracia a estas horas me lo encuentro cerrado, así que intentaré volver a visitarlo y subir mañana.
Para los que no quieran llegar hasta aquí andando a través de sus empinadas cuestas, podéis coger el funicular de Tünel al final del Puente Gálata y os deja en la misma puerta de la Torre Gálata, aunque yo como siempre, prefiero hacerlo andando a través de un largo paseo sin prisas, y así de paso, conocer el barrio y mezclarme con su humilde gente.
Sigo visitando el barrio a través de sus callejuelas hasta llegar al barrio de Beyoglu hasta llegar a la Plaza Taksim, que visitaré al día siguiente con más calma y con más horas de luz.
Decido deshacer mis pasos antes de que se me haga muy de noche, que en estas fechas anochece sobre las 17:30h, vuelvo a cruzar el Puente Gálata y decido volver a Sultanahmed andando, a pesar de tener el tranvía solamente cruzar el Puente y próximo a la Mezquita Nueva, pero aunque estoy cansado, prefiero ir andando.
Después de más de media hora paseando sin prisas y totalmente de noche, llego a mi alojamiento dónde decido descansar un poco.
Al cabo de un rato y pensando en salir a cenar, me apetece probar la experiencia de ir a un baño turco, aunque el más famoso de la ciudad son los baños turcos de Çemberlitas que casualmente tengo casi enfrente de mi alojamiento, pero la verdad es que me tira para atrás su alto precio, ya que cuesta unos 60€ por persona y son bastante turisticos, así que hablando con el chico de recepción me recomienda que vaya al Gedikpasa Turkish Bath, mucho menos turistico y mucho más barato.
Lo bueno de este Hamam es que es mixto (aceptan tanto a hombres como a mujeres, a diferencia del resto de Hamam), su horario es muy extenso, ya que no cierran hasta las 12h de la noche, y se encuentra en el barrio de Fatih, muy cercano a Sultanahmed.
La experiencia es brutal, aunque es cierto que al principio te temes lo peor al ver al turco de turno con su toallita atada en su cintura dispuesto a meterte una paliza y que durante el baño te coge y te va metiendo tortazos por todos lados hasta desarmarte y dejarte el último poso de tu cuerpo, pero después de 45 minutos, y cuando estás descansando mientras te estás tomando un té allí sentadito, te encuentras súper relajado y sobretodo con la sensación de estar muy limpio!
Es una experiencia que recomiendo a todo el mundo, y cuesta unos 25€ al cambio.
Cuando salí del Hamam, me volví para Sultanahmed y como no tenía ganas de meterme en uno de los muchos restaurantes bonitos que hay por toda la zona, con sus terracitas enormemente decoradas a pesar de estar a finales de noviembre, me fui a cenar un kebab en el mismo sitio de anoche mientras charlaba con el amable dueño.
Sobre las 23h de la noche llegaba de nuevo a mi alojamiento, dónde necesitaba volver a coger fuerzas y descansar para la ruta de mañana.
DÍA 3.- ESTAMBUL
Hoy no sabía si bajar al comedor para desayunar, ya que el desayuno no es nada del otro mundo, pero ya que lo tengo incluido, he bajado aunque sea para tomarme un zumo y una tostada, más tarde ya me tomaré algo en alguna cafetería.
La primera visita que tengo en mente es el Palacio de Topkapi, uno de los mustsee de la ciudad y que simboliza el poder de Constantinopla durante el Imperio Otomano hasta mediados del siglo XIX, dónde la visita se puede alargar hasta todo un día entero, así que lo mejor es visitar las diferentes estancías, destacando el Tesoro y el Harén. Su horario es de 09:00h a 17:00h en esta época del año, y su precio es de 25 TL para visitar el Palacio y de 15 TL para visitar el Harén.
Recordad que los martes está cerrado y no se puede visitar.
La mejor forma de llegar es por detrás de Santa Sofía y en un corto paseo de 10 minutos se llega sin problemas.
Pero al llegar me llevo la desilusión que la entrada está custodiada por militares y que no se permite la entrada durante el día de hoy, cuando me acerco no me dan ningún tipo de explicación aunque otros turistas que habían por allí me cuentan que hay una visita privada de alguien importante y famoso, y que de momento no se puede visitar.
Mi gozo en un pozo, porque mañana temprano abandono la ciudad y no podré visitarla, así que lo tendré que dejar para una futura visita a Estambul.
Aprovecho para visitar el cercano Parque Gülhane, un romanso de paz muy bonito y muy recomendado para descansar, así que como acabo de empezar el día y no estoy cansado, doy una vuelta rápida y me voy directo para Santa Sofia, dónde pienso que a estas horas no debe haber muchos turistas.
Santa Sofía o Aya Sofya para los turcos, es la obra maestra del arte bizantino, y puedo dar fe de ello, porque es impresionante, y de todos los monumentos que he visitado en el mundo, se encuentra seguramente en el top ten de los que más me han gustado. Sencillamente impresionante.
Distinguir Aya Sofya es muy fácil gracias a sus cuatro minaretes y a su cúpula de más de 30 metros de diámetro, que hace que sea la imagen característica de la ciudad de Estambul.
Su horario es de 09:00h hasta las 17:00h en esta época del año, y su entrada cuesta 20 TL que se compran en las taquillas del recinto.
Pero si por fuera destaca por su belleza, su interior no se queda muy atrás, y es sencillamente espectacular, destacando los mosaicos y frescos que se encuentran en la segunda planta de la basílica.
La lástima es la gran cantidad de turistas que hay ya en su interior, que aunque no se hace agobiante en ningún momento, pero si que resta belleza al lugar y a las fotografías, aunque no quiero imaginarme como debe ponerse en Semana Santa o en verano con tanta gente.
Antes de salir no hay que olvidar pasar por la Columna de San Gregorio y cumplir con la tradición de meter el dedo en el hueco del agujero y girarlo por completo mientras se pide un deseo.
Al salir de Santa Sofía, unas cuántas fotos más que aunque no estén funcionando las fuentes porque están en obras de restauración, la plaza es muy bonita.
Santa Sofía es de esos lugares mágicos dónde no desearías irte nunca, pero por desgracia todavía quedan muchas visitas por hacer y con mucha pena toca continuar.
A apenas 200 metros de Santa Sofía, se encuentra la Cisterna de Yerebatan o Yerebatan Sarnici, que es una cisterna basílica subterráneas con unas dimensiones de 140 metros por 70 metros, y capaz de abastecer hasta cien mil metros cúbicos de agua en su interior.
Pero la Cisterna de Yerebatan es realmente conocida por dos motivos, una es por el libro de Dan Brown "Inferno", dónde una trama del libro transcurre justo en este lugar, y sobretodo, porque en su interior y entre 336 columnas que componen la Cisterna, se encuentran dos cabezas de medusa, pero tranquilos que no os tendréis que volver locos buscándolas, ya que están perfectamente señalizadas en su interior para ahorrarte las molestias en buscarlas.
El horario de visitas es de 09:00h a 17:00h, estando cerrado los martes, y el precio del ticket de entrada es de 10 TL por persona. Una visita recomendable si os gusta la história.
A la salida, los propietarios de los restaurantes cercanos, que a la vez ejercen de relaciones públicas, intentan llamar la atención de todo turistas para que vayas a comer en sus restaurantes, aunque para mi todavía es muy pronto para comer.
Decido volver al Puente Gálata andando, esta vez para verlo mejor y sin prisas, dónde está lleno de personas pescando con sus cañas a modo de entretenimiento.
Al final del Puente Gálata cojo el funicular de Túnel para llegar a Istiklan Caddesi y así ahorrarme la subida, que después de la pateada de ayer las piernas las tengo un poco cargadas.
Istiklan Caddesi es la zona más moderna y comercial de toda la ciudad, dónde se respira mucha tranquilidad. Está todo lleno de comercios de todo tipo, destacando las pastelerías y las tiendas de delicias turcas.
Es una zona muy tranquila y relajada para pasear un rato por allí, y hacer un paréntesis después de visitar monumentos y mezquitas. También es un buen lugar para aprovechar para comer, ya que hay muchas cadenas europeas de comida.
Después de visitar a fondo la zona y la próxima Plaza Taksim, el auténtico corazón de la ciudad, lugar dónde acontecen las revueltas y protestas contra el gobierno turco, deshice mis pasos tranquilamente hasta llegar de nuevo a la Torre Gálata, que no pude visitar el día anterior y por lo visto hoy tampoco porque hay muchísima cola de gente, así que no tengo paciencia y quiero aprovechar las últimas horas de luz para seguir visitando otras zonas de la ciudad.
Vuelvo a cruzar el Puente Gálata caminando y despidiéndome de él, ya que mañana me vuelvo a casa y no creo que vuelva por esta zona.
Llego de nuevo a Eminönü y me relajo un poco por la zona mientras me como uno de los famosos bocadillos de caballa, muy buenos y muy baratos.
Después de dar una vuelta sin rumbo fijo antes de que anocheciera, y viendo que mis visitas a la Mezquita de Suleymaniye y San Salvador de Cora debería descartarlas por falta de tiempo (así ya tengo excusa para volver algún día a Estambul), volviendo para Sultanahmed me paré a visitar la bonita estación de trenes de Sirkeci, última parada del famoso Orient Express.
Pero la razón principal de la visita no era otra que ver un espectáculo nocturno de los Mevlevi o "derviches giradores", ya que algunas noches de la semana actúan dentro de la estación para atraer al turismo. Casualmente esa noche no había actuación, aunque después de preguntar y me dijeran que la actuación cuesta unos 40€ por persona, casi que me alegré que no hubiera actuación porque me parece un precio muy desorbitado, aunque supongo que la actuación merecerá mucho la pena.
De vuelta a Sultanahmed, me fui directamente al Kapaliçarso o Gran Bazar de Estambul, uno de los mercados más grandes y antiguos del mundo, con 22 puertas de entrada al recinto, y más de 3.600 tiendas distribuidas en más de 60 calles.
El horario es de 08:30h a las 19:30h de la tarde, y los domingos está cerrado.
En el Gran Bazar puedes encontrar de todo, sobretodo artesanía y ropa, aunque para sacar buenos precios hay que regatear siempre por todo, aunque los turcos no son para nada pesados y agresivos y con una buena sonrisa en la boca y con ganas de pasarlo bien, se puede comprar cosas a buen precio.
La verdad es que entre pasear tranquilamente, charlar con los vendedores, hacer algunas compras y aceptar tomarte alguno té con los amables vendedores que te lo van ofreciendo, se pasa la tarde volando, y cuando quise salir de allí era porque ya estaban cerrando el Gran Bazar.
De vuelta a mi alojamiento, una ducha y volví a salir en busca de un lugar para cenar, pero finalmente acabé visitando un mercadillo nocturno en los alrededores de la Mezquita Azul, y después relajadamente acabé encima de unos cojines fumando un narguile de manzana, con varios té y delicias turcas.
Después de fumarme el narguile y algunos té después, de vuelta para mi alojamiento me despedí de Santa Sofía iluminada, eran las 23:30h de la noche y aunque no había apenas turistas por la calle, en ningún momento sentí miedo ni inseguridad alguna, y aunque siempre hay que ser precavido y tener sentido común, Estambul me ha parecido una ciudad muy segura tanto de día como de noche.
Pasada la medianoche llegaba a mi habitación, dónde hice mi equipaje y guardé todas las compras que había realizado estos días, y mañana después de desayunar partiré hacia el aeropuerto.
DÍA 4.- ESTAMBUL - BARCELONA
Hoy el día no va a ser muy fructífero, ya que a las 07h de la mañana ya estoy levantado y duchado, con mi equipaje cerrado y preparado, pero como el desayuno no empieza hasta las 08h, decido irme por última vez a visitar el Hipódromo y los exteriores de la Mezquita Azul, así ando un poco después de las horas que me esperan sentado.
De vuelta al hotel, desayuno tranquilamente lo que puedo, recojo mi equipaje, pago mi cuenta y declino amablemente el ofrecimiento por parte del personal del hotel de llamarme un taxi para ir al aeropuerto, y me despido de ellos.
Si no fuera por el flojo desayuno, recomendaría muchísimo este hotel, sobretodo por su céntrica ubicación y su amable personal.
A la vuelta de la esquina tengo la parada de tranvía de Çemberlitas, dónde van pasando con mucha frecuencia, y exactamente igual que a la ida, hago transbordo en la parada de Zeytinburnu y de allí hacia el aeropuerto, dónde después de facturar sin problemas con Swiss, pasar los controles, dar una última vuelta por el moderno aeropuerto y fumarme un cigarro, partimos puntualmente a las 12:30h hacia Zurich, dónde en una breve escala de hora y media, y un poco justas porque hay que volver a pasar los controles de seguridad, partimos hacia Barcelona, dando por finalizada esta breve escapada a la bonita ciudad de Estambul, teniendo la certeza que volveré más pronto que tarde para acabar de visitar algunas zonas que me han quedado pendiente.
Hasta pronto, Estambul!!
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