22 de diciembre de 2016

IRÁN



DÍA 1.- BCN - ESTAMBUL

Comienza mi aventura iraní, un viaje de última hora después de unos meses convulsos. Esta vez no hace falta madrugar ya que mi vuelo sale a las 15:00h de la tarde desde Barcelona, viajando con la compañía Turkish Airlines y llegando al inmenso y laberíntico aeropuerto de Atatürk de Estambul a las 19:30h de la tarde, dónde tengo una larga escala de 4 horas que intento aprovechar dando una vuelta por el aeropuerto y relajándome desde su sala lounge, gracias al ser titular y cliente de AMEX.

El próximo vuelo lo tengo previsto para las 01:30h de la mañana pero finalmente salimos con un ligero retraso, cuando todos pensábamos que iban a cancelar el vuelo ante la falta de información por parte de la compañía. Me choca varias cosas mientras observo a los pasajeros de mi avión: La primera es que apenas hay turistas occidentales, lo que me reafirma que Irán todavía no es un destino muy turístico, y sobretodo me choca y me sorprende que el resto de mujeres no vayan con el pañuelo o el chador puesto, y muchas jóvenes suban al avión incluso en pantalón corto y camisetas de tirantes.


Finalmente embarcamos, nos dan una pequeña cena mientras miro una película y el resto del pasaje está durmiendo, deseando que pase rápido estas tres horas para llegar a Teherán y empezar una nueva aventura.

DÍA 2.- ESTAMBUL - TEHERÁN

Antes de las 05h de la mañana ya están repartiendo el desayuno y aprovecho para entablar conversación con mi compañera de asiento, una chica joven muy guapa y muy maquillada, iraniana de nacimiento pero con pasaporte danés, y que aprovecha para ir a visitar a la familia. Media hora antes de aterrizar en Irán se levanta de su asiento, coge una pequeña mochila y se va al lavabo (como mucha de las chicas que van en el mismo avión), y cuando regresa poco después apenas la reconozco, y es que vuelve a su asiento totalmente cubierta con un chador negro y solamente se le ven los ojos y las manos. Mis dudas en el aeropuerto de Estambul quedan resueltas cuando veo todo el movimiento que hay en el avión y la metamorfosi que ha sufrido con el vestuario de las mujeres, y es que han pasado muchas de ir en pantalones cortos y tirantes, a transformarse en fantasmas con velos negros en cuestión de minutos.

Poco después podemos escuchar por la megafonía del avión, y a través de una de sus azafatas, el siguiente mensaje: "We would like to remind all passengers that according to the law of the Islamic Republic of Iran, all women must wear head scarfs all time. Therefore, all women on this flight are requested to cover their heads now!" es decir, desde ese preciso momento todas las mujeres que se encontraran en el avión tenían la obligación de ponerse el pañuelo y taparse la cabeza.

Poco después de las 06:30h de la mañana, una vez aterrizados y despedirme de mi compañera de asiento, me dirijo lo más rápido posible por sus solitarios pasillos del aeropuerto Iman Khomeini (IKA) hacia la ventanilla del VOA (Visa On Arrival), dónde no puedo negar sentirme un poco nervioso en ese momento por si existiera la posibilidad que no tramitaran el visado en el aeropuerto y tuviera que coger el próximo vuelo de camino a casa. Nos juntamos allí todos los turistas y tal como presumía, en total somos 6 personas, de las cuales 3 de ellas somos españoles.

Una vez que se entrega el pasaporte en ventanilla, la burocracia iraní es lenta y desesperante por momentos. Primero te miran tu nacionalidad y comprueban que no tengas ningún sello raro en tu pasaporte (sobretodo el sello de Israel), después de rellenar una solicitud con todos tus datos te obligan a ir a la ventanilla de enfrente dónde obligatoriamente debes contratar un seguro de viaje que te cubra tu estancia en el país, o en su defecto, llevar tu propia póliza dónde especifique claramente estar cubierto en Irán (y la mayoría de pólizas no lo especifican y debes contratarla allí mismo). Aquí se me fueron todos los nervios debido a la anécdota que me sucedió, y es que gracias al simpático oficial que tramitaba los seguros al ver mi nacionalidad española en el pasaporte, se me queda mirando seriamente y me dice: "Tú quieres conseguir el visado para entrar en Irán?", y al sentir mi respuesta afirmativa y mi cara seria y nerviosa me suelta: "Si lo quieres conseguir, debes gritar en voz alta 5 veces Hala Madrid!!!", la verdad es que me quedé sorprendido y le dije que me lo repitiera por si lo había entendido mal por culpa de mi nerviosismo, pero al volver a repetirme lo mismo, no pude evitar ponerme a reir y seguirle el juego, así que le dije que me negaba a ello y que si quería le cantaba el himno del Barça!! Los dos nos pusimos a reir, le pagué la póliza del seguro (14 €) mientras me tramitaba toda la documentación, y nos despedimos con un apretón de manos, mientras me daba la bienvenida al país y me deseaba una feliz estancía.

Tocaba volver otra vez a la ventanilla del visado, dónde me hacen pasar a la ventanilla de al lado para hacer efectivo el pago a través de un oficial que estaba viendo por la tele una telenovela iraní mientras desayunaba, y que no le hizo mucha gracia que le molestara, y después de volver a la ventanilla del visado para entregarle el justificante de pago, me invitan a sentarme fuera hasta nuevas noticias.

Después de estar esperando 40 minutos junto a los otros 5 turistas, finalmente nos entregaron nuestros pasaportes sin problemas (conviene comprobar que nos entreguen nuestro pasaporte y no el de otra persona, ya que ellos lo entregan aleatoriamente y no comprueban a quién pertenece cada pasaporte), y después de recoger mi mochila que ya llevaba rato por allí medio abandonada, me dispongo a cambiar dinero. Es recomendable no cambiar dinero en la única oficina que hay en la terminal de llegadas, ya que el cambio es muy malo, mejor coger las escaleras mecánicas y subir a la terminal de salidas, dónde hay una pequeña oficina abarrotada de gente, donde hacen el mejor cambio que puedas encontrar por todo el país. Después de un rato esperando y abrirme paso entre empujones y codazos, cambio mis primeros 150 € (6.000.000 IRR) y no puedo evitar sentirme millonario por un rato con tanto fajo de billetes.


Lo siguiente es llegar en transporte a la ciudad, son casi las 08:00h de la mañana y no se ve ni un turista ni un occidental, y como ya me he informado que a día de hoy no llega el transporte público al aeropuerto, toca negociar y pelearse con los taxistas. Si no quieres complicarte, a la salida de la terminal a mano derecha hay un stand para contratar directamente el taxi a precio fijo, que va entre los 700mil y 850mil IRR, dependiendo del tipo de vehículo que contrates, pero como yo me niego a pagar yo solo los 25$ que me piden al cambio, intento negociar con ellos directamente pero todos me dicen que es precio oficial y no pueden bajar, y me hacen esperar para compartir el mismo taxi con algún local pero a mi me quieren hacer pagar como mínimo 500mil IRR, así que después de sentarme un rato a pensar mientras me fumo un cigarro y aparto a todos los moscones de taxistas que vienen hacia mi, y rechazar algún taxi particular que me pide el mismo precio que un taxi normal, decido meterme de nuevo en la terminal, subir las escaleras mecánicas hasta la terminal de salidas y pasando por dónde poco antes he cambiado dinero, y salir a la calle por la parte de arriba, dónde al primer taxista que veo le digo dónde quiero ir y que estoy dispuesto a pagar máximo 500mil IRR. Tengo la suerte que el taxista es un tio joven y simpático, y después de hacerse el duro por un instante me dice que suba que me lleva, lo que no sabía es que iba a participar involuntariamente en el G.P. de Persia de Fórmula 1 por el mismo precio. El taxista era un fitipaldi que le gustaba pisarle al acelerador, el coche no tenía ni cinturones de seguridad, y se metía por carreteras secundarias para esquivar los controles policiales.

Poco después se paró en una pequeña área de servicio, y sin decirle nada me compró unos pequeños dulces para desayunar y me regaló un paquete de tabaco. El trayecto entre aeropuerto y ciudad está estimado oficialmente en unos 50 minutos, y nosotros llegamos en menos de 30 minutos, le pagué los 500mil IRR acordadas (12 €), le pedí su telefono y nos despedimos con un apretón de mano.

Por fin estaba en mi alojamiento, dónde Rashed me recibió con toda su amabilidad y hospitalidad, saludé a los otros turistas que había allí alojados y me invitaron a desayunar cortesía de la casa, mientras Rashed me sacaba un mapa y me aconsejaba todo lo que podía visitar en Teherán ese mismo día. Pasadas las 09h de la mañana y sin dormir nada, me niego a quedarme en el hostel y me voy a visitar la ciudad hasta que mi cuerpo aguante, así que mapa en mano me dirijo a la estación de metro más cercana, dónde mi primera visita del día será el Grand Bazaar de Teherán.

Para llegar hasta el Grand Bazaar es suficiente con coger la línea roja del metro y bajar en la estación Panzdah-e Khordad, dónde te deja a escasos 30 segundos de la puerta principal y muy cerca del Palacio Golestan. Visitar esta zona es una explosión de colores y olores, gracias a todos los productos que podemos encontrar, sobretodo de especias y fruta.


















Al principio la gente al verme allí se quedaban una poco sorprendida, ya que no es muy normal que los occidentales y turistas frecuenten estos lugares, pero después de algunos momentos sintiéndome observado, la gente fue muy amable conmigo, algunos me saludaban con un "Salam!" y otros venían a darme la mano. Antes de meterme en el meollo y en las calles laberínticas del Grand Bazaar, decidí hacer una pausa y me fui a visitar el Palacio Golestan, situado a dos minutos caminando, un oasis de paz y tranquilidad en pleno centro de la capital del país.

Las taquillas se encuentran en la misma entrada a mano derecha, y para los turistas cuesta 150mil IRR solamente por visitar los jardines, aparte para visitar cada estancia (que hay unas cuantas) hay que pagar un ticket aparte, así que se va un buen pico de dinero si tienes intención de visitar todo el complejo. En mi caso al llegar, había unas cuántas mujeres con chador pagando la entrada general y tapaba la visibilidad de la gente que llegaba, así que me hice el sueco con la cámara de fotos y aprovechando que no me veian, me metí para adentro sin pagar! (fue la única vez que lo hice en todo el viaje, y aunque uno no se sienta satisfecho de ello, no me arrepiento porque el precio de los tickets en Irán para los turistas es una auténtica tomadura de pelo). Durante dos horas estuve visitando los bonitos jardines y la parte exterior de algún edificio, pero no llegué a entrar a ninguna estancia para no perder mucho tiempo, ya que mi prioridad era visitar otros lugares de Teherán, y también porque no me apetecía pagar entre 4 € y 5 € por cada estancia.





























Durante mi visita no pude evitar sentirme como la mayor atracción local, ya que todo el mundo que estaba por allí me pedía amablemente hacerse fotos conmigo, se interesaban por mi vida e incluso tuve que rechazar amablemente alguna invitación para ir a comer. Había leído mucho acerca de la hospitalidad iraní, pero hasta que uno no lo vive en persona no se puede hacer una idea real de lo que significa esa hospitalidad, tal y como iré comprobando durante todos los días de mi viaje.

Son cerca de las 13h y decido abandonar el Palacio Golestan y volver al Grand Bazaar en busca de algún lugar para comer, así que después de dar una vuelta buscando un lugar para hacer mi primera comida iraní, me decido por un local pequeño de kebab dónde hay bastante gente en la puerta, que suele significar que allí acude la gente local y la comida está buena, así que después de un recibimiento muy amable por parte del personal, me apañan una pequeña mesa y me como un kebab de pollo (el primero de los tantos que me comí durante el viaje) junto con una Pepsi, y pago la friolera de 45mil IRR (poco más de 1 €).


De nuevo me dispongo a visitar los tenderetes del Grand Bazaar cuando justo enfrente de la puerta principal de la entrada veo un grupo de personas amontonadas, me acerco y veo que allí la gente se reune para jugar al ajedrez, así que en cuanto me ven no dudan en hacerme un sitio con unas vistas preferentes y me retan a jugar una partida contra el ganador, así que no lo dudo y paso un rato agradable jugando al ajedrez con ellos, dónde me llevo grandes humillaciones porque no soy capaz de ganar ninguna partida. Me despido amablemente de ellos y no dudan en invitarme a pasar por allí siempre que quiera, ya que no paran de repetirme que soy muy bienvenido en Irán. Sigo visitando los tenderetes y deleitándome con sus olores y sabores.
























Doy por finalizada mi visita al Grand Bazaar, estoy empezando a estar muy cansado ya que llevo dos días sin dormir y hace muchísima calor, pero me niego a volver tan pronto a mi alojamiento. Me voy de nuevo a la estación de metro y después de comprar el ticket en la ventanilla (7.000 IRR) me bajo en la estación Taleghani, lugar dónde se encuentran los murales antiamericanos en las paredes de la antigua embajada de USA en Teherán, y famosa por la película "Argo" de Ben Afleck, inspirada en hechos reales después del ataque a la embajada por parte de la revuelta estudiantil de 1.979, el desencadenante fue el hecho de que EE.UU había dejado entrar en el país al Shah (el rey para los persas) que poco antes había abdicado y abandonado Irán, para recibir tratamiento médico en USA.

La visita a la ex-embajada no tiene nada de especial si no fuera por este componente histórico, y aunque el recinto está cerrado y ya no funciona como embajada, normalmente hay cámaras de seguridad y está prohibido hacer fotos, así que es posible que se nos acerque alguien invitándonos a marcharnos del lugar o hacer fotos desde el otro lado de la calle, o simplemente pedirnos nuestro pasaporte, por lo que se recomienda bastante discreción si vamos a visitar el lugar. En mi caso no tuve ningún problema, fui a una hora dónde apenas había gente por la calle (las 16h de la tarde y con un sol abrasador), y haciendo fotos con una cámara compacta que me iba guardando en el bolsillo disimuladamente. Sorprende que solamente salir de la estación de metro nos topemos de cara con un mural de "Down with USA" a modo de bienvenida.













Después de la visita a los murales de la ex-embajada, de nuevo cojo el metro en Taleghani hasta la estación Meydan-e-Azadi de la línea amarilla (9.000 IRR), dónde mi idea es presenciar el atardecer desde la Torre Azadi, así que antes de llegar hago un pequeño descanso, me compro una coca cola (10.000 IRR) y me estiro un rato en el césped igual que la gente local, disfrutando cada segundo de este maravilloso país.



Después del merecido descanso me dirijo a la Torre Azadi, el emblema del país, una edificación de 45 metros de altura y construida en el año 1.971 para conmemorar el 2.500 aniversario del imperio persa, y que recuerda mucho a nuestro "Pirulí" de Madrid. Durante mi visita los alrededores de la Torre Azadi estaban en obras, ya que estaban colocando un pavimento nuevo, y la subida a la Torre cuesta 200mil IRR (5 €) por turista (los locales solamente pagan 10mil), así que al ver tal diferencia de precio me pillé un rebote y decidí no subir, en todo caso ya lo haría en mi último día de viaje antes de volver a casa.







Cuando me quiero dar cuenta son casi las 20h de la tarde, así que decido coger el metro hasta la zona de mi alojamiento (Enghelab Square), doy una pequeña vuelta por los tenderetes y pequeños comercios de la zona, entablo conversación con algunas personas que vienen a saludarme y me voy caminando tranquilamente hacia mi alojamiento, parándome en una pequeña tienda que hay en la esquina para comprar agua (10.000 IRR) y desistiendo de cenar, ya que hay más cansancio y sueño que hambre.



Una vez en mi guesthouse pongo las baterías de las cámaras a cargar, me meto una reconfortante ducha, y aprovechando el wifi mando noticias a casa para avisar que he llegado bien mientras me fumo un cigarro en compañía de Rashed y otros turistas, y a las 22:30h de la noche mi cuerpo dice que ya no puede más, así que aunque hoy me toque dormir en una habitación compartida de 6 personas, no me va a importar porque estoy muy cansado. El día ha sido muy largo pero estoy feliz de como se está desarrollando todo. Mañana más!

DÍA 3.- TEHERÁN - KASHAN

A pesar de todo el sueño y cansancio acumulado, a las 06h de la mañana ya estaba despierto y preparándome para ducharme mientras los demás duermen. Poco después ya estoy desayunando un plato de frutas, algunas tostadas con mantequilla y un vaso de leche que me ha preparado Rashed, y después de pagar mi estancia y recoger mi mochila, me despido de Rashed no sin antes decirle que me reserve para mi última noche en Irán antes de volver a casa, y es que a pesar de que el alojamiento es ilegal y solamente dispone de dos habitaciones (una habitación compartida de 6 camas y otra habitación con dos camas) y que las instalaciones son pequeñas y un poco cutres, para pasar una noche está muy bien y todas las carencias quedan suplidas por la amabilidad y hospitalidad de Rashed y el resto de personal, y es que aquí todo es buen rollo y es de agradecer.

Mochila al hombro y me dirijo de nuevo a la estación de metro, dónde esta vez me dirijo hacia la estación Terminal-e Joonob de la línea roja, desde dónde parten todos los autobuses con dirección al sur del país (en caso que queráis coger un autobús para visitar el norte o este del país, hay que dirigirse a la estación Meydan-e Azady, enfrente de la Torre Azady que ya visité el día anterior por la tarde).

Solamente salir de la estación y caminar 400 metros llegamos a la terminal de autobuses, dónde nos espera una gran hilera de autobuses dependiendo de nuestro destino. Mi primera idea era visitar Qom, la segunda ciudad más sagrada de Irán y lugar de peregrinación de la religión chiita, pero entre que hoy es viernes y está todo cerrado y paralizado en el país, y que aparte de visitar la Mezquita de Qom (entrada prohibida para los no musulmanes) la ciudad carece de cualquier interés, así que pensándolo bien mi siguiente destino sería la ciudad de Kashan.



Al llegar a la estación no hace falta ir a las taquillas, es suficiente con decir a cualquier conductor nuestro destino y ellos amablemente nos llevarán a la puerta del próximo autobús que salga, solamente debemos decidir si queremos un bus normal o un bus VIP, mucho más rápidos y cómodos, y que la diferencia de precio es irrisoria para un bolsillo europeo. Mi autobús salíó al momento de llegar, a las 09:30h de la mañana y el precio del ticket se paga directamente dentro del autobús a un señor que va haciendo de revisor. Los asientos son muy anchos y abatibles, y en cada viaje van repartiendo un tentempié a modo de desayuno, en mi caso fue un zumo, un bollo y un paquete de galletas.



La anécdota fue que me tocó sentarme en primera fila con un señor mayor que no hablaba nada de inglés, y cuando pasó el revisor a cobrar el ticket, este señor se levantó y me dijo que yo no pagaba nada, que me lo pagaba él! El precio fue de 135mil IRR (unos 3,50 € aproximadamente), así que amablemente decliné su ofrecimiento porque me sentía mal y pagué mi billete y el suyo, en señal de agradecimiento. Poco después el señor me dijo que él vivía en Qom y me ofreció a quedarme un día en su casa para visitar la ciudad, pero yo ya tenía otros planes. En ese momento me explicaron que nunca hay que rechazar ningún ofrecimiento o invitación de la hospitalidad iraní, ya que es de mala educación y falta de respeto, así que me sirvió para los próximos días.

Y como curiosidad para cuando tengáis que coger un autobús o cualquier transporte en Irán, es que los hombres NUNCA pueden sentarse ni compartir asiento con las mujeres (aunque yo sea occidental o turista), ya que su religión se lo prohíbe, y como norma general las mujeres siempre son obligadas a sentarse en los asientos al final del autobús, una cosa que me chocó mucho y que no comparto para nada, pero ser mujer en Irán debe ser muy díficil por la falta de derechos hacia ellas. Yo cuando me subí al autobus intenté sentarme en un asiento al lado de una mujer y ella me dijo que no, cosa que me sorprendió, pero después vino el revisor y me hizo sitio en primera fila y a la mujer la mandó al final del autobús. Y a medio camino cuando el autobús hacia paradas para subir y bajar gente, lo mismo había asientos libres ocupados por hombres al lado, y las mujeres viajaban de pie porque no se podían sentar, y los hombres no hacian ninguna intención de compartir asientos entre ellos para dejar asientos libres para las mujeres, y cuando lo intenté hacer yo el mismo revisor no me dejó. En ese sentido me llevé un buen cabreo y me sentía mal, pero es su cultura y sus costumbres y yo no soy nadie para cambiarlas sin llevarme ninguna reprimenda. Triste pero cierto!

Tras casi tres horas de trayecto por fin llegamos a Kashan, una ciudad que me recibió con una calor insoportable, dónde la parada del autobús es en una simple rotonda en plena carretera, y dónde hay varios taxistas esperando la llegada de algún turista, en este caso yo era el único que apareció por allí y la única alternativa era negociar uno o caminar durante 20 minutos bajo un sol abrasador, así que después de negociar con uno de los taxistas, cerramos el precio en 50mil IRR hasta mi hotel, que previamente tenía reservado.

Una vez en el hotel, y como todavía no estaba preparada mi habitación hasta las 15h de la tarde, cogí un mapa y me fui a explorar la ciudad. Ubicarse en Kashan no es demasiado díficil, hay que tener en cuenta que la parte antigua de la ciudad son calles estrechas de adobe y sin nombre, y prácticamente no tendremos ningún punto para tomar como referencia, aunque lo mejor es caminar y perderse y en cualquier momento saldremos a alguna avenida principal.

Empiezo la visita por el maravilloso Bazar de Kashan, uno de los mejores que pude visitar en todo el país.












A pesar de encontrarme en una de las ciudades más tradicionales y antiguas del país, aquí es dónde más pude comprobar la hospitalidad de la gente, y es que todo el mundo se acercaba a mi para saludarme y entablar conversación, y muchos dueños de los tenderetes me ofrecían probar sus productos sin ningún compromiso de compra. La verdad es que me sentí muy cómodo aquí.

Por recomendación de unos chicos jóvenes que conocí, me fui a comer a un pequeño restaurante situado enfrente de la entrada principal del Bazar, más que nada porque ofrecían sandwichs, bocadillos y pizzas y me apetecía cambiar un poco, aunque finalmente me decanté por otro kebab de pollo y una botella grande de agua, que con la calor que hacía me bebí prácticamente de un trago. No soy muy consumidor diario de agua, pero reconozco que durante mi visita a Irán, me bebía una media de 6 litros de agua cada día, impensable para mi.

De vuelta hacia mi alojamiento para realizar el check in y para no andar por sus calles estrechas, laberínticas y contruidas de barro y adobe con la calor que hacia a esas horas del mediodía, me topé en la puerta de su casa con un matrimonio mayor y sus hijos que no dudaron en pararme, empezar a entablar conversación conmigo y a los 10 minutos ya había aceptado su invitación para entrar en su casa y tomarme un te juntos a ellos, mientras sorprendidos me preguntaban acerca de mi vida personal, mi decisión de visitar Irán y sobre la mala imagen que tiene el país fuera de sus fronteras.







Durante mi estancia en su casa pasé un rato muy agradable y en muy buena compañía, y aunque me hubiera quedado mucho más tiempo, decidí que era hora de despedirme de ellos y seguir visitando la ciudad si no quería que el tiempo se me tirara encima, así que les prometí que antes de abandonar la ciudad volvería a pasar por su casa para despedirme de todos ellos.

Por suerte mi alojamiento se encuentra en la misma calle a no más de 3 minutos caminando, así que ahora que ya empiezo a estar bien situado en la ciudad no tengo problemas para llegar a mi alojamiento, dónde realizo el check in y dejo mi mochila en mi habitación. Mi alojamiento, el Noghli Guesthouse está realmente muy bien, con un patio central con un estanque muy relajante y alrededor están las habitaciones, por la noche es muy silencioso y el personal es muy agradable, la lástima que las habitaciones individuales son bastante pequeñas, hace muchísima calor dentro de la habitación y los baños compartidos son lamentables.



Son las 17h de la tarde y sin tiempo que perder me tiro otra vez a la calle, dónde quiero empezar a visitar la ciudad antes de que cierren los lugares más turísticos. Kashan no es una ciudad muy grande y se puede visitar perfectamente en un día, el problema es que hoy es viernes y prácticamente está todo cerrado, a excepción de algún comercio, restaurante o mezquita, así que hoy no voy a poder visitar mucha cosa y mañana será un día mucho más intenso de visitas, pero aún y así me dirijo a la Masjed-e Agha Bozorg, una mezquita construida en el S. XVIII y personalmente una de las más bonitas que conocí en todo Irán. La entrada es gratuita.







Al salir de esta maravillosa obra de arte pasé por una pequeña tienda que a día de hoy todavía no he descifrado de que era que estaba situada en la misma calle, ya que dentro de un pequeño local de unos 10 metros cuadrados había una mesa con un ordenador, tres colchones de pie y algunas garrafas de agua, y estuve hablando con su propietario que estaba en la puerta. Después de estar un rato hablando con él mientras me invitaba a tomar un té y explicarle mis planes de viaje para los siguientes días, me comenta que él trabaja para los pocos turistas que llegan al país y que dispone de taxi, y no duda en sacarme la Lonely Planet en versión inglesa para indicarme que sale recomendado en ella. Como mi intención al día siguiente es visitar las cercanas poblaciones de Abyaneh y Natanz, decido quedarme otro día más en Kashan y visitarlo al siguiente día durante mi ruta antes de llegar a Esfahan, ya que el transporte público no llega hasta estas poblaciones. Le pido presupuesto y me dice que son 45$ por persona a lo que me niego de inmediato, así que después de regatear me dice que tiene dos personas más interesadas y que si comparto el taxi con ellos me lo deja en 14$, a lo que accedo encantado y quedamos para encontrarnos al cabo de dos días a las 9h de la mañana en la puerta de la tienda, situada a menos de dos minutos caminando de mi alojamiento.  Para todo aquel que se encuentre en Kashan y busque un transporte para hacer cualquier excursión, le recomiendo a Mr. Reza, una persona muy honesta y muy legal. Su telefono es el 0913 361 1136, o pasar por su tienda que se encuentra en la misma calle de la Mezquita Agha Bozorg, simplemente es decirle a dónde quieres ir y negociar con él un precio. Es totalmente recomendable y de fiar, no os va a dejar tirados en ningún momento.

Me despido de Mr. Reza y como todavía quedan algunas horas de luz, me voy a visitar la cercana Khan-e Tabatabei, una de las casas típicas y tradicionales de Kashan, y personalmente de visita obligada por tratarse de la primera que voy a visitar en el país. El ticket cuesta 150mil IRR y está permitido hacer fotografías a través de sus jardines y todas sus estancias.














La visita es totalmente recomendable por tratarse de la sorpresa de visitar por primera vez este tipo de estructuras en el país, pero durante los próximos días iré seleccionando las visitas a este tipo de construcciones y jardines por el país, ya que muchos son repetitivos, las entradas no son muy baratas y no aportan nada nuevo a las visitas anteriores. Cuando salgo de la visita ya es prácticamente de noche y mientras que hago tiempo para ir a cenar, visito una mezquita cercana llamada Shahzadeh-ye Ibrahim construida en 1.894 y dónde destaca sus coloridos minaretes, un romanso de paz y dónde me encontré muy agusto en todo momento. La entrada es gratuita y no hay problema ninguno para hacer fotos.


Ahora si que el hambre aprieta, así que decido darme un pequeño homenaje y me voy a cenar al restaurante más caro y turístico de toda la ciudad, el Abassi Teahouse Restaurant. A pesar de encontrarse a menos de dos minutos de dónde finalicé mi visita, al ser noche cerrada no consigo encontrar el restaurante y doy varias vueltas, hasta que finalmente le pregunto a un chico que había por allí y me dice que le siga, y me deja en la misma puerta, y es que no lo encontraba porque el letrero de fuera del restaurante apenas se ve de noche y para entrar al restaurante hay que meterse dentro de un callejón. Al entrar al restaurante te dejan escoger entre sentarte en una mesa normal con sillas, o bien cenar encima de un camastro, que aunque le da un toque más exótico y te evoca a esas imágenes de las mil y una noches, es un poco más incómodo, aunque acepté encantado.

Me sorprende que todo el personal del restaurante son hombres menos una chica, que tengo la suerte que sea la que me atiende a mi cada vez que necesito algo y se muestra muy amable conmigo. Me dejo recomendar por ella y decido cenar carne de camello, acompañado con abundante arroz (en Irán, pidas el plato que pidas, siempre viene acompañado de abundante arroz blanco), con pan de pita calentito que está buenísimo en Irán, y una coca cola. Además disponen de wifi gratuito para los clientes, que se agradece mientras se espera la cena para enviar fotos a los amigos. La comida y el ambiente fantástico, la única pega que le pongo es que cuando llevas un rato subido al camastro descalzo, ya no sabes ni como poner las piernas.





El importe de la cena no ha sido barato, ya que me han cobrado 230mil IRR (unos 6 € aprox.), un precio asequible para un bolsillo europeo pero bastante caro para el nivel de vida del país, y más teniendo en cuenta que se puede comer perfectamente en el país bastante bien por menos de 100mil IRR, pero al ser un lugar muy turístico (todos los touroperadores llevan a sus clientes aquí a comer o cenar), el lugar maravilloso dónde está ubicado el restaurante y la calidad de la comida, hace que el precio sea superior al resto de lugares. De todas formas, yo lo pagué encantado, y aunque tienen el detalle de invitarte a un té después de cenar, tuvieron un detalle que no me gustó mucho, y es que a la hora de pagar me tenían que devolver 20mil IRR de cambio y tal y como me lo dieron y sin comprobarlo, me lo metí en mi cartera y me fui. Mientras me estaba fumando un cigarro por la calle fuera del restaurante de camino a mi alojamiento, me vino corriendo un chaval joven y me dijo en un precario inglés que tenía que volver al restaurante que era urgente, al principio no entendía nada pero quizás pensé que me había dejado algo olvidado y me lo querían devolver, pero cuando llegué me dijo la persona que me había cobrado que si le podía enseñar el cambio que me había dado y al sacarlo comprobamos que en vez de 20mil IRR de cambio había 30mil IRR, es decir, me habían dado por error 10mil IRR de más (0,25 €) y me lo estaban reclamando. Se lo devolví sin ningún problema pero me pareció un gesto muy feo que un restaurante de ese nivel, con todo el turismo que llega cada día y que acoge, tengan el detalle de enviar a un chaval corriendo para que vaya a buscarme a la calle para reclamarme 0,25 €, aunque para compensar las molestias diré que tuvieron el detalle de regalarme un pequeño cuadro enmarcado con una foto muy bonita de Kashan, que estoy seguro que está valorado en más de 0,25 €, así que no entendía nada.

Al salir de nuevo del restaurante y camino de mi alojamiento, vi que la Masjed-e Agha Bozorg estaba iluminada de noche y se veia muy bonita, así que no dudé en entrar de nuevo a visitarla mientras veia como rezaban desde un rincón de la mezquita y sin molestar a nadie.



Al cabo de diez minutos de estar allí sin molestar a nadie se me acercó un grupo de hombres, intuyendo que me iban a meter bronca por estar allí en su hora de rezo y que estaría prohibida la entrada a los no musulmanes, pero lejos de eso me pidieron que les acompañara, me invitaron a varios té en su compañía, y me fueron explicando con todo tipo de detalles todas sus costumbres y todo lo que estaban haciendo allí.

Al cabo de un rato agradecí su hospitalidad y amabilidad hacia mi, me dijeron que era bienvenido y que volviera cuando quisiera, y me despedí de ellos. Por detalles com estos hace que valga la pena salir de casa a descubrir todos los rincones y todas las maravillas que nos ofrece nuestro planeta, y apagar la televisión y vivir estas experiencias por uno mismo. No puedo negar que me fui muy feliz y con las lágrimas en los ojos a mi alojamiento, y es que no puedo estar más encantado de haber decidido visitar este país.

De vuelta a mi alojamiento más allá de las 23:30h de la noche y cuando disponía a ducharme, no tuve narices de hacerlo por lo guarros y asquerosos baños que me encontré al llegar y sobretodo por el olor a orines tan desagradables que tiraba para atrás, así que fui a recepción a quejarme y me dijeron que no me preocupara que al día siguiente estaría todo perfecto.

DÍA 4.- KASHAN

A pesar del cansancio acumulado y la calor que he pasado esta noche, a las 06:30h de la mañana ya estaba despierto y preparándome para ducharme mientras los demás duermen. Parece ser que han limpiado a fondo los baños y están un poco decentes, lo suficiente como para ducharme antes de que vuelvan a la realidad. Después del mini desayuno en uno de los camastros a base de pan de pita, verduras y sandía (típico de países árabes), me dispongo a preparar la mochila para las visitas de hoy.



Salgo pronto del alojamiento para hacer las visitas más importantes de la ciudad con la "fresquita" para no pasar mucha calor, pero en este país hace calor a cualquier hora del día. Mi primera parada del día será al Khan-e Boruejerdi, otra de las casas típicas de la ciudad que data del año 1.857 y que está compuesto por varias estancias y por un gran patio central en forma rectangular en forma de estanque de agua. Abren a las 09h de la mañana y la entrada al recinto cuesta 150mil IRR, aunque aquí venden otro tipo de entrada que se puede combinar con los Baños Sultan Amir Ahmad.
































La visita es totalmente recomendable hacerla pronto por la mañana, antes de que se llene de turismo local y nos arruinen las fotos, así que recomendable madrugar y perderse por cada una de sus estancias. El tiempo de la visita lo marca cada persona, y en mi caso fue de más de dos horas prácticamente disfrutando de cada rincón del recinto.

Ya a mi salida empezaba a llegar gente y algún turista, pero nada importante, así que tras una breve visita a la Shahzade-ye Ibrahim que se encuentra prácticamente al lado y que ayer visité de noche, mi siguiente visita será al hotel Khan-e Ehsan, que se puede visitar aunque uno no se encuentre alojado, y dónde hay un bonito patio con un estanque central y una pequeña galería de obras y pinturas de artistas persas bastante interesante. La entrada es gratuita y no os llevará más de 20 minutos la visita.




Cuando acabo la visita me encuentro a Mr. Reza (su tienda está muy cerca del hotel Eshan, así que nos saludamos, conversamos un rato mientras nos tomamos un té que me hace sudar más (estaba ardiendo y hoy tenemos una temperatura de 42º), y confirmamos el tour para mañana camino a Esfahan. Me despido de él mientras recorro la Kamalolmolk Square y a medio camino no puedo resistirme en pararme a una heladería para refrescarme, dónde me atiende una amable señora y ante la indecisión de cual escoger porque todos tienen buena pinta, le digo en broma que me deje probar un poco de todos para decidirme, y a la señora no se le ocurre otra cosa que ponerme varias cucharaditas pequeñas de helado para que pruebe diferentes sabores. Finalmente me dejo recomendar y escojo el Faloodeh, que es el postre típico de Irán compuesto por maicena, agua de rosas, jugo de limón, mezclado con una especie de fideos chinos muy finos y pistachos... brutal!!! Me cuesta solamente 15mil IRR (0,30 €) y desde ese momento se convertirá en mi postre preferido durante el viaje.






Sigo mi camino y después de meditar si visitar el Sultan Amir Ahmad Bath, decido prescindir de la visita porque ya todo me parece prácticamente lo mismo en esta ciudad y estoy cansado de tener que pegar por todo lo que quiero visitar. Me cuesta entender como en esta ciudad, próxima al desierto y con unas temperaturas tremendas, y una de las más sagradas y tradicionales del país, las mujeres pueden soportar ir vestidas con el chador negro que les cubre prácticamente todo el cuerpo, y es que solamente cruzarme con ellas y verlas hace que mi cuerpo tenga todavía más calor.

Al final de la avenida nos encontramos la Qazi Asadollah Square, un bonito y moderno parque con columpios para niños, pero que hoy a pesar de ser sábado y no tener colegio, no se ve ni un alma por la calle, desconociendo la razón. Aquí se puede visitar la Ruin Tan House que se visita en un momento y es gratuita, y también se puede visitar el cercano America House, hoy reconvertido en hotel de lujo y dónde llegan todos los touroperadores, y dónde se puede visitar su bonito interior con estancias y estanques. Para los que no estén alojados en el hotel hay que pagar un pequeño ticket de 30mil IRR, que yo me negué rotundamente a pagar porque no me interesaba visitar más casas tradicionales ni patios.





Aprovechando que estoy por la zona finalmente me lo pienso mejor y voy a hacer mi última visita importante de la ciudad, al conocido Hamman-e Sultan Mir Ahmad, que son unos típicos baños iraníes que se encuentran justo enfrente del America House y cercano al Khan-e Borujerdi. El ticket cuesta 150mil IRR y aunque no es una visita imprescindible bajo mi punto de vista, lo más destacado es subir a la azotea con unas vistas muy bonitas de la ciudad.





Son más de las 14h de la tarde y el calor es insoportable, así que como el groso de las visitas ya están cumplidas en esta ciudad y no quiero desfallecer por esas calles, compro un par de botellas grandes de agua fresca y decido irme a mi alojamiento a descansar un rato y refugiarme de tanta calor.

Después de un merecido descanso a las 17h ya estoy otra vez en la calle dispuesto a agotar mis últimas horas en la ciudad, así que nada mejor que volver al Grand Bazaar de Kashan para ver que se cuece por allí antes de ir a cenar.

























Que diferencia de ambiente me he encontrado hoy en comparación a mi breve visita de ayer viernes, hoy está todo espectacular, la gente ha seguido siendo conmigo igual de amable y hospitalaria, no me he cruzado con ningún turista y lo he disfrutado mucho más.

Quizá lo que más me ha sorprendido es que durante mi visita dentro del Grand Bazaar se me ha acercado una chica joven para ofrecerme un tour por cualquier ciudad cercana a Kashan, y al decirle que ya tenía un acuerdo cerrado con un taxista para mañana no me ha insistido para nada, ha guardado su folleto turístico y me ha ofrecido invitarme a un té mientras conversamos mientras así practica inglés, así que he aceptado encantado y hemos estado más de hora y media conversando acerca de Irán, del papel de la mujer en el país y ha respondido amablemente todas mis curiosidades como yo las suyas. De todas formas le he pedido su teléfono por si mañana me falla mi taxista (no será la primera vez que me falla un transporte cerrado viajando por Asia) y poder llamarla a ella, o por si alguien próximamente va a viajar por Irán y se encuentra en Kashan, y necesita un tour por la ciudad o un transporte para visitar cualquier cosa, sobretodo mujeres viajeras que no se sientan seguras viajando a solas con un hombre de taxista. Su nombre es Shadi, su correo es kashan.travelguide@yahoo.com y su telefono móvil es +98 913 363 6299. Debido a que internet funciona bastante mal en Irán por la censura y que es posible que no os contesten nunca, recomiendo que si queréis poneros en contacto con ella lo hagáis por Whatsapp y os responderá encantada. No hace falta decir que yo no me llevo ninguna comisión por recomendar a Shadi, ya que posiblemente no la vuelva a ver nunca más, pero como el mundo es un pañuelo, nunca se sabe.

Salgo del Grand Bazaar cuando son más de las 20:30h de la tarde y para no complicarme mucho me voy a cenar al pequeño restaurante con cuatro mesas dónde estuve ayer comiendo, ya que se encuentra justo enfrente de la puerta principal del bazar. Todas las mesas están ocupadas y cuando hago el amago de irme, una agradable pareja de ancianos me invitan a sentarme con ellos, asi que accedo encantado. Como es imposible comunicarnos en ningún idioma, nuestra conversación se va a desarrollar con mímica y gestos, y lo primero que hace el anciano es ofrecerme de su cena hasta que pida la mia, rechazándola amablemente y ante la mirada de su señora, que va completamente tapada con su chador negro y que va comiendo despacio mientras se lleva la comida por debajo de él. A mi la verdad es que me sorprende y no comparto para nada que una mujer tenga que ir tapada incluso para cenar.

Finalmente la mesa de al lado queda libre y el dueño del local me invita a sentarme allí para estar más cómodo, dándole de nuevo las gracias a la pareja de ancianos que amablemente me invitaron a sentarme con ellos. Ceno tranquilamente un kebab de pollo en pan de pita junto a una botella grande de agua, y poco después cuando termino de cenar y me dispongo a pagar mi cuenta (80mil IRR) el matrimonio mayor me dice que no me preocupe que mi cena ya está pagada!! Al principio me niego e intento pagarle mi cena al dueño del local pero no me lo acepta, y cuando trato de darle el dinero a los ancianos que me han pagado la cena, me la rechazan amablemente, así que no puedo hacer otra cosa que darle las gracias repetidas veces y despedirme de todos.



Ya hace rato que es de noche y no quisiera llegar tarde a mi alojamiento ya que mañana me toca madrugar, así que de vuelta a mi alojamiento paso por la misma heladería y me encuentro a su dueño en la puerta a punto de cerrar, y al verme no duda en levantarse para saludarme y darme la mano y me dice que le acompañe al interior del local, y sin decirle nada me prepara una tarrina de helado con pistachos y me dice que es para mi, así que perplejo y sorprendido hago el gesto para pagárselo y llevándose la mano a su corazón me dice que no, que es un regalo para su amigo de Barcelona. La verdad es que no sé como reaccionar, me despido de él y me voy comiendo el helado por la calle mientras la gente me va saludando, y cuando me siento un rato para fumarme un cigarro antes de entrar en mi alojamiento, no puedo evitar que se me caiga alguna lagrimilla de emoción por culpa de toda la hospitalidad persa que estoy recibiendo y que me sorprende que todo esto tan bueno me esté sucediendo a mi, y encima en un país dónde todos los medios de comunicación internacionales los tachan de terroristas.

De vuelta en mi alojamiento me quedo un rato hablando con los amigos aprovechando el wifi, y sobre la medianoche me voy a descansar, que ha sido un día largo y lleno de emociones.

DÍA 5.- KASHAN - ISFAHAN

Hoy he descansado un poco mejor pero a las 07h de la mañana ya estaba arriba, dónde después de una ducha y de hacer de nuevo la mochila, he estado haciendo tiempo para la hora del desayuno y a las 08:45h he realizado el check out ya que poco después había quedado con Mr. Reza para hacer el tour hacia Isfahan.

Cuando llego ya me está esperando, almenos parece una persona seria y no me deja tirado, me dice que suba a otro taxi que me llevará al encuentro con las otras dos personas y nos despedimos hasta una próxima ocasión. La verdad es que ha sido un auténtico placer conocer a personas como Mr. Reza.




Me subo al taxi y en un momento llegamos a otro lugar dónde en teoría debemos quedar todos, me dice que espere mientras llegan los demás. Al cabo de 15 minutos me viene el taxista y me dice que le ha fallado un viajero y que en total seremos dos en vez de tres personas, por lo que no tiene más remedio que subirme el precio del tour de 14$ a 30$, por lo que me niego rotundamente y le digo que ya tengo un precio pactado con Mr. Reza y que no pienso pagar más, y hago el amago de irme hasta la estación de autobuses con la mochila a cuestas, así que el taxista hace una llamada por teléfono y me dice que no pasa nada, que lo cerramos en 15$ y ya está, así que accedo sin problemas (si hubiera tenido que pagar 30$ también hubiera aceptado, pero tenía que hacer un poco de teatro). Me dice que la otra persona está llegando desde Teherán y que tenemos que esperar 30 minutos, así que por no estar allí sin hacer nada, le dejo la mochila y me voy a estirar un poco las piernas por las calles de Kashan, dónde acabo de recordar que no me he despedido de la familia que me invitó a un té en su casa el día que llegué y me voy para allá para despedirme, con tan mala suerte que no encuentro a nadie en la casa.

Cuando vuelvo me subo al taxi y nos vamos hacia una autovía, dónde esperamos al otro viajero que llega al momento y hace el cambio de vehículo y nos vamos los tres hacia Abbyaneh, situado a unos 90 kms. de Kashan a través de una carretera bastante árida. Me presento con el otro viajero, un chico tunecino pero con pasaporte italiano, que actualmente vive en Marsella y que habla bastante bien español porque estuvo un año trabajando en Buenos Aires (Argentina). Durante el viaje vamos hablando y casi hora y media después llegamos a Abbyaneh, dónde nos recibe con una temperatura mortal de 45º, y después de pasar por caja y comprar el ticket (50mil IRR), nos vamos juntos a visitar el pueblo, declarado Patrimonio de la Humanidad y dónde destacan sus construcciones en adobe rojo.














Por suerte no hay mucha gente y los únicos turistas que encontramos es a una pareja de ancianos franceses que estaban alojados en mi hotel de Kashan y que al reconocernos, nos paramos un poco a charlar e intercambiar impresiones del lugar. La visita se puede hacer en algo más de una hora dependiendo del tiempo que dediquemos a hacer fotos, y lo más destacable del lugar aparte de sus construcciones de adobe, son las simpáticas abuelitas que viven allí y que son fácilmente reconocibles porque todas van vestidas con sus chador de flores y de las que no dudan en posar encantadas para tus fotografías, previo paso por caja del cual me niego, como en todos los rincones del planeta que he visitado, y es que no me parece normal tener que pagar por hacerle una fotografía a alguien en la calle, así que se lo dejo bien claro antes de hacerla o simplemente me abstengo de hacerle fotos a esas personas que piden dinero.

El lugar es bastante curioso y es bonito para visitarlo, pero para ser sinceros, con la que está cayendo el lugar no invita a quedarse mucho rato expuestos al sol sin desfallecer, así que damos por finalizada la visita y de vuelta al punto de partida nos tomamos un par de coca colas fresquitas (30mil IRR) y ponemos rumbo hacia nuestro nuevo destino, Natanz, situado a unos 40 kms. de distancia.

Esta población no tiene mucho de especial si no fuera porque está de camino a Esfahan, y sobretodo, por la bonita mezquita que podemos encontrar, dónde es posible visitarla gratuitamente y ver a los feligreses rezar desde un rincón sin apenas molestarlos.







La visita no os llevará más de media hora y si tenéis tiempo, recomiendo hacer una parada en el camino y entrar a visitarla. Recordad que el transporte público no llega hasta aquí, así que solamente es recomendable visitarla si vais en un tour o en coche particular.

El hambre aprieta y aunque mi compi y yo le decimos al taxista que nos gustaría parar a comer algo, después de dar alguna vuelta con el coche por Natanz no localizamos ningún local abierto para comer, así que nuestro conductor nos para en una especie de panadería dónde disponen de varios hornos grandes y hacen un pan en tiras que está buenísimo, muy parecido al naan de India y en el que tres inmensas tiras de pan nos cuestan la friolera de 5.000 IRR. El pan estaba calentito y muy bueno, que nos fuimos comiendo en el coche de camino a Isfahan y al llegar ya nos buscariamos la vida para comer.



Antes de llegar a Isfahan nos paramos en una gasolinera a repostar, en nuestro caso como en la mayoría de vehículos del país, en vez de funcionar con gasolina lo hacen con gas, aunque lo más curioso es el sistema que utilizan de repostaje, ya que hay que dejar el motor encendido, bajarse todos del coche y dejar el maletero abierto. Realmente muy curioso y que jamás había visto en ningún otro país.


Son cerca de las 15h de la tarde cuando estamos entrando en Isfahan, más conocida como "la mitad del mundo" por su ubicación en el mapa, y personalmente, una de las ciudades más bonitas que jamás he visitado. Primero dejamos a mi compañero en su alojamiento, que a pesar de no llevar reserva previa, prefirió que lo dejáramos allí, dónde intercambiamos nuestros teléfonos y nos despedimos con la voluntad de volver a coincidir durante el viaje. Poco después el taxista me dejaba en la esquina de mi alojamiento, el Iran Hotel, un bonito alojamiento céntrico y con un personal muy amable y hospitalario, que a la postre se convertiría en mi mejor alojamiento durante todo el viaje. Lo bueno de este alojamiento es que lo regentan dos hermanos que estuvieron viviendo mucho tiempo en Canadá y que hablan perfectamente inglés, así que son muy útiles para recibir recomendaciones o simplemente entablar una conversación con ellos acerca del país.


Hago el check in sin ningún problema, dejo mi equipaje en mi habitación doble, me hago con un mini plano de la ciudad y me voy en busca de algún lugar para comer, dónde no tengo problemas porque en la misma calle de mi hotel está lleno de locales de todo tipo, ya que es una calle muy comercial y muy animada de gente a cualquier hora del día.

Después de comer y sin tiempo que perder quiero hacer una primera aproximación a uno de los lugares más importantes de la ciudad, la Naqsh-e Jahan Square, la plaza más importante del país y la segunda más grande del mundo solamente por detrás de la Plaza Tiananmen de Pekín. Se empezó a construir en el año 1.602 y en 1.979 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, aunque también es conocida como la Plaza Real o la Plaza del Imán Jomeini. El lugar es enorme, rodeada de pórticos en los laterales llena de tiendas de especias y alfombras, y franqueada por tres monumentos impresionantes: de frente la Mezquita del Shah, en un lateral el Palacio Ali Qapu, y en el otro lateral la Mezquita Sheikh Lotfollah, sin olvidarnos que en el otro extremo de la plaza se encuentra el maravilloso Bazar de Isfahan.

A día de hoy y después de visitarla en profundidad, puedo asegurar que es el lugar más bonito y más mágico que he visitado jamás en mi vida viajera sin riesgo de equivocarme.


Desde mi alojamiento hasta la  Plaza Naqsh-e Jahan tendré unos 15 minutos caminando a paso normal, almenos el primer día (ya que en los días posteriores descubrí otro camino más corto que me hacía estar en el mismo lugar en poco más de 5 minutos), así que después de cruzar un pequeño bazar lleno de joyerías de alta gama y rechazar amablemente por el camino algún ofrecimiento para entrar entrar en alguna tienda de alfombras o tomar un simple té, una vez que puse por primera vez los pies en la Plaza del Imán Jomeini entrando por un lateral de la Mezquita del Shah, mi primera impresión fue quedarme boquiabierto y sorprendido ante impresionante belleza arquitectónica. Son momentos que no sabes ni para dónde andar, ni por dónde moverte ni tan solo articular ninguna palabra ante tal maravilla, así que lo mejor es sentarte en cualquier sitio durante un rato, impasible, mirando a todos lados y disfrutar de todo lo que tienes delante de ti. Y eso que solamente son las 17:30h de la tarde, pero el ambiente ya es espectacular con gente paseando, los niños jugando a pelota, los jóvenes tirados en la hierba de los jardines conversando y haciendo picnic, y los pocos turistas que hay en la ciudad aprovechan las últimas horas de sol para inmortalizar en sus cámaras estas maravillas.









La verdad es que me siento muy cómodo en el lugar aunque no quiero recorrerlo hoy en profundidad porque tengo más de dos días todavía por delante, y prefiero disfrutar del momento. La gente me saluda, muchos me ofrecen comida y bebida de sus picnic, otros me piden fotografiarse conmigo y los más jóvenes y curiosos se acercan para entablar conversación conmigo, todo el mundo es muy amable. Al cabo de un rato se me acerca un chico y empezamos a conversar, primero de cosas generales, después sobre nuestros respectivos países, de fútbol (es un gran fanático y muy buen entendedor de fútbol), hasta que nos damos cuenta que llevamos algo de más de dos horas conversando tranquilamente y como si nos conocieramos de toda la vida. Su nombre es Amir y tiene 25 años, es ingeniero aeronáutico aunque actualmente trabaja en el Bazar de Isfahan en un negocio de antigüedades regentado por su padre. Desde ese día, Amir se convirtió en un hermano para mi.

Más tarde me cruzo con un chico canario (el primer español que me encuentro en todos estos días), conversamos un poco y después conozco a Fatemeh, una encantadora chica que es profesora en la Universidad de la ciudad y que casualmente era una de las profesoras de mi amigo Amir, así que se une a nuestra conversación y me pide por favor si le puedo rellenar un cuestionario para un trabajo de investigación de la universidad acerca de los extranjeros que visitan Irán, así que acepto encantado.

Poco a poco se va uniendo más gente y no paro de fotografiarme con todo el mundo, incluso intercambio telefonos y correos con algunos jóvenes que no dudan en invitarme a varias fiestas particulares que están organizando para los próximos días, y que acepto encantado! Me sorprende mucho la hospitalidad de la gente y no me puedo creer todo lo que me está sucediendo.




Empieza a caer la noche y la plaza Naqsh-e Jahan se vuelve más maravillosa todavía con todos los edificios iluminados, el ambiente es espectacular y la gente no deja de ofrecerme comida y bebida de sus picnics. Me despido de Fatemeh que se tiene que ir ya pero quedamos para volver a vernos al cabo de dos días en el mismo sitio por la tarde, y sobre las 21h de la noche cuando voy a despedirme de mi amigo Amir, me dice que nos vemos mañana a las 10h de la mañana en la puerta del Bazar de Isfahan, pues ha llamado a su padre por telefono y le ha dicho que no volvía a trabajar esa tarde porque estaba con un amigo español, y además su padre le ha dado libre los próximos dos días para que me enseñe a fondo la ciudad y me haga de guia personal!! La verdad es que yo estaba flipando y no me lo podía creer, pero antes de aceptar su propuesta le dije que mañana quería ir a ver a su padre y hablar con él para comprobar que todo fuera verdad, así que nos despedimos hasta mañana a las 10h.

Antes de volver al hotel aprovecho para hacer algunas fotos nocturnas de este maravilloso lugar.






Después de estar haciendo algunas fotos un poco decentes de noche y de camino a mi alojamiento, me paro en un pequeño tenderete al salir de la plaza y me compro una coca cola (20mil IRR) que me voy bebiendo por el camino mientras me fumo un cigarro, hasta que llego a la calle comercial de mi hotel pero no encuentro mi alojamiento, así que después de preguntar a varias personas y que cada uno me indicaran más lejos todavía (la típica gente local que quiere ayudar y quedar bien y al final te desorientan más todavía) hasta que un alma caritativa me acompaña hasta la misma puerta de mi alojamiento, ubicado a dos calles de dónde estaba inicialmente.

Antes de subir para mi habitación y viendo que son casi las 23h de la noche y hay mucho ambiente por la calle, decido ir a cenar algo cerca y me meto en una especie de pizzeria persa, dónde no puedo evitar ser la gran atracción local entre toda la gente que hay allí y no tengo más remedio que fotografiarme con todo el mundo mientras espero mi pizza, aunque almenos me sirvió para hacer una bonita amistad con una chica iraniana de nombre Bahrami, estudiante de Derecho en un mundo tan machista y sin apenas derechos para la mujer, y que ella quería intentar erradicar en la medida de lo posible en un futuro, así que me encantó conocerla y a día de hoy todavía mantenemos contacto.



Termino de cenar y pago mi pizza y mi Pepsi (140mil IRR), unos 3,5 € y aunque es muy barato, es un precio un poco más elevado que lo que he ido pagando hasta ahora, y cuando bajo las escaleras y dispongo a irme a descansar, me vuelvo a encontrar a Bahrami con unos amigos suyos que no duda en presentarme (a las mujeres no se les puede dar la mano ni tocarlas), y me propone apuntarme con ellos a tomar algo, y aunque le digo que estoy bastante cansado insisten tanto que finalmente decido ir con ellos a un lugar cercano con la condición de recogerme pronto. Acabamos en una tetería, dónde hay varias salas separadas entre hombres y mujeres pero nunca mezclados, aunque Bahrami y dos de sus amigas parecen bastante rebeldes pese a su juventud y no dudan en mezclarse en la sala de los hombres, dónde acabamos tomando unos té muy buenos, pero que con la calor que hace queman como un demonio y no paro de sudar (las dos siguientes fotos están realizadas por Bahrami, ya que no me atreví a hacer fotos para no llamar la atención).



Hablamos de muchas cosas interesantes de nuestros países, de lo perseguidas que están las mujeres en Irán si no cumplen con el reglamento y el código del Shah y de las consecuencias que pueden tener saltarse alguna de sus normas (como la que estaban haciendo en ese momento al mezclarse con los hombres), y cuando me quiero dar cuenta ya es muy tarde, así que intercambiamos telefonos y prometo despedirme de ella antes de irme de Isfahan.

Cuando quiero entrar por la puerta de mi habitación son las 01:30h, así que después de una merecida ducha y de poner todos los cachivaches a recargar, me meto en la cama a las 02h de la mañana, dónde en menos que dura un discurso de Jomeini caigo rendido. Mañana tocan más emociones fuertes.

DÍA 6.- ISFAHAN

Hoy he descansado bastante bien aunque madrugo porque la hora del desayuno en el hotel es de 06h a 09h y no quiero aparecer cuando cierren. La verdad es que el buffet del desayuno de este hotel está genial y no tiene nada que ver a los alojamientos de días anteriores, así que los tres próximos días aprovecharé bastante por lo que me pueda encontrar en los próximos días.

A las 09h ya estoy saliendo del hotel y me voy tranquilamente de nuevo hacia la Plaza Naqsh-e Jahan, dónde hoy descubro un nuevo camino hacia allí a través de un parque con unos maravillosos jardines y de camino me voy parando a hablar con la gente que muy curiosa me hace preguntas sobre mi y me da las gracias por visitar su país.





Una vez en la Plaza Naqsh-e Jahan voy visitando los alrededores y cuando voy de camino a la puerta principal del Bazar de Isfahan oigo a un grupo de personas hablando en español, así que me hace gracia y los saludo y empezamos a hablar un rato, son 5 personas de Murcia y solamente llevan un par de días en Irán, así que cambiamos impresiones. Ellos viajan con un conductor que les lleva a todas partes pero no tienen guia, así que yo como he quedado con Amir para que me enseñe la ciudad y congeniamos bien con todos ellos, les propongo que si se quieren venir a visitar la ciudad conmigo que podemos ir todos juntos, así que aceptan encantados! Ahora solamente falta preguntarle a Amir si tiene algún problema y empezar a ver lo más importante.

Puntual como un reloj me está esperando Amir y le comento si tiene algún problema en tener más compañía, y acepta encantado. Primero de todo vamos a su tienda dentro del Bazar y yo me voy a hablar con su padre, una persona maravillosa y muy hospitalaria. Después de obtener el permiso por su parte para llevarme a su hijo sin ningún problema durante dos días, nos pusimos en marcha, visitando los alrededores de la Plaza Naqsh-e Jahan mientras Amir nos iba explicando la historia del lugar con todo tipo de detalles, mientras yo le iba traduciendo sus explicaciones a mis nuevos compañeros de Murcia.

Finalmente llegamos a la maravillosa Mezquita del Shah y justo al lado hay una pequeña tienda de alfombras dónde el dueño está en la puerta y cuando nos escucha hablar en español, nos invita a entrar a tomar un té y resulta que habla un perfecto español que ha aprendido de hablar con los turistas. El personaje en cuestión se llama Mortasa y es un cachondo, mientras nos sentamos y nos saca el té nos va enseñando y explicando un poco la elaboración de las maravillosas alfombras persas, y aunque irónicamente nos dice que le compremos alguna, no nos apreta para nada ni se enfada y acabamos hablando de cualquier tema menos de alfombras. Todo un crack y os recomiendo que paséis por su tienda aunque sea para tomar un té con él y charlar un rato.



Salimos de allí poco después y nos vamos al hotel de nuestros amigos situado a dos calles de allí, ya que a las 12h habían quedado con su conductor, así que decidimos ir a hacer las visitas en coche en vez de ir andando porque hace mucha calor y algunos lugares están un poco lejos. Cuando llegamos nos presenta a su conductor, una pasada de persona y súper profesional, y cuando vamos a por el vehículo me encuentro que tienen contratado un mini autobús, así que vamos muy amplios.

La primera visita que haremos será a la Masjed-e Jameh, o lo que es lo mismo, la Gran Mezquita de Isfahan, Patrimonio de la Humanidad, con cuatro iwanes (patio o sala abovedada), y que es una auténtica maravilla. Se puede llegar en taxi o simplemente caminando por dentro del Bazar, ya que al final de éste se encuentra la Mezquita, más o menos recorriendo algo más de un kilómetro. La entrada es gratuita o almenos nosotros no vimos a nadie para sacar ticket, así que eso ahorramos. Aunque nosotros llegamos en el momento de rezo de los peregrinos, intentamos molestar lo mínimo posible visitando esta maravilla arquitectónica.
















La Masjed-e Jameh es una visita totalmente imprescindible y que muchos viajeros se saltan al visitar Isfahan en tan poco tiempo, así que recomiendo la visita encarecidamente. Aparte de su gran belleza arquitectónica y de la amabilidad de los feligreses hacia nosotros, sorprende toda la propaganda que tienen allí (y en otros lugares del país) sobre los mártires muertos durante la guerra contra Irak.

Una vez finalizada la visita y con toda la calor que hace, no podemos evitar parar a tomarnos unos aguas y unos helados bien fresquitos que compramos a la salida y casi en el principio de la puerta del Bazar, mientras los chicos aprovechan para comprarse unos sombreros para protegerse del sol.







Salimos en busca del mini bus y una vez reunidos de nuevo nos ponemos en marcha hacia nuestra siguiente visita alejada, que no es otro que al Jolfa, más conocido como el Barrio Armenio de Isfahan. Después de unos 20 minutos de conducción llegamos y tenemos la suerte de poder aparcar a dos calles de la Catedral de Vank, nuestro destino, y que se trata de la iglesia armenia más importante de todo Irán. El ticket de la visita cuesta 200mil IRR (5€) pero son de esas visitas que uno paga encantado porque es una auténtica maravilla poder contemplar las pinturas que hay en su interior, la lástima es que no se pueden hacer fotos con flash.











Justo enfrente de la Catedral, y sin salir del recinto, podemos encontrar el interesante Museo dedicado al genocidio armenio, justo cuando se acaba de cumplir un siglo de la barbarie por parte de los otomanos (turcos) hacia el pueblo armenio y dónde murieron alrededor de dos millones de personas,



Acabada la visita nos fuimos a un bar que hay enfrente de la Catedral de Vank a recoger a algunos de los chicos que habían salido antes y nos quedamos a tomar algo, hasta que nos dimos cuenta que eran cerca de las 16h de la tarde y todavía estabamos sin comer, así que siguiendo las recomendaciones de Amir, cogimos el mini bus y nos fuimos a uno de los mejores restaurantes de la ciudad, el Restaurante Shahrzad. Más que un restaurante parece un salón de bodas y parece ser que solamente lo frecuentan personas con un poder adquisitivo medio-alto, porque la comida no está mal pero fue con diferencia la comida más cara del viaje (600mil IRR), también es verdad que no nos privamos de nada y que invitamos a comer a Amir y al conductor.



Acabamos de comer sobre las 18h de la tarde y por tanto damos por finalizadas las visitas por hoy, ya que la mayoría de lugares de interés cierran a las 18:30h de la tarde en esta época del año, así que no tenía ningún problema porque yo todavía dispongo de todo un día entero para seguir visitando la ciudad, así que cogimos el mini bus y nos fuimos de nuevo a la Plaza Naqsh-e Jahan, dónde el ambiente es maravilloso y los chicos aprovecharon para cambiar algo de dinero gracias a las recomendaciones de Amir y haciendo algunas compras en el Bazar de Isfahan.











Después de las compras y con la noche cerrada, nos despedimos de Amir que ya se tenía que ir con su padre para casa y que yo volvería a quedar con él al día siguiente a las 11h en su tienda, y los chicos tenían hambre y nos fuimos a un fastfood iraní que había en una calle perpendicular a la Plaza, dónde yo no cené porque acabando a las 18h de la tarde de comer era imposible tener hambre (pero si sed), y después de estar un rato allí nos fuimos de nuevo a la Plaza Naqsh-e Jahan y nos tiramos un rato en la hierba junto con la gente local, disfrutando relajadamente del momento y contemplando las maravillas arquitectónicas iluminadas mientras haciamos algunas fotos.





Si Isfahan a plena luz del día es una maravilla, de noche no se queda corta. Pero eran ya las 23:30h de la noche y aunque el día había estado genial y estaba muy agusto allí, tocaba hacer un pensamiento y despedirse de mis cinco nuevos amigos, ya que ellos al día siguiente dejarían Isfahan a media mañana para trasladarse a Yazd, y yo todavía me quedaría un día más en Isfahan, así que me despedí de Jose, Ginés, Wensce, Antonio y Paco, muy buena gente y maravillosas personas y que me hicieron el día muy agradable con sus anécdotas viajeras, y que el destino quiso que nos volvieramos a encontrar más adelante.

Así que después de la despedida me fui para mi alojamiento, por el camino me paré a comprar agua y a fumarme un cigarro, y pasada la medianoche estaba entrando en mi habitación, dónde después de una ducha y de repasar todo lo que quería visitar al día siguiente, por fin me metía en la cama a soñar con Khomeini.

DÍA 7.- ISFAHAN

Aunque empiezo a notar ya el cansancio del viaje y las horas de sueño perdidas (estoy durmiendo una media de 5 horas al día), hoy vuelvo a madrugar para desayunar pronto, y aunque no he quedado con Amir hasta las 11h de la mañana, antes de quedar con él quiero hacer alguna visita por mi cuenta sin prisas.

A las 08:30h ya estoy saliendo de mi alojamiento y una vez que llego a la Plaza Naqsh-e Jahan, espero impaciente que abran la Mezquita del Iman Jomeini, o más conocida como la Shah Mosque, dónde previo paso por caja y después de pagar 200mil IRR por ser turista (los locales pagan solamente 20mil IRR), me adentro a través de uno de los edificios más maravillosos que he visitado jamás a través de sus azulejos turquesas, arcos y pórticos abovedados y una calma sin apenas gente.

































La visita, a pesar de la diferencia abismal de precio entre un local y un turista, vale mucho la pena y es totalmente recomendable, lástima que la cúpula y alguna otra estancia del edificio están en obras y la visita queda un poco deslucida, pero uno no se puede ir de Isfahan sin visitar su interior. La gran sorpresa durante mi visita fue volverme a encontrar a los chicos de Murcia que estaban haciendo la visita antes de partir hacia Yazd, así que estuvimos un rato hablando y nos volvimos a despedir.

Todavía me sobraba tiempo hasta quedar con Amir, así que mi siguiente visita será la Mezquita Sheikh Loft Allah, situada en un lateral de la plaza y construida durante la dinastía de Shah Abbas, dónde previo paso por la taquilla y soltar otros 200mil IRR, me adentro a la que quizás sea mi edificio más bonito y favorito de todo mi viaje a Irán, y mira que no resulta nada fácil decidirse por uno porque la mayoría son una maravilla.










La parte de dentro de la cúpula dorada tiene un diámetro de 12 metros y lo más característico es que contiene la forma de un pavo real, simplemente hay que ponerse de pie en la puerta principal y mirar hacia la cúpula, y con los rayos de sol que entran veremos la representación de la cola de este animal.

Finalizada la visita me voy para el Bazar dónde he quedado con Amir delante de su tienda, pero parece ser que se ha retrasado porque todavía permanece cerrada la tienda, así que me compro algo de beber y me dispongo a recorrer parte del Bazar haciendo tiempo a que llegue Amir y su padre.














Cuando vuelvo al cabo de un rato ya han llegado y están montando el tenderete, así que después de saludarlos me ofrezco a ayudarles y después me siento un poco a que terminen de montar todo, mientras aprovecho para charlar con un maestro jubilado iraní que me explica un poco sus batallitas y se interesa por las cosas que le voy explicando acerca de España. Una vez que llega Amir y me pide disculpas por el retraso, inmortalizamos el momento con el jubilado, declino su invitación para comer hoy en su casa y nos vamos a recorrer parte de la ciudad.



Mientras vamos caminando y paseando por la ciudad, Amir me va explicando muchas cosas interesantes sobre Isfahan, sobre la vida cotidiana del país, hablamos de temas controvertidos como las absurdas normas del Shah, de la revolución islamista en el país, del papel de la mujer en Irán y sus mínimos derechos, de como nos ven a los turistas, pero también hablamos de fútbol, que es su gran pasión. Lo bueno de conocer a Amir es que con él se puede hablar de cualquier tema y nunca rechaza de hablar de nada, y aunque el tema pueda ser muy comprometido para él, nunca rehusa mis preguntas y siempre espera el momento y el tono adecuado para responderme. Gracias a personas como Amir, he podido conocer y comprobar lo que piensa la gente de su país y de sus sueños en un futuro. En su caso, por ejemplo, su sueño es irse a Alemania, instalarse allí y ganar mucho dinero, poder mantener a su familia (son 7 hermanos aparte de sus padres) y no volver jamás a Irán excepto en vacaciones. Yo le digo que suena muy bonito y le animo a buscarse un futuro mejor fuera del país, pero le hago ver y entender que quizás Alemania no es el país tan idílico como tienen pensado para un extranjero, pero a pesar de todo él sigue teniendo en su cabeza al país germano como el primero de su lista para un futuro no muy lejano.

Después de descansar un rato buscando la sombra tirados en el césped de un parque huyendo de un calor infernal, y dónde seguimos conversando animadamente sin descanso, es hora de seguir visitando la ciudad.


Antes de buscar un sitio para comer le digo a Amir que me lleve al impresionante Abbasi Hotel, situado muy cerquita de mi hotel, pero que me daba mucha pereza ir a visitarlo yo solo porque me daba un poco de corte que me dijeran algo (se puede entrar sin ningún problema), así que entramos y me quedo alucinado visitando el hall del hotel y sus jardines. No hace falta decir que es el hotel más lujoso de todo Irán y que todas las personalidades importantes que visitan Isfahan, se alojan aquí.




Cuando salimos del Abbasi Hotel enfrente hay una pequeña plaza dónde hay varias agencias de viajes y compañías áereas, así que aproveché para entrar en una y preguntar por el precio de un vuelo de Shiraz a Teherán para el penúltimo día de mi viaje, ya que todavía no había contratado nada, y después de mirar varias opciones, había vuelos por unos 50 € pero los horarios no se ajustaban mucho a lo que iba buscando, así que lo dejé correr y me propuse mirarlo una vez instalado en Shiraz.

Ahora si, son más de las 15h de la tarde y el hambre ya aprieta, así que me dejo aconsejar por Amir y me lleva a una cadena de comida rápida iraní que dice que le gusta mucho, que iba a menudo en su época de estudiante y que no es muy cara, así que allá vamos y resulta estar muy cerca del Si-o-se Pol (Puente Si-o-se) que visitaremos más tarde. Nos pedimos dos menús completos de kebab con patatas y bebidas, y como invité yo a comer a Amir, me costó todo 326mil IRR (algo más de 8 €). La comida está bastante bien y el local está frecuentado por la mayoría de gente joven, y una vez más no tuve más remedio que ser la atracción local y mucha gente no paraba de hacerse fotos conmigo. Tenía pinta que por ese local no van muchos extranjeros.




Después de comer y con una pereza increible por lo bien que se estaba en el local con aire acondicionado y la tremenda calor que hace fuera (alrededor de 48 grados de nada), nos fuimos a visitar el Si-o-se Pol que se encuentra prácticamente a dos minutos caminando, pero que lo hicimos en una visita express porque la calor es insoportable y le dije a Amir que ya volvería yo en otro momento y lo visitaría con más calma. Después de ver tantas fotografías del lugar sobre el agua, fue una pena encontrárselo tan seco.






Pues damos por finalizadas las visitas momentáneamente porque todavía quiero visitar el Palacio de Ali Qapu antes de que cierren y además he quedado con Fatemeh, la profesora de universidad que conocí el primer día, así que no hay tiempo que perder y cogemos un bus local que en 15 minutos nos deja muy cerca de la Plaza Naqsh-e Jahan, dónde Amir aprovecha para acercarse a su tienda mientras yo sigo con las visitas.

Mi última visita del día será el Palacio de Ali Qapu, situado en un lateral de la plaza y enfrente de la Mezquita Sheikh Loft Allah que visitara esta mañana. El complejo está en obras pero no es un impedimento para hacer la visita, aunque desde fuera no resulta muy atractiva de día para realizar fotografías, y por dentro no es nada del otro mundo, pero es una visita imprescindible gracias a su ubicación y sobretodo, a la gran terraza que hay en el piso superior desde dónde se obtienen unas vistas impresionantes de toda la Plaza Naqsh-e Jahan, la Mezquita Sheikh Loft Allah, la Mezquita del Shah y parte del Bazar de Isfahan. El ticket cuesta 150mil IRR y si no hay apenas gente como en mi visita, se disfruta muchísimo más.










Doy por finalizadas las visitas y me voy en busca de Fatemeh, que por suerte todavía no ha llegado y eso me permite descansar un poco y fumarme un cigarro tranquilamente, y al poco aparece acompañada de su hermana y de su madre, que también querían conocerme!! Como siempre en Irán, está prohibido el contacto con las mujeres, así que me parece muy frio saludarles en la pequeña distancia y se me hace muy extraño. Nos pasamos un rato charlando y bromeando, y después de más de una hora y media, le digo que mañana ya dejo con mucha pena Isfahan, nos intercambiamos los telefonos y correos para seguir en contacto, y me entrega una pequeña bolsa con un regalo para mi, lo abro y me deja sorprendido, incluso se ha tomado las molestias de escribirme un poema!! Jaja, la verdad es que se me hace raro que una chica me regale entre otras cosas un poema, pero mola!!

Como yo no sabía que regalarle y quería tener un recuerdo mio, llevaba en mi mochila una camiseta del Barça de años anteriores y que estaba desfasada y decidí llevarmela para regalarla a alguien por el camino (siempre hago lo mismo en mis viajes con cosas de ropa), así que pensé que sería buena idea regalársela a su hermana que era una fanática de don Andrés Iniesta y que cuando la vio se le saltaron las lágrimas, y no pudimos poner mejor broche final a nuestra despedida que inmortalizar el momento con unas fotos.



Fue muy bonito conocer a personas como Fatemeh, me encanta conocer personas durante mis viajes y me encanta aprender de todas ellas y crecer como persona, porque está claro que por mucha diferencia de cultura, pensamientos, color de piel, religión o status económico, por encima de todo somos personas y hay que ir por la vida con humildad y respeto.

Me vuelvo para el Bazar en busca de Amir y aprovecho para cambiar algo de dinero que ya apenas me queda, comprar algo de especias (570mil IRR) y dar una vuelta por los puestos hasta llegar a la tienda de Amir, dónde aprovecho para tomarme un té con su padre y conversar un poco, y nos vamos de nuevo hasta la Jameh Mosque o Gran Mezquita de Isfahan que ya visitara ayer, pero que me apetecía volver a visitar de noche. Si durante el día es muy bonita, de noche es impresionante!














Ya de noche cerrada volvemos de nuevo hacia el Bazar por su interior ya que Amir se tiene que ir para casa con su padre, así que nos despedimos con un gran abrazo, le doy las gracias por todo e intercambiamos nuestros contactos, y le prometo volver algún día con más tiempo y así poder conocer al resto de su familia. Como ya dije anteriormente, ha sido muy hospitalario conmigo y le considero como a un hermano para mi. Ojalá se cumplan todos sus sueños y tenga mucha suerte si decide dar el paso a Europa en un futuro cercano.

Cuando salgo del Bazar aprovecho para hacer las últimas fotos de la plaza iluminada y me voy despidiendo de esta maravilla, ya que mañana tengo previsto abandonar Isfahan y cambiar de destino.



De camino a mi alojamiento y aprovechando que todavía son las 20h y es pronto, me lo pienso mejor y decido caminar de nuevo hacia el puente Si-o-se Pol, que significa "Puente de los 33 arcos", y aunque ya lo visité corriendo a mediodía porque hacia mucha calor y la visita quedaba deslucida porque está seco y no hay agua como en otras épocas del año, decido darle otra oportunidad y visitarlo de noche, ya que además se encuentra a apenas diez minutos de mi alojamiento caminando.




Sin desmerecer su visita diurna, creo que me quedo con su visita al anochecer, ya que está todo iluminado y hay mucho más ambiente, dónde es posible ver a familias enteras y parejas de enamorados pasear tranquilamente por allí, aunque es díficil saber si las parejas son de enamorados o no ya que tienen prohibido el contacto en público y muchos se refugian escondidos lejos de la "policía de la moralidad" presente en el país.

De vuelta a mi hotel desde que salí esta mañana y una vez que entro al lobby no para de sonarme el móvil al empezar a tener wifi, me detengo un momento a leer todos los mensajes recibidos y veo que me han escrito la pareja de hermanos que conocí el primer día en Isfahan y me dicen que han organizado una fiesta en su casa y que me esperan, así que a pesar de que mañana tengo que madrugar les escribo y les digo que acepto, que vengan a esperarme en la puerta de mi hotel en 20 minutos mientras me ducho y me cambio de ropa.

Poco después ya estoy preparado aunque decido salir sin cámaras ni mochila, solamente con lo justo y cuando salgo me está esperando el hermano con la moto, nos saludamos, me subo a la moto sin casco ni nada y en apenas dos minutos llegamos a su casa, ya que viven muy cerca de mi hotel, y cuando llego ya hay un grupo de jóvenes que no dudan en saludarme y darme las gracias por asistir... la fiesta consiste en estar descalzos en un comedor, con música persa a todo trapo que apenas deja hablar con la gente, unos licores dulces y algunas bolsas de ganchitos y patatas fritas, así que me mantengo un poco al margen sentado encima de una alfombra mientras un grupito de jóvenes me piden que les explique como son las fiestas en mi país, así que mientras les voy explicando que nuestras fiestas se componen sobretodo de alcohol, algunas drogas blandas como marihuana o hachís e incluso sexo, se llevan las manos a la cabeza y se escandalizan, aunque algunos me confiesa que les encantaría probar algún día una fiesta así pero que en su país es imposible.

Al cabo de un rato y como me estaba agobiando mucho con la música y los ganchitos que parecía una fiesta de cumpleaños de mi sobrino de 5 años, y con la excusa que tenía que madrugar al día siguiente, me despido de todos los "fiesteros", le digo que ya vuelvo a mi hotel caminando sin antes no perderme varias veces, y sobre la medianoche ya estoy entrando en mi habitación, dónde me voy directamente a la cama porque estoy ko.

DÍA 8.- ISFAHAN - YAZD

Hoy me pego otro madrugón y a las 06:30h de la mañana ya estoy arriba, dónde aprovecho para hacer la mochila, recoger todo y desayunar el primero, y ponerme un poco al día en la RRSS aprovechando el wifi del hotel. A las 08:30h ya estoy haciendo el check out en el hotel, pregunto cuanto cuesta un taxi hasta la terminal de buses de la ciudad y me dicen que 200mil IRR, así que decido salir por mi cuenta a la calle con las mochilas y ponerme en la avenida principal, y al momento me para un coche con una persona mayor y le pregunto cuánto me va a cobrar por llevarme y cerramos la carrera en 60mil IRR. Recordad que en Irán cualquier conductor puede hacer de taxi y no está mal visto, simplemente se paran y te preguntan a dónde vas y si les pilla de camino pues te subes y se ganan un sobresueldo, y no es raro compartir el coche con otras personas. Es mucho más barato que un taxi oficial y es totalmente seguro.

20 minutos después me deja en la terminal, un hombre me pregunta a dónde voy y cuando le digo Yazd me indica que compañía es y a dónde tengo que ir, así que pregunto en el edificio 1 y me dice que el bus acaba de salir y que hasta las 11h no sale el siguiente, pero que me vaya a la competencia que está en el edificio 2 (justo al lado) y que pregunte allí. Cuando llego me recibe un chaval muy enrollado que habla inglés y me dice que el siguiente no sale hasta las 10:30h, así que toca esperarme algo más de una hora, le compro el ticket que es de la compañía de buses ADL Esfahan que me cuesta 130mil IRR, y me espero allí hasta la hora de salida.



El autobus que me ha tocado hoy no es VIP del todo aunque es cómodo, y solamente vamos un japonés que se sienta a mi lado y se pasa todo el camino durmiendo y yo como extranjeros. El trayecto se me hace un pelín largo y aburrido, ya que el paisaje es todo muy árido y monótono, hasta que finalmente llegamos a la estación de buses de Yazd sobre las 15h de la tarde, dónde solamente bajar nos asaltan los taxistas, y aquí compruebo que son más pesados y persistentes. Le digo a uno el nombre de mi alojamiento y me pide 150mil IRR por llevarme, así que me niego rotundamente y le digo que no pienso pagar más de 30mil IRR porque estoy harto de aflojar la cartera desde que he pisado el país. Así que me retiro y me voy a fumar un cigarro tranquilamente y al cabo de dos minutos me aparece con el japonés que ya ha liado y me dice que nos lleva, de camino al coche le pregunto al japonés cuánto va a pagar y me dice que 150mil IRR... le digo que es una barbaridad y me dice que le da igual, que tiene ganas de llegar a su alojamiento, así que todos contentos, el japonés por llegar a su hotel de 4 estrellas, yo por pagar 20mil IRR porque ya le he dicho al taxista que no pago más después de hacer su agosto con el japonés, y el más contento el taxista que se va a llevar en una carrera lo que puede ganar en un día entero. Eso sí, el coche que me llevaba el colega era para llevarlo al desguace directamente, ya que las puertas de atrás no se abrían, no tenía cinturones de seguridad, las ventanillas no subían, y encima conducía y cogía las rotondas a toda pastilla... "pa habernos matao"!!

Llego a mi alojamiento después de despedirme del japonés y me recibe un tio muy simpático en la recepción y que se empeña en hablarme en español porque lo está aprendiendo de forma autodidacta y quiere practicar un poco, reservo para dos noches y dejo la mochila en mi habitación, y sin perder tiempo me tiro a la calle a conocer la ciudad, a pesar de estar a casi 50 grados y que invita a no hacerlo.



Por fin estoy en Yazd, una de las ciudades más antiguas de nuestra civilización y centro del zoroastrismo, pero sobretodo por ser una de las poblaciones más importantes de la Ruta de la Seda y por el cual pasó por aquí Marco Polo. Al encontrarse al sur del país y próximo al desierto, las altas temperaturas y la sensación de agobio permanente está muy presente en cada paso que doy. Como mi alojamiento se encuentra muy céntrico y justo al lado de la Masjed-e Jameh (que visitaría más tarde), empiezo a visitar la ciudad a través de la Torre del Reloj, la Prisión de Alejandro y la Bogheh-ye Sayyed Roknaddin.












Al finalizar las visitas me para por la calle un taxista y me pregunta si me interesa visitar en ese momento, y en compañía de dos polacos, las Torres del Silencio y el Bagh-e Dolat Abad, que es un palacio y unos jardines muy bonitos declarados Patrimonio de la Humanidad, pero entre la calor que hacía en ese momento y el alto precio que me dieron rechacé su ofrecimiento, ya que tenía previsto visitarlo al día siguiente muy temprano por la mañana. Sigo caminando por la avenida Emam Khomeyni (en este país todas las avenidas importantes de cada ciudad llevan el mismo nombre) hasta llegar al Amir Chakhmaq Complex, la plaza principal de la ciudad, dónde podemos encontrar una mezquita, un caravanserai y un bazar, pero sobretodo destaca por su arquitectura y por su belleza, sobretodo al atardecer y anochecer. Posiblemente, uno de los lugares más bonitos que he visitado en el país. Además, hay muchísimo ambiente, la gente es muy agradable y no paran de pedirme hacerse fotos conmigo.








Después de visitar los alrededores y de comerme un rico helado (20mil IRR) tranquilamente allí sentado, quiero aprovechar las horas de luz que quedan todavía y me voy a visitar el Bazar, que aunque es más flojo que otros de las ciudades que ya he visitado anteriormente, siempre es un acierto y un placer visitarlos y ver todo lo que se comercializa en una ciudad, aunque como ya os digo, que para ser un punto muy importante de paso en la Ruta de la Seda, me esperaba mucho más.








Sigo adentrándome en la ciudad de Yazd a través de sus callejuelas estrechas de adobe, comprobando que en esta ciudad tan religiosa todas las mujeres van muy tapadas con su chador negro y que son más estrictos que Teherán o Isfahan, por ejemplo. Cuando paso por una calle normal me saludan dos chicas totalmente tapadas y me señalan con la mano hacia arriba, pero como no hablan inglés no entiendo que me quieren decir, así que con gestos me indican que les siga y me hacen entrar a través de una puerta y me dicen que suba unas escaleras sin entender muy bien que hacen y se despiden de mi, así que sigo mi instinto con precaución y sentido común y cuando llego arriba lo entiendo todo, estoy arriba de una azotea con unas vistas impresionantes de la ciudad de Yazd y las dos chicas muy amables me indicaban que no me lo perdiera, así que a pesar de la barrera del idioma, les estoy muy agradecido.

Desde arriba las vistas son maravillosas y sin nadie que te moleste, un oasis en silencio.


El hambre empieza a apretar y todavía estoy sin comer excepto alguna cosa que he ido picando, pero como todavía es pronto, sigo recorriendo los puntos más interesantes de la ciudad hasta llegar de nuevo a la Masjed-e Jameh que tengo casi al lado de mi alojamiento, y cuando voy a entrar para visitarla me paran unos chicos y empezamos a hablar, son músicos o raperos como dicen ellos, son bastante enrollados pero son bastante rebeldes, ya que están en contra de las leyes absurdas de su país y encima no pueden cantar en público porque me explican que sus letras son muy reivindicativas y en contra del régimen islámico y pueden ser detenidos por la policia en cualquier momento. Con la tontería nos pasamos más de hora y media conversando y fumando entre risas, y cuando me despido de ellos para ir a cenar me proponen que me una a ellos para oirles cantar mañana por la noche, así que acepto encantado si puedo. Finalmente no visito el interior de la Masjed-e Jameh porque se me ha hecho muy tarde.








La verdad es que la mezquita iluminada de noche es una auténtica joya arquitectónica, y hoy hay mucho ambiente pues no paran de llegar feligreses que acuden a la llamada de la oración, tan característico en países árabes y que espero que no me despierten al encontrarse tan cerca de mi alojamiento.

Ahora si que ya me voy a cenar y esta vez no me voy a romper la cabeza porque tengo muy claro dónde ir y me voy a dar el capricho de cenar en el Silk Road Hotel, el que dicen que es el mejor alojamiento de la ciudad y que dispone de un restaurante muy bueno, y además se encuentra casi enfrente de mi hostel, que por algo son del mismo dueño. Pero como siempre, una cosa es lo que dicen las guias de viaje y otra muy diferente es la experiencia del viajero, y nada mejor que opinar por uno mismo a través de su experiencia personal.

El local es muy bonito pero es demasiado turistico, en el momento que yo fui solamente había turistas franceses de la tercera edad y los típicos que viajan por el país en bus con un touroperador, los dueños del local no son persas sino más bien europeos, y la comida la sirven muy rápida y más bien es recalentada, aparte de ser cara para los estandartes del país. En mi caso, un kebab de pollo enterrado en un plato de arroz pasado y muy insípido y soso, junto con una coca cola de lata, pagué 220mil IRR (5,50 €), demasiado caro teniendo en cuenta que por menos de la mitad se come mucho mejor en cualquier sitio del país.



En menos de media hora ya estaba cenado y ya había pagado mi cuenta, pero solamente son las 21h de la noche y aunque estoy cansado, no me apetece irme tan pronto a mi alojamiento, así que decido volver al Amir Chakhmaq Complex para verlo de noche e iluminado, aprovechando que estoy a unos 10 minutos caminando, e intentar hacer alguna foto nocturna, aunque como siempre, no es tarea fácil porque no llevo trípode. Aún así estoy un rato haciendo fotos un poco decentes, el sitio de día es muy bonito pero por la noche es espectacular y hay muy buen ambiente alrededor del complejo, lo único malo es la sensación de agobio que noto constantemente por culpa de las altas temperaturas.



Mientras estoy haciendo fotos escucho como si alguien me llamara y me tocaran por detrás, me giro y me encuentro a Jose, uno de los chicos de Murcia, y me alegra enormemente volver a encontrármelo, me dicen que están todos por allí haciendo fotos y nos vamos en busca de los demás, dónde nos alegramos de volver a cruzarnos. No esperaba para nada encontrármelos en Yazd porque según me comentaron su intención era estar hoy en el Desierto de Luth, pero debido a las altas temperaturas se lo han pensado mejor y han preferido quedarse un día más en Yazd. Nos pasamos un rato haciendo fotos y hablando con la gente, y poco después nos sentamos en una terraza a tomarnos algo y comernos unos helados, que si para un bolsillo normal es barato, nos sale todavía más barato porque el pedido lo hace su conductor que es iraní y le hacen precio local, así que no es de extrañar que media docena de coca colas y algún que otro helado, paguemos entre todos 60mil IRR, apenas 1,5 €!!





Me comentan por mis planes para mañana ya que ellos parten para Shiraz, y les comento que la mayoría de lugares importantes de Yazd ya los he visitado durante el día de hoy pero que me quedan un par de lugares por visitar, pero que estoy bastante agobiado por culpa de la calor y no sé si aguantaré otro día más entero en Yazd, así que me proponen que si me apetece que me una a ellos y que mañana me vaya en la minivan que tienen contratada. En principio se lo agradezco y le digo que me lo tengo que pensar, así que después de más de dos horas de buenas risas con ellos allí en la terraza y haciendose un poco tarde porque eran casi las 23:30h de la noche, me convencen y decido irme mañana con ellos, así que quedamos enfrente de dónde estamos a las 10h de la mañana, y nos despedimos.

De vuelta para mi alojamiento me para un motorista muy enrollado y me dice si quiero que me lleve a algún sitio, así que le digo que me lleve hasta la Masjed-e Jameh de forma gratuita dónde llegamos en dos minutos, nos despedimos y me paro en un tenderete a comprar una botella de agua grande (10mil IRR), y a la medianoche estoy entrando en mi alojamiento, dónde estoy tan destrozado que no tardo mucho en dormirme.

DÍA 9.- YAZD - PASARGADAE - SHIRAZ

Hoy me pego otro madrugón de campeonato, y a las 06:30h ya estoy arriba para ducharme y preparar la mochila. Subo a la azotea del Marco Polo Hostel a desayunar con unas vistas muy bonitas, y por primera vez desde que he llegado a Irán tengo la posibilidad de comer tortilla para desayunar, así que no me lo pienso dos veces. Mientras que las gallinas ponían los huevos para hacerme la tortilla (de lo lento que es el servicio a pesar de estar yo solo) yo aprovecho para hacer algunas fotos.




Después de desayunar tranquilamente y aprovechar un poco el wifi del alojamiento, cojo mis mochilas y me voy a recepción, dónde amablemente le digo que he cambiado de planes y en vez de quedarme dos noches solamente lo haré una, así que no me ponen ningún problema. De mi alojamiento a dónde he quedado con Jose hay unos diez minutos caminando, pero ahora con el handycap de ir con las mochilas y bajo un sol abrasador a pesar de ser las 09:45h de la mañana, así que me hay un hombre mayor que lleva un ratillo siguiendome con su taxi para que suba y le digo que no vale la pena porque me voy a bajar de seguida, pero me insiste igualmente que suba, así que en menos de dos minutos ya hemos llegado, le digo cuánto quiere y me dice que 60mil IRR y nos ponemos a reir los dos porque no se lo cree nadie la cifra que me está pidiendo, así que miro todo lo suelto que tengo sin cambiar ningún billete y le doy 10mil IRR, y todos contentos.

Mientras espero fumándome un cigarro a Jose a que venga a buscarme hago algunas fotos y al momento aparece, atravesamos parte del bazar que es dónde tienen su glamuroso hotel, y en cinco minutos me uno al resto del grupo, que están acabando de recoger su equipaje.



Al final entre pitos y flautas acabamos saliendo un poco tarde con dirección Shiraz, aunque por el camino les propongo visitar Pasargadae, situado a unos 325 kms de Yazd y de vital importancia porque allí se encuentra la tumba de Ciro el Grande. El trayecto se lleva bastante bien porque en la minivan vamos muy anchos y frescos con el aire acondicionado, y nos pasamos el trayecto hablando y explicando batallitas, pero si miras a través de la ventana verás un paisaje muy árido, carreteras muy largas y un calor infernal. Cuando llevamos unas tres horas de conducción nos paramos a comer en un restaurante de carretera, dónde comemos y bebemos bastante bien, aparte de que la comida está muy buena, y pagamos 100mil IRR por cabeza. Está claro que a la que uno se retira de los sitios turísticos, la calidad y el precio no tiene nada que ver.





Después del banquete que nos hemos metido, retomamos nuestro camino hasta Pasargadae, dónde llegamos después de otra de trayecto y pasadas las 16:30h de la tarde, dónde compramos nuestro ticket para visitar el complejo (200mil IRR), un poco caro para lo que ofrece y se puede visitar, y nos vamos a realizar las visitas antes de que caiga la tarde.


La visita se puede recorrer fácilmente a pie ya que las distancias son muy cercanas. Pasargadae fue la primera capital del Imperio Persa Aqueménida hasta que poco después fue desplazada por Persepolis, es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 2.004 y destaca sobretodo, por albergar la tumba de Ciro II el Grande, rey Aqueménida y fundador del Imperio Persa.









La visita es relativamente rápida y la pudimos contemplar casi en solitario. Apenas 300 metros de distancia podemos encontrar los restos de lo que en su día fue el Palacio dónde prácticamente queda poca cosa, y un poco más retirado y en la que se llega en dos minutos en coche, podemos encontrar la Torre de Salomón y unas bonitas vistas desde arriba de la llanura.








Finalizadas las visitas por hoy, y en el único tenderete que hay dentro del recinto, nos paramos a tomar algo fresquito para combatir las altas temperaturas y poder ojear la pequeña tienda de souvenirs, dónde destacan las artesanías pero a un precio más elevado de lo que puedes conseguir en otros lugares.


Cuando empieza a caer la tarde decidimos seguir el trayecto hacia Shiraz, dónde nos separan todavía unos 87 kms, dando por finalizada la visita a Pasargadae, personalmente una visita imprescindible si te gusta la historia y estás en la zona, ya que en un par de horas se puede visitar perfectamente.

Después de un par de horas de conducción y de tragarnos los atascos a estas horas de la noche en la entrada a Shiraz, llegamos ya con la noche cerrada y nos vamos directamente al apartamento que tienen contratado los chicos para las próximas dos noches, un buen lugar para alojarse pero para mi gusto, muy retirado del centro de la ciudad. Allí les espera Farbod, el dueño de la agencia iraní con el que los chicos han contratado su viaje, una persona muy honesta y muy entrañable, dónde después de rechazar amablemente la proposición de quedarme con ellos en el apartamento y dado que todavía no tengo alojamiento para mis siguientes tres noches en Shiraz, me dejo recomendar por Farbod y me consigue un alojamiento por 35 € la noche en el centro de la ciudad.

Nos vamos todos juntos en coche hasta una zona de ocio, pero yo decido coger un taxi que me consigue Farbod para que me lleve a mi hotel, ya que son más de las 21h de la noche y todavía tengo que instalarme en mi alojamiento. El trayecto en taxi me lleva cerca de 30 minutos a un precio cerrado de 100mil IRR, estoy seguro que yo lo hubiera conseguido más barato, pero ya que Farbod me ha hecho el favor y me ha conseguido alojamiento, no quiero regatear. Llego a mi alojamiento situado en pleno centro, es un hotel en teoría tres estrellas y pregunto por el precio, y me contestan que cuesta 50 € la noche, le digo que a Farbod le han dado un precio más barato y me lo bajan a 35 € la noche, así que como ando con la mosca detrás de la oreja le digo que quiero ver primero la habitación, me acompaña un chico joven muy cachondo y me enseña una habitación triple con baño privado en la cuarta planta, me parece perfecto. Al bajar de nuevo a recepción me dice la chica que me parece y le pongo cara de no estar muy conforme (aunque yo sabía que me iba a quedar) y me pregunta cuanto quiero pagar, así que le digo que 800mil IRR por noche (20 €) y me dicen que si sin pensarlo. Al final he conseguido un precio mucho más económico de lo que pensaba, y el hotel está genial, lástima de los desayunos que son escasos, pero eso lo sabría a partir del día siguiente.


Son las 22:30h de la noche y todavía estoy sin cenar, el restaurante del hotel ya han cerrado cocina y no me apetece a estas horas buscar un lugar para cenar porque estoy cansado y recién llegado a una ciudad nueva y no estoy muy ubicado todavía, así que tengo la suerte de encontrar un pequeño tenderete enfrente del hotel que está a punto de cerrar, y compro bebida y alguna guarrada para picar que me comeré después de ducharme, dónde pago 150mil IRR (3,80 €) por una botella de litro y medio de coca cola, una botella grande de agua, un zumo grande (aprovecho que tengo nevera en mi habitación), dos bolsas de patatas y un paquete de tabaco. Le digo si no se ha equivocado y me dice que no, y encima me regala un paquete de chicles.

En los próximos días Ahmed, que es el nombre del cachondo dueño, será mi proveedor oficial de bebidas. Ha sido un día largo sin muchas visitas, pero me he ahorrado un largo trayecto en bus en la mejor compañía posible, así que toca coger fuerzas para la visita estrella que haré mañana, la maravillosa Persépolis.

DÍA 10.- SHIRAZ - PERSÉPOLIS - SHIRAZ

Como me pasa siempre la noche antes de visitar alguna maravilla del mundo, me paso toda la noche nervioso y no entiendo el motivo, no sé si es la ilusión o porque mis expectativas del lugar son muy altas y tengo miedo que me decepcione, pero ya me pasó en mi viaje a Perú para visitar Machu Picchu, Argentina y su famoso Perito Moreno o India y su Taj Mahal, entre otros. Tengo la suerte de poder decir que nunca me ha decepcionado ninguno, de momento.

Con los chicos hemos quedado para visitar Persépolis a las 12h en su apartamento, así que después de intentar desayunar dónde quizás es el peor desayuno que me he encontrado en toda mi experiencia viajera (no todo puede salir siempre bien), coger la mochila e ir a cambiar algo de dinero en la avenida principal a escasos metros de mi alojamiento, paro al primer coche en la carretera y le enseño la dirección de dónde quiero ir, y le ofrezco 60mil IRR, que me acepta sin rechistar. Es un hombre de mediana edad que no habla ni una sola palabra de inglés excepto el "Welcome to Iran" que me repite varias veces, y a pesar que al principio tenía claro como ir, poco después se tuvo que parar varias veces a preguntar hasta que finalmente llegamos.

Poco después y ya todos reunidos, ponemos rumbo a las visitas marcadas en rojo en el calendario viajero, dónde una hora después llegamos a la maravillosa Naqsh-e Rostam. Hace un calor infernal pero cuando estás delante de una joya como la que tenemos, las penas son menos penas, así que después de pasar por taquilla y comprar el ticket (200mil IRR por cabeza), nos adentramos en el mayor complejo arqueológico del reinado sasánida. Fue declaradado Patrimonio de la Humanidad en 1.997 y allí podemos encontrar bajorrelieves (más conocidos como "cruces persas") y sobretodo cuatro tumbas de reyes Aqueménidas, que se cree que corresponden a Darío I, Jerjes I, Artajerjes I y Darío II.


El complejo es fácil de visitar ya que trascurre a través de una gran esplanada, lástima que las vallas de separación están demasiado alejadas y uno no se puede acercar mucho para leer las inscripciones en los bajorrelieves y no hay mucha información para leer al respecto, la verdad es que es una lástima que no lo tengan mejor preparado porque le podrían sacar mucho más partido al lugar tan histórico.





















La visita es totalmente imprescindible y recomendable, aunque si vais en verano o cuando haga mucha calor, os recomiendo que la hagáis a primera hora de la mañana cuando el calor no sea tan sofocante, porque os aseguro que allí dentro no existe ni una mísera sombra.

Cuando acabamos la visita pasamos por los pequeños tenderetes que hay en la entrada del recinto mientras los chicos miraban artesania, así que nos sentamos un rato en un tenderete para hidratarnos y descansar un poco, y aquí vino uno de los peores momentos que viví del viaje con los iraníes, y es que invité a los chicos a una ronda de consumición que consistía en un zumo natural fresquito para cada uno, y cuando me trajo la cuenta me pedían al cambio 40 €!!! Sabía que al estar en un sitio turístico nos iban a clavar, pero no de esa manera, así que me enfadé bastante y le dije que era imposible y que no pensaba pagarle 40 € por 7 zumos naturales, y que si hacia falta llamaba a la policia para solucionar el tema. Después de discutir un rato ya me lo bajó a 30 € pero seguía sin estar conforme, así que después de cagarme en sus muelas y retarle con irme sin pagar, lo dejamos en 15 €, aún así me parecía caro pero tampoco quise apretarle mucho. Así que como consejo y que lo hago yo siempre pero esa vez me confié es que preguntéis el precio siempre antes de pedir una consumición, en Irán el 90% de la población son muy honestos, pero el resto son unos jetas y se quieren aprovechar del poco turismo que tienen, y ya tuve varias enganchadas sobretodo con taxistas.



Son las 14:30h de la tarde y viene el plato fuerte del viaje, la visita a Persépolis, pero decidimos irnos primero a comer y que se pase un poco el calor, y hacer la visita con el estomago lleno. Desde aquí a Persépolis les separa solamente 3 kms. de distancia, así que nuestro conductor que se conoce muy bien la zona nos recomienda llevarnos a un restaurante local a la salida del pueblo, y como siempre, es un gran acierto por su parte porque nos ponemos las botas comiendo y bebiendo por 250mil IRR por cabeza (6 € aprox), donde no escatimamos en nada, excepto en cervezas con alcohol, que no hay manera de encontrarlas en ningún sitio haciendo la vista gorda. El local en cuestión se llama Parsian Restaurant y aunque es bastante turístico, la comida es muy buena y tienen un buffet libre de ensaladas para cambiar un poco la rutina de comer cada día lo mismo.




Cuando terminamos de comer y a nuestra salida había en la misma puerta un señor vendiendo artesanía y sorprendentemente tenía cosas muy bonitas que no había visto anteriormente en otros lugares, así que como el señor era muy entrañable y se le veia muy honesto, le compré una estatua de bronce muy bonita con el busto de Darío III, el último Rey Aqueménida (lástima de la artesania que nunca llegó a su destino por culpa de los graciosos de Turkish Airlines). Apenas sin regatear, junto con otras artesanías que compraron los chicos, pagué la friolera de 7 € por ella.

Ahora si, sin tiempo que perder por fin nos vamos a Persépolis, tantas veces que lo había estudiado en libros de historia cuando iba al colegio y ahora me encontraba en las taquillas comprando la entrada (200mil IRR) que he pagado muy agusto y lo volvería a pagar todas las veces que hicieran falta, a pesar del tremendo calor que sufrí haciendo la visita a 47º.


Muy importante para todo el mundo que vaya a hacer la visita, y es que no se puede entrar con mochilas ni bolsas, así que toca dejarlo en consigna gratuitamente (la medida me parece perfecta), pero hay que tener en cuenta que el recinto cierra a las 18h y que desde una hora antes ya no dejan entrar a nadie, pero lo más importante es que la consigna cierran también sobre las 18h y lo que tarde la gente en recoger sus mochilas, pero como yo no lo sabía pues apuré mi visita en el interior de Persépolis hasta que fuimos los últimos y prácticamente nos echaron del lugar cerca de las 19h y cuando fui a recoger mi mochila, me lo encontré cerrado y no tuve más remedio que liarme a porrazos en la puerta para que abriera alguien, y finalmente se presentó un señor bastante mosqueado señalándome el reloj y me abrió la puerta, me entregó mi mochila que era la única que quedaba y para compensar su mala leche le di una propina de 20mil IRR (0,50 €) que le cambió la cara (algo así como el anuncio del jamón Navidul cuando le plantan un plato de jamón en sus narices y cambian de opinión).

Pero vayamos por el principio. Antes de entrar me comenta Jose que le molaría contratar un guia para que le vaya explicando toda la historia de Persépolis, y aunque yo casi nunca contrato a nadie cuando hago mis visitas, le dije que me apuntaba. Los demás del grupo no eran partidarios de ir con guia y preferían ir a su bola, así que se nos acercó una guia y le preguntamos precio y si tenían disponibilidad en español ya que los chicos no hablan inglés y nos dijo que solamente en inglés y que cobraba 600mil IRR (15 €) por la visita de hora y media, aproximadamente. Lo dejamos correr pero antes de entrar al recinto Jose me lo volvió a repetir, así que me di media vuelta y me fui en busca de la guia, le preguntamos si no lo podía dejar por 10 € porque no teníamos más moneda local y necesitabamos pagar en €uros (estrategia para regatear precio) y aceptó encantadísima, así que como veis, en Irán se regatea absolutamente todo.

Nuestra guia se llama Narcis y habla un perfecto inglés y trabaja en la Universidad de Shiraz como profesora de Historia, así que mientras nos iba explicando, yo le iba traduciendo a Jose, y después se unieron el resto del grupo que no querían guia pero que estaban encantados con las explicaciones y la simpatía de Narcis, y yo el primero. Así que os recomiendo que si hacéis la visita con guia, preguntéis por Narcis porque acabaréis encantados con ella, su simpatía y sus magistrales clases de historia.


Explicar la historia de Persépolis a través de un blog es harto díficil y más teniendo en cuenta toda la información que hay por internet, pero se puede resumir en que Persépolis se remonta a los tiempos de Dario I el Grande, primer rey Aqueménida y fundador del Imperio Persa, y que continuó durante más de dos siglos de historia, que comenzó a construir este complejo lleno de palacios y residencia real durante la época de primavera y que pronto se convirtió en la zona administrativa, y que fue continuada en los sucesivos años después de la muerte de Dario I el Grande a través de su hijo, Jerjes I y después por su nieto, Artajerjes I. Pero en el año 330 a.c. Alejandro Magno empezó la conquista del Imperio Persa en su campaña de Oriente, dónde ocupó y saqueó Persépolis después de su viaje por India, dónde después de entrar por la Puerta de todas las Naciones y desde cerca de la Apadana montado a su caballo, incendió el Palacio de Jerjes hasta arrasar con todo no sin antes saquear todas las cosas de valor del Tesoro, finalizando así el Imperio Persa y empezando el Imperio Macedónico.






Durante el recorrido Narcis nos fue explicando todo lo que sucedió en Persépolis, desde el Imperio Meda, pasando por el Imperio Aqueménida hasta el fin de los últimos días con el saqueo por parte de Alejandro Magno en el año 330 a.C., dónde a través de todo el recorrido iremos atravesando lugares tan maravillosos como la Puerta de todas las Naciones flanqueda por dos enormes toros alados, recordando a cualquier visitante que estaba entrando al corazón del Imperio Persa, para dirigirnos a la Apadana, dónde se encontraba el palacio más impresionante y dónde las audiencias se llevaban a cabo con el Rey en un salón con 72 columnas de 22 metros de altura cada una aguantando el techo, pero sobretodo poder maravillarnos con sus fantásticos relieves dónde nos van explicando toda la historia, dónde podemos observar las diferentes culturas que venían aquí a traer ofrendas al Rey, destacando los Babilonios trayendo téxtiles, los Egipcios trayendo camellos y otros animales, y los Lidios, que sobretodo traían joyas y vasijas de oro.
















Narcis nos va explicando todos los relieves e incluso no explica como diferenciar a simple vista de dónde proceden cada uno y a que imperio pertenecen, ya sea a través de su vestuario, bien por lo que llevan en sus manos para traer de ofrenda al Rey o incluso por la forma de sus pies; como os comentaba al principio, esta guia es un pozo de sabiduría que nos hizo estar muy pendiente de ella sin pestañear ni un momento y preguntándole todas nuestras curiosidades respecto al lugar y su historia.

Seguimos avanzando por el Palacio de Darío y sobretodo por el Palacio de Jerjes, hijo de Darío y futuro Rey, personalmente mi lugar preferido de todo Persépolis y desde aquí fue dónde Alejandro Magno incendió toda la ciudad.







Después de dos maravillosas horas de una clase magistral de historia y desde este punto, nos despedimos de Narcis, una persona encantadora y una guia maravillosa, y como quedaba muy poco para el atardecer y para que cerraran el complejo de Persépolis a los visitantes, aprovechamos para visitar libremente otros lugares interesantes y fotografiarlos mejor, como el Palacio de las 100 Columnas, el Tesoro, y sobretodo, ascender a las dos Tumbas donde se cree que están enterrados los Reyes Artajerjes II y Artejerjes III, desde dónde se tienen unas vistas impresionantes de todo Persépolis.













Aunque oficialmente el cierre es a las 18h de la tarde, mientras van avisando y los visitantes vamos abandonando el lugar se nos hace casi las 19h, ya que somos los últimos en salir y que por mi no me hubiera ido nunca porque es una visita que he disfrutado muchísimo.

Al ir en busca de mi mochila me la encuentro cerrado y después de porrear un rato la puerta, por fin aparece un hombre bastante mosqueado y recriminándome que no eran horas, así que como expliqué anteriormente no tuve más remedio que compensarle para quitarle su enfado conmigo. De nuevo reunido con los chicos, nos vamos a los tenderetes que ahí en la puerta de entrada al recinto y nos sentamos allí a tomarnos algo un buen rato, ya que algunos estaban ligando con jovencitas iraníes y haciéndose fotos, hasta que salimos de allí totalmente de noche y pasadas las 20:30h de la tarde, dónde todavía nos quedaba una hora de camino y chuparnos el terrible tráfico de entrada a Shiraz, llegando pasadas las 22h de la noche, en el que decidimos irnos directamente al Niayesh Hotel, muy próximo a mi alojamiento y dónde disponen de una enorme terraza en la azotea, genial para cenar y fumarnos una cachimba o pipa de agua tranquilamente, que hoy lo teníamos bien merecido. Poco después se unió a nosotros Farbod (el dueño de la agencia), así que pasamos una velada muy agradable hablando de todo un poco hasta que cerraron el local y nos invitaron amablemente a irnos.








Son pasadas la medianoche y mi alojamiento no me coge muy lejos pero Farbod me dice que mejor que me coja un taxi, así que le pago 40mil IRR a un chaval joven que hay por allí, mientras ellos se van los seis en el coche de Farbod que es una especie de Peugeot 206 hasta su apartamento, donde quedamos para vernos de nuevo mañana por la mañana.

Yo en menos de cinco minutos ya estoy en mi hotel, con el tiempo necesario para meterme una ducha y poner a cargar las cámaras, y caer destrozado en la cama, ha sido un día muy largo, con muchísima calor pero que todos esos inconvenientes se olvidan cuando has estado hoy en Persépolis.

DÍA 11.- SHIRAZ

Hoy me permito el lujo de estar un poco más durmiendo, y es que a estas alturas del viaje ya se empieza a notar el cansancio, madrugones, calores y el dormir poco, así que a las 09h he bajado a desayunar pero es tan pobre y patético el buffet del hotel que no he tenido más remedio que volver al tenderete de mi amigo Ahmed dónde me ha recibido con la mejor de sus sonrisas, y después de comprar el desayuno y algo de bebida para tenerla en la nevera (120mil IRR) me he subido a desayunar a mi habitación tranquilamente.

Hoy he quedado con los chicos de Murcia a las 11h en la puerta de la Mezquita Nasir-al-Molk, que está a unos 20 minutos caminando desde mi hotel, ya que Shiraz es una ciudad bastante grande y los lugares de interés están bastante alejados entre ellos y lo mejor es moverse en taxi, ya que la construcción del metro se inició hace muchos años pero está toda la ciudad levantada por las obras sin fecha prevista de llegada del metro, así que paro al primer coche que pasa por la carretera y le digo donde quiero ir y le ofrezco 40mil IRR, y en poco más de 10 minutos me deja en la misma puerta, dónde aprovecho para tomarme algo antes de que lleguen los chicos.



Mientras aprovecho para entablar conversación con un grupito de franceses y después con un grupo de españoles que están visitando el país con viaje organizado, a las 11:30h y con algo de retraso llegan los chicos ya que se han tenido que comer todos los atascos hasta llegar hacia aquí, y además hoy no tienen servicio de conductor porque esta noche se vuelven a España, así que es su último día en Irán y hay que intentar aprovecharlo.

Entramos a la Nasir-al-Molk o también conocida como la Mezquita Rosa y que está situada en la plaza Goade-e-Araban, dónde pagamos la entrada de 150mil IRR que lo pago muy agusto porque personalmente es el lugar que más recomiendo visitar de todo Shiraz, eso si, es muy recomendable visitarlo un día que haga sol por la mañana o antes de que se vaya el sol al atardecer porque la belleza de este lugar radica en sus ventanales y vidrieras de colores, ya que en su interior proyecta un juego de luces y sombras con una belleza impresionante. Para entrar hay que descalzarse y su interior está todo enmoquetado, y para los amantes de la fotografia es un lugar fantástico para no aburrirse.
















Las fotografias no hacen mucha justicia al lugar, pero una vez allí os vais a quedar con la boca abierta ante tanta belleza. Dentro del mismo recinto pero saliendo de la Nasir-al-Molk podemos encontrar un gran patio con un estanque central, un pequeño pero interesante museo así como algunas estancias donde podremos observar con más detalle toda la maravillosa arquitectura.













En total estamos cerca de dos horas haciendo la visita y si por mi fuera hubiera estado mucho más tiempo en ella. Al salir nos vamos de nuevo al pequeño local dónde estuve antes de mi visita para hidratarnos y tomar algo rápido, y es que hoy tambien hace mucha calor y estaremos sobre los 46º.

Damos una vuelta por las calles aledañas recorriendo los puestos de comercios que hay por la zona y observando su forma de vida, obviando entrar al Naranjestan Garden porque cuesta 200mil IRR y sinceramente, estamos ya un poco saturados de parques y jardines de pago por todo el país, así que nos gusta más caminar sin rumbo fijo y sin mapa un rato y no perdernos la esencia y lo mejor de las ciudades, su gente.







Aprovechando que estamos en el centro y después de comernos un helado para combatir las calores, nos vamos de visita al interior del mercado principal de Shiraz, el recomendado Vakil Bazaar de Shiraz. La visita hay que tomársela con mucha calma ya que el Vakil Baazar es enorme, con centenares de tenderetes de todo tipo a través de calles laberinticas y sobretodo, abarrotado de gente.











Después de visitar el Vakil Baazar y antes de que se nos hiciera más tarde la hora de comer, nos fuimos en busca del recomendadísimo restaurante Seray-e Mehr que se encuentra dentro del Vakil Baazar, que aunque es muy turístico dicen que se come genial, así que cuando llegamos lo encontramos a tope de gente y estuvimos sentados un rato esperando a ver si dejaban alguna mesa libre, aunque a mi no me hubiera importado compartir mesa con estas chicas iraníes tan majas que conocí durante mi espera, pero después de más de 20 minutos de espera y con nuestros estomagos rugiendo, desistimos de esperar más y nos fuimos en busca de otro local muy cerca del Vakil Baazar cuyo nombre no recuerdo, pero que al principio nos dijeron de mala manera que no tenían sitio y cuando nos íbamos vino otro señor más amable y nos dijo que en dos minutos nos apañaba una mesa.





La comida estaba bastante buena y aparte de pedir un plato de la carta, te ofrecían un buffet libre de ensaladas que tenía buena pinta pero yo ni probé, así que salimos por 260mil IRR por cabeza, no es un precio barato pero está bastante ajustado.

Los chicos han quedado con un taxista a las 16h de la tarde para que les vengan a recoger y los lleven a su apartamento, ya que tienen que hacer su equipaje, descansar y recoger todo porque a las 23h de la noche se van para el aeropuerto, así que nos vamos andando tranquilamente hasta el Arg-e Karim Khan o más conocido como la Ciudadela de Shiraz, punto de encuentro con su taxista. Aunque me han ofrecido irme con ellos y pasar la tarde juntos, se lo agradezco a todos pero prefiero que estén tranquilos y yo seguir a mi rollo, ya que todavía me quedan tres días más de viaje y quiero aprovechar para visitar cosas tranquilamente, así que me despido de todos ellos con un "hasta pronto" e intercambiando nuestros datos y agradeciendo todos los momentos compartidos todos juntos.

Ya que me encuentro en la Ciudadela y a pesar del calor que hace, me decido a visitarla por dentro y por fuera, cometiendo el error que en su interior no hay prácticamente nada interesante para visitar más allá de alguna sombra donde cobijarse del calor y soltar 150mil IRR de la entrada, siendo mucho más interesante su visita al exterior.





Son las 17h de la tarde y el calor aprieta bastante, así que decido irme hacia mi hotel a descansar un poco y hacer unas gestiones que tengo pendiente, como es conseguir mi transporte para llegar a Teherán. En la planta baja de mi hotel hay una agencia de viajes donde te tramitan cualquier cosa que vayas buscando, así que decido preguntar por un billete de avión para mañana, así que después de mirar me piden 60 € y los horarios tampoco es que me cuadren mucho, así que decido dejarlo correr y mirarlo en otro sitio, ya que el tio que me lo está mirando es un poco chulete y no para de presionarme para que se lo compre, así que me subo a mi habitación a ducharme y descansar un poco, hasta que a las 18:30h vuelvo a salir.

Esta vez camino sin rumbo fijo y me voy de nuevo al Vakil Baazar que sigue con muchísimo ambiente, aunque sigo sin comprar nada porque no me convence nada de lo que veo, pero almenos me permite refugiarme durante un rato del calor que hay en el exterior.









Cuando finalizo de dar una vuelta por el Vakil Baazar me voy a uno de los lugares más sagrados de todo Irán, el Shah Cheragh, donde se encuentra la tumba de Sayyed Mir-Ahmad, más conocido por ser el hermano del Imam Reza y conocido como el octavo Imán. Cuando llego no tengo tan claro que pueda entrar ya que soy extranjero, soy occidental y voy con mochila, y sobretodo, no soy musulmán pero todas las dudas quedan resueltas cuando un hombre al verme me invita a ponerme en la fila de los hombres (también hay filas de mujeres) y a entrar, mostrando respeto en todo momento y sobretodo, guardo las cámaras de fotos dónde solamente la saco una vez antes de irme para hacer una foto general de esta maravillosa mezquita iluminada, aunque para ser sincero, no estoy del todo cómodo allí dentro porque me siento muy observado y soy el único occidental, y aunque nadie me ha dicho nada ni me siento intimidado por nadie, me da la sensación que estoy invadiendo la intimidad de todas esas personas, así que decido dar por finalizada mi visita.



Con la tontería son ya casi las 21h de la noche así que para ir a mi alojamiento paso de nuevo por por el Arg-e Karim Khan o Ciudadela, dónde ahora que es noche cerrada está muy bonita iluminada, y en una de sus calles laterales se encuentra el Baba Bastani, la que dicen es la mejor heladería de todo Irán, no sé si será cierto o no, pero a cualquier hora que uno pase, siempre está concurrida y llena de gente, así que para salir de dudas me pongo a hacer cola mientras entablo conversación con algunas chicas que hay allí esperando, me dejo recomendar por ellas e incluso piden por mi, y lo mejor de todo es que me invitan a mi helado y no hay manera que se dejen invitar por otro o que yo les pague el mio, así que feliz como una perdiz me voy caminando por la calle comiéndome el helado que está espectacular.




De camino al hotel y al lado de la oficina donde cambié ayer dinero se encuentra una agencia de viajes muy conocida y muy recomendada, se llama PARS TOURIST y trabajan para la agencia más conocida del país, Key2Persia, que tienen web y encuentras de todo, desde la tramitación del visado hasta paquetes turísticos. Es curioso porque son casi las 22h de la noche y todavía está abierta, así que pregunto por mi billete de avión y aunque es algo más barato que en la agencia de mi hotel (50 €) los horarios no me gustan nada, porque los vuelos que quedan salen muy pronto por la mañana (lo descarto porque me quedan cosas por visitar en Shiraz) o a última hora de la noche llegando a Teherán sobre las 23h de la noche, y encima tendría que pelearme de nuevo con un taxista que me lleve a la ciudad por un módico precio a esas horas y tener que buscar alojamiento, que nunca apetece a esas horas. Los vuelos un poco decentes en horarios se disparan de precio y cuestan mínimo 90 € por una hora de trayecto, así que mi siguiente alternativa es el bus nocturno, a favor es que me permite visitar todo lo que me queda de Shiraz, y al viajar de noche me ahorro una noche de hotel, y su precio en un bus VIP es de 700mil IRR, aproximadamente 17 €. En contra es que es un trayecto de casi 1.000 Kms y tarda aproximadamente 14 horas, y los conductores en Irán son un poco kamikaces, así que ahora que tengo varias opciones decido pensármelo y mañana por la mañana decidir.

A las 23h de la noche estoy entrando por la puerta de mi habitación, dónde mañana es mi último día en la ciudad y aparte de hacer mi equipaje, quiero aprovechar para acabar de visitar lo más importante de la ciudad.

DÍA 12.- SHIRAZ - TEHERAN

Hoy vuelvo a madrugar, recojo todo mi equipaje y antes de hacer el check out a las 11h me voy a cambiar algo de dinero para finalizar mi viaje y me voy de nuevo a la agencia de viaje, dónde finalmente decido comprar mi billete para irme en bus hacia Teheran y que sea lo que Jomeini quiera, así que decido comprar mi asiento anticipadamente y asegurarme plaza, cogiendo un bus que debe salir a las 19h de la tarde y prevista su llegada para las 09h de la mañana, dónde pago 700mil IRR y un trato exquisito por parte del personal de PARS TOURIST, así que totalmente recomendable esta agencia.


Con el billete en mi bolsillo me vuelvo para el hotel donde acabo de hacer mi mochila, hago el check out y pago mi estancia, y dejo mi mochila gratuitamente en consigna unas horas hasta que llegue la hora de ir a la estación de autobuses.

Con todo el tema de la logistica solucionado me dispongo a acabar de visitar la ciudad, que todavía tengo cosas pendientes, así que lo primero que hago es parar un coche para que me lleve a visitar la Tumba de Hafez, bastante alejado del centro y que en coche son unos 15 minutos, dónde le ofrezco 60mil IRR al taxista y me lleva encantado.

Poco después me deja en un cruce de calle para no tener que dar la vuelta y me indica que a 200 metros se encuentra mi destino, así que voy andando hacia allí, compro mi ticket para entrar que cuesta 200mil IRR, y bajo un calor infernal me meto a hacer la visita, dónde hay bastante gente (es lo que tiene no madrugar y no venir a primera hora).

Hafez fue uno de los poetas persas más importantes y más venerados de todo el país gracias a entre otros poemas, a su famoso libro "El Diván", traducido a muchos idiomas diferentes y que se puede comprar en cualquier sitio del país (sin ir más lejos en la tienda de souvenirs del recinto), y aquí se encuentra su tumba y aquí es donde está enterrado, se puede visitar y fotografiar sin problemas y su féretro se encuentra dentro de una sencilla urna de cristal y situado debajo de un pórtico, aunque lo mejor es que está situado dentro de un recinto lleno de jardines y estanques, que se convierte en un romanso de paz dentro de la bulliciosa Shiraz.




























Personalmente, y a pesar del calor y el precio del ticket, me parece una visita imprescindible si estamos en Shiraz, ya que es un lugar muy interesante para estar un par de horas. Después de la visita vuelvo a salir fuera, dónde enfrente hay un parque que a estas horas está lleno de gente haciendo picnic, y aunque me hubiera gustado visitarlo más profundamente y convivir con los locales, hoy no va a poder ser porque voy pillado de tiempo y tampoco quiero entretenerme mucho.




Tengo la suerte que un taxi está dejando a una familia en la puerta de la Tumba de Hafez y aprovecho para cogerlo yo, me parece muy raro que al ser un punto tan turístico en la ciudad apenas pasen taxis por esta zona, así que le digo al taxista que me lleve al Eram Gardens (Jardín de Eram) y después de un pequeño tira y afloja lo dejamos en 60mil IRR, no tengo ganas ni tiempo de discutir por 10 céntimos de euro, así que después de cruzar toda la ciudad, en 20 minutos aproximadamente me deja en la puerta del recinto, dónde al ser el único occidental ya me están observando y preparándome el ticket de entrada, que me cuesta otros 200mil IRR, así que imposible escaquearse.

El precio de las entradas en general no es que sea tan caro, pero cuando llevas muchos días rascándote el bolsillo, ves que la población local paga incluso 20 veces menos que tú, y que a veces has pagado por seguir viendo cosas simples y que se vuelve monótono, pues da rabia! Miedo me da cuando el turismo vaya en auge y les importe más recaudar dinero que no en mantener las instalaciones, como pasa en tantos lugares del mundo.

Y un ejemplo claro lo tenemos en el Jardín de Eram, un auténtico pulmón verde dentro de la ciudad de Shiraz, lleno de jardines y pabellones, construido en el s. XVIII durante la dinastía Kayar y que incluso la dinastía Pahlavi invirtió mucho dinero para que fuera lo que es hoy en día, donde familias enteras y parejas de enamorados pasan el día allí dentro paseando entre estanques y pabellones, pero que a mi personalmente me dejó muy frio la visita, ya que seguramente esperaba mucho más.












Después de recorrer los bonitos jardines entro a la pequeña tienda de souvenirs que hay dentro del recinto a curiosear y me sorprendo del precio de las postales, y es que no es muy normal que pidan 200mil IRR por un paquete de tres postales, el mismo precio que vale entrar a visitar los jardines, así que pensando que sería un error se lo comento a la dependienta y me dice que el precio es correcto, pero también me sorprende (de cada vez menos) y me confirma que los locales solamente pagan 10mil IRR por entrar a visitar el Eram Garden, y cuando le digo lo que pagamos los extranjeros no puede evitar sorprenderse y escandalizarse, así que dejo las postales allí con la duda de si ese precio es asumible para un bolsillo de una persona iraní.

Doy por finalizadas mis visitas porque son más de las 16h de la tarde, todavía tengo que comer, recoger mi equipaje e ir a la estación de autobuses y presentarme media hora antes, ya que mi bus sale para Teheran a las 19h, así que le pregunto a un taxista que hay sentado en la puerta que me lleve a mi hotel pero de 150mil IRR no baja, le digo que está loco y me dice que es lo que hay, así que me retiro un poco de la entrada principal del Eram Garden, me pongo en la carretera y al momento me para un coche particular, es una persona mayor que solamente habla farsi, le enseño la tarjeta de mi hotel y me dice que me cobra 20mil IRR... genial!! En apenas 15 minutos me deja en la puerta de mi hotel, dónde me doy una vuelta por los alrededores en busca de algún lugar para comer y encuentro una hamburguesería que me sabe a gloria después de tantos días comiendo kebabs y comida persa, así que aunque me cuesta hacerles entender lo que quiero, finalmente me traen mi comida, y aunque soy la única persona comiendo en el local, la comida está muy buena y pago solamente 120mil IRR por la hamburguesa bastante grande, patatas fritas y coca cola.



Me vuelvo para mi hotel que se encuentra apenas a dos calles, me paso a saludar a mi amiguete Ahmed del tenderete donde le compro algo de beber y aprovecho para despedirme de él, dándole las gracias por su amabilidad y hospitalidad en estos tres días que nos hemos visto, y paso por mi hotel a recoger mis mochilas que están en consigna y de nuevo a la calle, esta vez a la avenida principal para parar un coche que me lleve a la estación de autobuses.

Hay que tener en cuenta que Shiraz dispone de dos terminales o estaciones de autobuses, yo en concreto voy a la Karandish Bus Station que está a 15 minutos en coche aproximadamente, incluso es posible ir en bus urbano pero yo no quiero arriesgarme por si hay cualquier imprevisto y llego tarde.

Con la ayuda de un chico hindú que pasaba por allí me para un coche y le dice en farsi a dónde tiene que llevarme, le ofrezco 50mil IRR y aunque al principio me pide más dinero le digo que no y acepta sin rechistar, y después de sortear el terrible tráfico a estas horas de la tarde, a las 18h me está dejando en la estación de autobuses. La estación es bastante grande y todo está en farsi, así que no tengo ni idea desde que puerta sale mi bus a Teheran, así que le pregunto a un chico que está con su madre por allí esperando y me dice que le siga, y me lleva justo enfrente del bus que me tiene que llevar, así que le doy las gracias muy amablemente y me espero allí fumándome un cigarro hasta la hora de salida. Lo más sorprendente es que 10 minutos después vuelve a aparecer el chico que me ha traido aquí con su madre y la señora me entrega una bolsa, la miro y hay una botella de agua grande, frutos secos y algunos plátanos, me dice que su madre lo ha comprado para mi porque me espera un viaje muy largo... en esos momentos me quedo de piedra y no sé como reaccionar, intento ofrecerle algo de lo que tengo yo pero me lo rechazan amablemente, me siento impotente porque no puedo darle un abrazo y un achuchón a la señora tal y como se merece por culpa de las absurdas normas del país, y solamente puedo hacerle gestos de abrazos y darle las gracias por todo mientras estoy apunto de emocionarme y ponerme a llorar por estos detalles.

Son las 18:20h y el conductor del bus me pide mi billete, me coge las mochilas y me da un un comprobante y me subo al bus, que no va muy lleno y aunque es VIP no me parece tan lujoso ni tan cómodo como otros que he cogido. Me voy al final del autobus, me cojo un asiento de dos plazas y que son abatibles 180º, y como ya hemos subido todos y no se espera a nadie más, y con 30 minutos de adelanto, salimos dirección a Teheran.



El bus va parando cada dos horas aproximadamente en paradas de 10 minutos para que la gente vaya al baño o para fumar, y después a las 22:30h hace una parada larga de 35 minutos en una estación de servicio para que la gente aproveche para cenar, y otra parada sobre las 00:30h de la noche para bajar del autobus en un control militar, donde los soldados suben al interior del bus con perros para hacer una inspección rápida, y aunque yo soy el único extranjero, en ningún momento me piden mi pasaporte. Durante todo este rato lo comparto con un chico muy amable que trabaja en Teheran pero que tiene a su familia en Kashan, así que estamos un buen rato hablando e incluso me invita a unirme con él y su familia en Kashan, pero le explico que no puedo porque mañana tengo que coger un vuelo para casa.

Nos ponemos de nuevo en marcha, el autobus es bastante cómodo, tiene una nevera grande con botellas de agua gratis a disposición de los pasajeros y los conductores no son tan kamikaces como me esperaba, así que tiro mi asiento para atrás e intento dormir...

DÍA 13.- TEHERAN

Y vaya si he dormido, porque me vuelvo a despertar a las 06h de la mañana, poco antes de llegar a Teheran y aprovecho para desayunar algo con el kit que me han dejado en el asiento y que entra en el precio del billete, que es un zumo de frutas y un par de paquetes de galletas. Llegamos a la estación sur de autobuses a las 07h de la mañana, en total han sido unas 12 horas de trayecto que no se me han hecho muy duras porque por el cansancio acumulado he podido dormir, así que después de recoger mi mochila me voy a la estación de metro que tengo casi enfrente, y como todo me resulta tan familiar en menos de 30 minutos ya estoy de nuevo en mi hostel del primer día, con la sorpresa que Rashed no está y me recibe una chica en pantalón corto y sin pañuelo en la cabeza, y me dice que no tiene camas libres y que no tiene nada reservado a mi nombre. La chavalita es bastante borde y rebelde y tengo que pararle los pies, así que le digo que llame a Rashed por telefono y le pregunte, y después de hacerlo a regañadientes queda todo aclarado, y es que el bueno de Rashed no me había reservado una cama compartida, me había reservado la habitación doble que disponen de dos camas pero sin compartirla con nadie, porque sabía que solamente iba a estar unas horas y por la noche dejaba el hostel para ir al aeropuerto. Todo un buen detalle.

Dejo mi mochila en la habitación y a pesar de ser todavía muy pronto, me voy a intentar visitar alguna cosa pendiente que tengo de Teheran, así que vuelvo a coger el metro con dirección al Baazar de Teheran para intentar desayunar algo por allí cerca, pero una vez que llego me encuentro la desagradable sorpresa que apenas hay gente y que hoy está todo cerrado por ser festivo, ya que celebran el Eid Mubarak, más conocido como el fin del Ramadán. Aún y así me doy una vuelta por la zona aprovechando que no hay apenas gente para conversar con algunos curiosos y poder hacerle algunas fotos.
















Después de deambular un rato por la zona y pasar de largo el Golesthan Palace que ya visité mi primer día, me fui caminando al centro neurálgico de la ciudad, la Plaza Eman Khomeini, con muy poco movimiento en el día de hoy y solamente animado por un pequeño mercadillo que había en algunas callejuelas cercanas, pero nada interesante.




Pero lo que realmente me ha traido hasta esta zona es poder visitar el Museo Nacional de Irán, dónde alberga una gran colección de antigüedades y arqueología persa, sobretodo vasijas y restos arqueológicos de Persépolis, y aunque la entrada para visitarla es la más cara de todas ya que cuesta 300mil IRR, al llegar fue mi gozo en un pozo, ya que también permanecía cerrado durante todo el día de hoy, así que después de reflexionar un rato allí mismo sobre otras alternativas para el día de hoy, mi decisión fue ir a visitar el Taleghani Park y el Tabiat Bridge, aunque como está algo retirado de la ciudad, lo mejor es ir en metro.


La mejor forma de llegar es coger la línea roja de metro con dirección Tajrish y bajarse en la estación Shahid Haghani, un trayecto de aproximadamente 20 minutos y que se me hace muy ameno gracias de nuevo al ir y venir de los vendedores ambulantes dentro de los vagones y que tanto echaba de menos, con articulos inverosimiles y sus dotes comerciales para venderlos que hacen que las risas estén aseguradas.

Una vez en la estación solamente hay que andar 300 metros y de seguida llegamos, después existen varios senderos dependiendo de lo que queramos hacer, si bien dar un paseo a través de sus caminos montañosos y escaparnos del estrés de la ciudad y el tráfico, o bien coger otro sendero más corto que nos lleva directamente al Tabiat Bridge, una joya arquitectónica a modo de puente de 278 metros que separa esta zona con el Taleghani Park, otro pulmón verde de la ciudad. Se nota que hoy es festivo porque toda la gente está aquí que viene a pasear y hacer deporte, y sobretodo a practicar el deporte rey del país, los picnics y las barbacoas.














Las vistas desde aquí son muy bonitas, la gente es muy amistosa y va muy relajada y paseando por esta zona nadie diría que nos encontramos en la caótica ciudad de Teheran, con un tráfico espantoso y donde nadie respeta nada. Aprovecho para pasear tranquilamente a pesar del cansancio acumulado y sobretodo de la calor que hace, hoy tampoco bajamos de los 45º y al ir obligatoriamente en pantalón largo se nota bastante. De vez en cuando mi tranquilidad y relajación se ve interrumpida por alguna familia que quiere hacerse alguna foto conmigo, otros se acercan sorprendidos al verme y se interesan por mi vida y vienen a conversar conmigo, e incluso algunos me piden que me una a comer de picnic con ellos, aunque hoy prefiero comer en una especie de fast food iraní que he visto a la entrada del parque, dónde no se come mal por 90mil IRR.

Finalizada mi visita me vuelvo para el metro y después de un pequeño transbordo decido bajarme en la estación Ferdowsi, una de las zonas comerciales más importantes de la ciudad y donde me habían aconsejado para mirar algo de souvenirs o algún regalo curioso para llevarme a casa, o como mínimo poder comprar algunas postales para enviarla a los amigos como hago en cada viaje, pero una vez que salgo de la estación la realidad es muy diferente ya que todo está cerrado, las calles están muy solitarias y las únicas personas que rompen el silencio por la zona son los cambiadores de dinero ambulante ofreciéndote buen cambio, aunque yo ya estoy servido.



Son las 15:00h de la tarde y poco más puedo hacer hoy, así que vuelvo a coger el metro hasta mi estación, y después de 5 minutos caminando llego a mi alojamiento, me recibe la mocosa de esta mañana pero esta vez más amable y me dice que mi habitación está preparada, así que me meto una ducha y pongo las cámaras a cargar, y a las 16h de la tarde decido irme a descansar un rato, ya que me espera un día muy largo.

Finalmente me despierto a las 19:30h, cuando salgo me encuentro con Rashed que me saluda efusivamente y me pide disculpas por el malentendido, y después de hablar un rato con él le digo que voy a salir a dar una vuelta, ya que quería comprar algo de beber, buscar una peluquería y un sitio para cenar. Mi primera opción pero más remota es buscar una barbería para darme un afeitado, ya que llevo casi dos semanas sin afeitarme y tengo bastante barba pero viendo el día que es hoy no tengo mucha fe en encontrar nada abierto, pero estoy de suerte y a dos calles de mi alojamiento veo una especie de barberia y trastero, le pregunto al señor si puede afeitarme y me dice que me espere que tenía que cortarle el pelo a dos chavales jovenes que hay allí, así que mientras me espero nos echamos todos unas risas sin tener ni puñetera idea de inglés ni farsi, me hago unas fotos con los chavales y dejo que el señor me afeite, dónde me deja como nuevo y al preguntarle lo que le debo me dice que le pague lo que quiera, así que no me lo pienso mucho y le doy 100mil IRR (2,5 €) con propina incluida, y el tio estaba encantado! Lástima que mi móvil y mi cámara se quedó en mi alojamiento y no pude hacer fotos de la experiencia de afeitarme en una barbería iraní.

El siguiente destino es buscar un lugar para cenar, aquí ya me costó más porque todo estaba prácticamente cerrado pero finalmente encontré un garito donde me pude comer un plato de arroz con un kebab y una pepsi. La cena no estaba muy buena pero era la última que hacia en el país, así que a la hora de ir a pagarle me dijo que costaba 60mil IRR y le di un billete de 500mil IRR porque no tenía nada más suelto, así que como el dueño no tenía cambio y no había ningún sitio para ir a cambiar, me dijo que me invitaba la cena!! jajaja. Es increible la cantidad de veces que me han invitado en este viaje o que no me han dejado pagar, y eso que tampoco he querido abusar!

Y ya por último antes de llegar a mi alojamiento me paro en una pequeña tienda que hay casi enfrente que ya había estado esta mañana, y compro algo de beber para esta noche y el resto, como ya no voy a gastar nada excepto el taxi para el aeropuerto, me lo quito de encima comprando paquestes de tabaco, que aquí el Winston cuesta solamente 40mil IRR (1 € al cambio), y encima el dueño de la tienda, como le he comprado muchas cosas, me regala un paquete de chicles!! Que majos son estos persas...

Llego de nuevo al alojamiento a las 22h de la noche y me dice Rashed que mi taxi vendrá a las 00:30h, ya que lo he reservado con él porque tiene un colega de confianza y solamente me va a cobrar 400mil IRR (por mi genial), así que le digo que me voy a mi habitación a recoger todo y a descansar otro rato y que cuando venga el taxi que me avise, así que a la hora acordada me avisa que el taxista está esperando fuera, me despido de Rashed y el taxista, un chaval joven bastante choni con un coche tuneado y con la música a toda pastilla, me lleva a toda velocidad al aeropuerto en solamente 20 minutos, donde le pago los 400mil IRR acordados y nos despedimos.


Mi vuelo hasta Estambul no sale hasta las 03h de la mañana, así que después de hacer el check in, pasar los controles de seguridad y aburrirme un rato mirando en las dos únicas tiendas que hay en la terminal, junto con los baños y una sala para fumar, me siento un rato a leer hasta la hora de mi vuelo.

DÍA 14.- TEHERAN - ESTAMBUL - BARCELONA

La hora de embarque con Turkish Airlines es a las 02:20h y todo puntual, excepto un pequeño grupo de franceses y yo que somos los únicos occidentales, el resto son persas. A las 03h de la mañana despegamos puntuales, dejando atrás 13 maravillosos días en un país que me ha encantado y que me ha sorprendido muy gratamente gracias a su arquitectura y sobretodo por la hospitalidad de su gente, así que no descarto volver en un futuro. Como mi pantalla individual no funciona, me pongo a dormir un par de horas, hasta que pasan con el desayuno y poco antes de las 06h aterrizamos en Estambul, una de mis ciudades favoritas, y dónde nunca me cansaría de volver.


Cuando compré mi vuelo tenía la opción de hacer una escala más corta en Estambul y volver antes a casa, pero como ese día lo tenía igualmente perdido, decidí hacer un pequeño stopover en Estambul y coger una escala más larga, quería aprovechar para dar una vuelta de nuevo a la ciudad y rememorar mi viaje a Estambul de 5 años atrás, aunque las cosas han cambiado mucho y hace un par de meses hubo varias explosiones bombas en el aeropuerto Atatürk y un intento de golpe de estado contra el gobierno de Erdogan.

Recordad que si viajáis a Estambul con Turkish Airlines y haceis una escala de mínimo 6 horas en la ciudad, tenéis derecho al visado gratuito y a un tour por la ciudad con guia, incluida la comida, así que tenéis toda la información de vuestro Stopover y es una forma muy interesante de conocer la ciudad, tan solo debéis ir al stand que tienen instalado al lado del Starbucks en la zona de restaurantes, y allí os tramitarán todo. En mi caso, al llegar a las 06h de la mañana no disponían de tours hasta las 09h de la mañana y me negaba a esperar 3 horas en el aeropuerto, ya que mi siguiente vuelo no era hasta las 14:40h, así que me tramitaron gratuitamente el visado y decidí salir a visitar la ciudad por libre, ya que me la conozco bastante bien de mi anterior visita y ganaba tiempo.

Con mi pasaporte en la mano y mi mochila de mano me voy hacia la estación de metro del aeropuerto, llamada Havalimani, que abre a las 06h de la mañana, y en las mismas máquinas automáticas me hago con una Istanbulkart por comodidad y no ir comprando jetones (fichas de plástico), me cuesta 20 TRY  (liras turcas, aprimadamente 7 €) y no me tengo que preocupar porque funciona como una tarjeta monedero y los trayectos son más baratos, y el saldo restante me servirá para un futuro cercano cuando vuelva a hacer escala en Estambul según mis previsiones para un posible viaje el año que viene.

Me bajo en la estación Zeytinburnu y hago transbordo a la línea azul, dónde 20 minutos después me bajo en mi querida Sultanhamet, dónde estoy loco por volver a pasear por sus calles, así que me he propuesto que en un máximo de 6 horas hasta antes de volver al aeropuerto, poder visitar los exteriores de la Mezquita Azul, el Hipódromo, Hagia Sofia y disfrutar al máximo de todo lo que pueda sin gente a estas horas.




































Es muy bonito volver a un lugar que ya conoces y que has estado anteriormente y comprobar que no ha cambiado nada, y en cambio darnos cuenta de todo lo que hemos cambiado nosotros en todo este intervalo de tiempo. Después de este agradable paseo me voy bajando hasta la zona de Eminönü, dónde los primeros rayos de sol abren los primeros comercios y tiendas de souvenirs por el día de hoy, y me voy en busca de mi cafetería favorita de Estambul, situada enfrente de la estación de Sirkeci, famosa estación por ser una joya arquitectónica, lugar desde dónde parten los trenes para el resto de Europa siendo el viaje estrella el Orient Express y que ha sido ambientada en varias novelas de Agatha Christie.






Después de desayunar en mi cafetería favorita de Estambul (7,80 TRY) cojo el tranvía justo enfrente y me bajo en la parada Karaköy, dónde empiezo a recorrer las estrechas y laberínticas calles que llega hasta la Torre Gálata, con una altura de 61 metros y desde dónde se divisan unas vistas impresionantes de toda la ciudad desde arriba del todo. Su precio es de 25 TRY aunque esta vez no voy a subir por falta de tiempo, pero si vosotros disponéis de él es una visita imprescindible, sobretodo al atardecer-anochecer.










Sigo paseando por sus calles mientras los primeros vecinos hacen acto de presencia y se desperezan, y yo voy bajando tranquilamente y a la vez me voy despidiendo de toda esta zona, y tranquilamente llego al Puente Gálata, uno de los paseos más bonitos de todo Estambul y que tantas veces recorrí en mi anterior viaje años atrás. El Puente Gálata tiene una distancia de casi 500 metros y conecta la parte antigua de la ciudad con la zona más moderna, desde aquí se tienen unas vistas impresionantes de las mezquitas de la ciudad (sobretodo de la Yeni Camii) y a cualquier hora siempre está muy animado gracias a los aficionados a la pesca que se reúnen aquí para pescar y hacer vida social entre ellos.










Una vez cruzado el Puente Gálata me encuentro de nuevo en la zona de Eminönü, aquí está todo lleno de restaurantes y pequeños tenderetes dónde la especialidad son los ricos bocadillos de sardinas recién pescado que son muy baratos, pero acabo de desayunar y son las 10h de la mañana y no me apetece, así que mi siguiente destino es acudir a uno de mis lugares favoritos de toda la ciudad, el Misir Çarsisi o más conocido como el Bazar de las Especias, dónde podremos disfrutar de una explosión de colores y olores gracias a las decenas de tenderetes que se encuentran aquí y hacer interesantes compras gastronómicas. Pero mi gozo en un pozo, ya que cuando llego se encuentra cerrado porque hoy tambien es festivo por el Eid Mubarak y el interior estará cerrado durante cuatro días, así que tengo que conformarme con los tenderetes que han puesto en las calles aledañas, así que no dudo en sumergirme e ir en busca de Fatih, un chaval que conocí hace 5 años y que tenía un puesto dentro del Mercado de las Especias, así que después de preguntar varias por él al final lo encuentro en un tenderete cercano, y aunque es normal que no se acuerde mucho de mi después de tanto tiempo, se muestra tan hospitalario como siempre y prepara unos tes que nos vamos consumiendo allí sentados mientras hablamos de nuestras vidas en todo este tiempo, de los últimos atentados en el país, de la parafernalia que montó Erdogan y su fake de golpe de estado de este verano e incluso de fútbol, la conversación rey en Estambul por la pasión que le ponen y más desde que tenemos a un turco jugando en el barça, el gran Arda Turan.







Acabo comprándole a Fatih todo tipo de especias para cocinar y algún detalle de recuerdo (87 TRY) que al fin y al cabo, aparte de saludarle, he venido hasta aquí para eso, ya que aunque he comprado especias en Irán no puedo irme de Estambul sin comprar más porque me encantan. Con todo el dolor de mi corazón tengo que despedirme de Fatih porque son casi las 12h del mediodía y mi vuelo sale a las 14:40h, así que prometo no tardar tanto tiempo en volver a Estambul y pasar a saludarle otra vez. Retrocedo mis pasos y me acerco hasta la cercana Yeni Camii, una de mis mezquitas preferidas de la ciudad, aunque me llevo una pequeña decepción porque está en fase de rehabilitación y tiene todo el exterior cubierto de lonas y andamios, aún así no desaprovecho la ocasión para visitarla una vez más por dentro.












Me despido de la zona con la intención de ir avanzando de nuevo hasta el aeropuerto, que aunque no tengo que facturar, si que tengo que pasar los exhaustivos controles de seguridad, así que me cojo de nuevo el tranvía enfrente de la Yeni Camii (parada Eminönü) pero durante el trayecto me lo pienso mejor y me bajo en la parada Çemberlitas, más que nada porque en esta zona tenía mi alojamiento la otra vez que visité la ciudad y está cerca del Kapaliçarsi, más conocido como el Gran Bazar de Estambul, y aunque Fatih me ha informado que hoy está cerrado por ser festivo, quise comprobarlo por mi cuenta por si se hubiera equivocado, aunque realmente estaba en lo cierto y cuando llegué allí estaba cerrado, así que aproveché para comprar algún imán de la nevera para la familia en la zona de Çemberlitas que es donde se encuentran más baratos (7 TRY) y gastar mis últimas liras turcas en varias botellas de agua.






Ahora si que doy por finalizado mi viaje, son las 12:30h y cojo por última vez el tranvía que me lleva de nuevo al aeropuerto en un trayecto de unos 30 minutos con transbordo incluido, dónde después de pasar un pesado control de seguridad por culpa de la alerta por terrorismo que azota el país desde los últimos meses y un agradable control de pasaportes gracias a la simpatía del oficial de turno, tengo el tiempo justo para fumarme un cigarro e ir hacia la puerta de embarque de mi vuelo, dónde puntualmente sale mi vuelo hacia Barcelona sin ninguna incidencia, llegando pasadas las 17h de la tarde, dando por finalizadas mis vacaciones y mi último viaje del año, dónde he tenido la suerte de poder disfrutar de un país tan sorprendente y maravilloso como Irán, dónde a pesar de las opiniones de la gente y de los medios de comunicación me he sentido más protegido que nunca, y he finalizado poniendo la guinda a este extraordinario viaje volviendo a una de mis ciudades favoritas, Estambul, que junto a Bangkok son ciudades que nunca me canso de volver y que que me apetece volver en cualquier momento.

Ahora toca soñar con nuevos destinos y explorar de nuevo este maravilloso planeta que tenemos, y sobretodo, conocer gente maravillosa que nos vamos encontrando en nuestro camino.


6 comentarios:

  1. Como siempre Óscar una info de muchísima calidad, acompañada de grandes fotos!!!

    Nos estamos planteando la visita de este país quizás para la primavera de 2018, ya que este año lo tenemos complicado.

    Saludos.

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    1. Hola Víctor!

      Muchas gracias por tu comentario y me alegro que tengas este destino en cuenta para un futuro, seguro que no os va a decepcionar, pero si puede ser intenta escoger una fecha que no haga mucha calor, más que nada por las niñas y sobretodo por tu mujer, que al tener la obligación de ir con pañuelo e ir bastante tapada, no tenga esa sensación de agobio por culpa de la calor.

      Cualquier cosa que necesites en su momento, ya lo sabes!

      Un abrazo!

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  2. me ha encantado tu relato del viaje.estoy pensando ir este año pero la verdad es que me da un poco de miedo,por la inseguridad que puedo encontrarme.lo que si me gustaría saber es cuando fuiste que pasaste tanto calor.yo tengo pensado septiembre u octubre.

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    1. Hola Pauli!

      Yo fui la primera quincena de septiembre y la verdad es que hacia calor, pero era bastante soportable ya que no hace humedad y se agradece. Por el tema de la seguridad no sufras, Iran es un lugar demasiado tranquilo y es el país más hospitalario que he conocido, así que te van a tratar demasiado bien.

      Si tienes cualquier pregunta no dudes en ponerte en contacto conmigo.

      Saludos.

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  3. Impresionante todo lo que nos enseñas! deseando ir. No sé qué es lo que más me gusta cuando veo fotos de Irán. Un abrazo!

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    1. Hola Pepa!!

      Como ya te he comentado otras veces, Irán es un destino maravilloso e indiferentemente de los días que vayas, siempre te va a quedar la sensación que te ha sabido a poco! Es díficil quedarse con un sólo lugar del país, aunque en primer lugar pondría a su gente y toda su hospitalidad, y después visitar Persépolis, Esfahan (para mi contiene la plaza más bonita del mundo), Shiraz (la ciudad de los poetas y el vino), la ciudad tradicional de Kashan, la bulliciosa Teherán, etc...

      Ojalá puedas visitarla pronto porque estoy seguro que te va a encantar a pesar de todas las incomodidades para una mujer, un destino maravilloso, muy ecónomico y lleno de historia, y que aquí estaré para ayudarte en todo lo que pueda!

      Un abrazo, guapa!

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