5 de febrero de 2020

BAKÚ














Uno de los destinos menos conocidos y visitados por los turistas es Azerbaiyán, rodeada por las grandes montañas del Cáucaso y del Mar Caspio, un país que históricamente ha estado bajo los imperios árabe, persa, otomano y ruso, siendo un enclave estratégico en las caravanas de la Ruta de la Seda.  

La Tierra del Fuego como se le conoce mundialmente al país es actualmente un destino moderno y cosmopolita que no para de reinventarse y de crecer gracias al boom del petróleo y el gas, donde es inevitable compararla con ciudades como Dubai dado su crecimiento urbanístico y sus ganas de agradar al mundo.



FICHA TÉCNICA DEL VIAJE

FECHA: Agosto 2.019

DÍAS: 2

DOCUMENTACIÓN NECESARIA

Pasaporte con mínimo 6 meses de validez y dos páginas en blanco.

Visado que se tramita online a través de la web de la República de Azerbaiyán con un coste de 23 $ por persona (20 $ de visado + 3 $ de gastos de gestión) y con una validez de 90 días. Muy importante no haber visitado anteriormente la República de Artsakh (Nagorno Karabaj) ya que de ser así tu solicitud de visado quedará automáticamente denegada, así que mi recomendación es visitar primero Azerbaiyán y posteriormente la República de Artsakh.

OTROS DATOS DE INTERÉS

IDIOMA: El idioma oficial es el azerí, aunque también está muy extendido el turco y el ruso, fruto de la influencia del imperio otomano y soviético en el país. En la parte más turística de la ciudad es posible entenderse en inglés, aunque no es muy común.

MONEDA: La moneda oficial es el Manat Azerbaiyano, escrito AZN. En el momento de mi visita el cambio fue de 1 € = 1,89 AZN, aproximadamente. 

TARJETAS: Se puede pagar con tarjetas de crédito en la mayoría de alojamientos de nivel medio-alto, aunque para el resto conviene disponer de dinero en metálico para pagar transportes, tickets, pequeñas compras en mercados y restaurantes de gama media. 

GUIA DE VIAJE: Mi guia como siempre será la Lonely Planet, en este caso la de Georgia, Armenia & Azerbaiyan en su versión inglesa, aunque también se encuentra disponible en español. No está demasiado actualizada en cuanto a precios se refiere pero para informarse de las visitas más turísticas es más que suficiente.

TELEFONO: Hay cobertura de telefono en todo el país, aunque al no pertenecer el país a la Unión Europea y no llevarnos una sorpresa desagradable a nuestra llegada a casa en forma de factura lo mejor es hacerse con una tarjeta SIM si necesitáis estar conectados todo el día, en caso contrario podéis aprovechar el wifi gratuito en muchos rincones de la ciudad así como en vuestro alojamiento.

INTERNET: Prácticamente en todos los alojamientos o restaurantes disponen de wifi gratuito para sus clientes además de encontrarnos muchos puntos de wifi gratuitos habilitados por la ciudad y que nos irá genial para consultar cualquier información que necesitemos.

SEGURIDAD: País 100% seguro ya que he podido moverme por cualquier rincón de la ciudad en cualquier momento del día sin el más mínimo problema, la gente es muy amable y siempre están dispuestos a ayudarte desinteresadamente, además tenemos la ventaja de que Bakú es una ciudad muy viva y a la gente les gusta salir hasta altas horas de la noche que es cuando menos calor hace, así que no tendremos problemas de encontrarnos calles vacías porque siempre nos cruzaremos con personas hasta bien tarde. 

VACUNAS: Ninguna obligatoria pero se recomienda la vacuna de la Hepatitis A y B, y Fiebre Tifoeida.

ELECTRICIDAD: El voltaje es de 220 V y las clavijas y enchufes son del tipo C/F, así que no hace falta adaptador, ya que los enchufes funcionan igual que aquí.

DIFERENCIA HORARIA: En el momento de mi viaje, +2 horas respecto a España.

RELIGIÓN: Azerbaiyán es un estado laico donde conviven diferentes religiones, siendo mayoritaria la musulmana con el 95% del total (85% de chiitas, la cifra más alta junto a la República de Irán, y un 15% de suníes) y el resto repartida entre cristianos, ortodoxos y judíos. 

EL ITINERARIO DEL VIAJE





















Azerbaiyán es un país muy pequeño pero con una riqueza extraodinaria que es imposible de visitar con solamente dos días, así que como me encuentro visitando los países que forman el Cáucaso y lo tengo tan próximo pero tengo los días muy apretados ya que mi prioridad es Georgia y Armenia, intento exprimir mi planning al máximo y solamente voy a visitar su capital Bakú, dejando para una futura ocasión otras ciudades interesantes como toda la Península de Abhseron, Seki, Ganja y Najicheván que no eran prioritarias para mi en este viaje y que prefiero visitar con más calma.

PRESUPUESTO DEL VIAJE

DESGLOSE DEL PRESUPUESTO                                               IMPORTE

Tren Tbilisi-Bakú con CJSC                                                                               16,93 €

ALOJAMIENTO                                                                                      14,18 €

TRANSPORTE                                                                                        1,59 €

OTROS (COMIDAS, COMPRAS, GASTOS PERSONALES,..)                               32,35 €

Total Presupuesto por Persona                                                  65,05 €

CAMBIO DE MONEDA



La moneda oficial en Azerbaiyán es el Manat azerbaiyano, una moneda que no fluctúa demasiado y que se ha ido fortaleciendo respecto al euro durante los últimos años, así que para los viajeros europeos resulta un poco caro visitar este país dado su nivel de vida actual, aunque también es cierto que es posible visitar la ciudad sin dejarse un gran presupuesto como he intentado hacer yo.

Como mi entrada al país esta vez no ha sido por via aérea no puedo informar si es recomendable cambiar moneda en el aeropuerto, pero si tu visita al país es corta y no te quieres complicar mucho es posible cambiar el importe que necesitemos en los numerosos bancos y casas de cambio que encontraremos en la turística zona de Icheri Sheher (zona antigua), aunque es cierto que contra más nos alejemos de toda la zona más turística mejor cambio encontraremos, aunque apenas encontraremos demasiada diferencia por importes tan pequeños, así que mi recomendación es cambiar en una casa de cambio que se encuentra en la esquina justo donde se coge el funicular que nos llevará a lo alto de las Flame Towers y enfrente del Museo de las Alfombras, un poco alejado de la zona turística y donde encontré el mejor cambio de la ciudad en ese momento (si no hubiese querido complicarme mucho hubiera sacado dinero de cualquier cajero automático ya que mi tarjeta de crédito me devuelve las comisiones después).

TRANSPORTE EN LA CIUDAD
























La mejor forma de moverse por la ciudad es caminando tranquilamente sin necesidad de tomar ningún transporte público, ya que todo lo más interesante de la ciudad se concentra en el casco antiguo de la ciudad o a un corto paseo de allí, así que lo mejor es ir paseando a través de sus grandes avenidas. En caso de no poder caminar mucho o no perder mucho tiempo podemos tomar el metro que solamente tiene dos líneas, la extensa red de autobuses que recorre la ciudad o cualquiera de los centenares de taxis o cabs al estilo británico que encontraremos por la ciudad, ya que los encontraremos a doquier y a cualquier hora del día y que resultan bastantes económicos, aunque conviene negociar el trayecto antes de subir ya que la mayoria se niegan a usar el taximetro.

TRANSPORTE A/DESDE BAKÚ



























Bakú está estrategicamente bien comunicada con otros países del Cáucaso, siendo lo más habitual desplazarse a ciudades de Rusia, Turquia, y sobretodo la ruta hacia Georgia. Os recuerdo que actualmente la frontera con Armenia no se encuentra disponible por conflictos diplomáticos a raíz de la disputa del territorio de Nagorno Karabaj.

Avión: Quizás sea la opción más cara de todas pero es la más rápida y cómoda para llegar a Bakú procedente de Turquia o Georgia, ya que los trayectos duran poco más de una hora. Recomendable si buscamos comodidad o queremos aprovechar al máximo el tiempo que tenemos de viaje.

Tren: Esta opción fue mi elegida y personalmente para mi es la mejor, aunque ya os adelanto que no es muy cómodo el trayecto, ya que son muchas horas de viaje, los trenes son de la época soviética y la velocidad del tren es bastante lenta, así que conviene intentar viajar siempre de noche para que no se haga muy pesado y hacerlo en un compartimento o cabina con litera para poder ir descansando para llegar al día siguiente totalmente fresco a nuestro destino. Aunque si por algo recomiendo este medio de transporte es por las maravillosas experiencias que puedes vivir junto a otros viajeros o con viajeros locales en el mismo tren donde por unas horas todos somos una familia y compartimos todo. Los trayectos son baratos y los que parten desde Azerbaiyán se pueden comprar los tickets online a través de la web de Azerbaiyan Railways de forma muy cómoda.

Bus: Desconozco si existen trayectos entre países en autobuses pero personalmente pienso que esta opción debe ser muy pesada ya que son muchas horas sentado y sin apenas moverte por muchas paradas que se hagan y no debe ser muy cómodo. 

ALOJAMIENTO DEL VIAJE



























Cuando estaba organizando el viaje nunca hubiera pensado que el alojamiento en Bakú fuera tan caro, y es que más que pertenecer a un país del Cáucaso me ha parecido encontrarme en un país de Oriente Medio tipo Dubai porque los precios de los alojamientos me han parecido bastante altos en base a su calidad-precio. Si uno va buscando una habitación doble y una ubicación más o menos céntrica no va a tener más remedio que rascarse el bolsillo.

Happy Baku Hostel & Tours. Alojamiento céntrico ubicado apenas a tres minutos caminando de la Plaza de Las Fuentes, centro neurálgico de la ciudad, y apenas 10 minutos caminando de la zona antigua y turística de la ciudad y de la Estación Central de Bakú, ideal si es tu puerta de entrada y salida del país porque llegas en un corto paseo. Fue el alojamiento más barato que encontré en mis fechas ya que solamente iba a pasar una noche y solamente me interesaba para poder descansar bien, ducharme y que me guardaran mi mochila hasta la hora de volver a coger el tren para volver a Georgia, y debo decir que cumplió su cometido con creces y porque estuve muy agusto allí, ya que su dueño es muy hospitalario y te da muchas facilidades para todo, las instalaciones por dentro estaban impecables (por fuera no, ya que se encuentra ubicado dentro de un edificio bastante lamentable y parece que ser va a caer en cualquier momento). Toda la zona está llena de restaurantes y comercios abiertos hasta altas horas de la noche, y a escasos metros podemos encontrar un supermercado Spar abierto las 24 horas del día. Dispone solamente de una habitación doble (fue la mia) y las demás son habitaciones compartidas y las zonas comunes son amplias y muy cómodas.

Reservado a través de Booking he pagado 14 € en total (26 AZN) por una noche en habitación doble con desayuno incluido, el alojamiento es recomendable por precio y ubicación, instalaciones y limpieza, y sobretodo por la hospitalidad de sus dueños, en cambio no lo recomendaría porque solamente hay dos baños en todo el alojamiento y son compartidos además de que la estancia solamente se puede pagar en efectivo por mucho que anuncien en su web que es posible pagar con tarjeta de crédito. El alojamiento personalmente es recomendable, y más llegando al país después de una noche sin pegar ojo en un tren nocturno y tener que volver a cogerlo al día siguiente para desplazarme de nuevo entre estos países.

LO MEJOR DEL VIAJE

* Lo fácil que resulta recorrer a pie la ciudad y los lugares más turísticos sin necesidad de utilizar ningún transporte público, ya que lo más importante de la ciudad se concentra en el casco histórico donde es fácil llegar caminando.

* La amabilidad y hospitalidad de su gente, me han parecido personas muy tranquilas y amables, orgullosos de recibir turistas y hacerles que se sientan bien en todo momento, aunque no están muy acostumbrados al turismo de extranjeros porque la gran mayoria de personas que visitan el país son musulmanes (mayoritariamente turcos), en familia y con cierto poder adquisitivo.

* A pesar de no ser un destino muy frecuentado por los viajeros me ha parecido una ciudad interesante con algunos lugares muy bonitos para visitar, todo muy bien organizado y limpio, y muy tranquilo para el turista.

LO PEOR DEL VIAJE

* Siendo sincero, me ha parecido una ciudad que me ha recordado mucho a Dubai pero a menor escala, una ciudad levantada gracias al dinero y a sus reservas petrolíferas pero que carece de personalidad propia, simplemente están construyendo sin parar y derrochando dinero en edificios más para presumir y agradar al exterior que para otra cosa.

* Cuando estaba organizando el viaje me preguntaba que si estando tan cerca de Azerbaiyán y aunque contaba con los días tan justos no podía suprimir algo de mi planning para meter con calzador aunque solamente fuera Bakú como así hice, y la verdad es que tampoco me arrepiento de haberla visitado pero es cierto que tampoco me ha entusiasmado mucho ni he vuelto enamorado del país, han habido rincones que me han gustado pero en general no es un destino como para repetir a corto plazo, así que me alegro de haberle dedicado solamente un par de días a la ciudad porque personalmente pienso que no da para mucho más, a no ser que te vayas moviendo por el país visitando otras ciudades.

* Los precios que se manejan por el país, me parece bastante cara para todo lo que ofrece, exactamente por eso me ha recordado a Dubai, aunque es cierto que es posible gastar poco porque te puedes mover caminando por la ciudad sin necesidad de coger transporte público, las visitas más turísticas e importantes se localizan en el exterior y son gratuitas (a excepción de los museos), está lleno de mercados y cadenas de supermercados (sobretodo Spar) donde venden de todo y mucho más barato y además es posible pagar con tarjeta de crédito sea cual sea el importe, e incluso se puede comer bastante bien de precio si te retiras un poco de la ciudad vieja, donde todo está más enfocado al turismo.


Y después de este breve resumen os explico todo lo que se puede visitar en la capital de Azerbaiyán en una visita express de un par de días exprimiendo al máximo el tiempo, una ciudad que no enamora pero que es interesante de visitar!


DÍA 1.- TBILISI - BAKÚ

El trayecto lo inicio en la estación de ferrocarriles de Tbilisi, capital de Georgia, donde he estado visitando parte del país por unos días y que lo continuaré haciendo después de mi visita a Bakú, donde he tomado el tren a las 20:35h que ha salido puntual y donde he compartido un camarote de 4 personas con una pareja de viajeros alemanes (Manu y Erika) y con una persona mayor de Azerbaiyán que iba sin equipaje y que más tarde nos explicó que era profesor de universidad. Por delante nos esperan unas 10 de trayecto y tenemos previsto llegar a las 06 de la mañana a Bakú, en teoría sería una temeridad y una matada por no ser que todas las cabinas del tren disponen de su propia litera, algo esencial para descansar y dormir durante toda la noche. Cada vagón de tren dispone de su propia provanitsa, que sería la azafata o la persona que se encarga de ayudarte en todo lo que necesites, de que se hagan cumplir las normas dentro del tren, de proporcionarte las sábanas para tu litera, etc... normalmente las personas que desempeñan esta labor son mujeres y bastante mayorcitas, con el típico carácter soviético que les caracteriza y no son muy simpáticas que digamos, además de no hablar prácticamente nada de inglés, pero cumplen con su trabajo.

Las primeras dos horas las pasamos cenando en nuestra cabina, preparándonos nuestra cama, leyendo o matando el tiempo como podemos, hasta que llegamos a la frontera georgiana con la azerí y el tren se detiene, suben los funcionarios de inmigración pidiendo y llevándose los pasaportes y vuelven una hora después devolviendo los pasaportes con el sello de salida estampado. Mientras hacen estos trámites la mayoria de viajeros bajamos del tren y aprovechamos para estirar las piernas, fumar o hablar con otros viajeros, donde aprovecho para coger confianza con mis compañeros alemanes de cabina y con otras familias azeries que se acercan a entablar conversación con nosotros, ya que no suelen viajar muchos turistas por estos destinos.

Continuamos nuestro trayecto y poco después nos avisa nuestra provanitsa que preparemos nuestra documentación para hacer los trámites de entrada en Azerbaiyán, y no es porque ya hayamos llegado a nuestro destino sino que se hacen los trámites en el momento que hacemos el cambio de país y el tren se detiene en la noche en medio de la nada donde tienen la frontera esta gente. En cada vagón del tren hay una cabina instalada a modo de oficina para que los funcionarios de inmigración puedan pedir la documentación y ejercer su trabajo. Vemos que a nuestro vagón sube un militar con su maletín y se instala en la cabina contigua a la nuestra y dos militares más entran en nuestra cabina a hacernos preguntas y a registrar nuestros equipajes llevándose nuestros pasaportes, la verdad es que dan bastante respeto e intentamos no ponernos nerviosos. Nuestra provanitsa nos va llamando uno a uno para entrar individualmente a la cabina de al lado donde se encuentra el funcionario de inmigración con un portátil, una cámara y cientos de pasaportes, cuando llega mi turno me pide una copia del visado que he tramitado online, se interesa por mi viaje y me pregunta si tengo intención de visitar Armenia, le respondo que no, que mi intención es volver a Georgia y de allí a Turquia para volver a casa, me hace hincapié con el tema de Armenia y al ver que no doy mi brazo a torcer me sella mi pasaporte, me hace una foto con la webcam y me toma las huellas dactilares y me dice que me puedo ir de allí. A diferencia de la frontera georgiana, mientras el tren está parado en la frontera azerí nadie puede subir ni bajar del tren, así que aprovecho para leer un rato en la cama mientras hacen lo propio con todos los viajeros del tren.

Finalmente y después de casi hora y media emprendemos la marcha, como no puedo dormir me salgo al pasillo del tren con Manu y nos ponemos a hablar hasta altas horas de la madrugada hasta que decidimos retirarnos a descansar un rato sobre las 3h de la mañana, cerramos nuestra cabina e intentamos descansar lo que podamos, aunque no será por mucho tiempo ya que sobre las 6h de la mañana nuestra provanitsa nos va porreando la puerta para avisar que no falta mucho para nuestro destino y pasa recogiendo todas las sábanas y toallas, mientras aprovechamos para asearnos un poco y recoger todo nuestro equipaje.

Finalmente llegamos a la estación de Bakú pasadas las 07h de la mañana, la temperatura es agradable a estas horas y me despido de mis compañeros de ruta (ellos continuarán su viaje días más tarde hacia Uzbekistán), y mientras camino hacia los exteriores de la estación no puedo evitar hacer una foto del tren que me ha traido hasta aquí cuando se me acercan varias personas y me dicen que está prohibido y que si me ve la policia me pueden multar (no sé si será cierto o no pero en Armenia días más tarde volvieron a repetirme lo mismo).


Lo primero que hago antes de salir de la estación es bajar a la planta baja donde se encuentran las oficinas de Azerbaiyan Railways y cambiar mi voucher por el ticket electrónico de mi viaje de vuelta para mañana noche y así ahorrar tiempo, ya que el voucher que te envían cuando haces la compra por la web no es válido para viajar, así que es un trámite rápido y gratuito, solamente deberás mostrar el código de compra o voucher y tu pasaporte y al instante te imprimirán tu billete electrónico listo para viajar. Si intentas subir al tren sin hacer este trámite te enviarán directamente a las oficinas.

Una vez fuera de la estación y después de quitarme de encima a todos los taxistas que venían a mi encuentro toca llegar a mi alojamiento, que según Maps.me se encuentra a unos 10 minutos caminando, así que no vale la pena tomar ningún taxi porque me apetece estirar las piernas después de estar tantas horas metido en el tren sin moverme. El problema está en que estoy muy próximo a mi alojamiento y no hay manera de encontrarlo, doy un montón de vueltas e incluso paso varias veces delante de él y no hay manera de encontrarlo, hasta que finalmente le pregunto a una chica que habla inglés y muy amablemente llama por telefono al alojamiento y le indican donde es exactamente. Cuando finalmente llego me doy cuenta que he pasado varias veces por delante pero no lo podía localizar porque no tiene ningún cartel en la puerta y hay que meterse dentro de un patio y subir varios pisos, así que cuando llego le digo bastante mosqueado que pongan la ubicación bastante mejor o impriman aunque sea un papel con el nombre del alojamiento y lo cuelguen en la calle.

Son las 09h de la mañana y el check in no es hasta las 15h de la tarde, pero después de mi mosqueo me dice que tengo mi habitación preparada y que puedo acceder sin ningún problema, así que me hacen un favor porque aprovecho para cambiarme de ropa y hacer una pequeña mochila para empezar con ilusión a conocer este nuevo país, como todos los que hago cuando empiezo un viaje.



La verdad es que después de la decepción inicial cuando he visto la fachada exterior del alojamiento y una vez que he dejado el equipaje en mi habitación mi opinión no puede ser mejor por lo que me ha costado la noche y los precios que se manejan en esta ciudad, ya que las instalaciones están muy limpias y amplias, mi habitación está muy bien e incluso tengo aire acondicionado, lástima que el baño es compartido.

Cuando bajo para pagar la noche me dice que solamente se puede en efectivo porque no le funciona el datafono (qué casualidad) así que le digo que ya se lo pagaré en otro momento porque todavía no tengo moneda del país. Le pido un mapa de la ciudad y me dice que no tiene... pues vamos bien! Se ofrece a darme recomendaciones pero le digo que es igual, ya traigo información desde casa y lo único que me interesa es no perder mucho más tiempo.

Empiezo por fin a visitar la ciudad, empiezo a recorrer la calle Nizami que es una gran avenida comercial cercana a mi alojamiento llena de vida y movimiento en cualquier momento del día, ya que podemos encontrar decenas de tiendas de ropa y restaurantes donde entreteternos en cualquier momento del día, hasta conectar con uno de los lugares más frecuentados de la ciudad, la Plaza de las Fuentes (Fevvareler Meydani). Se recomienda visitarla cuando cae el sol y anochece, ya que las fuentes se encienden y se puede observar un pequeño espectaculo de luz y agua, además de encontrar un ambiente muy bueno con la gente paseando o tomando algo en las terrazas o poder cenar algo en algunos de sus foodtrucks que se encuentran aquí.











Sigo caminando tranquilamente y dejando esta zona para cuando caiga la tarde y vuelva de nuevo para mi alojamiento y de seguida me meto de lleno en la zona más turística de la ciudad, Old City (ciudad vieja) o más conocida como Icheri Sheher, que data del S. XII, donde se puede acceder atravesando las murallas de la ciudad y donde parece que el tiempo se habrá parado porque no tiene nada que ver con el resto de la ciudad, ya que aquí encontraremos edificios rehabilitados, decenas de puestos de souvenirs y un entremado de callejuelas estrechas y empedradas a cada cual más bonita, hecho que le convirtió en el primer emplazamiento de todo Azerbaiyán en ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, donde además podemos encontrar dos de los edificios más importantes de la ciudad, la Torre de la Doncella y el Palacio de los Shirvanshah, con unas maravillosas vistas de toda la costa azerí con sus inconfundibles Flame Towers de fondo.















Recomiendo perderse por esta zona y sus callejuelas sin ningún planning predeterminado ni hacer caso de ninguna guia ni mapa, solamente disfrutar del momento y sin miedo a perderse porque la zona es muy pequeña y en cualquier momento acabarás volviendo a cualquier punto céntrico y volverás a orientarte sin problemas.

Por esta zona encontraremos siempre tiendas de souvenirs y alguna casa de cambio pero os recomiendo que no lo hagáis por aquí porque todo está enfocado al turismo y se aprovechan un poco, así que mejor tener un poco de paciencia y cambiar dinero fuera de la ciudad vieja. En mi caso como todavía no he podido cambiar nada de dinero y hace bastante calor, lo que hago es meterme en un supermercado de la cadena Spar (los hay a patadas en Bakú) y comprar algo de bebida para hidratarme aprovechando que se puede pagar con tarjeta de crédito sin necesidad de hacer un gasto mínimo, cosa que me fue genial en estos dos días para no tener que cambiar grandes cantidades de dinero.





Después de descansar un poco e hidratarme sigo mi camino, dejo por un rato las calles empedradas y de seguida llego a uno de los emblemas de la ciudad, la Torre de la Doncella (Qiz Qalasi o Maiden Tower) una famosa torre persa sasánida que sirvió en su momento como torre de vigilancia, declarada en el año 2.000 como Patrimonio de la Unesco y que se encuentra justo enfrente del Mar Caspio. Se puede visitar su interior donde encontraremos un pequeño museo interactivo y una tienda de souvenirs, aunque lo mejor son sus vistas desde lo alto de la torre. El ticket cuesta unos 15 AZN por persona y yo personalmente no la visité porque no me parecia muy interesante y porque podemos encontrar unas vistas muy parecidas desde lo alto del Palacio de los Shirvanshah que se encuentra muy cerca y encima gratis. En los alrededores de la Torre de la Doncella se nota más el flujo de turistas así como muchas personas ofreciendo visitas y tours por la ciudad, servicio de guia personal o cualquier cosa relacionada con el turismo y que prácticamente no encontraremos en ninguna zona más de la ciudad.




Durante mi estancia en la ciudad tendré tiempo de volver a pasear por aquí mucho más tranquilo, así que dejando de lado la Torre de la Doncella me encamino hacia mi siguiente visita que no está muy lejos de donde me encuentro, el Palacio de los Shirvanshas, la dinastia que gobernó toda Azerbaiyán durante siglos, uno de los monumentos más importantes de todo el país y donde destaca la mezquita del shah con su minarete. En principio estaba dudando de si entrar o dejarlo para otro momento y así aprovechar para visitar otras zonas de la ciudad con más calma y dejar éste para mañana, así que mis dudas quedaron resueltas cuando me acerqué a la puerta principal donde están las taquillas y vi la cantidad de gente que había para entrar con niños pequeños, así que no me apetecia hacer la visita en esas circunstancias y aproveché para hacer fotos de la ciudad desde aquí, uno de los mejores puntos para fotografiar el famoso skyline de la ciudad con las Flame Towers de fondo y encima gratis.








Finalizo momentáneamente mi visita a esta zona (volveré en otro momento) y sigo el curso de las calles empedradas de la Old City hasta llegar al paseo marítimo que bordea el Mar Caspio, llamado Baku Boulevard, unas de las zonas más agradables y con más encanto de la ciudad. Esta especie de malecón tiene una longitud de más de 3 kms peatonales y transcurre paralelo al Mar Caspio, donde encontraremos agradables terrazas para tomar algo, jardines con esculturas y gente paseando en cualquier momento del día, sobretodo por las noches cuando el calor no aprieta tanto.

Para llegar hasta aquí basta cruzar la calle desde la Torre de la Doncella, aunque Bakú tiene la particularidad de que apenas tiene semáforos para los peatones y para cruzar la carretera deberemos hacerlo por los pasos subterráneos habilitados para tal efecto, donde encontraremos grandes pasillos de mármol con cuatro salidas simultáneas y una limpieza en su interior increíble.















Toda la zona del Baku Boulevard es muy recomendable para pasear, incluso está lleno de jardines y bancos para descansar y lo más importante, hay señal pública de wifi ilimitado abierta y te puedes conectar sin ningún problema, así que aprovecho para hacer un pequeño descanso y resguardarme un poco del calor que hace tirado en el césped mientras aprovecho un rato el wifi para dar señales de vida a la familia y mirar un poco los sitios turísticos para visitar en la ciudad ya que las oficinas de turismo prácticamente son inexistentes en esta ciudad y la única que he encontrado cercana a la Plaza de las Fuentes es muy poco útil y no tienen ni mapas. Incluso me fijo que en un cercano centro comercial tienen un lugar llamado "La Pequeña Venecia" donde disponen de unos pequeños canales donde puedes alquilar unas pequeñas barcas o gondólas y puedes dar un paseo por el pequeño canal y sus puentes imaginando que estás en la bella ciudad italiana, algo así como el hotel Venetian de Las Vegas pero más cutre y con menos glamour.

Cuando quiero darme cuenta son más de las 15h de la tarde y todavia estoy sin comer, así que como me conozco decido dejar todo y buscar un restaurante por la zona, tengo varios anotados y recomendables pero están cerca de mi alojamiento y no me apetece volver por allí, así que busco por aquí uno que esté apañado y ya por la noche cenaré en condiciones para no perder mucho tiempo.



Terminado de comer y con la calor que hace da bastante pereza seguir caminando por la calle, pero si he venido hasta aquí será para algo así que sigo paseando por el Baku Boulevard para bajar la comida hasta llegar hasta el final, donde encontraremos uno de los edificios más vanguardistas y conocidos de la ciudad, el Baku Crystal Hall, el edificio donde se celebran los conciertos de música de la ciudad y que se construyó en el año 2011 en tiempo récord para albergar al año siguiente el Festival de Eurovisión, ya que ese año Azerbaiyán fue la ganadora del certámen y al año siguiente le tocaría albergar el famoso Festival como anfitriona. Su capacidad para 25000 espectadores, su diseño y su ubicación a orillas del Mar Caspio hacen de el Baku Crystal Hall un lugar impresionante, sobretodo de noche.





Justo a unos metros del Baku Crystal Hall podemos encontrar otro de los edificios más impresionantes de la ciudad, el Museo de las Alfombras (Azerbaycan Xalçasi Muzeyi) donde alberga la colección más grande de alfombras de todo Azerbaiyán, aunque lo realmente bonito es su exterior ya que el edificio tiene forma y diseño de una alfombra enrollada, una auténtica maravilla visual para todos aquellos que nos gusta la arquitectura moderna. El museo no lo visité por dentro porque no tenía ningún interés personal en visitar exposiciones de alfombras, quizás con más tiempo en la ciudad si que lo hubiese visitado pero el tiempo que tengo es el que es y no puedo estirarlo más, como siempre el tiempo es el gran problema de los mortales cuando estamos de viaje.






Justo enfrente, y cruzando la carretera, se encuentra el funicular que sube a la colina para visitar el Callejón de los Mártires, pero justo en la esquina encuentro una oficina de cambio de moneda donde veo que hacen el mejor cambio de divisas que he visto de momento en la ciudad, así que no lo dudo y cambio algo de dinero para pasar el día de hoy y mañana todo el día hasta que coja de nuevo el tren nocturno para volver a Tbilisi, además de tener que pagar mi alojamiento.

Con mis primeros manats en el bolsillo, continuo visitando la ciudad. Me acerco de nuevo al funicular para subir hasta arriba ahora que ya dispongo de moneda local, ya que el trayecto cuesta solamente 1 AZN y te ahorras un montón de escaleras hacia arriba con toda la calor que está haciendo, pero al llegar me informan que los lunes es el único día de la semana en la que el funicular permanece cerrado para trabajos de mantenimiento, y... sabéis qué día es hoy?? Exactamente... hoy es lunes!! Así que me cago en todos y no tengo más remedio que subir a pie por las escaleras si quiero hacer la visita o esperarme a mañana... así que tranquilamente voy subiendo las escaleras mientras voy observando las vistas de la ciudad.




Finalmente llego arriba (Dagustu Park) con la lengua fuera por culpa del calor y lo primero que ven mis ojos son las impresionantes Flame Towers, los tres rascacielos más altos de todo Azerbaiyán con 190 metros de altura, 160 metros y 140 metros respectivamente que se divisan desde cualquier punto de la ciudad y emblema actual de Azerbaiyán, construidas en el 2007 y finalizadas 5 años después, donde albergan apartamentos, oficinas y uno de los mejores hoteles del país, el Fairmont Hotel. Es increíble como estos rascacielos me han acompañado todo el día desde que he llegado al país cada vez que levantaba la cabeza y ahora me encuentro justamente debajo de ellas. Si de día son impresionantemente bonitas, al caer la noche son simplemente espectaculares cuando se iluminan y proyectan vídeos sobre las cristaleras de sus fachadas.








Aprovechando que al lado de las Flame Towers y antes de llegar al Highland Park hay una especie de chiringuito cerrado donde venden souvenirs y bebidas frescas mientras uno puede descansar con el potente aire acondicionado que tienen allí metido, no me lo pienso más y allí que me voy a hidratarme un poco y descansar (3 AZN), donde me siento un poco raro porque soy la única persona que está allí (no hay nadie más en esta zona a estas horas), el chico me pregunta mi nacionalidad para registrarlo en un libro de visitas y tanto para entrar o salir del chiringuito son ellos los que te abren la puerta ya que ellos van con guantes a pesar del inmenso calor, la verdad es que bastante surrealista y curioso.

Después de este pequeño descanso para hidratarme sigo con las visitas, en este caso toca visitar el "Callejón de los Mártires" (Sheidlar Xiyabani), una de las visitas más esperadas de mi viaje ya que me había documentado bastante antes de llegar. Se trata de un cementerio y monumento conmemorativo ubicado en lo alto de una colina donde reposan los cuerpos de los fallecidos por el famoso "Enero Negro", nombre que hace referencia a los caídos del 20 de enero de 1990 durante la represión por parte de las tropas soviéticas así como a los caídos durante el conflicto de Artsakh (Nagorno Karabaj).

El lugar se compone de una gran avenida llena de lápidas con inscripciones de las 134 personas fallecidas y al final de la avenida encontraremos un pequeño mausoleo donde alberga una llama que permanece siempre encendida. Aunque el Callejón de los Mártires se puede visitar en cualquier momento del día y no hay código de vestimenta, se ruega mantener el máximo de respeto posible.





















Una vez llegado donde se encuentra el cenotafio da comienzo el Highland Park, una gran esplanada con varios miradores sobre la ciudad con unas vistas de infarto, donde podemos fotografiar el Baku Boulevard, una de las mejores panorámicas de las Flame Towers e incluso observar el Mar Caspio en todo su esplendor, así que disfrutando de estas maravillosas vistas solamente a mi se me ocurre y me viene a la cabeza pasarme por mi alojamiento más tarde para recoger el pequeño trípode que he traido y volver de nuevo aquí cuando caiga la noche para intentar fotografiar todo lo que estoy viendo, veremos si las fuerzas aguantan porque estoy ko.















Finalizada la visita vuelvo a deshacer el camino, ahora son escaleras hacia abajo y el trayecto es mucho más cómodo que el que me trajo aquí pero sigue haciendo bastante calor, así que en poco tiempo ya estoy otra vez en el Baku Boulevard y decido volver de nuevo a la Old City y seguir recorriendo sus estrechas callejuelas que tanto me gustaron esta mañana, dejando las visitas más alejadas para mañana que tengo prácticamente todo el día para seguir disfrutando de la ciudad. El paseo transcurre entre escaparates de grandes firmas internacionales, pequeños comercios y cafeterías y alguna que otra fachada que llama mi atención mientras voy sorteando el fantástico ambiente que hay por sus calles hasta llegar a mi alojamiento, no sin antes pararme en el Spar que tengo a pocos metros para comprar bebida fresca y dejarla en la nevera de mi habitación.
















Aprovechando que no hay apenas nadie en el alojamiento me meto una ducha y me cambio de ropa mientras pongo a cargar mi móvil y apenas sin descansar ya estoy saliendo una hora después por la puerta, esta vez solamente llevo las cámaras y el pequeño trípode, suficiente para sacar algunas fotos nocturnas, cenar y volver de nuevo al alojamiento, que el cansancio ya se empieza a notar bastante.

La ventaja de conocer un poco la ciudad de Bakú después de llevar todo el día recorriéndola es que en apenas 15 minutos ya me planto de nuevo a la altura del Museo de las Alfombras, donde solamente tengo que cruzar la calle y subir las tropecientas mil escaleras de nuevo para llegar arriba del Highland, y aunque hay que hacer un esfuerzo para llegar se hace mucho mejor porque a estas horas las temperaturas son muy agradables, llegando justo para presenciar un bonito atardecer mientras se van encendiendo las primeras luces sobre la ciudad, mientras espero paciente que caiga la noche.



Después de disparar miles de fotos a la espera que salga alguna decente, empiezo a bajar de nuevo hacia el Baku Boulevard, donde es más fácil apoyar el trípode y hacer fotos más decentes que desde el Highland, así que estoy un buen rato presenciando en solitario el espectáculo de luces que proyectan sobre las cristaleras de las Flame Towers, y es que no vi ni a un turista y apenas a ningún local por allí, no sé si porque no les interesa mucho o quizás porque lo tienen ya demasiado visto, pero la realidad es que dura unos 20 minutos y tampoco es para tirar cohetes, pero es curioso de ver por primera vez, y es que si yo no lo veo hoy ya no lo podré ver porque mañana a estas horas ya estaré metido en el tren de camino a Tbilisi.









Doy por finalizada la sesión fotográfica, son casi las 23h de la noche y mi cuerpo me pide descanso después de casi un par de días sin apenas dormir, con la tontería se me ha hecho tarde para cenar y veremos si encuentro algún lugar donde tengan la cocina abierta a estas horas, así que de camino hacia mi alojamiento vuelvo a pasar por las solitarias calles de la Old Baku y fotografiando algunos rincones maravillosos sin nadie a mi alrededor. Si algo me ha dejado claro esta ciudad es que la gente es muy amable y tranquila, que no hay apenas turismo y que uno se puede mover por cualquier rincón de la ciudad en cualquier momento del día que es una ciudad muy segura y que no te va a pasar nada malo como turista.




Como me suponía, a estas horas ya no queda nada abierto para cenar excepto las terrazas para tomar algo, así que como último recurso me meto en el Mcdonalds que hay en la Plaza de las Fuentes y próximo a mi alojamiento, más que nada por llevarme algo al estómago antes de irme a dormir.

Cuando llego al alojamiento casi a la medianoche me encuentro a mi dueño con un grupo de amigos que están de palique en la zona común de abajo, me invitan a unirme con ellos pero estoy demasiado cansado y me conozco, así que me despido de ellos, me subo a la pequeña terraza que tienen con unas bonitas vistas mientras me fumo un cigarro a escondidas y me bebo una cerveza que compré esta tarde en el Spar mientras voy recordando todo lo que ha dado de sí este día.


Ahora ya por fin doy por finalizado el día, pongo a cargar todas las baterías, reviso rápidamente algunas redes sociales y después de lavarme los dientes me voy a dormir, que mañana me espera otro día bastante largo e intenso de visitas, y otro largo trayecto en tren para cambiar de país, esperando que sea algo más cómodo que el de anoche y que los funcionarios de frontera no se hagan muy pesados.

DÍA 2.- BAKÚ - TBILISI

Hoy por fin no he tenido necesidad de madrugar mucho, ya que por la mañana hago el check out en el alojamiento y tendré todo el día por delante para hacer visitas antes de abandonar el país. Otro de los motivos es que me entra el desayuno pero no empieza hasta las 08:30h de la mañana, personalmente un pelín tarde pero decido aprovecharlo ya que lo tengo incluido.

Después de dejar preparada la mochila me bajo a desayunar, el dueño me dice que me siente y que vuelve de seguida, cosa que hace 15 minutos después con una bolsa pues ha ido al supermercado a comprar comida para hacerme el desayuno, menuda falta de previsión por parte de ellos. En cuanto viene con el desayuno me trae un pequeño plato con un huevo frito, dos salchichas pequeñas y un vaso de té, junto con dos rebanadas de pan de molde. La verdad es que se me queda un poco cara de tonto, no esperaba mucho por el precio de la habitación, pero esperarme hasta la hora del desayuno y que venga de comprar para ofrecerme eso pues la verdad es que hubiese preferido desayunar fuera y no perder tanto tiempo.

Hago el check out, le pago la noche y le dejo mi mochila por allí hasta la tarde que pase a buscarla de nuevo mientras el dueño está liado con una pareja de turcos que han perdido el pasaporte y no lo encuentran y deben salir para el aeropuerto. Para el día de hoy mi intención era hacer alguna visita fuera de la ciudad, pero que entre los tours que ofrece el hostel son demasiado caros y además no reune un mínimo de viajeros para hacerlo, el poco tiempo que tengo y lo cansado que estoy, finalmente decido seguir visitando la ciudad tranquilamente, así que salgo tranquilamente del alojamiento y me voy en dirección a la estación central de trenes, visitando la mezquita armenia y el Parque Heydar Aliyev por el camino.










Llego a la estación central y entro un momento para confirmar que el tren tiene la salida prevista a su hora y me doy una vuelta por los alrededores de la estación donde se celebra un pequeño mercado local de esos que tanto me gustan cuando estoy de viaje pero que este me decepciona bastante porque no hay nada interesante, excepto la arquitectura de la estación central y su fachada que es muy bonita.





Doy por finalizada la visita por esta zona y ahora me dirijo a una de las visitas más bonitas de toda la ciudad, el Centro Heydar Aliyev, un edificio cultural con un diseño espectacular que fue elaborado por la diseñadora Zaha Hadid en 2007, la misma arquitecta que diseñó el Dongdaemun Design Plaza de Seúl y que ya tuve la suerte de disfrutar hace un año durante mi viaje por Corea del Sur. Según la aplicación Maps.me tengo 40 minutos caminando desde la estación central, así que no me complico mucho y al primer taxista que veo por allí le pregunto precio para llevarme hasta allí, me dice que 10 AZN por una carrera de 10 minutos, me pongo a reir y después de regatear un poco lo cerramos en 4 AZN (2 € más o menos), así que por ese precio me evito caminar tanto rato bajo el sol porque en este país apenas existe sombra por las calles ya que apenas hay árboles. De seguida llegamos y le digo que me deje arriba del todo para aprovechar y fotografiar el espectacular edificio blanco desde todos los ángulos posibles, y es que es maravilloso mires desde lo mires.















Para tomarme un respiro y resguardarme de la calor que hace entro dentro del edificio, igualmente espectacular y en ese momento albergan un par de exposiciones de pago, una de trajes típicos que no me interesa mucho y otra de coches antiguos, así que aprovechando que no hay nadie pidiendo la entrada me hago el sueco como si no supiera nada y me meto para dentro refugiándome en el aire acondicionado que tanto se agradece en estos momentos.



Después de un rato visitando la exposición toca de nuevo salir para fuera con la que está cayendo, así que con una bocanada de aire ardiendo y caliente me recibe de nuevo los exteriores del edificio, acercándome a la típica estampa de IloveBaku con el edificio de fondo, lo que no esperaba encontrarme la cantidad de turistas que no supe ver ayer en la ciudad, ni los autocares de chinos que intento evitar en cada viaje y sobretodo, la cantidad de gilipollas y de niñatas que van de influencer sacándose decenas de fotos de postureo sin tener en cuenta que los demás están esperando también, así que cuando ya he esperado suficiente mi turno y veo que no muestran respeto por los demás decido que ya se ha acabado la tontería y me meto en medio a estropearles la foto mientras me maldicen en sus idiomas, lo que no puedo hacer es estar esperando 20 minutos por cada persona que se está haciendo un reportaje de fotos sin respetar a la gente que estamos allí esperando.









Así que mi recomendación sería que si queréis evitar todo ese espectaculo bochornoso de influencers y de gilipollas varios es que vayáis por la zona a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde y así evitéis las horas centrales que es cuando hay más gente y llegan más autobuses de touroperadores con turistas que tienen 15 minutos para bajar, hacerse la foto y volver a irse, así que no dudan en meterse en medio de las fotos de los demás y no respetar ningún turno ante el cabreo de los que estamos allí esperando. Termino de fotografiar toda la zona antes de abandonar este lugar tan bonito.








Finalizada la visita me voy a un supermercado cercano a comprar bebida fresca para hidratarme, ya que apenas se ven bares o restaurantes por la zona para hacerlo y busco en Maps.me mi siguiente destino, el Yasil Bazar, ubicado a unos 15 minutos de donde me encuentro, así que me acerco hasta allí caminando en un corto paseo. El Yasil Bazar es el alma de Bakú, el mercado más grande de la ciudad donde acude la gente local a realizar sus compras diarias, separado por una pequeña zona de carnicerías y otra de pescados, pero sobretodo destaca la zona de frutas y verduras, y como no, la de frutos secos.






































El mercado me ha encantado, nada que ver con el que visité esta mañana en los alrededores de la estación central de trenes, aquí la gente es extramadamente amable, no les importa que haga fotografías de sus productos (es más, se sienten orgullosos de que lo hagas), no hay ningún turista ni extranjero por allí y se alegran cuando ven a uno aparecer perdido por allí, la calidad de sus productos es maravillosa y yo que no soy mucho de fruta acabé encantado de todo lo que pude ir probando y disfrutando de sus sabores y colores, por contra lo único que no me ha gustado del Yasil Bazar es que no cuentan con restaurantes para poder comer allí cualquier cosa como en otros mercados y que de las pocas tiendas que hay de souvenirs enfocadas para los turistas se pasan con los precios, y cuando intentas que te bajen los precios te dicen que no y prefieren no vender nada antes que bajarlo. Quizás de los dos días que he pasado en Azerbaiyán sea la visita que más he disfrutado, el Yasil Bazar, que me ha recordado muchísimo a Estambul o a mi querida Irán.

Son casi las 16h de la tarde y el hambre empieza a apretar, he ido retrasando la comida para hacerla lo más tarde posible porque esta noche la cena la haré desde el tren, así que me voy de nuevo hacia la estación central de trenes que está a unos 15 minutos caminando y donde justo enfrente hay un gran centro comercial de varias plantas, así que decido acercarme a la última planta y visitar su courtfood, pero por más que lo intenté no había manera de conseguir mesa en ninguno de sus restaurantes, ya fuera de fast food como restaurantes normales ya que estaba petadísimo de gente, así que aproveché para visitar su terraza panorámica con unas bonitas vistas hacia la estación mientras me fumaba un cigarro y aprovechar para ir al lavabo, que aquí es gratis y no hace falta consumir para hacer uso de él.



Así que para no complicarme más me vuelvo para el centro de la ciudad, tengo unos 15 minutos a pie pero ya me conozco toda la zona de tanto pateármela y me voy a lo seguro, a un restaurante que traigo apuntado desde casa y es uno de los más recomendados de la ciudad que además se encuentra muy cerquita de mi alojamiento, al lado de la Plaza de las Fuentes y de la calle Nizami, el Dolma Restaurant, céntrico, bonito, atención exquisita, comida espectacular y barato para un bolsillo europeo. Aunque más que una comida ha parecido una merienda-cena porque he salido a las 18h de comer, aprovecho para darme una última vuelta por la zona, visitar de nuevo las calles de la Old City y aprovechar para comprar el típico imán de viaje y pasear sin rumbo para bajar la comida y hacer tiempo hasta volver a mi alojamiento a por mi mochila para irme de nuevo a la estación.












Me despido con mucha pena de Bakú, no porque sea una ciudad que me haya entusiasmado y esté loco por volver, además no sé si vale la pena meterse 9 horas de trayecto en un tren nocturno y otras 9 horas de vuelta solamente para conocer la ciudad, lo que sí realmente me ha merecido la pena ha sido conocer a un pueblo muy encantador donde me he sentido muy agusto en Bakú y lo poco que he conocido me ha gustado bastante, pero me hubiese gustado disponer de más días para seguir recorriendo todo el país.

De camino a mi alojamiento me paro de nuevo en el Spar para comprar bebida y algo de picar para esta noche en el tren y me subo de nuevo a recoger mi mochila, el dueño del hostel no está pero está su pareja que es una chica encantadora que habla inglés, estamos charlando un rato pero se me tira el tiempo encima y al final tengo que correr para volver a la estación de trenes, aunque solamente me quedan 3 AZN (1,50 €) en mi bolsillo y no me apetece ir cargado con la mochila, así que cuando salgo del alojamiento me encuentro un taxi aparcado en la misma calle y le digo al taxista si me puede llevar a la estación de trenes por 3 AZN que mi tren sale en poco rato (desde aquí el precio oficial son 5 AZN aunque algunos intentan cobrarte 10 AZN) así que acepta sin rechistar y me mete por calles estrechas para llegar antes porque a estas horas el tráfico en la ciudad es horrible, por fin después de tantos viajes encuentro a un taxista honesto y enrollado.


A las 20h llego a la estación, me fumo un cigarro antes de entrar y se me acerca una chica a pedirme fuego, me pregunta si voy a Tbilisi y le contesto que si, me dice que ella también y nos ponemos a conversar un rato, es una chica americana de Atlanta (estado de Georgia, nada que ver con el país aunque bromeáramos con ello) que está viajando por el Cáucaso sin fecha fija de retorno, ya que por el camino va sobreviviendo vendiendo artesanía que elabora ella misma para alargar el máximo el viaje y que va vendiendo a los turistas. Nos vamos juntos hacia el tren que ya se encuentra en el andén pero tenemos diferentes vagones, así que nos despedimos y decidimos vernos a nuestra llegada a Tbilisi mañana por la mañana.



Cuando llego a mi vagón la provanitsa acaba de abrir la puerta, me dice que todavia no se puede subir así que hago tiempo por allí hasta que finalmente empiezan a llegar los viajeros y abren las puertas 15 minutos antes, le enseño mi pasaporte y mi ticket y accedo a mi vagón, donde ya hay un chico allí que será uno de mis compañeros de viaje. El chico es un joven italiano de unos 30 años que tiene varias minusvalías, de hecho parece el pobre a Robocop porque lleva metales por todos lados, me ofrezco a ayudarle y hacerle la cama pero me dice que no hace falta que ya puede él solo, tanto a él como a mi nos ha tocado las literas de arriba, cosa que no me mola nada y que presiento que tampoco voy a pegar ojo esta noche.

Al rato llegan los otros dos pasajeros de nuestra cabina, una madre con su hija pequeña. Le pregunto si me puede cambiar de litera para ir yo abajo y su hija arriba, y me dice que no, así que lo respeto. Aprovecho para hacer mi cama y estirarme un rato escuchando música antes de que salga el tren, así que cuando pasa la provanitsa por nuestra cabina la mujer y su hija hablan con ella preocupada y le dicen algo en ruso que no entiendo, hasta que poco después la provanitsa se las lleva de la cabina (más tarde me la encontraré por el pasillo del tren y estaba alojada en otra cabina, así que deduzco que le pidió a la provanitsa si había alguna cabina libre para cambiarse de sitio porque quizás le daba respeto y apuro que su hija conviviera con el italiano y sus minusvalías). Cuando vuelve la provanitsa le pregunto si nos podemos cambiar a las literas de abajo, así que entre bromas nos dice que si y aprovechamos para hacer el cambio, finalmente iremos más anchos y más cómodos en una cabina de cuatro personas solamente para nosotros dos.

El trayecto hasta Tbilisi sin nada destacable que explicar, a diferencia del viaje de ida pude descansar las primeras horas de la noche hasta que finalmente llegamos a la frontera azerí sobre las 5h de la mañana que nos despertaron pidiendo los pasaportes, esta vez más rápido para poner solamente el sello de salida del país y poco después llegar a la frontera georgiana donde de nuevo me pusieron el sello de entrada sin hacerme ningún tipo de preguntas. A partir de aquí a recoger la cama para entregarle a nuestra provanitsa las sábanas y toallas, y en cuanto llegamos a la estación de Tbilisi me despido de mi compañero italiano, recojo mi mochila y me voy hacia la estación de autobuses de Didube para cambiar de ciudad, ya que en los próximos días seguiré recorriendo tranquilamente este maravilloso país llamado Georgia y que iré relatando próximamente en su post correspondiente.

Y hasta aquí esta breve visita a la capital de Azerbaiyán, un destino interesante y del que me queda mucho por conocer todavia y que espero volver en un futuro para seguir explorándolo a fondo.


2 comentarios: