La breve visita a Nepal ha sido una de las sorpresas más gratificantes de mi vida viajera, y la verdad es que es un país maravilloso y me he quedado con ganas de mucho más.
A través de paisajes impresionantes que conforman en Valle de Kathmandú, podrás encontrar maravillosas pagodas y estupas, sin olvidar sobrevolar la Cordillera de los Himalaya.
FICHA TÉCNICA DEL VIAJE
FECHA: Septiembre 2.008
Pasaporte con mínimo 6 meses de validez.
PRESUPUESTO DEL VIAJE
FICHA TÉCNICA DEL VIAJE
FECHA: Septiembre 2.008
DÍAS: 3
DOCUMENTACIÓN NECESARIA
Pasaporte con mínimo 6 meses de validez.
Visado, se necesita para los ciudadanos españoles, y se tramita directamente a la llegada del aeropuerto de Kathmandú. El coste en su momento fue de 25$ por persona y tenía una validez de 15 días.
OTROS DATOS DE INTERÉS
IDIOMA: Se habla el nepalí, y la gente local apenas habla el inglés.
MONEDA: La moneda oficial es la Rupia Nepalí, escrito como NPR, y en el momento del viaje era 1 € = 100 NPR, aproximadamente. Nosotros sacamos dinero de un cajero para nuestra estancia de 3 días.
TARJETAS: Se puede pagar con tarjetas de crédito en casi cualquier lugar de cierta categoría, aunque en la mayoría de comercios y restaurantes prefieren cash (efectivo).
GUIA DE VIAJE: Para una breve estancia en el país, esta vez decidimos prescindir de guia y llevar apuntes en papel.
TELEFONO: Hay cobertura de teléfono en todo el país, así que podeis llevaros el telefono móvil. Lo mejor es llamar desde locutorios o pequeños locales dónde dispongan de un telefono, o llamar a través de skype. En la mayoría de hoteles tenéis las llamadas locales gratuitas.
INTERNET: Por todos los sitios hay locutorios para conectarse, y no hay problemas para conectarse en cualquier sitio con el wifi de los locales u hoteles.
SEGURIDAD: País mayoritariamente seguro, aunque usar siempre el sentido común y evitar las grandes aglomeraciones de gente y precaución en según qué zonas por los carteristas.
VACUNAS: Ninguna obligatoria pero se recomienda la vacuna de la Hepatitis A y B, y Fiebre Tifoeida.
ELECTRICIDAD: El voltaje es de 220 V a 50 Hz con clavijas redondas igual que en nuestro país. No hace falta llevarse un adaptador.
DIFERENCIA HORARIA: En el momento de mi viaje, + 4 horas y 30 minutos de diferencia respecto a España.
RELIGIÓN: Conviven diferentes religiones, mayoritariamente el Budismo y el Hinduismo.
EL ITINERARIO DEL VIAJE
Kathmandú - Patán - Bakhtapur - Pashupatinath.
Kathmandú - Patán - Bakhtapur - Pashupatinath.
PRESUPUESTO DEL VIAJE
DESGLOSE DEL PRESUPUESTO POR PERSONA IMPORTE
Vuelo Varanasi - Kathmandú con Air India 130,00 €
Visado 18,00 €
Alojamiento 70,00 €
Tickets y Excursiones 105,00 €
Alojamiento 70,00 €
Tickets y Excursiones 105,00 €
Otros Gastos (Comidas, Compras, etc.) 60,00 €
Total Presupuesto 383,00 €
* Sobre este importe hay que añadir el vuelo internacional Bcn - Delhi con la compañía Swiss Air, y su importe de 523 €-.
* Sobre este importe hay que añadir el vuelo internacional Bcn - Delhi con la compañía Swiss Air, y su importe de 523 €-.
ALOJAMIENTO DEL VIAJE
* Kathmandú: Hotel Shangri-La. Alojamiento reservado a través de agoda para las próximas dos noches. El precio fue de 70 € la habitación doble por noche, habitaciones amplias y espaciosas, con baño privado, wifi y desayuno incluido. Lo mejor es su ubicación, en una zona tranquila y sin apenas ruido, a diez minutos caminando de Thamel Street, la zona mochilera. Muy recomendable.
LO MEJOR DEL VIAJE
* Los paisajes que pudimos disfrutar durante los tres días que visitamos la ciudad y los alrededores, simplemente impresionantes.
Con esta pequeña introducción, hacemos una breve escapada para conocer Nepal!!
DÍA 1.- VARANASI - KATHMANDÚ
El día empieza muy temprano en el aeropuerto de Varanasi, dónde vamos a hacer un punto y aparte de nuestro viaje por India y vamos a conocer este pequeño país llamado Nepal, el cual tenemos muy cerca y especialmente a mi me apetece mucho conocer.
Después de un trayecto de apenas una hora, y sorprendidos por los impresionantes paisajes montañosos que podemos observar a través de nuestra ventana del avión, finalmente llegamos al aeropuerto Tribhuvan de Kathmandú, muy cerquita de la ciudad.
* Kathmandú: Hotel Shangri-La. Alojamiento reservado a través de agoda para las próximas dos noches. El precio fue de 70 € la habitación doble por noche, habitaciones amplias y espaciosas, con baño privado, wifi y desayuno incluido. Lo mejor es su ubicación, en una zona tranquila y sin apenas ruido, a diez minutos caminando de Thamel Street, la zona mochilera. Muy recomendable.
LO MEJOR DEL VIAJE
* Los paisajes que pudimos disfrutar durante los tres días que visitamos la ciudad y los alrededores, simplemente impresionantes.
* La amabilidad y tranquilidad de sus gentes, no pasamos ningún agobio y nos trataron genial.
* Poder sobrevolar el Himalaya en avioneta, un capricho bastante caro pero que nos encantó, y volveríamos a repetirlo sin dudarlo.
* Lo relativamente barato que costaba viajar en su momento a Nepal, dónde la comida y los alojamientos nos parecieron precios muy razonables, a pesar del capricho que nos pegamos con nuestro alojamiento en Kathmandú.
* Lo relativamente barato que costaba viajar en su momento a Nepal, dónde la comida y los alojamientos nos parecieron precios muy razonables, a pesar del capricho que nos pegamos con nuestro alojamiento en Kathmandú.
LO PEOR DEL VIAJE
* El ruido, el tráfico y la molestosa contaminación acústica que nos encontramos a la entrada y salida de la ciudad cada día, y es que por un trayecto de 2 kms. podíamos tardar hora y media, cosa que haía que nos desesperaramos cada día de vuelta a nuestro alojamiento.
* La temperatura que nos hemos encontrado en Nepal a finales de septiembre, y es que de tres días que duró nuestra visita, nos llovió los tres días de forma intermitente, aunque no por eso renunciamos a visitar nada.
* No disponer de más días para visitar el país, y es que nos hubiera gustado tener más días para poder visitar Pokhara, el Parque Nacional de Chitwan y otros lugares maravillosos como el Reino de Mustang, así que ya tengo motivos para volver y hacer un recorrido más extenso por este maravilloso país.
* Que mi compañera no se encontrara bien y apenas pudiera salir del hotel, y tener que hacer algunas visitas yo sólo.
* Que mi compañera no se encontrara bien y apenas pudiera salir del hotel, y tener que hacer algunas visitas yo sólo.
Con esta pequeña introducción, hacemos una breve escapada para conocer Nepal!!
DÍA 1.- VARANASI - KATHMANDÚ
El día empieza muy temprano en el aeropuerto de Varanasi, dónde vamos a hacer un punto y aparte de nuestro viaje por India y vamos a conocer este pequeño país llamado Nepal, el cual tenemos muy cerca y especialmente a mi me apetece mucho conocer.
Mi curiosidad por Nepal viene, como muy buen fan del grupo de música Héroes del Silencio que me considero, cuando me quedé prendado de la canción "Bendecida" del grupo, y es que Enrique Bunbury plasmó en su letra acerca de este país, sobretodo cuando describía los Lagos de Pokhara, así que me prometí que algún día comprobaría por mi mismo si Bunbury estaba en lo cierto o no.
Después de un trayecto de apenas una hora, y sorprendidos por los impresionantes paisajes montañosos que podemos observar a través de nuestra ventana del avión, finalmente llegamos al aeropuerto Tribhuvan de Kathmandú, muy cerquita de la ciudad.
Una vez que hemos llegado al control de pasaportes, tramitamos el visado que nos ha costado 25$ por persona, recogemos nuestro equipaje y decidimos no cambiar nada de dinero de momento, ya que solamente vamos a estar 3 días en la ciudad y el alojamiento ya lo tenemos pagado. Al salir al hall de llegadas, un representante de Services International nos está esperando con un cartelito con mi nombre, y después de las presentaciones, nos ponen un collar de caléndulas a cada uno en forma de bienvenida y nos vamos en busca del coche que nos tiene que llevar a nuestro alojamiento. Como simplemente nos tienen que llevar a nuestro alojamiento y hoy no tenemos prevista ninguna visita con ellos, les pido por favor si podemos pasar por la población de Pashupatinath para hacer una breve parada y observar los ritos funerarios, igual que en Varanasi.
En principio nos dice que no entra en el programa de visitas, pero como nos coge de camino, podemos hacer una breve visita pero que no lo alarguemos mucho.
Pashupatinath es uno de los templos hindúes del dios Shiva más importantes del mundo y está considerado el templo más sagrado entre los templos de Shiva. Se encuentra a orillas del rio Bagmati, en la parte este de Kathmandú. A este templo, lleno de ghats, llegan numerosos fieles y saddhus (hombres sagrados), que visitan los ghats y se sumergen en sus aguas para purificarse. Hay diferentes ghats y algunos de ellos son utilizados para cremaciones y para la incineración de piras funerarias.
Hay que tener cuidado aquí con los saddhus, ya que muchos solamente están para sacar dinero a los turistas fotografiándose con ellos, y es que un verdadero saddhu, que es un hombre sagrado, jamás aceptaría sacarse fotografías con extranjeros.
Mi compañera se quedó en el coche, bastante había tenido ya días atrás en Varanasi y no era momento de revivir otra vez esos momentos, así que fui yo con nuestro conductor que me acompañó y estuvimos no más de 15 minutos observando aquellas escenas, y aunque tuve la tentación más de una vez de sacar mi cámara e inmortalizar aquel momento, me abstuve de hacerlo por respeto y porque la persona que tenía al lado me dijo que estaba prohibido hacer fotos en aquella zona.
De vuelta al coche pusimos rumbo a nuestro hotel, dónde llegamos 30 minutos después. Antes de hacer el check in, nos reunimos con nuestro representante y nos metió una breve charla, aconsejándonos nos alejarnos mucho del hotel porque decía que la ciudad era peligrosa para los turistas, e intentó vendernos alguna excursión por la zona, cosa que desistimos educadamente y nos despedimos de ellos hasta el día siguiente, dónde nos pasarían a buscar para visitar la ciudad.
Dejamos nuestro equipaje en las habitaciones y nos fuimos a explorar la ciudad por nuestra cuenta, haciendo caso omiso a las advertencias que nos habían dicho.
Bajamos la calle de nuestro alojamiento y en 10 minutos ya estábamos en Thamel, la zona mochilera por excelencia de Kathmandú, llena de agencias de viajes, tiendas, bares y restaurantes, dónde estuvimos dando una vuelta hasta la hora de comer.
Como podéis imaginar, durante los tres días que nos movimos a nuestro aire, no tuvimos ninguna sensación de inseguridad y no tuvimos ningún problema con nadie, todo lo contrario, la gente muy amable y sorprendida de ver a dos occidentales por su país, a pesar de que ya están algo acostumbrados porque Nepal es el paraiso para los montañeros y alpinistas que cada año visitan el país en busca del Everest, la montaña mítica con sus 8.848 metros.
Después de dar una vuelta y visitar varias tiendas de montaña, con ropa de calidad, grandes marcas y baratas, y cómo no teniamos rupias nepalís para ir a comer, fuimos en busca de un cajero, pero de los tres cajeros que probamos, no pudimos sacar dinero. Decidimos ir primero a comer en un lugar dónde se podía pagar con Visa, así que probamos uno de los platos tradicionales del país: El filete de yak, regada con una buena cerveza local, que como no podía ser de otra manera, es la Everest.
Por cierto, el filete de yak está buenísimo y os recomiendo que lo probéis si tenéis la oportunidad.
Después de comer, decidimos ir camino de nuestro alojamiento mientras buscábamos otro cajero, hasta que nos abordó por la calle un simpático conductor de rickshaw, dónde nos ofreció llevarnos dónde quisiéramos. Como teníamos tiempo y no teníamos claro dónde ir, decidimos negociar para que nos llevara a Bhaktapur, un pueblecito muy cercano situado a 13 kms de Kathmandú y a 1.400 metros de altitud. Negociamos el precio, nos acompañó a un cajero dónde pudimos sacar finalmente dinero y con nuestras primeras rupias nos fuimos directamente a Bakhtapur.
Llegamos a Bakhtapur sobre las 16h de la tarde, y nos pareció un museo al aire libre, con pagodas y templos muy bonitos y con un encanto especial.
Quedamos con Ganesh, nuestro conductor (bonito nombre, como el Dios hindú de la suerte y la felicidad), en vernos 3 horas más tardes, mientras nosotros empezamos a recorrer los encantos de Bakhtapur a nuestro ritmo y disfrutando de cada rincón. Entre lo más destacable se encuentra la Plaza Durbar, el Palacio Real, el Templo Vatsala y el impresionante Templo Nyatapola, una pagoda de 5 pisos flanqueada por estatuas de elefantes y leones.
Después de la visita, hicimos algunas compras (cuencos tibetanos, entre otras cosas) y nos fuimos arriba de una terraza de un bar a tomar algo y contemplar el maravilloso atardecer sobre Bakhtapur, con las montañas del Valle de Kathmandú de fondo, una postal preciosa.
Cuando vimos que atardecía y empezaba a oscurecer, volvimos a quedar con nuestro amigo y nos fuimos hacia Kathmandú, llegando hora y media más tarde por culpa de los embotellamientos en la entrada de la ciudad, y nos dejó en la puerta de nuestro alojamiento, dónde le pagamos lo acordado y nos despedimos de él hasta el día siguiente por la tarde, dónde hariamos otra excursión con él.
Nos duchamos y salimos a cenar, pero esta vez no fuimos hasta la zona de Thamel porque estaba lloviendo, así que cenamos en un restaurante muy cerquita de nuestro alojamiento y nos fuimos a descansar, que mañana nos toca madrugar para empezar a visitar la ciudad.
Cuando vimos que atardecía y empezaba a oscurecer, volvimos a quedar con nuestro amigo y nos fuimos hacia Kathmandú, llegando hora y media más tarde por culpa de los embotellamientos en la entrada de la ciudad, y nos dejó en la puerta de nuestro alojamiento, dónde le pagamos lo acordado y nos despedimos de él hasta el día siguiente por la tarde, dónde hariamos otra excursión con él.
Nos duchamos y salimos a cenar, pero esta vez no fuimos hasta la zona de Thamel porque estaba lloviendo, así que cenamos en un restaurante muy cerquita de nuestro alojamiento y nos fuimos a descansar, que mañana nos toca madrugar para empezar a visitar la ciudad.
DÍA 2.- KATHMANDÚ
Después del desayuno buffet de nuestro hotel, ya nos estaban esperando nuestro conductor y guia para hacernos una ruta por los puntos más emblemáticos de la ciudad. El día estaba gris y llovía de vez en cuando, aún así con el poco tiempo que tenemos decidimos aprovechar todas las visitas.
Lo más destacado de Kathmandú se reduce a la bonita Durbar Square (Plaza Durbar) con sus palacios y el Templo de la Kumari, la diosa viviente y el Palacio Real.
Lo más destacado de Kathmandú se reduce a la bonita Durbar Square (Plaza Durbar) con sus palacios y el Templo de la Kumari, la diosa viviente y el Palacio Real.
Lo más curioso de esta zona son los saddhus, los santones que son sagrados, dónde si le intentas hacer una foto aunque sea de lejos, se tapan y no se dejan posar para ti, porque dicen que dañas su alma, en cambio si le das dinero se ofrecen y posan para ti, así que como en todos mis viajes, yo me niego a darle a nadie dinero por una foto, porque probablemente a unos metros más allá encontrarás a otra persona que se deje posar para ti con una sonrisa y estará encantadísimo de hacerlo.
De hecho, yo me discutí con un saddhu porque me intentaba chantajear con que si era capaz de irme sin hacerle una foto, que si no le pagaba mi familia y yo íbamos a tener mala suerte en la vida, etc... Así que mi compañera decidió darle una propina para hacerle una foto y supongo que sentirse mejor, y yo aproveché para hacerle otra foto con el zoom de mi cámara, de esta manera conseguí hacerle una foto y no pagarle nada, y no tener que preocuparme si le "dañé" su alma o no.
Ya a mediodía, y como no dejaba de llover, dimos por concluida la visita con nuestro conductor y guia, y en vez de volver al hotel les dijimos de quedarnos por la zona de Thamel, dónde fuimos a comer mientras dejaba en algún momento de llover.
Después de comer volvimos hacia el hotel, dónde habíamos quedado con nuestro conductor del día anterior, dónde quedamos para visitar el pueblo medieval de Patán, aunque esta vez fue más previsor y como estaba lloviendo, en vez de venir con el rickshaw, vino con un cochecito prestado por un amigo suyo.
Patán también está relativamente cerca de Kathmandú y a tan sólo 7 kms. del aeropuerto, y es un pueblecito lleno de pagodas y palacios con mucho encanto, pero sobretodo es un pueblo de artesanos y dónde la gente se acerca para ofrecer ofrendas a sus dioses con polvos de colores, arroz, flores, velas, etc., lástima que nos llovió casi todo el rato que estuvimos allí y no pudimos disfrutar mucho de las visitas, aunque gracias a la lluvia pudimos visitar alguna escuela de pinturas dónde hacen unos cuadros espectaculares.
Después de pasar toda la tarde en Patán, cuando empezaba a anochecer partimos rumbo a Kathmandú, aunque esta vez tardamos más en llegar a nuestro alojamiento porque el tráfico era muy denso y con el coche no podiamos pasar como con el rickshaw del día anterior, así que nos tuvimos que chupar todas las colas hasta llegar a nuestro hotel, pasadas las 20:30h de la tarde.
Mi compañera ya no se encontraba bien, así que decidí quedar yo con nuestro conductor para el día siguiente a las 05:30h de la mañana para que me llevara hasta la famosa Estupa de Swayambunath, o más conocida como El Templo de los Monos, y es que no quería irme de Kathmandú sin realizar quizá la mejor visita que ofrece la ciudad.
Nos despedimos, a mi compañera la dejé en un cyber conectándose a internet un rato y yo aproveché para ir a cenar algo rápido. Después nos volvimos a reencontrar en el cyber y ya nos retiramos a descansar a nuestro hotel, que no paraba de llover y poco más podíamos hacer estando la noche así.
He salido del hotel sin desayunar (lo haré a la vuelta) y a las 05:00h ya estaba Ganesh esperándome en la puerta como un campeón!! De momento no llueve, así que hay que aprovechar.
Una vez arriba, y con la taquilla para extranjeros cerrada a esas horas, pude comprobar ya el movimiento de gente y empezar a sorprenderme con las vistas que hay desde allí arriba de Kathmandú, los molinillos de oración, los monjes rezando y realizando ofrendas, los monos corrotear por allí sin rumbo fijo, etc... pero lo más impresionante fue la estupa, con sus ojos pintados en cada uno de sus cuatro costados, y sobre cada par de ojos, hay otro ojo, el tercer ojo. Se dice que cuando Buda predica, los rayos cósmicos emanan desde el tercer ojo que actúa como mensaje a los seres celestiales, y aquellos puedan llegar a la Tierra para escuchar a Buda.
Después de un par de horas allí arriba disfrutando en silencio, empezaba a chispear y ya era hora de volver, así que volví a bajar los 365 escalones y una vez me encontré con Ganesh, nos fuimos de nuevo a nuestro alojamiento.
Después de pagarle lo acordado, le dije que se esperara un momento y fui a mi habitación, dónde le preparé una bolsa con mis sandalias y un par de camisetas, y se las regalé a Ganesh, ya que el pobre iba medio descalzo y tenía claro que le hacía más falta que a mi, además de que estaba prácticamente al final de mi viaje y en pocos días volvería a casa y no me harían falta; os podéis imaginar la reacción del hombre al recibir mi regalo, esos son los mejores recuerdos que guardo de un viaje más allá de una bonita foto o de un bonito souvenir. Nos despedimos mútuamente y me fui en busca de mi compañera, que ya estaba desayunando y ya se encontraba muchísimo mejor.
Después de desayunar y ducharnos, hicimos el check out en nuestro alojamiento y dejamos nuestros equipajes en consigna, y como nuestro vuelo a Delhi no salía hasta la tarde, decidimos contratar una excursión en Thamel para sobrevolar el Everest en avioneta.
La excursión consistía en ir hacia el aeropuerto de Kathmandú, coger una avioneta pequeña y de hélices y sobrevolar el Everest y la cordillera del Valle de Kathmandú durante una hora con la empresa Buddha Air, a más de 6.000 metros de altitud. El capricho nos costó 90 € por persona y en caso que no sea vea la cima por causas meteorológicas, te devuelven un porcentaje muy alto del dinero que has pagado, aunque no fue nuestro caso porque tuvimos suerte de sobrevolarlo en un día despejado.
Personalmente pienso que esta experiencia vale mucho la pena, y es que viajar a Nepal y no poder visitar el Everest es un viaje incompleto, aunque también reconozco que el precio es una salvajada, pero hay que hacer un esfuerzo, uno no cada día tiene la oportunidad de ver el Everest a través de la ventanilla de una avioneta.
A pesar de las turbulencias es una experiencia muy recomendable, incluso una vez que aterrizas te entregan un diploma acreditando que has sobrevolado los Himalayas.
De vuelta a Thamel, aprovechamos para dar una última vuelta por sus tiendas, dónde aprovechamos para hacer alguna compra de ropa de montaña que estaba bien de precio regateando, nos fuimos a comer y nos volvimos para nuestro alojamiento, dónde metimos las compras en nuestro equipaje y a las 15:30h nos vinieron a buscar para llevarnos al aeropuerto, despidiéndonos de esta breve pero intensa visita a Nepal.
Una vez facturamos nuestros equipajes y pasar los respectivos controles, a las 18:00h de la tarde salió medio puntual y con mucha lluvia nuestro vuelo hacia Delhi, dónde pasaremos nuestros dos últimos días de viaje antes de volver a casa.
Haciendo un balance de nuestra breve visita a Nepal, os aseguramos que es un país que nos ha encantado y que tengo muchas ganas de volver con más tiempo para poder realizar rutas de trekking y visitar más poblaciones del Valle de Kathmandú, y sobretodo, en temporada que no sea de lluvias.
Hasta la próxima, Nepal!
De hecho, yo me discutí con un saddhu porque me intentaba chantajear con que si era capaz de irme sin hacerle una foto, que si no le pagaba mi familia y yo íbamos a tener mala suerte en la vida, etc... Así que mi compañera decidió darle una propina para hacerle una foto y supongo que sentirse mejor, y yo aproveché para hacerle otra foto con el zoom de mi cámara, de esta manera conseguí hacerle una foto y no pagarle nada, y no tener que preocuparme si le "dañé" su alma o no.
Ya a mediodía, y como no dejaba de llover, dimos por concluida la visita con nuestro conductor y guia, y en vez de volver al hotel les dijimos de quedarnos por la zona de Thamel, dónde fuimos a comer mientras dejaba en algún momento de llover.
Después de comer volvimos hacia el hotel, dónde habíamos quedado con nuestro conductor del día anterior, dónde quedamos para visitar el pueblo medieval de Patán, aunque esta vez fue más previsor y como estaba lloviendo, en vez de venir con el rickshaw, vino con un cochecito prestado por un amigo suyo.
Patán también está relativamente cerca de Kathmandú y a tan sólo 7 kms. del aeropuerto, y es un pueblecito lleno de pagodas y palacios con mucho encanto, pero sobretodo es un pueblo de artesanos y dónde la gente se acerca para ofrecer ofrendas a sus dioses con polvos de colores, arroz, flores, velas, etc., lástima que nos llovió casi todo el rato que estuvimos allí y no pudimos disfrutar mucho de las visitas, aunque gracias a la lluvia pudimos visitar alguna escuela de pinturas dónde hacen unos cuadros espectaculares.
Después de pasar toda la tarde en Patán, cuando empezaba a anochecer partimos rumbo a Kathmandú, aunque esta vez tardamos más en llegar a nuestro alojamiento porque el tráfico era muy denso y con el coche no podiamos pasar como con el rickshaw del día anterior, así que nos tuvimos que chupar todas las colas hasta llegar a nuestro hotel, pasadas las 20:30h de la tarde.
Mi compañera ya no se encontraba bien, así que decidí quedar yo con nuestro conductor para el día siguiente a las 05:30h de la mañana para que me llevara hasta la famosa Estupa de Swayambunath, o más conocida como El Templo de los Monos, y es que no quería irme de Kathmandú sin realizar quizá la mejor visita que ofrece la ciudad.
Nos despedimos, a mi compañera la dejé en un cyber conectándose a internet un rato y yo aproveché para ir a cenar algo rápido. Después nos volvimos a reencontrar en el cyber y ya nos retiramos a descansar a nuestro hotel, que no paraba de llover y poco más podíamos hacer estando la noche así.
DÍA 3.- KATHMANDÚ - DELHI
En cuánto ha sonado el despertador me ha dado mucha pereza levantarme, pero quería aprovechar al máximo nuestro último día en Nepal.
He salido del hotel sin desayunar (lo haré a la vuelta) y a las 05:00h ya estaba Ganesh esperándome en la puerta como un campeón!! De momento no llueve, así que hay que aprovechar.
Después de 20 minutos de trayecto, y contemplando que a esa hora sus habitantes ya hacen vida normal por sus calles y ya tienen los tenderetes de frutas montados, me decidí subir los 365 escalones hasta la cima del Templo de Swayambunath, aunque en ningún momento se hace pesado y vas entretenido viendo los puestecitos que van montando a lado y lado de las escaleras.
Una vez arriba, y con la taquilla para extranjeros cerrada a esas horas, pude comprobar ya el movimiento de gente y empezar a sorprenderme con las vistas que hay desde allí arriba de Kathmandú, los molinillos de oración, los monjes rezando y realizando ofrendas, los monos corrotear por allí sin rumbo fijo, etc... pero lo más impresionante fue la estupa, con sus ojos pintados en cada uno de sus cuatro costados, y sobre cada par de ojos, hay otro ojo, el tercer ojo. Se dice que cuando Buda predica, los rayos cósmicos emanan desde el tercer ojo que actúa como mensaje a los seres celestiales, y aquellos puedan llegar a la Tierra para escuchar a Buda.
Después de un par de horas allí arriba disfrutando en silencio, empezaba a chispear y ya era hora de volver, así que volví a bajar los 365 escalones y una vez me encontré con Ganesh, nos fuimos de nuevo a nuestro alojamiento.
Después de pagarle lo acordado, le dije que se esperara un momento y fui a mi habitación, dónde le preparé una bolsa con mis sandalias y un par de camisetas, y se las regalé a Ganesh, ya que el pobre iba medio descalzo y tenía claro que le hacía más falta que a mi, además de que estaba prácticamente al final de mi viaje y en pocos días volvería a casa y no me harían falta; os podéis imaginar la reacción del hombre al recibir mi regalo, esos son los mejores recuerdos que guardo de un viaje más allá de una bonita foto o de un bonito souvenir. Nos despedimos mútuamente y me fui en busca de mi compañera, que ya estaba desayunando y ya se encontraba muchísimo mejor.
Después de desayunar y ducharnos, hicimos el check out en nuestro alojamiento y dejamos nuestros equipajes en consigna, y como nuestro vuelo a Delhi no salía hasta la tarde, decidimos contratar una excursión en Thamel para sobrevolar el Everest en avioneta.
La excursión consistía en ir hacia el aeropuerto de Kathmandú, coger una avioneta pequeña y de hélices y sobrevolar el Everest y la cordillera del Valle de Kathmandú durante una hora con la empresa Buddha Air, a más de 6.000 metros de altitud. El capricho nos costó 90 € por persona y en caso que no sea vea la cima por causas meteorológicas, te devuelven un porcentaje muy alto del dinero que has pagado, aunque no fue nuestro caso porque tuvimos suerte de sobrevolarlo en un día despejado.
Personalmente pienso que esta experiencia vale mucho la pena, y es que viajar a Nepal y no poder visitar el Everest es un viaje incompleto, aunque también reconozco que el precio es una salvajada, pero hay que hacer un esfuerzo, uno no cada día tiene la oportunidad de ver el Everest a través de la ventanilla de una avioneta.
A pesar de las turbulencias es una experiencia muy recomendable, incluso una vez que aterrizas te entregan un diploma acreditando que has sobrevolado los Himalayas.
De vuelta a Thamel, aprovechamos para dar una última vuelta por sus tiendas, dónde aprovechamos para hacer alguna compra de ropa de montaña que estaba bien de precio regateando, nos fuimos a comer y nos volvimos para nuestro alojamiento, dónde metimos las compras en nuestro equipaje y a las 15:30h nos vinieron a buscar para llevarnos al aeropuerto, despidiéndonos de esta breve pero intensa visita a Nepal.
Una vez facturamos nuestros equipajes y pasar los respectivos controles, a las 18:00h de la tarde salió medio puntual y con mucha lluvia nuestro vuelo hacia Delhi, dónde pasaremos nuestros dos últimos días de viaje antes de volver a casa.
Haciendo un balance de nuestra breve visita a Nepal, os aseguramos que es un país que nos ha encantado y que tengo muchas ganas de volver con más tiempo para poder realizar rutas de trekking y visitar más poblaciones del Valle de Kathmandú, y sobretodo, en temporada que no sea de lluvias.
Hasta la próxima, Nepal!
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