Amsterdam, conocida como la "Ciudad de los Canales", es una bonita ciudad situada sobre el rio Amstel, cuna de grandes artistas como Rembrandt o Van Gogh.
Pero al caer la tarde la ciudad deja de ser el país de los tulipanes para convertirse en la "Ciudad del Pecado", ya que tanto la prostitución como el consumo de drogas blandas está permitido en este pequeño país, creando un ambiente espectacular.
FICHA TÉCNICA DEL VIAJE
TRANSPORTE
ALOJAMIENTO
Hotel City Garden. Alojamiento ubicado cerca de Van Baelerstraat, la calle principal de la ciudad llena de comercios de ropa de grandes firmas y buenos restaurantes, con parada de tranvía apenas a 200 metros. Reservamos 4 noches a través de Booking, una habitación bastante pequeña con dos camas y baño privado, y gran desayuno buffet incluido. El precio en su momento fue de 100 € la noche, y lo mejor del hotel es su ubicación, a 3 minutos caminando de la zona de los museos, y en un corto paseo al centro de la ciudad. Por la noche es una zona muy segura y tranquila, sin nada de ruido. Muy recomendable.
LO MEJOR DEL VIAJE
* Sin duda, su ambiente juvenil y canalla, dónde casi todo está permitido y dónde cada uno va a su bola sin necesidad de sentirse observado.
Como no podía ser de otra forma, la Plaza Dam estaba petada de gente a esas horas de la tarde. A un lado de la plaza se encuentra el Koninklijk Paleis o Palacio Real, cerrado en estos momentos por obras y que fue construido en su momento por Jacob Van Campen. A un lateral de la plaza encontramos el museo de cera de Madame Tussauds, visita que prescindiremos después de haberla visitado en Londres, y que se encuentra enfrente del National Museum, con su gran obelisco de mármol de 22 metros de altura, dónde se recuerda a todos los soldados holandeses muertos durante la II Guerra Mundial.
La verdad es que el tiempo se está portando genial con nosotros y no hace mucho frio, así que decidimos visitar la cercana Niuewe Kerk o Iglesia Nueva, muy bonita por dentro y dónde estos días alberga una exposición sobre Estambul. La entrada es gratuita y nos gustó mucho.
Después de la visita cogimos la Damrak, una de las principales avenidas de la ciudad, hasta llegar a la Central Station, dónde ahora lo podemos visitar con un poco más de calma y sin equipaje, y de allí nos vamos al que quizás sea el highlight o zona más visitada de la ciudad, el Barrio Rojo.
Todavía tenemos horas de luz pero no hay mucho movimiento. Las calles que nos llevan allí son muy estrechas y está lleno de locales para gays y de restaurantes de todo tipo. Almenos a éstas horas del día, el lugar es muy tranquilo y no da sensación de inseguridad, veremos qué pasa por la noche. Los únicos sobresaltos nos lo llevamos cuando pasamos por algún escaparate y alguna prostituta golpea el cristal para llamar mi atención y ofrecer sus servicios.
Desde que hemos llegado todavía no hemos parado, así que nos sentamos en una terraza del Barrio Rojo y nos tomamos unas cervezas mientras contemplamos las aventuras de las prostitutas con algunos clientes, y observamos algunas situaciones que no podemos evitar dejar de reir. Por allí pasaron personas de todo tipos, desde grupitos de jovencitos en busca de su primera experiencia sexual, pasando por gente muy viciosa hasta acabar con autenticos abueletes en busca de un rato entretenido y matar su soledad.
A todo esto decir que la prostitución en esta ciudad está regulada, y todas sus trabajadoras pagan sus impuestos, disponen de cobertura médica y tienen derecho a una pensión el día que se jubilen.
Después de pasar un rato agradable tomando algo, nos fuimos a dar una vuelta por sus calles estrechas y llenas de sex shops, hasta llegar a la calle Zeedijk, que vendría a ser como el Chinatown de la ciudad, con todos los carteles escritos en chino y dónde incluso encontramos un templo chino, el famoso Templo Guan Yin.
Es hora de buscar un sitio para cenar, a pesar de no ser muy tarde para nosotros, pero los holandeses suelen cenar sobre las 18h de la tarde, así que no queremos arriesgarnos a que nos cierren la cocina en ningún sitio, además de que llevamos muchas horas sin comer desde que salimos de Barcelona. Después de dar unas cuántas vueltas mirando las diferentes ofertas culinarias, acabamos en un pequeño restaurante asiático llamado Wok & Wol, dónde por 10 € por cabeza cenamos un plato de tallarines con champiñones y una cerveza. Estuvo bien pero tampoco es para repetir la visita.
Después de cenar volvimos al Barrio Rojo, ahora ya con muchísimo más ambiente, iluminado con sus luces de neón y con todo el bullicio de la gente. La verdad es que si de día es bonito, por la noche se transforma y es más bonito todavía. Damos una vuelta por los dos lados del canal, pasando por todos los escaparates y observando a sus trabajadoras, hacemos cuatro fotos a los canales hasta que se nos presenta un policia de la nada en bici y nos dice que está prohibido hacer fotos a los escaparates y a las prostitutas trabajando y que nos puede multar, así que después de enseñarle la cámara y demostrarle que las fotos que acabamos de hacer es al canal y no a las prostitutas, nos pide disculpas y se va.
Son cerca de las 23h de la noche y empezamos a estar cansados, llevamos despiertos desde muy pronto y decidimos irnos de vuelta al hotel, así que nos vamos caminando y dando un paseo tranquilamente, tardando unos 20 minutos tranquilamente.
Hoy hemos dormido del tirón y a las 08h ya estabamos desayunando en el buffet del hotel, así que por lo abundante y variado del desayuno hemos amortizado un poco el coste de la habitación.
Poco después salimos del hotel pero apenas hay movimiento por la calle y la mayoría de cosas están todavía cerradas, así que nos vamos a la cercana Oficina de Turismo dónde cogemos unos mapas de la ciudad, y aprovecho para comprar la AmstercamCard, que por un precio de 42 € tienes derecho durante 48 horas a entrar a todos los museos de la ciudad, así como coger ilimitadamente todos los transportes públicos y dos cruceros por el rio, entre otras ventajas. Como yo soy mucho de visitar museos, no me lo pensé dos veces y me la compré, sabiendo que la iba a amortizar con creces. Mi compañera, que no es mucho de museos, decidió no comprarla y pagar individualmente los tickets de los museos que le interesaran.
La primera y breve parada que hicimos fue al Amsterdam Diamonds Museum, mientras haciamos tiempo hasta que abrieran el Rijksmuseum.
La siguiente parada que hicimos fue al Rijksmuseum, un museo impresionante con obras de Rembrandt y de muchos artistas holandeses del S. XVI, destacando la impresionante galería dónde está el famoso cuadro de Rembrandt " La Ronda de Noche". La entrada normal al museo cuesta 12 € y alquilar una audioguia cuesta 4 €, ambos incluido con la AmsterdamCard.
Lástima que en el interior del museo está prohibido hacer fotos.
A la salida, atravesamos el parque para dirigirnos a uno de mis sueños desde la infancia, y uno de los motivos principales de mi visita a Ámsterdam, el Museo Van Gogh, aunque antes nos paramos a hacernos unas fotos típicas con las enormes letras de I AM AMSTERDAM.
Cuando llegamos al Museo Van Gogh la cola de gente para entrar era increible a pesar de ser viernes, así que mi compañera me dijo que se volvía al hotel a descansar un rato y yo en cuánto enseñé la AmsterdamCard, entré por otra fila sin apenas gente y entré en un momento.
Así que otro previlegio más de la tarjeta es saltarse las colas en los museos, que se dice pronto.
Después de más de 3 horas visitando el museo con calma y disfrutando como un enano de Vincent, muy a mi pesar di como concluida mi visita, no sin antes pasar por la tienda del museo y comprar algún recuerdo.
Ahora si, de vuelta al hotel que lo tengo a escasos 200 metros del museo, dejo las compras y paso a recoger a mi compañera, y nos vamos en busca de algún lugar para comer, que ya va siendo hora.
Finalmente y después de andar un rato sin encontrar nada al gusto de ella, nos compramos la comida y aprovechando el buen día que hace hoy, nos lo fuimos a comer en la gran esplanada detrás del Museo Van Gogh, y con vistas al bonito Concertgebouw, el lugar de conciertos de la ciudad.
Después de comer y descansar un rato allí, decidimos amortizar más la AmsterdamCard, y nos fuimos a la Central Station con el tranvía número 5 que cogimos al lado de nuestro hotel, y una vez en CentralStation cogimos un tren de cercanías hasta la parada Bijlmer, dónde después de caminar unos 5 minutos por una zona un poco chunga con muchos yonkies, llegamos al estadio del Ajax, más conocido como el Amsterdam Arena.
Hicimos un tour dónde visitamos el estadio, el Museo, la Sala de Prensa, los Vestuarios,... lo más curioso de todo es que de 20 personas que estabamos en aquella visita, 16 éramos de Barcelona!!
La entrada es gratuita con la AmsterdamCard y mi compañera tuvo que pagar 9 € por el entrada. Si te gusta el fútbol y quieres ir a un estadio de fútbol emblemático, te recomiendo la visita.
A mi me hacia especial ilusión visitarlo porque el entrenador del Barça por aquel entonces era el bueno de Frank Rijkaard, que pocos meses antes nos había hecho campeones de Europa en la gran final de París contra el Arsenal, y el bueno de Frank Rijkaard es de Amsterdam.
Después de la visita, volvimos a coger el tren y en unos 20 minutos ya estábamos de vuelta en la ciudad, dónde aprovechamos para visitar el barrio de Jordaan, atravesando sus canales desde Harengrach hasta llegar al Museo de la Casa de Anna Frank, dónde desistimos de entrar porque la impresionante cola de gente que había esperando para entrar era interminable.
Lo mejor es comprar las entradas a través de su web Tickets Anna Frank y te olvidas de todo. Nosotros decidimos volver al día siguiente a ver si tenemos más suerte.
Seguimos caminando por las tranquilas calles del barrio de Jordaan, atravesando sus bonitos canales y dónde paramos a descansar en uno de sus famosos brown coffee.
Algo más relajados, salimos en busca de un lugar para cenar, acabando finalmente en una pizzeria con la agradable sorpresa que nos hacen un 25% de descuento por tener la AmsterdamCard, así que si todavía estáis indecisos en comprarla o no, mi respuesta ya la sabéis después de ahorrarme bastante dinero en el día de hoy.
Después de cenar y ya de noche, como tampoco nos hace seguir pateando la ciudad y no queremos volver tan pronto al hotel, decidimos hacer un crucero nocturno por la ciudad, relajaditos y sin pasar frio, así que nos vamos al muelle en la zona de Leidseplein y cogemos el barquito acristalado y cubierto, nos relajamos sin pensar en hacer fotos y disfrutamos del crucero que dura algo más de una hora.
Como apuntes decir que este crucero está incluido en la AmsterdamCard y que la ciudad de noche e iluminada es muy bonita y muy recomendable de visitar.
De Leidseplein a nuestro hotel no hay más de 5 minutos caminando, así que volvimos tranquilamente mientras observamos los escaparates de las tiendas de la calle de nuestro hotel.
Con la tontería son más de las doce de la noche, así que llegamos al hotel y ya no salimos, que mañana queremos madrugar y seguir visitando la ciudad.
Hoy después de desayunar hemos cogido el tranvía y nos hemos bajado en la Rembrandpleis (Plaza de Rembrandt), una plaza muy bonita y muy curiosa situada en la zona de Oude Zijde, dónde hemos estado haciendo fotos prácticamente sólos antes de que lleguen los autobuses de turistas.
Después de las fotos de rigor, seguimos caminando hasta llegar a la Rembrandthuis, la casa-museo de Rembrandt, dónde vivió toda su vida y pintó sus cuadros más famosos. Yo entro con la AmsterdamCard mientras mi compañera decide no entrar y visitar un mercadillo de ropa cercano.
Me alquilo una audioguía y durante hora y media visito el interesante museo.
Al salir voy en busca de mi compañera, damos una vuelta por los alrededores y aprovechamos que estamos al lado de la oficina de Correos para enviar unas postales a los amigos.
Seguimos caminando sin rumbo fijo, atravesando los famosos canales de la ciudad, hasta que llegamos al Museo Heineken, toda una institución en la ciudad, e hicimos una visita rápida por el museo de la cerveza sin entretenernos mucho, llamado la Heineken Experience, ya que estaba petado de gente.
De vuelta de nuevo al Centro de la ciudad dónde llegamos en tranvía, estuvimos dando una vuelta por la Plaza Dam y sus calles aledañas, visitando tiendas e incluso entramos en una de las más curiosas y divertidas de la ciudad, la "Condomerie", que como su nombre dice, es una tienda exclusivamente de preservativos, de todos los colores, formas, y olores por haber, y dónde pasamos un rato muy curioso y divertido.
Seguimos caminando de nuevo por la Kalverstraat, la calle comercial, hasta llegar a la espectacular Munttoren, torre que formó parte de las murallas de la ciudad y se acuñaban monedas, y de ahí su nombre (Torre de la Moneda), que data del S. XV pero un incendio la destruyó y se volvió a reconstruir en el S. XVII.
Después de visitar la zona, nos metimos a comer en un pub dónde comimos regular y carillo, y cómo estabámos un poco cansados de la ciudad, nos fuimos a la Oficina de Turismo a mirar alternativas para visitar los alrededores de la ciudad.
Miramos de visitar Rotterdam o Eindhoven, pero nos salía bastante caro y estaban bastante lejos para hacerlo todo en un día, así que nos propusieron visitar los pueblecitos de los alrededores, como pueden ser Zaanse Schans, Edam, Volendam y Marken. Estas visitas se pueden hacer tranquilamente en un día, aunque nos pedían por un tour organizado 45 € por persona con la compañía Keytours, así que viendo que era muy caro, descartamos contratar el tour.
Cuando salimos de allí se me ocurrió la idea de mirar de hacerlo por libre, así que sin pensarlo dos veces nos fuimos hasta la Central Station y nos informamos, descartando hacer todas las visitas el mismo día porque no nos daría tiempo, así que escogimos para hacer en la tarde de hoy la visita a Zaanse Schans, un bonito pueblo dónde observar uno de los emblemas del país, sus molinos de viento.
Cogimos el tren desde la Central Station de Amsterdam, y 4 paradas después (Koog Zaandijk), nos bajamos, en total unos 20 minutos de trayecto. Al salir de la estación de trenes hay que caminar unos 10 minutos, pero no tiene pérdida porque está todo bien indicado, además que había otras personas con las mismas intenciones que nosotros, así que nos fue muy fácil guiarnos.
La verdad es que es una visita muy bonita y muy recomendada, a día de hoy todavía se conservan muchos de sus típicos molinos, y algunos alcazan más de 200 años.
Después de la visita nos volvimos a la estación de trenes, dónde volvimos a hacer la misma ruta pero a la inversa, llegando poco después a Amsterdam. En total nos ha costado la excursión 4,80 €, que es el precio del billete de tren ida y vuelta, así que cómo veis, es muy fácil hacer la excursión por vuestra cuenta y ahorrar bastante dinero.
Una vez en Amsterdam estuvimos de nuevo callejeando y estuvimos cenando cerca del Barrio Rojo, dónde dimos una vuelta pero esta vez con más ambiente que la otra vez que estuvimos, y es que hoy es sábado y está bastante petado de gente.
Aprovechamos para visitar el Museo Erótico, incluido en la AmsterdamCard y que estaba a punto de caducarme, ya que sin la tarjeta cuesta 7 € la entrada, aunque la verdad es que es una visita totalmente prescindible y yo la hice por acabar de amortizar mi pase.
Como por momentos es un poco agobiante y apenas se puede pasar y hacer fotos en condiciones, nos fuimos dirección a nuestro hotel, dónde nos paramos en Leisedplein a tomarnos una copa en la terraza mientras vemos la segunda parte del partido de fútbol entre el Zaragoza y el Barça junto con otros catalanes que había por allí. Cuando acaba el partido nos hacemos unas fotos juntos y nos despedimos, y nosotros decidimos meternos en un coffeeshop y probar la experiencia de fumar hierba, no somos fumadores habituales de este tipo de sustancias pero si que lo hacemos en situaciones muy concretas. Solamente entrar al local y con la poca ventilación que tienen, es muy fácil colocarse antes de sentarse en una mesa, ya que la humadera que hay en éstos locales es bastante importante.
El protocolo es éstos sitios es muy fácil, te sientas en una mesa (a veces puede ser compartida con otros clientes por falta de espacio), te vas a la barra a pedir la bebida y lo que quieres consumir de drogas blandas (si no tienes ni idea, ellos te pueden asesorar a través de un catálogo), pagas todo y te vas a tu mesa a consumir, así de fácil.
Lo único que no está permitido en muchos locales es hacer fotos o grabar en vídeo, y mucho menos a otros clientes, aunque nosotros nos hicimos algunas fotos entre nosotros y no nos dijeron nada.
Ya es bastante tarde y están a punto de cerrar los locales, así que volvemos a nuestro hotel caminando que está a menos de 5 minutos para que nos toque un poco el aire, y es que tanto rato ahí metido sin apenas ventilación y fumando, hace que salgamos un poco con el puntillo, pero al llegar a nuestro alojamiento ya estamos en perfectas condiciones.
Nos vamos a dormir, mañana es nuestro último día entero en la ciudad y queremos exprimirlo al máximo.
Hoy hemos vuelto a madrugar, y después de desayunar, a las 08:30h ya estabámos en la calle esperando a coger el tranvía que nos lleve de nuevo a la Central Station, dónde media hora después hemos llegado y nos hemos informado para intentar llegar a Edam, Volendam y Marken.
Nos han aconsejado que hagamos la ruta en autobús y por eso nos aconsejan coger el bus número 110 ó 116, así que subimos a la segunda planta de la Central Station, nos dirigimos a las taquillas de los buses de color amarillo, y nos recomiendan que compremos un ticket llamado Waterlandticket que recorre éstos tres pueblos, y que nos cuesta 8,60 € ida y vuelta.
De seguida partimos sin estar el bus lleno, y decidimos hacer la primera parada en la población de Edam, un encantador pueblecito a menos de media hora de Ámsterdam, dónde recorrimos sus pequeñas calles e incluso visitamos una fábrica de quesos que vimos a medio camino, dónde nos enseñaron el proceso de elaboración y pudimos degustar algunos de sus ricos quesos.
Volvimos a la parada de autobuses a esperar el próximo bus que nos llevara a Volendam, un pueblo pequeño de pescadores fundado en el S. XIV. Recomiendo bajarse en la última parada que te deja directamente en el paseo maritimo, ya que el pueblo carece de mucho interés.
Una vez en el Centro, dónde está el puerto pesquero, hay varias calles llenas de tiendas de souvenirs y pequeños restaurantes a precios de turistas, así que aprovechamos para picar algo hasta llegar a Amsterdam, aunque si picamos algo de souvenirs.
Después de la bonita y relajante visita, cogimos un barco para llegar a Marken, justo enfrente de Volendam, y que recomiendo hacer en barco, porque si queréis hacerlo en bus tendréis que volver a Amsterdam para hacer transbordo y coger otro bus que os lleve a Marken, con lo que se pierde mucho tiempo. En barco es un bonito paseo de unos 20 minutos, aunque en la época que fuimos nosotros hacia mucho viento y era un poco molesto.
Una vez en Marken, recorrimos tranquilamente sus encantadoras y tranquilas calles, aunque es un pueblo pesquero muy pequeño y en muy poco tiempo puedes hacer tranquilamente la visita.
Cuando finalizamos la visita, volvimos a coger el bus hasta Amsterdam, dónde llegamos media hora después de haber pasado con el bus por paisajes muy bonitos como fueron los campos de tulipanes.
De nuevo en la Central Station de Amsterdam, nos fuimos caminando hasta el centro hasta llegar a la Kalverstraat, dónde hicimos una parada rápida para comer en el Mc Donalds y seguir visitando lo que nos quedaba de la ciudad.
Como todavía es relativamente pronto, decidimos probar suerte e ir a visitar el Museo de la Casa de Anna Frank. Cuando llegamos había mucha cola, decidimos ponernos nosotros también y probar suerte, hasta que finalmente pudimos entrar después de 20 minutos de espera.
Los tickets nos costó 9 € y la visita es totalmente recomendable, aunque hay que subir muchas escaleras. Nosotros estuvimos más o menos una hora con la visita y nos gustó mucho.
Cuando acabamos la visita, aprovechamos que teníamos muy cerca el embarcadero y decidimos hacer el crucero que teníamos pendiente durante el día y que estaba incluido con la AmsterdamCard.
Después de una hora de crucero, nos dejaron cerca del Hard Rock Café de Leidsestraat, dónde bajamos para visitar el famoso Vondelpark, auténtico pulmón verde de la ciudad, y que teníamos cerquita de nuestro alojamiento.
Después de la relajante visita y con un día espectacular, volvimos al centro dando un paseo y nos metimos en el Magna Plaza, que es un centro comercial, dónde estuvimos haciendo las últimas compras y despidiéndonos poco a poco de la ciudad.
Último paseo por la calle Konin y la Kalverstraat, hasta llegar al Barrio Rojo, dónde nos hicimos las últimas fotos antes de despedirnos de él aprovechando que hoy domingo no había tanta gente como el día anterior.
Después de estar tomando algo y descansando, ya que nuestros pies echan humo y empezamos a notar el tute de estos días, nos despedimos de la Plaza Dam y vamos dirección a nuestro alojamiento pasando por los diferentes canales de la ciudad y viendo alguno de ellos iluminados.
Después de la caminata y totalmente reventados, nos paramos a cenar algo rápido y nos fuimos hasta nuestro alojamiento, que mañana tocará madrugar para irnos al aeropuerto y coger nuestro vuelo a Bcn.
Nos vamos a dormir con la sensación que hoy hemos exprimido nuestro itinerario y el día nos ha cundido bastante.
Hoy hemos madrugado y hemos desayunado tranquilamente más de lo normal, y es que hacemos un desayuno-comida porque tenemos nuestro vuelo a las 13:30h y no nos dará tiempo de comer hasta llegar a casa.
Antes de irnos, hacemos nuestros equipajes y dejamos la habitación preparada sin hacer el check out, y salimos a estirar las piernas por los alrededores de nuestro alojamiento para no estar tanto rato metidos en la habitación, hasta la hora que decidamos irnos.
Decidimos volver al hotel en busca de nuestro equipaje, hacemos el check out y cogemos el tranvía para que nos lleve a la Central Station, dónde cogeremos el tren y cuatro paradas después llegamos al aeropuerto de Schipol, dónde facturamos y damos una vuelta por las tiendas de la terminal, y a la hora prevista embarcamos sin ninguna incidencia, llegando a Barcelona hora y media después, dando por concluida esta escapada de Semana Santa, y pensando en el próximo viaje previsto para cuatro meses más tarde, que no es el otro que el mega gigante asiático llamado China!
Amsterdam es una ciudad que me ha sorprendido muy gratamente, y que recomiendo a todo el mundo que la visite en alguna escapada de no más de 3 días!
Vaarwel, Amsterdam!!!
FICHA TÉCNICA DEL VIAJE
FECHA: Abril 2.007
DÍAS: 4
DOCUMENTACIÓN NECESARIA
DNI
Pasaporte con mínimo 6 meses de validez, aunque para ciudadanos de la Unión Europea no hace falta.
OTROS DATOS DE INTERÉS
IDIOMA: Se habla el holandés y el sajón, aunque la mayoría de su población hablan inglés perfectamente.
MONEDA: La moneda es el Euro, escrito €.
TARJETAS: Se acepta el pago con tarjetas en cualquier lugar. No hay problemas para sacar dinero en cajeros automáticos.
GUIA DE VIAJE: Como siempre será la Lonely Planet, en éste caso la de Ámsterdam de Cerca.
TELEFONO: Hay cobertura de teléfono en todo el país, pero conviene tener contratado el roaming. Lo mejor es llamar desde locutorios o cybercafés.
INTERNET: Prácticamente en cualquier lugar hay ciber-cafés para conectarse y en la mayoría de alojamientos disponen de wifi gratuito.
SEGURIDAD: País 100% seguro, aunque siempre hay que ir con precaución y con sentido común.
VACUNAS: No hay ninguna vacuna obligatoria.
ELECTRICIDAD: El voltaje es de 230 V y no hace falta adaptador para los enchufes.
DIFERENCIA HORARIA: Mismo horario respecto a España.
RELIGIÓN: Mayoritariamente Católicos, Reformistas y Calvinistas.
PRESUPUESTO DEL VIAJE
DESGLOSE DEL PRESUPUESTO IMPORTE
VUELO Bcn - Amsterdam con TRANSAVIA 110,00 €
ALOJAMIENTO 180,00 €
TICKETS 75,00 €
OTROS (COMIDAS, COMPRAS, GASTOS PERSONALES,..) 120,00 €
Total Presupuesto por Persona 485,00 €
EL ITINERARIO DEL VIAJE
AMSTERDAM - ZAANCHE SCHANS - EDAM - VOLENDAM - MARKEN - AMSTERDAM
EL ITINERARIO DEL VIAJE
AMSTERDAM - ZAANCHE SCHANS - EDAM - VOLENDAM - MARKEN - AMSTERDAM
TRANSPORTE
ALOJAMIENTO
Foto cortesía de Booking.com |
Hotel City Garden. Alojamiento ubicado cerca de Van Baelerstraat, la calle principal de la ciudad llena de comercios de ropa de grandes firmas y buenos restaurantes, con parada de tranvía apenas a 200 metros. Reservamos 4 noches a través de Booking, una habitación bastante pequeña con dos camas y baño privado, y gran desayuno buffet incluido. El precio en su momento fue de 100 € la noche, y lo mejor del hotel es su ubicación, a 3 minutos caminando de la zona de los museos, y en un corto paseo al centro de la ciudad. Por la noche es una zona muy segura y tranquila, sin nada de ruido. Muy recomendable.
LO MEJOR DEL VIAJE
* Sin duda, su ambiente juvenil y canalla, dónde casi todo está permitido y dónde cada uno va a su bola sin necesidad de sentirse observado.
* La cercanía de los monumentos históricos entre ellos y de los lugares a visitar, eso hace que uno pueda recorrer la ciudad prácticamente a pie paseando, cruzando canales y calles adoquinadas muy bonitas.
* Para los amantes del arte y la pintura, poder visitar los monumentos y pinacotecas de dos grandes genios de la pintura y del Impresionismo, como fueron Rembrandt y Van Gogh.
* Visitar a última hora de la tarde cualquier pub de la zona o cualquier coffeeshop, dónde el ambiente y las buenas cervezas está asegurado.
LO PEOR DEL VIAJE
* Amsterdam es una ciudad muy pequeña y perfectamente recorrible en un par de días, y quizá uno más para hacer alguna excursión por los alrededores, así que recomiendo no visitar la ciudad más de tres días.
Después de una larga visita a esta bonita zona, seguimos caminando por otra gran calle comercial, la Kalverstraat, hasta desembocar en la Plaza Dam, el lugar más emblemático y turistico de la ciudad.* Visitar a última hora de la tarde cualquier pub de la zona o cualquier coffeeshop, dónde el ambiente y las buenas cervezas está asegurado.
LO PEOR DEL VIAJE
* Amsterdam es una ciudad muy pequeña y perfectamente recorrible en un par de días, y quizá uno más para hacer alguna excursión por los alrededores, así que recomiendo no visitar la ciudad más de tres días.
* Para ser una ciudad bastante turística, pienso que el alojamiento medio decente de la ciudad es bastante caro, aunque siempre existen ofertas más económicas en otras zonas o de menor categoría.
* No me ha gustado que los locales tipo coffeshops cierren tan pronto por las noches, y es que había días que a las dos de la madrugada ya no sabías a dónde ir sin necesidad de meterte en una disco.
Y con esta breve introducción, y con música de fondo de Anouk, nos vamos para Amsterdam!!!
Por fin es Semana Santa y este año hemos decidido hacer una escapada de 5 días por Ámsterdam y alrededores. Llegamos a la T2 de Barcelona y a las 09:30h de la mañana despegamos con la compañía Transavia, una low cost bastante aceptable. El tipo de pasajeros que tomamos el avión es muy diferente al que suelo encontrarme en mis viajes, la mayoría somos gente joven, fiestera, hippie, "fumetillas"... que deja claro las intenciones de cada uno a la hora de escoger este destino.
Casi dos horas después ya estamos aterrizando en el maravilloso aeropuerto de Schipol, dónde recogemos nuestros equipajes y bajamos una planta para coger el tren hasta la ciudad, que está a unos 20 kms. de distancia.
Compramos en las máquinas los tickets de tren hasta la Central Station de Ámsterdam, dónde pagamos con Visa y nos costó 3,60 € por persona. Una vez en el tren, pasa el revisor pidiendo los billetes, así que mejor que lo compréis si no queréis pagar multa.
Una vez en la Central Station, que podríamos decir que es el centro de la ciudad, cogimos el tranvía número 5 hasta la parada de Van Baelerstraat, la parada más cercana a nuestro hotel, a escasos 300 metros. Cuando llegamos se hacen un lio con las reservas y nos dicen que no encuentran la nuestra, así que después de mostrarles nuestro enfado y decepción, nos colocan en otra habitación que tienen libre por el mismo precio de la reserva anterior. Las habitaciones están bien pero son muy pequeñas, pero lo mejor es su ubicación, a escasos metros de la zona de los museos.
Una vez dejado el equipaje nos vamos a conocer la ciudad, aunque el día de hoy nos lo tomaremos con calma, ya que tenemos muchos días por delante. Son las 15h de la tarde y aunque todavía no tenemos hambre, salimos caminando por la calle Peter Corneliszt Höfstraat, la calle comercial y pija por excelencia de la ciudad, dónde encontramos tiendas y boutiques tan exclusivas como Hugo Boss, Valentino, Cartier, Chanel, entre otras.
De aquí empalmamos con la Leidseplein, otra zona muy comercial pero mucho más turistica, destacando los bares y restaurantes, locales de ocio nocturno y los famosos coffee shops.
Vamos cruzando los diferentes canales, que son una maravilla, hasta llegar al Bloemenmarkt o Mercado de las Flores flotante, que tiene sus orígenes en el año 1.862 cuando los cultivadores de flores llegaban a la ciudad, amarraban sus barcas sobr el rio Singel y vendían sus flores. Hoy en día hay decenas de puestos de flores muy bonitos, dando un colorido y aroma muy especial.
* No me ha gustado que los locales tipo coffeshops cierren tan pronto por las noches, y es que había días que a las dos de la madrugada ya no sabías a dónde ir sin necesidad de meterte en una disco.
Y con esta breve introducción, y con música de fondo de Anouk, nos vamos para Amsterdam!!!
DÍA 1.- BARCELONA - ÁMSTERDAM
Casi dos horas después ya estamos aterrizando en el maravilloso aeropuerto de Schipol, dónde recogemos nuestros equipajes y bajamos una planta para coger el tren hasta la ciudad, que está a unos 20 kms. de distancia.
Compramos en las máquinas los tickets de tren hasta la Central Station de Ámsterdam, dónde pagamos con Visa y nos costó 3,60 € por persona. Una vez en el tren, pasa el revisor pidiendo los billetes, así que mejor que lo compréis si no queréis pagar multa.
Una vez en la Central Station, que podríamos decir que es el centro de la ciudad, cogimos el tranvía número 5 hasta la parada de Van Baelerstraat, la parada más cercana a nuestro hotel, a escasos 300 metros. Cuando llegamos se hacen un lio con las reservas y nos dicen que no encuentran la nuestra, así que después de mostrarles nuestro enfado y decepción, nos colocan en otra habitación que tienen libre por el mismo precio de la reserva anterior. Las habitaciones están bien pero son muy pequeñas, pero lo mejor es su ubicación, a escasos metros de la zona de los museos.
Una vez dejado el equipaje nos vamos a conocer la ciudad, aunque el día de hoy nos lo tomaremos con calma, ya que tenemos muchos días por delante. Son las 15h de la tarde y aunque todavía no tenemos hambre, salimos caminando por la calle Peter Corneliszt Höfstraat, la calle comercial y pija por excelencia de la ciudad, dónde encontramos tiendas y boutiques tan exclusivas como Hugo Boss, Valentino, Cartier, Chanel, entre otras.
De aquí empalmamos con la Leidseplein, otra zona muy comercial pero mucho más turistica, destacando los bares y restaurantes, locales de ocio nocturno y los famosos coffee shops.
Vamos cruzando los diferentes canales, que son una maravilla, hasta llegar al Bloemenmarkt o Mercado de las Flores flotante, que tiene sus orígenes en el año 1.862 cuando los cultivadores de flores llegaban a la ciudad, amarraban sus barcas sobr el rio Singel y vendían sus flores. Hoy en día hay decenas de puestos de flores muy bonitos, dando un colorido y aroma muy especial.
Como no podía ser de otra forma, la Plaza Dam estaba petada de gente a esas horas de la tarde. A un lado de la plaza se encuentra el Koninklijk Paleis o Palacio Real, cerrado en estos momentos por obras y que fue construido en su momento por Jacob Van Campen. A un lateral de la plaza encontramos el museo de cera de Madame Tussauds, visita que prescindiremos después de haberla visitado en Londres, y que se encuentra enfrente del National Museum, con su gran obelisco de mármol de 22 metros de altura, dónde se recuerda a todos los soldados holandeses muertos durante la II Guerra Mundial.
Después de la visita cogimos la Damrak, una de las principales avenidas de la ciudad, hasta llegar a la Central Station, dónde ahora lo podemos visitar con un poco más de calma y sin equipaje, y de allí nos vamos al que quizás sea el highlight o zona más visitada de la ciudad, el Barrio Rojo.
Todavía tenemos horas de luz pero no hay mucho movimiento. Las calles que nos llevan allí son muy estrechas y está lleno de locales para gays y de restaurantes de todo tipo. Almenos a éstas horas del día, el lugar es muy tranquilo y no da sensación de inseguridad, veremos qué pasa por la noche. Los únicos sobresaltos nos lo llevamos cuando pasamos por algún escaparate y alguna prostituta golpea el cristal para llamar mi atención y ofrecer sus servicios.
Desde que hemos llegado todavía no hemos parado, así que nos sentamos en una terraza del Barrio Rojo y nos tomamos unas cervezas mientras contemplamos las aventuras de las prostitutas con algunos clientes, y observamos algunas situaciones que no podemos evitar dejar de reir. Por allí pasaron personas de todo tipos, desde grupitos de jovencitos en busca de su primera experiencia sexual, pasando por gente muy viciosa hasta acabar con autenticos abueletes en busca de un rato entretenido y matar su soledad.
A todo esto decir que la prostitución en esta ciudad está regulada, y todas sus trabajadoras pagan sus impuestos, disponen de cobertura médica y tienen derecho a una pensión el día que se jubilen.
Después de pasar un rato agradable tomando algo, nos fuimos a dar una vuelta por sus calles estrechas y llenas de sex shops, hasta llegar a la calle Zeedijk, que vendría a ser como el Chinatown de la ciudad, con todos los carteles escritos en chino y dónde incluso encontramos un templo chino, el famoso Templo Guan Yin.
Es hora de buscar un sitio para cenar, a pesar de no ser muy tarde para nosotros, pero los holandeses suelen cenar sobre las 18h de la tarde, así que no queremos arriesgarnos a que nos cierren la cocina en ningún sitio, además de que llevamos muchas horas sin comer desde que salimos de Barcelona. Después de dar unas cuántas vueltas mirando las diferentes ofertas culinarias, acabamos en un pequeño restaurante asiático llamado Wok & Wol, dónde por 10 € por cabeza cenamos un plato de tallarines con champiñones y una cerveza. Estuvo bien pero tampoco es para repetir la visita.
Después de cenar volvimos al Barrio Rojo, ahora ya con muchísimo más ambiente, iluminado con sus luces de neón y con todo el bullicio de la gente. La verdad es que si de día es bonito, por la noche se transforma y es más bonito todavía. Damos una vuelta por los dos lados del canal, pasando por todos los escaparates y observando a sus trabajadoras, hacemos cuatro fotos a los canales hasta que se nos presenta un policia de la nada en bici y nos dice que está prohibido hacer fotos a los escaparates y a las prostitutas trabajando y que nos puede multar, así que después de enseñarle la cámara y demostrarle que las fotos que acabamos de hacer es al canal y no a las prostitutas, nos pide disculpas y se va.
DÍA 2.- ÁMSTERDAM
Hoy hemos dormido del tirón y a las 08h ya estabamos desayunando en el buffet del hotel, así que por lo abundante y variado del desayuno hemos amortizado un poco el coste de la habitación.
Poco después salimos del hotel pero apenas hay movimiento por la calle y la mayoría de cosas están todavía cerradas, así que nos vamos a la cercana Oficina de Turismo dónde cogemos unos mapas de la ciudad, y aprovecho para comprar la AmstercamCard, que por un precio de 42 € tienes derecho durante 48 horas a entrar a todos los museos de la ciudad, así como coger ilimitadamente todos los transportes públicos y dos cruceros por el rio, entre otras ventajas. Como yo soy mucho de visitar museos, no me lo pensé dos veces y me la compré, sabiendo que la iba a amortizar con creces. Mi compañera, que no es mucho de museos, decidió no comprarla y pagar individualmente los tickets de los museos que le interesaran.
La primera y breve parada que hicimos fue al Amsterdam Diamonds Museum, mientras haciamos tiempo hasta que abrieran el Rijksmuseum.
La siguiente parada que hicimos fue al Rijksmuseum, un museo impresionante con obras de Rembrandt y de muchos artistas holandeses del S. XVI, destacando la impresionante galería dónde está el famoso cuadro de Rembrandt " La Ronda de Noche". La entrada normal al museo cuesta 12 € y alquilar una audioguia cuesta 4 €, ambos incluido con la AmsterdamCard.
Lástima que en el interior del museo está prohibido hacer fotos.
A la salida, atravesamos el parque para dirigirnos a uno de mis sueños desde la infancia, y uno de los motivos principales de mi visita a Ámsterdam, el Museo Van Gogh, aunque antes nos paramos a hacernos unas fotos típicas con las enormes letras de I AM AMSTERDAM.
Cuando llegamos al Museo Van Gogh la cola de gente para entrar era increible a pesar de ser viernes, así que mi compañera me dijo que se volvía al hotel a descansar un rato y yo en cuánto enseñé la AmsterdamCard, entré por otra fila sin apenas gente y entré en un momento.
Así que otro previlegio más de la tarjeta es saltarse las colas en los museos, que se dice pronto.
Después de más de 3 horas visitando el museo con calma y disfrutando como un enano de Vincent, muy a mi pesar di como concluida mi visita, no sin antes pasar por la tienda del museo y comprar algún recuerdo.
Ahora si, de vuelta al hotel que lo tengo a escasos 200 metros del museo, dejo las compras y paso a recoger a mi compañera, y nos vamos en busca de algún lugar para comer, que ya va siendo hora.
Finalmente y después de andar un rato sin encontrar nada al gusto de ella, nos compramos la comida y aprovechando el buen día que hace hoy, nos lo fuimos a comer en la gran esplanada detrás del Museo Van Gogh, y con vistas al bonito Concertgebouw, el lugar de conciertos de la ciudad.
Después de comer y descansar un rato allí, decidimos amortizar más la AmsterdamCard, y nos fuimos a la Central Station con el tranvía número 5 que cogimos al lado de nuestro hotel, y una vez en CentralStation cogimos un tren de cercanías hasta la parada Bijlmer, dónde después de caminar unos 5 minutos por una zona un poco chunga con muchos yonkies, llegamos al estadio del Ajax, más conocido como el Amsterdam Arena.
Hicimos un tour dónde visitamos el estadio, el Museo, la Sala de Prensa, los Vestuarios,... lo más curioso de todo es que de 20 personas que estabamos en aquella visita, 16 éramos de Barcelona!!
La entrada es gratuita con la AmsterdamCard y mi compañera tuvo que pagar 9 € por el entrada. Si te gusta el fútbol y quieres ir a un estadio de fútbol emblemático, te recomiendo la visita.
A mi me hacia especial ilusión visitarlo porque el entrenador del Barça por aquel entonces era el bueno de Frank Rijkaard, que pocos meses antes nos había hecho campeones de Europa en la gran final de París contra el Arsenal, y el bueno de Frank Rijkaard es de Amsterdam.
Después de la visita, volvimos a coger el tren y en unos 20 minutos ya estábamos de vuelta en la ciudad, dónde aprovechamos para visitar el barrio de Jordaan, atravesando sus canales desde Harengrach hasta llegar al Museo de la Casa de Anna Frank, dónde desistimos de entrar porque la impresionante cola de gente que había esperando para entrar era interminable.
Lo mejor es comprar las entradas a través de su web Tickets Anna Frank y te olvidas de todo. Nosotros decidimos volver al día siguiente a ver si tenemos más suerte.
Seguimos caminando por las tranquilas calles del barrio de Jordaan, atravesando sus bonitos canales y dónde paramos a descansar en uno de sus famosos brown coffee.
Algo más relajados, salimos en busca de un lugar para cenar, acabando finalmente en una pizzeria con la agradable sorpresa que nos hacen un 25% de descuento por tener la AmsterdamCard, así que si todavía estáis indecisos en comprarla o no, mi respuesta ya la sabéis después de ahorrarme bastante dinero en el día de hoy.
Después de cenar y ya de noche, como tampoco nos hace seguir pateando la ciudad y no queremos volver tan pronto al hotel, decidimos hacer un crucero nocturno por la ciudad, relajaditos y sin pasar frio, así que nos vamos al muelle en la zona de Leidseplein y cogemos el barquito acristalado y cubierto, nos relajamos sin pensar en hacer fotos y disfrutamos del crucero que dura algo más de una hora.
Como apuntes decir que este crucero está incluido en la AmsterdamCard y que la ciudad de noche e iluminada es muy bonita y muy recomendable de visitar.
De Leidseplein a nuestro hotel no hay más de 5 minutos caminando, así que volvimos tranquilamente mientras observamos los escaparates de las tiendas de la calle de nuestro hotel.
Con la tontería son más de las doce de la noche, así que llegamos al hotel y ya no salimos, que mañana queremos madrugar y seguir visitando la ciudad.
DÍA 3.- ÁMSTERDAM - ZAANCHE SCHANS - AMSTERDAM
Hoy después de desayunar hemos cogido el tranvía y nos hemos bajado en la Rembrandpleis (Plaza de Rembrandt), una plaza muy bonita y muy curiosa situada en la zona de Oude Zijde, dónde hemos estado haciendo fotos prácticamente sólos antes de que lleguen los autobuses de turistas.
Después de las fotos de rigor, seguimos caminando hasta llegar a la Rembrandthuis, la casa-museo de Rembrandt, dónde vivió toda su vida y pintó sus cuadros más famosos. Yo entro con la AmsterdamCard mientras mi compañera decide no entrar y visitar un mercadillo de ropa cercano.
Me alquilo una audioguía y durante hora y media visito el interesante museo.
Al salir voy en busca de mi compañera, damos una vuelta por los alrededores y aprovechamos que estamos al lado de la oficina de Correos para enviar unas postales a los amigos.
Seguimos caminando sin rumbo fijo, atravesando los famosos canales de la ciudad, hasta que llegamos al Museo Heineken, toda una institución en la ciudad, e hicimos una visita rápida por el museo de la cerveza sin entretenernos mucho, llamado la Heineken Experience, ya que estaba petado de gente.
De vuelta de nuevo al Centro de la ciudad dónde llegamos en tranvía, estuvimos dando una vuelta por la Plaza Dam y sus calles aledañas, visitando tiendas e incluso entramos en una de las más curiosas y divertidas de la ciudad, la "Condomerie", que como su nombre dice, es una tienda exclusivamente de preservativos, de todos los colores, formas, y olores por haber, y dónde pasamos un rato muy curioso y divertido.
Seguimos caminando de nuevo por la Kalverstraat, la calle comercial, hasta llegar a la espectacular Munttoren, torre que formó parte de las murallas de la ciudad y se acuñaban monedas, y de ahí su nombre (Torre de la Moneda), que data del S. XV pero un incendio la destruyó y se volvió a reconstruir en el S. XVII.
Después de visitar la zona, nos metimos a comer en un pub dónde comimos regular y carillo, y cómo estabámos un poco cansados de la ciudad, nos fuimos a la Oficina de Turismo a mirar alternativas para visitar los alrededores de la ciudad.
Miramos de visitar Rotterdam o Eindhoven, pero nos salía bastante caro y estaban bastante lejos para hacerlo todo en un día, así que nos propusieron visitar los pueblecitos de los alrededores, como pueden ser Zaanse Schans, Edam, Volendam y Marken. Estas visitas se pueden hacer tranquilamente en un día, aunque nos pedían por un tour organizado 45 € por persona con la compañía Keytours, así que viendo que era muy caro, descartamos contratar el tour.
Cuando salimos de allí se me ocurrió la idea de mirar de hacerlo por libre, así que sin pensarlo dos veces nos fuimos hasta la Central Station y nos informamos, descartando hacer todas las visitas el mismo día porque no nos daría tiempo, así que escogimos para hacer en la tarde de hoy la visita a Zaanse Schans, un bonito pueblo dónde observar uno de los emblemas del país, sus molinos de viento.
Cogimos el tren desde la Central Station de Amsterdam, y 4 paradas después (Koog Zaandijk), nos bajamos, en total unos 20 minutos de trayecto. Al salir de la estación de trenes hay que caminar unos 10 minutos, pero no tiene pérdida porque está todo bien indicado, además que había otras personas con las mismas intenciones que nosotros, así que nos fue muy fácil guiarnos.
La verdad es que es una visita muy bonita y muy recomendada, a día de hoy todavía se conservan muchos de sus típicos molinos, y algunos alcazan más de 200 años.
Después de la visita nos volvimos a la estación de trenes, dónde volvimos a hacer la misma ruta pero a la inversa, llegando poco después a Amsterdam. En total nos ha costado la excursión 4,80 €, que es el precio del billete de tren ida y vuelta, así que cómo veis, es muy fácil hacer la excursión por vuestra cuenta y ahorrar bastante dinero.
Una vez en Amsterdam estuvimos de nuevo callejeando y estuvimos cenando cerca del Barrio Rojo, dónde dimos una vuelta pero esta vez con más ambiente que la otra vez que estuvimos, y es que hoy es sábado y está bastante petado de gente.
Aprovechamos para visitar el Museo Erótico, incluido en la AmsterdamCard y que estaba a punto de caducarme, ya que sin la tarjeta cuesta 7 € la entrada, aunque la verdad es que es una visita totalmente prescindible y yo la hice por acabar de amortizar mi pase.
Como por momentos es un poco agobiante y apenas se puede pasar y hacer fotos en condiciones, nos fuimos dirección a nuestro hotel, dónde nos paramos en Leisedplein a tomarnos una copa en la terraza mientras vemos la segunda parte del partido de fútbol entre el Zaragoza y el Barça junto con otros catalanes que había por allí. Cuando acaba el partido nos hacemos unas fotos juntos y nos despedimos, y nosotros decidimos meternos en un coffeeshop y probar la experiencia de fumar hierba, no somos fumadores habituales de este tipo de sustancias pero si que lo hacemos en situaciones muy concretas. Solamente entrar al local y con la poca ventilación que tienen, es muy fácil colocarse antes de sentarse en una mesa, ya que la humadera que hay en éstos locales es bastante importante.
El protocolo es éstos sitios es muy fácil, te sientas en una mesa (a veces puede ser compartida con otros clientes por falta de espacio), te vas a la barra a pedir la bebida y lo que quieres consumir de drogas blandas (si no tienes ni idea, ellos te pueden asesorar a través de un catálogo), pagas todo y te vas a tu mesa a consumir, así de fácil.
Lo único que no está permitido en muchos locales es hacer fotos o grabar en vídeo, y mucho menos a otros clientes, aunque nosotros nos hicimos algunas fotos entre nosotros y no nos dijeron nada.
Ya es bastante tarde y están a punto de cerrar los locales, así que volvemos a nuestro hotel caminando que está a menos de 5 minutos para que nos toque un poco el aire, y es que tanto rato ahí metido sin apenas ventilación y fumando, hace que salgamos un poco con el puntillo, pero al llegar a nuestro alojamiento ya estamos en perfectas condiciones.
Nos vamos a dormir, mañana es nuestro último día entero en la ciudad y queremos exprimirlo al máximo.
DÍA 4.- ÁMSTERDAM - EDAM - VOLENDAM - MARKEN - AMSTERDAM
Hoy hemos vuelto a madrugar, y después de desayunar, a las 08:30h ya estabámos en la calle esperando a coger el tranvía que nos lleve de nuevo a la Central Station, dónde media hora después hemos llegado y nos hemos informado para intentar llegar a Edam, Volendam y Marken.
Nos han aconsejado que hagamos la ruta en autobús y por eso nos aconsejan coger el bus número 110 ó 116, así que subimos a la segunda planta de la Central Station, nos dirigimos a las taquillas de los buses de color amarillo, y nos recomiendan que compremos un ticket llamado Waterlandticket que recorre éstos tres pueblos, y que nos cuesta 8,60 € ida y vuelta.
De seguida partimos sin estar el bus lleno, y decidimos hacer la primera parada en la población de Edam, un encantador pueblecito a menos de media hora de Ámsterdam, dónde recorrimos sus pequeñas calles e incluso visitamos una fábrica de quesos que vimos a medio camino, dónde nos enseñaron el proceso de elaboración y pudimos degustar algunos de sus ricos quesos.
Volvimos a la parada de autobuses a esperar el próximo bus que nos llevara a Volendam, un pueblo pequeño de pescadores fundado en el S. XIV. Recomiendo bajarse en la última parada que te deja directamente en el paseo maritimo, ya que el pueblo carece de mucho interés.
Una vez en el Centro, dónde está el puerto pesquero, hay varias calles llenas de tiendas de souvenirs y pequeños restaurantes a precios de turistas, así que aprovechamos para picar algo hasta llegar a Amsterdam, aunque si picamos algo de souvenirs.
Después de la bonita y relajante visita, cogimos un barco para llegar a Marken, justo enfrente de Volendam, y que recomiendo hacer en barco, porque si queréis hacerlo en bus tendréis que volver a Amsterdam para hacer transbordo y coger otro bus que os lleve a Marken, con lo que se pierde mucho tiempo. En barco es un bonito paseo de unos 20 minutos, aunque en la época que fuimos nosotros hacia mucho viento y era un poco molesto.
Una vez en Marken, recorrimos tranquilamente sus encantadoras y tranquilas calles, aunque es un pueblo pesquero muy pequeño y en muy poco tiempo puedes hacer tranquilamente la visita.
Cuando finalizamos la visita, volvimos a coger el bus hasta Amsterdam, dónde llegamos media hora después de haber pasado con el bus por paisajes muy bonitos como fueron los campos de tulipanes.
De nuevo en la Central Station de Amsterdam, nos fuimos caminando hasta el centro hasta llegar a la Kalverstraat, dónde hicimos una parada rápida para comer en el Mc Donalds y seguir visitando lo que nos quedaba de la ciudad.
Como todavía es relativamente pronto, decidimos probar suerte e ir a visitar el Museo de la Casa de Anna Frank. Cuando llegamos había mucha cola, decidimos ponernos nosotros también y probar suerte, hasta que finalmente pudimos entrar después de 20 minutos de espera.
Los tickets nos costó 9 € y la visita es totalmente recomendable, aunque hay que subir muchas escaleras. Nosotros estuvimos más o menos una hora con la visita y nos gustó mucho.
Cuando acabamos la visita, aprovechamos que teníamos muy cerca el embarcadero y decidimos hacer el crucero que teníamos pendiente durante el día y que estaba incluido con la AmsterdamCard.
Después de una hora de crucero, nos dejaron cerca del Hard Rock Café de Leidsestraat, dónde bajamos para visitar el famoso Vondelpark, auténtico pulmón verde de la ciudad, y que teníamos cerquita de nuestro alojamiento.
Después de la relajante visita y con un día espectacular, volvimos al centro dando un paseo y nos metimos en el Magna Plaza, que es un centro comercial, dónde estuvimos haciendo las últimas compras y despidiéndonos poco a poco de la ciudad.
Último paseo por la calle Konin y la Kalverstraat, hasta llegar al Barrio Rojo, dónde nos hicimos las últimas fotos antes de despedirnos de él aprovechando que hoy domingo no había tanta gente como el día anterior.
Después de la caminata y totalmente reventados, nos paramos a cenar algo rápido y nos fuimos hasta nuestro alojamiento, que mañana tocará madrugar para irnos al aeropuerto y coger nuestro vuelo a Bcn.
Nos vamos a dormir con la sensación que hoy hemos exprimido nuestro itinerario y el día nos ha cundido bastante.
DÍA 5.- ÁMSTERDAM - BARCELONA
Hoy hemos madrugado y hemos desayunado tranquilamente más de lo normal, y es que hacemos un desayuno-comida porque tenemos nuestro vuelo a las 13:30h y no nos dará tiempo de comer hasta llegar a casa.
Antes de irnos, hacemos nuestros equipajes y dejamos la habitación preparada sin hacer el check out, y salimos a estirar las piernas por los alrededores de nuestro alojamiento para no estar tanto rato metidos en la habitación, hasta la hora que decidamos irnos.
Decidimos volver al hotel en busca de nuestro equipaje, hacemos el check out y cogemos el tranvía para que nos lleve a la Central Station, dónde cogeremos el tren y cuatro paradas después llegamos al aeropuerto de Schipol, dónde facturamos y damos una vuelta por las tiendas de la terminal, y a la hora prevista embarcamos sin ninguna incidencia, llegando a Barcelona hora y media después, dando por concluida esta escapada de Semana Santa, y pensando en el próximo viaje previsto para cuatro meses más tarde, que no es el otro que el mega gigante asiático llamado China!
Amsterdam es una ciudad que me ha sorprendido muy gratamente, y que recomiendo a todo el mundo que la visite en alguna escapada de no más de 3 días!
Vaarwel, Amsterdam!!!
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