Viena, capital de Austria y conocida como la Ciudad Imperial gracias al haber pertenecido a la dinastía Hamburgo del imperio Astro-Húngaro, es una de las ciudades más elegantes, monumentales, arquitectónica y con encanto de toda Europa, además de estar enclavada dentro de la ruta turística junto a Praga y Budapest.
Aunque Viena no es una ciudad pequeña es posible visitarla en unos tres días tranquilamente en cualquier estación del año, ya que la mayoría de los lugares turísticos a visitar quedan bastante cerca, así que es un destino ideal para un fin de semana largo y más ahora gracias a la nueva ruta por parte de las compañías low cost.
FICHA TÉCNICA DEL VIAJE
FECHA: Diciembre 2.018
DÍAS: 3
DOCUMENTACIÓN NECESARIA
DNI
Pasaporte con mínimo 6 meses de validez, aunque para ciudadanos de la Unión Europea no hace falta.
OTROS DATOS DE INTERÉS
IDIOMA: Se habla el alemán, pero al tratarse de un destino muy avanzado y desarrollado, sus habitantes son bilingües y hablan el inglés sin problemas.
MONEDA: La moneda es el Euro, escrito €.
TARJETAS: Se acepta el pago con tarjetas prácticamente en cualquier lugar, ya que es la modalidad más extendida. No hay problemas para sacar dinero en cajeros automáticos.
GUIA DE VIAJE: Como siempre será la Lonely Planet, en éste caso la Guía de Cerca de Viena.
TELEFONO: Hay cobertura de teléfono en todo el país, y desde el año pasado ha desaparecido el roaming por Europa, así que no debemos preocuparnos por desactivar nuestros datos del móvil.
INTERNET: Prácticamente en cualquier lugar hay sitios para conectarse y en la mayoría de alojamientos disponen de wifi gratuito.
SEGURIDAD: País prácticamente seguro y con un bajo índice de delincuencia. aunque siempre hay que ir con precaución y con sentido común.
VACUNAS: No hay ninguna vacuna obligatoria.
ELECTRICIDAD: El voltaje es de 230 V y no hace falta adaptador para los enchufes.
DIFERENCIA HORARIA: Mismo horario respecto a España.
RELIGIÓN: Mayoritariamente cristianos católicos, aunque hay un pequeño porcentaje de protestantes y luteranos.
EL ITINERARIO DEL VIAJE
Austria tiene ciudades y parajes naturales encantadores y es muy recomendable visitar el país a través de un roadtrip con coche de alquiler, pero en mi caso al disponer solamente de varios días y en esta época del año con mucho frio y pocas horas de luz, mi visita se centrará solamente en Viena y en sus famosos mercados navideños de adviento, dejando el resto del país para una futura ocasión.
PRESUPUESTO DEL VIAJE
DESGLOSE DEL PRESUPUESTO IMPORTE
Vuelo Barcelona-Viena con Laudamotion (Ida y Vuelta) 17,99 €
Opción Priority + Equipaje de Mano 8,00 €
Opción Priority + Equipaje de Mano 8,00 €
ALOJAMIENTO 27,02 €
TRANSPORTE 13,60 €
OTROS (COMIDAS, COMPRAS, GASTOS PERSONALES,..) 96,20 €
TRANSPORTE 13,60 €
Total Presupuesto por Persona 162,81 €
MOVERSE POR LA CIUDAD
La mejor forma de moverse por la ciudad es caminando tranquilamente sin necesidad de tomar ningún transporte público, ya que todo lo más interesante para visitar se concentra en el centro de la ciudad. El metro de Viena (U-Bahn) dispone de 5 líneas diferentes (diferenciadas por un color diferente) y un total de casi un centenar de estaciones diferentes. Las líneas más importantes y más turísticas corresponden a la U1 (roja) y la U3 (naranja). Antes de subir al metro hay que sacar el ticket en las máquinas automáticas o en el Centro de Visitantes (Reisezentrum) que hay en algunas estaciones, decidiendo si queremos un billete simple (2,40 €) o bien si vamos a seguir moviéndonos por la ciudad en transporte público, ya que en este caso la mejor opción es comprar el abono de 24 horas sin límite de viajes, incluyendo todos los transportes en autobús y tranvía de la ciudad, y que cuesta 8 €. También existe la opción de un abono de 48 horas por 14,10 €, el de 72 horas por 17,10 € y el abono de una semana por 16,20 €. Sea cual sea tu opción, solamente se pasa el ticket la primera vez por la máquina que se encuentra antes de bajar al andén y a partir de ese momento empieza la validez del abono comprado sin necesidad de ir timbrándolo en el resto de trayectos.
El horario del metro es de 05h de la mañana a 00:30h de la noche interrumpidamente y con una frecuencia de paso de cada 5 minutos aproximadamente.
Os recuerdo que las estaciones de la ciudad de Viena no disponen de barreras ni tornos, y normalmente no se ven revisores en los vagones (en teoría), así que se confía plenamente en la buena fe de los usuarios y dan por hecho que cada uno viaja con su ticket, pero no os confiéis en viajar sin billetes porque en cualquier momento te lo puede pedir algún empleado del transporte público (sobretodo si te ven que eres turista) y no te libras de pagar una buena multa. Así que mi recomendación es que si ya te has gastado un dinero para viajar y visitar el país, no te la juegues y cumple las normas aunque nos parezca caro, y si no quieres pagarlo mejor te mueves caminando.
TRANSPORTE A/DESDE AEROPUERTO DE VIENA
Existen diferentes alternativas para llegar al centro de la ciudad desde el Aeropuerto Internacional de Viena o Schwechat, ubicado a solamente 18 kms. al sureste de la capital, que son las siguientes dependiendo de nuestros horarios de llegada y de nuestra economía:
- City Airport Train (CAT): La opción más rápida para llegar a la estación central de Viena (Wien Mitte) es tomando el tren CAT (City Airport Train) ya que permite hacer el trayecto entre ambas estaciones directamente y sin hacer ninguna parada intermedia en solamente 16 minutos de trayecto. La estación Wien Mitte es un gran centro de comunicaciones porque desde aquí confluyen las líneas del S-Bahn (tren cercanías) S1, S2, S3, S4 y S7, U-Bahn (metro) U3 y U4, así como diferentes líneas de autobuses y tranvías.
Antes de subir al tren hay que comprar el ticket en las máquinas automáticas dónde siempre hay amables trabajadores dispuestos a ayudarte o en las ventanillas que se encuentran antes de bajar al andén, el precio de un billete cuesta 12 € por persona solamente un trayecto, o 21 € por persona si lo compramos ida y vuelta (válido durante 6 meses desde la fecha de compra). Para los menores de 15 años, el transporte es gratuito. Es posible comprar anticipadamente desde casa nuestro ticket a través de la web del CAT por si no queremos perder mucho tiempo a nuestra llegada y queremos viajar más cómodos.
Las estaciones no disponen de tornos ni hay revisores en los vagones (en teoría), así que se confía plenamente en la buena fe de los usuarios, y puedo decir que los austríacos lo cumplen a rajatabla, como no podía ser de otra manera. En caso de no comprar el ticket o no validarlo y te lo pidiera algún empleado del transporte público, la multa asciende a 150 €. En nuestro país os aseguro que esta modalidad es impensable, así que debemos aprender mucho de estos países.
El horario del CAT de Viena es de lunes a domingo, siendo el trayecto desde el Aeropuerto a la estación Wien Mitte desde las 06:09h de la mañana hasta las 23:39h de la noche interrumpidamente, con una frecuencia de paso de cada 30 minutos. El trayecto a la inversa, es decir, de Wien Mitte hacia el aeropuerto, el horario es de 05:37h hasta las 23:07h, con la misma frecuencia que la anterior.
- Tren S7: Al igual que el anterior, se trata de un tren de cercanías pero con paradas intermedias, tardando un poco más pero en cambio es mucho más barato. Se debe tomar en el Aeropuerto (Flughafen Wien) con dirección Floridsdorf, y bajarnos dónde más nos interese. Normalmente para los turistas que llegamos a Viena solemos bajarnos en la estación Wien Mitte ó Praterstern, ya que ambas están comunicadas con la red de metro de la ciudad. En total el trayecto dispone de 13 paradas intermedias, y el trayecto suele durar unos 25 minutos hasta Wien Mitte y de 5 minutos más si nuestro destino es la estación de Praterstern. El precio del ticket es de 4,20 € por persona y trayecto, y también tendremos la obligación de validar nuestro ticket antes de subir al tren.
El horario del S7 es de lunes a domingo, siendo el trayecto desde el Aeropuerto hacia la ciudad desde las 05:18h de la mañana hasta las 00:18h de la noche interrumpidamente, con una frecuencia de paso de cada 30 minutos. El trayecto hacia el aeropuerto parten desde la estación de Praterstern a las 04:15h hasta las 23:45h, y desde Wien Mitte hacia el aeropuerto desde las 04:19h hasta las 23:49h, con la misma frecuencia que la anterior.
Esta fue la opción escogida por mi durante mi viaje a Viena, ya que me coincidían perfectamente por horarios y además al disponer de tiempo me permitía ahorrarme bastante dinero en el precio del ticket.
- Taxi: Como siempre, es la forma más cómoda aunque no siempre la más rápida para trasladarte a tu alojamiento, pero te aseguras que te dejen en la misma puerta y sin necesidad de arrastrar equipaje. El problema está en que en una ciudad tan cara como Viena y donde el transporte público deja de tener servicio sobre la medianoche, como tu vuelo llegue más tarde de esa hora o sufra retraso no vas a tener más remedio que rascarte el bolsillo con un taxi si quieres llegar a tu alojamiento, y en el caso de Viena este trayecto suele costar entre 60 € y 80 €, dependiendo de donde se encuentre tu alojamiento, a pesar de que la distancia desde el aeropuerto no es más de 20 kms. Así que si tenéis previsto viajar a última hora del día y llegar de noche a Viena, cruzar los dedos para que vuestro vuelo no sufra retrasos porque probablemente el trayecto en taxi os cueste más que el billete de avión, y si encima viajáis solos y no encontráis a nadie para compartir el trayecto, la broma os va a salir muy cara.
Viena se encuentra estrategicamente bien comunicada con otros países de Centro y Norte de Europa, siendo lo más habitual desplazarse a ciudades cercanas como Praga, Budapest, y sobretodo Bratislava, ya que se encuentra escasamente a 60 kms. de distancia desde Viena. Pero también es posible desplazarse a otros países cercanos como Suiza, la zona de Baviera en Alemania, Italia y sobretodo los Balcanes, ya que las distancias no son muy grandes. Pero no solamente nos podemos desplazar a destinos internacionales, ya que lo más común es viajar a otras ciudades austríacas como Graz, Linz, Hallstatt y la joya de la corona, Salzburgo.
Hay diferentes formas de llegar y todas tienen el denominador común que son muy rápidas aunque no todas son muy económicas, dependiendo del tiempo que tengamos, de nuestra comodidad y del dinero que nos queramos gastar, que son las siguientes:
- Coche de Alquiler: Quizás sea la opción más recomendable si tenemos pensado hacer un roadtrip por toda Austria, visitando ciudades imperiales, históricas o simplemente maravillarnos de sus paisajes a través de la zona del Tirol. Es la opción que da más libertad e independencia, pero para eso es mejor viajar en otra época del año con mejor climatología y con días más largos, y sobretodo, en compañía de otras personas para abaratar costes.
La mejor forma de moverse por la ciudad es caminando tranquilamente sin necesidad de tomar ningún transporte público, ya que todo lo más interesante para visitar se concentra en el centro de la ciudad. El metro de Viena (U-Bahn) dispone de 5 líneas diferentes (diferenciadas por un color diferente) y un total de casi un centenar de estaciones diferentes. Las líneas más importantes y más turísticas corresponden a la U1 (roja) y la U3 (naranja). Antes de subir al metro hay que sacar el ticket en las máquinas automáticas o en el Centro de Visitantes (Reisezentrum) que hay en algunas estaciones, decidiendo si queremos un billete simple (2,40 €) o bien si vamos a seguir moviéndonos por la ciudad en transporte público, ya que en este caso la mejor opción es comprar el abono de 24 horas sin límite de viajes, incluyendo todos los transportes en autobús y tranvía de la ciudad, y que cuesta 8 €. También existe la opción de un abono de 48 horas por 14,10 €, el de 72 horas por 17,10 € y el abono de una semana por 16,20 €. Sea cual sea tu opción, solamente se pasa el ticket la primera vez por la máquina que se encuentra antes de bajar al andén y a partir de ese momento empieza la validez del abono comprado sin necesidad de ir timbrándolo en el resto de trayectos.
El horario del metro es de 05h de la mañana a 00:30h de la noche interrumpidamente y con una frecuencia de paso de cada 5 minutos aproximadamente.
Os recuerdo que las estaciones de la ciudad de Viena no disponen de barreras ni tornos, y normalmente no se ven revisores en los vagones (en teoría), así que se confía plenamente en la buena fe de los usuarios y dan por hecho que cada uno viaja con su ticket, pero no os confiéis en viajar sin billetes porque en cualquier momento te lo puede pedir algún empleado del transporte público (sobretodo si te ven que eres turista) y no te libras de pagar una buena multa. Así que mi recomendación es que si ya te has gastado un dinero para viajar y visitar el país, no te la juegues y cumple las normas aunque nos parezca caro, y si no quieres pagarlo mejor te mueves caminando.
- City Airport Train (CAT): La opción más rápida para llegar a la estación central de Viena (Wien Mitte) es tomando el tren CAT (City Airport Train) ya que permite hacer el trayecto entre ambas estaciones directamente y sin hacer ninguna parada intermedia en solamente 16 minutos de trayecto. La estación Wien Mitte es un gran centro de comunicaciones porque desde aquí confluyen las líneas del S-Bahn (tren cercanías) S1, S2, S3, S4 y S7, U-Bahn (metro) U3 y U4, así como diferentes líneas de autobuses y tranvías.
Antes de subir al tren hay que comprar el ticket en las máquinas automáticas dónde siempre hay amables trabajadores dispuestos a ayudarte o en las ventanillas que se encuentran antes de bajar al andén, el precio de un billete cuesta 12 € por persona solamente un trayecto, o 21 € por persona si lo compramos ida y vuelta (válido durante 6 meses desde la fecha de compra). Para los menores de 15 años, el transporte es gratuito. Es posible comprar anticipadamente desde casa nuestro ticket a través de la web del CAT por si no queremos perder mucho tiempo a nuestra llegada y queremos viajar más cómodos.
Las estaciones no disponen de tornos ni hay revisores en los vagones (en teoría), así que se confía plenamente en la buena fe de los usuarios, y puedo decir que los austríacos lo cumplen a rajatabla, como no podía ser de otra manera. En caso de no comprar el ticket o no validarlo y te lo pidiera algún empleado del transporte público, la multa asciende a 150 €. En nuestro país os aseguro que esta modalidad es impensable, así que debemos aprender mucho de estos países.
El horario del CAT de Viena es de lunes a domingo, siendo el trayecto desde el Aeropuerto a la estación Wien Mitte desde las 06:09h de la mañana hasta las 23:39h de la noche interrumpidamente, con una frecuencia de paso de cada 30 minutos. El trayecto a la inversa, es decir, de Wien Mitte hacia el aeropuerto, el horario es de 05:37h hasta las 23:07h, con la misma frecuencia que la anterior.
- Tren S7: Al igual que el anterior, se trata de un tren de cercanías pero con paradas intermedias, tardando un poco más pero en cambio es mucho más barato. Se debe tomar en el Aeropuerto (Flughafen Wien) con dirección Floridsdorf, y bajarnos dónde más nos interese. Normalmente para los turistas que llegamos a Viena solemos bajarnos en la estación Wien Mitte ó Praterstern, ya que ambas están comunicadas con la red de metro de la ciudad. En total el trayecto dispone de 13 paradas intermedias, y el trayecto suele durar unos 25 minutos hasta Wien Mitte y de 5 minutos más si nuestro destino es la estación de Praterstern. El precio del ticket es de 4,20 € por persona y trayecto, y también tendremos la obligación de validar nuestro ticket antes de subir al tren.
El horario del S7 es de lunes a domingo, siendo el trayecto desde el Aeropuerto hacia la ciudad desde las 05:18h de la mañana hasta las 00:18h de la noche interrumpidamente, con una frecuencia de paso de cada 30 minutos. El trayecto hacia el aeropuerto parten desde la estación de Praterstern a las 04:15h hasta las 23:45h, y desde Wien Mitte hacia el aeropuerto desde las 04:19h hasta las 23:49h, con la misma frecuencia que la anterior.
Esta fue la opción escogida por mi durante mi viaje a Viena, ya que me coincidían perfectamente por horarios y además al disponer de tiempo me permitía ahorrarme bastante dinero en el precio del ticket.
- ÖBB Railjet: Al igual que los anteriores, se trata de un tren de cercanías express de la compañía austríaca de ferrocarriles pero con solamente dos paradas intermedias (Wien Mitte y Wien-Miedling), tardando escasamente 15 minutos en hacer el trayecto total. El precio del ticket es de 4,20 € por persona y trayecto, y también tendremos la obligación de validar nuestro ticket antes de subir al tren.
El horario del Railjet es de lunes a domingo, siendo el trayecto desde el Aeropuerto hacia la ciudad desde las 06:33h de la mañana hasta las 23:03h de la noche interrumpidamente, con una frecuencia de paso de cada 30 minutos. El trayecto hacia el aeropuerto parten desde la estación de Wien-Miedling a las 05:34h hasta las 22:00h aproximadamente y la duración del trayecto son unos 30 minutos, y desde Wien Mitte hacia el aeropuerto desde las 05:42h hasta las 22:12h, con una duración de 15 minutos aproximadamente.
El horario del Railjet es de lunes a domingo, siendo el trayecto desde el Aeropuerto hacia la ciudad desde las 06:33h de la mañana hasta las 23:03h de la noche interrumpidamente, con una frecuencia de paso de cada 30 minutos. El trayecto hacia el aeropuerto parten desde la estación de Wien-Miedling a las 05:34h hasta las 22:00h aproximadamente y la duración del trayecto son unos 30 minutos, y desde Wien Mitte hacia el aeropuerto desde las 05:42h hasta las 22:12h, con una duración de 15 minutos aproximadamente.
- Autobus: Existen tres líneas diferentes de autobuses desde el Aeropuerto a la ciudad, dependiendo donde mejor te convenga y se encuentre tu destino. El VAL 1 realiza el recorrido hasta la Estación Central de Viena que comunica con la línea 1 del U-Bahn, y también con la Estación Westbahnhof (Estación Oeste) y que comunica con las líneas U3 y U6 del U-Bahn. El VAL 2 comunica el Aeropuerto con las estaciones Morzinplatz/Schwedenplatz de las líneas U1 y U4 del U-Bahn, y el VAL 3 comunica el Aeropuerto con la estación Donauzentrum de la línea U1 del U-Bahn.
Los trayectos tienen una duración de unos 40 minutos aproximadamente (dependiendo del tráfico del momento) y los billetes cuestan 8 € por persona y trayecto, y de 13 € por persona ida y vuelta, siendo los horarios muy similares a los del tren, es decir, desde primera hora de la mañana hasta la medianoche.
Los trayectos tienen una duración de unos 40 minutos aproximadamente (dependiendo del tráfico del momento) y los billetes cuestan 8 € por persona y trayecto, y de 13 € por persona ida y vuelta, siendo los horarios muy similares a los del tren, es decir, desde primera hora de la mañana hasta la medianoche.
- Taxi: Como siempre, es la forma más cómoda aunque no siempre la más rápida para trasladarte a tu alojamiento, pero te aseguras que te dejen en la misma puerta y sin necesidad de arrastrar equipaje. El problema está en que en una ciudad tan cara como Viena y donde el transporte público deja de tener servicio sobre la medianoche, como tu vuelo llegue más tarde de esa hora o sufra retraso no vas a tener más remedio que rascarte el bolsillo con un taxi si quieres llegar a tu alojamiento, y en el caso de Viena este trayecto suele costar entre 60 € y 80 €, dependiendo de donde se encuentre tu alojamiento, a pesar de que la distancia desde el aeropuerto no es más de 20 kms. Así que si tenéis previsto viajar a última hora del día y llegar de noche a Viena, cruzar los dedos para que vuestro vuelo no sufra retrasos porque probablemente el trayecto en taxi os cueste más que el billete de avión, y si encima viajáis solos y no encontráis a nadie para compartir el trayecto, la broma os va a salir muy cara.
TRANSPORTE A/DESDE VIENA
Viena se encuentra estrategicamente bien comunicada con otros países de Centro y Norte de Europa, siendo lo más habitual desplazarse a ciudades cercanas como Praga, Budapest, y sobretodo Bratislava, ya que se encuentra escasamente a 60 kms. de distancia desde Viena. Pero también es posible desplazarse a otros países cercanos como Suiza, la zona de Baviera en Alemania, Italia y sobretodo los Balcanes, ya que las distancias no son muy grandes. Pero no solamente nos podemos desplazar a destinos internacionales, ya que lo más común es viajar a otras ciudades austríacas como Graz, Linz, Hallstatt y la joya de la corona, Salzburgo.
Hay diferentes formas de llegar y todas tienen el denominador común que son muy rápidas aunque no todas son muy económicas, dependiendo del tiempo que tengamos, de nuestra comodidad y del dinero que nos queramos gastar, que son las siguientes:
- Coche de Alquiler: Quizás sea la opción más recomendable si tenemos pensado hacer un roadtrip por toda Austria, visitando ciudades imperiales, históricas o simplemente maravillarnos de sus paisajes a través de la zona del Tirol. Es la opción que da más libertad e independencia, pero para eso es mejor viajar en otra época del año con mejor climatología y con días más largos, y sobretodo, en compañía de otras personas para abaratar costes.
- Autobus: Quizás sea la opción más barata de todas dependiendo de la antelación con la que compremos nuestros billetes, pero no necesariamente es la más cómoda y eficaz. Existen varias empresas que hacen trayectos entre diferentes ciudades o países cercanos y podemos comprar nuestros tickets online, como por ejemplo con las compañías Flixbus, RegioJet, Slovak Lines o Eurolines.
- Tren: Una buena opción es viajar con la compañía estatal de ferrocarriles ÖBB, ya que los trayectos son muy cómodos y rápidos, y podéis ver los horarios y tarifas a través de su web. Son trenes amplios y muy modernos, los tickets son con horarios abiertos (puedes tomar el tren que mejor te convenga dentro un plazo de 30 días) por lo que no estás atado a los horarios de vuelta, y te puedes mover entre diferentes ciudades o países sin necesidad de volver para atrás, aunque es cierto que muchos trayectos son limitados y no es posible llegar a cualquier rincón como si tuviéramos un coche de alquiler.
- Tren: Una buena opción es viajar con la compañía estatal de ferrocarriles ÖBB, ya que los trayectos son muy cómodos y rápidos, y podéis ver los horarios y tarifas a través de su web. Son trenes amplios y muy modernos, los tickets son con horarios abiertos (puedes tomar el tren que mejor te convenga dentro un plazo de 30 días) por lo que no estás atado a los horarios de vuelta, y te puedes mover entre diferentes ciudades o países sin necesidad de volver para atrás, aunque es cierto que muchos trayectos son limitados y no es posible llegar a cualquier rincón como si tuviéramos un coche de alquiler.
ALOJAMIENTO DEL VIAJE
Wombats City Hostel Vienna - The Lounge. Al tratarse de una escapada express que no estaba prevista y tener que organizarla con muy poca antelación, el precio de los alojamientos en la ciudad estaban por las nubes ya que no conviene olvidar que Austria es una ciudad bastante cara y más en esta época del año donde muchos turistas aprovechamos los puentes para hacer una visita a la ciudad y a sus famosos mercados de adviento. Después de valorar diferentes opciones de alojamiento me decidí por el hostel Wombats City Hostel -The Lounge- bien comunicado por transporte público a 50 metros de una estación de metro (a dos paradas del centro de la ciudad), con tranvía en la misma puerta, y ubicado en una de las calles más comerciales de la ciudad, llena de supermercados y restaurantes.
El alojamiento aparte de estar bien ubicado tiene unas instalaciones increíbles, todo muy limpio y muy bien organizado. La habitación compartida de seis camas era amplia y luminosa, con baño privado dentro de la habitación, calefacción funcionando sin problemas, taquillas individuales y lo más importante, buenos compañeros de habitación y lejos de ser un youth hostel ya que en mi habitación se alojaba un matrimonio mayor totalmente respetuoso. Reservado con muy poca antelación a través de Booking y he pagado por dos noches 27,02 € (la tercera noche la pasé en el aeropuerto ya que mi vuelo salía a las 06h de la mañana), un precio más que satisfactorio por todo lo que he recibido y teniendo en cuenta los precios del país, y más si hay un Puente festivo por medio, como fue mi caso. Aparte a tu llegada al hostel te obsequian con un voucher para tomarte gratuítamente una consumición en el pub del hostel, que teniendo en cuenta los precios de las copas en Viena, se agradece tomarte una cerveza después de un largo día de visitas por la ciudad.
Si quieres hacer una escapada a Viena y no te importa compartir habitación para un par de noches sin dejarte todo tu presupuesto, el hostel es totalmente recomendable tanto por ubicación, instalaciones, comodidad y sobretodo precio, sin dejar de lado toda la amabilidad y hospitalidad de los empleados que no dudan en ayudarte con todas tus dudas, ya que aunque no hables alemán o inglés hay personal que habla español para facilitarte las cosas. Además ofrecen servicio de consigna gratuito para dejar tu equipaje una vez realizado el check out y así seguir visitando la ciudad hasta tu hora de volver al aeropuerto.
MERCADOS NAVIDEÑOS DE ADVIENTO
El motivo principal de mi escapada a Viena en diciembre ha sido para visitar los mercados de adviento o más conocido como mercados navideños de la ciudad de Viena, uno de los más famosos y antiguos de Europa Central, toda una tradición en esta zona del mundo. Existen diferentes mercados dispersos por diferentes zonas de la ciudad, así que sin estresarme mucho y sin correr para verlos todos voy a visitar los más importantes de la ciudad, que son los siguientes:
- Mercado Tradicional del Christkindlmarkt: Quizás el mercado de adviento más conocido de Viena, ya que se encuentra delante del Rathaus o Ayuntamiento de Viena, con infinidad de paradas navideñas con todo tipo de productos, y famosa por su pista de patinaje. Dentro del Ayuntamiento organizan talleres para niños y su entretenimiento. Este mercado abre sus puertas desde mediados de noviembre hasta el día después de Navidad, y abre interrumpidamente desde las 10h de la mañana hasta las 22h de la noche. Debido a su imperdible y céntrica ubicación, pasaréis por él varias veces durante vuestra estancia en la ciudad.
- Mercado del Palacio de Schönbrunn: Otro bonito mercado de adviento pero no tan espectacular como el anterior es el del Palacio de Schönbrunn, abierto desde finales de noviembre hasta el día después de Navidad, con un horario de 10h de la mañana a 21h de la noche. No está céntrico ya que para llegar hay que tomar el metro de la línea U4 y bajarse en la estación Schönbrunn. Lo ideal es visitar el Palacio y sus jardines y al finalizar la visita dedicar un ratito a visitar el mercado de adviento que se encuentra delante de la fachada principal del Palacio de Schönbrunn y no os llevará mucho tiempo, ya que el mercado es bastante pequeño.
RESTAURANTES Y CAFETERÍAS RECOMENDADAS
Viena es de las ciudades europeas más caras como os comentaba antes, así que si no queremos arruinarnos deberemos elegir muy bien dónde comer o tomar algo sin que se resientan nuestros bolsillos, aún y así pronto nos daremos cuenta que los precios son mucho más elevados que en nuestro país o en cualquier otra ciudad europea. Conviene saber que en Austria está permitido fumar dentro de los locales y restaurantes ya que no hay ninguna ley que lo prohiba, así que es un tema para valorar a la hora de escoger un sitio para comer si no quieres pasar un rato desagradable por culpa del humo o del maleducado de la mesa de al lado. Yo soy fumador pero me molesta mucho que fumen delante mio mientras yo estoy comiendo, así que es un factor a tener en cuenta en Austria.
Estos son algunos locales que pude probar durante mi estancia y otros son recomendaciones que me dieron antes de ir pero que no tuve tiempo de probar.
- Cervecería Centimeter: Uno de los locales más conocidos de Viena es el "Centimeter" con cuatro locales diferentes repartidos por la ciudad, siendo el más céntrico y conocido el que se encuentra al lado del Rathaus (Ayuntamiento). Este local destaca por su abundante comida que se mide en centímetros (de ahí su nombre), por su variedad de platos, por la elaboración de su propia cerveza artesanal y sobretodo por sus precios, no son nada populares pero mucho más barato que otros restaurantes de la ciudad. Se puede visitar la web del Centimeter para ver cuál nos viene mejor por ubicación y ojear su extensa carta. Para que os hagáis una idea, un primer plato a modo de aperitivo, un segundo más contundente y una cerveza artesanal de medio litro pagué unos 20 € aproximadamente, un precio bastante bueno teniendo en cuenta los precios de Viena.
- Café Einstein: Ubicado en un lateral del Rathaus y conocido por la gran fotografía de Albert Einstein que hay a la entrada del local, es un local siempre repleto de gente y donde es díficil conseguir una mesa a no ser que uno vaya muy pronto para cenar. En este restaurante hay dos salas, una para fumadores y otra para no fumadores, aparte de un comedor con taburetes y mesas altas para tomar algo y picar algo de comer. Las dos veces que probé de cenar allí estaban saturados, incluso una noche hice espera de 30 minutos tomándome una cerveza pero finalmente desistí de esperar más porque no había manera de obtener mesa. Además, me clavaron 4 € por una cerveza pequeña, así que los precios para cenar no tienen que ser muy baratos tampoco y dentro del local uno tiene sensación de claustrofobia, ya que aprovechan al máximo el espacio de las mesas y uno tiene la sensación de estar cenando en la misma mesa con desconocidos.
- Café Landtmann: Ubicado en Dr. Karl Lueger Ring, 4 y al lado del Rathaus, fui recomendado por varias críticas favorables a través de un amigo aunque a mi personalmente el lugar no era lo esperado ya que el local se veia bastante pijo y los camareros bastante estirados, y pienso que con mi vestuario de turista y de estar todo el día de visitas no encajaba precisamente en ese ambiente, así que me di media vuelta sin apenas curiosear la carta y me fui en busca de otro restaurante donde sentirme más agusto.
- 7 Stern Braeu: Ubicado en Siebensterngasse, 19 y muy cerca del distrito de los Museos, es la típica taberna vienesa con elaboración propia de su cerveza. El local es amplio y acogedor, y se puede ir a tomar algo aunque no te quedes para cenar. Descubrí el restaurante después de visitar la zona de museos y me pareció apropiado hacer un alto en el camino para descansar y tomar algo, aunque no llegué a cenar porque venía de comer el famoso schnitzel a mediodía y era imposible meter nada más en mi cuerpo, pero ojeando la carta pude observar la gran variedad de platos con sus respectivas fotografías por si no sabes alemán. La cerveza que consumí bastante buena y los precios acordes al país, unos 5€ por una jarra de medio litro pero disfrutada hasta la última gota.
- Figlmüller: Ubicado en Bäckertrasse, 6 y muy cerca de la Catedral de San Esteban, aunque tienen otros restaurantes cerca. Es el típico restaurante donde ofrecen el plato más conocido del país, el schnitzel o más conocido para nosotros como el escalope de cerdo empanado. Recomendado por todos los viajeros que han estado en Viena decidí probar no sin antes esperar un poco para conseguir mesa, ya que suele estar lleno de gente en cualquier momento del día. El lugar no está mal y posiblemente te toque compartir mesa con otras personas desconocidas, el schnitzel lo sirven muy bueno pero casi no cabe en el plato, así que os recomiendo venir con hambre porque sino será imposible acabarlo; y lo más importante y chocante, en este local no tienen cerveza, así que deberás acompañarlo con vino, agua o refrescos. El precio de una ensalada, un schnitzel y un agua fueron unos 23€, no es barato pero tampoco me parece tan caro y almenos te aseguras de salir de allí sin hambre y posiblemente sin ganas de cenar tampoco.
- Salm Brau: Ubicado en Rennweg, 8 y al lado del Palacio Belvedere, recomendado por varios foros de viajes y se trata de una típica taberna vienesa donde también elaboran su propia cerveza artesanal, así que pasé por delante después de la visita al Palacio Belvedere pero era muy pronto para quedarme a comer y quería aprovechar más el día para hacer visitas y comer más tarde, así que no llegué a quedarme, pero leyendo todas las opiniones del restaurante todas son favorables y toda la gente queda muy satisfecha, así que en mi próxima visita a Viena (dicen que no hay dos sin tres) intentaré hacer lo posible para comer un día allí y traerme mi propia opinión al respecto.
- Café Central: Ubicado en la Herrengasse, 14 y a muy poca distancia del palacio de Hofburg. Uno de los cafés más conocidos y antiguos de Viena, ya que data del año 1.860 y para mi personalmente demasiado turístico, ya que siempre que quería entrar me encontraba con una gran cola en la puerta de asiáticos y franceses esperando su turno para entrar y a mi se me quitaban las ganas de quedarme, así que finalmente no puedo valorarlo porque no llegué a consumir nada dentro.
- Hotel Sacher: Ubicado en la Philamoniker Str., 4 y justo al lado del edificio de la Ópera de Viena, posiblemente el más conocido y famoso de toda la ciudad. Este café fue el elegido para quedar con mi gran amiga austríaca Eva, con la que hacia casi 20 años que no nos veíamos físicamente, así que nuestro reencuentro fue en este lugar tan especial. Aquí se elabora la famosa Sachertörte con la receta original, la típica tarta austríaca de bizcocho con chocolate y mantequilla y separada por una fina capa de mermelada de albaricoque y recubierta de un glaseado de chocolate por encima. La verdad es que la tarta estaba muy buena, el local y su interior es una gozada, la compañía incomparable, pero los precios son acordes al lugar, es decir, 25 € por dos porciones de tartas y dos cafés con leches, además de dejar los abrigos en el guardaropa. Vamos, me costó prácticamente lo mismo una consumición en el Hotel Sacher que dormir dos noches en Viena... de locos!! Pero la ocasión bien lo merecía.
* Lo fácil que resulta recorrer a pie la ciudad y los lugares más turísticos, ya que los lugares más interesantes se encuentran alrededor de la Ringstrasse o Anillo que rodea la ciudad, y los lugares más alejados se pueden visitar con el eficiente transporte público que dispone la ciudad.
Wombats City Hostel Vienna - The Lounge. Al tratarse de una escapada express que no estaba prevista y tener que organizarla con muy poca antelación, el precio de los alojamientos en la ciudad estaban por las nubes ya que no conviene olvidar que Austria es una ciudad bastante cara y más en esta época del año donde muchos turistas aprovechamos los puentes para hacer una visita a la ciudad y a sus famosos mercados de adviento. Después de valorar diferentes opciones de alojamiento me decidí por el hostel Wombats City Hostel -The Lounge- bien comunicado por transporte público a 50 metros de una estación de metro (a dos paradas del centro de la ciudad), con tranvía en la misma puerta, y ubicado en una de las calles más comerciales de la ciudad, llena de supermercados y restaurantes.
El alojamiento aparte de estar bien ubicado tiene unas instalaciones increíbles, todo muy limpio y muy bien organizado. La habitación compartida de seis camas era amplia y luminosa, con baño privado dentro de la habitación, calefacción funcionando sin problemas, taquillas individuales y lo más importante, buenos compañeros de habitación y lejos de ser un youth hostel ya que en mi habitación se alojaba un matrimonio mayor totalmente respetuoso. Reservado con muy poca antelación a través de Booking y he pagado por dos noches 27,02 € (la tercera noche la pasé en el aeropuerto ya que mi vuelo salía a las 06h de la mañana), un precio más que satisfactorio por todo lo que he recibido y teniendo en cuenta los precios del país, y más si hay un Puente festivo por medio, como fue mi caso. Aparte a tu llegada al hostel te obsequian con un voucher para tomarte gratuítamente una consumición en el pub del hostel, que teniendo en cuenta los precios de las copas en Viena, se agradece tomarte una cerveza después de un largo día de visitas por la ciudad.
Si quieres hacer una escapada a Viena y no te importa compartir habitación para un par de noches sin dejarte todo tu presupuesto, el hostel es totalmente recomendable tanto por ubicación, instalaciones, comodidad y sobretodo precio, sin dejar de lado toda la amabilidad y hospitalidad de los empleados que no dudan en ayudarte con todas tus dudas, ya que aunque no hables alemán o inglés hay personal que habla español para facilitarte las cosas. Además ofrecen servicio de consigna gratuito para dejar tu equipaje una vez realizado el check out y así seguir visitando la ciudad hasta tu hora de volver al aeropuerto.
El motivo principal de mi escapada a Viena en diciembre ha sido para visitar los mercados de adviento o más conocido como mercados navideños de la ciudad de Viena, uno de los más famosos y antiguos de Europa Central, toda una tradición en esta zona del mundo. Existen diferentes mercados dispersos por diferentes zonas de la ciudad, así que sin estresarme mucho y sin correr para verlos todos voy a visitar los más importantes de la ciudad, que son los siguientes:
- Mercado Tradicional del Christkindlmarkt: Quizás el mercado de adviento más conocido de Viena, ya que se encuentra delante del Rathaus o Ayuntamiento de Viena, con infinidad de paradas navideñas con todo tipo de productos, y famosa por su pista de patinaje. Dentro del Ayuntamiento organizan talleres para niños y su entretenimiento. Este mercado abre sus puertas desde mediados de noviembre hasta el día después de Navidad, y abre interrumpidamente desde las 10h de la mañana hasta las 22h de la noche. Debido a su imperdible y céntrica ubicación, pasaréis por él varias veces durante vuestra estancia en la ciudad.
- Mercado del Palacio de Schönbrunn: Otro bonito mercado de adviento pero no tan espectacular como el anterior es el del Palacio de Schönbrunn, abierto desde finales de noviembre hasta el día después de Navidad, con un horario de 10h de la mañana a 21h de la noche. No está céntrico ya que para llegar hay que tomar el metro de la línea U4 y bajarse en la estación Schönbrunn. Lo ideal es visitar el Palacio y sus jardines y al finalizar la visita dedicar un ratito a visitar el mercado de adviento que se encuentra delante de la fachada principal del Palacio de Schönbrunn y no os llevará mucho tiempo, ya que el mercado es bastante pequeño.
- Mercado Tradicional de Spittelberg: Uno de los mercados que más me gustaron fue el de Spittelberg, ya que no es muy turístico y se encuentra en el distrito 7, detrás del Barrio de los Museos. Abre sus puertas desde mediados de noviembre hasta el día antes de Navidad, y su horario es algo más reducido ya que entre semana se puede visitar a partir de las 14h de la tarde hasta las 21h de la noche, y los viernes y fines de semana desde las 10h de la mañana hasta las 21h de la noche, y a diferencia de otros mercados de la ciudad aquí predominan los productos realizados artesanalmente por ellos, ya que por algo se encuentra en el distrito de los artistas, pudiendo encontrar verdaderas joyas de decoración pero a precios un poco altos para nuestros bolsillos.
- Mercado de Adviento del Palacio de Belvedere: Otro de los mercados recomendados pero que no son céntricos, ya que se ubica delante del Palacio de Balvedere, así que para llegar hasta aquí deberemos tomar el metro o tranvía. Abre sus puertas durante la segunda quincena del mes de noviembre hasta el día después de Navidad, y su horario es de 11h de la mañana a 21h de la noche, aproximadamente. Igual que sucede con el Mercado del Palacio de Schönbrunn, lo más recomendable es realizar la visita antes o después de visitar el Palacio de Belvedere, famoso por albergar el cuadro "El Beso" de Gustav Klimt.
- Mercado "Altwiener Christkindlmarkt": Otro de los mercados más originales y que más me gustaron, ubicado en la Plaza Freyung en pleno casco antiguo de Viena, operativo desde finales de noviembre hasta el día antes de Navidad, con un horario de 10h de la mañana a 21h de la noche y representado especialmente para los más pequeños con todo tipo de actividades para ellos, y con tenderetes tan variados que van desde juguetes a productos artesanales, destacando el gastronómico con productos locales de diferentes regiones del país, sobretodo del Tirol.
- Mercado Tradicional de Maria-Theresien-Platz: Junto al Mercado del Rathaus (el primero de la lista) se encuentra este conocido y céntrico mercado, con más de 60 tenderetes de todo tipo, ubicado entre el Museo de Historia del Arte y el Museo de Historia Natural. Abierto desde mediados de noviembre hasta el día después de Navidad con un horario que va desde las 11h de la mañana hasta las 22h de la noche. Es uno de los mercados más concurridos de la ciudad debido a su céntrica ubicación y a su facilidad para llegar hasta él.
- Mercado de Navidad de Karlsplatz: Bonito mercado de adviento ubicado en un emplazamiento espectacular que no es otro que delante de la Iglesia de San Carlos Berromeo, algo más pequeño que los anteriores pero con tenderetes variados, sobretodo de productos ecológicos. Abierto desde finales de noviembre hasta el día antes de Navidad y con un horario algo más reducido, ya que abren desde las 12h del mediodía hasta las 20h de la tarde. Ideal para visitarlo con niños y por el lugar donde está ubicado.
- Mercado de Navidad en la Plaza de la Catedral: Probablemente el mercado de adviento más visitado de la ciudad, y no precisamente por ser el más grande o el más bonito sino por su ubicación, en pleno centro de la ciudad de Viena y justo delante de la Catedral de San Esteban, el lugar más turístico de la ciudad. Abierto desde mediados de noviembre hasta justo después de Navidad, con un horario de 11h de la mañana a 21h de la noche. No es el más bonito ni el más espectacular pero sí el que tiene más ambiente debido a su gran afluencia de turistas, ya que aparte de encontrarse al lado de la Catedral de San Esteban se encuentra a pocos pasos de la calle comercial Graben y del Museo de Mozart.
- Mercado de Navidad en el Prater: Posiblemente el mercado de adviento más retirado de la ciudad pero al mismo tiempo el que tiene más ambiente, ya que se encuentra justo al lado de la Noria del Prater y ofrece un horario más extenso que los demás. Ubicado justo al lado del Parque de atracciones más antiguo de la ciudad, el Prater, abierto desde mediados de noviembre hasta el día de Reyes (en Austria se celebra San Nicolás) y con un horario desde las 10h de la mañana hasta las 22h de la noche, aunque en Fin de Año cierran a las 02h de la mañana. Lo mejor es que por las tardes ofrecen conciertos en directo y gratuítos, desde música gospel hasta villancicos.
RESTAURANTES Y CAFETERÍAS RECOMENDADAS
Estos son algunos locales que pude probar durante mi estancia y otros son recomendaciones que me dieron antes de ir pero que no tuve tiempo de probar.
- Cervecería Centimeter: Uno de los locales más conocidos de Viena es el "Centimeter" con cuatro locales diferentes repartidos por la ciudad, siendo el más céntrico y conocido el que se encuentra al lado del Rathaus (Ayuntamiento). Este local destaca por su abundante comida que se mide en centímetros (de ahí su nombre), por su variedad de platos, por la elaboración de su propia cerveza artesanal y sobretodo por sus precios, no son nada populares pero mucho más barato que otros restaurantes de la ciudad. Se puede visitar la web del Centimeter para ver cuál nos viene mejor por ubicación y ojear su extensa carta. Para que os hagáis una idea, un primer plato a modo de aperitivo, un segundo más contundente y una cerveza artesanal de medio litro pagué unos 20 € aproximadamente, un precio bastante bueno teniendo en cuenta los precios de Viena.
- Café Einstein: Ubicado en un lateral del Rathaus y conocido por la gran fotografía de Albert Einstein que hay a la entrada del local, es un local siempre repleto de gente y donde es díficil conseguir una mesa a no ser que uno vaya muy pronto para cenar. En este restaurante hay dos salas, una para fumadores y otra para no fumadores, aparte de un comedor con taburetes y mesas altas para tomar algo y picar algo de comer. Las dos veces que probé de cenar allí estaban saturados, incluso una noche hice espera de 30 minutos tomándome una cerveza pero finalmente desistí de esperar más porque no había manera de obtener mesa. Además, me clavaron 4 € por una cerveza pequeña, así que los precios para cenar no tienen que ser muy baratos tampoco y dentro del local uno tiene sensación de claustrofobia, ya que aprovechan al máximo el espacio de las mesas y uno tiene la sensación de estar cenando en la misma mesa con desconocidos.
- Café Landtmann: Ubicado en Dr. Karl Lueger Ring, 4 y al lado del Rathaus, fui recomendado por varias críticas favorables a través de un amigo aunque a mi personalmente el lugar no era lo esperado ya que el local se veia bastante pijo y los camareros bastante estirados, y pienso que con mi vestuario de turista y de estar todo el día de visitas no encajaba precisamente en ese ambiente, así que me di media vuelta sin apenas curiosear la carta y me fui en busca de otro restaurante donde sentirme más agusto.
- 7 Stern Braeu: Ubicado en Siebensterngasse, 19 y muy cerca del distrito de los Museos, es la típica taberna vienesa con elaboración propia de su cerveza. El local es amplio y acogedor, y se puede ir a tomar algo aunque no te quedes para cenar. Descubrí el restaurante después de visitar la zona de museos y me pareció apropiado hacer un alto en el camino para descansar y tomar algo, aunque no llegué a cenar porque venía de comer el famoso schnitzel a mediodía y era imposible meter nada más en mi cuerpo, pero ojeando la carta pude observar la gran variedad de platos con sus respectivas fotografías por si no sabes alemán. La cerveza que consumí bastante buena y los precios acordes al país, unos 5€ por una jarra de medio litro pero disfrutada hasta la última gota.
- Figlmüller: Ubicado en Bäckertrasse, 6 y muy cerca de la Catedral de San Esteban, aunque tienen otros restaurantes cerca. Es el típico restaurante donde ofrecen el plato más conocido del país, el schnitzel o más conocido para nosotros como el escalope de cerdo empanado. Recomendado por todos los viajeros que han estado en Viena decidí probar no sin antes esperar un poco para conseguir mesa, ya que suele estar lleno de gente en cualquier momento del día. El lugar no está mal y posiblemente te toque compartir mesa con otras personas desconocidas, el schnitzel lo sirven muy bueno pero casi no cabe en el plato, así que os recomiendo venir con hambre porque sino será imposible acabarlo; y lo más importante y chocante, en este local no tienen cerveza, así que deberás acompañarlo con vino, agua o refrescos. El precio de una ensalada, un schnitzel y un agua fueron unos 23€, no es barato pero tampoco me parece tan caro y almenos te aseguras de salir de allí sin hambre y posiblemente sin ganas de cenar tampoco.
- Salm Brau: Ubicado en Rennweg, 8 y al lado del Palacio Belvedere, recomendado por varios foros de viajes y se trata de una típica taberna vienesa donde también elaboran su propia cerveza artesanal, así que pasé por delante después de la visita al Palacio Belvedere pero era muy pronto para quedarme a comer y quería aprovechar más el día para hacer visitas y comer más tarde, así que no llegué a quedarme, pero leyendo todas las opiniones del restaurante todas son favorables y toda la gente queda muy satisfecha, así que en mi próxima visita a Viena (dicen que no hay dos sin tres) intentaré hacer lo posible para comer un día allí y traerme mi propia opinión al respecto.
- Café Central: Ubicado en la Herrengasse, 14 y a muy poca distancia del palacio de Hofburg. Uno de los cafés más conocidos y antiguos de Viena, ya que data del año 1.860 y para mi personalmente demasiado turístico, ya que siempre que quería entrar me encontraba con una gran cola en la puerta de asiáticos y franceses esperando su turno para entrar y a mi se me quitaban las ganas de quedarme, así que finalmente no puedo valorarlo porque no llegué a consumir nada dentro.
- Hotel Sacher: Ubicado en la Philamoniker Str., 4 y justo al lado del edificio de la Ópera de Viena, posiblemente el más conocido y famoso de toda la ciudad. Este café fue el elegido para quedar con mi gran amiga austríaca Eva, con la que hacia casi 20 años que no nos veíamos físicamente, así que nuestro reencuentro fue en este lugar tan especial. Aquí se elabora la famosa Sachertörte con la receta original, la típica tarta austríaca de bizcocho con chocolate y mantequilla y separada por una fina capa de mermelada de albaricoque y recubierta de un glaseado de chocolate por encima. La verdad es que la tarta estaba muy buena, el local y su interior es una gozada, la compañía incomparable, pero los precios son acordes al lugar, es decir, 25 € por dos porciones de tartas y dos cafés con leches, además de dejar los abrigos en el guardaropa. Vamos, me costó prácticamente lo mismo una consumición en el Hotel Sacher que dormir dos noches en Viena... de locos!! Pero la ocasión bien lo merecía.
- Café Sperl: Ubicado en Gumpendorfer, 11 muy cerca de la Karlsplatz, quizás el más barato de todas las cafeterías top de Viena, aunque yo solamente me limité a pasar por delante y fotografiar la fachada y no llegué a entrar porque ya venía desayunado, me dije de volver en otro momento pero ya no volví a pasar por la zona.
- Café Demel: Ubicado en Kohlmarkt, 14 muy cerca del Café Viena y del palacio Hofburg. Es la típica pastelería vienesa con infinidad de tartas diferentes y con acceso a un salón interior bien decorado para poder disfrutarlo. A mi personalmente me pareció un lugar demasiado turístico e ideal para turistas, con precios bastante elevados y sin mucha personalidad, dónde se paga la turistada del nombre y la ubicación, así que después de echar un vistazo rápido a sus productos y al local, decidí no quedarme a consumir nada.
- Café Diglas: Ubicado en Wollzeile, 10 y muy cerca de la Catedral de San Esteban y del Museo de Mozart, local recomendado en varios guias pero a mi personalmente me decepcionó, ya que había poca variedad y surtido de tartas, los precios mucho más caros que en otros locales (un café con leche y un croissant te cobraban cerca de 9 € y a mi me molesta bastante pagar esos precios tan desorbitados, la verdad) y para más inri solamente dejan pagar en efectivo y no es posible con tarjeta de crédito, así que yo personalmente no lo recomiendo ya que hay otros locales con menos nombre pero que ofrecen un mejor servicio al cliente.
- Café Mozart: Ubicado en Albertinaplatz, 2 y al lado de la Casa de la Música y el Museo Albertina, otro de los legendarios y elegantes cafés de la ciudad. Ideal para hacer un alto en el camino por la tarde después de un día intenso de visitas y museos. El interior del local es una gozada y ver la vida pasar a través de su ventanal mientras disfrutas de una porción de Apfelstrudel con un café con leche caliente para combatir las bajas temperaturas del exterior es relajante... hasta que te traen la cuenta y te dan una bofetada y vuelves a la realidad. El precio fueron unos 12 € pero tanto el lugar como el momento queda bastante justificado, aunque antes de entrar uno ya sabe a que tipo de lugares va.
LO MEJOR DEL VIAJE- Café Mozart: Ubicado en Albertinaplatz, 2 y al lado de la Casa de la Música y el Museo Albertina, otro de los legendarios y elegantes cafés de la ciudad. Ideal para hacer un alto en el camino por la tarde después de un día intenso de visitas y museos. El interior del local es una gozada y ver la vida pasar a través de su ventanal mientras disfrutas de una porción de Apfelstrudel con un café con leche caliente para combatir las bajas temperaturas del exterior es relajante... hasta que te traen la cuenta y te dan una bofetada y vuelves a la realidad. El precio fueron unos 12 € pero tanto el lugar como el momento queda bastante justificado, aunque antes de entrar uno ya sabe a que tipo de lugares va.
* Lo fácil que resulta recorrer a pie la ciudad y los lugares más turísticos, ya que los lugares más interesantes se encuentran alrededor de la Ringstrasse o Anillo que rodea la ciudad, y los lugares más alejados se pueden visitar con el eficiente transporte público que dispone la ciudad.
* La rica e interesante historia del país, ya que el Imperio Austro-Húngaro fue uno de los más importantes de toda nuestra historia contemporánea, con historias de emperadores y sobretodo del personaje de la Emperatriz Isabel de Baviera, más conocida como "Sissí Emperatriz" y explotada comercialmente hasta la saciedad gracias a su interpretación en el cine por parte de la gran Romy Schneider.
* A pesar de ser el típico destino turístico junto a Praga y Budapest, personalmente pienso que no tienen nada que ver entre ellas y cada ciudad es diferente, ya que en el caso de Viena destacaría su arquitectura con sus palacios barrocos, sus jardines cuidados, su limpieza impoluta y sobretodo la educación de su gente, y a diferencia de las otras dos ciudades no me ha parecido que Viena esté saturada o tan explotada turísticamente como sus países vecinos (supongo que los altos precios tendrá algo que ver).
* Lo bonita que está la ciudad en esta época del año con sus maravillosos mercados de adviento y su buen ambiente festivo, y aunque ya lo había vivido años atrás en la misma época con la bonita ciudad de Praga, me quedo con el ambiente de Viena sin dudarlo. Ahora solamente me falta compararla con alguna ciudad alemana en época navideña, donde dicen que su ambiente es más espectacular todavía, si cabe.
* Lo bonita que está la ciudad en esta época del año con sus maravillosos mercados de adviento y su buen ambiente festivo, y aunque ya lo había vivido años atrás en la misma época con la bonita ciudad de Praga, me quedo con el ambiente de Viena sin dudarlo. Ahora solamente me falta compararla con alguna ciudad alemana en época navideña, donde dicen que su ambiente es más espectacular todavía, si cabe.
LO PEOR DEL VIAJE
* No disponer de más tiempo para visitar la ciudad con más calma, y aunque haya sido mi segunda visita a la ciudad después de tantos años y de haber exprimido al máximo el tiempo, tengo la sensación que me dejo muchas cosas en el tintero por visitar, pero gracias a la nueva ruta low cost de Laudamotion desde Barcelona se me antoja que no va a ser la última que visite Viena en estos años.
* Como ya tenía previsto, viajar en esta época del año y con sus famosos mercados navideños es encontrarse esta pequeña ciudad atestada de turistas y a veces un poco agobiante para visitarla, pero está claro que no es la aglomeración de otras ciudades europeas en esta época del año como pueda ser Alsacia o Baviera. A partir de las 16h de la tarde que es cuando oscurece así que hay que aprovechar muy bien el tiempo y sobretodo conviene ir muy abrigado porque las temperaturas son muy bajas en esta época del año y es posible que nos encontremos nieve, como fue mi caso.
* Y como último lugar (aunque podría ser perfectamente el primero), lo peor del viaje son sus precios, ya que el nivel de vida de Austria por desgracia no tiene nada que ver con nuestro país. Si se tiene pensado visitar Viena conviene mirar alojamientos con muchos meses de antelación porque los precios se disparan, el transporte público no es demasiado caro si nos hacemos con un abono de transporte, y el tema de los precios de comidas y bebidas es bastante alto aunque siempre es posible salirse de las zonas más turísticas, aunque un café con leche apenas te va a bajar de 5 € y una cerveza de 4 € en cualquier lugar de la ciudad, así que si vamos a viajar con un presupuesto ajustado conviene saber donde ir antes de que nos llevemos más de una sorpresa!
Y después de este breve resumen, nos vamos a conocer la capital mundial de la música y unas de las ciudades más bonitas de Europa, la Imperial Viena!!
Mi vuelo con la compañía Laudamotion sale puntual a las 09:20h desde Barcelona y en apenas dos horas ya estamos aterrizando en el aeropuerto Schwechat de Viena, ubicado a solamente 18 kms. de la ciudad. Mi opción de transporte para llegar a Viena será el tren de cercanías S7, ya que el CAT me parece bastante caro para la diferencia de tiempo que existe entre ambos. Después de hacer cola saco mi billete en una máquina expendedora y me dirijo al andén después de timbrar el billete, donde 20 minutos después llega el tren que me tiene que llevar hasta Landtrasse (Wien Mitte) y allí hacer transbordo con la línea U3 del metro (U-Bahn) hasta la estación Westbahnhof, donde tengo ubicado mi alojamiento casi enfrente de la salida de la estación.
Después de realizar el check in y dejar mi pequeño equipaje en la habitación, me dispongo por fin a conocer la ciudad y a aprovechar las pocas horas de luz que quedan, ya que en pleno diciembre aquí anochece sobre las 17h de la tarde y conviene abrigarse bien, ya que a las 13h del mediodía estamos sobre los 2º pero a partir de la tarde las temperaturas serán todavía más bajas.
Sin tiempo que perder me hago con una tarjeta de transporte de 24h de metro en la misma Westbahnhof (8 €) y una vez validado me subo en el primero que pasa y me bajo tres paradas después en Volkstheater, donde mi primera visita será al famoso e impresionante Parlamento de Viena, inspirándose en la famosa arquitectura griega clásica. Delante del Parlamento se encuentra la fuente de la diosa griega de la sabiduría, Palas Atenea, que a su vez sostiene en una de sus manos a la diosa griega de la victoria, Niké. Durante mi visita el Parlamento de Viena se encontraba en obras de rehabilitación y todo tapado con vallas y no pude disfrutar de la visita en condiciones, así que pongo una foto más antigua y espero poder disfrutarla de nuevo el día que vuelva a la ciudad.
Sigo el curso de la Ringtrasse o el Anillo que rodea toda la ciudad ya que antiguamente aquí se encontraban las murallas. Viena es una ciudad muy ordenada, limpia y una maravilla para los amantes de la arquitectura ya que cualquier edificio que observemos nos dejará asombrados, además de ser una ciudad muy cómoda de visitar porque las distancias son cortas, el tráfico no es muy denso y el transporte público funciona de maravilla.
Sigo bordeando la Ringtrasse y en un momento llego a la céntrica Maria-Theresien-Platz, una de las plazas más bonitas e importantes de Viena que da nombre a una de sus personajes más ilustres del país, Maria Teresa, reina del Imperio Austro-Húngaro y última Jefa de Estado de los Habsburgo. A cada lateral de la plaza se encuentra el Museo de Historia Natural y el Museo de Historia del Arte, y justo en medio han instalado más de 60 paradas que conforman uno de los tantos mercados de adviento de la ciudad, así que aunque sea pronto empiezo a visitarlo aunque ya tendré oportunidad de volver en otras ocasiones y visitarlo más a fondo.
Reconozco que apenas tengo espíritu navideño y no me atraen mucho estas visitas, pero pasear sin prisas mientras hueles a vino caliente y canela, esa maravillosa repostería que venden en los diferentes tenderetes y esas pequeñas manualidades navideñas en forma de obra de arte, el resultado es más que satisfactorio para desconectar unos días.
Sigo caminando sin rumbo fijo dejando de lado la zona del Quartier Museum (Barrio de los Museos) hasta llegar al cercano Rathaus o Ayuntamiento de Viena, probablemente uno de los edificios más conocidos de la ciudad con sus casi 98 metros de altura y de estilo neogótico. En Navidad instalan el mercado de adviento más importante de la ciudad con infinidad de casetas y sobretodo con una gran pista de hielo que hace las delicias de pequeños y sobretodo de los más mayores.
Después de explorar la zona en profundidad decido seguir visitando otras zonas de la ciudad antes de que caiga la tarde teniendo en cuenta que volveré en otro momento a la zona del Rathaus, así que después de contemplar la fachada del maravilloso Burgteather (el Teatro Nacional de Viena), sigo caminando a pesar de tener incluido el abono de 24 horas del transporte público, pero cuando llego a una ciudad me encanta perderme y recorrerla a pie.
De seguida llego a la bonita Iglesia Votiva con su inconfundible estilo neogótico, lugar de culto que tuvo su inauguración el día que el emperador Francisco José y su esposa Isabel de Baviera (más conocida como Sissi) celebraban sus bodas de plata, y es que conviene recordar que esta basílica fue construída gracias a donaciones del pueblo para conmemorar el atentado fallido contra el entonces Káiser Francisco José, del cual salió ileso de un atentado bomba.
La Iglesia Votiva actualmente no tiene un horario establecido fijo ya que se están llevando tareas de rehabilitación, así que lo mejor es consultar sus horarios a través de la su web o de ir pasando por allí y probar suerte. En caso de estar abierta, su entrada es gratuíta.
A pocos pasos de la Iglesia Votiva se encuentra la zona universitaria, que como es lógico hoy se encuentra cerrada, pero que podemos encontrar en los alrededores un bonito mercado de adviento totalmente animado y no muy conocido, donde a estas horas podemos encontrar bastante ambiente ya que ofrecen muchas actividades para los más pequeños.
Empieza a caer la tarde y con ello las temperaturas, el termómetro marca -3º y la sensación es muy gélida, incluso de vez en cuando van cayendo tímidos copos pequeños de nieve. Para no congelarme quiero seguir estando activo y caminar, así que me dirijo al bonito mercado ubicado en la Plaza de Freyung, y a la postre fue uno de los que más me gustaron de toda mi estancia en Viena junto al Mercado Am Hof que está muy cerca.
Finalizada la visita ya va siendo hora de buscar un sitio para cenar, así que mientras me lo pienso llego a una de las arterias comerciales más importantes de Viena, la calle Graben que se encuentra apenas a unos metros de la Catedral de San Esteban. Como era de imaginar, toda esta zona es un hervidero de gente a estas horas paseando, comprando o tomando algo, y aunque en ningún momento se hace pesado tanta multitud de gente y se puede caminar bien, no es buen momento para sacar una cámara y ponerse a hacer fotos como un loco, así que hago las justas y me dedico a disfrutar del momento.
Dejo toda esta zona para visitarla con más calma mañana y me vuelvo caminando a la zona del Rathaus en un pequeño paseo de 15 minutos, donde aprovecho para cenar por la zona y me vuelvo a hacer una última visita a su mercado de adviento que ya visité hace unas horas a plena luz del día pero que hoy visito de noche y con muchísimo más ambiente a pesar de ser un día de entre semana y laborable.
Es bastante tarde ya y hace un frio del carajo, así que doy por finalizado mi primer día en Viena y allí mismo me cojo el metro hacia mi alojamiento, ya que estoy cansado y no me apetece volver caminando con este frio y además tengo la tarjeta de transporte que apenas he utilizado, así que después de hacer un transbordo en la estación Volksteather, enlazo con la línea U3 (naranja) y solamente en tres paradas ya estoy en mi alojamiento, entrando en mi habitación cerca de las 22:30h de la noche y viendo por primera vez a los que serán mis compañeros, compuesto por un matrimonio mayor, una pareja de jóvenes latinos que han ido a Viena a probar suerte laboralmente, otro chico que apenas vi durante mi estancia y yo, así que no puedo quejarme porque he tenido una estancia muy cómoda.
Después de una reparadora ducha y aprovechar un rato el perfecto wifi del alojamiento, me retiro a descansar, que mañana quiero madrugar porque tendré un día muy intenso de visitas y quiero estar fresco.
Decido empezar el día de visitas por la Catedral de San Esteban (Stephansdom) porque abren a las 06h de la mañana y como siempre está muy concurrida de turistas me aseguro de visitarla a estas horas tranquilamente y sin mucho jaleo. La entrada a la Catedral es gratuíta no así para la visita a la zona central, que cuesta 5,50 € por persona. Pero lo que más me interesaba a mi después de visitar la Catedral de San Esteban es subir a una de sus cuatro torres, concretamente a la torre norte (se puede subir en ascensor y cuesta su visita 5,50 €) donde se puede contemplar una vista de la ciudad a vista de pájaro, y aunque a estas horas uno se asegura tener una visita tranquila y placentera hay que tener en cuenta el frio que hace allí arriba a esas horas en un día de diciembre, así que conviene abrigarse.
Toca bajar y refugiarse un poco del frio, lo primero que hago es ir en búsqueda de un lugar para desayunar ya que no he querido cogerlo en mi alojamiento porque no estaba incluido y me pedían 5 € por persona, así que he preferido mirar de desayunar por mi cuenta en cualquier otro lugar aunque visto lo visto no me sale muy a cuenta porque 5 € es lo que cuesta ya un café con leche en prácticamente cualquier sitio, excepto en las cafeterías que se encuentran en las estaciones de metro donde es posible encontrar alguna cadena de cafetería y poder desayunar por un precio digno.
Aprovechando que estoy en esta zona voy a visitar todo lo que pueda por aquí, así que mi siguiente parada será la plaza Hoher Markt, la más antigua de la ciudad de Viena y donde destaca su bonito reloj Anker que se ha convertido en un gran reclamo turístico ya que a mediodía en punto salen unas figuritas mientras suena música clásica, algo parecido al famoso reloj astronómico de Praga.
Aprovechando que no estoy muy lejos decido llegarme a visitar la plaza Judenplatz donde se encuentro el Museo de los Judíos de la Edad Media, las excavaciones de la sinagoga medieval y sobretodo el Monumento al Holocausto de Schoa de Rachel Whiteread, donde en cada azulejo están inscritos el nombre de los lugares donde fueron asesinados los judíos austriacos durante el dominio de los nacionalsocialistas. Como podéis ver, tanto la anterior visita como esta son totalmente gratuítas, están muy cerca entre sí y no os llevará mucho tiempo la visita.
Finalizada la visita vuelvo de nuevo a la Stephenplatz y me dispongo a recorrer tranquilamente la calle Graben, hoy mucho más tranquila a estas horas donde muchos comercios permanecen todavía cerrados y el silencio solamente es interrumpido por los transportistas repartiendo el género, así que puedo fotografiar tranquilamente la Pestsäule o Columna de la Peste, un gran monumento barroco que preside la calle Graben para conmemorar a todas las víctimas de la peste que sufrió en 1.769 la ciudad de Viena.
Antes de abandonar la calle Graben y toda esta zona, conviene fijarse en una calle perpendicular donde encontraremos la Peterskirche, una antigua iglesia barroca del S. XVIII y de la cual fue inspirada su construcción en la Basílica de San Pedro de El Vaticano. Su interior es bastante austero y su visita es gratuíta.
Finalizada la visita me dirijo a la calle Kohlmart, otra de las arterias comerciales más importantes de la ciudad con tiendas de lujo y escaparates de infarto, hasta llegar a una de las visitas más importantes de Viena, la Michaelerplatz donde nos da la bienvenida al Palacio de Hofburg, no sin antes hacer una breve visita al mercado de adviento que han instalado justo delante.
Llego a la puerta del Palacio de Hofburg y hay diferentes alternativas de visitas excepto visitar el despacho del Presidente de Austria, así que tengo claro que no me apetece nada meterme en un museo todo el día y mucho menos para ver la vajilla de Sissi, sus objetos de plata y porcelana y el resto de frikadas, además la entrada más barata cuesta 15 € y unos 30 € si se quiere visitar todas las estancias y sé que es una visita que no voy a amortizar ni voy a disfrutarla; tampoco me apetece visitar la Escuela de Invierno de Equitación, dónde se puede observar un espectáculo ecuestre de la Escuela Española de Equitación.
Así que decido visitar solamente lo que tenía pensado desde casa y que me parece una visita espectacular, y no es otra que la Biblioteca Nacional Austríaca (Österreichische Nationalbibliotek) una visita imprescindible en vuestra visita a Viena y una de las bibliotecas más bonitas del mundo, solamente comparable con la de Alejandría en Egipto.
La entrada cuesta solamente 7€ pero os aseguro que es un dinero muy bien invertido. Tenéis más información a través de la web de la Biblioteca Nacional.
Finalizada esta maravillosa visita que recomiendo a todo el mundo que visite Viena, doy un paseo por los alrededores del Palacio de Hofburg, donde empiezan a llegar los autobuses de turistas asiáticos que empiezan a abarrotar los accesos al interior del museo, así que me voy a mis dos siguientes visitas, la Iglesia de los Agustinos y la Cripta Imperial de Viena.
La Iglesia de los Agustinos se encuentra en la Augustinerstrasse (justo enfrente de la fachada del Palacio Hofsburg) y es tan conocida porque aquí contrajeron matrimonio en 1.854 Francisco José y Sisí. Actualmente ofrecen conciertos y misas sacras y es bastante díficil coincidir para visitar su interior, ya que normalmente se encuentra cerrada o con algún concierto.
La Cripta Imperial o la Cripta de los Capuchinos se encuentra debajo de la Iglesia de los Capuchinos (Kapuzinerkirche) y en ella podremos encontrar más de 150 féretros o sepulturas de la realeza austriaca, siendo los más famosos los de Francisco José, su esposa Sisí, Maria Teresa y el príncipe heredero Rodolfo, entre muchos otros. La visita a su interior puede parecer un poco tétrica, pero si te gusta la historia se puede observar verdaderas obras de arte en los sarcófagos.
La Cripta de los Capuchinos se encuentra en la Tegetthoffftrasse, 2 (al lado de las anteriores) y su visita cuesta 7,50 € por persona.
Finalizada la visita dejo atrás la zona del Palacio de Hofsburg, paso por delante del Museo Albertina que dejo para otro momento y me voy a pasear por el cercano Burggarten, un auténtico pulmón verde de los tantos de los que dispone la ciudad pero que en este caso me hacia ilusión el Burggarten porque aquí se encuentra una estatua de uno de los personajes más conocidos del país, el compositor Wolfang Amadeus Mozart.
Sigo caminando hacia el otro lado de la Ringtrasse y llego de nuevo hasta el Rathaus o Ayuntamiento, pero esta vez no voy a visitar los mercados de adviento que estuve visitando ayer, sino que voy a aprovechar para hacer un alto en el camino y descansar un poco, y aprovecho para comer en el cercano restaurante Centimeter de la Lenaugasse, ya que aunque sea pronto para hacerlo prefiero hacerlo ahora porque me conozco y después me lio la manta a la cabeza con las visitas y se me pasa la hora de comer. Ni que decir que salgo muy satisfecho y rodando de allí, así que toca bajar la comida.
Me voy caminando hacia el Museums Quartier o Barrio de los Museos, me quedo con las ganas de visitar el Leopold (13 €) y el Mumok (10 €) pero el tiempo da para lo que da y prefiero hacer otras actividades, así que me conformo con dar una vuelta por la zona y de visitar la bonita zona de Spittelberg con su bonito mercado de adviento enfocado a los trabajos artesanos.
Doy por concluida mi visita de esta zona y aprovechando que tengo una estación de metro aquí de la línea U2 (Museums Quartier) y que todavía sigue vigente mi abono de metro, aprovecho para acortar camino y en un par de paradas estoy en la Karlsplatz, una zona con bastante interés turístico y con muchas cosas que visitar. Solamente salir de la estación nos encontramos con el bonito mercado navideño de la Karlsplatz pero lo visito por encima y ya lo visitaré con más calma a la vuelta, así que lo primero que hago es visitar una de las iglesias más bonitas que he conocido en mi vida, que no es otra que la Iglesia de San Carlos Borromeo.
Su construcción superó los 25 años, y por aquel entonces el Emperador Carlos VI prometió al pueblo que cuando la ciudad fuera liberada de la peste que estaba padeciendo en el año 1.713 construiría un templo dedicado a San Carlos Borromeo, patrono de la lucha contra la peste, y así fue como cumplió con su palabra. Lo más destacable de su fachada son sus dos columnas, inspiradas en la Columna de Trajano de Roma y donde podemos contemplar escenas de la vida del patrono.
La visita a su interior también es muy bonita pero no pude estar mucho tiempo dentro porque iban a oficiar un concierto y había que pagar entrada, así que descarté la opción y me fui a visitar los alrededores mientras me iba en dirección al famoso Musikverein.
Al contrario de lo que suele pensar la gente, el Concierto de Año Nuevo que retransmiten cada año en la 2 no se celebra en el recinto de la Ópera de Viena, sino en la Sala Dorada del recinto del Musikverein, con una de las mejores acústicas del mundo e interpretada por la Orquesta Filarmónica de Viena. Su repertorio es mayoritariamente obras de la Familia Strauss, y su obra más interpretada es la famosa "Marcha Radetzky" de Johann Strauss padre y que va acompañada por las palmas del público presente, y finalizan con la obra "El Danubio Azul" de Johann Strauss hijo.
Conseguir entradas es harto díficil, aparte de muy caras hay que presentar una solicitud durante el mes de febrero y después se asignan por sorteo, así que la decisión de ir a presenciar un concierto para Año Nuevo se antoja bastante díficil. Estando yo en la capital mundial de la música, lo menos que puedo hacer es acercarme hasta el Musikverein y visitar aunque sea los exteriores del recinto.
Una visita muy interesante, lástima que hoy no ofrecen tours para visitar su interior ya que me hubiera gustado mucho. Sigo caminando y en 5 minutos llego a mi siguiente visita, el Kammergarten con su Palacio Schwarzenberg, el edificio de la Embajada de Francia y el Monumento a los Héroes del Ejército Rojo.
Después de la visita vuelvo para atrás todo lo andado y me vuelvo a la zona de la Iglesia de San Carlos Borromeo ya que mi intención es volver a coger el metro en la Karlsplatz, así que a la vuelta voy visitando el mercado de adviento que me parece bastante bonito y en el que me he prometido volver hoy o mañana por la noche si tengo tiempo antes de irme de Viena.
Mi siguiente parada será una breve visita a uno de los rincones más fotografiados de la ciudad, el Stadtpark de Viena donde se encuentra la estatua dorada de Johann Strauss, se encuentra a no más de 10 minutos caminando de donde me encuentro ahora pero la verdad es que me empiezan a pesar las piernas de todo el tute que me estoy pegando hoy desde las 7h de la mañana que he salido de mi alojamiento y encima el frio no ayuda nada, así que decido intentar amortizar mi abono de transporte que está a punto de expirar aunque sea solamente una parada de metro de distancia.
Aprovecho para llevarme un café con leche de take away que he encontrado justo enfrente del monumento a Strauss (3,75 €) y me siento a descansar un poco mientras me fumo un cigarro, mis pies me pedían a gritos un pequeño descanso sin alargarlo mucho porque los bancos están congelados, hace un frio del carajo aunque luzca un poco el sol y aún me quedan algunas visitas que realizar y no me puedo entretener mucho ya que tengo que volver a mi alojamiento porque he quedado con una amiga más tarde.
Vuelvo a la estación de metro con la intención de ir hacia el Palacio Schönbrunn aprovechando que es la misma línea de metro en la que me encuentro (U4) pero una vez que me subo me lo pienso mejor y me bajo en dos paradas, la razón es que me apetece visitar el bonito Naschmarkt, un mercado diario de frutas y verduras que se encuentra al salir de la estación de metro Kettenbrückengasse y los que me conocéis ya sabéis lo que me gusta visitar mercados de cualquier ciudad del mundo.
El Mercado de Naschmarkt está genial para dar una vuelta y ver un poco sus productos, además hay diferentes tiendas de souvenirs con precios algo más baratos que en el centro de la ciudad y también hay multitud de restaurantes para comer con productos frescos y la verdad que no muy caros para ser Viena, pero yo hoy ya he comido pronto pero sino sería una buena alternativa para hacerlo aquí.
Termino de visitar la zona y sin tiempo que perder me vuelvo de nuevo al metro, pensaba que mi tarjeta de transporte ya había caducado pero veo que todavía tengo tiempo, así que la aprovecho para hacer una de las últimas visitas del día que curiosamente es la que está más alejada, así que me dirijo con la misma U4 al Palacio de Schönbrunn, con estación del mismo nombre.
El Palacio de Schönbrunn fue la residencia de verano de los Hafsburgo y en su día residieron aquí Maria Teresa, Francisco José y su esposa, y otros monarcas entre otros. Dispone de más de 1.400 habitaciones y sería imposible visitarlo todo en un día, y más teniendo en cuenta que en estas fechas cierran a las 17h de la tarde, así que imposible por mi parte. Actualmente es el monumento más visitado de todo Austria y su entrada no es precisamente barata, y aunque hay diferentes tours y alternativas, su precio es de 20 € por persona, así que yo me voy a limitar a visitar su exterior, recorrer sus preciosos jardines y llegar hasta la famosa Glorieta.
Cuando salgo de la estación de metro solamente hay que seguir a toda la marabunta que se dirige hacia allí, no tiene pérdida y en un corto paseo de cinco minutos llegaremos. Delante del Palacio de Schönbrunn han instalado otro bonito mercado de adviento que visitaré después de recorrer sus jardines.
El paseo por los jardines es muy agradable porque no hay mucha gente pero hace una ventrisca importante que te corta la cara del frio que hace, además hay que vigilar muy bien por donde pisamos porque hay bastantes placas de hielo por el suelo y el agua de los estanques está totalmente helada, así que prescindo de subir a la Glorieta porque el camino hasta allí es bastante resbaladizo y ya he visto a más de uno patinar e incluso caerse al suelo y no quiero romperme nada por mucho que los operarios se afañen en dejarlo todo normal, además de no disponer de mucho tiempo.
Después del bonito paseo vuelvo a la entrada principal del Palacio de Schönbrunn y me dispongo a visitar un rato las paraditas del mercado de adviento y a deleitarme con sus olores a vino caliente y canela y a sorprenderme con cada una de las artesanías que tienen expuestas.
Doy por finalizada mi visita y sin tiempo que perder me vuelvo al metro con dirección a mi alojamiento, así que después de un transbordo llego, pongo a cargar un rato el móvil mientras me ducho y me cambio de ropa y un rato después y sin apenas descansar vuelvo a salir de nuevo, ya que he quedado con una muy buena amiga austríaca que hace años que no nos vemos, así que como mi abono de transporte ahora si que ya ha caducado, esta vez compro un ticket normal (2,40 €) y no un abono de transporte porque mañana voy a pasar el día fuera de la ciudad y no me compensa, así que me subo de nuevo al metro con dirección al Prater, donde he quedado con mi amiga Eva.
El Prater es el parque de atracciones más antiguo de Europa, incluso aquí se han rodado escenar de películas como "El tercer hombre" de Orson Welles o incluso "James Bond: Alta Tensión", además destaca su bucólica noria de 60 metros de altura y la zona es ideal para pasear, tomar algo, pasar el día con los niños e incluso cenar o subir en algunas de sus atracciones.
Mientras que llega Eva yo me dispongo a hacer algunas fotos del bonito atardecer, hasta que finalmente nos encontramos y nos acaba anocheciendo en el Prater. Como curiosidad Eva fue la primera persona que me enseñó palabras en alemán hace más de 20 años y con la persona que más practicaba y me ayudaba cuando yo estaba estudiando alemán en Barcelona, y aunque se me ha ido olvidando el idioma por no practicarlo, nos pudimos echar unas cuántas risas mientras recordábamos todos aquellos años en los que éramos unos pipiolos.
Como las temperaturas son muy bajas y no invita mucho a seguir paseando por allí, Eva me propone volver al centro de la ciudad que hay más ambiente y más estos días con tanta parafernalia navideña, y aunque tampoco le quiero robar mucho tiempo porque ella trabaja mañana y tiene familia, hace un gran esfuerzo por estar un rato más conmigo y nos vamos a uno de los cafés más elegantes de Viena, el famoso Hotel Sacher, lugar dónde inventaron la famosa y sabrosa tarta Sacher.
Las fotos son del día siguiente que volví por la zona porque las de hoy eran ya nocturnas y no me paré a hacer fotos. El Hotel Sacher es un lugar demasiado elegante aunque para mi gusto bastante turístico, ya que el nombre les ha dado demasiada fama y allí acudimos decenas de guiris en busca de una porción de su famosa tarta. Una vez que te reciben y te acompañan a tu mesa, te retiran los abrigos y te los guardan en un guardaropa... uno no deja de sentirse importante por un rato hasta que te viene la cuenta! jeje.
Pasamos una tarde muy agradable y tanto el café como la tarta están deliciosas, pero se paga el lugar y la fama, ya que dos cafés, dos porciones de tarta Sacher y guardar los abrigos me clavaron la friolera de 26 €, aunque esta vez no se me quedó la cara que se me quedó durante mi visita al Café Majestic de Oporto porque ya sabía donde iba, pero no deja de sorprenderme que te cobren 1 € por dejar tu abrigo a buen resguardo cuando yo no se lo he pedido, y más después de las consumiciones que hicimos, pero vamos que no me arrepiento tampoco de haber ido porque lo disfruté mucho y la ocasión lo merecía.
Pasadas las 20h de la tarde me despido de Eva, el tiempo pasa muy deprisa cuando uno está bien y nos prometemos no tardar tanto tiempo en volver a vernos, así que decido volver a mi alojamiento a pie mientras paseo un rato por la ciudad iluminada, hasta que llego de nuevo a la Stephansdom (Catedral de San Esteban) y doy una vuelta por la zona con muchísimo ambiente a estas horas.
Al final acabo agobiado de tanta gente y decido que ya he tenido suficiente por hoy desde las 07h de la mañana que he salido de mi alojamiento, estoy destrozado físicamente y hace un frio que invita a meterte en la cama pronto y no volver a salir, así que cojo el metro allí mismo, me subo en un abarrotadísimo vagón de metro y en 20 minutos llego a la zona del alojamiento, donde me paro a comprar agua en un supermercado 24 horas y sobre las 22h de la noche ya estoy entrando en mi habitación, saludo a mis compañeros, pongo a cargar las baterías de las cámaras y me pongo un poco al día con el wifi y no tardo mucho en quedarme muerto... estoy literalmente destrozado!!
Después de todas las gestiones y de dejar mi equipaje en consigna me voy hacia el metro justo cuando empieza a amanecer, ya que el objetivo del día es pasar el día en Bratislava (Eslovaquia), así que tomo el metro hasta la Stephansplatz donde hago transbordo a la línea roja (U1) hasta la estación Südtiroler Platz, donde parten los trenes internacionales, pero de camino hago una parada en una de los edificios más curiosos y coloridos de Viena, la Hundertwasserhaus, que no es más que una fachada de un edificio residencial obra del artista Friedensreich Hundertwasser, al que apodan el "Gaudí austriaco" (no seré yo el que lo confirme porque hay bastantes diferencias entre los dos artistas, pero bueno...).
Ahora si, cojo el tranvía allí delante del edificio por primera vez desde que estoy en Viena y poco después me planto en la estación Südtiroler Platz, donde aprovecho para desayunar mientras espero mi tren para Bratislava.
Podéis leer toda mi experiencia en Bratislava así como la compra de tickets.
Sobre las 19h de la tarde estoy llegando de nuevo a Viena procedente de Bratislava, como todavía tengo tiempo antes de irme hacia el aeropuerto decido seguir visitando algunos mercados de adviento de la ciudad, comprar algún recuerdo para la familia e ir despidiéndome poco a poco de la ciudad.
Me despido de Viena y cojo el metro hasta mi alojamiento, antes entro en un supermercado y compro algo de comer y beber para pasar la noche en el aeropuerto, recupero mi equipaje que amablemente me han guardado en consigna y aprovecho para relajarme un rato en el lounge del hostel que tiene unas zonas comunes muy cómodas mientras me tomo una cerveza gratis con el voucher que me dieron el primer día con el check in y aprovecho para descansar un rato, relajarme y cargar la batería de mi móvil.
El último tren hacia el aeropuerto es a las 23h de la noche así que voy apurando hasta que a las 22:15h me despido del amable personal del hostel, cojo el metro por última vez hasta la estación Landstrasse (Wien Mitte) y allí busco el S-Bahn S7 que me tiene que llevar al aeropuerto, donde pasa puntual llegando sobre las 23:30h a la terminal 2 del aeropuerto. Tengo que cambiar de terminal y voy caminando llegando poco después ante mi sorpresa cuando llego que hay muchos viajeros allí tirados que han tenido la misma idea que yo de pasar la noche en el aeropuerto, así que entre que la terminal es pequeña y que hay mucha gente me cuesta trabajo encontrar algún sitio donde sentarme y pasar el rato mientras ceno y me relajo.
Las horas pasan relajadamente mientras repaso fotos, aprovecho el wifi gratuito del aeropuerto, escucho un poco de música y a última hora intento dar alguna cabezadita, ya que el día ha sido largo y se me está haciendo un poco larga la noche. A las 04:30h aprovecho para desayunar algo que he comprado en el supermercado y salgo fuera a fumarme un cigarro ante mi sorpresa que está nevando sin cesar y hace un frio acojonante, así que me alegro de haber venido al aeropuerto a última hora de la noche y no arrastra equipaje por esas calles nevadas de madrugada, o de pagar un taxi para mi solo a precio de oro.
De seguida abren el control de seguridad y las puertas de embarque y en menos de 15 minutos ya estoy esperando mi vuelo, donde embarcamos sin problemas aunque salimos con un poco de retraso porque nos comentan que tienen que limpiar la pista de toda la nieve que ha caido, aunque esta gente lo solucionan con una rapidez y eficacia descomunal porque están acostumbrados a la nieve y las bajas temperaturas, así que poco después conseguimos despegar.... y ya no recuerdo nada más!!
Y digo que ya no recuerdo nada más porque una vez despegado el avión caí en los brazos de Morfeo y ya no volví a despertar hasta poco antes de llegar a Barcelona pasadas las 08h de la mañana, dando por finalizada esta agradable escapada navideña, volviendo a una de las ciudades más bonitas de toda Europa y hacer balance del año viajero que justo hoy finaliza para mi pero pensando en futuros destinos para el próximo año.
Bis Bald, Österreich!!
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* Y como último lugar (aunque podría ser perfectamente el primero), lo peor del viaje son sus precios, ya que el nivel de vida de Austria por desgracia no tiene nada que ver con nuestro país. Si se tiene pensado visitar Viena conviene mirar alojamientos con muchos meses de antelación porque los precios se disparan, el transporte público no es demasiado caro si nos hacemos con un abono de transporte, y el tema de los precios de comidas y bebidas es bastante alto aunque siempre es posible salirse de las zonas más turísticas, aunque un café con leche apenas te va a bajar de 5 € y una cerveza de 4 € en cualquier lugar de la ciudad, así que si vamos a viajar con un presupuesto ajustado conviene saber donde ir antes de que nos llevemos más de una sorpresa!
Y después de este breve resumen, nos vamos a conocer la capital mundial de la música y unas de las ciudades más bonitas de Europa, la Imperial Viena!!
DÍA 1.- BARCELONA - VIENA
Por fin llegaba el momento de realizar la última escapada del año, un destino que me apetecía muchísimo volver después de visitarlo hace casi 20 años y en el que no tenía ni fotografías. Será una escapada breve aprovechando una oferta de vuelo y donde el objetivo principal es visitar sus famosos mercados de adviento sin caer en una borrachera de ellos ya que yo no soy mucho de espíritu navideño.Mi vuelo con la compañía Laudamotion sale puntual a las 09:20h desde Barcelona y en apenas dos horas ya estamos aterrizando en el aeropuerto Schwechat de Viena, ubicado a solamente 18 kms. de la ciudad. Mi opción de transporte para llegar a Viena será el tren de cercanías S7, ya que el CAT me parece bastante caro para la diferencia de tiempo que existe entre ambos. Después de hacer cola saco mi billete en una máquina expendedora y me dirijo al andén después de timbrar el billete, donde 20 minutos después llega el tren que me tiene que llevar hasta Landtrasse (Wien Mitte) y allí hacer transbordo con la línea U3 del metro (U-Bahn) hasta la estación Westbahnhof, donde tengo ubicado mi alojamiento casi enfrente de la salida de la estación.
Después de realizar el check in y dejar mi pequeño equipaje en la habitación, me dispongo por fin a conocer la ciudad y a aprovechar las pocas horas de luz que quedan, ya que en pleno diciembre aquí anochece sobre las 17h de la tarde y conviene abrigarse bien, ya que a las 13h del mediodía estamos sobre los 2º pero a partir de la tarde las temperaturas serán todavía más bajas.
Sin tiempo que perder me hago con una tarjeta de transporte de 24h de metro en la misma Westbahnhof (8 €) y una vez validado me subo en el primero que pasa y me bajo tres paradas después en Volkstheater, donde mi primera visita será al famoso e impresionante Parlamento de Viena, inspirándose en la famosa arquitectura griega clásica. Delante del Parlamento se encuentra la fuente de la diosa griega de la sabiduría, Palas Atenea, que a su vez sostiene en una de sus manos a la diosa griega de la victoria, Niké. Durante mi visita el Parlamento de Viena se encontraba en obras de rehabilitación y todo tapado con vallas y no pude disfrutar de la visita en condiciones, así que pongo una foto más antigua y espero poder disfrutarla de nuevo el día que vuelva a la ciudad.
Sigo el curso de la Ringtrasse o el Anillo que rodea toda la ciudad ya que antiguamente aquí se encontraban las murallas. Viena es una ciudad muy ordenada, limpia y una maravilla para los amantes de la arquitectura ya que cualquier edificio que observemos nos dejará asombrados, además de ser una ciudad muy cómoda de visitar porque las distancias son cortas, el tráfico no es muy denso y el transporte público funciona de maravilla.
Sigo bordeando la Ringtrasse y en un momento llego a la céntrica Maria-Theresien-Platz, una de las plazas más bonitas e importantes de Viena que da nombre a una de sus personajes más ilustres del país, Maria Teresa, reina del Imperio Austro-Húngaro y última Jefa de Estado de los Habsburgo. A cada lateral de la plaza se encuentra el Museo de Historia Natural y el Museo de Historia del Arte, y justo en medio han instalado más de 60 paradas que conforman uno de los tantos mercados de adviento de la ciudad, así que aunque sea pronto empiezo a visitarlo aunque ya tendré oportunidad de volver en otras ocasiones y visitarlo más a fondo.
Reconozco que apenas tengo espíritu navideño y no me atraen mucho estas visitas, pero pasear sin prisas mientras hueles a vino caliente y canela, esa maravillosa repostería que venden en los diferentes tenderetes y esas pequeñas manualidades navideñas en forma de obra de arte, el resultado es más que satisfactorio para desconectar unos días.
Sigo caminando sin rumbo fijo dejando de lado la zona del Quartier Museum (Barrio de los Museos) hasta llegar al cercano Rathaus o Ayuntamiento de Viena, probablemente uno de los edificios más conocidos de la ciudad con sus casi 98 metros de altura y de estilo neogótico. En Navidad instalan el mercado de adviento más importante de la ciudad con infinidad de casetas y sobretodo con una gran pista de hielo que hace las delicias de pequeños y sobretodo de los más mayores.
Después de explorar la zona en profundidad decido seguir visitando otras zonas de la ciudad antes de que caiga la tarde teniendo en cuenta que volveré en otro momento a la zona del Rathaus, así que después de contemplar la fachada del maravilloso Burgteather (el Teatro Nacional de Viena), sigo caminando a pesar de tener incluido el abono de 24 horas del transporte público, pero cuando llego a una ciudad me encanta perderme y recorrerla a pie.
De seguida llego a la bonita Iglesia Votiva con su inconfundible estilo neogótico, lugar de culto que tuvo su inauguración el día que el emperador Francisco José y su esposa Isabel de Baviera (más conocida como Sissi) celebraban sus bodas de plata, y es que conviene recordar que esta basílica fue construída gracias a donaciones del pueblo para conmemorar el atentado fallido contra el entonces Káiser Francisco José, del cual salió ileso de un atentado bomba.
La Iglesia Votiva actualmente no tiene un horario establecido fijo ya que se están llevando tareas de rehabilitación, así que lo mejor es consultar sus horarios a través de la su web o de ir pasando por allí y probar suerte. En caso de estar abierta, su entrada es gratuíta.
A pocos pasos de la Iglesia Votiva se encuentra la zona universitaria, que como es lógico hoy se encuentra cerrada, pero que podemos encontrar en los alrededores un bonito mercado de adviento totalmente animado y no muy conocido, donde a estas horas podemos encontrar bastante ambiente ya que ofrecen muchas actividades para los más pequeños.
Empieza a caer la tarde y con ello las temperaturas, el termómetro marca -3º y la sensación es muy gélida, incluso de vez en cuando van cayendo tímidos copos pequeños de nieve. Para no congelarme quiero seguir estando activo y caminar, así que me dirijo al bonito mercado ubicado en la Plaza de Freyung, y a la postre fue uno de los que más me gustaron de toda mi estancia en Viena junto al Mercado Am Hof que está muy cerca.
Finalizada la visita ya va siendo hora de buscar un sitio para cenar, así que mientras me lo pienso llego a una de las arterias comerciales más importantes de Viena, la calle Graben que se encuentra apenas a unos metros de la Catedral de San Esteban. Como era de imaginar, toda esta zona es un hervidero de gente a estas horas paseando, comprando o tomando algo, y aunque en ningún momento se hace pesado tanta multitud de gente y se puede caminar bien, no es buen momento para sacar una cámara y ponerse a hacer fotos como un loco, así que hago las justas y me dedico a disfrutar del momento.
Dejo toda esta zona para visitarla con más calma mañana y me vuelvo caminando a la zona del Rathaus en un pequeño paseo de 15 minutos, donde aprovecho para cenar por la zona y me vuelvo a hacer una última visita a su mercado de adviento que ya visité hace unas horas a plena luz del día pero que hoy visito de noche y con muchísimo más ambiente a pesar de ser un día de entre semana y laborable.
Es bastante tarde ya y hace un frio del carajo, así que doy por finalizado mi primer día en Viena y allí mismo me cojo el metro hacia mi alojamiento, ya que estoy cansado y no me apetece volver caminando con este frio y además tengo la tarjeta de transporte que apenas he utilizado, así que después de hacer un transbordo en la estación Volksteather, enlazo con la línea U3 (naranja) y solamente en tres paradas ya estoy en mi alojamiento, entrando en mi habitación cerca de las 22:30h de la noche y viendo por primera vez a los que serán mis compañeros, compuesto por un matrimonio mayor, una pareja de jóvenes latinos que han ido a Viena a probar suerte laboralmente, otro chico que apenas vi durante mi estancia y yo, así que no puedo quejarme porque he tenido una estancia muy cómoda.
Después de una reparadora ducha y aprovechar un rato el perfecto wifi del alojamiento, me retiro a descansar, que mañana quiero madrugar porque tendré un día muy intenso de visitas y quiero estar fresco.
DÍA 2.- VIENA
Hoy si quiero aprovechar el día necesito madrugar y eso es lo que hago, así que a las 06:30h ya estoy en pie y un rato después ya estoy saliendo por la puerta del alojamiento mientras el resto todavía duerme. Todavía no ha amanecido totalmente y hace un frio de narices, así que ataviado con gorro, guantes y plumas me dirijo hacia la estación para tomar el metro U3 hasta la parada Stephansplatz aprovechando que mi abono de transporte de 24h que compré ayer todavía continua vigente.Decido empezar el día de visitas por la Catedral de San Esteban (Stephansdom) porque abren a las 06h de la mañana y como siempre está muy concurrida de turistas me aseguro de visitarla a estas horas tranquilamente y sin mucho jaleo. La entrada a la Catedral es gratuíta no así para la visita a la zona central, que cuesta 5,50 € por persona. Pero lo que más me interesaba a mi después de visitar la Catedral de San Esteban es subir a una de sus cuatro torres, concretamente a la torre norte (se puede subir en ascensor y cuesta su visita 5,50 €) donde se puede contemplar una vista de la ciudad a vista de pájaro, y aunque a estas horas uno se asegura tener una visita tranquila y placentera hay que tener en cuenta el frio que hace allí arriba a esas horas en un día de diciembre, así que conviene abrigarse.
Toca bajar y refugiarse un poco del frio, lo primero que hago es ir en búsqueda de un lugar para desayunar ya que no he querido cogerlo en mi alojamiento porque no estaba incluido y me pedían 5 € por persona, así que he preferido mirar de desayunar por mi cuenta en cualquier otro lugar aunque visto lo visto no me sale muy a cuenta porque 5 € es lo que cuesta ya un café con leche en prácticamente cualquier sitio, excepto en las cafeterías que se encuentran en las estaciones de metro donde es posible encontrar alguna cadena de cafetería y poder desayunar por un precio digno.
Aprovechando que estoy en esta zona voy a visitar todo lo que pueda por aquí, así que mi siguiente parada será la plaza Hoher Markt, la más antigua de la ciudad de Viena y donde destaca su bonito reloj Anker que se ha convertido en un gran reclamo turístico ya que a mediodía en punto salen unas figuritas mientras suena música clásica, algo parecido al famoso reloj astronómico de Praga.
Aprovechando que no estoy muy lejos decido llegarme a visitar la plaza Judenplatz donde se encuentro el Museo de los Judíos de la Edad Media, las excavaciones de la sinagoga medieval y sobretodo el Monumento al Holocausto de Schoa de Rachel Whiteread, donde en cada azulejo están inscritos el nombre de los lugares donde fueron asesinados los judíos austriacos durante el dominio de los nacionalsocialistas. Como podéis ver, tanto la anterior visita como esta son totalmente gratuítas, están muy cerca entre sí y no os llevará mucho tiempo la visita.
Finalizada la visita vuelvo de nuevo a la Stephenplatz y me dispongo a recorrer tranquilamente la calle Graben, hoy mucho más tranquila a estas horas donde muchos comercios permanecen todavía cerrados y el silencio solamente es interrumpido por los transportistas repartiendo el género, así que puedo fotografiar tranquilamente la Pestsäule o Columna de la Peste, un gran monumento barroco que preside la calle Graben para conmemorar a todas las víctimas de la peste que sufrió en 1.769 la ciudad de Viena.
Llego a la puerta del Palacio de Hofburg y hay diferentes alternativas de visitas excepto visitar el despacho del Presidente de Austria, así que tengo claro que no me apetece nada meterme en un museo todo el día y mucho menos para ver la vajilla de Sissi, sus objetos de plata y porcelana y el resto de frikadas, además la entrada más barata cuesta 15 € y unos 30 € si se quiere visitar todas las estancias y sé que es una visita que no voy a amortizar ni voy a disfrutarla; tampoco me apetece visitar la Escuela de Invierno de Equitación, dónde se puede observar un espectáculo ecuestre de la Escuela Española de Equitación.
La entrada cuesta solamente 7€ pero os aseguro que es un dinero muy bien invertido. Tenéis más información a través de la web de la Biblioteca Nacional.
Finalizada esta maravillosa visita que recomiendo a todo el mundo que visite Viena, doy un paseo por los alrededores del Palacio de Hofburg, donde empiezan a llegar los autobuses de turistas asiáticos que empiezan a abarrotar los accesos al interior del museo, así que me voy a mis dos siguientes visitas, la Iglesia de los Agustinos y la Cripta Imperial de Viena.
La Iglesia de los Agustinos se encuentra en la Augustinerstrasse (justo enfrente de la fachada del Palacio Hofsburg) y es tan conocida porque aquí contrajeron matrimonio en 1.854 Francisco José y Sisí. Actualmente ofrecen conciertos y misas sacras y es bastante díficil coincidir para visitar su interior, ya que normalmente se encuentra cerrada o con algún concierto.
La Cripta Imperial o la Cripta de los Capuchinos se encuentra debajo de la Iglesia de los Capuchinos (Kapuzinerkirche) y en ella podremos encontrar más de 150 féretros o sepulturas de la realeza austriaca, siendo los más famosos los de Francisco José, su esposa Sisí, Maria Teresa y el príncipe heredero Rodolfo, entre muchos otros. La visita a su interior puede parecer un poco tétrica, pero si te gusta la historia se puede observar verdaderas obras de arte en los sarcófagos.
La Cripta de los Capuchinos se encuentra en la Tegetthoffftrasse, 2 (al lado de las anteriores) y su visita cuesta 7,50 € por persona.
Finalizada la visita dejo atrás la zona del Palacio de Hofsburg, paso por delante del Museo Albertina que dejo para otro momento y me voy a pasear por el cercano Burggarten, un auténtico pulmón verde de los tantos de los que dispone la ciudad pero que en este caso me hacia ilusión el Burggarten porque aquí se encuentra una estatua de uno de los personajes más conocidos del país, el compositor Wolfang Amadeus Mozart.
Sigo caminando hacia el otro lado de la Ringtrasse y llego de nuevo hasta el Rathaus o Ayuntamiento, pero esta vez no voy a visitar los mercados de adviento que estuve visitando ayer, sino que voy a aprovechar para hacer un alto en el camino y descansar un poco, y aprovecho para comer en el cercano restaurante Centimeter de la Lenaugasse, ya que aunque sea pronto para hacerlo prefiero hacerlo ahora porque me conozco y después me lio la manta a la cabeza con las visitas y se me pasa la hora de comer. Ni que decir que salgo muy satisfecho y rodando de allí, así que toca bajar la comida.
Me voy caminando hacia el Museums Quartier o Barrio de los Museos, me quedo con las ganas de visitar el Leopold (13 €) y el Mumok (10 €) pero el tiempo da para lo que da y prefiero hacer otras actividades, así que me conformo con dar una vuelta por la zona y de visitar la bonita zona de Spittelberg con su bonito mercado de adviento enfocado a los trabajos artesanos.
Doy por concluida mi visita de esta zona y aprovechando que tengo una estación de metro aquí de la línea U2 (Museums Quartier) y que todavía sigue vigente mi abono de metro, aprovecho para acortar camino y en un par de paradas estoy en la Karlsplatz, una zona con bastante interés turístico y con muchas cosas que visitar. Solamente salir de la estación nos encontramos con el bonito mercado navideño de la Karlsplatz pero lo visito por encima y ya lo visitaré con más calma a la vuelta, así que lo primero que hago es visitar una de las iglesias más bonitas que he conocido en mi vida, que no es otra que la Iglesia de San Carlos Borromeo.
Su construcción superó los 25 años, y por aquel entonces el Emperador Carlos VI prometió al pueblo que cuando la ciudad fuera liberada de la peste que estaba padeciendo en el año 1.713 construiría un templo dedicado a San Carlos Borromeo, patrono de la lucha contra la peste, y así fue como cumplió con su palabra. Lo más destacable de su fachada son sus dos columnas, inspiradas en la Columna de Trajano de Roma y donde podemos contemplar escenas de la vida del patrono.
La visita a su interior también es muy bonita pero no pude estar mucho tiempo dentro porque iban a oficiar un concierto y había que pagar entrada, así que descarté la opción y me fui a visitar los alrededores mientras me iba en dirección al famoso Musikverein.
Al contrario de lo que suele pensar la gente, el Concierto de Año Nuevo que retransmiten cada año en la 2 no se celebra en el recinto de la Ópera de Viena, sino en la Sala Dorada del recinto del Musikverein, con una de las mejores acústicas del mundo e interpretada por la Orquesta Filarmónica de Viena. Su repertorio es mayoritariamente obras de la Familia Strauss, y su obra más interpretada es la famosa "Marcha Radetzky" de Johann Strauss padre y que va acompañada por las palmas del público presente, y finalizan con la obra "El Danubio Azul" de Johann Strauss hijo.
Conseguir entradas es harto díficil, aparte de muy caras hay que presentar una solicitud durante el mes de febrero y después se asignan por sorteo, así que la decisión de ir a presenciar un concierto para Año Nuevo se antoja bastante díficil. Estando yo en la capital mundial de la música, lo menos que puedo hacer es acercarme hasta el Musikverein y visitar aunque sea los exteriores del recinto.
Una visita muy interesante, lástima que hoy no ofrecen tours para visitar su interior ya que me hubiera gustado mucho. Sigo caminando y en 5 minutos llego a mi siguiente visita, el Kammergarten con su Palacio Schwarzenberg, el edificio de la Embajada de Francia y el Monumento a los Héroes del Ejército Rojo.
Después de la visita vuelvo para atrás todo lo andado y me vuelvo a la zona de la Iglesia de San Carlos Borromeo ya que mi intención es volver a coger el metro en la Karlsplatz, así que a la vuelta voy visitando el mercado de adviento que me parece bastante bonito y en el que me he prometido volver hoy o mañana por la noche si tengo tiempo antes de irme de Viena.
Mi siguiente parada será una breve visita a uno de los rincones más fotografiados de la ciudad, el Stadtpark de Viena donde se encuentra la estatua dorada de Johann Strauss, se encuentra a no más de 10 minutos caminando de donde me encuentro ahora pero la verdad es que me empiezan a pesar las piernas de todo el tute que me estoy pegando hoy desde las 7h de la mañana que he salido de mi alojamiento y encima el frio no ayuda nada, así que decido intentar amortizar mi abono de transporte que está a punto de expirar aunque sea solamente una parada de metro de distancia.
Aprovecho para llevarme un café con leche de take away que he encontrado justo enfrente del monumento a Strauss (3,75 €) y me siento a descansar un poco mientras me fumo un cigarro, mis pies me pedían a gritos un pequeño descanso sin alargarlo mucho porque los bancos están congelados, hace un frio del carajo aunque luzca un poco el sol y aún me quedan algunas visitas que realizar y no me puedo entretener mucho ya que tengo que volver a mi alojamiento porque he quedado con una amiga más tarde.
Vuelvo a la estación de metro con la intención de ir hacia el Palacio Schönbrunn aprovechando que es la misma línea de metro en la que me encuentro (U4) pero una vez que me subo me lo pienso mejor y me bajo en dos paradas, la razón es que me apetece visitar el bonito Naschmarkt, un mercado diario de frutas y verduras que se encuentra al salir de la estación de metro Kettenbrückengasse y los que me conocéis ya sabéis lo que me gusta visitar mercados de cualquier ciudad del mundo.
El Mercado de Naschmarkt está genial para dar una vuelta y ver un poco sus productos, además hay diferentes tiendas de souvenirs con precios algo más baratos que en el centro de la ciudad y también hay multitud de restaurantes para comer con productos frescos y la verdad que no muy caros para ser Viena, pero yo hoy ya he comido pronto pero sino sería una buena alternativa para hacerlo aquí.
Termino de visitar la zona y sin tiempo que perder me vuelvo de nuevo al metro, pensaba que mi tarjeta de transporte ya había caducado pero veo que todavía tengo tiempo, así que la aprovecho para hacer una de las últimas visitas del día que curiosamente es la que está más alejada, así que me dirijo con la misma U4 al Palacio de Schönbrunn, con estación del mismo nombre.
El Palacio de Schönbrunn fue la residencia de verano de los Hafsburgo y en su día residieron aquí Maria Teresa, Francisco José y su esposa, y otros monarcas entre otros. Dispone de más de 1.400 habitaciones y sería imposible visitarlo todo en un día, y más teniendo en cuenta que en estas fechas cierran a las 17h de la tarde, así que imposible por mi parte. Actualmente es el monumento más visitado de todo Austria y su entrada no es precisamente barata, y aunque hay diferentes tours y alternativas, su precio es de 20 € por persona, así que yo me voy a limitar a visitar su exterior, recorrer sus preciosos jardines y llegar hasta la famosa Glorieta.
Cuando salgo de la estación de metro solamente hay que seguir a toda la marabunta que se dirige hacia allí, no tiene pérdida y en un corto paseo de cinco minutos llegaremos. Delante del Palacio de Schönbrunn han instalado otro bonito mercado de adviento que visitaré después de recorrer sus jardines.
El paseo por los jardines es muy agradable porque no hay mucha gente pero hace una ventrisca importante que te corta la cara del frio que hace, además hay que vigilar muy bien por donde pisamos porque hay bastantes placas de hielo por el suelo y el agua de los estanques está totalmente helada, así que prescindo de subir a la Glorieta porque el camino hasta allí es bastante resbaladizo y ya he visto a más de uno patinar e incluso caerse al suelo y no quiero romperme nada por mucho que los operarios se afañen en dejarlo todo normal, además de no disponer de mucho tiempo.
Después del bonito paseo vuelvo a la entrada principal del Palacio de Schönbrunn y me dispongo a visitar un rato las paraditas del mercado de adviento y a deleitarme con sus olores a vino caliente y canela y a sorprenderme con cada una de las artesanías que tienen expuestas.
Doy por finalizada mi visita y sin tiempo que perder me vuelvo al metro con dirección a mi alojamiento, así que después de un transbordo llego, pongo a cargar un rato el móvil mientras me ducho y me cambio de ropa y un rato después y sin apenas descansar vuelvo a salir de nuevo, ya que he quedado con una muy buena amiga austríaca que hace años que no nos vemos, así que como mi abono de transporte ahora si que ya ha caducado, esta vez compro un ticket normal (2,40 €) y no un abono de transporte porque mañana voy a pasar el día fuera de la ciudad y no me compensa, así que me subo de nuevo al metro con dirección al Prater, donde he quedado con mi amiga Eva.
Mientras que llega Eva yo me dispongo a hacer algunas fotos del bonito atardecer, hasta que finalmente nos encontramos y nos acaba anocheciendo en el Prater. Como curiosidad Eva fue la primera persona que me enseñó palabras en alemán hace más de 20 años y con la persona que más practicaba y me ayudaba cuando yo estaba estudiando alemán en Barcelona, y aunque se me ha ido olvidando el idioma por no practicarlo, nos pudimos echar unas cuántas risas mientras recordábamos todos aquellos años en los que éramos unos pipiolos.
Como las temperaturas son muy bajas y no invita mucho a seguir paseando por allí, Eva me propone volver al centro de la ciudad que hay más ambiente y más estos días con tanta parafernalia navideña, y aunque tampoco le quiero robar mucho tiempo porque ella trabaja mañana y tiene familia, hace un gran esfuerzo por estar un rato más conmigo y nos vamos a uno de los cafés más elegantes de Viena, el famoso Hotel Sacher, lugar dónde inventaron la famosa y sabrosa tarta Sacher.
Las fotos son del día siguiente que volví por la zona porque las de hoy eran ya nocturnas y no me paré a hacer fotos. El Hotel Sacher es un lugar demasiado elegante aunque para mi gusto bastante turístico, ya que el nombre les ha dado demasiada fama y allí acudimos decenas de guiris en busca de una porción de su famosa tarta. Una vez que te reciben y te acompañan a tu mesa, te retiran los abrigos y te los guardan en un guardaropa... uno no deja de sentirse importante por un rato hasta que te viene la cuenta! jeje.
Pasamos una tarde muy agradable y tanto el café como la tarta están deliciosas, pero se paga el lugar y la fama, ya que dos cafés, dos porciones de tarta Sacher y guardar los abrigos me clavaron la friolera de 26 €, aunque esta vez no se me quedó la cara que se me quedó durante mi visita al Café Majestic de Oporto porque ya sabía donde iba, pero no deja de sorprenderme que te cobren 1 € por dejar tu abrigo a buen resguardo cuando yo no se lo he pedido, y más después de las consumiciones que hicimos, pero vamos que no me arrepiento tampoco de haber ido porque lo disfruté mucho y la ocasión lo merecía.
Pasadas las 20h de la tarde me despido de Eva, el tiempo pasa muy deprisa cuando uno está bien y nos prometemos no tardar tanto tiempo en volver a vernos, así que decido volver a mi alojamiento a pie mientras paseo un rato por la ciudad iluminada, hasta que llego de nuevo a la Stephansdom (Catedral de San Esteban) y doy una vuelta por la zona con muchísimo ambiente a estas horas.
Al final acabo agobiado de tanta gente y decido que ya he tenido suficiente por hoy desde las 07h de la mañana que he salido de mi alojamiento, estoy destrozado físicamente y hace un frio que invita a meterte en la cama pronto y no volver a salir, así que cojo el metro allí mismo, me subo en un abarrotadísimo vagón de metro y en 20 minutos llego a la zona del alojamiento, donde me paro a comprar agua en un supermercado 24 horas y sobre las 22h de la noche ya estoy entrando en mi habitación, saludo a mis compañeros, pongo a cargar las baterías de las cámaras y me pongo un poco al día con el wifi y no tardo mucho en quedarme muerto... estoy literalmente destrozado!!
DÍA 3.- VIENA - BRATISLAVA - VIENA
Hoy cuando me he levantado no me sentía mi cuerpo y tenía unas agujetas de campeonato después de todo el tute de ayer! Me levanto a las 07h de la mañana y el resto todavía duerme, aprovecho para ducharme y dejar todo recogido porque hoy hago el check in y dejo mi equipaje en consigna porque mi vuelo sale a las 05:45h de la mañana para Barcelona y no me apetece coger transporte público ni taxi a esas horas de la madrugada con el frio que hace, así que he pensado irme a última hora de la noche para el aeropuerto y pasar allí algunas horas antes de coger el vuelo, lo prefiero así y no me arrepiento.Después de todas las gestiones y de dejar mi equipaje en consigna me voy hacia el metro justo cuando empieza a amanecer, ya que el objetivo del día es pasar el día en Bratislava (Eslovaquia), así que tomo el metro hasta la Stephansplatz donde hago transbordo a la línea roja (U1) hasta la estación Südtiroler Platz, donde parten los trenes internacionales, pero de camino hago una parada en una de los edificios más curiosos y coloridos de Viena, la Hundertwasserhaus, que no es más que una fachada de un edificio residencial obra del artista Friedensreich Hundertwasser, al que apodan el "Gaudí austriaco" (no seré yo el que lo confirme porque hay bastantes diferencias entre los dos artistas, pero bueno...).
Ahora si, cojo el tranvía allí delante del edificio por primera vez desde que estoy en Viena y poco después me planto en la estación Südtiroler Platz, donde aprovecho para desayunar mientras espero mi tren para Bratislava.
Podéis leer toda mi experiencia en Bratislava así como la compra de tickets.
Sobre las 19h de la tarde estoy llegando de nuevo a Viena procedente de Bratislava, como todavía tengo tiempo antes de irme hacia el aeropuerto decido seguir visitando algunos mercados de adviento de la ciudad, comprar algún recuerdo para la familia e ir despidiéndome poco a poco de la ciudad.
El último tren hacia el aeropuerto es a las 23h de la noche así que voy apurando hasta que a las 22:15h me despido del amable personal del hostel, cojo el metro por última vez hasta la estación Landstrasse (Wien Mitte) y allí busco el S-Bahn S7 que me tiene que llevar al aeropuerto, donde pasa puntual llegando sobre las 23:30h a la terminal 2 del aeropuerto. Tengo que cambiar de terminal y voy caminando llegando poco después ante mi sorpresa cuando llego que hay muchos viajeros allí tirados que han tenido la misma idea que yo de pasar la noche en el aeropuerto, así que entre que la terminal es pequeña y que hay mucha gente me cuesta trabajo encontrar algún sitio donde sentarme y pasar el rato mientras ceno y me relajo.
Las horas pasan relajadamente mientras repaso fotos, aprovecho el wifi gratuito del aeropuerto, escucho un poco de música y a última hora intento dar alguna cabezadita, ya que el día ha sido largo y se me está haciendo un poco larga la noche. A las 04:30h aprovecho para desayunar algo que he comprado en el supermercado y salgo fuera a fumarme un cigarro ante mi sorpresa que está nevando sin cesar y hace un frio acojonante, así que me alegro de haber venido al aeropuerto a última hora de la noche y no arrastra equipaje por esas calles nevadas de madrugada, o de pagar un taxi para mi solo a precio de oro.
De seguida abren el control de seguridad y las puertas de embarque y en menos de 15 minutos ya estoy esperando mi vuelo, donde embarcamos sin problemas aunque salimos con un poco de retraso porque nos comentan que tienen que limpiar la pista de toda la nieve que ha caido, aunque esta gente lo solucionan con una rapidez y eficacia descomunal porque están acostumbrados a la nieve y las bajas temperaturas, así que poco después conseguimos despegar.... y ya no recuerdo nada más!!
Y digo que ya no recuerdo nada más porque una vez despegado el avión caí en los brazos de Morfeo y ya no volví a despertar hasta poco antes de llegar a Barcelona pasadas las 08h de la mañana, dando por finalizada esta agradable escapada navideña, volviendo a una de las ciudades más bonitas de toda Europa y hacer balance del año viajero que justo hoy finaliza para mi pero pensando en futuros destinos para el próximo año.
Bis Bald, Österreich!!
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