Mi primera incursión por los Balcanes me ha llevado a un país todavía bastante desconocido como es Bulgaria, un destino bastante enigmático y poco turístico que te sorprenderá gracias a su rico patrimonio arqueológico debido a su influencia romana, griega y sobretodo, otomana.
Además, este año la segunda ciudad más importante del país que es Plovdiv ha sido designada como Capital Europea de la Cultura, que unido a las ofertas de vuelos low cost y lo económico que resulta viajar por el país hacen de esta desconocida capital europea un destino perfecto para visitarla.
El búlgaro es una lengua eslava igual que otros países fronterizos, sobretodo de la zona de los Balcanes. Su alfabeto es el cirílico y posiblemente para un español nos sea imposible poder familiarizarnos con su abecedario de buenas a primeras, así que recomiendo antes de llegar a Bulgaria que nos aprendamos o intentemos familiarizarnos con su abecedario para que nos permita sobrevivir a lo más cotidiano como hice en mi viaje a Rusia, o bien no le demos mucha importancia porque en Sofía y en muchas ciudades turísticas no vamos a tener problemas porque todas las señales, estaciones de metro y lugares más turísticos nos encontraremos todo traducido a nuestro alfabeto latino, no así en las zonas más rurales o ciudades poco turísticas.
Recomiendo llevar impreso el alfabeto búlgaro a modo de chuleta porque en más de una ocasión nos puede sacar de un apuro, sobretodo en estaciones de autobuses o en lugares donde nadie hable inglés.
EL ITINERARIO DEL VIAJE
Bulgaria no es un país muy extenso pero es un destino que nos permite estar todos los días de viaje que podamos, y lo más recomendable para conocer el país es viajar un mínimo de 10 días para visitar otras zonas del país. Si no disponemos de mucho tiempo y además no queremos alquilar un coche para movernos por el país (como fue mi caso) es posible hacer de su capital Sofía como base para alojarnos y no estar moviéndonos a menudo, ya que es posible hacer visitas a ciudades cercanas en transporte público y en excursiones de un día y volver a nuestro alojamiento al finalizar nuestras visitas al final del día.
Bulgaria es un destino bastante económico, así que no tendremos problemas en encontrar un lugar donde dormir que se adapte fácilmente a nuestro bolsillo, ya que hay alojamientos de todas las categorías y con un denominador común, que son bastante baratos.
Durante mi estancia en Bulgaria de cuatro noches utilicé dos alojamientos diferentes, ya que no había disponibilidad para cuatro noches seguidas y finalmente mi primera noche me alojé en un hostel con habitación compartida, y el resto de noches estuve alojado en otro hostel pero en habitación doble privada.
Ivory Tower Hostel. Alojamiento muy céntrico y ubicado apenas a 400 metros metros de la estación de metro de Serdika, ideal por si vienes con equipaje desde el aeropuerto y no quieres caminar mucho. Ideal para recorrer la zona caminando porque se encuentra prácticamente a dos minutos caminando de todo lo más interesante de la ciudad, además de no tener problemas para encontrar bares y restaurantes a cualquier hora del día. Se trata de un hostel de dos plantas, con 4 camas compartidas en cada habitación, con baño compartido en cada planta, con una gran cocina a disposición de sus huéspedes y una gran sala de estar para socializar con el resto de huéspedes, y con wifi incluido aunque la señal no llegaba muy bien a la zona de habitaciones.
A destacar la atención y amabilidad de sus dueños que no dudan en ayudarte en todo lo que pueden, y además tuvieron la cortesía de guardar mi equipaje una vez realizado el check out. Recomendable para pasar una noche, pero más días recomiendo buscar otro alojamiento más cómodo y en habitación individual si es posible, ya que los precios son muy bajos en Bulgaria. El Ivory Tower Hostel lo he reservado a través de Booking y he pagado por una noche 15 BGN (aproximadamente 8 €), un precio más que correcto por todo lo que he recibido. Además, es posible pagar con tarjeta de crédito por si no dispones de moneda local en ese momento.
Reservé tres noches en el Belle Stelle Sofia a través de Booking, he pagado 15 € por noche y el alojamiento es muy recomendable tanto por ubicación como por precio, ya que incluso se puede pagar con tarjeta de crédito sin problemas. Los dueños son bastante amables e incluso hablan inglés e italiano. La única pega es el horario limitado del desayuno, ya que empiezan a las 08:30h y finaliza una hora después y no hay más alternativas si te dispones a abandonar pronto el alojamiento para empezar las visitas por la ciudad, aún así el primer día tuvieron el detalle de dejarme un picnic preparado en la puerta de mi habitación pero el resto de días no lo hicieron. A pesar de no poder aprovechar el desayuno diario, estuve muy agusto durante toda mi estancia.
Mi vuelo desde Barcelona sale puntual a las 09:10h en un trayecto de unas 3 horas aproximadamente aunque al llegar a Bulgaria tendremos que adelantar una hora nuestros relojes, así que llego al aeropuerto de Sofía a las 13h aproximadamente. Como no llevo equipaje facturado salgo de los primeros, cambio solamente 10 € en el aeropuerto porque el cambio es malo (1,86 BGN por €uro) para poder pagar el ticket de metro, y solamente salir de la terminal a mano izquierda se encuentra la estación de metro, donde compro mi ticket en la taquilla por 1,60 BGN y a los 10 minutos llega el siguiente metro, donde en 20 minutos aproximadamente llego a la estación de Serdika, muy cerca de mi alojamiento que se encuentra a unos 300 metros.
Una vez en mi alojamiento dejo mi equipaje en mi habitación compartida donde solamente haré una noche, pago mi estancia y me voy directamente a conocer la ciudad y aprovechar el máximo de horas de luz que quedan todavía. Mi primera visita no tarda en llegar ya que la tengo a 200 metros y es uno de los emblemas de la ciudad, la estatua de Santa Sofía, ubicada en la Plaza Nezavisimost y con una altura de más de 20 metros de altura encontramos este monumento en bronce y dorado en honor a la santa patrona de la ciudad, en el mismo lugar donde 20 años atrás se encontraba una estatua de Lenin durante la época comunista del país. El monumento es visible desde casi cualquier punto de la ciudad, y en ella destaca la corona, la guirnalda de laurel y el búho, que representan la fama, el poder y la sabiduría, respectivamente.
El monumento de Santa Sofía se encuentra en una intersección justo en el centro de la ciudad, así que tomemos la dirección que tomemos siempre vamos a encontrar puntos interesantes que visitar en la ciudad, aunque se recomienda tomarlo con calma porque Sofía se puede visitar en un día perfectamente.
Justo enfrente de la estatua y siguiendo la avenida del Tsar Osvoboditel podemos encontrar el "triángulo del poder" o más conocido como "el Largo", pues se trata de tres edificios emblemáticos de la capital búlgara como son el Edificio de la Presidencia, el Consejo de Ministros y la Casa del Partido, todos ellos conservan todavía su arquitectura comunista.
Como mañana voy a tener todo el día entero para visitar la ciudad y posiblemente algunas horas más en los próximos días después de finalizar mis excursiones fuera de Sofía, decido no visitar a fondo la zona y seguir paseando para visitar otras zonas y así aprovechar las horas de luz, así que sigo paseando por la avenida del Tsar Osvoboditel hasta llegar al que quizás sea el edificio más emblemático y el centro religioso más importante de Sofía, la Catedral Alexander Nevski.
Inconfundible por sus cúpulas doradas y construida para conmemorar la victoria de los rusos contra los otomanos y la liberación de Bulgaria a finales del S. XIX y finalizada en 1.912, y aunque es muy bonita por fuera yo personalmente me quedo con la Catedral Alexander Nevski de Tallinn que tuve la suerte de conocer durante mi viaje por los Países Bálticos hace un par de años.
Sus dimensiones son de 72 metros de largo, 42 metros de ancho y 52 metros de alto, lo que la convierte en una de las iglesias ortodoxas más grandes del mundo. Su interior es bastante austero aunque conserva un retablo y unos mosaicos muy bonitos, el problema es la poca luz que hay en su interior y lo oscuro que está todo. Su visita es gratuita aunque si se quiere hacer fotografías hay que pagar la cantidad nada despreciable de 10 BGN (5 € aproximadamente), una cantidad un tanto desorbitada por el nivel de vida del país, así que lo mejor es disfrutar de su interior tranquilamente y no arriesgarse mucho a hacer fotografías porque el monje ortodoxo que hay allí dando vueltas tiene bastante mala leche e incluso pude presenciar como le hacia borrar fotos a turistas que no habían pasado por caja.
Finalizada la visita por el momento (volvería en otros momentos durante mi estancia en Sofía) salgo de nuevo al exterior de la Catedral Alexander Nevski y al otro lado de la plaza, y de camino a la Iglesia Rusa de San Nicolás, se encuentra un pequeño mercado de antigüedades al aire libre al estilo flea market, donde venden cuadros religiosos, artículos de la época comunista y otros cachivaches de la época bastante curiosos, además uno puede pasear y mirar tranquilamente sin temor a ser agobiado aunque no compres nada, como fue mi caso.
Sigo paseando y en un lateral de la plaza y a mano derecha saliendo de la Catedral Alexander Nevski nos encontramos la iglesia cristiana más antigua de la ciudad, la Iglesia de Santa Sofía. Su exterior es muy sencillo con su fachada de ladrillo naranja, y lo mejor es su interior donde se puede visitar su museo subterráneo. Su construcción es del S.VI durante el reinado del Emperador Justiniano y durante la ocupación otomana fue utilizada como mezquita con la construcción de dos minaretes hasta que el S. XIX fueron derribadas a causa de un terremoto.
La visita a su interior es gratuita y el horario de su museo subterráneo es de 10h a 17h en visitas guiadas de hasta 8 personas como máximo. Con este horario tan reducido a mi me fue imposible visitarlo durante mi estancia en la ciudad.
Justo en un lateral de la Iglesia de Santa Sofía podemos encontrar el monumento y la Tumba al Soldado Desconocido para homenajear a los soldados búlgaros caídos durante la I Guerra Mundial.
Va cayendo la tarde y decido cruzar por un lateral de la plaza hasta llegar a la cercana Asamblea Nacional de Bulgaria que visitaré mañana con más tiempo, ya que ahora mismo mi objetivo es cambiar algo de dinero y hacerme con suficientes levas (BGN) ya que mañana es domingo y no sé si habrá algo abierto y solamente he cambiado 10 € en el aeropuerto y necesito dinero para cenar hoy y moverme por el país durante los próximos tres días, así que justo detrás de la plaza donde se encuentra la estatua del Zar Libertador veo varias oficinas de cambio, y después de comparar me decido por una sucursal de Western Union donde me ofrecen 1,97 BGN por €uro y libre de comisiones (en el aeropuerto esta mañana me dieron 1,84 BGN por €uro, el mismo cambio que encontraré en los próximos días en la estación central de autobuses) así que recomiendo cambiar por esta zona de la ciudad o por la zona del Bulevard Vitosha.
Ahora ya más tranquilo con el cash para los próximos días, vuelvo a enfilar el Bulevard Osvoboditel pasando por delante del Sense Hotel, el mejor hotel de la ciudad y con una terraza espléndida con unas vistas muy bonitas hacia la Catedral Alexander Nevski donde puede subir cualquier persona a tomar algo aunque no estés alojado en él, los precios son caros para el nivel de vida del país pero para un europeo medio no es un precio nada desorbitado y las vistas son muy buenas.
Mi siguiente destino sería la cercana Iglesia Rusa de San Nicolás, construida en en 1.912 por trabajadores rusos emigrados en Bulgaria y convirtiéndola en la iglesia de la comunidad rusa en Sofía, predominando sus tonos verdes y sus cinco cúpulas doradas. La visita a su interior es gratuita pero es excesivamente pequeña, así que la visita debe ser breve y rápida porque su capacidad es muy pequeña. Destacan sus mosaicos y lo que más me gustó es la pequeña mesa que tienen allí habilitada con papel y boli donde uno puede escribir un deseo y meterlo dentro de una urna mientras se espera a que se cumpla. Aunque no soy mucho de estas tradiciones, pero si ya deposité mis deseos entre las piedras del Muro de las Lamentaciones en Jerusalén y en otros lugares y me ha traído suerte, por qué no probar aquí también sin nada que perder? Así que dicho y hecho, escribí mi deseo y allí se quedó a la espera que se cumpla lo más pronto posible.
Finalizada mi visita y después de recrearme un rato observando los maravillosos exteriores de la iglesia (volvería a pasar a menudo en los siguientes días porque mi próximo alojamiento estaba muy cerca) me volví de nuevo caminando a la zona de Serdika y próximo a mi alojamiento, donde eran cerca de las 19h de la tarde y con la tontería todavía estaba sin comer nada desde que he llegado a Bulgaria.
Después de dar una pequeña vuelta por la zona del Bulevard Vitosha y sus calles aledañas buscando algún sitio para cenar que no estuviera muy petado de gente al tratarse de un sábado por la noche y después de no encontrar nada que me atrayera para ser mi primera comida en Bulgaria, saqué mi móvil y recurrí a Tripadvisor y me salió recomendado un restaurante típico búlgaro (conocido como mehana en Bulgaria) no muy lejos de donde me encontraba, en la calle Hristo Belchev, 18 así que para allí que me fui.
En dos minutos ya me encontraba en una calle llena de bares y restaurantes que no había pasado anteriormente y de seguida llegué a la mehana recomendada, de nombre impronunciable llamado Hadjidraganov's Cellars, con varios restaurantes en Sofía del mismo dueño pero este es el más céntrico y por no decirlo, el más turístico. El restaurante es una especie de taberna de madera típica con una bonita decoración, comida 100% tradicional búlgara e incluso con música y bailes en directo amenizada por un grupo de búlgaros, vamos... turistada total y creo que es el típico restaurante donde las agencias o touroperadores llevan a los turistas, pero una vez allí, las horas que son y prácticamente todo el día sin comer no era plan de ir a buscar otro sitio para cenar, así que decidí quedarme allí.
Recomiendo si váis con hambre pedir de primero una "shopska salata" que es la tipica ensalada búlgara con tomate, pepino, pimiento y queso blanco búlgaro rallado (los lácteos en este país son muy buenos) y de segundo recomiendo pedir una "Kavarma na plocha", que consiste en trozos de carne de cerdo servida en una cazuela de barro y que está muy buena. Todo esto es solamente una recomendación, ya que la carta es muy extensa y todo tiene muy buena pinta. Mis dos platos junto con mi primera cerveza búlgara Shumensko fueron en total unos 24 BGN, unos 12 € al cambio... no es un precio desorbitado porque aquí en Barcelona no cenas en ningún sitio por ese precio, pero para ser Bulgaria y su estilo de vida no es un precio muy barato, y lo comprobaré en los siguientes días donde pude comer en otros lugares mucho mejor y más barato, como por ejemplo en la Mehana Sofia.
Después de cenar y escuchar un poco de música en la mehana me fui caminando hacia mi hostel ubicado a unos 15minutos de allí, en un pequeño paseo sin peligro alguno donde camino al hostel pude empezar a ver la realidad del país viendo a muchas personas pobres pidiendo por la calle y personas mayores rebuscando entre contenedores de basura.
Después de saludar a mis dos compañeros de habitación que se iban de fiesta y de meterme una ducha, me meto en la cama pasadas las 23h de la noche, que el día ha sido muy largo y estoy levantado desde las 2:30h de la mañana y mañana quiero madrugar para aprovechar el día de visitas.
Mi primera visita del día será justamente la más alejada de la ciudad, y no es otra que visitar la Iglesia de Boyana, ubicada a los pies del Monte Vitosha, una pequeña iglesia que es Patrimonio de la Humanidad desde 1.979 y que nos os llevará mucho tiempo la visita, ya que por desgracia es muy pequeña, solamente se puede entrar en pequeños grupos de máximo 8 personas y solamente se puede permanecer en su interior un máximo de 10 minutos y os aseguro que lo cumplen a rajatabla, aunque es cierto que para mi es suficiente porque solamente se puede visitar sus maravillosos frescos que alberga en su interior y además está prohibido hacer fotos y no tienes escapatoria, ya que durante el recorrido siempre se va acompañado de una persona de recepción que su cometido es solamente comprobar que todo el mundo cumpla las normas.
Quizás lo peor de todo es llegar hasta aquí porque se encuentra bastante retirado de la ciudad. Lo más cómodo sería llegar en taxi por un módico precio de unos 20 BGN aproximadamente (10 €) pero si no tenéis prisa y queréis ahorraros algo de dinero podéis llegar como lo hice yo, que es coger el tranvía número 5 o el bus número 64 hasta el Bulevard Tsar Boris III (delante del edificio de Justicia de Sofía) y allí mismo en la confluencia con el Bulevard Alexander S. Pushkin coged el bus 107 hasta la última parada, donde te deja a escasos metros de la Iglesia de Boyana. El trayecto total es de unos 40 minutos dependiendo del tráfico del momento y el importe del bus es de 1,60 BGN (menos de 1 €), así que es bastante recomendable. En mi caso me ahorré el tranvía porque la parada del bus 107 está apenas a 10 minutos caminando de mi alojamiento y llegué andando, así que solamente tuve que esperar a que llegara el bus 107 y comprar el ticket al conductor.
La visita a la Iglesia de Boyana cuesta solamente 10 BGN y aunque la visita es corta y no está permitido hacer fotografías, recomiendo bastante la visita. Tenéis más información en la web de la Iglesia de Boyana, y su horario es de 09:30h a 17:30h.
Después de la visita tocaba deshacer el mismo camino, así que de nuevo en Sofía y solamente bajarme del bus me doy de frente con la bonita Catedral Sveta Nedelya, ubicada en la céntrica plaza con el mismo nombre y siempre tan animada de gente. La Sveta Nedelya es original del S. XIV pero en 1.925 tuvo que ser reconstruida en parte por culpa de un atentado terrorista por parte de los comunistas cuando se estaba llevando el funeral del General Georgiev asesinado un par de días antes, y en el momento de la explosión murieron 128 personas a causa del derrumbe de parte de la cúpula de la Catedral. La visita a su interior es gratuita y muy bonita, sobretodo los mosaicos que hay en las paredes, y siempre está llena de feligreses. No está permitido hacer fotografías a no ser que pases por caja (5 BGN) pero a diferencia de la Catedral Alexander Nevski aquí no son tan estrictos y es posible hacer alguna fotografía con el móvil sin levantar muchas sospechas, aunque siempre con respeto y educación.
Finalizo esta maravillosa visita dando comienzo al llamado "cuadrado de la tolerancia", que no es otra que visitar los cuatro templos religiosos (católico, sinagoga, mezquita y ortodoxo) repartidos por la ciudad en un radio de apenas 400 metros y formando un cuadrado entre si, siendo un ejemplo de tolerancia religiosa donde conviven y se respetan creyentes de diferentes religiones y que debería servir de ejemplo para el resto de la humanidad.
La Catedral Sveta Nedelya que acabo de visitar sería el templo de la religión católica, la de Alexander Nevski que visité ayer sería el de los ortodoxos, y cruzando la carretera y apenas a 300 metros de donde me encuentro nos encontraremos las dos que nos faltan, la Sinagoga Judía de Sofía y la Mezquita Banya Bashi.
Mi siguiente destino será la Sinagoga de Sofía, ubicado justo detrás del Mercado Central y con tan mala suerte que de todas las veces que pasé durante mi estancia en la ciudad siempre me la encontré cerrada, así que solamente pude visitarla por fuera. Actualmente es la más grande de todos los Balcanes y la tercera más grande de Europa.
Después de esta pequeña decepción deshago mi camino y justo enfrente del Mercado Central encontramos la Mezquita Banya Bashi, construida a finales del S. XVI durante la ocupación otomana, siendo una de las más antiguas de Europa. Destaca su bonita cúpula de 15 metros y por su minarete visible desde casi cualquier punto de la ciudad. Es posible visitar su interior siempre y cuando nos quitemos nuestro calzado y lo dejemos en la puerta, y a poder ser hay que intentar no molestar demasiado, sobretodo con el tema de las fotografías. Los viernes de 13h a 15:30h no está permitida la entrada a los no musulmanes. Mi visita al interior fue bastante rápida porque había mucha gente y el olor moreabundo a pies que había allí dentro invitaba a marcharse rápido si no quería desmayarme.
Toda esta zona es muy interesante culturalmente porque ofrece muchas cosas para visitar, así que por seguir un orden mi siguiente visita será al Mercado Central de Sofía (Tsentralni Halite), un gran mercado remodelado de varias plantas donde es posible disfrutar de sus paradas de carne, fruta e incluso de souvenirs. Aunque lo mejor para mi es visitar el lateral derecho de la planta baja donde encontraremos varios restaurantes bastante interesantes donde comer, porque aunque hoy sea domingo, permanece abierto hasta altas horas de la tarde. No esperéis encontraros un gran mercado como el de Budapest porque posiblemente os acabe decepcionando.
Son cerca de las 13h de la tarde y estoy haciendo tiempo para comer cuando de repente me viene a la cabeza que esta mañana he salido del hostel muy pronto y les he dejado mi equipaje con una nota y todavía no he aparecido por allí, y en mi nuevo hostel no puedo hacer el check in hasta las 15h de la tarde cuando de repente me suena el móvil con un número búlgaro pero decido no hacer mucho caso, hasta que me vuelven a llamar al momento y decido cogerlo y resulta que es el dueño del hostel donde debo alojarme las próximas tres noches, me pregunta si ya estoy en Sofía y al decirle que si me dice que cuando quiera puedo ir a hacer el check in al hostel y así ellos ya se van y no tienen que esperarme.
Me voy en busca de mi equipaje a mi anterior hostel, les doy las gracias por guardármelo y vuelvo de nuevo a la zona de Serdika. Según la app Maps.me mi nuevo alojamiento se encuentra a 15 minutos caminando de donde me encuentro, así que por no ir cargado con la calor que hace decido coger un taxi para llegar antes y no hacerles esperar, cosa que casi nunca hago en mis viajes. Yo supongo que cogí al taxista más tonto de toda Sofía (o al más espabilado, según se mire) y me empezó a meter por calles y chuparse semáforos, y después no encontraba el número de la calle, a todo esto mientras el taximetro corría porque le tuve que obligar a que lo pusiera porque se negaba desde un primer momento. Después de un rato finalmente encontré mi alojamiento y la carrera subió a 10 BGN (5 € aproximadamente), puede parecer un precio muy barato... hasta que me di cuenta que mi alojamiento se encontraba a tres calles del Mercado Central, que de haberlo sabido me hubiese ido caminando y en 5 minutos ya estaría allí.
Después del disgusto inicial llego a mi alojamiento que se se trata de un piso particular con 3 habitaciones dobles, hago el check in y le pago la estancia, me explican un poco todo y dejo mi equipaje es mi espectacular habitación, muy amplia y con mucha luz exterior, con una cama doble de dos metros, con un gran sofa y una mesita, e incluso con televisor de plasma con cientos de canales internacionales donde el dueño muy orgulloso me puso Antena 3... pa matarlo!!
Me despido de ellos y me voy de nuevo para el Mercado Central, mi alojamiento tiene una ubicación espectacular porque se encuentra a 200 metros de la Ópera de Sofía, a 400 metros de la Catedral Alexander Nevski y apenas 3 minutos caminando de Serdika. De nuevo en el Mercado Central me dispongo a comer en una paradita allí mismo en la barra de un taiwanés espectacular, donde preparan platos asiáticos al momento y que van por peso, junto con una coca cola porque al colega se le había olvidado meter cervezas en el frigorifico y estaban calientes. La comida espectacular y el precio de todo fueron unos 5 BGN (apenas 2,5 €). Si llegáis a Sofía y no tenéis ganas de buscar restaurantes, en el Mercado Central podéis comer a cualquier hora.
Con el estómago lleno y antes de que me entre la pereza me pongo de nuevo en marcha, esta vez cojo el metro en la estación Serdika y me bajo cuatro paradas después en la estación de metro G.M. Dimitrov, donde el motivo de llegar hasta aquí es para visitar uno de los museos que más ilusión me hace y que no es otro que el Museo de Arte Socialista, donde a través de sus obras y esculturas podemos hacernos una idea de la historia de 45 años de socialismo en el país, comprendidos entre los años 1.944 y 1.989 durante el régimen comunista.
Una vez salimos de la estación de metro debemos andar unos cinco minutos en dirección a las Torres Sopharma, donde el museo se encuentra justo detrás. La entrada a la esplanada donde se encuentra las decenas de esculturas es gratuita, no así su museo interior donde alberga la exposición que cuesta 6 BGN (3 €), donde fui el único visitante durante todo el tiempo que duró mi visita. La zona de esculturas me gustó mucho aunque no puedo decir lo mismo de la zona del museo donde me esperaba algo más y me dejó algo frio, así que no pasará a la historia por ser el mejor museo que haya visitado.
El Museo de Arte Socialista, a pesar de ser relativamente reciente ya que fue inaugurado en el año 2.011 pienso que no es muy visitado ya que no vi a nadie acercarse por allí durante mi visita y cuando fui a pagar mi entrada lo hice con un billete de 10 BGN (5 €) y la mujer pasó apuros para devolverme el cambio porque poca recaudación habían hecho allí. Mi visita no duró más de una hora ya que me encontraba absolutamente solo, el museo no lo vi tan interesante o quizás me esperaba mucho más, y fuera en la zona de las esculturas apretaba mucho el sol y hacia calor.
De vuelta a la estación GM Dimitrov de nuevo a Serdika y a seguir explorando la ciudad antes de que caiga la noche, así que empezamos visitando la zona de las ruinas de Serdika que se conservan en muy buen estado y no solamente las de dentro de la estación sino también las exteriores además de no sufrir ningún tipo de vandalismo, que ya es mucho. El nombre se debe a que fue habitada por la tribu de los Serdi de los tracios, y uno de los primeros conquistadores que se recuerdan fueron el Rey Filipo de Macedonia y su hijo Alejandro Magno en el S. IV a.c.
Mención especial merece la Sveta Petka, una pequeña iglesia construida en el S. XVI bajo el dominio otomano y donde alberga unos bonitos frescos que alberga escenas bíblicas. Se dice que aquí se halla enterrado el héroe nacional búlgaro Vasil Levski, aunque dadas las dimensiones de la iglesia se me hace díficil creer que sea cierto, así que no lo puedo confirmar.
Dejo atrás la estatua de Santa Sofía y me encuentro de frente nuevamente con la Plaza Nezavisimost que ya pude visitar ayer, así que cruzo al otro lado en dirección a la Sveta Nedelya donde antes de llegar nos encontraremos con uno de los hoteles más emblemáticos de la ciudad, el Hotel Balkan, y justo al lado con el Edificio de la Presidencia, donde en su patio interior encontraremos una de las joyas más escondidas de Sofía, la Sveti Georgi (Iglesia de San Jorge).
Esta pequeña iglesia fue construida por los romanos en el S. IV en el lugar donde se encontraba un templo pagano, y durante el dominio otomano fue reconvertida en mezquita, hasta que finalmente en el S. XIX fueron expulsados de Bulgaria. Su interior alberga unos bonitos frescos donde están representadas las figuras de varios profetas. La entrada es gratuita y su horario es de 08h a 18h.
Como os decía antes en la entrada al recinto para acceder al patio donde encontramos la Sveti Georgi se encuentra el Edificio de la Presidencia donde en su puerta principal está custodiada por varios soldados búlgaros vestidos con trajes oficiales. Además a cada hora en punto se realiza el cambio de guardia que dura aproximadamente 15 minutos, no tiene nada que ver con el cambio de guardia de otras ciudades como el de Londres (el más famoso), el de Estocolmo o Copenhague, pero si estáis por la zona y en ese intervalo de tiempo pues es curioso de ver, y además sin apenas gente.
Hago un pequeño descanso en el camino para tomar algo en un chiringuito callejero que son muy curiosos, se llaman klek-shops y son una especie de tiendas que solamente existen en Bulgaria. Se encuentran en los sótanos y planta baja de los edificios, dicen que como los alquileres en el país están muy caros en vez de alquilar del sótano para arriba lo hacen hacia abajo. Disponen de unas gran cristaleras donde exponen todos sus productos, que normalmente van desde bebidas y comidas hasta productos de higiene personal pasando por tabaco y artículos que la gente suele olvidarse cuando compra en el supermercado.
Pero la particularidad de los klek-shops es que si quieres comprar algo y pedirlo a la dependienta deberás agacharte y ponerte de cuclillas para que te vean la cara y ponerte a su misma altura, solamente así podrás hacerte entender a pesar del idioma.
Hoy en día no quedan ya muchos klek-shops pero algunos hay repartidos por la ciudad, sobretodo al final del Bulevard Vitosha podemos encontrar varios y tienen un horario muy extenso que nos puede salvar de algún apuro... algo así como un 7 Eleven asiático que permanece abierto siempre que lo necesitamos.
Llego a la plaza donde la Sveta Nedelya que visité ayer y caminando unos metros encontraremos el Palacio de Justicia, uno de los edificios más importantes de la ciudad y no solamente por lo que representa ni por su bonita arquitectura custodiada por sus dos leones (símbolo de la ciudad), sino porque es un nudo de comunicaciones muy importantes ya que desde aquí parten muchas rutas en bus y tranvía, también desde aquí es el punto de encuentro de los free tours por la ciudad y no menos importante, desde aquí al lado empieza la zona peatonal y comercial más importante de la ciudad, el Bulevard Vitosha.
El Bulevard Vitosha es la arteria principal de Sofía y siempre está concurrida de gente, va desde un extremo que es la Sveta Nedelya hasta el otro extremo que es el Palacio de la Cultura, y a través de ella podemos encontrar decenas de terrazas y restaurantes, tiendas de souvenirs y las boutiques de marca más caras, así que digamos que sería la zona pija de la ciudad y los precios son más altos que en el resto de zonas. Aunque no compremos nada es recomendable darse un paseo por aquí y vivir todo el ambiente de la ciudad y relajarse un rato viendo escaparates o tomando algo en una terraza hasta llegar al otro extremo del Bulevard Vitosha.
Al otro extremo llegamos al Palacio Nacional de Cultura, más conocido como NDK (Natsionalen Dvorets na Kulturata) un edificio de forma hexagonal construido entre 1.978 y 1.981 que funciona como Centro de Congresos, siendo el más grade de todos los países que forman los Balcanes. Se encuentra en una gran plaza y está muy concurrida a cualquier hora por parejas que salen a pasear, sacar al perro y los más jóvenes se reunen para hacer skate.
Son las 19h de la tarde y está a punto de caer la tarde, la verdad es que tengo los pies molidos y estoy bastante cansado de tanto patear, así que hago un esfuerzo y sigo caminando hasta el cercano Knyazheska Garden, una gran plaza donde se encuentra el Monumento al Ejército Soviético y que se convirtió en mi lugar preferido de Sofía. En lo alto del monumento podemos ver representado a un soldado del ejército rojo, un trabajador búlgaro, una campesina y un niño. Al otro extremo del monumento podemos ver varios monumentos de escenas típicas búlgaras y ambas ubicadas en el centro de sus bonitos y cuidados jardines.
Desde aquí tuve la suerte de contemplar un espectacular atardecer dando por finalizada mi jornada de visitas, aunque el día todavía no había finalizado para mi.
Justo en el lateral de la plaza tenéis una estación de metro, la parada es Sofia University y es ideal si estáis cansados y ya no podéis andar más, aunque en mi caso poco me sirve porque a pesar de estar muy cansado mi alojamiento se encuentra entre esta estación de metro y la de Serdika y estoy a medio camino entre las dos, así que no tengo más remedio que seguir caminando dirección a mi alojamiento (unos 700 metros) mientras voy buscando un sitio para cenar antes de llegar.
Mi sorpresa llega cuando estoy casi delante de mi alojamiento y no he encontrado ningún sitio para cenar a pesar de ser solamente las 21h de la noche, no sé si es por el horario (los búlgaros cenan mucho más pronto que nosotros) o porque es domingo y los comerciantes cierran pronto, así que como no me apetece volver al Bulevard Vitosha porque estoy muerto y necesito una buena ducha, después de mucho buscar por las calles aledañas a mi alojamiento finalmente encuentro un pequeño comercio de pizzas al corte con una pequeña barra para comer, así que no me lo pienso dos veces y me hago con dos porciones grandes y diferentes y una coca cola pagando la friolera de 3,20 BGN, unos 1,60 € al cambio, no pasará a la historia por ser la mejor cena de mi vida pero si la más aprovechada, no solamente por tener la sensación de ver que esa noche me quedaba sin cenar, sino porque no tenían nada que envidiar a una buena pizza italiana (o quizás el hambre me hizo pensar en eso) y sobretodo por sus imbatibles precios... por cierto, os he dicho que Bulgaria es barata y que me encantan sus precios?
Me despido de la amable dependienta (no es fácil encontrar a personas amables y simpáticas en este país), me paro en un colmado enfrente de mi alojamiento a comprar una botella de agua y en dos minutos ya estoy abriendo la puerta de mi alojamiento, con las fuerzas muy justitas para meterme una ducha y poner a cargar las baterías de las cámaras y el móvil hasta caer rendido en mi súper habitación. Mañana será otro día especial ya que la visita que haré es el motivo principal de mi viaje a Bulgaria.
Después de hacer tiempo me voy a desayunar aprovechando que ya está abierto el Mercado Central, así que en la planta baja hay varias cafeterías donde poder desayunar en unas mesas altas pero sin sentarte y desayuno un bocadillo y un café con leche por el módico precio de 2,60 BGN (1,40 €), y la verdad es que todo tiene bastante buena pinta y muy barato.
Me despido y me voy para la zona de la Plaza Nedelya y el edificio del Palacio de Justicia, como todavía tengo tiempo me doy una vuelta por esta zona hasta llegar a la Plaza Makedonia que se encuentra casi detrás del Palacio de Justicia, así que aprovechando que tengo una parada de tranvía decido coger el número 5 hacia la parada Zapad Station (Estación Sur) o más conocida como Ovcha Kupel, desde donde parte el bus hacia el Monasterio de Rila. Para llegar a esta estación podemos coger el tranvía número 4, 5 ó 11, o el bus número 73, 103, 107 y 260 (los billetes podemos comprarlos en el interior en una máquina o al conductor y su precio es de 1,60 BGN). Si viajamos en tranvía debemos contar 10 paradas desde la Plaza Makedonia, justo delante veremos una fachada con una tienda grande de telefonía de la operadora Vivatel, y de aquí solamente tendremos que caminar 200 metros.
Existen diferentes formas de visitar el Monasterio de Rila. Lo más práctico sería alquilar un vehículo y llegar por nuestra cuenta, pero al ir solo descarté esta opción. Otra opción es contratar un taxi y negociar un precio para que te lleve, te espere y te vuelva a traer, lo que se puede convertir tranquilamente en una carrera de 7 horas tranquilamente y no quiero ni imaginarme el precio. Otra opción sería contratar una excursión con alguna empresa de estas que anuncian los blogueros (y se llevan su comisión) y que no les voy a hacer publicidad por el módico precio de 35 € por persona, así que como me gusta ir a mi aire, también lo descarto y me decido ir en transporte público, con sus pros y sus contras, como todo en esta vida. El Monasterio de Rila se encuentra a unos 120 kms. de Sofía.
La ventaja de ir en transporte público es que no te tienes que preocupar de nada, el billete de ida y vuelta cuesta solamente 22 BGN (apenas 11 €) y te deja en la misma puerta y te recoge en la misma puerta también. Por contra, ir en transporte público quiere decir que solamente hay un bus al día que hace este trayecto, saliendo de Sofía a las 10:20h de la mañana y volviendo desde Rila a las 15h de la tarde, con apenas un par de horas para visitarlo (tiempo más que suficiente si vas en esta época del año). En temporada alta y en verano hay que ir con tiempo a la estación y asegurarse una plaza en el bus porque suelen llenarse de seguida y no debe ser agradable viajar un par de horas de pie en el bus.
Así que mi decisión estaba tomada, llego a la estación de autobuses poco antes de las 10h de la mañana y en la taquilla me dicen que no venden los billetes, que se lo compre directamente al conductor.
Aprovecho para comprar algo de bebida para el camino y cinco minutos antes de partir llega el bus por el andén 8, donde en total seremos unas 10 personas. A las 10:20h salimos puntuales hacia Rila, un trayecto de dos horas por un paisaje montañoso y donde las poblaciones rurales que voy viendo ya me cuadran más con la idea que traia de Bulgaria antes de venir. A las 12:15h llegamos a la población de Rila, a 15 minutos de distancia del Monasterio de Rila. No sé por qué pero el bus para aquí para bajar y subir gente y hacer un descanso de 20 minutos, que digo yo que ya podría aprovechar para hacer el trayecto directamente hasta el Monasterio de Rila y descansar allí las dos horas que tienen, pero a armarse de paciencia y cuando por fin nos ponemos en marcha nos deja en la puerta prácticamente a las 13h. Antes de bajar nos advierte que el bus de vuelta es a las 15h y que son puntuales, así que si lo pierdes no hay más transporte en todo el día.
Sin tiempo que perder me dispongo a empezar la visita pensando que iría muy justo de tiempo con solamente un par de horas, así que una vez que traspaso la puerta principal me encuentro a toda una marabunta de gente allí dentro e incluso excursiones escolares pero nada exagerado como pueda estarlo en otras fechas, así que lejos de lamentarme por mi mala suerte me decido empezar la visita por la zona más lejana.
Mi sorpresa viene cuando 20 minutos después desaparece la mayoría de gente y los tours organizados y queda el Monasterio de Rila prácticamente para nosotros solos y algún particular más que ha llegado en su propio vehículo, así que es una gozada poder visitarlo en calma, sin agobios y sin que nadie te reviente las fotos.
El Monasterio de Rila fue fundado en el S. X por San Juan de Rila, conocido como Iván Rilski, un ermitaño canonizado por la iglesia ortodoxa. En 1.983 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y su visita es gratuita, aunque solamente hay que pagar por visitar su museo (8 BGN) que en estas fechas está cerrado. Su horario de octubre a mayo es de 08:30h a 16:30h, y el resto de meses hasta las 19:30h.
La visita más importante del Monasterio de Rila es la Iglesia Ortodoxa de la Natividad con un interior impresionante (prohibido hacer fotografías), y sobretodo visitar los frescos que adornan las paredes y los techos del exterior de la iglesia, decorada con coloridas escenas religiosas representadas por personajes bíblicos. Justo al lado podemos encontrar la Torre de Hrelyo, una de las construcciones más antiguas del Monasterio de Rila y que solamente permanece abierto en verano, así que en esta época han instalado una pequeña tienda de souvenirs.
Las fotografías no hacen justicia a este maravilloso lugar, no se entiende un viaje a Bulgaria o a los Balcanes y no visitar el Monasterio de Rila, ya que esta visita ya justifica el viaje por sí sola... así que totalmente recomendada la visita y personalmente se ha colado en el Top 10 de mis visitas por el mundo, que ya es decir después de tantas maravillas que he tenido la suerte de conocer.
Los que sufrís por el escaso tiempo de visita que hay, os puedo asegurar que en esta época del año (principios de abril y a las puertas de la Semana Santa) os vais a encontrar una visita muy tranquila y sin apenas gente (podéis ver en las fotos la poca gente que hay), nada de agobios y buena temperatura, os lo digo yo que soy muy tiquismiquis con este tipo de visitas porque me gusta mucho entretenerme y visitar todo sin prisas, fotografiar todos los rincones y todos los ángulos posibles, etc... pues incluso me dio tiempo chafardear las tiendas de souvenirs, tomarme algo en el restaurante que hay en el otro extremo del recinto y fumarme un cigarro, y aún así estuve esperando 15 minutos el bus de vuelta. Supongo que si váis en otra época y está todo petado de gente será diferente, pero yo quedé muy satisfecho con mi visita y no dudaría en volver a repetirla de esta manera.
A las 15h en punto el bus se pone de nuevo en marcha, nos montamos las mismas personas que vinimos más un monje ortodoxo y puntualmente partimos hacia la población de Rila, donde después de un descanso de 10 minutos partimos hacia Sofía, llegando sobre las 17:30h de nuevo a la estación de Ovcha Kupel. Para llegar al centro de Sofía hacemos lo mismo que a la ida, a 200 metros y delante de la puerta del local de telefonía Vivatel cogemos el tranvía (esta vez cojo el número 4 que es el que pasa primero) y 9 paradas después me bajo delante del edificio del Palacio de Justicia (una anterior a la Plaza Makedonia).
Lo primero que hago es intentar comer algo aunque sean las 18h de la tarde, pero llevo desde esta mañana en el desayuno sin comer y ya no puedo aguantar más, así que justo enfrente de donde me encuentro y al inicio del Bulevard Vitosha, y visto el éxito que tuvo ayer las pizzas de la cena, decido repetir en uno de los tantos locales que nos encontramos repartidos por la ciudad, donde me hago con dos porciones grandes y diferentes de pizza que me saben a gloria junto a una cerveza (3,50 BGN) y cargo pilas para un rato más.
Ya que estoy en la calle más comercial de Sofía aprovecho para comprar algún souvenir para la familia y me dispongo a seguir visitando parte de la ciudad que todavía no conozco antes de que caiga la tarde, así que paseando sin un planning establecido llego hasta una bonita plaza y muy animada donde se encuentra el Teatro Ivan Vazov, en homenaje al famoso poeta y dramaturgo búlgaro. Esta joya arquitectónica de estilo neoclásico destaca por su columnata y por su friso con motivos mitológicos. Una maravilla de construcción y que nunca me hubiera pensado que los búlgaros tendrían tan buen gusto, y es que la imagen que tenemos en nuestro país de los búlgaros está muy lejos de la realidad.
Toda esta zona está muy animada a pesar de ser lunes y un día laborable, la gente es muy disfrutona y le gusta salir a tomar algo pues las terrazas están llenas, los más mayores se entretienen jugando al ajedrez e incluso me retan a jugar contra ellos (a pesar de todos mis esfuerzos y de poner empeño me ganan con facilicidad) y los más jóvenes aprovechan para hacer skate, que por lo visto está muy de moda porque en casi todas las plazas me los encuentro con sus monopatines.
Sigo caminando y aprovechando el tiempo a pesar de encontrarme ya cansado, y de seguida llego al Mausoleo de Alejandro I de Battenberg, primer monarca de Bulgaria. A estas horas se encuentra cerrado y lo visito por fuera, donde destaca su cúpula dorada en medio de unos bonitos jardines.
Justo enfrente del Bulevard Vasil Levski se encuentra la Universidad de Sofía y los bonitos Jardines Knyazheska con el monumento al Ejército Soviético que ya tuve la oportunidad de visitar ayer por la tarde y contemplar un bonito atardecer que hoy no llegará porque está bastante nublado, así que como me gustó tanto la visita no dudo en volver acercarme y relajarme un rato allí.
Sigo paseando sin rumbo fijo pero con dirección a mi alojamiento, prácticamente ya tengo visitado lo más importante de la ciudad y ahora me estoy dedicando a volver a visitar los lugares que más me han gustado de Sofía, y además mañana tengo todo el día entero también aunque por suerte no me voy a quedar en Sofía porque la ciudad no ofrece mucho más de un día o máximo un día y medio de visitas.
Llego a la plaza donde se encuentra la Asamblea Nacional y el Monumento al Zar Libertador, representado en una estatua ecuestre por el Zar Alejandro II de Rusia en homenaje por la liberación de Bulgaria en 1.878 de manos de los otomanos.
Esta zona ya la visité ayer que es cuando aproveché para cambiar dinero, así que no me entretengo mucho y subiendo por la primera calle que nos encontramos llegaremos de nuevo por un lateral de la Catedral Alexander Nevski, donde vuelvo a entrar a visitarla y donde me encuentro la misma escena de ayer con el monje ortodoxo metiéndole bronca a todo el mundo por hacer fotografías sin pagar, así que yo ya ni lo intento y hago una visita express, donde me vuelvo al Bulevard Vasil Levski que se encuentra justo detrás para visitar los jardines y la Biblioteca de San Cirilo y San Metodio, padres y fundadores del alfabeto búlgaro.
Camino a mi alojamiento que se encuentra a 500 metros aproximadamente no sin antes hacer la última visita express del día, el Teatro y la Ópera de Sofía que se encuentra apenas a 200 metros de mi hostel y que me pilla de camino, situada en la esquina Rakovski y Doundukov y con una fachada impresionante. Estos días están representando la obra "Don Giovanni" de Mozart, así que me acerco a las taquillas a chafardear los precios y no puedo parar de alucinar, ya que es posible asistir a una representación de esta envergadura por el irrisorio precio desde los 5 € (la más barata) hasta cerca de 50 € la más cara. El problema que no hay funciones hasta el jueves, y yo el día antes dejo Sofía.
Por fin llego a mi alojamiento pasadas las 20h de la tarde desde las 07:30h de la mañana que he salido, estoy muy petado así que aprovecho para cargar un poquito el móvil y meterme una ducha, y media hora después ya estoy saliendo de nuevo por la puerta con lo puesto en busca de algún lugar para cenar.
Terminado de cenar intento volver a mi alojamiento después de un largo día, y digo que intento porque por el camino no puedo evitar pararme a hacer fotografías a los edificios iluminados que son muy bonitos.
Finalmente hago un pensamiento y decido volver a descansar por fin, son las 23h de la noche cuando estoy entrando en mi alojamiento después de un largo día de visitas. Una de las ventajas de alojarse en todo el centro de la ciudad es que lo tengo todo a mano y sin necesidad de moverme en transporte público, y la seguridad para ir caminando por la noche es máxima. Otra cosa muy diferente es la triste realidad del país cuando se apagan los focos del día y te alejas del turismo, demasiada gente pobre buscando por los contenedores de basura y muchos homeless durmiendo por las calles, que hace que se le rompa el alma a uno. Mañana es mi último día entero en el país y hay que aprovecharlo.
Me voy caminando de nuevo hacia la zona de Serdika ya que hoy voy a pasar el día fuera para conocer otra de las ciudades que más me apetecía conocer, Plovdiv. Voy directamente a la estación de metro de Serdika para bajarme un par de paradas después en Central Railway Station, desde donde parten los trenes y autobuses a cualquier punto del país, ya que ambas estaciones están juntas. Me decido por ir en autobús, más rápido y con más frecuencia horaria de transporte, así que me dirijo a la taquilla y compro mi asiento para Plovdiv, y aunque le pido ida y vuelta me hace entender que solamente me puede vender la ida y que el billete de vuelta lo tengo que comprar en la estación de Plovdiv. Si algo malo le he encontrado a viajar por los Balcanes es que las personas que están de cara al público me han parecido personas muy sosas y rancias, apenas hablan inglés y no hacen mucho por ayudarte e informarte, supongo que el carácter comunista de tantos años no les hace ser de otra manera. Le pago mi billete de ida (9,50 BGN) y sobretodo, solamente se puede pagar en efectivo ya que no aceptan tarjetas de crédito.
Como todavía faltan 40 minutos para que salga el bus (normalmente salen cada hora pero no me ha dado tiempo coger el de las 08h de la mañana) decido desayunar tranquilamente en la estación, así que un café con leche y una banitsa (es el postre típico búlgaro compuesto de hojaldre y relleno de queso), pago la friolera de 1,99 BGN (prácticamente 1 €). Me encantan los precios en este país!!
Después de desayunar tranquilamente y de fumarme un cigarro llega el bus, sale desde el andén 8 aunque no hay problemas para encontrarlo porque en la parte frontal llevan un cartel escrito con el destino en diferentes idiomas. La gente no es muy educada y se agolpa en la puerta sin respetar ningún turno y cargados hasta los topes. Los billetes van numerados y muchas veces no hacen ni caso y se sientan donde quieren, así que no tuve más remedio que decirle al que ocupaba mi asiento que moviera el culo porque no me daba la gana ir de pie todo el trayecto cuando he pagado por mi asiento y he estado 40 minutos esperando.
Antes de partir llega mi compañero de asiento, un hombre de mediana edad que no duda en preocuparse por mi al ser el único turista, se llama Dimitar y tengo la suerte que habla inglés y bastante bien como para pasarnos las dos horas de trayecto hablando sin parar. Dimitar me explica un poco todo referente a su país, desde los inicios de nuestro hijo pródigo Hristo Stoichkov que es de Plovdiv y que jugó muchísimos años en el Barça conviertiéndose en nuestro ídolo, hasta la época del comunismo, la Bulgaria de hoy en día y sobretodo, la religión. Una persona muy entrañable y que fue un placer compartir con él tanta conversación.
A las 11h llegamos a Plovdiv, Dimitar me ofrece quedarme en su casa con su familia pero sintiéndolo mucho hoy es mi último día en Bulgaria y mañana debo partir, así que me deja su teléfono por si necesito cualquier cosa y nos despedimos. Y todavía hay quién piense que viajar es muy peligroso!
Lo ideal es pasar un par de días en la ciudad y visitar todo con calma, pero como para mi no es posible voy a intentar visitar la ciudad en unas horas. Plovdiv no es una ciudad muy grande, pero tiene bastante "chicha" para visitar. Enfrente de la estación de autobuses hay una parada de autobuses urbanos, como no tenía ni idea de que número tenía que coger le pregunté al revisor si iba para la "ancient city" y me dijo que subiera. Una vez dentro y cuando pasó a cobrarme me preguntó a donde iba... vamos que me ha hecho subir al bus sin tener idea de los que le preguntaba y ya me veia en Rumania!! Como no me entendía se acercó un hombre de mediana edad que hablaba inglés, le dije que quería visitar la ciudad antigua y el anfiteatro y me dijo que me bajara con él. Por supuesto que no me dejó pagar mi billete de autobus que cuesta solamente 1 BGN (0,50 €) pero no sé que le dijo al revisor y no pagué, así que se lo agradecí. En dos paradas nos bajamos y me dijo que le acompañara, caminamos unos metros y me indicó el camino a seguir porque él se tenía que quedar en su joyería. Me despedí con agradecimiento del señor y empecé mi visita sin mucha historia, porque lo mejor de Plovdiv es caminar y perderse por sus calles con mucho encanto. De todas formas tenéis a vuestra disposición una Oficina de Turismo al lado de la Iglesia de San Constantino y Helena donde podéis coger un mapa de la ciudad y os informarán amablemente.
Los puntos más turísticos de la ciudad se encuentran al otro lado del rio Maritsa, la calle principal y comercial de la ciudad se llama Rayko Daskalov y empieza en el Puente del rio Maritsa y acaba en el anfiteatro romano, en lo alto de la colina. La mayor parte de todo este trayecto es peatonal y sin circulación de coches y por el camino encontraremos calles adoquinadas, museos, coloridas casas del renacimiento búlgaro y mucha historia, así que recomiendo visitarla a pie. Da lo mismo por donde empezar la visita, ya que tarde o temprano acabarás pasando por todos los lugares más importantes que visitar. Además, existe un billete combinado que por 15 BGN tienes derecho a visitar cinco de estos lugares.
Yo empecé por arriba del todo, entre las colinas de Taksim y Dzhambaz Tepe, donde se ubica el Teatro Romano de Plovdiv, uno de los más antiguos y preservados del mundo. Su entrada cuesta 5 BGN y es increíble su estado de conservación y como ha podido estar oculto tantos años antes de que en 1.972 lo descubrieran.
A partir de aquí iremos bajando por un entremado de calles adoquinas y estrechas a cada cual más bonita e interesante, dando paso a la ciudad medieval y pasando a la época otomana, destacando la Hisar Kapia o "Puerta de la Fortaleza", donde es posible encontrarse a parejas de novios hacerse las fotos de boda en toda esta bonita zona. La calle Sramna es muy bonita así como sus pequeñas tiendas.
Pero en toda esta zona no solamente encontraremos bonitas casas del Renacimiento Búlgaro, ya que también tendremos oportunidad de conocer varias iglesias ortodoxas, como son la Iglesia de Sveta Nedelya, la Catedral de San Luis, la Iglesia de Sveta Marina y personalmente las dos más bonitas de la ciudad, la Iglesia de San Constantino y Helena del S. XIV, y la imponente Catedral de la Santa Madre de Dios, construida en el lugar donde hubo una mezquita otomana. Todas ellas se pueden visitar de forma gratuita (se aceptan donaciones) y está prohibido hacer fotografías en su interior a no ser que pases por caja.
Además de todas estas bellezas arquitectónicas y de todas las iglesias, se puede visitar varios museos, siendo el más interesante el Museo Etnográfico Regional, fundado en 1.917 y no perderse sobretodo su patio interior y su bonita fachada. Su horario es de 09h a 12:30h y de 13:30h a 17h y su precio es de 5 BGN.
Doy por finalizada mi visita por la zona vieja de Plovdiv entre calles adoquinadas, arquitectura de casas de colores, iglesias, arte callejero pero sobretodo mucha historia, así que voy descendiendo poco a poco y despidiéndome de esta zona que tanto me ha gustado. Una vez abajo llegamos a la gran avenida Tsar Boris III Obedinitel y con ella el gran tráfico de coches, así que para cruzar al otro lado de la calle hay dos opciones, o bien por el semáforo como en cualquier otra ciudad del mundo, o bien por un paso subterráneo o túnel. Os recomiendo encarecidamente que lo hagáis por esta última porque os encontraréis el graffiti más bonito de toda la ciudad (que ya es decir porque Plovdiv está plagado de maravilloso arte callejero), pero aquí encontraréis el símbolo de Bulgaria, el león (en búlgaro "Leva" y que da nombre a la moneda del país) envuelto entre la bandera búlgara. Os aseguro que es simplemente brutal!!
Una vez cruzado el túnel o paso subterráneo llegamos al otro lado de la carretera donde comienza uno de los barrios más bonitos de todo Bulgaria, el barrio de Kapana! En este pequeño barrio de moda sería algo así como una comunidad hypster (parecido al Soho de Nueva York o Neal's Yard de Londres) donde podemos encontrar una sucesión de bonitas calles llenas de terrazas, pequeños alojamientos con encanto, comercios y pequeñas tiendas vintages y sobretodo, mucho arte urbano, que tanto me encanta cuando visito una ciudad nueva. Así que lo mejor es perderse y recorrer sus calles a pie y sin prisas, sobretodo la zona de la calle Zhelezarska llena de graffitis y arte callejero, donde encontraremos verdaderas obras de arte.
La zona de Kapana es muy recomendable visitarla y muy agradable pasear por ella pero no nos engañemos, la visita no da para mucho porque es bastante pequeña y en poco tiempo la tendréis visitada. Desde aquí se puede llegar en poco tiempo a la arteria principal de la ciudad, la calle Alexander I, la zona comercial y peatonal de la ciudad, llena de tiendas de marcas internacionales y de franquícias de comida rápida. Esta zona es buena para hacer un alto en el camino y parar a comer antes de que sea más tarde, así que aprovecho para hacerlo tranquilamente antes de volver a Sofía.
Después de comer sigo con las visitas, no tengo prisa para volver a Sofía porque dispongo de transporte en cualquier momento del día y prefiero seguir visitando tranquilamente esta bonita ciudad, además este año Plovdiv ha sido designada como Capital Europea de la Cultura y eso se nota porque le están haciendo un importante lavado de cara a la ciudad y la están dejando más bonita, si cabe. En esta zona, aparte de sus restaurantes y tiendas, lo más llamativo es visitar la estatua de "Milo el loco", un personaje muy popular entre los búlgaros y en el que dicen que si le susurras un deseo al oido se cumplirá! Sea cierto o no yo lo pruebo, esperando que se cumpla!
La famosa estatua la encontrarás a mitad de la calle Alexander I y no será díficil dar con ella porque siempre está llena de gente esperando a hacerse una foto con él y con las típicas letras de colores con el nombre de la ciudad, muy característico en muchas ciudades del mundo.
Sigo recorriendo la zona tranquilamente, visitando la bonita Mezquita Dzhumaya, el famoso Odeón y los jardines del Zar Simeón. Lo ideal hubiera sido pasar la noche aquí y hacer las visitas tranquilamente, pero no dispongo de más tiempo y quizás algún día vuelva a Bulgaria más tranquilamente y pueda visitar otras zonas del país que me hubiera gustado visitar.
Voy pensando en volver a la estación de autobuses, esta vez no tomo ningún bus porque lo hago paseando a través de sus avenidas en un corto paseo de no más de 15 minutos, llegando sobre las 16:30h, me voy directamente a las taquillas y aquí me entienden más fácilmente, pago de nuevo los 9,50 BGN que cuesta mi billete con la compañía Eurolines y mientras me fumo un cigarro y me tomo algo en un tenderete cercano veo llegar el bus, donde salimos puntualmente a las 17h dirección a Sofía, llegando cerca de las 19:30h de la tarde por culpa del tráfico a la salida de Plovdiv y a la entrada de Sofía.
Ya que estoy en la estación de autobuses me dirijo a la terminal de transporte internacional que se encuentra justo al lado y voy buscando alguna empresa que haga la ruta para viajar hacia Macedonia, mi siguiente destino. Entro en las instalaciones de la empresa Flixbus y una chica amable me comenta que ellos no operan esta ruta y me indica la empresa que la realiza, que se encuentra justo enfrente al otro lado de la terminal. Después de un rato esperando me atienden y compro mi pasaje para llegar a la capital de Macedonia del Norte, Skopje, para mañana mismo por la mañana (lo explicaré en el futuro post sobre Macedonia del Norte).
Con mi trámite logistico resuelto tengo la posibilidad de volver al centro de la ciudad en metro (dos paradas) o volver andando, así que como todavía no conozco esta zona de Sofía decido volver andando en un agradable paseo de 20 minutos hasta la Mezquita Banya Bashi. Por el camino nada destacable, solamente el Puente de los Leones que es bonito de visitar y después recorrer el Bulevard Maria Luiza, llena de comercios, restaurantes, muchos "pintas" y prostitución y mejor evitar a altas horas de la noche.
Ya es bastante tarde y todavía tengo muchas cosas que hacer, así que mientras me dirijo a mi alojamiento me voy despidiendo de la ciudad pasando por lo lugares que más me han gustado de Sofía, la Plaza Nezavisimost, las ruinas de Serdika y todo lo que me voy encontrando por mi camino.
Llego de nuevo a mi alojamiento casi 14 horas después de que saliera esta mañana, mi intención es meterme una buena ducha, recoger todo mi equipaje y dejarlo preparado para mañana y salir a cenar, pero me conozco y sé que estoy muy petado de tanto patear y si me meto en mi habitación después me va a dar pereza salir a cenar, así que cambio de planes y dejo mi mochila en la habitación y vuelvo a salir, quiero despedirme de la Catedral Alexander Nevski y visitarla por última vez, dar un último paseo con la fresca y buscar un lugar para cenar y cuando vuelva a mi alojamiento ya recojo todo.
Después de cenar me voy despidiéndome definitivamente de la ciudad, ya es muy tarde y todavía tengo mucho que hacer. Mañana me toca madrugar de nuevo ya que a las 09:30h sale mi transporte hacia Macedonia del Norte, así que solamente tendré tiempo para desayunar y coger el metro hacia la estación central de Sofía. Me guardo algo de dinero para pagar mañana el desayuno y el transporte y todos los levas que me han sobrado (que no son muchos) los aprovecho para comprar agua y tabaco en la tienda que tengo enfrente de mi alojamiento y donde ya me conocen porque cada día a última hora he ido a comprarles algo. El tabaco en Bulgaria es mucho más barato que en España, por ejemplo un paquete de Camel cuesta 5,20 BGN (2,70 €), prácticamente la mitad de lo que vale en nuestro país.
Y con esto doy por finalizada mi breve pero intensa visita a Bulgaria, han sido solamente 4 días pero bastante bien aprovechados, lo ideal para conocer el país sería un mínimo de 8 días, así que algún día volveré para recorrer el resto del país. Muchos viajeros le dedican solamente un fin de semana pero os aseguro que el país merece mucho la pena y a mi me ha sorprendido mucho, tengo claro que no es el destino europeo más bonito ni más interesante pero solamente por visitar el Monasterio de Rila ya merece la pena una visita a Bulgaria, un destino que pronto se va a poner de moda gracias a los precios de los vuelos low cost y de lo baratísimo que resulta conocer el país.
Un placer conocerte, Bulgaria!!
FICHA TÉCNICA DEL VIAJE
FECHA: Abril 2.019
DÍAS: 4
DOCUMENTACIÓN NECESARIA
DNI
Pasaporte con mínimo 6 meses de validez, aunque para ciudadanos de la Unión Europea no hace falta.
OTROS DATOS DE INTERÉS
IDIOMA: Se habla el búlgaro puro y duro, y al no ser un destino muy turístico, es díficil que sus habitantes hablen inglés, excepto los más jóvenes aunque tampoco está muy extendido.
MONEDA: La moneda oficial es el Leva, abreviado BGN, una moneda que no suele fluctuar mucho y que normalmente su cambio oscila 1 € = 1,97 BGN, aproximadamente.
TARJETAS: Se puede pagar con tarjetas de crédito en muchos lugares aunque esta modalidad no está muy extendida a lo largo del país, así que excepto algunos alojamientos y restaurantes mejor llevar dinero en efectivo, sobretodo para pagar el transporte público y entradas a museos.
GUIA DE VIAJE: Mi guia como siempre será la Lonely Planet de Bulgaria y Rumania, aunque poco útil y con información bastante desfasada, sobretodo en lo referente a precios.
TELEFONO: Hay cobertura de teléfono en todo el país, y desde hace un par de años ha desaparecido el roaming por Europa, así que no debemos preocuparnos por desactivar nuestros datos del móvil.
INTERNET: Prácticamente en cualquier lugar hay sitios para conectarse y en la mayoría de alojamientos disponen de wifi gratuito.
SEGURIDAD: País medianamente seguro a pesar de las "pintas" de mucha gente y de la fama de sus habitantes, aunque siempre hay que ir con precaución y con sentido común.
VACUNAS: No hay ninguna vacuna obligatoria.
ELECTRICIDAD: El voltaje es de 230 V y no hace falta adaptador para los enchufes.
DIFERENCIA HORARIA: +1 hora respecto a España.
RELIGIÓN: Mayoritariamente cristianos ortodoxos, aunque hay un pequeño porcentaje de cristianos y musulmanes.
EL ALFABETO BÚLGARO
EL ALFABETO BÚLGARO
El búlgaro es una lengua eslava igual que otros países fronterizos, sobretodo de la zona de los Balcanes. Su alfabeto es el cirílico y posiblemente para un español nos sea imposible poder familiarizarnos con su abecedario de buenas a primeras, así que recomiendo antes de llegar a Bulgaria que nos aprendamos o intentemos familiarizarnos con su abecedario para que nos permita sobrevivir a lo más cotidiano como hice en mi viaje a Rusia, o bien no le demos mucha importancia porque en Sofía y en muchas ciudades turísticas no vamos a tener problemas porque todas las señales, estaciones de metro y lugares más turísticos nos encontraremos todo traducido a nuestro alfabeto latino, no así en las zonas más rurales o ciudades poco turísticas.
Recomiendo llevar impreso el alfabeto búlgaro a modo de chuleta porque en más de una ocasión nos puede sacar de un apuro, sobretodo en estaciones de autobuses o en lugares donde nadie hable inglés.
EL ITINERARIO DEL VIAJE
SOFIA - BOYANA - RILA - PLOVDIV - SOFIA
DÍA 1.- BARCELONA - SOFIA
DÍA 2.- SOFIA - BOYANA - SOFIA
DÍA 2.- SOFIA - BOYANA - SOFIA
DÍA 3.- SOFIA - RILA - SOFIA
DÍA 4.- SOFIA - PLOVDIV - SOFIA
DÍA 5.- SOFIA - MACEDONIA DEL NORTE
DÍA 4.- SOFIA - PLOVDIV - SOFIA
DÍA 5.- SOFIA - MACEDONIA DEL NORTE
PRESUPUESTO DEL VIAJE
DESGLOSE DEL PRESUPUESTO IMPORTE
Vuelo Bcn-Sofia con Ryanair (Ida) 14,99 €
Opción Priority + Equipaje de Mano 8,00 €
Opción Priority + Equipaje de Mano 8,00 €
ALOJAMIENTO 53,00 €
TRANSPORTE 32,24 €
TRANSPORTE 32,24 €
OTROS (COMIDAS, COMPRAS, GASTOS PERSONALES,..) 43,55 €
Total Presupuesto por Persona 151,78 €
MOVERSE POR LA CIUDAD
La mejor forma de moverse por la ciudad es caminando tranquilamente sin necesidad de coger ningún transporte público, ya que todo lo más interesante de la ciudad se concentra en un corto paseo entre sí, sobretodo entre el Bulevard Vitosha y la Catedral Alexander Nevsky. Quizás solamente deberíamos tomar el transporte público si queremos llegar al aeropuerto, a la estación de trenes y autobuses de Sofía o visitar el Museo de Arte Socialista, que se encuentran bastante alejado para ir caminando y que recomiendo llegar en metro, ya que dispone de solamente dos líneas y funciona bastante bien, además de ser barato ya que un ticket sencillo cuesta solamente 1,60 BGN (menos de 1 €) y ganaremos bastante tiempo.
Desconozco las diferentes opciones de tarjetas de transporte ni sus correspondientes precios, ya que apenas utilicé el transporte público y me moví por la ciudad caminando, pero los tickets sencillos se pueden comprar en taquilla (si no tenemos cambio) o en pequeños cajeros automáticos (con el importe justo) y que hay que timbrar antes de subir al metro si no queremos tener problemas.
La mejor forma de moverse por la ciudad es caminando tranquilamente sin necesidad de coger ningún transporte público, ya que todo lo más interesante de la ciudad se concentra en un corto paseo entre sí, sobretodo entre el Bulevard Vitosha y la Catedral Alexander Nevsky. Quizás solamente deberíamos tomar el transporte público si queremos llegar al aeropuerto, a la estación de trenes y autobuses de Sofía o visitar el Museo de Arte Socialista, que se encuentran bastante alejado para ir caminando y que recomiendo llegar en metro, ya que dispone de solamente dos líneas y funciona bastante bien, además de ser barato ya que un ticket sencillo cuesta solamente 1,60 BGN (menos de 1 €) y ganaremos bastante tiempo.
Desconozco las diferentes opciones de tarjetas de transporte ni sus correspondientes precios, ya que apenas utilicé el transporte público y me moví por la ciudad caminando, pero los tickets sencillos se pueden comprar en taquilla (si no tenemos cambio) o en pequeños cajeros automáticos (con el importe justo) y que hay que timbrar antes de subir al metro si no queremos tener problemas.
TRANSPORTE A/DESDE AEROPUERTO
La mejor forma de llegar al centro de Sofía si llegamos durante el día es hacerlo en transporte público, ya que funciona de maravilla y es barato. Por contra su horario es reducido, ya que si llegamos de noche en un vuelo nocturno desde nuestro país (sobretodo con Wizzair) no vamos a tener más remedio que coger un taxi o un transporte privado, siendo mucho más caro. El aeropuerto se encuentra a escasos 11 kms. de distancia , y éstas son las diferentes opciones para llegar a Sofía.
- Metro: Personalmente es la mejor opción, ya que si llegas a la Terminal 2 solamente salir por la puerta principal te encuentras a mano izquierda la estación de metro. En cambio si tu vuelo llega a la Terminal 1 deberás coger un shuttle gratuito para hacer el cambio entre terminales, pero el problema es que este servicio de shuttles funciona solamente de 7h de la mañana a 19h de la tarde, y si tu vuelo llega más tarde no tendrás más remedio que coger un taxi para que te lleve a la terminal 2 si realmente quieres llegar al centro de Sofía en metro. El billete de metro cuesta solamente 1,60 BGN por persona y hay que tomar la línea 1 (roja) hasta llegar a la estación central llamada Serdika que sería prácticamente el centro de la ciudad, y desde allí podemos ir caminando a nuestro alojamiento o bien hacer transbordo a la línea 2 (azul) y continuar nuestro trayecto, dependiendo de donde tengamos ubicado nuestro alojamiento. El nombre de las estaciones se encuentran escritas en cirílico y en nuestro alfabeto, así que no hay problemas para localizar nuestra parada.
El horario del metro de Sofia es de 05:30h de la mañana a 0:30h de la noche.
- Bus: Otra opción sería coger el autobus, en este caso serían válidos los números 84 ó 184 y te lleva hasta la estación de Serdika, es cómodo porque se coge delante mismo de la puerta de salidas de la terminal del aropuerto y apenas debes andar, pero por contra es más lento y posiblemente debas chuparte todos los atascos de la ciudad, dependiendo del tráfico del momento. El precio es el mismo que un ticket de metro, es decir, 1,60 BGN.
- Taxi: Esta opción sería la más cómoda para llegar al aeropuerto o a la ciudad si tenemos que hacer uso de él en un horario que no nos permita coger el transporte público o bien lo podamos compartir con más personas y busquemos directamente la comodidad, ya que el precio no es nada desorbitado y es perfectamente asumible, ya que el trayecto suele costar entre 20 y 30 BGN, dependiendo del horario, del tráfico del momento y de asegurarnos que no hemos cogido un taxi pirata que tanto proliferan en Bulgaria, y que en caso de coger uno lo mejor es negociar el precio antes de subirnos si no queremos tener problemas después o alguna sorpresa desagradable.
El horario del metro de Sofia es de 05:30h de la mañana a 0:30h de la noche.
- Bus: Otra opción sería coger el autobus, en este caso serían válidos los números 84 ó 184 y te lleva hasta la estación de Serdika, es cómodo porque se coge delante mismo de la puerta de salidas de la terminal del aropuerto y apenas debes andar, pero por contra es más lento y posiblemente debas chuparte todos los atascos de la ciudad, dependiendo del tráfico del momento. El precio es el mismo que un ticket de metro, es decir, 1,60 BGN.
- Taxi: Esta opción sería la más cómoda para llegar al aeropuerto o a la ciudad si tenemos que hacer uso de él en un horario que no nos permita coger el transporte público o bien lo podamos compartir con más personas y busquemos directamente la comodidad, ya que el precio no es nada desorbitado y es perfectamente asumible, ya que el trayecto suele costar entre 20 y 30 BGN, dependiendo del horario, del tráfico del momento y de asegurarnos que no hemos cogido un taxi pirata que tanto proliferan en Bulgaria, y que en caso de coger uno lo mejor es negociar el precio antes de subirnos si no queremos tener problemas después o alguna sorpresa desagradable.
TRANSPORTE ENTRE CIUDADES
Lo más recomendable para moverse entre ciudades sería en coche de alquiler, pero si no disponemos de él por falta de ganas o pereza y queremos hacer alguna excursión a otras ciudades del país, los autobuses funcionan muy bien, ya que la flota de vehículos son nuevos, cómodos y baratos, y así nos evitamos conducir si no nos apetece. También disponemos de trenes, pero son viejos y muy lentos y yo no los recomiendo para desplazarnos por el país.
Existen diferentes compañías que realizan rutas nacionales por el país y también rutas internacionales a otros países y con bastante frecuencia, así que lo mejor es consultar los horarios y los trayectos a través de la web de la Estación Central de Sofia, bastante fiables.
Estos son los trayectos que he realizado yo en autobús por Bulgaria, comprando el billete en la misma estación de autobuses poco antes de realizar el trayecto ese mismo día y pagando en efectivo, ya que era imposible pagar con tarjeta de crédito.
Estos son los trayectos que he realizado yo en autobús por Bulgaria, comprando el billete en la misma estación de autobuses poco antes de realizar el trayecto ese mismo día y pagando en efectivo, ya que era imposible pagar con tarjeta de crédito.
- Sofia - Rila - Sofia: 22 BGN (11 € aproximadamente, ida y vuelta por persona) y 2 horas y 30 minutos de trayecto aproximadamente. Para llegar al Monasterio de Rila hay que partir desde la estación de autobuses de Ovcha Kupel, que se puede llegar en tranvía y en el diario de viaje ya explicaré cómo llegar.
- Sofia - Plovdiv - Sofia: 9,50 BGN (5 € aproximadamente por trayecto y persona) y 2 horas de trayecto, dependiendo del tráfico del momento. Mi compañía escogida fue Eurolines, que funciona genial por Europa. Este trayecto parte desde la Estación Central de Sofía en la que se puede llegar caminando o bien tomando la línea azul de metro hasta Central Railway Station.
ALOJAMIENTO DEL VIAJE
Bulgaria es un destino bastante económico, así que no tendremos problemas en encontrar un lugar donde dormir que se adapte fácilmente a nuestro bolsillo, ya que hay alojamientos de todas las categorías y con un denominador común, que son bastante baratos.
Durante mi estancia en Bulgaria de cuatro noches utilicé dos alojamientos diferentes, ya que no había disponibilidad para cuatro noches seguidas y finalmente mi primera noche me alojé en un hostel con habitación compartida, y el resto de noches estuve alojado en otro hostel pero en habitación doble privada.
Ivory Tower Hostel. Alojamiento muy céntrico y ubicado apenas a 400 metros metros de la estación de metro de Serdika, ideal por si vienes con equipaje desde el aeropuerto y no quieres caminar mucho. Ideal para recorrer la zona caminando porque se encuentra prácticamente a dos minutos caminando de todo lo más interesante de la ciudad, además de no tener problemas para encontrar bares y restaurantes a cualquier hora del día. Se trata de un hostel de dos plantas, con 4 camas compartidas en cada habitación, con baño compartido en cada planta, con una gran cocina a disposición de sus huéspedes y una gran sala de estar para socializar con el resto de huéspedes, y con wifi incluido aunque la señal no llegaba muy bien a la zona de habitaciones.
A destacar la atención y amabilidad de sus dueños que no dudan en ayudarte en todo lo que pueden, y además tuvieron la cortesía de guardar mi equipaje una vez realizado el check out. Recomendable para pasar una noche, pero más días recomiendo buscar otro alojamiento más cómodo y en habitación individual si es posible, ya que los precios son muy bajos en Bulgaria. El Ivory Tower Hostel lo he reservado a través de Booking y he pagado por una noche 15 BGN (aproximadamente 8 €), un precio más que correcto por todo lo que he recibido. Además, es posible pagar con tarjeta de crédito por si no dispones de moneda local en ese momento.
Belle Stelle Sofia. Alojamiento muy céntrico y ubicado apenas a 300 metros metros de uno de los puntos más turísticos de Sofía, la Catedral Alexander Nevsky. La ubicación es excelente porque está todo muy cerca, y la calle está llena de restaurantes y comercios. La estación de metro de Serdika se encuentra a unos 5 minutos caminando. Es un piso con varias habitaciones individuales, siendo la habitación doble muy amplia y con mucha luz, incluso dispone de un gran sofá y televisor de plasma con infinitos canales internacionales y el wifi funciona sin problemas. El baño es compartido pero nunca coincidí con nadie y siempre estaban muy limpios.
Reservé tres noches en el Belle Stelle Sofia a través de Booking, he pagado 15 € por noche y el alojamiento es muy recomendable tanto por ubicación como por precio, ya que incluso se puede pagar con tarjeta de crédito sin problemas. Los dueños son bastante amables e incluso hablan inglés e italiano. La única pega es el horario limitado del desayuno, ya que empiezan a las 08:30h y finaliza una hora después y no hay más alternativas si te dispones a abandonar pronto el alojamiento para empezar las visitas por la ciudad, aún así el primer día tuvieron el detalle de dejarme un picnic preparado en la puerta de mi habitación pero el resto de días no lo hicieron. A pesar de no poder aprovechar el desayuno diario, estuve muy agusto durante toda mi estancia.
LO MEJOR DEL VIAJE
* Lo fácil que resulta recorrer a pie la ciudad y los lugares más turísticos, ya que no es necesario tomar ningún transporte público porque todo está muy cerca y muy bien señalizado. Lo mejor es guardar el mapa de la ciudad y perderse por sus calles y avenidas que seguramente aparecerás en algún rincón interesante.
* Lo fácil que resulta recorrer a pie la ciudad y los lugares más turísticos, ya que no es necesario tomar ningún transporte público porque todo está muy cerca y muy bien señalizado. Lo mejor es guardar el mapa de la ciudad y perderse por sus calles y avenidas que seguramente aparecerás en algún rincón interesante.
* La rica e interesante historia del país, desde los tiempos de los tracios hasta la invasión otomana por más de 500 años, convirtiéndose en la ciudad más antigua del mundo incluso que Roma y Grecia, dejando un legado histórico y un patrimonio cultural muy interesante.
* A pesar de no ser un destino muy turístico y siempre a la sombra de otros destinos europeos, personalmente ha sido una agradable sorpresa conocerla y poder borrar de mi cabeza los tópicos que tenemos de sus habitantes en nuestro país, y si no fuera por el nivel de vida del país hubiera pensado que me encontraba en cualquier otra ciudad europea más turística y con precios mucho más caros.
* Lo económico y barato que resulta viajar por el país, desde alojamientos para todos los bolsillos hasta comida para todos los paladares, así que todo lo que no resulte relacionado con el turismo (tours, excursiones, souvenirs, etc) es todo muy barato y al alcance de cualquier bolsillo.
Y después de este breve resumen, os llevo a conocer por unos días los lugares más interesantes de Bulgaria, un destino a priori poco atractivo pero muy interesante!
* Lo económico y barato que resulta viajar por el país, desde alojamientos para todos los bolsillos hasta comida para todos los paladares, así que todo lo que no resulte relacionado con el turismo (tours, excursiones, souvenirs, etc) es todo muy barato y al alcance de cualquier bolsillo.
LO PEOR DEL VIAJE
* No disponer de más tiempo para visitar otras ciudades como Veliko Tarnovo, Neserbar o Arbanasi, así como grandes parques naturales y patrimonio arqueológico repartido por todo el país, pero ya sabía de antemano el tiempo del que disponía y he intentado exprimirlo al máximo. Siempre debe haber una buena excusa para volver algún día.
* La barrera del idioma ha sido un gran impedimento para poder relacionarme con las personas por el país, y es que aparte de algún chico universitario o de alguna persona excepcionalmente que sepa hablar un poco inglés, no he sido capaz de poder mantener una conversación mínima con nadie excepto con mi compañero de autobús de Sofía a Plovdiv, teniendo que aguantar el mal humor y las malas formas de taquilleras, vendedoras en los mercados y dependientas de cafeterías por culpa de su carácter "sovietizado" y por el miedo a abrirse con los extranjeros, como ya me había sucedido en Polonia, Rusia y los Países Bálticos.
Y después de este breve resumen, os llevo a conocer por unos días los lugares más interesantes de Bulgaria, un destino a priori poco atractivo pero muy interesante!
DÍA 1.- BARCELONA - SOFIA
El primer viaje del año me ha llevado a uno de los destinos que más ganas tenía de conocer últimamente, como es Bulgaria. Será una pequeña ruta y mi primera incursión en tierras balcánicas, así que como no dispongo de mucho tiempo estaré solamente cuatro días conociendo lo más importante de Bulgaria haciendo base en su capital, Sofía.Mi vuelo desde Barcelona sale puntual a las 09:10h en un trayecto de unas 3 horas aproximadamente aunque al llegar a Bulgaria tendremos que adelantar una hora nuestros relojes, así que llego al aeropuerto de Sofía a las 13h aproximadamente. Como no llevo equipaje facturado salgo de los primeros, cambio solamente 10 € en el aeropuerto porque el cambio es malo (1,86 BGN por €uro) para poder pagar el ticket de metro, y solamente salir de la terminal a mano izquierda se encuentra la estación de metro, donde compro mi ticket en la taquilla por 1,60 BGN y a los 10 minutos llega el siguiente metro, donde en 20 minutos aproximadamente llego a la estación de Serdika, muy cerca de mi alojamiento que se encuentra a unos 300 metros.
Una vez en mi alojamiento dejo mi equipaje en mi habitación compartida donde solamente haré una noche, pago mi estancia y me voy directamente a conocer la ciudad y aprovechar el máximo de horas de luz que quedan todavía. Mi primera visita no tarda en llegar ya que la tengo a 200 metros y es uno de los emblemas de la ciudad, la estatua de Santa Sofía, ubicada en la Plaza Nezavisimost y con una altura de más de 20 metros de altura encontramos este monumento en bronce y dorado en honor a la santa patrona de la ciudad, en el mismo lugar donde 20 años atrás se encontraba una estatua de Lenin durante la época comunista del país. El monumento es visible desde casi cualquier punto de la ciudad, y en ella destaca la corona, la guirnalda de laurel y el búho, que representan la fama, el poder y la sabiduría, respectivamente.
El monumento de Santa Sofía se encuentra en una intersección justo en el centro de la ciudad, así que tomemos la dirección que tomemos siempre vamos a encontrar puntos interesantes que visitar en la ciudad, aunque se recomienda tomarlo con calma porque Sofía se puede visitar en un día perfectamente.
Justo enfrente de la estatua y siguiendo la avenida del Tsar Osvoboditel podemos encontrar el "triángulo del poder" o más conocido como "el Largo", pues se trata de tres edificios emblemáticos de la capital búlgara como son el Edificio de la Presidencia, el Consejo de Ministros y la Casa del Partido, todos ellos conservan todavía su arquitectura comunista.
Como mañana voy a tener todo el día entero para visitar la ciudad y posiblemente algunas horas más en los próximos días después de finalizar mis excursiones fuera de Sofía, decido no visitar a fondo la zona y seguir paseando para visitar otras zonas y así aprovechar las horas de luz, así que sigo paseando por la avenida del Tsar Osvoboditel hasta llegar al que quizás sea el edificio más emblemático y el centro religioso más importante de Sofía, la Catedral Alexander Nevski.
Inconfundible por sus cúpulas doradas y construida para conmemorar la victoria de los rusos contra los otomanos y la liberación de Bulgaria a finales del S. XIX y finalizada en 1.912, y aunque es muy bonita por fuera yo personalmente me quedo con la Catedral Alexander Nevski de Tallinn que tuve la suerte de conocer durante mi viaje por los Países Bálticos hace un par de años.
Sus dimensiones son de 72 metros de largo, 42 metros de ancho y 52 metros de alto, lo que la convierte en una de las iglesias ortodoxas más grandes del mundo. Su interior es bastante austero aunque conserva un retablo y unos mosaicos muy bonitos, el problema es la poca luz que hay en su interior y lo oscuro que está todo. Su visita es gratuita aunque si se quiere hacer fotografías hay que pagar la cantidad nada despreciable de 10 BGN (5 € aproximadamente), una cantidad un tanto desorbitada por el nivel de vida del país, así que lo mejor es disfrutar de su interior tranquilamente y no arriesgarse mucho a hacer fotografías porque el monje ortodoxo que hay allí dando vueltas tiene bastante mala leche e incluso pude presenciar como le hacia borrar fotos a turistas que no habían pasado por caja.
Finalizada la visita por el momento (volvería en otros momentos durante mi estancia en Sofía) salgo de nuevo al exterior de la Catedral Alexander Nevski y al otro lado de la plaza, y de camino a la Iglesia Rusa de San Nicolás, se encuentra un pequeño mercado de antigüedades al aire libre al estilo flea market, donde venden cuadros religiosos, artículos de la época comunista y otros cachivaches de la época bastante curiosos, además uno puede pasear y mirar tranquilamente sin temor a ser agobiado aunque no compres nada, como fue mi caso.
Sigo paseando y en un lateral de la plaza y a mano derecha saliendo de la Catedral Alexander Nevski nos encontramos la iglesia cristiana más antigua de la ciudad, la Iglesia de Santa Sofía. Su exterior es muy sencillo con su fachada de ladrillo naranja, y lo mejor es su interior donde se puede visitar su museo subterráneo. Su construcción es del S.VI durante el reinado del Emperador Justiniano y durante la ocupación otomana fue utilizada como mezquita con la construcción de dos minaretes hasta que el S. XIX fueron derribadas a causa de un terremoto.
La visita a su interior es gratuita y el horario de su museo subterráneo es de 10h a 17h en visitas guiadas de hasta 8 personas como máximo. Con este horario tan reducido a mi me fue imposible visitarlo durante mi estancia en la ciudad.
Justo en un lateral de la Iglesia de Santa Sofía podemos encontrar el monumento y la Tumba al Soldado Desconocido para homenajear a los soldados búlgaros caídos durante la I Guerra Mundial.
Va cayendo la tarde y decido cruzar por un lateral de la plaza hasta llegar a la cercana Asamblea Nacional de Bulgaria que visitaré mañana con más tiempo, ya que ahora mismo mi objetivo es cambiar algo de dinero y hacerme con suficientes levas (BGN) ya que mañana es domingo y no sé si habrá algo abierto y solamente he cambiado 10 € en el aeropuerto y necesito dinero para cenar hoy y moverme por el país durante los próximos tres días, así que justo detrás de la plaza donde se encuentra la estatua del Zar Libertador veo varias oficinas de cambio, y después de comparar me decido por una sucursal de Western Union donde me ofrecen 1,97 BGN por €uro y libre de comisiones (en el aeropuerto esta mañana me dieron 1,84 BGN por €uro, el mismo cambio que encontraré en los próximos días en la estación central de autobuses) así que recomiendo cambiar por esta zona de la ciudad o por la zona del Bulevard Vitosha.
Ahora ya más tranquilo con el cash para los próximos días, vuelvo a enfilar el Bulevard Osvoboditel pasando por delante del Sense Hotel, el mejor hotel de la ciudad y con una terraza espléndida con unas vistas muy bonitas hacia la Catedral Alexander Nevski donde puede subir cualquier persona a tomar algo aunque no estés alojado en él, los precios son caros para el nivel de vida del país pero para un europeo medio no es un precio nada desorbitado y las vistas son muy buenas.
Mi siguiente destino sería la cercana Iglesia Rusa de San Nicolás, construida en en 1.912 por trabajadores rusos emigrados en Bulgaria y convirtiéndola en la iglesia de la comunidad rusa en Sofía, predominando sus tonos verdes y sus cinco cúpulas doradas. La visita a su interior es gratuita pero es excesivamente pequeña, así que la visita debe ser breve y rápida porque su capacidad es muy pequeña. Destacan sus mosaicos y lo que más me gustó es la pequeña mesa que tienen allí habilitada con papel y boli donde uno puede escribir un deseo y meterlo dentro de una urna mientras se espera a que se cumpla. Aunque no soy mucho de estas tradiciones, pero si ya deposité mis deseos entre las piedras del Muro de las Lamentaciones en Jerusalén y en otros lugares y me ha traído suerte, por qué no probar aquí también sin nada que perder? Así que dicho y hecho, escribí mi deseo y allí se quedó a la espera que se cumpla lo más pronto posible.
Finalizada mi visita y después de recrearme un rato observando los maravillosos exteriores de la iglesia (volvería a pasar a menudo en los siguientes días porque mi próximo alojamiento estaba muy cerca) me volví de nuevo caminando a la zona de Serdika y próximo a mi alojamiento, donde eran cerca de las 19h de la tarde y con la tontería todavía estaba sin comer nada desde que he llegado a Bulgaria.
Después de dar una pequeña vuelta por la zona del Bulevard Vitosha y sus calles aledañas buscando algún sitio para cenar que no estuviera muy petado de gente al tratarse de un sábado por la noche y después de no encontrar nada que me atrayera para ser mi primera comida en Bulgaria, saqué mi móvil y recurrí a Tripadvisor y me salió recomendado un restaurante típico búlgaro (conocido como mehana en Bulgaria) no muy lejos de donde me encontraba, en la calle Hristo Belchev, 18 así que para allí que me fui.
En dos minutos ya me encontraba en una calle llena de bares y restaurantes que no había pasado anteriormente y de seguida llegué a la mehana recomendada, de nombre impronunciable llamado Hadjidraganov's Cellars, con varios restaurantes en Sofía del mismo dueño pero este es el más céntrico y por no decirlo, el más turístico. El restaurante es una especie de taberna de madera típica con una bonita decoración, comida 100% tradicional búlgara e incluso con música y bailes en directo amenizada por un grupo de búlgaros, vamos... turistada total y creo que es el típico restaurante donde las agencias o touroperadores llevan a los turistas, pero una vez allí, las horas que son y prácticamente todo el día sin comer no era plan de ir a buscar otro sitio para cenar, así que decidí quedarme allí.
Recomiendo si váis con hambre pedir de primero una "shopska salata" que es la tipica ensalada búlgara con tomate, pepino, pimiento y queso blanco búlgaro rallado (los lácteos en este país son muy buenos) y de segundo recomiendo pedir una "Kavarma na plocha", que consiste en trozos de carne de cerdo servida en una cazuela de barro y que está muy buena. Todo esto es solamente una recomendación, ya que la carta es muy extensa y todo tiene muy buena pinta. Mis dos platos junto con mi primera cerveza búlgara Shumensko fueron en total unos 24 BGN, unos 12 € al cambio... no es un precio desorbitado porque aquí en Barcelona no cenas en ningún sitio por ese precio, pero para ser Bulgaria y su estilo de vida no es un precio muy barato, y lo comprobaré en los siguientes días donde pude comer en otros lugares mucho mejor y más barato, como por ejemplo en la Mehana Sofia.
Después de cenar y escuchar un poco de música en la mehana me fui caminando hacia mi hostel ubicado a unos 15minutos de allí, en un pequeño paseo sin peligro alguno donde camino al hostel pude empezar a ver la realidad del país viendo a muchas personas pobres pidiendo por la calle y personas mayores rebuscando entre contenedores de basura.
Después de saludar a mis dos compañeros de habitación que se iban de fiesta y de meterme una ducha, me meto en la cama pasadas las 23h de la noche, que el día ha sido muy largo y estoy levantado desde las 2:30h de la mañana y mañana quiero madrugar para aprovechar el día de visitas.
DÍA 2.- SOFIA
Hoy he madrugado bastante para aprovechar el día, a pesar de no haber descansado mucho en el hostel. Después de recoger de nuevo mi equipaje he bajado a recepción a las 07h de la mañana pero allí no había nadie, así que he dejado mi equipaje por allí con una nota diciéndoles que pasaría a mediodía a recogerlo y me he tirado a la calle dispuesto a empezar el día con las visitas, no sin antes buscar un lugar para desayunar. Después de mucho buscar (hoy es domingo) y ser tan pronto, apenas he encontrado nada abierto, excepto un garito muy curioso con gente fuera esperando de pie y haciendo cola, me he acercado y he visto a un tipo dentro de la ventana con una cafetera en su interior preparando cafés para llevar, así que me he puesto en la cola y le he pedido un cafe latte para llevar por el módico precio de 0,60 BGN, apenas 30 céntimos de €uro. Posteriormente comprobaría que este tipo de locales medio clandestinos son bastante habituales en Bulgaria y cada mañana pronto siempre hay trabajadores esperando para llevarse su café calentito de camino a sus respectivos trabajos.Mi primera visita del día será justamente la más alejada de la ciudad, y no es otra que visitar la Iglesia de Boyana, ubicada a los pies del Monte Vitosha, una pequeña iglesia que es Patrimonio de la Humanidad desde 1.979 y que nos os llevará mucho tiempo la visita, ya que por desgracia es muy pequeña, solamente se puede entrar en pequeños grupos de máximo 8 personas y solamente se puede permanecer en su interior un máximo de 10 minutos y os aseguro que lo cumplen a rajatabla, aunque es cierto que para mi es suficiente porque solamente se puede visitar sus maravillosos frescos que alberga en su interior y además está prohibido hacer fotos y no tienes escapatoria, ya que durante el recorrido siempre se va acompañado de una persona de recepción que su cometido es solamente comprobar que todo el mundo cumpla las normas.
Quizás lo peor de todo es llegar hasta aquí porque se encuentra bastante retirado de la ciudad. Lo más cómodo sería llegar en taxi por un módico precio de unos 20 BGN aproximadamente (10 €) pero si no tenéis prisa y queréis ahorraros algo de dinero podéis llegar como lo hice yo, que es coger el tranvía número 5 o el bus número 64 hasta el Bulevard Tsar Boris III (delante del edificio de Justicia de Sofía) y allí mismo en la confluencia con el Bulevard Alexander S. Pushkin coged el bus 107 hasta la última parada, donde te deja a escasos metros de la Iglesia de Boyana. El trayecto total es de unos 40 minutos dependiendo del tráfico del momento y el importe del bus es de 1,60 BGN (menos de 1 €), así que es bastante recomendable. En mi caso me ahorré el tranvía porque la parada del bus 107 está apenas a 10 minutos caminando de mi alojamiento y llegué andando, así que solamente tuve que esperar a que llegara el bus 107 y comprar el ticket al conductor.
La visita a la Iglesia de Boyana cuesta solamente 10 BGN y aunque la visita es corta y no está permitido hacer fotografías, recomiendo bastante la visita. Tenéis más información en la web de la Iglesia de Boyana, y su horario es de 09:30h a 17:30h.
Después de la visita tocaba deshacer el mismo camino, así que de nuevo en Sofía y solamente bajarme del bus me doy de frente con la bonita Catedral Sveta Nedelya, ubicada en la céntrica plaza con el mismo nombre y siempre tan animada de gente. La Sveta Nedelya es original del S. XIV pero en 1.925 tuvo que ser reconstruida en parte por culpa de un atentado terrorista por parte de los comunistas cuando se estaba llevando el funeral del General Georgiev asesinado un par de días antes, y en el momento de la explosión murieron 128 personas a causa del derrumbe de parte de la cúpula de la Catedral. La visita a su interior es gratuita y muy bonita, sobretodo los mosaicos que hay en las paredes, y siempre está llena de feligreses. No está permitido hacer fotografías a no ser que pases por caja (5 BGN) pero a diferencia de la Catedral Alexander Nevski aquí no son tan estrictos y es posible hacer alguna fotografía con el móvil sin levantar muchas sospechas, aunque siempre con respeto y educación.
Finalizo esta maravillosa visita dando comienzo al llamado "cuadrado de la tolerancia", que no es otra que visitar los cuatro templos religiosos (católico, sinagoga, mezquita y ortodoxo) repartidos por la ciudad en un radio de apenas 400 metros y formando un cuadrado entre si, siendo un ejemplo de tolerancia religiosa donde conviven y se respetan creyentes de diferentes religiones y que debería servir de ejemplo para el resto de la humanidad.
La Catedral Sveta Nedelya que acabo de visitar sería el templo de la religión católica, la de Alexander Nevski que visité ayer sería el de los ortodoxos, y cruzando la carretera y apenas a 300 metros de donde me encuentro nos encontraremos las dos que nos faltan, la Sinagoga Judía de Sofía y la Mezquita Banya Bashi.
Mi siguiente destino será la Sinagoga de Sofía, ubicado justo detrás del Mercado Central y con tan mala suerte que de todas las veces que pasé durante mi estancia en la ciudad siempre me la encontré cerrada, así que solamente pude visitarla por fuera. Actualmente es la más grande de todos los Balcanes y la tercera más grande de Europa.
Después de esta pequeña decepción deshago mi camino y justo enfrente del Mercado Central encontramos la Mezquita Banya Bashi, construida a finales del S. XVI durante la ocupación otomana, siendo una de las más antiguas de Europa. Destaca su bonita cúpula de 15 metros y por su minarete visible desde casi cualquier punto de la ciudad. Es posible visitar su interior siempre y cuando nos quitemos nuestro calzado y lo dejemos en la puerta, y a poder ser hay que intentar no molestar demasiado, sobretodo con el tema de las fotografías. Los viernes de 13h a 15:30h no está permitida la entrada a los no musulmanes. Mi visita al interior fue bastante rápida porque había mucha gente y el olor moreabundo a pies que había allí dentro invitaba a marcharse rápido si no quería desmayarme.
Toda esta zona es muy interesante culturalmente porque ofrece muchas cosas para visitar, así que por seguir un orden mi siguiente visita será al Mercado Central de Sofía (Tsentralni Halite), un gran mercado remodelado de varias plantas donde es posible disfrutar de sus paradas de carne, fruta e incluso de souvenirs. Aunque lo mejor para mi es visitar el lateral derecho de la planta baja donde encontraremos varios restaurantes bastante interesantes donde comer, porque aunque hoy sea domingo, permanece abierto hasta altas horas de la tarde. No esperéis encontraros un gran mercado como el de Budapest porque posiblemente os acabe decepcionando.
Son cerca de las 13h de la tarde y estoy haciendo tiempo para comer cuando de repente me viene a la cabeza que esta mañana he salido del hostel muy pronto y les he dejado mi equipaje con una nota y todavía no he aparecido por allí, y en mi nuevo hostel no puedo hacer el check in hasta las 15h de la tarde cuando de repente me suena el móvil con un número búlgaro pero decido no hacer mucho caso, hasta que me vuelven a llamar al momento y decido cogerlo y resulta que es el dueño del hostel donde debo alojarme las próximas tres noches, me pregunta si ya estoy en Sofía y al decirle que si me dice que cuando quiera puedo ir a hacer el check in al hostel y así ellos ya se van y no tienen que esperarme.
Me voy en busca de mi equipaje a mi anterior hostel, les doy las gracias por guardármelo y vuelvo de nuevo a la zona de Serdika. Según la app Maps.me mi nuevo alojamiento se encuentra a 15 minutos caminando de donde me encuentro, así que por no ir cargado con la calor que hace decido coger un taxi para llegar antes y no hacerles esperar, cosa que casi nunca hago en mis viajes. Yo supongo que cogí al taxista más tonto de toda Sofía (o al más espabilado, según se mire) y me empezó a meter por calles y chuparse semáforos, y después no encontraba el número de la calle, a todo esto mientras el taximetro corría porque le tuve que obligar a que lo pusiera porque se negaba desde un primer momento. Después de un rato finalmente encontré mi alojamiento y la carrera subió a 10 BGN (5 € aproximadamente), puede parecer un precio muy barato... hasta que me di cuenta que mi alojamiento se encontraba a tres calles del Mercado Central, que de haberlo sabido me hubiese ido caminando y en 5 minutos ya estaría allí.
Después del disgusto inicial llego a mi alojamiento que se se trata de un piso particular con 3 habitaciones dobles, hago el check in y le pago la estancia, me explican un poco todo y dejo mi equipaje es mi espectacular habitación, muy amplia y con mucha luz exterior, con una cama doble de dos metros, con un gran sofa y una mesita, e incluso con televisor de plasma con cientos de canales internacionales donde el dueño muy orgulloso me puso Antena 3... pa matarlo!!
Me despido de ellos y me voy de nuevo para el Mercado Central, mi alojamiento tiene una ubicación espectacular porque se encuentra a 200 metros de la Ópera de Sofía, a 400 metros de la Catedral Alexander Nevski y apenas 3 minutos caminando de Serdika. De nuevo en el Mercado Central me dispongo a comer en una paradita allí mismo en la barra de un taiwanés espectacular, donde preparan platos asiáticos al momento y que van por peso, junto con una coca cola porque al colega se le había olvidado meter cervezas en el frigorifico y estaban calientes. La comida espectacular y el precio de todo fueron unos 5 BGN (apenas 2,5 €). Si llegáis a Sofía y no tenéis ganas de buscar restaurantes, en el Mercado Central podéis comer a cualquier hora.
Con el estómago lleno y antes de que me entre la pereza me pongo de nuevo en marcha, esta vez cojo el metro en la estación Serdika y me bajo cuatro paradas después en la estación de metro G.M. Dimitrov, donde el motivo de llegar hasta aquí es para visitar uno de los museos que más ilusión me hace y que no es otro que el Museo de Arte Socialista, donde a través de sus obras y esculturas podemos hacernos una idea de la historia de 45 años de socialismo en el país, comprendidos entre los años 1.944 y 1.989 durante el régimen comunista.
Una vez salimos de la estación de metro debemos andar unos cinco minutos en dirección a las Torres Sopharma, donde el museo se encuentra justo detrás. La entrada a la esplanada donde se encuentra las decenas de esculturas es gratuita, no así su museo interior donde alberga la exposición que cuesta 6 BGN (3 €), donde fui el único visitante durante todo el tiempo que duró mi visita. La zona de esculturas me gustó mucho aunque no puedo decir lo mismo de la zona del museo donde me esperaba algo más y me dejó algo frio, así que no pasará a la historia por ser el mejor museo que haya visitado.
El Museo de Arte Socialista, a pesar de ser relativamente reciente ya que fue inaugurado en el año 2.011 pienso que no es muy visitado ya que no vi a nadie acercarse por allí durante mi visita y cuando fui a pagar mi entrada lo hice con un billete de 10 BGN (5 €) y la mujer pasó apuros para devolverme el cambio porque poca recaudación habían hecho allí. Mi visita no duró más de una hora ya que me encontraba absolutamente solo, el museo no lo vi tan interesante o quizás me esperaba mucho más, y fuera en la zona de las esculturas apretaba mucho el sol y hacia calor.
De vuelta a la estación GM Dimitrov de nuevo a Serdika y a seguir explorando la ciudad antes de que caiga la noche, así que empezamos visitando la zona de las ruinas de Serdika que se conservan en muy buen estado y no solamente las de dentro de la estación sino también las exteriores además de no sufrir ningún tipo de vandalismo, que ya es mucho. El nombre se debe a que fue habitada por la tribu de los Serdi de los tracios, y uno de los primeros conquistadores que se recuerdan fueron el Rey Filipo de Macedonia y su hijo Alejandro Magno en el S. IV a.c.
Mención especial merece la Sveta Petka, una pequeña iglesia construida en el S. XVI bajo el dominio otomano y donde alberga unos bonitos frescos que alberga escenas bíblicas. Se dice que aquí se halla enterrado el héroe nacional búlgaro Vasil Levski, aunque dadas las dimensiones de la iglesia se me hace díficil creer que sea cierto, así que no lo puedo confirmar.
Dejo atrás la estatua de Santa Sofía y me encuentro de frente nuevamente con la Plaza Nezavisimost que ya pude visitar ayer, así que cruzo al otro lado en dirección a la Sveta Nedelya donde antes de llegar nos encontraremos con uno de los hoteles más emblemáticos de la ciudad, el Hotel Balkan, y justo al lado con el Edificio de la Presidencia, donde en su patio interior encontraremos una de las joyas más escondidas de Sofía, la Sveti Georgi (Iglesia de San Jorge).
Esta pequeña iglesia fue construida por los romanos en el S. IV en el lugar donde se encontraba un templo pagano, y durante el dominio otomano fue reconvertida en mezquita, hasta que finalmente en el S. XIX fueron expulsados de Bulgaria. Su interior alberga unos bonitos frescos donde están representadas las figuras de varios profetas. La entrada es gratuita y su horario es de 08h a 18h.
Hago un pequeño descanso en el camino para tomar algo en un chiringuito callejero que son muy curiosos, se llaman klek-shops y son una especie de tiendas que solamente existen en Bulgaria. Se encuentran en los sótanos y planta baja de los edificios, dicen que como los alquileres en el país están muy caros en vez de alquilar del sótano para arriba lo hacen hacia abajo. Disponen de unas gran cristaleras donde exponen todos sus productos, que normalmente van desde bebidas y comidas hasta productos de higiene personal pasando por tabaco y artículos que la gente suele olvidarse cuando compra en el supermercado.
Pero la particularidad de los klek-shops es que si quieres comprar algo y pedirlo a la dependienta deberás agacharte y ponerte de cuclillas para que te vean la cara y ponerte a su misma altura, solamente así podrás hacerte entender a pesar del idioma.
Hoy en día no quedan ya muchos klek-shops pero algunos hay repartidos por la ciudad, sobretodo al final del Bulevard Vitosha podemos encontrar varios y tienen un horario muy extenso que nos puede salvar de algún apuro... algo así como un 7 Eleven asiático que permanece abierto siempre que lo necesitamos.
Llego a la plaza donde la Sveta Nedelya que visité ayer y caminando unos metros encontraremos el Palacio de Justicia, uno de los edificios más importantes de la ciudad y no solamente por lo que representa ni por su bonita arquitectura custodiada por sus dos leones (símbolo de la ciudad), sino porque es un nudo de comunicaciones muy importantes ya que desde aquí parten muchas rutas en bus y tranvía, también desde aquí es el punto de encuentro de los free tours por la ciudad y no menos importante, desde aquí al lado empieza la zona peatonal y comercial más importante de la ciudad, el Bulevard Vitosha.
El Bulevard Vitosha es la arteria principal de Sofía y siempre está concurrida de gente, va desde un extremo que es la Sveta Nedelya hasta el otro extremo que es el Palacio de la Cultura, y a través de ella podemos encontrar decenas de terrazas y restaurantes, tiendas de souvenirs y las boutiques de marca más caras, así que digamos que sería la zona pija de la ciudad y los precios son más altos que en el resto de zonas. Aunque no compremos nada es recomendable darse un paseo por aquí y vivir todo el ambiente de la ciudad y relajarse un rato viendo escaparates o tomando algo en una terraza hasta llegar al otro extremo del Bulevard Vitosha.
Al otro extremo llegamos al Palacio Nacional de Cultura, más conocido como NDK (Natsionalen Dvorets na Kulturata) un edificio de forma hexagonal construido entre 1.978 y 1.981 que funciona como Centro de Congresos, siendo el más grade de todos los países que forman los Balcanes. Se encuentra en una gran plaza y está muy concurrida a cualquier hora por parejas que salen a pasear, sacar al perro y los más jóvenes se reunen para hacer skate.
Son las 19h de la tarde y está a punto de caer la tarde, la verdad es que tengo los pies molidos y estoy bastante cansado de tanto patear, así que hago un esfuerzo y sigo caminando hasta el cercano Knyazheska Garden, una gran plaza donde se encuentra el Monumento al Ejército Soviético y que se convirtió en mi lugar preferido de Sofía. En lo alto del monumento podemos ver representado a un soldado del ejército rojo, un trabajador búlgaro, una campesina y un niño. Al otro extremo del monumento podemos ver varios monumentos de escenas típicas búlgaras y ambas ubicadas en el centro de sus bonitos y cuidados jardines.
Desde aquí tuve la suerte de contemplar un espectacular atardecer dando por finalizada mi jornada de visitas, aunque el día todavía no había finalizado para mi.
Justo en el lateral de la plaza tenéis una estación de metro, la parada es Sofia University y es ideal si estáis cansados y ya no podéis andar más, aunque en mi caso poco me sirve porque a pesar de estar muy cansado mi alojamiento se encuentra entre esta estación de metro y la de Serdika y estoy a medio camino entre las dos, así que no tengo más remedio que seguir caminando dirección a mi alojamiento (unos 700 metros) mientras voy buscando un sitio para cenar antes de llegar.
Mi sorpresa llega cuando estoy casi delante de mi alojamiento y no he encontrado ningún sitio para cenar a pesar de ser solamente las 21h de la noche, no sé si es por el horario (los búlgaros cenan mucho más pronto que nosotros) o porque es domingo y los comerciantes cierran pronto, así que como no me apetece volver al Bulevard Vitosha porque estoy muerto y necesito una buena ducha, después de mucho buscar por las calles aledañas a mi alojamiento finalmente encuentro un pequeño comercio de pizzas al corte con una pequeña barra para comer, así que no me lo pienso dos veces y me hago con dos porciones grandes y diferentes y una coca cola pagando la friolera de 3,20 BGN, unos 1,60 € al cambio, no pasará a la historia por ser la mejor cena de mi vida pero si la más aprovechada, no solamente por tener la sensación de ver que esa noche me quedaba sin cenar, sino porque no tenían nada que envidiar a una buena pizza italiana (o quizás el hambre me hizo pensar en eso) y sobretodo por sus imbatibles precios... por cierto, os he dicho que Bulgaria es barata y que me encantan sus precios?
Me despido de la amable dependienta (no es fácil encontrar a personas amables y simpáticas en este país), me paro en un colmado enfrente de mi alojamiento a comprar una botella de agua y en dos minutos ya estoy abriendo la puerta de mi alojamiento, con las fuerzas muy justitas para meterme una ducha y poner a cargar las baterías de las cámaras y el móvil hasta caer rendido en mi súper habitación. Mañana será otro día especial ya que la visita que haré es el motivo principal de mi viaje a Bulgaria.
DÍA 3.- SOFÍA - MONASTERIO DE RILA - SOFÍA
Hoy he vuelto a madrugar bastante para aprovechar el día, ya que me espera la visita estrella de este viaje: El Monasterio de Rila. A las 07:30h de la mañana ya estoy saliendo por la puerta de mi alojamiento, a estas horas los comercios continúan cerrados y solamente me cruzo por la calle con algunos trabajadores. Me dirijo de nuevo a la zona de Serdika porque mi intención es ir a desayunar al Mercado Central que todavía permanece cerrado, así que aprovecho para visitar tranquilamente los exteriores de los Baños Centrales de Sofía que se encuentra justo enfrente de la Mezquita Banya Bashi, así como sus famosas fuentes donde van los locales a llenar sus garrafas de agua ya que dicen que su agua tienen propiedades curativas y son buenas para la salud, aunque después de probarlas a mi no me gusta nada ya que tiene un sabor bastante raro. El mismo edificio alberga el Museo Regional de Historia, abierto hasta las 18h de la tarde y el precio de la entrada es de solamente 6 BGN, aunque por falta de tiempo y un poco también de interés, me quedé sin visitarlo.Después de hacer tiempo me voy a desayunar aprovechando que ya está abierto el Mercado Central, así que en la planta baja hay varias cafeterías donde poder desayunar en unas mesas altas pero sin sentarte y desayuno un bocadillo y un café con leche por el módico precio de 2,60 BGN (1,40 €), y la verdad es que todo tiene bastante buena pinta y muy barato.
Me despido y me voy para la zona de la Plaza Nedelya y el edificio del Palacio de Justicia, como todavía tengo tiempo me doy una vuelta por esta zona hasta llegar a la Plaza Makedonia que se encuentra casi detrás del Palacio de Justicia, así que aprovechando que tengo una parada de tranvía decido coger el número 5 hacia la parada Zapad Station (Estación Sur) o más conocida como Ovcha Kupel, desde donde parte el bus hacia el Monasterio de Rila. Para llegar a esta estación podemos coger el tranvía número 4, 5 ó 11, o el bus número 73, 103, 107 y 260 (los billetes podemos comprarlos en el interior en una máquina o al conductor y su precio es de 1,60 BGN). Si viajamos en tranvía debemos contar 10 paradas desde la Plaza Makedonia, justo delante veremos una fachada con una tienda grande de telefonía de la operadora Vivatel, y de aquí solamente tendremos que caminar 200 metros.
Existen diferentes formas de visitar el Monasterio de Rila. Lo más práctico sería alquilar un vehículo y llegar por nuestra cuenta, pero al ir solo descarté esta opción. Otra opción es contratar un taxi y negociar un precio para que te lleve, te espere y te vuelva a traer, lo que se puede convertir tranquilamente en una carrera de 7 horas tranquilamente y no quiero ni imaginarme el precio. Otra opción sería contratar una excursión con alguna empresa de estas que anuncian los blogueros (y se llevan su comisión) y que no les voy a hacer publicidad por el módico precio de 35 € por persona, así que como me gusta ir a mi aire, también lo descarto y me decido ir en transporte público, con sus pros y sus contras, como todo en esta vida. El Monasterio de Rila se encuentra a unos 120 kms. de Sofía.
La ventaja de ir en transporte público es que no te tienes que preocupar de nada, el billete de ida y vuelta cuesta solamente 22 BGN (apenas 11 €) y te deja en la misma puerta y te recoge en la misma puerta también. Por contra, ir en transporte público quiere decir que solamente hay un bus al día que hace este trayecto, saliendo de Sofía a las 10:20h de la mañana y volviendo desde Rila a las 15h de la tarde, con apenas un par de horas para visitarlo (tiempo más que suficiente si vas en esta época del año). En temporada alta y en verano hay que ir con tiempo a la estación y asegurarse una plaza en el bus porque suelen llenarse de seguida y no debe ser agradable viajar un par de horas de pie en el bus.
Así que mi decisión estaba tomada, llego a la estación de autobuses poco antes de las 10h de la mañana y en la taquilla me dicen que no venden los billetes, que se lo compre directamente al conductor.
Aprovecho para comprar algo de bebida para el camino y cinco minutos antes de partir llega el bus por el andén 8, donde en total seremos unas 10 personas. A las 10:20h salimos puntuales hacia Rila, un trayecto de dos horas por un paisaje montañoso y donde las poblaciones rurales que voy viendo ya me cuadran más con la idea que traia de Bulgaria antes de venir. A las 12:15h llegamos a la población de Rila, a 15 minutos de distancia del Monasterio de Rila. No sé por qué pero el bus para aquí para bajar y subir gente y hacer un descanso de 20 minutos, que digo yo que ya podría aprovechar para hacer el trayecto directamente hasta el Monasterio de Rila y descansar allí las dos horas que tienen, pero a armarse de paciencia y cuando por fin nos ponemos en marcha nos deja en la puerta prácticamente a las 13h. Antes de bajar nos advierte que el bus de vuelta es a las 15h y que son puntuales, así que si lo pierdes no hay más transporte en todo el día.
Sin tiempo que perder me dispongo a empezar la visita pensando que iría muy justo de tiempo con solamente un par de horas, así que una vez que traspaso la puerta principal me encuentro a toda una marabunta de gente allí dentro e incluso excursiones escolares pero nada exagerado como pueda estarlo en otras fechas, así que lejos de lamentarme por mi mala suerte me decido empezar la visita por la zona más lejana.
Mi sorpresa viene cuando 20 minutos después desaparece la mayoría de gente y los tours organizados y queda el Monasterio de Rila prácticamente para nosotros solos y algún particular más que ha llegado en su propio vehículo, así que es una gozada poder visitarlo en calma, sin agobios y sin que nadie te reviente las fotos.
El Monasterio de Rila fue fundado en el S. X por San Juan de Rila, conocido como Iván Rilski, un ermitaño canonizado por la iglesia ortodoxa. En 1.983 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y su visita es gratuita, aunque solamente hay que pagar por visitar su museo (8 BGN) que en estas fechas está cerrado. Su horario de octubre a mayo es de 08:30h a 16:30h, y el resto de meses hasta las 19:30h.
La visita más importante del Monasterio de Rila es la Iglesia Ortodoxa de la Natividad con un interior impresionante (prohibido hacer fotografías), y sobretodo visitar los frescos que adornan las paredes y los techos del exterior de la iglesia, decorada con coloridas escenas religiosas representadas por personajes bíblicos. Justo al lado podemos encontrar la Torre de Hrelyo, una de las construcciones más antiguas del Monasterio de Rila y que solamente permanece abierto en verano, así que en esta época han instalado una pequeña tienda de souvenirs.
Las fotografías no hacen justicia a este maravilloso lugar, no se entiende un viaje a Bulgaria o a los Balcanes y no visitar el Monasterio de Rila, ya que esta visita ya justifica el viaje por sí sola... así que totalmente recomendada la visita y personalmente se ha colado en el Top 10 de mis visitas por el mundo, que ya es decir después de tantas maravillas que he tenido la suerte de conocer.
Los que sufrís por el escaso tiempo de visita que hay, os puedo asegurar que en esta época del año (principios de abril y a las puertas de la Semana Santa) os vais a encontrar una visita muy tranquila y sin apenas gente (podéis ver en las fotos la poca gente que hay), nada de agobios y buena temperatura, os lo digo yo que soy muy tiquismiquis con este tipo de visitas porque me gusta mucho entretenerme y visitar todo sin prisas, fotografiar todos los rincones y todos los ángulos posibles, etc... pues incluso me dio tiempo chafardear las tiendas de souvenirs, tomarme algo en el restaurante que hay en el otro extremo del recinto y fumarme un cigarro, y aún así estuve esperando 15 minutos el bus de vuelta. Supongo que si váis en otra época y está todo petado de gente será diferente, pero yo quedé muy satisfecho con mi visita y no dudaría en volver a repetirla de esta manera.
A las 15h en punto el bus se pone de nuevo en marcha, nos montamos las mismas personas que vinimos más un monje ortodoxo y puntualmente partimos hacia la población de Rila, donde después de un descanso de 10 minutos partimos hacia Sofía, llegando sobre las 17:30h de nuevo a la estación de Ovcha Kupel. Para llegar al centro de Sofía hacemos lo mismo que a la ida, a 200 metros y delante de la puerta del local de telefonía Vivatel cogemos el tranvía (esta vez cojo el número 4 que es el que pasa primero) y 9 paradas después me bajo delante del edificio del Palacio de Justicia (una anterior a la Plaza Makedonia).
Lo primero que hago es intentar comer algo aunque sean las 18h de la tarde, pero llevo desde esta mañana en el desayuno sin comer y ya no puedo aguantar más, así que justo enfrente de donde me encuentro y al inicio del Bulevard Vitosha, y visto el éxito que tuvo ayer las pizzas de la cena, decido repetir en uno de los tantos locales que nos encontramos repartidos por la ciudad, donde me hago con dos porciones grandes y diferentes de pizza que me saben a gloria junto a una cerveza (3,50 BGN) y cargo pilas para un rato más.
Ya que estoy en la calle más comercial de Sofía aprovecho para comprar algún souvenir para la familia y me dispongo a seguir visitando parte de la ciudad que todavía no conozco antes de que caiga la tarde, así que paseando sin un planning establecido llego hasta una bonita plaza y muy animada donde se encuentra el Teatro Ivan Vazov, en homenaje al famoso poeta y dramaturgo búlgaro. Esta joya arquitectónica de estilo neoclásico destaca por su columnata y por su friso con motivos mitológicos. Una maravilla de construcción y que nunca me hubiera pensado que los búlgaros tendrían tan buen gusto, y es que la imagen que tenemos en nuestro país de los búlgaros está muy lejos de la realidad.
Toda esta zona está muy animada a pesar de ser lunes y un día laborable, la gente es muy disfrutona y le gusta salir a tomar algo pues las terrazas están llenas, los más mayores se entretienen jugando al ajedrez e incluso me retan a jugar contra ellos (a pesar de todos mis esfuerzos y de poner empeño me ganan con facilicidad) y los más jóvenes aprovechan para hacer skate, que por lo visto está muy de moda porque en casi todas las plazas me los encuentro con sus monopatines.
Sigo caminando y aprovechando el tiempo a pesar de encontrarme ya cansado, y de seguida llego al Mausoleo de Alejandro I de Battenberg, primer monarca de Bulgaria. A estas horas se encuentra cerrado y lo visito por fuera, donde destaca su cúpula dorada en medio de unos bonitos jardines.
Justo enfrente del Bulevard Vasil Levski se encuentra la Universidad de Sofía y los bonitos Jardines Knyazheska con el monumento al Ejército Soviético que ya tuve la oportunidad de visitar ayer por la tarde y contemplar un bonito atardecer que hoy no llegará porque está bastante nublado, así que como me gustó tanto la visita no dudo en volver acercarme y relajarme un rato allí.
Sigo paseando sin rumbo fijo pero con dirección a mi alojamiento, prácticamente ya tengo visitado lo más importante de la ciudad y ahora me estoy dedicando a volver a visitar los lugares que más me han gustado de Sofía, y además mañana tengo todo el día entero también aunque por suerte no me voy a quedar en Sofía porque la ciudad no ofrece mucho más de un día o máximo un día y medio de visitas.
Llego a la plaza donde se encuentra la Asamblea Nacional y el Monumento al Zar Libertador, representado en una estatua ecuestre por el Zar Alejandro II de Rusia en homenaje por la liberación de Bulgaria en 1.878 de manos de los otomanos.
Esta zona ya la visité ayer que es cuando aproveché para cambiar dinero, así que no me entretengo mucho y subiendo por la primera calle que nos encontramos llegaremos de nuevo por un lateral de la Catedral Alexander Nevski, donde vuelvo a entrar a visitarla y donde me encuentro la misma escena de ayer con el monje ortodoxo metiéndole bronca a todo el mundo por hacer fotografías sin pagar, así que yo ya ni lo intento y hago una visita express, donde me vuelvo al Bulevard Vasil Levski que se encuentra justo detrás para visitar los jardines y la Biblioteca de San Cirilo y San Metodio, padres y fundadores del alfabeto búlgaro.
Camino a mi alojamiento que se encuentra a 500 metros aproximadamente no sin antes hacer la última visita express del día, el Teatro y la Ópera de Sofía que se encuentra apenas a 200 metros de mi hostel y que me pilla de camino, situada en la esquina Rakovski y Doundukov y con una fachada impresionante. Estos días están representando la obra "Don Giovanni" de Mozart, así que me acerco a las taquillas a chafardear los precios y no puedo parar de alucinar, ya que es posible asistir a una representación de esta envergadura por el irrisorio precio desde los 5 € (la más barata) hasta cerca de 50 € la más cara. El problema que no hay funciones hasta el jueves, y yo el día antes dejo Sofía.
Por fin llego a mi alojamiento pasadas las 20h de la tarde desde las 07:30h de la mañana que he salido, estoy muy petado así que aprovecho para cargar un poquito el móvil y meterme una ducha, y media hora después ya estoy saliendo de nuevo por la puerta con lo puesto en busca de algún lugar para cenar.
Terminado de cenar intento volver a mi alojamiento después de un largo día, y digo que intento porque por el camino no puedo evitar pararme a hacer fotografías a los edificios iluminados que son muy bonitos.
Finalmente hago un pensamiento y decido volver a descansar por fin, son las 23h de la noche cuando estoy entrando en mi alojamiento después de un largo día de visitas. Una de las ventajas de alojarse en todo el centro de la ciudad es que lo tengo todo a mano y sin necesidad de moverme en transporte público, y la seguridad para ir caminando por la noche es máxima. Otra cosa muy diferente es la triste realidad del país cuando se apagan los focos del día y te alejas del turismo, demasiada gente pobre buscando por los contenedores de basura y muchos homeless durmiendo por las calles, que hace que se le rompa el alma a uno. Mañana es mi último día entero en el país y hay que aprovecharlo.
DÍA 4.- SOFÍA - PLOVDIV - SOFÍA
Hoy toca de nuevo madrugar bastante como siempre que estoy de viaje (y como cada día de mi vida personal), así que a las 06h de la mañana ya estaba arriba y a las 07:30h ya estoy saliendo de mi alojamiento después de dejar todo arreglado.Me voy caminando de nuevo hacia la zona de Serdika ya que hoy voy a pasar el día fuera para conocer otra de las ciudades que más me apetecía conocer, Plovdiv. Voy directamente a la estación de metro de Serdika para bajarme un par de paradas después en Central Railway Station, desde donde parten los trenes y autobuses a cualquier punto del país, ya que ambas estaciones están juntas. Me decido por ir en autobús, más rápido y con más frecuencia horaria de transporte, así que me dirijo a la taquilla y compro mi asiento para Plovdiv, y aunque le pido ida y vuelta me hace entender que solamente me puede vender la ida y que el billete de vuelta lo tengo que comprar en la estación de Plovdiv. Si algo malo le he encontrado a viajar por los Balcanes es que las personas que están de cara al público me han parecido personas muy sosas y rancias, apenas hablan inglés y no hacen mucho por ayudarte e informarte, supongo que el carácter comunista de tantos años no les hace ser de otra manera. Le pago mi billete de ida (9,50 BGN) y sobretodo, solamente se puede pagar en efectivo ya que no aceptan tarjetas de crédito.
Como todavía faltan 40 minutos para que salga el bus (normalmente salen cada hora pero no me ha dado tiempo coger el de las 08h de la mañana) decido desayunar tranquilamente en la estación, así que un café con leche y una banitsa (es el postre típico búlgaro compuesto de hojaldre y relleno de queso), pago la friolera de 1,99 BGN (prácticamente 1 €). Me encantan los precios en este país!!
Antes de partir llega mi compañero de asiento, un hombre de mediana edad que no duda en preocuparse por mi al ser el único turista, se llama Dimitar y tengo la suerte que habla inglés y bastante bien como para pasarnos las dos horas de trayecto hablando sin parar. Dimitar me explica un poco todo referente a su país, desde los inicios de nuestro hijo pródigo Hristo Stoichkov que es de Plovdiv y que jugó muchísimos años en el Barça conviertiéndose en nuestro ídolo, hasta la época del comunismo, la Bulgaria de hoy en día y sobretodo, la religión. Una persona muy entrañable y que fue un placer compartir con él tanta conversación.
A las 11h llegamos a Plovdiv, Dimitar me ofrece quedarme en su casa con su familia pero sintiéndolo mucho hoy es mi último día en Bulgaria y mañana debo partir, así que me deja su teléfono por si necesito cualquier cosa y nos despedimos. Y todavía hay quién piense que viajar es muy peligroso!
Lo ideal es pasar un par de días en la ciudad y visitar todo con calma, pero como para mi no es posible voy a intentar visitar la ciudad en unas horas. Plovdiv no es una ciudad muy grande, pero tiene bastante "chicha" para visitar. Enfrente de la estación de autobuses hay una parada de autobuses urbanos, como no tenía ni idea de que número tenía que coger le pregunté al revisor si iba para la "ancient city" y me dijo que subiera. Una vez dentro y cuando pasó a cobrarme me preguntó a donde iba... vamos que me ha hecho subir al bus sin tener idea de los que le preguntaba y ya me veia en Rumania!! Como no me entendía se acercó un hombre de mediana edad que hablaba inglés, le dije que quería visitar la ciudad antigua y el anfiteatro y me dijo que me bajara con él. Por supuesto que no me dejó pagar mi billete de autobus que cuesta solamente 1 BGN (0,50 €) pero no sé que le dijo al revisor y no pagué, así que se lo agradecí. En dos paradas nos bajamos y me dijo que le acompañara, caminamos unos metros y me indicó el camino a seguir porque él se tenía que quedar en su joyería. Me despedí con agradecimiento del señor y empecé mi visita sin mucha historia, porque lo mejor de Plovdiv es caminar y perderse por sus calles con mucho encanto. De todas formas tenéis a vuestra disposición una Oficina de Turismo al lado de la Iglesia de San Constantino y Helena donde podéis coger un mapa de la ciudad y os informarán amablemente.
Los puntos más turísticos de la ciudad se encuentran al otro lado del rio Maritsa, la calle principal y comercial de la ciudad se llama Rayko Daskalov y empieza en el Puente del rio Maritsa y acaba en el anfiteatro romano, en lo alto de la colina. La mayor parte de todo este trayecto es peatonal y sin circulación de coches y por el camino encontraremos calles adoquinadas, museos, coloridas casas del renacimiento búlgaro y mucha historia, así que recomiendo visitarla a pie. Da lo mismo por donde empezar la visita, ya que tarde o temprano acabarás pasando por todos los lugares más importantes que visitar. Además, existe un billete combinado que por 15 BGN tienes derecho a visitar cinco de estos lugares.
Yo empecé por arriba del todo, entre las colinas de Taksim y Dzhambaz Tepe, donde se ubica el Teatro Romano de Plovdiv, uno de los más antiguos y preservados del mundo. Su entrada cuesta 5 BGN y es increíble su estado de conservación y como ha podido estar oculto tantos años antes de que en 1.972 lo descubrieran.
A partir de aquí iremos bajando por un entremado de calles adoquinas y estrechas a cada cual más bonita e interesante, dando paso a la ciudad medieval y pasando a la época otomana, destacando la Hisar Kapia o "Puerta de la Fortaleza", donde es posible encontrarse a parejas de novios hacerse las fotos de boda en toda esta bonita zona. La calle Sramna es muy bonita así como sus pequeñas tiendas.
Pero en toda esta zona no solamente encontraremos bonitas casas del Renacimiento Búlgaro, ya que también tendremos oportunidad de conocer varias iglesias ortodoxas, como son la Iglesia de Sveta Nedelya, la Catedral de San Luis, la Iglesia de Sveta Marina y personalmente las dos más bonitas de la ciudad, la Iglesia de San Constantino y Helena del S. XIV, y la imponente Catedral de la Santa Madre de Dios, construida en el lugar donde hubo una mezquita otomana. Todas ellas se pueden visitar de forma gratuita (se aceptan donaciones) y está prohibido hacer fotografías en su interior a no ser que pases por caja.
Además de todas estas bellezas arquitectónicas y de todas las iglesias, se puede visitar varios museos, siendo el más interesante el Museo Etnográfico Regional, fundado en 1.917 y no perderse sobretodo su patio interior y su bonita fachada. Su horario es de 09h a 12:30h y de 13:30h a 17h y su precio es de 5 BGN.
Doy por finalizada mi visita por la zona vieja de Plovdiv entre calles adoquinadas, arquitectura de casas de colores, iglesias, arte callejero pero sobretodo mucha historia, así que voy descendiendo poco a poco y despidiéndome de esta zona que tanto me ha gustado. Una vez abajo llegamos a la gran avenida Tsar Boris III Obedinitel y con ella el gran tráfico de coches, así que para cruzar al otro lado de la calle hay dos opciones, o bien por el semáforo como en cualquier otra ciudad del mundo, o bien por un paso subterráneo o túnel. Os recomiendo encarecidamente que lo hagáis por esta última porque os encontraréis el graffiti más bonito de toda la ciudad (que ya es decir porque Plovdiv está plagado de maravilloso arte callejero), pero aquí encontraréis el símbolo de Bulgaria, el león (en búlgaro "Leva" y que da nombre a la moneda del país) envuelto entre la bandera búlgara. Os aseguro que es simplemente brutal!!
Una vez cruzado el túnel o paso subterráneo llegamos al otro lado de la carretera donde comienza uno de los barrios más bonitos de todo Bulgaria, el barrio de Kapana! En este pequeño barrio de moda sería algo así como una comunidad hypster (parecido al Soho de Nueva York o Neal's Yard de Londres) donde podemos encontrar una sucesión de bonitas calles llenas de terrazas, pequeños alojamientos con encanto, comercios y pequeñas tiendas vintages y sobretodo, mucho arte urbano, que tanto me encanta cuando visito una ciudad nueva. Así que lo mejor es perderse y recorrer sus calles a pie y sin prisas, sobretodo la zona de la calle Zhelezarska llena de graffitis y arte callejero, donde encontraremos verdaderas obras de arte.
La zona de Kapana es muy recomendable visitarla y muy agradable pasear por ella pero no nos engañemos, la visita no da para mucho porque es bastante pequeña y en poco tiempo la tendréis visitada. Desde aquí se puede llegar en poco tiempo a la arteria principal de la ciudad, la calle Alexander I, la zona comercial y peatonal de la ciudad, llena de tiendas de marcas internacionales y de franquícias de comida rápida. Esta zona es buena para hacer un alto en el camino y parar a comer antes de que sea más tarde, así que aprovecho para hacerlo tranquilamente antes de volver a Sofía.
Después de comer sigo con las visitas, no tengo prisa para volver a Sofía porque dispongo de transporte en cualquier momento del día y prefiero seguir visitando tranquilamente esta bonita ciudad, además este año Plovdiv ha sido designada como Capital Europea de la Cultura y eso se nota porque le están haciendo un importante lavado de cara a la ciudad y la están dejando más bonita, si cabe. En esta zona, aparte de sus restaurantes y tiendas, lo más llamativo es visitar la estatua de "Milo el loco", un personaje muy popular entre los búlgaros y en el que dicen que si le susurras un deseo al oido se cumplirá! Sea cierto o no yo lo pruebo, esperando que se cumpla!
La famosa estatua la encontrarás a mitad de la calle Alexander I y no será díficil dar con ella porque siempre está llena de gente esperando a hacerse una foto con él y con las típicas letras de colores con el nombre de la ciudad, muy característico en muchas ciudades del mundo.
Sigo recorriendo la zona tranquilamente, visitando la bonita Mezquita Dzhumaya, el famoso Odeón y los jardines del Zar Simeón. Lo ideal hubiera sido pasar la noche aquí y hacer las visitas tranquilamente, pero no dispongo de más tiempo y quizás algún día vuelva a Bulgaria más tranquilamente y pueda visitar otras zonas del país que me hubiera gustado visitar.
Voy pensando en volver a la estación de autobuses, esta vez no tomo ningún bus porque lo hago paseando a través de sus avenidas en un corto paseo de no más de 15 minutos, llegando sobre las 16:30h, me voy directamente a las taquillas y aquí me entienden más fácilmente, pago de nuevo los 9,50 BGN que cuesta mi billete con la compañía Eurolines y mientras me fumo un cigarro y me tomo algo en un tenderete cercano veo llegar el bus, donde salimos puntualmente a las 17h dirección a Sofía, llegando cerca de las 19:30h de la tarde por culpa del tráfico a la salida de Plovdiv y a la entrada de Sofía.
Ya que estoy en la estación de autobuses me dirijo a la terminal de transporte internacional que se encuentra justo al lado y voy buscando alguna empresa que haga la ruta para viajar hacia Macedonia, mi siguiente destino. Entro en las instalaciones de la empresa Flixbus y una chica amable me comenta que ellos no operan esta ruta y me indica la empresa que la realiza, que se encuentra justo enfrente al otro lado de la terminal. Después de un rato esperando me atienden y compro mi pasaje para llegar a la capital de Macedonia del Norte, Skopje, para mañana mismo por la mañana (lo explicaré en el futuro post sobre Macedonia del Norte).
Con mi trámite logistico resuelto tengo la posibilidad de volver al centro de la ciudad en metro (dos paradas) o volver andando, así que como todavía no conozco esta zona de Sofía decido volver andando en un agradable paseo de 20 minutos hasta la Mezquita Banya Bashi. Por el camino nada destacable, solamente el Puente de los Leones que es bonito de visitar y después recorrer el Bulevard Maria Luiza, llena de comercios, restaurantes, muchos "pintas" y prostitución y mejor evitar a altas horas de la noche.
Ya es bastante tarde y todavía tengo muchas cosas que hacer, así que mientras me dirijo a mi alojamiento me voy despidiendo de la ciudad pasando por lo lugares que más me han gustado de Sofía, la Plaza Nezavisimost, las ruinas de Serdika y todo lo que me voy encontrando por mi camino.
Llego de nuevo a mi alojamiento casi 14 horas después de que saliera esta mañana, mi intención es meterme una buena ducha, recoger todo mi equipaje y dejarlo preparado para mañana y salir a cenar, pero me conozco y sé que estoy muy petado de tanto patear y si me meto en mi habitación después me va a dar pereza salir a cenar, así que cambio de planes y dejo mi mochila en la habitación y vuelvo a salir, quiero despedirme de la Catedral Alexander Nevski y visitarla por última vez, dar un último paseo con la fresca y buscar un lugar para cenar y cuando vuelva a mi alojamiento ya recojo todo.
Después de cenar me voy despidiéndome definitivamente de la ciudad, ya es muy tarde y todavía tengo mucho que hacer. Mañana me toca madrugar de nuevo ya que a las 09:30h sale mi transporte hacia Macedonia del Norte, así que solamente tendré tiempo para desayunar y coger el metro hacia la estación central de Sofía. Me guardo algo de dinero para pagar mañana el desayuno y el transporte y todos los levas que me han sobrado (que no son muchos) los aprovecho para comprar agua y tabaco en la tienda que tengo enfrente de mi alojamiento y donde ya me conocen porque cada día a última hora he ido a comprarles algo. El tabaco en Bulgaria es mucho más barato que en España, por ejemplo un paquete de Camel cuesta 5,20 BGN (2,70 €), prácticamente la mitad de lo que vale en nuestro país.
Y con esto doy por finalizada mi breve pero intensa visita a Bulgaria, han sido solamente 4 días pero bastante bien aprovechados, lo ideal para conocer el país sería un mínimo de 8 días, así que algún día volveré para recorrer el resto del país. Muchos viajeros le dedican solamente un fin de semana pero os aseguro que el país merece mucho la pena y a mi me ha sorprendido mucho, tengo claro que no es el destino europeo más bonito ni más interesante pero solamente por visitar el Monasterio de Rila ya merece la pena una visita a Bulgaria, un destino que pronto se va a poner de moda gracias a los precios de los vuelos low cost y de lo baratísimo que resulta conocer el país.
Un placer conocerte, Bulgaria!!
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