DÍA 1.- BÉRGAMO - NISDÍA 2.- NIS - BELGRADODÍA 3.- BELGRADODÍA 4.- BELGRADO - NOVI SAD - NIS
PRESUPUESTO DEL VIAJE
DESGLOSE DEL PRESUPUESTO IMPORTE
Vuelo i/v Bérgamo - Nis con Ryanair 9,98 €
ALOJAMIENTO 52,00 €
TICKETS 49,74 €
OTROS (COMIDAS, COMPRAS, GASTOS PERSONALES,..) 48,84 €
TEST ANTIGENOS 17,09 €
Total Presupuesto por Persona 177,65 €
TRANSPORTE A/DESDE AEROPUERTO
La razón principal por la cual decidimos volar a Serbia y concretamente que el pequeño aeropuerto de Nis fuera nuestra puerta de entrada al país fue por el increible precio de los vuelos, ya que conseguimos volar con Ryanair por 4,99 € por trayecto, todo un regalo ya que llegar a Serbia por su capital Belgrado con otras compañías tipo Vueling o Wizzair, el precio se disparaba a cerca de 100 € por trayecto, así que debido a la diferencia tan grande de precio, decidimos volar a Nis.
Una vez aterrizado en Serbia y resuelto todos los trámites burocráticos, hay varias opciones de llegar a la ciudad (por desgracia nosotros tuvimos que utilizar ambas), aunque por suerte la ciudad se encuentra prácticamente a 5 kms de distancia del aeropuerto, aproximadamente a 10-15 minutos en coche.
- Autobus: Justo a la derecha de la terminal de salidas se encuentra la parada de autobus que nos llevará a la ciudad, el número es el 34 o 34B, y os aseguro que no tiene pérdida porque es el único autobus de línea que hace este recorrido y además no hay otros transportes que tapen nuestra visibilidad, normalmente suelen estar sincronizados con el horario de llegada de los pocos vuelos que recibe el aeropuerto, así que no vamos a tener problema en localizarlos. El coste del ticket es de 60 RSD (0,50 €) por persona, independientemente de los bultos que lleves, y se paga al revisor que hay dentro del bus.
- Taxi: Es la forma más rápida y más segura de llegar a tu destino, el problema es que sorprendentemente no hay taxis en el aeropuerto, ya que no es un destino muy habitual entre los viajeros y su aeropuerto apenas recibe vuelos, así que si salimos y no encontramos ninguno, lo mejor es acercarse al pequeño kiosco donde hemos cambiado dinero y le decimos al chico si nos puede conseguir un taxi, que amablemente os conseguirá uno. El precio del trayecto no debería pasar de 5€, es cierto que es más caro que el transporte público pero te aseguras que te deje en la puerta de tu alojamiento, porque nosotros que viajamos tres personas cometimos el error de irnos en autobus y estuvimos dando un montón de vueltas porque no localizamos nuestro alojamiento y perdimos mucho tiempo, así que viajando tres personas lo mejor es viajar en taxi que son muy baratos y recomendables.
TRANSPORTE ENTRE CIUDADES
Lo más recomendable para moverse por el país sería disponer de coche de alquiler y poder moverse a tu aire y sin estar sujeto a horarios, aunque en nuestro caso fue un destino de prácticamente última hora y el precio del alquiler ya se había disparado bastante de precio, y como solamente íbamos a conocer varias ciudades en prácticamente 5 días, decidimos movernos en transporte público y no nos arrepentimos en absoluto, y más teniendo en cuenta las condiciones climatológicas que nos hemos encontrado. Aunque uno se puede mover tanto en tren como en autobus, nosotros finalmente nos hemos decantado por este último y más concretamente por el autobus de la compañía
Nis Ekspres, ya que su flota de autobuses son cómodos y nuevos, puedes consultar sus horarios por su web sin necesidad de desplazarte a la estación de autobuses e incluso comprar los billetes por su aplicación, y sobretodo que hace solamente una parada intermedia de 15 minutos para estirar las piernas. Por contra no me ha gustado que aprovechan hasta el último asiento antes de salir (lógico y normal) y parece que vayamos un poco apretados, y apenas controlan que la gente viaje con su mascarilla subida durante todo el trayecto a pesar de ser un requisito obligatorio como uno puede observar al subir al autobus, y es un tema que me ha tenido bastante mosqueado durante el viaje y más teniendo en cuenta que en las fechas de mi visita a Serbia, la población vacunada apenas llegaba al 40% de su total.
Estos son los trayectos, distancia y precios de que hemos recorrido en Serbia.
* Nis - Belgrado: 1300 RSD (11,10 €), 240 kms y 3,15h aproximadamente.
* Belgrado - Novi Sad: 900 RSD (7,69 €), 98 kms y 1,30 horas aproximadamente.
* Novi Sad - Nis: 2140 RSD (18,29 €), 340 kms y 5 horas aproximadamente.
ALOJAMIENTOS DEL VIAJE
Teníamos claro que si finalmente lográbamos entrar en Serbia, nos íbamos a alojar en apartamentos amplios para tener más privacidad y sobretodo para no compartir alojamiento con desconocidos en tiempos de pandemia y así prevenir posibles contagios, así que decidimos no reservar nada previamente hasta tener la confirmación de entrada en Serbia por si tuviéramos que tirar de plan B o incluso C que teníamos en mente.
-
Nis: Sweet Apartments. Alojamiento reservado desde el interior del avión de Bérgamo a Nis poco antes de despegar y una vez que nos confirmaron que podíamos volar a Serbia sin problemas. Se trata de un apartamento privado pero con cocina y baño compartido con otros huéspedes pero donde tuvimos la suerte de no compartir con nadie más, así que como llegábamos tarde y al día siguiente partiamos pronto hacia Belgrado, no queriamos gastar mucho. El apartamento es céntrico, ya que se encuentra a dos minutos caminando de la zona comercial y apenas a 5 minutos de la estación de autobuses de la ciudad, aunque para llegar dimos una vuelta importante porque el conductor del bus no sabía dónde teníamos que bajarnos y perdimos bastante tiempo, pero la dueña del apartamento, la Sra. Jovic, se portó muy bien con nosotros. Finalmente por la habitación individual (2 camas) pagamos 12 €, y por una habitación doble 18 €, solamente se puede pagar en efectivo aunque admiten €uros si te va mejor, el desayuno no estaba incluido pero disponiamos de cocina para hacerlo nosotros mismos.
Recomendable por ubicación y el buen estado del apartamento, en cambio el edificio necesita una reforma urgente y las escaleras para llegar al apartamento que se encuentra en un tercer piso no disponen de luz ni ascensor, así que hay que ir con cuidado para no matarse por la noche. Si buscas un alojamiento económico para pasar una noche, bien ubicado y con privacidad es una buena opción, en caso contrario se puede encontrar opciones mejores por prácticamente el mismo precio.
-
Belgrado: City Center Apartment Mika. Reservado la misma noche que llegamos a Serbia y pocas horas antes de llegar a Belgrado. Apartamento de 60 metros totalmente equipado y reformado, dispone de dos habitaciones amplias, cocina totalmente equipada (incluso lavadora) y gran baño, aparte de una pequeña terraza que nos iba genial para salir a fumar sin necesidad de salir a la calle con el frio que hacia. La comunicación con Dusan, su propietario, fue totalmente fluida por whatsapp y no tuvimos ningún problema para llegar. Su ubicación es excelente, apenas a 5 minutos de la Plaza de la República, centro neurálgico de Belgrado y desde donde empieza la calle Knez Mihailova, la arteria comercial y más importante de Belgrado, además a dos minutos de nuestro alojamiento encontramos el barrio de Skadarlija, la zona de moda de la ciudad llena de bares y restaurantes abiertos hasta altas horas de la noche. Estuvimos alojados dos noches y hemos pagado 90 € en total, es decir, 15€ por persona y noche, que teniendo en cuenta los precios de los alojamientos en Belgrado y su excelente ubicación y comodidad, me parece
muy recomendable.
-
Nis: Dream Rooms. Alojamiento reservado para la última noche del viaje y antes de coger el vuelo para casa, ya que no quisimos arriesgarnos y preferimos dormir cerca del aeropuerto para no tener ningún imprevisto. Tiene una ubicación excelente ya que se encuentra a dos minutos caminando de la zona comercial y a 10 minutos de la estación de autobuses y está todo muy céntrico y a mano. Se trata de varios apartamentos independientes, el nuestro disponía de dos habitaciones, baño privado y una pequeña cocina con nevera, suficiente para pasar una noche ya que llegamos muy tarde y al día siguiente saldriamos muy pronto porque queríamos aprovechar para visitar la ciudad de Nis que dejamos para el final del viaje. Hemos pagado 29 € en total por una noche (10 € por persona), solamente se puede pagar en efectivo aunque te dan la facilidad de pagar en €uros, la chica de la recepción ha sido muy amable y simpática con nosotros durante nuestra estancia, y hemos estado cómodos y sin ningún problema, incluso nos han guardado nuestras mochilas después de realizar el check out mientras hemos aprovechado para conocer la ciudad ligeros de peso. La única pega de nuestro apartamento es que para ir al baño tenía que entrar en la habitación de mis amigos, no es ningún problema pero sí una molestia y lo ideal hubiera sido que el baño estuviera fuera de las habitaciones para no molestar ni despertar a nadie.
Muy recomendable para una estancia en Nis, y si tuviera que escoger entre el alojamiento de nuestra primera noche o el de nuestra última noche, yo personalmente me quedo con este último, aunque he quedado muy satisfecho de ambos.
GASTRONOMÍA VIAJERA
Como no podía ser de otra manera, la gastronomía serbia y la balcánica en general posee grandes influencias de sus países vecinos, sobretodo de Hungría, Turquía y Grecia, dónde ya me dejó una gran sabor de boca durante mi visita a
Macedonia del Norte y
Kosovo y en Serbia la he vuelto a disfrutar. Los serbios son muy aficionados a los caldos (los inviernos son muy duros en el país) destacando sobretodo el famoso
goulash, originario de sus vecinos húngaros, pero sobretodo destacan por ser grandes consumidores de carne, donde es fácil encontrar cualquier local abierto de barbacoas o carne a la brasa hasta altas horas de la noche y que nos ha salvado de cenar en varias ocasiones, destacando sus ricas
pljeskavica (hamburguesas) o sus maravillosos
cevapci (carne picada en forma de salchichas a la parrilla), pasando por los burek (pastel típico relleno de queso, carne o verduras) sin olvidarnos de sus maravillosos postres como es el
baklava (pastelitos dulces con miel y frutos secos), así que es muy recomendable probar la comida balcánica porque es abundante, deliciosa y barata.
La parte negativa es que en tiempos de Covid las medidad de seguridad de los restaurantes brillan por su ausencia, ya que suelen estar bastante llenos y sin apenas separación de mesas, la gente no utiliza mascarillas mientras no consumen y lo más importante, no disponen de ley antitabaco y está permitido fumar en el interior de sus locales, así que nosotros casi siempre hemos consumido en las terrazas al aire libre a pesar del frio o bien hemos encargado la comida y nos la hemos llevado a nuestro apartamento donde hemos comido tranquilamente comprando cerveza fresca y grande en el supermercado, pero en ningún momento nos hemos querido arriesgar a un posible contagio. Por este motivo la partida de gastos en comida no se ha disparado mucho a pesar de haber comido muy bien.
LO MEJOR DEL VIAJE
- Volver a coger un avión y viajar fuera de mi país después de 18 meses sin hacerlo, demasiado tiempo para una persona que le encanta viajar pero que lo principal en estos momentos es la salud y todo lo demás es secundario.
- Viajar a un destino tristemente histórico y poder hacerlo sin encontrarme apenas turismo internacional, uno de los requisitos imprescindibles que buscaba cuando estaba en la búsqueda de destinos para pasar unos días fuera, además de poder volar por menos de 10 € en total cuando normalmente los vuelos cuestan muchísimo más. Tenía bastantes prejuicios con este destino antes de visitarlo ya que siempre me ha parecido el patito feo de los Balcanes y ahora puedo decir que me ha gustado más de lo que me esperaba.
- En general me ha parecido un destino barato aunque no tanto como imaginaba (sobretodo en Belgrado), donde los precios tanto del alojamiento como del ocio se asemejan más a precios europeos que balcánicos, así que vale la pena visitar estos países ahora antes de que entren a formar parte de la Unión Europea.
LO PEOR DEL VIAJE
- Las medidas anticovid tan lamentables que tienen en el país a pesar de que ni la mitad de su población está vacunada y lo poco conscienciada que está la gente en el país por miedo a contagiarse, ya que dentro del transporte muchos no llevan mascarillas, y en el interior de los restaurantes está permitido fumar tranquilamente, así que aunque no haya restricciones obligatorias conviene ir con mucha precaución.
- La incertidumbre que ha provocado visitar este destino por culpa de la poca y confusa información por parte de las autoridades serbias referente a las medidas sanitarias para entrar y salir del país, hecho que ha provocado que hasta poco antes de despegar de Italia no supiera dónde iba a viajar ya que no estaba dispuesto a gastarme 100 € en una prueba PCR para hacer una escapada de 5 días con la cantidad de destinos que hay por visitar, así que en mi mente siempre ha habido un plan B, C e incluso D por si no podíamos volar a Serbia, aunque la sorpresa vino al llegar al aeropuerto con una hora de antelación para coger el vuelo de vuelta donde sí que nos solicitaron un test negativo para poder abandonar el país, situación que nos estresó mucho debido al poco margen de tiempo del que disponíamos.
Y después de esta pequeña guia con información actual os llevo al corazón de los Balcanes, vamos a conocer Serbia!
DÍA 1.- BÉRGAMO - NIS
Después de pasar toda la mañana visitando la maravillosa ciudad de Bérgamo y con la incertidumbre de si podemos volar a Serbia sin necesidad de una prueba de PCR negativa, nos ponemos en la fila de embarque a probar suerte antes de desenpolvar el plan B del viaje y por suerte con el Green Passport o Pasaporte Covid nos dejan embarcar sin problemas, así que una vez localizado mi asiento y antes de despegar lo primero que hago es reservar alojamiento para nuestra primera noche en Nis por si no encontramos wifi o tenemos cualquier imprevisto.
El vuelo transcurre sin problemas con una mezcla de ilusión por poder viajar de nuevo y de desahogo por volver a hacerlo después de tanto tiempo, llegando hora y media después al pequeño aeropuerto Constantino el Grande de Nis, donde poco después comprobaremos que de grande solamente tiene el nombre. Imprescindible pasaporte para llegar a Serbia ya que no forma parte de la Unión Europea, mostrar nuestro documento de vacunación y después del sello en el pasaporte ya estamos en Serbia, ahora falta llegar a la ciudad, que se encuentra a escasos 4 kms del aeropuerto.
Cambiamos algo de dinero en una pequeña garita que se encuentra justo en la salida del aeropuerto y con nuestros primeros dinares serbios nos vamos a la parada del bus que llega poco después, el número es el 34 ó 34B y no tiene pérdida porque es la única línea que pasa por el aeropuerto, y el coste del ticket es de 60 RSD por persona. En un principio debemos bajarnos en la Plaza Rey Milan porque nuestro alojamiento está muy cerca pero por lo visto el recorrido lo hace por una calle paralela y no supimos localizarla para bajarnos ya que no disponemos de wifi, así que le pregunto al cachondo del revisor pero mientras consigue ver la calle, se ubica y le pregunta a toda la gente del bus, al final acabamos en la otra punta de la ciudad y ya de noche cerrada. Finalmente una pasajera joven que habla inglés nos aconseja bajarnos y coger otro bus en dirección opuesta y nos apunta en un papel el nombre de la plaza en serbio para que se lo enseñemos al siguiente revisor y nos diga donde debemos bajarnos, así que le hacemos caso y nos subimos en otro bus y después de un trayecto de unos 20 minutos por fin nos bajamos en la Plaza Rey Milan, donde apenas a tres calles se encuentra nuestro alojamiento.
La primera impresión de nuestro alojamiento no fue muy buena, ubicado en una calle muy poco iluminada, en un edificio lamentable sin ascensor y encima no dispone de luz en los rellanos para subir, pero una vez que llamas a la puerta y te abre la Sra. Jovic (su dueña) todo cambia y el alojamiento está muy bien, a pesar de encontrarse en un tercer piso sin ascensor. Abonamos la noche que nos vamos a quedar, le preguntamos cuatro cosas básicas y nos despedimos, y nosotros sin tiempo que perder nos vamos a empezar a visitar parte de la ciudad, a pesar de ser de noche, ha estado lloviendo y hace mucho frio para ser octubre.
Visitamos la parte comercial de la ciudad llena de tiendas de ropa y restaurantes, y cuando nos cansamos nos paramos a tomarnos nuestra primera cerveza serbia mientras nos relajamos después de un largo día que empezaba en el aeropuerto de Barcelona para coger un vuelo a horas intempestivas, continuaba con una visita a la ciudad de Bérgamo y finalizaba con mucho suspense en la ciudad serbia de Nis, la segunda más importante del país. Hacemos tiempo para cenar pero entre que no vemos nada que nos atraiga demasiado, la poca hambre que traemos después de comer tarde en Bérgamo y la noche de perros que hace con muchísima humedad, decidimos pasarnos por el supermercado a comprar algo de picar y el desayuno para mañana en nuestro apartamento antes de irnos para Belgrado.
Después de una merecida ducha, dar noticias a la familia de nuestra llegada, reservar nuestro alojamiento para los próximos dos días en Belgrado y consultar horarios de autobuses, pasada la medianoche nos vamos a descansar, que estoy muerto después de muchas horas sin dormir y mañana toca madrugar.
DÍA 2.- NIS - BELGRADO
Después de descansar tranquilamente toca de nuevo madrugar, ya que tenemos que recoger nuestros respectivos equipajes, desayunar y coger el transporte hacia Belgrado ya que no queremos llegar muy tarde para aprovechar el día, así que a las 08:30h abandonamos el apartamento con destino la estación de autobuses.
La estación de autobuses se encuentra prácticamente a 10 minutos caminando de nuestro alojamiento, allí mismo cambiamos algo de dinero en una de las tantas casas de cambio de moneda y nos vamos a la taquilla a comprar los billetes para Belgrado, nos atiende una mujer muy agradable y que habla inglés (después de la mala experiencia que tuve en Macedonia del Norte con las taquilleras), pagamos 1300 RSD por cada billete hacia Belgrado y nos subimos rápidamente al bus de las 9h que está a punto de partir, así que nos toca viajar en asientos separados con mis compañeros porque el bus va lleno.
De Nis a Belgrado hay unas 3 horas de trayecto, a lo que hay que añadir una parada intermedia de 15 minutos para estirar las piernas en un pequeño bar de carretera, y sobretodo la entrada infernal a Belgrado llena de coches y atascos, así que a las 12:30h aproximadamente estamos llegando a la estación de autobuses de Belgrado, ubicada cerca del puerto deportivo, llamado waterfront.
Belgrado nos recibe tímidamente nublada y con frío, hemos quedado con Dusan (el dueño de nuestro apartamento) a las 13:30h para la recogida de llaves, así que tenemos una hora para llegar hasta allí sin tener ni idea de como llegar, así que salimos de la estación hasta llegar a una gran plaza donde convergen varias líneas de tranvía, le pregunto a un par de chicos y no me saben decir como llegar al centro de la ciudad, hasta que finalmente una amable mujer que habla inglés me dice que subamos al tranvía número
7 y nos bajemos en la parada
Beogradska, considerado el centro de la ciudad.
Sin tiempo que perder nos subimos en el primer tranvía que pasa con el número 7, con tan mala suerte que nos subimos en el segundo vagón y aquí no hay ni conductor ni revisor, ni mucho menos ninguna máquina para comprar los tickets, así que lejos de arrugarnos decidimos arriesgarnos y viajar sin ticket y si viniera algún revisor a pedirnos billetes le explicariamos lo sucedido (no tenemos muy buenas experiencias con este tipo de cosas), así que después de unos 20 minutos de trayecto ascendiendo por unas cuestas empinadas, finalmente llegamos sin ningún problema a la parada Beogradska, aquí solamente debemos seguir caminando unos 10 minutos hasta la céntrica Plaza de la República y poco después con ayuda de Maps.me solamente debemos caminar 5 minutos en línea recta hasta llegar a nuestro apartamento, no sin antes sacar dinero de un cajero automático para pagar nuestro alojamiento.
A las 13:30h puntual llegamos a nuestro alojamiento y nos recibe Dusan, o más bien podemos llamarlo "el Jorge Javier Vázquez de Serbia" como le hemos bautizado porque es clavadito de cara, así que nos echamos unas buenas risas durante el viaje a próposito del dueño de nuestro alojamiento en Belgrado. Charlamos un rato con Dusan, le pagamos la estancia y nos despedimos de él aunque podemos estar en contacto por whatsapp si necesitamos algo en cualquier momento de nuestra estancia en Belgrado. El apartamento es maravilloso, ya que no le falta de nada, es grande, céntrico y hay bastantes tiendas y supermercados muy cerca, y lo más importante es que es económico teniendo en cuenta los precios de Belgrado, que es una locura.
Sin tiempo que perder nos echamos a la calle ya que el tiempo está bastante inestable y amenaza lluvias en cualquier momento, así que en la búsqueda de algún lugar para comer nos vamos directamente al barrio de Skadarlija que lo tenemos apenas a 500 metros de nuestro alojamiento, conocido por ser el barrio bohemio de Belgrado y lleno de restaurantes locales para comer o tomar una copa. Antes de llegar a Belgrado había leído que Skadarlija era lo mismo que para Barcelona el barrio del Born, para Milán el barrio de Brera o para París el barrio de Montmartre, y aunque las comparaciones siempre resultan odiosas, os aseguro que no tienen nada que ver, sí que es verdad que es una zona bonita y diría que se asemeja más al barrio turco de cualquier ciudad europea y está plagado de restaurantes, pero de todas las veces que pasamos por Skadarlija en nuestra estancia de dos días en Belgrado no vimos apenas ni una terraza abierta ni movimiento de gente, quiero pensar que en verano y con mejor tiempo la zona tiene que ser muy diferente y mucho más animada, pero durante nuestra estancia no ha sido así.
Abandonamos Skadarlija (volveríamos en otro momento) y continúamos la búsqueda de algún sitio para comer, eran más de las 15h de la tarde y desde el desayuno de la mañana no habíamos probado bocado, así que atravesando la plaza Mile Trailovic que hace frontera con el barrio alternativo de Dorcol, llegamos al interesante Mercado de Bajloni, donde los agricultores llegan cada día hasta aquí para vender sus hortalizas frescas, así que como estas visitas me encantan, allí que fuimos.
Empieza a llover cada vez más fuerte y nosotros sin comer, así que tenemos suerte y justo al salir del mercado de Bajloni encontramos una panadería, entramos a mirar y tienen unos bocatas y unos burek (börek) con muy buena pinta, así que decidimos no perder más tiempo y pedirnos algo aquí mientras nos lo comemos en una mesa de una terraza bajo un toldo mientras observamos el vaivén de la gente bajo la lluvia. Cuando terminamos de comer ya ha dejado de llover y nos disponemos a aprovechar la tarde porque en esta época sobre las 19h de la tarde ya se hace de noche, así que visitamos por encima el interesante barrio alternativo de Dorcol, esperando volver en otro momento si tenemos tiempo.
Abandonamos los barrios de Dorcol y Skadarlija y ponemos rumbo hacia el centro de Belgrado, dejamos a un lado el Mercado de Bajloni y al otro lado el Bitef Teatar (curiosa iglesia evangelista alemana que actualmente funciona como teatro) y en dos minutos llegamos a uno de los centros neurálgicos de Belgrado, la Plaza de la República, ubicado en el barrio de Stari Grad. Aquí han sucedido algunos acontecimientos importantes mientras Belgrado era capital de la antigua Yugoslavia, sobretodo en los años 90 y principios de siglo, el más importante fue la protesta en las elecciones del 2000 para derrocar al gobierno de Slobodan Milosevic, auténtico cáncer de la antigua Yugoslavia y que por su culpa se desencadenó el triste conflicto de la Guerra de los Balcanes.
En la inmensa y bonita Plaza de la República podemos encontrar la estatua ecuestre del príncipe Miguel III Obrenovic (más conocido como el príncipe Mihailo), que reinó dos veces en Serbia. Justo detrás de la estatua del príncipe Mihailo podemos encontrar el bonito Museo Nacional de Serbia que no visitamos por falta de tiempo, y en un lateral de la plaza podemos encontrar el Teatro Nacional de Belgrado.
En el otro lateral de la Plaza de la República empieza la arteria comercial más importante de Belgrado, la Knez Mihailova, que es toda peatonal durante 1 km hasta llegar a otro de los puntos fuertes de la ciudad, la Fortaleza de Kalemegdan. Durante nuestro recorrido podemos encontrar decenas de boutiques de ropa de grandes firmas internacionales, terrazas donde tomar algo, vendedores de castañas, y poder observar sus bonitos edificios, donde destaca el Instituto Cervantes, así que por algo dicen que la calle Knez Mihailova es una de las calles peatonales más bonitas de todos los Balcanes y Europa del Este (siendo honestos, a mi no me lo parece).
Seguimos recorriendo la bonita Knez Mihailova hasta llegar al final de su recorrido, donde encontraremos la Oficina de Turismo de Serbia, entramos para recoger un poco de información del país y algún mapa, y solamente cruzar la carretera llegamos a otro de los highlights imperdibles de todo Belgrado, la Fortaleza de Kalemegdan, ubicada en una colina en lo alto del rio Sava. Para llegar hasta aquí debemos cruzar una gran extensión de zona verde, el Parque Kalemegdan, donde encontraremos pequeños puestos de souvenirs y gente paseando, ya que es un punto muy concurrido por los serbios al salir del trabajo mientras se contempla la puesta de sol sobre el rio Sava, un lugar ideal para desconectar del bullicio de la capital.
Llegamos a lo más alto de la Fortaleza de Kalemegdan donde encontraremos una estatua de 14 metros de altura llamada Pobednik (el Víctor) que simboliza la victoria de los serbios frente al imperio otomano en la guerra de los Balcanes y al imperio Austro-Húngaro en la I Guerra Mundial, donde podemos observar que en una mano posee un águila y en la otra mano una espada. Desde aquí es un punto ideal para observar toda la ciudad de Belgrado desde las alturas, sobretodo Novi-Beograd (Nuevo Belgrado) que se encuentra al otro lado del rio Sava, pero sobretodo es un lugar ideal y en el cual se reúnen todos los serbios cerveza en mano cada tarde ya que es la ubicación perfecta para observar la puesta de sol sobre la ciudad, aunque hoy con el día de lluvias que tenemos y lo gris que está el cielo, no será posible contemplarla, además del frio que hace.
Empieza a caer la tarde y hace bastante frio, la verdad es que tampoco voy muy abrigado así que vamos dejando esta parte de Kalemegdan y vamos poniendo rumbo de nuevo al centro de la ciudad antes de que nos caiga la noche, pero antes de abandonarlo definitivamente ponemos rumbo a la zona de la Fortaleza donde se encuentra el Museo Militar que se encuentra cerrado a estas horas, pero que enfrente tienen expuestos gratuitamente una pequeña colección de tanques y carros de combate bastante curiosos de ver y donde hacen alarde de su músculo militar, que me recuerda por un momento al Pobedi Park en
Moscú o al Korea War Memorial Museum de
Seúl, bastante curioso de ver.
Abandonamos definitivamente la Fortaleza de Kalemegdan, mañana si tenemos tiempo queremos volver para contemplar una preciosa puesta de sol si es posible, así que atravesamos de nuevo todo el parque y en poco tiempo ya estamos de nuevo en el principio de la Knez Mihailova, esta vez giramos a la derecha y nos vamos derechos a la Catedral del Arcángel San Miguel (Saborna Crkva), nuestra primera visita a una de las tantas catedrales ortodoxas de Serbia que tendremos la suerte de visitar durante nuestra estancia en Serbia, que aunque no nos ha parecido la más bonita de todas las visitadas, sí nos ha sorprendido gratamente por el ambiente que se respira en su interior y sorprendernos por ser la primera que visitamos.
Con la tarde totalmente oscura y el día de perros que hace damos por finalizadas las visitas por hoy, esperando que mañana mejore un poquito el tiempo y sobretodo aprovecharemos para madrugar y exprimir más la bonita ciudad de Belgrado. Volvemos de nuevo a la Knez Mihailova y nos vamos en busca de algún sitio para tomar algo y descansar los pies, acabamos en la terraza de una cafeteria para poder fumar tranquilamente ya que los interiores de los locales de Serbia en general me producen bastante respeto en estos tiempos de pandemia, ya que están muy masificados, la gente no suele utilizar mascarillas (a excepción del interior de las tiendas y comercios que es obligatoria) y además está permitido fumar, que aún siendo fumador, no me gusta hacerlo en lugares cerrados. Para ser un miércoles por la tarde hay bastante ambiente, y es que a los serbios les encanta salir y hacer vida en la calle, por algo son conocidos como los latinos de los Balcanes.
A pesar de no tener mucha hambre buscamos un lugar para hacerlo, pero no encontramos nada que nos entre por los ojos y tampoco nos inspira mucha confianza por todo el tema que decía antes, incluso pensamos en ir a un supermercado a comprar y así aprovechar la cocina de nuestro apartamento que está totalmente equipada, así que cuando estamos cerca de llegar a nuestro apartamento vemos que justo enfrente hay un local pequeño lleno de gente a todas horas donde preparan comida balcánica para llevar, así que no nos lo pensamos más y encargamos nuestra cena mientras vamos a un supermercado que tenemos al lado a comprar cervezas y el desayuno para mañana, y nos vamos para nuestro apartamento para aprovechar la calefacción y la comodidad que nos ofrece.
La comida espectacular, la primera vez que probé el cevapi fue en el barrio turco de
Skopje en Macedonia del Norte y me encantó, así que cuando lo vi en la carta del local no lo dudé ni un instante y la decisión no pudo ser mejor, la carne en esta zona del mundo está buenísima y muy barata. Al final hemos cenado como reyes por 250 RSD (2 €) más 60 RSD (0,50 €) por una cerveza grande y fresca en el supermercado, en total la cena ha costado 2,5 € y lo más importante, calentitos, cómodos y sin riesgo de contagio. Después de una sobremesa y de ponernos un poco al día de las visitas previstas para mañana, ponemos fin a una larga jornada que empezaba muy pronto esta mañana en Nis y que acaba cómodamente en un bonito apartamento de Belgrado, ahora toca descansar y coger fuerzas ya que en unas horas nos ponemos de nuevo en marcha para seguir visitando la capital de la antigua Yugoslavia.
DÍA 3.- BELGRADO
Dobry den, Belgrado! Después de descansar cómodamente y de una ducha, desayunamos tranquilamente en nuestro apartamento y poco después de las 9h de la mañana nos echamos a la calle de nuevo para seguir disfrutando de la ciudad, es sorprendente como a mediados de octubre puede hacer tanto frio en este país y no quiero ni imaginar como deben ser los inviernos de duros y pocas horas de luz en este rincón del mundo, mientras pienso que ojalá me hubiera traido en mi pequeño equipaje más ropa de abrigo, sobretodo braga para el cuello y camisetas térmicas, pero es lo que tiene la incertidumbre de salir de casa para irte de viaje y no saber a dónde vas a viajar ni a dónde vas a dormir esa noche, aventura total.
Nuestra primera visita será de nuevo al barrio de Skadarlija que ya visitamos ayer y que lo tenemos prácticamente a 400 metros de nuestro apartamento, y es que los chicos quieren volver de nuevo a la panadería que descubrimos ayer y en el cual estuvimos comiendo, así que viendo las obras de arte que tienen expuestas no puedo caer en la tentación y volver a desayunar allí, para después volver a dar una vuelta por el mercado de Bajloni.
Como siempre digo, lo mejor de mis viajes siempre es perderme por sus mercados locales y disfrutar de los colores y aromas de sus productos, mientras observo pasar a la gente y así hacerme una idea del tipo de país que estoy visitando. Volvemos a atravesar el corazón del barrio de Skadarlija y continúan sus restaurantes igual de apagados que ayer que tenía un pase porque estaba lloviendo, pero hoy luce tímidamente el sol y todo sigue igual, así que volveremos a la tarde-noche si es posible y poder comprobar finalmente si la zona tiene tanto ambiente como hemos leído.
Volvemos a la Plaza de la República, a estas horas y a diferencia de ayer, luce algo más soleada y no hay tanta gente por ella, así que después de unas fotos allí seguimos nuestro camino dejando a nuestra derecha la Knez Mihailova que no vamos a a travesar ahora para poner los pies en el considerado mismísimo centro de la ciudad de Belgrado, la Plaza Terazije, donde destaca la famosa fachada del Hotel Moskva construido en el año 1906, o el famoso restaurante de la cadena McDonalds, el más grande de todos los Balcanes.
Seguimos recorriendo Belgrado a través de la calle Nikola Pasica mientras observamos sus bonitos edificios reconstruidos, ya que no olvidemos que Belgrado ostenta el curioso récord de ser la ciudad más veces destruida y reconstruida del mundo a lo largo de su historia, concretamente en 44 ocasiones. A través de toda esta zona podemos observar bonitos edificios y edificios señorales que por momentos nos hace pensar que nos encontramos más bien en Viena que no en Serbia, aunque poco después volveremos de nuevo a la cruda realidad una vez que pisemos el distrito de Savski Venac.
Dejamos por un rato toda esta bonita zona para volver a la realidad, y es que hace apenas 30 años tuvo lugar la gran Guerra de los Balcanes y el consiguiente desmembramiento de la antigua Yugoslavia, siendo Serbia y más concretamente Belgrado la que se llevó la peor parte ya que la OTAN tuvo que intervenir en el conflicto y la ciudad fue bombardeada en el año 1999 durante casi tres meses después del asedio de los serbios en Kosovo. Las estampas y cicatrices del horror todavia siguen visibles hoy en día en el distrito de Savski Venac y más concretamente en la Kneza Milosa (calle Milosa) donde la OTAN lanzó una ofensiva y bombardeó la sede del Ministerio de Exterior yugoslavo y el Gobierno de Serbia, así como el Ministerio de Defensa y la torre de televisión de Belgrado, entre otros puntos estratégicos del mandato del dictador Slobodan Milosevic. Hoy en día los edificios se encuentran tal y como estaban en el año 99 y no se han remoledado, siendo palpable todas las cicatrices del conflicto, y la verdad es que sobrecoge observar todo lo que sucedió allí no hace muchos años.
Se recomienda visitar la zona si te interesa la historia más reciente del país pero hay que tener mucha precaución a la hora de fotografiar los edificios y sobretodo hacerlo con mucha discreción, ya que a sus ciudadanos no les hace mucha gracia y mucho menos convertir el horror vivido en un circo mediático para los turistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario