Oficialmente llamada República Democrática Popular Lao, aunque conocida de sobras como "La Tierra del Millón de Elefantes", Laos es uno de los destinos más auténticos y menos turisticos del Sudeste Asiático.
Todavía podemos encontrar un país con una maravillosa vida rural a orillas del Mekong, lleno de maravillosos templos budistas y una apetecible gastronomía gracias al legado de la herencia francesa.
Si te apetece visitar un país tranquilo y todavía no muy explotado por el turismo en masa, y con una ciudad como Luang Prabang que es Patrimonio de la Humanidad, a que estás esperando para visitar Laos?
FICHA TÉCNICA DEL VIAJE
FECHA: Junio 2.015
Pasaporte con mínimo 6 meses de validez, y visado que se obtiene a la llegada al país para una estancia máxima de 30 días, dónde hay que rellenar un formulario, junto con una foto de carnet y el pago de 35$ o su equivalente en kips. No es posible pagar con cualquier otra moneda.
Si te apetece visitar un país tranquilo y todavía no muy explotado por el turismo en masa, y con una ciudad como Luang Prabang que es Patrimonio de la Humanidad, a que estás esperando para visitar Laos?
FICHA TÉCNICA DEL VIAJE
FECHA: Junio 2.015
DÍAS: 10
DOCUMENTACIÓN NECESARIA
Pasaporte con mínimo 6 meses de validez, y visado que se obtiene a la llegada al país para una estancia máxima de 30 días, dónde hay que rellenar un formulario, junto con una foto de carnet y el pago de 35$ o su equivalente en kips. No es posible pagar con cualquier otra moneda.
OTROS DATOS DE INTERÉS
IDIOMA: Se habla el laosiano, aunque en los lugares turisticos chapurrean algo de inglés.
MONEDA: La moneda es el Kip laosiano, escrito LAK. En el momento de mi viaje, 1€= 8.750 LAK.
TARJETAS: Se acepta el pago con tarjetas solamente en alojamientos de cierta categoría, aunque lo más común es pagar en $ americanos o moneda local. Fuera de Vientiane o Luang Prabang, es díficil encontrar cajeros automáticos para sacar dinero.
GUIA DE VIAJE: Como siempre será la Lonely Planet, en éste caso la versión en inglés.
TELEFONO: Hay cobertura de teléfono en todo el país, pero conviene tener contratado el roaming. Lo mejor es comprar una tarjeta telefónica con una compañía local o tirar de Skype.
INTERNET: Prácticamente en cualquier lugar turistico hay sitios para conectarse y en la mayoría de alojamientos disponen de wifi gratuito.
SEGURIDAD: País 100% seguro, aunque siempre hay que ir con precaución y con sentido común.
VACUNAS: No hay ninguna vacuna obligatoria, pero se recomienda llevar puesta Hepatitis B y Fiebre Tifoeida. Lo mejor es pasar por la consulta de Medicina Tropical de vuestra ciudad y allí os recomendarán sobre el tema.
ELECTRICIDAD: El voltaje es de 220 V y no hace falta adaptador para los enchufes.
DIFERENCIA HORARIA: + 6 horas respecto a España.
RELIGIÓN: Mayoritariamente budistas.
PRESUPUESTO DEL VIAJE
DESGLOSE DEL PRESUPUESTO IMPORTE
VUELO Kuala Lumpur - Vientiane con Air Asia 46,00 €
ALOJAMIENTO 80,00 €
TRANSPORTE 57,00 €
TRANSPORTE 57,00 €
OTROS (COMIDAS, COMPRAS, GASTOS PERSONALES,..) 120,00 €
Total Presupuesto por Persona 303,00 €
* Sobre este importe hay que añadirle el importe del vuelo internacional con la compañía Emirates, y su importe de 460 €.
* Sobre este importe hay que añadirle el importe del vuelo internacional con la compañía Emirates, y su importe de 460 €.
EL ITINERARIO DEL VIAJE
DÍA 1.- KUALA LUMPUR - VIENTIANE
DÍA 2.- VIENTIANE - LUANG PRABANG
DÍA 3.- LUANG PRABANG
DÍA 4.- LUANG PRABANG
DÍA 5.- LUANG PRABANG
DÍA 6.- LUANG PRABANG
DÍA 7.- LUANG PRABANG
DÍA 8.- LUANG PRABANG - PAKBENG
DÍA 9.- PAKBENG - HUAY XAI
DÍA 10.- HUAY XAI - CHIANG RAI
TRANSPORTE
El país no dispone de muchas infraestructuras y los traslados suelen ser largos e incómodos, a veces es una ventaja porque así el turismo no acude en masa y el país no está explotado, pero para los que nos gusta viajar también es una desventaja por las incomodidades y las horas que se pierden haciendo grandes trayectos.
Hay varias formas de moverse por el país, dependiendo del lugar al que queramos ir y sobretodo, de nuestro presupuesto.
- AVIÓN: Es la forma más rápida y cómoda de desplazarse dentro del país, aunque el monopolio lo tiene la única compañía que vuela internamente en el país, que es Lao Airlines, dónde opera a muy pocas ciudades dentro del país y el precio de sus billetes son escandalosamente altos para el nivel de vida del país, además de que la compañía no tiene muy buena reputación debido a su alto índice de siniestralidad.
- BUSES: Una buena opción para ahorrar dinero y desplazarse por el país, ya que los tickets son muy baratos, sobretodo recomendable coger los buses nocturnos para llegar al día siguiente por la mañana. Por contra, el estado de las carreteras son pésimas, con muchos baches y socavones, y sobretodo con muchas curvas, y los conductores son bastante temerarios. Hay diferentes categorías de autobuses, dependiendo de tu presupuesto.
- MINIVAN: También es una buena opción para desplazarse, sobretodo porque el viaje lo haces con menos personas, pero es incómodo porque apenas puedes descansar y no salen hasta que no se llenan, y a veces el tiempo perdido no compensa si vas con un planning apretado.
- BARCO: Personalmente es la mejor opción, aunque también es la forma más lenta de desplazarte por el país, vas navegando a través del Mekong y te permite disfrutar del paisaje, interactuar con los locales, caminar por la cubierta, comer, beber, fumar... sin necesidad de esperar a que los otros medios de transporte hagan la típica parada en el camino para estirar las piernas.
ALOJAMIENTO
* Vientiane: Mixay Guesthouse. Habitación compartida de 3 camas, con aire acondicionado y wifi. Ubicado en pleno centro de la ciudad, y muy cercano al Night Market. Reservado personalmente una vez que llegué a la ciudad, es el típico alojamiento de mochileros dónde se alojan viajeros de todas las edades y hay muy buen ambiente. La cama en la habitación compartida me ha costado 5 € y es ideal si vas a estar poco tiempo, o reservar toda la habitación si vais 3 personas. Recomendable.
DÍA 1.- KUALA LUMPUR - VIENTIANE
DÍA 2.- VIENTIANE - LUANG PRABANG
DÍA 3.- LUANG PRABANG
DÍA 4.- LUANG PRABANG
DÍA 5.- LUANG PRABANG
DÍA 6.- LUANG PRABANG
DÍA 7.- LUANG PRABANG
DÍA 8.- LUANG PRABANG - PAKBENG
DÍA 9.- PAKBENG - HUAY XAI
DÍA 10.- HUAY XAI - CHIANG RAI
TRANSPORTE
El país no dispone de muchas infraestructuras y los traslados suelen ser largos e incómodos, a veces es una ventaja porque así el turismo no acude en masa y el país no está explotado, pero para los que nos gusta viajar también es una desventaja por las incomodidades y las horas que se pierden haciendo grandes trayectos.
Hay varias formas de moverse por el país, dependiendo del lugar al que queramos ir y sobretodo, de nuestro presupuesto.
- AVIÓN: Es la forma más rápida y cómoda de desplazarse dentro del país, aunque el monopolio lo tiene la única compañía que vuela internamente en el país, que es Lao Airlines, dónde opera a muy pocas ciudades dentro del país y el precio de sus billetes son escandalosamente altos para el nivel de vida del país, además de que la compañía no tiene muy buena reputación debido a su alto índice de siniestralidad.
- BUSES: Una buena opción para ahorrar dinero y desplazarse por el país, ya que los tickets son muy baratos, sobretodo recomendable coger los buses nocturnos para llegar al día siguiente por la mañana. Por contra, el estado de las carreteras son pésimas, con muchos baches y socavones, y sobretodo con muchas curvas, y los conductores son bastante temerarios. Hay diferentes categorías de autobuses, dependiendo de tu presupuesto.
- MINIVAN: También es una buena opción para desplazarse, sobretodo porque el viaje lo haces con menos personas, pero es incómodo porque apenas puedes descansar y no salen hasta que no se llenan, y a veces el tiempo perdido no compensa si vas con un planning apretado.
- BARCO: Personalmente es la mejor opción, aunque también es la forma más lenta de desplazarte por el país, vas navegando a través del Mekong y te permite disfrutar del paisaje, interactuar con los locales, caminar por la cubierta, comer, beber, fumar... sin necesidad de esperar a que los otros medios de transporte hagan la típica parada en el camino para estirar las piernas.
ALOJAMIENTO
* Vientiane: Mixay Guesthouse. Habitación compartida de 3 camas, con aire acondicionado y wifi. Ubicado en pleno centro de la ciudad, y muy cercano al Night Market. Reservado personalmente una vez que llegué a la ciudad, es el típico alojamiento de mochileros dónde se alojan viajeros de todas las edades y hay muy buen ambiente. La cama en la habitación compartida me ha costado 5 € y es ideal si vas a estar poco tiempo, o reservar toda la habitación si vais 3 personas. Recomendable.
* Luang Prabang: Manichan Guesthouse. Reservado directamente a través de su propia web, el Manichan GH es una de las mejores opciones calidad/precio de la turistica ciudad de Luang Prabang. Habitación individual con baño compartido, aire acondicionado, ventilador y wifi, ubicado en pleno centro de la ciudad a escasos dos minutos caminando del Night Market y paralela al Food Market, es un lugar ideal para recorrer los templos de la ciudad. La habitación me ha costado 15 $ la noche, aunque lo mejor es la amabilidad y hospitalidad de sus dueños, Andy y Venus, que hace que realmente te sientas como en casa. Mi previsión era quedarme tres noches y finalmente me quedé cinco noches. Alojamiento muy recomendable.
* Pakbeng: Donevilasak GH. Reservado sobre la marcha, ya que cuando llegas al puerto de Pakbeng después de una larga travesía por el Mekong, ya te están esperando el personal de los diferentes alojamientos para captar clientes. El pueblo no tiene prácticamente nada, solamente una calle con varios restaurantes y algunas guesthouses, y no hay mucha opción de elegir. Después de ver la habitación sin ventilador pero con baño privado, y regatear el precio, finalmente la conseguí por 50.000 LAK (6 €), así que por ese precio tampoco se puede pedir mucho. Ni lo recomiendo ni dejo de recomendar porque la oferta es muy escasa en el pueblo y todos los alojamientos son casi iguales, y solamente es para pasar unas horas, así que cumple perfectamente su función.
* Huay Xai: Sabaidee Guesthouse. Alojamiento reservado una vez que llegué al pueblo después de una travesía de dos días navegando por el Mekong. Ubicado en pleno centro, con algunos restaurantes cercanos y en una zona tranquila, Habitación doble con aire acondicionado y ventilador, baño privado y wifi, y dónde después de regatear con su propietaria, conseguí el precio por menos de la mitad de lo que me pedía, así que finalmente me costó 50.000 LAK (6 €). Muy recomendable.
LO MEJOR DEL VIAJE
* Sin duda la gente, son personas muy amables, curiosas y muy hospitalarias, siempre con una sonrisa en la boca y dispuestos a ayudar al viajero en cualquier momento sin la picaresca y timos que están acostumbrados en sus países vecinos. Junto con Myanmar, me han parecido las mejores personas que he conocido a través de mis viajes por el Sureste Asiático, aunque el turismo en el país está creciendo a marchas forzadas y muy pronto se acostumbrarán a vivir de los "dólares con patas" que somos los turistas/viajeros.
LO MEJOR DEL VIAJE
* Sin duda la gente, son personas muy amables, curiosas y muy hospitalarias, siempre con una sonrisa en la boca y dispuestos a ayudar al viajero en cualquier momento sin la picaresca y timos que están acostumbrados en sus países vecinos. Junto con Myanmar, me han parecido las mejores personas que he conocido a través de mis viajes por el Sureste Asiático, aunque el turismo en el país está creciendo a marchas forzadas y muy pronto se acostumbrarán a vivir de los "dólares con patas" que somos los turistas/viajeros.
* La belleza de sus verdes paisajes y de ciudades como Luang Prabang, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y es que vale la pena pasar el máximo de días posibles del que dispongamos en visitar la ciudad.
* Todas esas personas anónimas que he conocido por el camino, y que me han hecho vivir y sentir muchas emociones, personas que hacían que cada día me fuera a dormir con una sonrisa en la boca y que se me humedecieran los ojos de emoción y tristeza cuando tuve que abandonar el país.
* Todos los viajeros que he conocido en el camino y que finalmente han formado parte de mi familia, dónde hemos compartidos muchos momentos juntos, parte de nuestros trayectos, y sobretodo muchas risas, emociones y momentos increíbles, y porqué no decirlo, muchas Beer Lao. La mejor experiencia que me llevo después de muchas semanas viajando.
* Lo poco explotado que está el país turisticamente y eso se nota a la hora de realizar las visitas, dónde hemos estado prácticamente sólos sin necesidad de pelearnos por sacar unas bonitas fotos. Pero sobretodo ha sido una gozada disfrutar de los increíbles precios de Laos, todo muy barato y dónde prácticamente apenas he tenido que regatear porque me daba lástima hacerlo y no me parecía justo.
* Todos los viajeros que he conocido en el camino y que finalmente han formado parte de mi familia, dónde hemos compartidos muchos momentos juntos, parte de nuestros trayectos, y sobretodo muchas risas, emociones y momentos increíbles, y porqué no decirlo, muchas Beer Lao. La mejor experiencia que me llevo después de muchas semanas viajando.
* Lo poco explotado que está el país turisticamente y eso se nota a la hora de realizar las visitas, dónde hemos estado prácticamente sólos sin necesidad de pelearnos por sacar unas bonitas fotos. Pero sobretodo ha sido una gozada disfrutar de los increíbles precios de Laos, todo muy barato y dónde prácticamente apenas he tenido que regatear porque me daba lástima hacerlo y no me parecía justo.
LO PEOR DEL VIAJE
* La calor y humedad que hay en todo el país, y es que a pesar de haber viajado antes de que llegara el verano, la humedad era agobiante, incluso al caer la noche.
* Las horas perdidas en los desplazamientos entre ciudades, y es que las infraestructuras no es el punto fuerte del país y hay que armarse de mucha paciencia, que por algo estamos de vacaciones.
* Disponer solamente de 10 días para visitar el país y centrarme solamente en la zona del Norte, y es que la zona del Sur también dispone de lugares impresionantes, que espero poder conocer en un futuro próximo.
Y con todo explicado, partimos hacia Laos... Sabaidee!!
Pero sobretodo agradecer a mis amigos Tino y Olga, grandes viajeros y mejores personas, toda su ayuda y recomendaciones dos semanas antes de iniciar mi viaje, dónde tuvieron la generosidad de quedar para cenar conmigo y explicarme toda su experiencia a través de este maravilloso país.
Hay muchas formas de entrar a Laos, lo más común entre los viajeros es hacerlo de forma terrestre desde la frontera con Tailandia a través de Chiang Khong. Otros viajeros deciden salir de Camboya y entrar a Laos por el Sur del país, y los viajeros que tienen menos tiempo se decantan por coger un vuelo desde Bangkok o Hanoi y visitar solamente Luang Prabang. En mi caso, como me encontraba recorriendo Malasia, para mi lo más fácil fue coger un vuelo con Air Asia desde Kuala Lumpur y volar hasta la capital del país, Vientiane. Esta compañía solamente tiene tres vuelos semanales a la capital de Laos, operando los martes, jueves y sábados en un único vuelo a las 07:25h de la mañana, llegando a Vientiane a las 09:10h.
El vuelo ha sido muy tranquilo, y es que yo era el único occidental en el avión, y en cuánto me han visto llegar en la sala de embarque de Kuala Lumpur, la gente se ha extrañado al verme, me han preguntado si realmente volaba para Vientiane y sobretodo, una ancianita muy simpática que no tenía ni idea de inglés se ha sentado a mi lado junto a su hija, me ha cogido la mano y ya no me la ha soltado hasta que no hemos aterrizado en Vientiane, dónde incluso se ha cambiado su asiento en el avión con otra persona con tal de estar conmigo.
Desde ese momento, ya tenía todavía más claro que Laos me iba a encantar y que me iba a costar mucho abandonar el país porque me estaban acostumbrando muy mal.
Lo primero que hay que hacer al llegar al país es tramitar el visado, que se obtiene en inmigración después de rellenar un formulario, entregar una foto de carnet y pagando los 35$ que cuesta el dichoso visado. Hay que tener en cuenta que si llegas en fin de semana el visado cuesta 1$ más, lo mismo que si no dispones de tus fotos ellos no tienen problemas en hacertelas allí con una webcam a razón de 1$ adiccional. También es recomendable llevar el dinero justo, porque con la excusa que no tienen cambio, es una forma de "timarte" algún dólar. Y sobretodo, el visado solamente se puede pagar en $ americanos o en Kips laosianos (LAK), así que olvidaros de pagar en cualquier otra moneda que no sean éstas dos.
Una vez tramitado el visado (no os llevará más de 5 minutos, dependiendo de los occidentales que lleguen), lo primero que hay que hacer es buscar transporte para llegar a la ciudad. Para no complicarse, justo en la puerta de salida del aeropuerto hay un stand de transporte de prepago con precios fijos, aunque sin mucho sentido, siendo los precios los siguientes:
- Trayecto en motocicleta: 6 $.-
- Trayecto en coche normal: 7 $.-
- Trayecto en furgoneta: 8 $.-
Así que después de preguntarle a una occidental que he visto fumando si quería compartir transporte y que ni siquiera se ha inmutado en contestarme, he pasado olímpicamente y he cogido un coche normal para mi sólo, y es que por 7$ tampoco voy a ser más pobre de lo que ya soy.
Después de 20 minutos de trayecto y de dejarme el taxista en la puerta del alojamiento que le había dicho, he tenido suerte y tenían dos camas libres en una habitación compartida, así que he pagado por una de ellas solamente 6 $. Mi compañero de habitación es Jean, un chico francés viajando sólo y que estaba todavía durmiendo.
He dejado mi mochila en la habitación, me he cambiado de ropa y me he ido a visitar la ciudad, a pesar de la calor que empieza ya a hacer a estas horas de la mañana.
Moverse por Vientiane es realmente sencillo, así que después de cambiar mis primeros kips del viaje en una calle paralela a mi alojamiento, dónde me han dado 527.000 kips por 60 €, he comprado agua en un 7 Eleven y he empezado a patearme la ciudad, dónde mi primera visita ha sido al That Dam o más conocida como Estupa Negra, dónde pasa un poco desapercibida por los viajeros por culpa del tráfico de la ciudad.
Volviendo para atrás y tomando la Rue Setthathirath, se llega al Palacio Presidencial, que sin ser nada ostentoso, contrasta bastante con el resto de edificios de la ciudad. A lo largo de mis dos días en la ciudad, pasaría bastantes veces por delante de él.
Muy próximo al Palacio Presidencial se encuentra uno de las visitas más interesantes de la ciudad, el Ho Pra Keo, construido en 1.565 y lugar dónde albergó el Buda Esmeralda que actualmente se encuentra en Bangkok. La entrada cuesta 5.000 kips.
Justo enfrente del Ho Pra Keo se encuentra quizá uno de mis recintos favoritos de Vientiane, el Wat Sisaket, cuya entrada cuesta 5.000 kips y es un romanso de paz dentro de la capital laosiana.
Después de la visita y caminando por la Avenida Lanexang con dirección al Patuxai, en el lateral se encuentra el Mercado de Talat Sao, dónde cada día se celebra un mercado al aire libre dónde los locales hacen sus compras.
Desde aquí, también salen los autobuses para visitar el Buda Park, ubicado a más de 24 kms. de Vientiane.
Después de dar unas vueltas por el mercado y pensar a quién le iba a dar la bolsa de ropa que no utilizo y que traigo desde casa y que llevo en mi mochila con ganas de quitármela de encima, finalmente se la di a una mujer que no paraba de sonreirme cada vez que pasaba por delante suyo y siempre me ofrecía algo de fruta para degustar (que yo rechazaba amablemente) y en la que siempre recordaré su cara cuando le entregué la bolsa y vió todo lo que había dentro, ver su cara de felicidad y emoción hace que merezca la pena viajar tan lejos y llevar el peso que haga falta en la mochila. Para compensar, la humilde mujer me quería regalar unos plátanos, así que una vez más decliné su oferta y le dije que no quería nada a cambio, solamente compartir su felicidad.
Con un subidón de autoestima en mi cuerpo por sentirme orgulloso de realizar estos detalles que pasan desapercibidos en nuestra triste sociedad consumista y egocéntrica, me despedí de ella y continué mi camino, esta vez hacia el Patuxai, o más conocido como el Arco del Triunfo, una réplica de la de París y herencia del pasado francés, incluso para llegar a ella hay que recorrer una gran avenida (Lanexang) como si de los Campos Eliseos se tratara. Lo más curioso es que se construyó con el dinero que les había dado el gobierno americano para que construyeran un aeropuerto, así que como véis, no tiene nada que ver una cosa con la otra.
Tenemos la opción de subir al Patuxai y contemplar las vistas de la ciudad desde arriba, cosa que recomiendo mucho porque solamente son tres pisos de subida que se hacen perfectamente y solamente cuesta el ticket 3.000 kips por persona, así que no encuentro excusas para no subir.
Después de visitar el Patuxai, seguí recorriendo la Avenida Lanexang y justo al lado hay un bonito parque, dónde destaca una bonita fuente y un maravilloso gong.
La verdad es que poco apetecía quedarse en el parque con la calor y humedad que estaba cayendo en ese momento, así que después de comprarme una botella de agua (5.000 kips), tocaba llegar al siguiente destino, el Pha That Luang, uno de los monumentos más importantes del país.
Ahora si, el siguiente destino es el famoso Pha That Luang, que significa la "estupa sagrada más bonita del mundo" y es el monumento más importante del país, pero como hace mucha calor y hay que andar mínimo 20 minutos, me decido negociar con un tuk tuk que veo en un lateral de la plaza. De buenas a primeras empieza pidiendo 70.000 kips excusándose que está un poco lejos y tal, así que después de negociar un poco y tras varios amagos de irme, lo cerramos por 12.000 kips.
El trayecto como no podía ser de otra manera, no llega ni a los 10 minutos, y me deja justo dónde empieza el parque, dónde aprovecho para visitar los alrededores.
La verdad es que el diseño y la estructura de los templos son maravillosos, además de los relieves y las formas de sus tejados.
Llego al Pha That Luang y me lo encuentro cerrado, como son más de las 13h me dicen algunos locales que está cerrado porque es la hora que rezan, pero no saben decirme a qué hora vuelven a abrir, así que me entretengo un poco por los exteriores haciendo fotos, visitando un pequeño mercado con cuatro tenderetes y tomándome una Pepsi (no hay coca cola) mientras me fumo un cigarro.
Un rato después y viendo que allí no aparece ni el tato, me acerco hasta el próximo Buda Reclinado, un enorme buda dorado, y visito los templos próximos, a cada cual más bonito.
El calor aprieta de cada vez más y ya empiezo a tener hambre, todavía estoy sin dormir y he madrugado bastante para coger el vuelo esta mañana, así que sigo haciendo un esfuerzo y vuelvo al Pha That Luang, dónde continúa cerrado y llego a la conclusión de que los laosianos rezan mucho, o que después de la comida empalman con la siesta, así que me doy por vencido por hoy y mañana ya volveré a intentarlo otra vez.
Son más de las 15h de la tarde y me voy en busca de un tuk tuk que me lleve cerca de mi alojamiento, ya que por esa zona está llena de sitios para comer. El problema que es que apenas hay tuk tuk por la zona, y con el que negocio no consigo bajarlo por menos de 30.000 kips, así que después de un tira y afloja y de no llegar a un consenso, me voy ante la incredulidad del conductor.
Cuando no llevo ni un minuto caminando me sale de la nada otro conductor y me pregunta a dónde voy, y haciéndome la idea que no voy a tener más remedio que volver andando, le indico el nombre de mi alojamiento y le ofrezco 10.000 kips por llevarme porque le pongo la excusa que no tengo más dinero y que me esperan para irme al aeropuerto porque esa misma tarde vuelo para Bangkok y... voilá!! Me acepta el precio a la primera, sin regatear, y cuando pasamos por delante del anterior conductor le saludo de forma irónica.
En unos 15 minutos me deja próximo a mi alojamiento, a la altura del Night Market, le doy los 10.000 kips acordados y le hago una foto al fenómeno, y cuando me despido de él me desea buen viaje en Tailandia!! (coño, ya ni me acordaba que le había dicho que volaba a Bangkok esa misma tarde).
Me voy en busca de algún lugar para comer y después de mirar en varios sitios, una simpática hindú me invita a pasar a su restaurante, y como ya hace muchas semanas que no he comido comida hindú, me apetece y me doy el capricho, que llevo todo el día sin comer por querer aprovechar el tiempo de las visitas.
El restaurante es totalmente recomendable, tienen varios locales repartidos en la ciudad y se llama Dhaka, y aunque oficialmente son de Bangladesh, todo es comida hindú, sobretodo su sabroso chicken tandoori.
Un súper plato de arroz que almenos era para 3 personas, un chicken tandoori y una botella de agua de litro y medio, en total han sido 62.000 kips, y fue la comida más cara que hice en todo mi viaje en Laos porque los otros días he comido igual de bien, pero incluso más barato.
Después de comer y con la barriga llena, estuve chafardeando un par de agencias para comprar el ticket de bus para mañana noche de Vientiane a Luang Prabang, y en todas el precio era exactamente el mismo.
Ahora si, aprovechando que estoy próximo a mi alojamiento decido ir a descansar un poco y meterme una ducha, que todavía no he parado desde que he llegado.
Cuando llego a la habitación mi compañero francés sigue durmiendo y la otra cama sigue vacía, así que me meto una ducha, me tumbo un poco y me pongo a enviar algunos mensajes a los amigos.
Sobre las 18:30h de la tarde decido salir y me voy a dar una vuelta al Night Market, que lo tengo a dos calles de mi GH y al lado del rio Mekong.
Después de dar una vuelta y ver los curiosos tenderetes de esta gente y algún que otro turista, dónde no veo nada interesante para comprar, sobre las 20:30h decido volver a la GH.
Cuando vuelvo mi compañero ya está por fin despierto, se llama Jean y es francés, ha llegado esta madrugada desde Bangkok en bus, ahora va a visitar Laos y acabará en Camboya. Mientras hablamos sobre nuestros planes decidimos ir a tomarnos unas cervezas fuera, dónde se apunta un australiano que estaba sentado en la puerta de la GH, y acabamos los tres bebiendo unas cuántas Beerlao hasta las 23:30h de la noche.
Le había propuesto a los chicos visitar mañana por la mañana el Buda Park, que está a 24 kms de Vientiane, coger un tuk tuk entre los tres y visitarlo toda la mañana, primero me dicen que si y después entre cerveza y cerveza, me dicen que en vez de tuk tuk mejor hacerlo en bicicleta, cosa que yo me tomé a broma después de tomarnos tres Beerlao de 650ml cada uno... Así que volvemos a nuestra GH y nos vamos a dormir, que el día ha sido muy largo para mi.
A las 08h ya estaba arriba y después de esperar que se levantaran Jean y Nick para ir a ver el Buda Park, me confirman lo de la noche anterior, que quieren ir a visitarlo en bicicleta alquilada en el hostel. A mi no me apetece pedalear los casi 50 kms. que hay de distancia entre ida y vuelta, y más con la calor que hace, además de que tengo que estar pronto para irme a Luang Prabang.
Finalmente me decido por comprar el ticket del bus nocturno en mi propio alojamiento, me cuesta 180.000 kips y prácticamente es el mismo precio que en todas las agencias de la ciudad. Tendré que estar preparado a las 18h de la tarde para que vengan a buscarme y me lleven a la estación de buses dónde el bus a Luang Prabang partirá a las 20h de la tarde.
Así que me despido de mis compis y poco después hago el check out, dejo la mochila en consigna y me voy a buscar un lugar para desayunar tranquilamente para después recorrer tranquilamente la ciudad.
Después de desayunar empiezo a recorrer tranquilamente las calles de Vientiane, dónde aparte de algunos templos, visito también la Estatua de Chao Anouvong, ubicada detrás del Palacio Presidencial y en el parque que hace la función de pulmón verde de la ciudad.
Vuelvo a visitar el maravilloso Wat Sisaket y poco después llego a la parada de bus de Talad Sao para informarme del bus hacia el Buda Park, el ticket cuesta 6.000 kips pero el autobús tiene que llenarse para salir, así que después de fumarme un cigarro y esperar a ver si llega gente, desisto de mi idea porque hay pocos turistas en la ciudad y es díficil que se llene el bus.
Sigo caminando hasta llegar de nuevo al Patuxai y ya que estoy puesto, decido continuar caminando hasta el Pha That Luang, con tal mala suerte que continúa cerrado y unos locales me dicen que están haciendo algo de mantenimiento en su interior y que lo abrirán próximamente, así que tengo que conformarme con visitarlo solamente por fuera.
Vuelta para atrás y tranquilamente cojo la avenida Lanexang (los Campos Eliseos) y vuelvo a la zona de mi alojamiento, dónde voy en busca de un lugar para comer, así que no me complico mucho y acabo en un garito de gente local dónde está medio vacio, pero almenos tienen ventilador y la comida tiene buena pinta, dónde aprovecho para comerme un buen plato de arroz con pollo y una fresquita cerveza Beerlao.
El lugar está muy bien pero no tiene ni nombre el local, la comida está muy buena, la atención y amabilidad del personal es exquisita y el precio fue de 23.000 kips.
Sigo caminando a través de la Rue Setthathirath y voy visitando todos los wat o templos que voy encontrando en mi camino, en algunos estoy prácticamente sólo, en otros tengo la suerte de presenciar el momento de meditación de algunos jóvenes monjes sin molestar y en otro amablemente me invitan a presenciar una ceremonia, que acepto encantadísimo.
Son las 17h de la tarde y decido acabar mi visita a la ciudad, un lugar dónde muchos viajeros pasan de largo en su ruta o simplemente están el mínimo de tiempo posible porque dicen que no vale la pena, pero siendo sincero, a mi me ha gustado mucho y la recomiendo para un par de días y visitar lo más importante.
Una vez en mi alojamiento y después de cambiarme de ropa por culpa de la humedad, me siento en la terraza mientras me bebo una Beerlao fresquita mientras hablo con otros viajeros, y poco después empieza a diluviar con fuerza, justo lo que no quería.... meterme un viajecito de un montón de horas de bus lloviendo a mares por esas carreteras en mal estado y llena de curvas, y encima con conductores suicidas y temerarios, así que no puedo dejar de preocuparme por el asunto.
A las 18:30h aparece una mini van descubieta que más bien parecía un tuk tuk, voy a subirme y veo que está petada de viajeros, pero lo peor de todo es que todavía tenemos que hacer un par de paradas para que suba más gente, allí apenas cabemos porque vamos 16 personas con nuestras respectivas mochilas, el conductor que va folladísimo sin importarle si alguien se cae o no, y encima no para de llover bastante.
Llegamos a la estación de autobuses y allí nos empiezan a separar según nuestro destino y la categoría de bus que hayamos comprado. El mio debería salir a las 20h, dejamos las mochilas en el maletero del bus, aprovecho para comprar agua y algo de comida para el viaje dentro de la estación y para fumarme algún cigarro mientras no deja de llover.
Finalmente después de esperar allí casi mojándonos de las goteras que tiene la estación y que el jeta del conductor no tenía prisa por abrir la puerta y ponernos en marcha, montamos una especie de motín y le recriminamos al conductor que en nuestros tickets pone que el bus sale a las 20h, así que de mala gana abre la puerta, nos da una bolsa de plástico a cada uno para poner nuestro calzado y empezamos a meternos en nuestros asientos, dónde me sorprende que sean asientos reclinados dentro de un habitáculo como los que cogí el año pasado en mi viaje a Vietnam, y no que fueran asientos cama con colchones compartidos como me habían informado que eran los buses nocturnos en Laos.
La mayoría de los que viajabamos allí eran coreanos, algún francés y alguna británica, que no estaban de acuerdo en subirse en ese autobús después de que le hubieran cobrado 25$ por el billete... así que o se subía o se quedaba en tierra!
Finalmente partimos sobre las 20:15h, por delante teníamos unas 11 horas de trayecto hasta Luang Prabang que podían ser más por culpa de la lluvia, y eso en el mejor de los casos, porque después de haber leido todo lo referente a los autobuses en Laos antes de llegar al país, me daba por satisfecho llegar a Luang Prabang sano y salvo, sin importar las horas de viaje.
Las primeras dos horas de viaje me las pasé cenando y mirando por la ventana, después escuchando música en mi ipod hasta que finalmente decidí encomendarme a Buda, cerrar los ojos y que pasara lo que tuviera que pasar.
Los tuk tuk están esperando allí para llevarte a la ciudad, que está a no más de 10 minutos. Decido esperar a que se vayan todos los turistas mientras me fumo un cigarro, y se me van acercando algunos de ellos para ofrecerme sus servicios hasta mi alojamiento por 50.000 kips, así que me niego a pagar ese precio. Finalmente quedamos en la estación de buses 4 franceses, dos británicas y yo y decidimos compartir el mismo transporte, así que nos va dejando en diferentes puntos de la ciudad por 7.000 kips cada uno.
Llegar a Luang Prabang es como llegar a otro país, ya no solamente por su tranquilidad y espiritualidad que se respira en cada rincón de sus calles, sino porque aquí se nota más la llegada del turismo y eso también se nota en los precios, que son mucho más altos que en cualquier otra ciudad del país.
Llego a mi alojamiento y me lo encuentro cerrado y como es pronto, no me atrevo a llamar al timbre.
Al cabo de un rato aparece una chica que es la que se encarga de la limpieza y de preparar los desayunos y me invita a pasar, y me dice que hasta las 07h no abren, así que me ofrece algo para desayunar hasta que poco después de las 07h aparece Andy, el dueño del alojamiento Manichan Guesthouse, un americano casado con una laosiana que no solamente me demuestra su profesionalidad al frente del negocio, sino que se convertiría en un buen amigo durante los próximos 5 días.
Durante los preparativos de mi viaje fue el único alojamiento que reservé anticipadamente y me alegré de hacerlo, porque era de los más económicos y mejor situados de la ciudad, y tuve mucha suerte de hacerlo.
Poco antes de partir a Laos, leyendo un post de los amigos Robert y Ely vi que ellos también habían estado alojados en este lugar, y como habían quedado muy satisfechos y lo recomendaban, me quedé mucho más tranquilo, y es que prefiero las recomendaciones de grandes viajeros como ellos que no las recomendaciones de las guias de viaje, o de los blogueros que no tienen credibilidad porque normalmente se alojan con los gastos pagados a cambio de escribir una buena opinión, y por desgracia, de cada día abundan más este tipo de caraduras.
Después de que Andy me explicara un poco todo y me pasara algunas recomendaciones, dejo las mochilas en mi habitación, me doy una ducha y decido dormir un poco, ya que prefiero tomármelo todo con mucha calma.
Sobre la hora de comer decido que ya he descansado bastante y me voy en busca de algún lugar para comer, dónde en Luang Prabang no vas a tener problemas en encontrar ningún sitio para comer que se ajuste a tu presupuesto, porque los hay de todo tipo.
Para mi primera comida me decidí por el Indigo Café, situado en la calle principal y justo al lado del Mercado Nocturno, dónde elaboran todo tipo de platos y de bebidas y tampoco es que salga muy caro. Yo me pedí una hamburguesa con una salsa que estaba maravillosamente rica junto a una botella de agua y me costó 43.000 kips, así que se va notando que la ciudad es más turistica y eso se nota en los precios.
Después de comer y para bajar un poco la comida, decido subir al Phu Si que es una colina dónde va toda la gente a ver la puesta de sol al atardecer. La entrada cuesta 20.000 kips y la ascensión es un poco dura y cansada después de subir un montón de escaleras, y es que la humedad que hay y que acabo de comer, no me ayuda mucho a subir las escaleras.
Cuando llego arriba ya hay gente sentada esperando el atardecer, no son ni las 17h de la tarde y en esta época anochece sobre las 19h, así que toca relajarse, intentar hacer buenas fotos, tomarse una fresquita Beerlao comprada a una señora que tiene un tenderete allí arriba (10.000 kips) y hablar con otros viajeros, y sobretodo, disfrutar del momento en un lugar tan maravilloso.
Después de observar el maravilloso espectáculo de colores, volví para abajo y justo dónde acaban las escaleras, prácticamente empieza el Night Market, un mercado nocturno que se realiza cada día a partir de las 18h de la tarde y dónde a través de decenas de tenderetes esparcidos a través de toda la avenida principal, puedes encontrar sobretodo ropa y camisetas, cuadros y algún souvenir para llevarte a casa.
Después de dar una vuelta por el Night Market, lo mismo que haría cada noche durante los 5 días que permanecí en la ciudad, me fui en busca de la calle dónde hay varios tenderetes dónde puedes cenar por 15.000 kips.
El lugar en cuestión es la calle perpendicular al Indigo Café, el restuarante dónde estuve comiendo hoy, hay varios tenderetes con toda la comida expuesta y te sientas dónde quieras.
La operativa es la siguiente, te dan un plato vacio y puedes llenarlo con toda la comida que quieras hasta que se llene el plato, vas a pagar lo mismo por echarte dos cucharas de arroz que por llenar tu plato hasta rebosar. Hay todo tipo de comida, desde arroz a noodles, pasando por rollitos de primavera o verduras.
Si quieres carne o pescado también hay y te lo hacen al momento, pero se paga aparte. El precio de mi plato a rebosar de comida más una coca cola, fueron 20.000 kips, algo más de dos euros. Si no sois muy tiquismiquis ni finolis, os encanta la comida asiática y no os importa compartir mesa con desconocidos, os lo recomiendo bastante. De hecho, yo cada noche he cenado allí mientras he estado en Luang Prabang y no he tenido ningún problema de estómago, ni diarrea ni nada por el estilo.
Después de compartir mesa con una pareja de italianos y charlar un rato sobre nuestros viajes, sobre las 22h me volví a mi alojamiento que está a menos de dos minutos caminando del mercado nocturno, dónde es recomendable llevarse una linterna porque las calles de Luang Prabang no están iluminadas y por la noche se ve menos que tres en un burro.
Por fin toca descansar en una habitación privada con una cama en condiciones, mañana toca madrugar para empezar a ver el Tak Bat o Ceremonia de entrega de las almas.
El Tak Bat se realiza cada día de la semana durante todo el año, tanto si llueve como si hace sol, y se puede observar a los jóvenes (y no tan jóvenes) novicios y monjes circular en fila por las calles de la ciudad, normalmente en la puerta de los templos más importantes, recaudar la comida que se van a comer durante el día.
Normalmente tienen hasta las 12h del mediodía para deambular por las calles en busca de su limosna, y a partir de esa hora tienen prohibido la recogida de limosna.
Normalmente el Tak Bat dura muy poco y tampoco es cuestión de seguirlos en todo su recorrido, simplemente es ponerse en un lugar estratégico y no molestarlos, mantener un silencio y una distancia prudencial para que los monjes no vean alterada su tradición diaria.
No soporto ver a los turistas/guiris/viajeros encima de los monjes haciendo fotos, ni metiéndoles los objetivos de la cámara en la cara ni mucho menos hacer el paripé de ser ellos los que les entreguen la limosna a los monjes. Por suerte no he visto a muchos porque todavía no hay mucho turismo y es demasiado temprano, pero algún asiático he visto y no me ha gustado nada.
Mi recomendación es que te pongas al otro lado de la calle para no molestarles, no hacer ruido y respetar educadamente sus tradiciones, ya que ellos no están allí para dar espectáculo ni hacer turismo.
Después de un rato contemplando esta maravillosa tradición prácticamente sólo, dejé que se marcharan los monjes a continuar su ruta y aprovechando que estoy enfrente de uno de los templos más importantes de la ciudad, el Wat Phra Maha That, decido entrar a visitar los exteriores porque por dentro está todavía cerrado, dónde aprovecho para charlar con unos jóvenes monjes que me reciben muy amablemente.
Después de charlar un rato con estas maravillosas y curiosas personas, no quise molestarles más y me fui en busca de un lugar para desayunar, aún sabiendo que a estas horas estaría todo cerrado, al principio de la Main Street y enfrente del Indigo Cafe hay una serie de tenderetes dónde están disponibles desde muy primera hora de la mañana, y dónde preparan unos zumos de fruta y unos bocadillos que están escandalosamente buenos, y es que no hay que olvidar que Laos, al ser una antigua colonia francesa, dejaron aquí la mejor herencia posible, la famosas baguettes, y es que después de muchos días sin probar el pan por Asia, aquí se te saltan las lágrimas cuando te lo metes en la boca.
Durante mis cinco días en la ciudad cada día he desayunado aquí (menos el primer día que llegué), así que cada día me pedía mi zumo fresquito de frutas (normalmente de mango con banana) que te hacen al momento, y mi bocadillo de pollo con bacon, y desayunaba por 25.000 kips en total.
Tenía la oportunidad de desayunar en mi alojamiento, pero costaba 50.000 kips y no dudo que no sirvan un desayunar espectacular como me decía Andy, pero si podía desayunar igual de bien por la mitad sin necesidad de volver a mi alojamiento para después volver a irme, pues mejor.
Después de desayunar y con las pilas cargadas, me iba al Food Street o al mercado de comida que se realiza cada día en la calle perpendicular a mi alojamiento, es decir, a la paralela de la Main Street, dónde todos los vendedores ponen sus mejores productos a vender, algunos más o menos conocidos pero sin ningún tipo de higiene ni seguridad, y otros tan curiosos que no quiero ni recordar, como por ejemplo, ratas, murcielagos y ranas asadas preparadas para llevartelos a la boca.
A partir de este momento me voy a dedicar a visitar parte de los templos de Luang Prabang. En la actualidad existen más de 50 templos diferentes, todos esparcidos por la ciudad, y hay diferentes formas de visitarlos, según las preferencias de cada uno. He visto gente visitarlos en tuk tuk, personalmente pierde su encanto visitarlos así a la carrera. Lo más normal es alquilar una bicicleta y recorrerlos a tu ritmo, aunque yo que no estoy muy bien de la cabeza los recorrí a pie y caminando, sin importar el calor y la humedad, pero la verdad es que me gusta andar y creo que se disfruta más porque te puedes meter por cualquier sitio inesperado y presenciar escenas llenas de sorpresa.
Para no hacerlo muy pesado y cansino explicando los templos y sus construcciones, seguidamente os pongo los templos que yo personalmente os recomiendo visitar y que con mapa en mano, veréis que son muy factibles de realizar en un día o dos, dependiendo vuestras ganas.
- El Museo Nacional.
- Wat Phra Maha That.
- Wat Siphraphouthabat.
- Wat That Luang.
- Wat Aham.
- Wat Ho Pha Bang.
- Wat Manorom.
- Wat That Makmo.
- Wat Siphoutttabath.
- Wat Sensoukharam.
- Wat Sop Sickharam.
- Wat Souvannakhiri.
- Wat Xieng Thong.
- Wat Mai Suwannaphumaham.
La mayoría de los templos son gratuitos, excepto el Museo Nacional (30.000 kips), el Wat That Luang (20.000 kips), el Wat Xieng Thong (20.000 kips) y el Wat Mai (10.000 kips).
Después de esta buena ración de templos acabé un poco saturados y se me quitaron las ganas de visitar los templos más lejanos, ya había tenido bastante.
De vuelta para mi alojamiento por el camino estuve negiciando con algunos conductores de tuk tuk para ir mañana a las Cascadas Tat Kuang Si, pero al ser solamente una persona lo más barato que lo pude sacar era 130.000 kips, así que sin contratar nada y teniendo esa referencia me fui a cambiar dinero que ya casi no me quedaba (hay unas cuantas casas de cambio a lo largo de la Main Street y ofrecen muy buen cambio, pero conviene contar bien los billetes porque si pueden intentan timarte).
Después de conseguir más kips me dió por entrar a una agencia de viajes para ver lo que costaba el ticket para llegar a Luang Namtha o Huay Xai navegando por el Mekong, y me dió por preguntar precio para ir a las Cascadas Tat Kuang Si, y sorprendentemente me dijeron que 50.000 kips, así que sin pensarlo dos veces lo reservé y lo pagué para ir mañana, en teoría mi último día en Luang Prabang, mientras pensaba mi siguiente destino.
Con mi excursión reservada volví a mi alojamiento, dónde me encontré a Andy y Venus (los dueños del Manichan) allí sentados, así que me invitaron a sentarme con ellos y con una Beerlao fresquita estuvimos hablando y dejándome aconsejar por Andy, me explicó como llegar a Luang Namtha para hacer trekking de un par de días con las tribus del país.
Después de ducharme volví al Night Market para darme una vuelta y cenar en el mismo lugar de anoche, dónde conocí a Juliette, una chica francesa que está afincada en Bangkok por temas de trabajo y aprovechando las cercanías de los países del Sudeste Asiático, estaba de visita relámpago para conocer la ciudad durante dos días. La verdad es que hicimos muy buenas migas hasta el punto que nos dimos nuestros telefonos para vernos semanas más tarde en Bangkok, después de finalizar mi viaje por Laos y Tailandia.
La cena igual que anoche, me ha costado 20.000 kips, y después de despedirme de Juliette, he vuelto a mi guesthouse, que llevo despierto desde las 04:30h de la mañana y estoy muy petado.
Lo bueno de estar en Luang Prabang es que es una ciudad muy tranquila, no hay turismo sexual ni de borrachera, a partir de las 22h ya no se ve prácticamente a nadie por la calle y a las 22:30h está prohibido hacer ruido y perturbar el cansancio de sus habitantes... no es genial poder descansar en un sitio así?
A las 09h he salido de mi alojamiento y me he ido a desayunar tranquilamente al mismo sitio que ayer pero en diferente tenderete, ya que los productos y los precios son todos iguales, y así le doy la oportunidad a las demás personas de ganarse la vida también en vez de siempre la misma.
He quedado a las 11h en la agencia para ir a las Cascadas, así que ya voy preparado con bañador y toalla, y cuando llego ya hay dos chicos allí esperando. Se trata de una pareja gay de Israel pero que viven en Londres, dos personas con las que congenié muy bien desde el principio y lo pasamos genial hablando de nuestros proyectos.
Nos subimos a una minivan los tres y poco después pasamos por varios alojamientos, dónde recogimos a otra pareja y a un grupito de cinco chicas, así que en total éramos 10 personas.
Las Cataratas o Cascadas de Tat Kuang Si se encuentran a 25 kms. de Luang Prabang, y mucha gente alquila motos io llegan en bicicleta, pero personalmente me parece una matada. Se llega en minivan en una hora, más o menos.
La entrada al recinto cuesta 20.000 kips y no está incluido en el precio que contraté en la agencia.
Lo primero que se encuentra al entrar al recinto es su maravilloso centro de rescate y recuperación de osos, dónde albergan algunos ejemplares de estos osos recuperados de los cazadores furtivos, que aprovechan para extraerles la bilis para remedios de la medicina china, como puede ser para mejorar la visión, limpieza de toxinas en el hígado o mejorar las convulsiones, todo esto según la medicina china, sin tener en cuenta el daño que le produce a los pobres animales y sus patéticas técnicas para extraérselos.
Es un lugar que merece ser visitado y si puede ser, colaborar con esta causa de la mejor manera que podamos.
Después de disfrutar mucho de esta maravillosa visita, me encaminé hacia las cascadas para aprovechar el timpo y darme un bañito, ya que hemos quedado a las 14:30h en el parking todo el grupo para volver a Luang Prabang.
Las cascadas se encuentran a diferentes niveles, las más próximas a la entrada están abarrotadas de asiáticos y guiris, no solamente bañándose, sino haciendo picnic allí mismo, así que lo mejor es ir subiendo y contra más arriba subas, menos gente hay y la cascada es de más calidad.
Lo mejor es subir arriba del todo dónde no llega casi nadie, ya que la ascensión es un poco dura porque hay que trepar por un sendero sin señalizar y sin escaleras (y encima con chanclas!) y hace mucha calor y humedad, son unos 15 minutos de ascensión que se hacen interminables pero una vez arriba, ves que vale la pena porque no hay apenas nadie, está todo muy tranquilo y el agua es trasparente, aunque para mi estaba muy fria, la verdad.
Después de descender todo lo que había subido por el mismo camino, me fui para el parking mientras me fumaba un cigarro tranquilo y de seguida llegaron la pareja de Israel, y un cuarto de hora después de la hora acordada aparecieron el grupito de las cinco chicas tan tranquilas, sin respetar lo acordado.
De vuelta a Luang Prabang una hora después y empezando a chispear y caer las primeras gotas de agua desde que he llegado, nos reunimos la pareja de Israel y yo y nos fuimos a comer juntos, esta vez me dejé guiar por ellos y fuimos al Restaurante The Apsara, dónde la verdad es que se come genial a pesar de ser un poco caro y no ajustarse al presupuesto de un mochilero, pero un día es un día y tampoco sale muy caro, almenos comer a mediodía con bebida incluida puede salir por unos 15$.
Podéis consultar el hotel, restaurante e incluso descargaros el menú en pdf a través de la web de The Apsara, un lugar totalmente recomendable, sobretodo para una velada romántica.
Después de la sobremesa y de despedirnos cerca de las 18h de la tarde, de camino a mi alojamiento tuve la idea de acercarme hasta el rio Mekong y ser testigo de uno de los mejores atardeceres de mi vida, mucho mejor que el del primer día en la Colina Phu Si y encima totalmente gratis.
De vuelta a la guesthouse, y después de estar un rato con Andy mientras nos tomamos una Beerlao juntos, me duché y cuando estaba dispuesto a salir de nuevo, llegó mi nueva vecina de la habitación de enfrente, Monika, una chica canadiense que viajaba sola, estuvimos charlando un rato y como acababa de llegar, le invité a venirse conmigo a visitar el Night Market y cenar juntos, mientras nos conociamos y charlábamos acerca de nuestros planes más inmediatos.
En teoría era mi último día en Luang Prabang y debía seguir mi camino, mientras que ella había estado en Chiang Mai, pasaría dos días en Luang Prabang y después seguiría su ruta hacia Vietnam, un país que conozco bien porque unos meses antes había estado yo. Así que como estabamos muy agusto mútuamente y la ciudad me había encantado, entre unas cosas y otras me propuso alargar un par de días más mi estancia en la ciudad y estar juntos un par de días más, así que yo acepté encantado y le propuse hacerle de guia por la ciudad mientras le ayudaba a organizar su viaje por Vietnam.
De vuelta a nuestro alojamiento, me olvidé de continuar mi camino hacia Luang Namtha, Andy me confirmó mi habitación para quedarme un par de noches más sin problemas y estuvimos en la terraza conociéndonos y organizando su viaje.
Sinceramente a día de hoy, fue una decisión muy acertada por mi parte.
Después nos hemos ido a desayunar un bocata y un zumo en el mismo sitio dónde había ido yo los anteriores días y la he llevado a visitar el Food Market, dónde ha flipado bastante porque ella al venir de unos países con mayor calidad de vida del mundo, no está acostumbrada a ver estas cosas.
Durante los dos días que hemos estado juntos hemos ido a visitar los templos más importantes de la ciudad, aunque no todos los que vi yo porque no quise saturarla de tanto templo, hemos vuelto a subir a la colina Phu Si a contemplar el atardecer, hemos paseado sin rumbo por las tranquilas calles de la ciudad y hemos charlado tranquilamente con los locales y los monjes, e incluso de casualidad hemos podido visitar un par de colegios, dónde he podido repartir unos cuántos globos a los niños y jugar con ellos, y sobretodo he tenido la oportunidad de enseñarles un poquito de inglés e incluso contarles algún cuento mientras me atendían con cara de sorpresa e ilusión, llevándome seguramente la experiencia más gratificante de todo mi viaje por el Sudeste Asiático.
Y así, después de dos días con momentos únicos y maravillosos, y de pasar por la agencia para comprar mi ticket para el barco que me llevará a través del Mekong hasta la frontera con Tailandia, nos hemos ido la última noche hasta el bar Utopia con vistas al rio, con rollo chill out y tranquilo con cojines en el suelo y lleno de turistas, dónde hemos pasado una velada maravillosa a pesar de todo lo que tardan en traerte las consumiciones, y como todo en la vida llega a su fin, nos hemos despedido con gran tristeza en nuestra guesthouse bien entrada la noche hasta un hasta pronto, porque espero poder hacer uno de mis sueños viajeros el año que viene que no es otro que visitar la Costa Oeste de Canadá (Rocky Mountains), dónde Monika que es de Vancouver, se ha comprometido en acompañarme y enseñarme todas las maravillas que ofrece su país.
Después de despedirme la noche anterior de Andy y Venus y pagar mi cuenta, a las 06:15h ha aparecido mi tuk tuk junto a otros tres coreanos, dónde veinte minutos después los ha dejado a ellos en la estación de autobuses y después me ha llevado a mi hasta el embarcadero con susto incluido, ya que a medio camino se le ha parado el tuk tuk y no había manera de arrancarlo, y ya me veia perdiendo el barco.
Finalmente el conductor ha sacado una llave del asiento, ha hecho cuatro gilipolleces que solamente los asiáticos saben hacer, y en un plis ha vuelto a arrancar su bólido, dónde hemos llegado poco después.
Suerte que no he viajado con maleta y agradezco haberlo hecho con mochila, porque personalmente pienso que Laos no es un país para viajar con maleta porque la mayoría de calles están sin asfaltar y hay muchas escaleras y es más cómodo la mochila, ya que las maletas sufren mucho por aquí.
Al llegar al embarcadero y ver la situación no he podido evitar reirme por no llorar, porque para llegar al barco ha sido todo una aventura, sobretodo viendo a los guiris con sus maletones a cuestas y ver la estructura del barco, con asientos de coches y autobuses en teoría anclados al suelo de madera y que en realidad eran incómodos y se movían mucho.
No quería ni pensarlo, pero pasarme 18 horas repartidas en dos días metido en aquel cacharro de juguete me parecía una broma, y si llegaba vivo a la frontera tailandesa estaba dispuesto a cumplir cualquier promesa que me propusiera.
Para más inri, poco antes de partir empezaron a llegar unos cuántos monjes budistas dando colorido a la travesía, así que entre los monjes, la población local con sus equipajes y cajas llenas de todo, y los ocho occidentales que estabamos allí, partimos dirección a Pakbeng navegando a través del Mekong.
Durante nueve horas estuvimos navegando, he de reconocer que el trayecto es muy bonito y lo prefiero mil veces mejor que el autobús, dónde no te puedes mover y te tienes que comer todas las curvas y cruzar los dedos para que no te toque el conductor más suicida de todo Laos. En cambio con el barco vas viendo el paisaje, te entra el aire y vas más fresquito, te puedes levantar, caminar, comer y beber, y sobretodo fumar sin molestar a nadie, además de charlar y conocer al resto de los pasajeros.
De los ocho occidentales que íbamos en el barco, tres alemanes y una francesa se pasaron todo el trayecto a su bola sin mediar palabra con nadie, después iba una chica inglesa que poco después se convertiría en una buena compañera de viaje y amiga, y después una pareja con la que hice muy buen rollo, David de Valencia que llevaba un año sabático en Laos y su pareja Rachel, una canadiense que le acompañaba y en el que días después volvimos a coincidir en Chiang Mai.
El trayecto lo pasamos lo mejor que pudimos, contemplando el paisaje, leyendo, hablando con los monjes y tomándome unas Beerlao con David y Rachel mientras hablamos de nuestras experiencias.
Después de nueve horas navegando por el Mekong y con el culo cuadrado por culpa de los asientos del barco, llegamos a Pakbeng pasadas las 18h de la tarde.
Una vez con las mochilas y subir las escaleras del embarcadero, ya te están esperando la población local con sus folletos para intentar venderte la noche en alguna de sus guesthouses, desde niños pequeños hasta personas mayores. Después de ojear varias fotos de las habitaciones y regatear un buen precio, me decidí por la de una niña, así que David y Rachel también se apuntaron conmigo y nos subimos los tres a una furgoneta, dónde dos minutos después nos dejaron en la guesthouse. Las habitaciones son sencillas pero no están mal, almenos están muy limpias y tienen mosquiteras, por contra no tienen ventilador y la señal de wifi no llega a la habitación, pero por 50.000 kips no se puede pedir nada más.
Después de una merecida ducha bajé hasta la única calle que tiene el pueblo, dónde hay una docena de restaurantes y alojamientos, y me metí en uno que estaba bastante bien, era barato y encima tenía wifi, dónde estuve navegando un rato y poniéndome al día de la civilización mientras cenaba.
Después de cenar y de camino a mi alojamiento, me volví a encontrar a David y Rachel que también venían de cenar y aprovechamos para bebernos unas Beerlao juntos, hasta que a las 22h nos fuimos a dormir, ya que estaba todo oscuro y tuvimos que llegar a nuestro alojamiento con linternas.
Mañana toca madrugar de nuevo, ya que a las 08:00h sale de nuevo el barco dónde navegaremos nueve horas más hasta Huay Xai, frontera con Tailandia. Yo estoy tranquilo porque tengo reservado mi asiento en el barco en caso de que se llene, pero visto los guiris que somos por aquí, no creo que suceda. El precio del trayecto de Pakbeng a Huay Xai cuesta 110.000 kips.
Al subirme a la barca ya estaba Maria, la chica inglesa, que realmente es de Nueva Zelanda pero está viviendo en Londres. Ayer prácticamente no entablamos conversación y hoy nos hemos pasado todo el día juntos. Después llegaron los alemanes y la francesa a su puta bola sin decir nada y muchos laosianos.
David y Rachel no han venido, pensaba que habían cambiado de planes y que irían para otro sitio, pero días después volvimos a coincidir en Chiang Mai y me dijeron que se quedaron dormidos y tuvieron que quedarse otro día más en Pakbeng porque solamente hay un barco por la mañana al día.
Finalmente partimos a las 08:45h con 45 minutos de retraso, así que no sé si me dará tiempo cruzar hoy la frontera y llegar a Tailandia.
El trayecto se me ha hecho un poco más corto que ayer, ya que íbamos menos gente y estabamos más anchos sentados, además de pasarme todo el día hablando con Maria y sobretodo, jugando con tres niños laosianos que iban en el barco y que me han dejado agotado, la verdad.
Finalmente a las 18h de la tarde hemos llegado a Huay Xai, al salir del embarcadero ya te están esperando los tuk tuk para llevarte a la frontera o buscar alojamiento, así que después de hablarlo con Maria y sabiendo que la frontera cierran a las 18h de la tarde, hemos decidido que era un poco arriesgado por la hora que era y posiblemente muy tarde para llegar a Chiang Rai, y hemos decidido hacer noche en Huay Xai.
Hemos pasado de los tuk tuk y con las mochilas a nuestra espalda hemos empezado a caminar hacia el pueblo, que está a unos 15 minutos caminando normal. Los alemanes y la francesa nos han seguido y nos han preguntado si teníamos alojamiento y le hemos dicho que no y hemos pasado de ellos.
Hemos entrado a la primera guesthouse que nos ha dado buen rollo, apenas tenía clientes y si muchas habitaciones libres, Maria ha preguntado el precio y le han pedido 125.000 kips y ella estaba conforme, pero yo he decidido regatear y la he conseguido por 50.000 kips cada habitación ante la sorpresa de Maria, que no está muy acostumbrada a regatear. Al final todos contentos.
La habitación está genial, con cama grande, aire acondicionado, nevera, tele, wifi y baño privado con aire caliente, además de dos botellas de agua pequeñas cortesía del alojamiento.
Hemos dejado las mochilas en nuestras habitaciones, hemos salido a buscar un sitio para cambiar algo de dinero para pagar el alojamiento y cenar, y hemos cenado enfrente mismo de nuestro alojamiento, dónde nos hemos metido una hamburguesa con unas Beerlao la mar de agustos.
Hemos visto pasar los alemanes y nos han preguntado si teníamos alojamiento, que ellos habían conseguido uno que estaba bien por 120.000 kips un poco más allá del nuestro, Maria y yo nos hemos mirado pero no le hemos dicho nada de lo que nos ha costado el nuestro.
La cena y las cervezas nos ha salido por 52.000 kips por cabeza, y sobre las 23h de la noche nos hemos retirado a descansar, hemos quedado para mañana a las 07h en la puerta de la guesthouse para cruzar la frontera juntos.
Después de una ducha y conectarme un rato a internet, me pongo a dormir por última vez en Laos.
A las 07h bajo y ya está Maria esperándome, salimos a la calle y vemos un tuk tuk y negociamos con él que nos lleve a la frontera, la verdad es que esta vez me deja Maria a mi negociar sólo viendo que se me da bien lo de regatear. Finalmente lo sacamos por 40.000 kips entre los dos, un trayecto de poco más de 20 minutos.
Hay varias formas de cruzar la frontera, bien por barco desde el embarcadero que llegamos ayer desde Pakbeng hacia Chiang Khong, o bien a través del Puente de la Amistad, por el que cruzaremos nosotros porque desde aquí vamos directos a Chiang Rai en bus.
Cuando llegamos allí no hay apenas nadie, hacemos tranquilamente los trámites de inmigración y de salida del país, y desde la puerta de salida salen los autobuses, ya que está prohibido atravesar la frontera hasta Tailandia caminando o en bicicleta.
Hemos comprado el billete de autobús directamente hasta Chiang Rai y nos ha costado 62.000 kips por cabeza (mis últimos kips) aunque también se puede pagar en baths tailandeses, que son 235 baths.
Tuvimos que esperar un rato al bus así que cuando apareció nos llevó directamente a la frontera tailandesa, dónde tuvimos que bajar a rellenar el documento de inmigración, nos hicieron la foto y nos pusieron el sello de entrada al país.
Os recuerdo que si entráis a Tailandia por tierra (como es mi caso) podréis permanecer 15 días seguidos en el país, pasado este tiempo deberéis salir del país y volver a entrar. En cambio si entráis a Tailandia por aire (avión), vuestro visado tendrá una validez de 30 días.
Después de pasar por inmigración y obtener el visado, el bus te está esperando y te lleva directamente a Chiang Rai en un trayecto de aproximadamente una hora.
La próxima parte del viaje ya pertenece a Tailandia y lo podrás leer en su correspondiente post sobre el país.
Ha sido un viaje a Laos corto pero intenso, personalmente el mejor país del Sureste Asiático para visitar, ya que todavía no está muy trillado y explotado por el turismo, los precios son muy baratos todavía, la gente es muy amable y hospitalaria y en ningún momento te agobian y de momento no nos ven como una fuente de ingreso.
Sobretodo recomendar Luang Prabang, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1.995, personalmente la ciudad más bonita de todo el Sureste Asiático, ya que es pequeña, tranquila, sin apenas tráfico, con unos templos maravillosos y una gastronomía que fue herencia de los franceses y eso se nota, porque cualquier plato está delicioso. Y lo más importante, es una ciudad ordenada y sin apenas ruido, así que os recomiendo que intentéis pasar el máximo de días en esta maravillosa ciudad.
Estoy seguro que algún día volveré a Laos y la visitaré con más profundidad, solamente espero que no le pase como a su vecina Myanmar y que no acabe sucumbida y explotada por el turismo.
Sabaidee, Laos!!!
* Disponer solamente de 10 días para visitar el país y centrarme solamente en la zona del Norte, y es que la zona del Sur también dispone de lugares impresionantes, que espero poder conocer en un futuro próximo.
Y con todo explicado, partimos hacia Laos... Sabaidee!!
DÍA 1.- KUALA LUMPUR - VIENTIANE
Mi curiosidad por Laos viene de varios años atrás, y los "culpables" de mis ganas de visitar este país fueron los amigos de Con Mochila, después de leer sus maravillosos diarios del viaje, y poco después de mis admiradas viajeras Carol y Sabela, y después de varios intentos fallidos para visitar el país, por fin ahora he podido visitarlo, con menos tiempo del que me hubiera gustado, pero he podido visitarlo, al fin y al cabo.Pero sobretodo agradecer a mis amigos Tino y Olga, grandes viajeros y mejores personas, toda su ayuda y recomendaciones dos semanas antes de iniciar mi viaje, dónde tuvieron la generosidad de quedar para cenar conmigo y explicarme toda su experiencia a través de este maravilloso país.
Hay muchas formas de entrar a Laos, lo más común entre los viajeros es hacerlo de forma terrestre desde la frontera con Tailandia a través de Chiang Khong. Otros viajeros deciden salir de Camboya y entrar a Laos por el Sur del país, y los viajeros que tienen menos tiempo se decantan por coger un vuelo desde Bangkok o Hanoi y visitar solamente Luang Prabang. En mi caso, como me encontraba recorriendo Malasia, para mi lo más fácil fue coger un vuelo con Air Asia desde Kuala Lumpur y volar hasta la capital del país, Vientiane. Esta compañía solamente tiene tres vuelos semanales a la capital de Laos, operando los martes, jueves y sábados en un único vuelo a las 07:25h de la mañana, llegando a Vientiane a las 09:10h.
El vuelo ha sido muy tranquilo, y es que yo era el único occidental en el avión, y en cuánto me han visto llegar en la sala de embarque de Kuala Lumpur, la gente se ha extrañado al verme, me han preguntado si realmente volaba para Vientiane y sobretodo, una ancianita muy simpática que no tenía ni idea de inglés se ha sentado a mi lado junto a su hija, me ha cogido la mano y ya no me la ha soltado hasta que no hemos aterrizado en Vientiane, dónde incluso se ha cambiado su asiento en el avión con otra persona con tal de estar conmigo.
Desde ese momento, ya tenía todavía más claro que Laos me iba a encantar y que me iba a costar mucho abandonar el país porque me estaban acostumbrando muy mal.
Lo primero que hay que hacer al llegar al país es tramitar el visado, que se obtiene en inmigración después de rellenar un formulario, entregar una foto de carnet y pagando los 35$ que cuesta el dichoso visado. Hay que tener en cuenta que si llegas en fin de semana el visado cuesta 1$ más, lo mismo que si no dispones de tus fotos ellos no tienen problemas en hacertelas allí con una webcam a razón de 1$ adiccional. También es recomendable llevar el dinero justo, porque con la excusa que no tienen cambio, es una forma de "timarte" algún dólar. Y sobretodo, el visado solamente se puede pagar en $ americanos o en Kips laosianos (LAK), así que olvidaros de pagar en cualquier otra moneda que no sean éstas dos.
Una vez tramitado el visado (no os llevará más de 5 minutos, dependiendo de los occidentales que lleguen), lo primero que hay que hacer es buscar transporte para llegar a la ciudad. Para no complicarse, justo en la puerta de salida del aeropuerto hay un stand de transporte de prepago con precios fijos, aunque sin mucho sentido, siendo los precios los siguientes:
- Trayecto en motocicleta: 6 $.-
- Trayecto en coche normal: 7 $.-
- Trayecto en furgoneta: 8 $.-
Así que después de preguntarle a una occidental que he visto fumando si quería compartir transporte y que ni siquiera se ha inmutado en contestarme, he pasado olímpicamente y he cogido un coche normal para mi sólo, y es que por 7$ tampoco voy a ser más pobre de lo que ya soy.
Después de 20 minutos de trayecto y de dejarme el taxista en la puerta del alojamiento que le había dicho, he tenido suerte y tenían dos camas libres en una habitación compartida, así que he pagado por una de ellas solamente 6 $. Mi compañero de habitación es Jean, un chico francés viajando sólo y que estaba todavía durmiendo.
He dejado mi mochila en la habitación, me he cambiado de ropa y me he ido a visitar la ciudad, a pesar de la calor que empieza ya a hacer a estas horas de la mañana.
Moverse por Vientiane es realmente sencillo, así que después de cambiar mis primeros kips del viaje en una calle paralela a mi alojamiento, dónde me han dado 527.000 kips por 60 €, he comprado agua en un 7 Eleven y he empezado a patearme la ciudad, dónde mi primera visita ha sido al That Dam o más conocida como Estupa Negra, dónde pasa un poco desapercibida por los viajeros por culpa del tráfico de la ciudad.
Volviendo para atrás y tomando la Rue Setthathirath, se llega al Palacio Presidencial, que sin ser nada ostentoso, contrasta bastante con el resto de edificios de la ciudad. A lo largo de mis dos días en la ciudad, pasaría bastantes veces por delante de él.
Muy próximo al Palacio Presidencial se encuentra uno de las visitas más interesantes de la ciudad, el Ho Pra Keo, construido en 1.565 y lugar dónde albergó el Buda Esmeralda que actualmente se encuentra en Bangkok. La entrada cuesta 5.000 kips.
Justo enfrente del Ho Pra Keo se encuentra quizá uno de mis recintos favoritos de Vientiane, el Wat Sisaket, cuya entrada cuesta 5.000 kips y es un romanso de paz dentro de la capital laosiana.
Después de la visita y caminando por la Avenida Lanexang con dirección al Patuxai, en el lateral se encuentra el Mercado de Talat Sao, dónde cada día se celebra un mercado al aire libre dónde los locales hacen sus compras.
Desde aquí, también salen los autobuses para visitar el Buda Park, ubicado a más de 24 kms. de Vientiane.
Después de dar unas vueltas por el mercado y pensar a quién le iba a dar la bolsa de ropa que no utilizo y que traigo desde casa y que llevo en mi mochila con ganas de quitármela de encima, finalmente se la di a una mujer que no paraba de sonreirme cada vez que pasaba por delante suyo y siempre me ofrecía algo de fruta para degustar (que yo rechazaba amablemente) y en la que siempre recordaré su cara cuando le entregué la bolsa y vió todo lo que había dentro, ver su cara de felicidad y emoción hace que merezca la pena viajar tan lejos y llevar el peso que haga falta en la mochila. Para compensar, la humilde mujer me quería regalar unos plátanos, así que una vez más decliné su oferta y le dije que no quería nada a cambio, solamente compartir su felicidad.
Con un subidón de autoestima en mi cuerpo por sentirme orgulloso de realizar estos detalles que pasan desapercibidos en nuestra triste sociedad consumista y egocéntrica, me despedí de ella y continué mi camino, esta vez hacia el Patuxai, o más conocido como el Arco del Triunfo, una réplica de la de París y herencia del pasado francés, incluso para llegar a ella hay que recorrer una gran avenida (Lanexang) como si de los Campos Eliseos se tratara. Lo más curioso es que se construyó con el dinero que les había dado el gobierno americano para que construyeran un aeropuerto, así que como véis, no tiene nada que ver una cosa con la otra.
Tenemos la opción de subir al Patuxai y contemplar las vistas de la ciudad desde arriba, cosa que recomiendo mucho porque solamente son tres pisos de subida que se hacen perfectamente y solamente cuesta el ticket 3.000 kips por persona, así que no encuentro excusas para no subir.
La verdad es que poco apetecía quedarse en el parque con la calor y humedad que estaba cayendo en ese momento, así que después de comprarme una botella de agua (5.000 kips), tocaba llegar al siguiente destino, el Pha That Luang, uno de los monumentos más importantes del país.
Ahora si, el siguiente destino es el famoso Pha That Luang, que significa la "estupa sagrada más bonita del mundo" y es el monumento más importante del país, pero como hace mucha calor y hay que andar mínimo 20 minutos, me decido negociar con un tuk tuk que veo en un lateral de la plaza. De buenas a primeras empieza pidiendo 70.000 kips excusándose que está un poco lejos y tal, así que después de negociar un poco y tras varios amagos de irme, lo cerramos por 12.000 kips.
El trayecto como no podía ser de otra manera, no llega ni a los 10 minutos, y me deja justo dónde empieza el parque, dónde aprovecho para visitar los alrededores.
La verdad es que el diseño y la estructura de los templos son maravillosos, además de los relieves y las formas de sus tejados.
Llego al Pha That Luang y me lo encuentro cerrado, como son más de las 13h me dicen algunos locales que está cerrado porque es la hora que rezan, pero no saben decirme a qué hora vuelven a abrir, así que me entretengo un poco por los exteriores haciendo fotos, visitando un pequeño mercado con cuatro tenderetes y tomándome una Pepsi (no hay coca cola) mientras me fumo un cigarro.
Un rato después y viendo que allí no aparece ni el tato, me acerco hasta el próximo Buda Reclinado, un enorme buda dorado, y visito los templos próximos, a cada cual más bonito.
El calor aprieta de cada vez más y ya empiezo a tener hambre, todavía estoy sin dormir y he madrugado bastante para coger el vuelo esta mañana, así que sigo haciendo un esfuerzo y vuelvo al Pha That Luang, dónde continúa cerrado y llego a la conclusión de que los laosianos rezan mucho, o que después de la comida empalman con la siesta, así que me doy por vencido por hoy y mañana ya volveré a intentarlo otra vez.
Son más de las 15h de la tarde y me voy en busca de un tuk tuk que me lleve cerca de mi alojamiento, ya que por esa zona está llena de sitios para comer. El problema que es que apenas hay tuk tuk por la zona, y con el que negocio no consigo bajarlo por menos de 30.000 kips, así que después de un tira y afloja y de no llegar a un consenso, me voy ante la incredulidad del conductor.
Cuando no llevo ni un minuto caminando me sale de la nada otro conductor y me pregunta a dónde voy, y haciéndome la idea que no voy a tener más remedio que volver andando, le indico el nombre de mi alojamiento y le ofrezco 10.000 kips por llevarme porque le pongo la excusa que no tengo más dinero y que me esperan para irme al aeropuerto porque esa misma tarde vuelo para Bangkok y... voilá!! Me acepta el precio a la primera, sin regatear, y cuando pasamos por delante del anterior conductor le saludo de forma irónica.
En unos 15 minutos me deja próximo a mi alojamiento, a la altura del Night Market, le doy los 10.000 kips acordados y le hago una foto al fenómeno, y cuando me despido de él me desea buen viaje en Tailandia!! (coño, ya ni me acordaba que le había dicho que volaba a Bangkok esa misma tarde).
Me voy en busca de algún lugar para comer y después de mirar en varios sitios, una simpática hindú me invita a pasar a su restaurante, y como ya hace muchas semanas que no he comido comida hindú, me apetece y me doy el capricho, que llevo todo el día sin comer por querer aprovechar el tiempo de las visitas.
El restaurante es totalmente recomendable, tienen varios locales repartidos en la ciudad y se llama Dhaka, y aunque oficialmente son de Bangladesh, todo es comida hindú, sobretodo su sabroso chicken tandoori.
Un súper plato de arroz que almenos era para 3 personas, un chicken tandoori y una botella de agua de litro y medio, en total han sido 62.000 kips, y fue la comida más cara que hice en todo mi viaje en Laos porque los otros días he comido igual de bien, pero incluso más barato.
Después de comer y con la barriga llena, estuve chafardeando un par de agencias para comprar el ticket de bus para mañana noche de Vientiane a Luang Prabang, y en todas el precio era exactamente el mismo.
Ahora si, aprovechando que estoy próximo a mi alojamiento decido ir a descansar un poco y meterme una ducha, que todavía no he parado desde que he llegado.
Cuando llego a la habitación mi compañero francés sigue durmiendo y la otra cama sigue vacía, así que me meto una ducha, me tumbo un poco y me pongo a enviar algunos mensajes a los amigos.
Sobre las 18:30h de la tarde decido salir y me voy a dar una vuelta al Night Market, que lo tengo a dos calles de mi GH y al lado del rio Mekong.
Después de dar una vuelta y ver los curiosos tenderetes de esta gente y algún que otro turista, dónde no veo nada interesante para comprar, sobre las 20:30h decido volver a la GH.
Cuando vuelvo mi compañero ya está por fin despierto, se llama Jean y es francés, ha llegado esta madrugada desde Bangkok en bus, ahora va a visitar Laos y acabará en Camboya. Mientras hablamos sobre nuestros planes decidimos ir a tomarnos unas cervezas fuera, dónde se apunta un australiano que estaba sentado en la puerta de la GH, y acabamos los tres bebiendo unas cuántas Beerlao hasta las 23:30h de la noche.
Le había propuesto a los chicos visitar mañana por la mañana el Buda Park, que está a 24 kms de Vientiane, coger un tuk tuk entre los tres y visitarlo toda la mañana, primero me dicen que si y después entre cerveza y cerveza, me dicen que en vez de tuk tuk mejor hacerlo en bicicleta, cosa que yo me tomé a broma después de tomarnos tres Beerlao de 650ml cada uno... Así que volvemos a nuestra GH y nos vamos a dormir, que el día ha sido muy largo para mi.
DÍA 2.- VIENTIANE - LUANG PRABANG
A media noche me he despertado sobresaltado, y es que a las 4h de la mañana ha llegado un nuevo inquilino a la cama que había libre en nuestra habitación y me ha dado un susto de muerte.A las 08h ya estaba arriba y después de esperar que se levantaran Jean y Nick para ir a ver el Buda Park, me confirman lo de la noche anterior, que quieren ir a visitarlo en bicicleta alquilada en el hostel. A mi no me apetece pedalear los casi 50 kms. que hay de distancia entre ida y vuelta, y más con la calor que hace, además de que tengo que estar pronto para irme a Luang Prabang.
Finalmente me decido por comprar el ticket del bus nocturno en mi propio alojamiento, me cuesta 180.000 kips y prácticamente es el mismo precio que en todas las agencias de la ciudad. Tendré que estar preparado a las 18h de la tarde para que vengan a buscarme y me lleven a la estación de buses dónde el bus a Luang Prabang partirá a las 20h de la tarde.
Así que me despido de mis compis y poco después hago el check out, dejo la mochila en consigna y me voy a buscar un lugar para desayunar tranquilamente para después recorrer tranquilamente la ciudad.
Después de desayunar empiezo a recorrer tranquilamente las calles de Vientiane, dónde aparte de algunos templos, visito también la Estatua de Chao Anouvong, ubicada detrás del Palacio Presidencial y en el parque que hace la función de pulmón verde de la ciudad.
Vuelvo a visitar el maravilloso Wat Sisaket y poco después llego a la parada de bus de Talad Sao para informarme del bus hacia el Buda Park, el ticket cuesta 6.000 kips pero el autobús tiene que llenarse para salir, así que después de fumarme un cigarro y esperar a ver si llega gente, desisto de mi idea porque hay pocos turistas en la ciudad y es díficil que se llene el bus.
Sigo caminando hasta llegar de nuevo al Patuxai y ya que estoy puesto, decido continuar caminando hasta el Pha That Luang, con tal mala suerte que continúa cerrado y unos locales me dicen que están haciendo algo de mantenimiento en su interior y que lo abrirán próximamente, así que tengo que conformarme con visitarlo solamente por fuera.
Vuelta para atrás y tranquilamente cojo la avenida Lanexang (los Campos Eliseos) y vuelvo a la zona de mi alojamiento, dónde voy en busca de un lugar para comer, así que no me complico mucho y acabo en un garito de gente local dónde está medio vacio, pero almenos tienen ventilador y la comida tiene buena pinta, dónde aprovecho para comerme un buen plato de arroz con pollo y una fresquita cerveza Beerlao.
El lugar está muy bien pero no tiene ni nombre el local, la comida está muy buena, la atención y amabilidad del personal es exquisita y el precio fue de 23.000 kips.
Sigo caminando a través de la Rue Setthathirath y voy visitando todos los wat o templos que voy encontrando en mi camino, en algunos estoy prácticamente sólo, en otros tengo la suerte de presenciar el momento de meditación de algunos jóvenes monjes sin molestar y en otro amablemente me invitan a presenciar una ceremonia, que acepto encantadísimo.
Son las 17h de la tarde y decido acabar mi visita a la ciudad, un lugar dónde muchos viajeros pasan de largo en su ruta o simplemente están el mínimo de tiempo posible porque dicen que no vale la pena, pero siendo sincero, a mi me ha gustado mucho y la recomiendo para un par de días y visitar lo más importante.
Una vez en mi alojamiento y después de cambiarme de ropa por culpa de la humedad, me siento en la terraza mientras me bebo una Beerlao fresquita mientras hablo con otros viajeros, y poco después empieza a diluviar con fuerza, justo lo que no quería.... meterme un viajecito de un montón de horas de bus lloviendo a mares por esas carreteras en mal estado y llena de curvas, y encima con conductores suicidas y temerarios, así que no puedo dejar de preocuparme por el asunto.
A las 18:30h aparece una mini van descubieta que más bien parecía un tuk tuk, voy a subirme y veo que está petada de viajeros, pero lo peor de todo es que todavía tenemos que hacer un par de paradas para que suba más gente, allí apenas cabemos porque vamos 16 personas con nuestras respectivas mochilas, el conductor que va folladísimo sin importarle si alguien se cae o no, y encima no para de llover bastante.
Finalmente después de esperar allí casi mojándonos de las goteras que tiene la estación y que el jeta del conductor no tenía prisa por abrir la puerta y ponernos en marcha, montamos una especie de motín y le recriminamos al conductor que en nuestros tickets pone que el bus sale a las 20h, así que de mala gana abre la puerta, nos da una bolsa de plástico a cada uno para poner nuestro calzado y empezamos a meternos en nuestros asientos, dónde me sorprende que sean asientos reclinados dentro de un habitáculo como los que cogí el año pasado en mi viaje a Vietnam, y no que fueran asientos cama con colchones compartidos como me habían informado que eran los buses nocturnos en Laos.
La mayoría de los que viajabamos allí eran coreanos, algún francés y alguna británica, que no estaban de acuerdo en subirse en ese autobús después de que le hubieran cobrado 25$ por el billete... así que o se subía o se quedaba en tierra!
Finalmente partimos sobre las 20:15h, por delante teníamos unas 11 horas de trayecto hasta Luang Prabang que podían ser más por culpa de la lluvia, y eso en el mejor de los casos, porque después de haber leido todo lo referente a los autobuses en Laos antes de llegar al país, me daba por satisfecho llegar a Luang Prabang sano y salvo, sin importar las horas de viaje.
Las primeras dos horas de viaje me las pasé cenando y mirando por la ventana, después escuchando música en mi ipod hasta que finalmente decidí encomendarme a Buda, cerrar los ojos y que pasara lo que tuviera que pasar.
DÍA 3.- LUANG PRABANG
Pues al final pasó lo que tuvo que pasar en circunstancias normales, que caí dormido de cansancio y pude dormir algo en el incómodo asiento y sobre las 06h de la mañana llegamos a la estación de autobuses de Luang Prabang sanos y salvos. Ahora si que ya respiraba tranquilo y me relajé.Los tuk tuk están esperando allí para llevarte a la ciudad, que está a no más de 10 minutos. Decido esperar a que se vayan todos los turistas mientras me fumo un cigarro, y se me van acercando algunos de ellos para ofrecerme sus servicios hasta mi alojamiento por 50.000 kips, así que me niego a pagar ese precio. Finalmente quedamos en la estación de buses 4 franceses, dos británicas y yo y decidimos compartir el mismo transporte, así que nos va dejando en diferentes puntos de la ciudad por 7.000 kips cada uno.
Llegar a Luang Prabang es como llegar a otro país, ya no solamente por su tranquilidad y espiritualidad que se respira en cada rincón de sus calles, sino porque aquí se nota más la llegada del turismo y eso también se nota en los precios, que son mucho más altos que en cualquier otra ciudad del país.
Llego a mi alojamiento y me lo encuentro cerrado y como es pronto, no me atrevo a llamar al timbre.
Al cabo de un rato aparece una chica que es la que se encarga de la limpieza y de preparar los desayunos y me invita a pasar, y me dice que hasta las 07h no abren, así que me ofrece algo para desayunar hasta que poco después de las 07h aparece Andy, el dueño del alojamiento Manichan Guesthouse, un americano casado con una laosiana que no solamente me demuestra su profesionalidad al frente del negocio, sino que se convertiría en un buen amigo durante los próximos 5 días.
Durante los preparativos de mi viaje fue el único alojamiento que reservé anticipadamente y me alegré de hacerlo, porque era de los más económicos y mejor situados de la ciudad, y tuve mucha suerte de hacerlo.
Poco antes de partir a Laos, leyendo un post de los amigos Robert y Ely vi que ellos también habían estado alojados en este lugar, y como habían quedado muy satisfechos y lo recomendaban, me quedé mucho más tranquilo, y es que prefiero las recomendaciones de grandes viajeros como ellos que no las recomendaciones de las guias de viaje, o de los blogueros que no tienen credibilidad porque normalmente se alojan con los gastos pagados a cambio de escribir una buena opinión, y por desgracia, de cada día abundan más este tipo de caraduras.
Después de que Andy me explicara un poco todo y me pasara algunas recomendaciones, dejo las mochilas en mi habitación, me doy una ducha y decido dormir un poco, ya que prefiero tomármelo todo con mucha calma.
Sobre la hora de comer decido que ya he descansado bastante y me voy en busca de algún lugar para comer, dónde en Luang Prabang no vas a tener problemas en encontrar ningún sitio para comer que se ajuste a tu presupuesto, porque los hay de todo tipo.
Para mi primera comida me decidí por el Indigo Café, situado en la calle principal y justo al lado del Mercado Nocturno, dónde elaboran todo tipo de platos y de bebidas y tampoco es que salga muy caro. Yo me pedí una hamburguesa con una salsa que estaba maravillosamente rica junto a una botella de agua y me costó 43.000 kips, así que se va notando que la ciudad es más turistica y eso se nota en los precios.
Después de comer y para bajar un poco la comida, decido subir al Phu Si que es una colina dónde va toda la gente a ver la puesta de sol al atardecer. La entrada cuesta 20.000 kips y la ascensión es un poco dura y cansada después de subir un montón de escaleras, y es que la humedad que hay y que acabo de comer, no me ayuda mucho a subir las escaleras.
Cuando llego arriba ya hay gente sentada esperando el atardecer, no son ni las 17h de la tarde y en esta época anochece sobre las 19h, así que toca relajarse, intentar hacer buenas fotos, tomarse una fresquita Beerlao comprada a una señora que tiene un tenderete allí arriba (10.000 kips) y hablar con otros viajeros, y sobretodo, disfrutar del momento en un lugar tan maravilloso.
Después de observar el maravilloso espectáculo de colores, volví para abajo y justo dónde acaban las escaleras, prácticamente empieza el Night Market, un mercado nocturno que se realiza cada día a partir de las 18h de la tarde y dónde a través de decenas de tenderetes esparcidos a través de toda la avenida principal, puedes encontrar sobretodo ropa y camisetas, cuadros y algún souvenir para llevarte a casa.
Después de dar una vuelta por el Night Market, lo mismo que haría cada noche durante los 5 días que permanecí en la ciudad, me fui en busca de la calle dónde hay varios tenderetes dónde puedes cenar por 15.000 kips.
El lugar en cuestión es la calle perpendicular al Indigo Café, el restuarante dónde estuve comiendo hoy, hay varios tenderetes con toda la comida expuesta y te sientas dónde quieras.
La operativa es la siguiente, te dan un plato vacio y puedes llenarlo con toda la comida que quieras hasta que se llene el plato, vas a pagar lo mismo por echarte dos cucharas de arroz que por llenar tu plato hasta rebosar. Hay todo tipo de comida, desde arroz a noodles, pasando por rollitos de primavera o verduras.
Si quieres carne o pescado también hay y te lo hacen al momento, pero se paga aparte. El precio de mi plato a rebosar de comida más una coca cola, fueron 20.000 kips, algo más de dos euros. Si no sois muy tiquismiquis ni finolis, os encanta la comida asiática y no os importa compartir mesa con desconocidos, os lo recomiendo bastante. De hecho, yo cada noche he cenado allí mientras he estado en Luang Prabang y no he tenido ningún problema de estómago, ni diarrea ni nada por el estilo.
Después de compartir mesa con una pareja de italianos y charlar un rato sobre nuestros viajes, sobre las 22h me volví a mi alojamiento que está a menos de dos minutos caminando del mercado nocturno, dónde es recomendable llevarse una linterna porque las calles de Luang Prabang no están iluminadas y por la noche se ve menos que tres en un burro.
Por fin toca descansar en una habitación privada con una cama en condiciones, mañana toca madrugar para empezar a ver el Tak Bat o Ceremonia de entrega de las almas.
DÍA 4.- LUANG PRABANG
Hoy me he levantado a las 04:30h de la mañana para asegurarme ser el primero en la ducha, así que media hora después he cogido mi cámara y mi cartera y he salido de mi alojamiento con dirección a la Sisauanguong Road o más conocida como la Main Street (calle principal), uno de los puntos principales del Tak Bat o Ceremonia de entrega de las Almas, que no es otra cosa que ver el desfile de monjes con su túnica naranja recogiendo la limosna que le entregan los habitantes de la ciudad.El Tak Bat se realiza cada día de la semana durante todo el año, tanto si llueve como si hace sol, y se puede observar a los jóvenes (y no tan jóvenes) novicios y monjes circular en fila por las calles de la ciudad, normalmente en la puerta de los templos más importantes, recaudar la comida que se van a comer durante el día.
Normalmente tienen hasta las 12h del mediodía para deambular por las calles en busca de su limosna, y a partir de esa hora tienen prohibido la recogida de limosna.
Normalmente el Tak Bat dura muy poco y tampoco es cuestión de seguirlos en todo su recorrido, simplemente es ponerse en un lugar estratégico y no molestarlos, mantener un silencio y una distancia prudencial para que los monjes no vean alterada su tradición diaria.
No soporto ver a los turistas/guiris/viajeros encima de los monjes haciendo fotos, ni metiéndoles los objetivos de la cámara en la cara ni mucho menos hacer el paripé de ser ellos los que les entreguen la limosna a los monjes. Por suerte no he visto a muchos porque todavía no hay mucho turismo y es demasiado temprano, pero algún asiático he visto y no me ha gustado nada.
Mi recomendación es que te pongas al otro lado de la calle para no molestarles, no hacer ruido y respetar educadamente sus tradiciones, ya que ellos no están allí para dar espectáculo ni hacer turismo.
Después de un rato contemplando esta maravillosa tradición prácticamente sólo, dejé que se marcharan los monjes a continuar su ruta y aprovechando que estoy enfrente de uno de los templos más importantes de la ciudad, el Wat Phra Maha That, decido entrar a visitar los exteriores porque por dentro está todavía cerrado, dónde aprovecho para charlar con unos jóvenes monjes que me reciben muy amablemente.
Después de charlar un rato con estas maravillosas y curiosas personas, no quise molestarles más y me fui en busca de un lugar para desayunar, aún sabiendo que a estas horas estaría todo cerrado, al principio de la Main Street y enfrente del Indigo Cafe hay una serie de tenderetes dónde están disponibles desde muy primera hora de la mañana, y dónde preparan unos zumos de fruta y unos bocadillos que están escandalosamente buenos, y es que no hay que olvidar que Laos, al ser una antigua colonia francesa, dejaron aquí la mejor herencia posible, la famosas baguettes, y es que después de muchos días sin probar el pan por Asia, aquí se te saltan las lágrimas cuando te lo metes en la boca.
Durante mis cinco días en la ciudad cada día he desayunado aquí (menos el primer día que llegué), así que cada día me pedía mi zumo fresquito de frutas (normalmente de mango con banana) que te hacen al momento, y mi bocadillo de pollo con bacon, y desayunaba por 25.000 kips en total.
Tenía la oportunidad de desayunar en mi alojamiento, pero costaba 50.000 kips y no dudo que no sirvan un desayunar espectacular como me decía Andy, pero si podía desayunar igual de bien por la mitad sin necesidad de volver a mi alojamiento para después volver a irme, pues mejor.
Después de desayunar y con las pilas cargadas, me iba al Food Street o al mercado de comida que se realiza cada día en la calle perpendicular a mi alojamiento, es decir, a la paralela de la Main Street, dónde todos los vendedores ponen sus mejores productos a vender, algunos más o menos conocidos pero sin ningún tipo de higiene ni seguridad, y otros tan curiosos que no quiero ni recordar, como por ejemplo, ratas, murcielagos y ranas asadas preparadas para llevartelos a la boca.
A partir de este momento me voy a dedicar a visitar parte de los templos de Luang Prabang. En la actualidad existen más de 50 templos diferentes, todos esparcidos por la ciudad, y hay diferentes formas de visitarlos, según las preferencias de cada uno. He visto gente visitarlos en tuk tuk, personalmente pierde su encanto visitarlos así a la carrera. Lo más normal es alquilar una bicicleta y recorrerlos a tu ritmo, aunque yo que no estoy muy bien de la cabeza los recorrí a pie y caminando, sin importar el calor y la humedad, pero la verdad es que me gusta andar y creo que se disfruta más porque te puedes meter por cualquier sitio inesperado y presenciar escenas llenas de sorpresa.
Para no hacerlo muy pesado y cansino explicando los templos y sus construcciones, seguidamente os pongo los templos que yo personalmente os recomiendo visitar y que con mapa en mano, veréis que son muy factibles de realizar en un día o dos, dependiendo vuestras ganas.
- El Museo Nacional.
- Wat Phra Maha That.
- Wat Siphraphouthabat.
- Wat That Luang.
- Wat Aham.
- Wat Ho Pha Bang.
- Wat Manorom.
- Wat That Makmo.
- Wat Siphoutttabath.
- Wat Sensoukharam.
- Wat Sop Sickharam.
- Wat Souvannakhiri.
- Wat Xieng Thong.
- Wat Mai Suwannaphumaham.
La mayoría de los templos son gratuitos, excepto el Museo Nacional (30.000 kips), el Wat That Luang (20.000 kips), el Wat Xieng Thong (20.000 kips) y el Wat Mai (10.000 kips).
Después de esta buena ración de templos acabé un poco saturados y se me quitaron las ganas de visitar los templos más lejanos, ya había tenido bastante.
De vuelta para mi alojamiento por el camino estuve negiciando con algunos conductores de tuk tuk para ir mañana a las Cascadas Tat Kuang Si, pero al ser solamente una persona lo más barato que lo pude sacar era 130.000 kips, así que sin contratar nada y teniendo esa referencia me fui a cambiar dinero que ya casi no me quedaba (hay unas cuantas casas de cambio a lo largo de la Main Street y ofrecen muy buen cambio, pero conviene contar bien los billetes porque si pueden intentan timarte).
Después de conseguir más kips me dió por entrar a una agencia de viajes para ver lo que costaba el ticket para llegar a Luang Namtha o Huay Xai navegando por el Mekong, y me dió por preguntar precio para ir a las Cascadas Tat Kuang Si, y sorprendentemente me dijeron que 50.000 kips, así que sin pensarlo dos veces lo reservé y lo pagué para ir mañana, en teoría mi último día en Luang Prabang, mientras pensaba mi siguiente destino.
Con mi excursión reservada volví a mi alojamiento, dónde me encontré a Andy y Venus (los dueños del Manichan) allí sentados, así que me invitaron a sentarme con ellos y con una Beerlao fresquita estuvimos hablando y dejándome aconsejar por Andy, me explicó como llegar a Luang Namtha para hacer trekking de un par de días con las tribus del país.
Después de ducharme volví al Night Market para darme una vuelta y cenar en el mismo lugar de anoche, dónde conocí a Juliette, una chica francesa que está afincada en Bangkok por temas de trabajo y aprovechando las cercanías de los países del Sudeste Asiático, estaba de visita relámpago para conocer la ciudad durante dos días. La verdad es que hicimos muy buenas migas hasta el punto que nos dimos nuestros telefonos para vernos semanas más tarde en Bangkok, después de finalizar mi viaje por Laos y Tailandia.
La cena igual que anoche, me ha costado 20.000 kips, y después de despedirme de Juliette, he vuelto a mi guesthouse, que llevo despierto desde las 04:30h de la mañana y estoy muy petado.
Lo bueno de estar en Luang Prabang es que es una ciudad muy tranquila, no hay turismo sexual ni de borrachera, a partir de las 22h ya no se ve prácticamente a nadie por la calle y a las 22:30h está prohibido hacer ruido y perturbar el cansancio de sus habitantes... no es genial poder descansar en un sitio así?
DÍA 5.- LUANG PRABANG
Hoy me he levantado de nuevo a las 04:30h de la mañana pero como he visto que se me han adelantado y hay gente duchándose, he decidido volver a la cama y dormir un rato más, hoy no visitaré a los monjes.A las 09h he salido de mi alojamiento y me he ido a desayunar tranquilamente al mismo sitio que ayer pero en diferente tenderete, ya que los productos y los precios son todos iguales, y así le doy la oportunidad a las demás personas de ganarse la vida también en vez de siempre la misma.
He quedado a las 11h en la agencia para ir a las Cascadas, así que ya voy preparado con bañador y toalla, y cuando llego ya hay dos chicos allí esperando. Se trata de una pareja gay de Israel pero que viven en Londres, dos personas con las que congenié muy bien desde el principio y lo pasamos genial hablando de nuestros proyectos.
Nos subimos a una minivan los tres y poco después pasamos por varios alojamientos, dónde recogimos a otra pareja y a un grupito de cinco chicas, así que en total éramos 10 personas.
Las Cataratas o Cascadas de Tat Kuang Si se encuentran a 25 kms. de Luang Prabang, y mucha gente alquila motos io llegan en bicicleta, pero personalmente me parece una matada. Se llega en minivan en una hora, más o menos.
La entrada al recinto cuesta 20.000 kips y no está incluido en el precio que contraté en la agencia.
Lo primero que se encuentra al entrar al recinto es su maravilloso centro de rescate y recuperación de osos, dónde albergan algunos ejemplares de estos osos recuperados de los cazadores furtivos, que aprovechan para extraerles la bilis para remedios de la medicina china, como puede ser para mejorar la visión, limpieza de toxinas en el hígado o mejorar las convulsiones, todo esto según la medicina china, sin tener en cuenta el daño que le produce a los pobres animales y sus patéticas técnicas para extraérselos.
Es un lugar que merece ser visitado y si puede ser, colaborar con esta causa de la mejor manera que podamos.
Después de disfrutar mucho de esta maravillosa visita, me encaminé hacia las cascadas para aprovechar el timpo y darme un bañito, ya que hemos quedado a las 14:30h en el parking todo el grupo para volver a Luang Prabang.
Las cascadas se encuentran a diferentes niveles, las más próximas a la entrada están abarrotadas de asiáticos y guiris, no solamente bañándose, sino haciendo picnic allí mismo, así que lo mejor es ir subiendo y contra más arriba subas, menos gente hay y la cascada es de más calidad.
Lo mejor es subir arriba del todo dónde no llega casi nadie, ya que la ascensión es un poco dura porque hay que trepar por un sendero sin señalizar y sin escaleras (y encima con chanclas!) y hace mucha calor y humedad, son unos 15 minutos de ascensión que se hacen interminables pero una vez arriba, ves que vale la pena porque no hay apenas nadie, está todo muy tranquilo y el agua es trasparente, aunque para mi estaba muy fria, la verdad.
Después de descender todo lo que había subido por el mismo camino, me fui para el parking mientras me fumaba un cigarro tranquilo y de seguida llegaron la pareja de Israel, y un cuarto de hora después de la hora acordada aparecieron el grupito de las cinco chicas tan tranquilas, sin respetar lo acordado.
De vuelta a Luang Prabang una hora después y empezando a chispear y caer las primeras gotas de agua desde que he llegado, nos reunimos la pareja de Israel y yo y nos fuimos a comer juntos, esta vez me dejé guiar por ellos y fuimos al Restaurante The Apsara, dónde la verdad es que se come genial a pesar de ser un poco caro y no ajustarse al presupuesto de un mochilero, pero un día es un día y tampoco sale muy caro, almenos comer a mediodía con bebida incluida puede salir por unos 15$.
Podéis consultar el hotel, restaurante e incluso descargaros el menú en pdf a través de la web de The Apsara, un lugar totalmente recomendable, sobretodo para una velada romántica.
Después de la sobremesa y de despedirnos cerca de las 18h de la tarde, de camino a mi alojamiento tuve la idea de acercarme hasta el rio Mekong y ser testigo de uno de los mejores atardeceres de mi vida, mucho mejor que el del primer día en la Colina Phu Si y encima totalmente gratis.
En teoría era mi último día en Luang Prabang y debía seguir mi camino, mientras que ella había estado en Chiang Mai, pasaría dos días en Luang Prabang y después seguiría su ruta hacia Vietnam, un país que conozco bien porque unos meses antes había estado yo. Así que como estabamos muy agusto mútuamente y la ciudad me había encantado, entre unas cosas y otras me propuso alargar un par de días más mi estancia en la ciudad y estar juntos un par de días más, así que yo acepté encantado y le propuse hacerle de guia por la ciudad mientras le ayudaba a organizar su viaje por Vietnam.
De vuelta a nuestro alojamiento, me olvidé de continuar mi camino hacia Luang Namtha, Andy me confirmó mi habitación para quedarme un par de noches más sin problemas y estuvimos en la terraza conociéndonos y organizando su viaje.
Sinceramente a día de hoy, fue una decisión muy acertada por mi parte.
DÍAS 6-7.- LUANG PRABANG
Hoy he quedado con Monica a las 05h para enseñarle la Ceremonia de la entrega de las Almas de los monjes, y a pesar del madrugón, allí estaba puntual y nos hemos ido al mismo lugar dónde los había visto yo.Durante los dos días que hemos estado juntos hemos ido a visitar los templos más importantes de la ciudad, aunque no todos los que vi yo porque no quise saturarla de tanto templo, hemos vuelto a subir a la colina Phu Si a contemplar el atardecer, hemos paseado sin rumbo por las tranquilas calles de la ciudad y hemos charlado tranquilamente con los locales y los monjes, e incluso de casualidad hemos podido visitar un par de colegios, dónde he podido repartir unos cuántos globos a los niños y jugar con ellos, y sobretodo he tenido la oportunidad de enseñarles un poquito de inglés e incluso contarles algún cuento mientras me atendían con cara de sorpresa e ilusión, llevándome seguramente la experiencia más gratificante de todo mi viaje por el Sudeste Asiático.
Y así, después de dos días con momentos únicos y maravillosos, y de pasar por la agencia para comprar mi ticket para el barco que me llevará a través del Mekong hasta la frontera con Tailandia, nos hemos ido la última noche hasta el bar Utopia con vistas al rio, con rollo chill out y tranquilo con cojines en el suelo y lleno de turistas, dónde hemos pasado una velada maravillosa a pesar de todo lo que tardan en traerte las consumiciones, y como todo en la vida llega a su fin, nos hemos despedido con gran tristeza en nuestra guesthouse bien entrada la noche hasta un hasta pronto, porque espero poder hacer uno de mis sueños viajeros el año que viene que no es otro que visitar la Costa Oeste de Canadá (Rocky Mountains), dónde Monika que es de Vancouver, se ha comprometido en acompañarme y enseñarme todas las maravillas que ofrece su país.
DÍA 8.- LUANG PRABANG - PAKBENG
Hoy he madrugado bastante otra vez, y es que ayer quedé con los de la agencia que pasarían a las 06h a buscarme con un tuk tuk para llevarme al embarcadero de la ciudad. Por cierto, el ticket del barco desde Luang Prabang hasta Huay Xai, último pueblo de Laos con la frontera de Tailandia, me ha costado 180.000 kips, con transporte hasta el embarcadero incluido.Después de despedirme la noche anterior de Andy y Venus y pagar mi cuenta, a las 06:15h ha aparecido mi tuk tuk junto a otros tres coreanos, dónde veinte minutos después los ha dejado a ellos en la estación de autobuses y después me ha llevado a mi hasta el embarcadero con susto incluido, ya que a medio camino se le ha parado el tuk tuk y no había manera de arrancarlo, y ya me veia perdiendo el barco.
Finalmente el conductor ha sacado una llave del asiento, ha hecho cuatro gilipolleces que solamente los asiáticos saben hacer, y en un plis ha vuelto a arrancar su bólido, dónde hemos llegado poco después.
Suerte que no he viajado con maleta y agradezco haberlo hecho con mochila, porque personalmente pienso que Laos no es un país para viajar con maleta porque la mayoría de calles están sin asfaltar y hay muchas escaleras y es más cómodo la mochila, ya que las maletas sufren mucho por aquí.
Al llegar al embarcadero y ver la situación no he podido evitar reirme por no llorar, porque para llegar al barco ha sido todo una aventura, sobretodo viendo a los guiris con sus maletones a cuestas y ver la estructura del barco, con asientos de coches y autobuses en teoría anclados al suelo de madera y que en realidad eran incómodos y se movían mucho.
No quería ni pensarlo, pero pasarme 18 horas repartidas en dos días metido en aquel cacharro de juguete me parecía una broma, y si llegaba vivo a la frontera tailandesa estaba dispuesto a cumplir cualquier promesa que me propusiera.
Para más inri, poco antes de partir empezaron a llegar unos cuántos monjes budistas dando colorido a la travesía, así que entre los monjes, la población local con sus equipajes y cajas llenas de todo, y los ocho occidentales que estabamos allí, partimos dirección a Pakbeng navegando a través del Mekong.
Durante nueve horas estuvimos navegando, he de reconocer que el trayecto es muy bonito y lo prefiero mil veces mejor que el autobús, dónde no te puedes mover y te tienes que comer todas las curvas y cruzar los dedos para que no te toque el conductor más suicida de todo Laos. En cambio con el barco vas viendo el paisaje, te entra el aire y vas más fresquito, te puedes levantar, caminar, comer y beber, y sobretodo fumar sin molestar a nadie, además de charlar y conocer al resto de los pasajeros.
De los ocho occidentales que íbamos en el barco, tres alemanes y una francesa se pasaron todo el trayecto a su bola sin mediar palabra con nadie, después iba una chica inglesa que poco después se convertiría en una buena compañera de viaje y amiga, y después una pareja con la que hice muy buen rollo, David de Valencia que llevaba un año sabático en Laos y su pareja Rachel, una canadiense que le acompañaba y en el que días después volvimos a coincidir en Chiang Mai.
El trayecto lo pasamos lo mejor que pudimos, contemplando el paisaje, leyendo, hablando con los monjes y tomándome unas Beerlao con David y Rachel mientras hablamos de nuestras experiencias.
Después de nueve horas navegando por el Mekong y con el culo cuadrado por culpa de los asientos del barco, llegamos a Pakbeng pasadas las 18h de la tarde.
Una vez con las mochilas y subir las escaleras del embarcadero, ya te están esperando la población local con sus folletos para intentar venderte la noche en alguna de sus guesthouses, desde niños pequeños hasta personas mayores. Después de ojear varias fotos de las habitaciones y regatear un buen precio, me decidí por la de una niña, así que David y Rachel también se apuntaron conmigo y nos subimos los tres a una furgoneta, dónde dos minutos después nos dejaron en la guesthouse. Las habitaciones son sencillas pero no están mal, almenos están muy limpias y tienen mosquiteras, por contra no tienen ventilador y la señal de wifi no llega a la habitación, pero por 50.000 kips no se puede pedir nada más.
Después de una merecida ducha bajé hasta la única calle que tiene el pueblo, dónde hay una docena de restaurantes y alojamientos, y me metí en uno que estaba bastante bien, era barato y encima tenía wifi, dónde estuve navegando un rato y poniéndome al día de la civilización mientras cenaba.
Después de cenar y de camino a mi alojamiento, me volví a encontrar a David y Rachel que también venían de cenar y aprovechamos para bebernos unas Beerlao juntos, hasta que a las 22h nos fuimos a dormir, ya que estaba todo oscuro y tuvimos que llegar a nuestro alojamiento con linternas.
Mañana toca madrugar de nuevo, ya que a las 08:00h sale de nuevo el barco dónde navegaremos nueve horas más hasta Huay Xai, frontera con Tailandia. Yo estoy tranquilo porque tengo reservado mi asiento en el barco en caso de que se llene, pero visto los guiris que somos por aquí, no creo que suceda. El precio del trayecto de Pakbeng a Huay Xai cuesta 110.000 kips.
DÍA 9.- PAKBENG - HUAY XAI
Nuevo día en ruta, así que después de una ducha he salido a las 07:30h hacia el embarcadero que lo tengo a escasos tres minutos caminando, dónde antes me he parado en un tenderete a comprar algo para desayunar, agua, y algo de comer para el viaje, incluso he tenido que regatear porque me he quedado ya sin kips y en el pueblo no hay nada para cambiar, así que no sé si me hará falta o no.Al subirme a la barca ya estaba Maria, la chica inglesa, que realmente es de Nueva Zelanda pero está viviendo en Londres. Ayer prácticamente no entablamos conversación y hoy nos hemos pasado todo el día juntos. Después llegaron los alemanes y la francesa a su puta bola sin decir nada y muchos laosianos.
David y Rachel no han venido, pensaba que habían cambiado de planes y que irían para otro sitio, pero días después volvimos a coincidir en Chiang Mai y me dijeron que se quedaron dormidos y tuvieron que quedarse otro día más en Pakbeng porque solamente hay un barco por la mañana al día.
Finalmente partimos a las 08:45h con 45 minutos de retraso, así que no sé si me dará tiempo cruzar hoy la frontera y llegar a Tailandia.
El trayecto se me ha hecho un poco más corto que ayer, ya que íbamos menos gente y estabamos más anchos sentados, además de pasarme todo el día hablando con Maria y sobretodo, jugando con tres niños laosianos que iban en el barco y que me han dejado agotado, la verdad.
Finalmente a las 18h de la tarde hemos llegado a Huay Xai, al salir del embarcadero ya te están esperando los tuk tuk para llevarte a la frontera o buscar alojamiento, así que después de hablarlo con Maria y sabiendo que la frontera cierran a las 18h de la tarde, hemos decidido que era un poco arriesgado por la hora que era y posiblemente muy tarde para llegar a Chiang Rai, y hemos decidido hacer noche en Huay Xai.
Hemos pasado de los tuk tuk y con las mochilas a nuestra espalda hemos empezado a caminar hacia el pueblo, que está a unos 15 minutos caminando normal. Los alemanes y la francesa nos han seguido y nos han preguntado si teníamos alojamiento y le hemos dicho que no y hemos pasado de ellos.
Hemos entrado a la primera guesthouse que nos ha dado buen rollo, apenas tenía clientes y si muchas habitaciones libres, Maria ha preguntado el precio y le han pedido 125.000 kips y ella estaba conforme, pero yo he decidido regatear y la he conseguido por 50.000 kips cada habitación ante la sorpresa de Maria, que no está muy acostumbrada a regatear. Al final todos contentos.
La habitación está genial, con cama grande, aire acondicionado, nevera, tele, wifi y baño privado con aire caliente, además de dos botellas de agua pequeñas cortesía del alojamiento.
Hemos dejado las mochilas en nuestras habitaciones, hemos salido a buscar un sitio para cambiar algo de dinero para pagar el alojamiento y cenar, y hemos cenado enfrente mismo de nuestro alojamiento, dónde nos hemos metido una hamburguesa con unas Beerlao la mar de agustos.
Hemos visto pasar los alemanes y nos han preguntado si teníamos alojamiento, que ellos habían conseguido uno que estaba bien por 120.000 kips un poco más allá del nuestro, Maria y yo nos hemos mirado pero no le hemos dicho nada de lo que nos ha costado el nuestro.
La cena y las cervezas nos ha salido por 52.000 kips por cabeza, y sobre las 23h de la noche nos hemos retirado a descansar, hemos quedado para mañana a las 07h en la puerta de la guesthouse para cruzar la frontera juntos.
Después de una ducha y conectarme un rato a internet, me pongo a dormir por última vez en Laos.
DÍA 10.- HUAY XAI - CHIANG RAI
Último día en Laos, la verdad es que me ha encantado tanto el país como su gente, y si pudiera volver atrás hubiera organizado un planning con muchos más días en el país, sobretodo para visitar el sur y algunos días más en el norte para hacer algún trekking en algún poblado local.A las 07h bajo y ya está Maria esperándome, salimos a la calle y vemos un tuk tuk y negociamos con él que nos lleve a la frontera, la verdad es que esta vez me deja Maria a mi negociar sólo viendo que se me da bien lo de regatear. Finalmente lo sacamos por 40.000 kips entre los dos, un trayecto de poco más de 20 minutos.
Hay varias formas de cruzar la frontera, bien por barco desde el embarcadero que llegamos ayer desde Pakbeng hacia Chiang Khong, o bien a través del Puente de la Amistad, por el que cruzaremos nosotros porque desde aquí vamos directos a Chiang Rai en bus.
Cuando llegamos allí no hay apenas nadie, hacemos tranquilamente los trámites de inmigración y de salida del país, y desde la puerta de salida salen los autobuses, ya que está prohibido atravesar la frontera hasta Tailandia caminando o en bicicleta.
Hemos comprado el billete de autobús directamente hasta Chiang Rai y nos ha costado 62.000 kips por cabeza (mis últimos kips) aunque también se puede pagar en baths tailandeses, que son 235 baths.
Tuvimos que esperar un rato al bus así que cuando apareció nos llevó directamente a la frontera tailandesa, dónde tuvimos que bajar a rellenar el documento de inmigración, nos hicieron la foto y nos pusieron el sello de entrada al país.
Os recuerdo que si entráis a Tailandia por tierra (como es mi caso) podréis permanecer 15 días seguidos en el país, pasado este tiempo deberéis salir del país y volver a entrar. En cambio si entráis a Tailandia por aire (avión), vuestro visado tendrá una validez de 30 días.
Después de pasar por inmigración y obtener el visado, el bus te está esperando y te lleva directamente a Chiang Rai en un trayecto de aproximadamente una hora.
La próxima parte del viaje ya pertenece a Tailandia y lo podrás leer en su correspondiente post sobre el país.
Ha sido un viaje a Laos corto pero intenso, personalmente el mejor país del Sureste Asiático para visitar, ya que todavía no está muy trillado y explotado por el turismo, los precios son muy baratos todavía, la gente es muy amable y hospitalaria y en ningún momento te agobian y de momento no nos ven como una fuente de ingreso.
Sobretodo recomendar Luang Prabang, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1.995, personalmente la ciudad más bonita de todo el Sureste Asiático, ya que es pequeña, tranquila, sin apenas tráfico, con unos templos maravillosos y una gastronomía que fue herencia de los franceses y eso se nota, porque cualquier plato está delicioso. Y lo más importante, es una ciudad ordenada y sin apenas ruido, así que os recomiendo que intentéis pasar el máximo de días en esta maravillosa ciudad.
Estoy seguro que algún día volveré a Laos y la visitaré con más profundidad, solamente espero que no le pase como a su vecina Myanmar y que no acabe sucumbida y explotada por el turismo.
Sabaidee, Laos!!!
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