1 de noviembre de 2019

GUATEMALA


DÍA 0.- BCN - MADRID

Después de unos días previos al gran viaje del año bastante convulsos y tristes a raiz del atentado en Las Ramblas de Barcelona y tras perder a un amigo de la infancia en el mismo atentado, finalmente decidí emprender este viaje y así desconectar un poco después de muchos días en estado de shock, donde además tenía que buscar una alternativa para llegar a Madrid desde donde parte mi vuelo con destino a Guatemala ya que en las últimas semanas hay una huelga del personal de seguridad del aeropuerto y muchos viajeros incluso están perdiendo sus vuelos, así que para no arriesgarme a perder el mio y evitar todo el jaleo y retrasos en el aeropuerto, y aunque a estas alturas del mes de agosto y con tan poca antelación los precios de los vuelos y el AVE hacia Madrid están demasiado caros, decido como alternativa salir la noche antes de Barcelona en un autobús de la compañía Alsa, saliendo a las 23:30h de la noche y llegando al aeropuerto de Barajas sin ningún contratiempo sobre las 7h de la mañana, tiempo más que suficiente para no perder mi vuelo internacional a pesar de pasarme toda la noche viajando.

DÍA 1.- MADRID - CIUDAD DE GUATEMALA

Una vez en Madrid-Barajas y con mucho tiempo por delante porque mi vuelo internacional no sale hasta las 14:40h con destino Guatemala, aprovecho para quedar con una amiga que trabaja en el aeropuerto hasta que me permiten facturar mi equipaje con la compañía Aeromexico, nos despedimos y paso los tediosos controles de seguridad del aeropuerto, y como estoy bastante cansado de la noche que me he pegado en el autobús y todavía faltan unas 3 horas hasta que embarquemos, aprovecho para relajarme gratuitamente en el Lounge Club de la Terminal 2 gracias a ser titular y cliente de American Express, ya que los miembros de la tarjeta Gold de Amex tenemos derecho a dos visitas gratuitas al año a cualquier sala VIP de cualquier aeropuerto del mundo, donde aprovecho para ponerme cómodo y al día con el wifi gratuito, ojear la prensa del día, tener las consumiciones que quiera e incluso aprovecho para comer en su maravilloso buffet libre antes de embarcar.

Doy esta información no para hacer publicidad de esta empresa ni recibir nada a cambio, simplemente porque siempre que empiezo un viaje y digo que me encuentro en alguna sala VIP del aeropuerto antes de embarcar muchísima gente me pregunta al respecto de cómo lo hago, qué hay que hacer o simplemente los precios de este servicio, así que a partir de ahora ya lo sabéis como lo hago antes de embarcar en un vuelo internacional largo y voy con tiempo de sobras.

Si no eres cliente de American Express puedes disfrutar de tu estancia en cualquier sala VIP por un precio de unos 25 € por persona aproximadamente, dependiendo del aeropuerto en cuestión. El año anterior ya había disfrutado del mismo servicio en el aeropuerto Ataturk de Estambul en una escala de varias horas antes de tomar mi vuelo a Irán, y aunque normalmente si salgo del aeropuerto de Barcelona suelo llegar con un par de horas de antelación y no hacer uso de este beneficio que me proporciona AMEX, no está de más saber que tengo dos accesos gratuitos al año para disfrutar de esta maravillosa experiencia, sobretodo teniendo en cuenta el importe anual que tenemos que pagar por ser clientes.


A la hora prevista embarcamos y salimos puntuales, como no podía ser de otra manera el avión va lleno prácticamente de mexicanos y algún español, donde después de un largo y pesado vuelo hacemos una escala de casi 3 horas en Ciudad de México, donde hay que pasar de nuevo por inmigración, controles de seguridad y volver a recoger tu equipaje y dejarlo en otra cinta por seguridad, exactamente igual que un aeropuerto de USA, así que al comprar los vuelos mejor que escojáis una escala un poco larga para que tengáis tiempo de todo. Una vez realizado todos los trámites coincido con un par de chavales que iban en el mismo vuelo y resulta ser que también son de un pueblo de Barcelona y que también van para Guatemala, así que nos ponemos a hablar y a cambiar información hasta que llega el momento de embarcar de nuevo, donde en un pequeño vuelo de prácticamente dos horas (en Guatemala es una hora más que en México) sobre las 22:40h llegamos al aeropuerto Internacional de la Aurora de Ciudad de Guatemala.


Hacemos los trámites de entrada al país, recogemos nuestro equipaje y tenemos la suerte de que nos salga el semáforo en verde (si sale en rojo te tocará inspección de equipaje), me despido de los chicos porque ellos van de mochileros total y se quedan a dormir en el aeropuerto porque les da respeto salir a estas horas del aeropuerto, y yo como tengo alojamiento reservado me voy en busca de un transporte para llegar a Antigua, situada a unos 35 kms. del aeropuerto. Mi alojamiento me ofreció un transporte privado para venir a buscarme por 35$ que rechacé muy amablemente porque me pareció un poco excesivo (es el precio habitual que cobran todos los alojamientos), y como el servicio de shuttles o furgonetas compartidas (12$ por persona) suelen finalizar la jornada sobre las 20:30h de la noche, decidí arriesgarme en compartir transporte y gastos con otros viajeros, aunque la verdad es que éramos muy pocos viajeros extranjeros que habíamos llegado a esas horas intempestivas de la noche al país y la mayoría ya tenían su transporte contratado, y con los pocos taxistas que pude negociar nadie se bajaba del burro y todos pedían 35$, hasta que finalmente una pareja de españoles se me acercó y me dijeron que nos les importaba que me fuera con ellos en su transporte privado, así que me hicieron un gran favor. Pero la noche me iba a deparar más sorpresas, y es que pasada la medianoche partimos con el taxista hacia Antigua, un conductor kamikaze en toda regla que no paraba de correr por esas carreteras oscuras y en el que un par de veces le tuvimos que llamar la atención y en el que constantemente tenía que mantenerlo en alerta porque se quedaba dormido al volante y despertaba pegando volantazos... hasta que pasó lo inevitable, que al poco de llegar a Antigua reventó un neumático y pudimos llegar por los pelos a la ciudad, pero por no dejarlo tirado a esas horas le ayudamos a poner el neumático de recambio y por la mañana ya decidiría si quería cambiarlo o no. Primero dejó a esta bonita pareja en su hotel, ella me dijo que no le pagara nada al taxista porque ellos ya habían pagado el transporte con el dueño de su alojamiento, así que les di a ellos directamente 15$ para pagar mi parte y compartir gastos, y aunque en ningún momento quisieron aceptar mi dinero porque me ofrecieron su transporte de corazón, finalmente conseguí que lo aceptaran y quedarme yo más tranquilo, ya que no me gusta gorrear y prefiero compartir los gastos. Durante el viaje nos volvimos a encontrar un par de veces más y pudimos compartir grandes momentos.

Después de despedirnos el taxista me lleva a mi alojamiento Paseo de la Merced situado a cuatro avenidas del anterior, son las 2:30h de la mañana y por las calles no se ve ni un alma cuando aparezco por allí (ya había sido previsor y ya les había informado por mail que llegaría sobre esa hora) así que me están esperando pacientemente, me enseña mi habitación que es muy básica pero para unas horas tengo de sobras y acordamos hacer el check in por la mañana, ya que estoy muerto después de un viaje tan largo e incómodo, así que sin apenas deshacer mi equipaje me meto en la cama.

DÍA 2.- ANTIGUA GUATEMALA

Después de meterme en la cama casi a las 3h de la mañana, el maldito jet lag hace efecto y un par de horas después ya estoy despierto y sin poder dormir, así que aguanto en la cama haciendo tiempo lo máximo que puedo pero a las 06h no puedo evitar levantarme definitivamente y meterme una ducha sin hacer mucho ruido, ya que los baños son compartidos y se encuentran justo delante de las habitaciones. Y digo baños por decir algo, porque lo que me encontré allí no sabría como catalogarlo... de lo peorcito que me he encontrado en mis viajes y eso que no soy muy finolis. La habitación tiene un pase ya que es normalita y sin grandes pretensiones, el patio y las instalaciones son muy bonitas, pero cuando llega la hora de visitar los baños y las duchas es otra cosa, mariposa!


A las 07h decido salir a dar mi primera vuelta por la ciudad ya que me muero de ganas por empezar a recorrerla, y aunque el chico del hostel me desaconseja que salga tan pronto por temas de seguridad, tomo mis propias precauciones y no le hago mucho caso y le digo que volveré antes de las 12h para hacer el check out y cambiarme de alojamiento. Es cierto que a éstas horas apenas hay movimiento por la ciudad excepto los trabajadores, y aunque se encuentra todo cerrado me apetece visitarla tranquilamente aunque sin volverme loco, ya que hoy es domingo y me lo tomo como un día de adaptación y resolver temas de logistica pendientes.




Mi primera visita será al famoso Cerro de la Cruz situado a las afueras de la ciudad, es simplemente un mirador situado arriba de una montaña o cerro y donde toda la gente desaconseja llegar en solitario por temas de seguridad ya que se han dado casos de asaltos y robos con intimidación por el camino, así que lo mejor es llegar allí en los famosos tuk tuk asiáticos, aquí llamados motocarros o toritos. A estas horas no hay mucho movimiento y la ciudad todavía no se ha despertado del todo y no hace mucha calor, así que el único motocarro que me encuentro delante de la Plaza de la Merced le pregunto cuánto me costaría llevarme y después de regatear un rato de 100Q (12 €) no baja, así que entre que todavía no tengo quetzales y los dólares que me quedan son para pagar el alojamiento de anoche y que me parece caro por un trayecto de 10 minutos y la espera para volver, y encima es mi primer día y no me fio de nadie porque todavía no estoy muy familiarizado con los precios, reclino su oferta y decido llegar hasta allí andando, desafiando los consejos que había leído antes de llegar.

Llegar hasta el Cerro de la Cruz es muy fácil, ya que la ubicación de la ciudad de Antigua es un poco como Barcelona, es una cuadrícula donde todo se ubica entre el número de calles (punto cardinal) y el número de avenidas, por ejemplo para llegar a un lugar determinado te dirán que se encuentra en la 3º Avenida Sur ó en la 4ª Avenida Norte... así que es muy fácil ubicarse. Para haceros una idea, mi alojamiento de anoche se encuentra en la 6ª Avenida Norte. En el caso del Cerro de la Cruz no tiene ningún misterio porque hay que llegar al principio o final de la ciudad (depende dónde te encuentres ya que está en la 1ª Avenida), atravesar un pequeño parque donde hay una pequeña pista de baloncesto y allí empiezan unas escaleras que empiezan a subir hasta arriba, y depende del ritmo de cada uno se suele tardar unos 25 minutos aproximadamente. A partir de las 9h de la mañana y hasta las 16h de la tarde aproximadamente no hay problemas de seguridad porque hay bastante policia vigilando y patrullando la zona, pero fuera de ese horario desaconsejan la visita por uno mismo por temas de seguridad o simplemente te dirán que ellos no se hacen responsables de lo que te pueda suceder. En mi caso no tuve ningún problema, supongo que porque era muy pronto y estarían durmiendo todavía los posibles delincuentes, pero mejor no tentar a la suerte y compartid transporte con otros viajeros.


Como podéis observar las vistas de la ciudad de Antigua desde el Cerro de la Cruz son maravillosas y tendréis esta bonita ciudad literalmente a vuestros pies. Estuve arriba hasta las 09:30h yo solito con toda la calma, presiento que este país me va a fascinar y que voy a disfrutarlo mucho. A partir de esa hora el silencio y la calma empieza a interrumpirse por el ruido de los primeros motocarros que llegan con los primeros turistas, algunos vendedores ambulantes empiezan a montar sus tenderetes por allí y los primeros policias hacen acto de presencia ante su mirada incrédula de verme allí y no dudan en acercarse a darme conversación y algunos buenos consejos de seguridad.

Es hora de bajar y de buscar un lugar para cambiar moneda ya que estoy pelado y no puedo comprar nada, la bajada es mucho más rápida y placentera que la subida y en apenas 15 minutos ya estoy de nuevo en el centro de la ciudad, donde voy directamente al Banco Agro Mercantil (BAM) ubicado en un lateral de la Plaza Central, el personal de seguridad que está en la puerta te preguntará qué necesitas y al momento te indicará a que ventanilla ir. Después de unos 20 minutos de espera llega mi turno, me piden el pasaporte y le entrego los €uros a cambiar y me hacen un recibo que debo entregar en otra ventanilla para que me entreguen mis primeros quetzales. Tal y como adelanté en mi otro post sobre Información Práctica, solamente se pueden cambiar un máximo de 500 € al mes en una misma entidad financiera, y como todo está informatizado os aseguro que lo cumplen a rajatabla.


Con mis primeros quetzales en mi poder después de casi 40 minutos de gestión, me voy a la búsqueda de algún lugar para desayunar porque estoy hambriento, así que me dirijo a un local que traigo apuntado de una lista de casa con locales recomendados, aunque aquí en Antigua eso no es problema porque está lleno de pequeños locales con encanto tanto para desayunar, comer o simplemente tomar una copa después de una larga jornada de visitas, así que no me estreso mucho porque creo que tendré tiempo de probar bastantes locales diferentes, así que empiezo por uno de los locales más reputados y recomendados de la ciudad, la famosa pastelería Doña María Gordillo, ubicada en la calle 4ª Poniente, un paraíso para los más golosos y que el problema es saber qué elegir entre tanta variedad.



Hay que reconocer que el local no es barato, un desayuno normal puede salir por unos 80Q por persona (10 €) dependiendo lo que se elija para desayunar, pero la verdad es que está muy bien invertido porque hacen unos batidos impresionantes, el café es de calidad y te lo muelen al instante, y sus dulces y repostería es toda artesanal y de calidad, así que un local más que recomendado. Después debatimos si 80Q es barato para un desayuno dado el nivel de vida en Guatemala...

Después de desayunar y despedirme del amable personal al que tendré la suerte de ver en otras ocasiones, me voy cagando leches hasta mi alojamiento para hacer el check out antes de las 12h y llegando 5 minutos antes por los pelos, le pago mi estancia de anoche y recojo mi equipaje, y le pregunto como llegar a mi nuevo alojamiento, ya que les he dicho que allí me esperan unos amigos que llegan hoy. Me despido del personal y mi próximo alojamiento se encuentra a apenas 10 minutos de aquí y me ofrecen un motocarro para llegar allí, pero decido ir andando pensando que serían solamente 3 calles de distancia pero la verdad es que me arrepentí de no haber contratado uno, ya que las calles son todas adoquinadas y algunas con pequeños socavones y es bastante incómodo para ir con el equipaje a cuestas, pero llego prácticamente en 10 minutos de caminata a pesar de encontrarse en la parte opuesta de la ciudad, en la Calzada de Santa Lucia y justo delante del Mercado Central.

Como son las 12:30h y todavía no puedo realizar el check in decido dejar mi equipaje y me voy a visitar esta parte de la ciudad, empezando por el Mercado Central que se encuentra a rebosar de gente, un poco agobiante y además la gente es muy reacia a que alguien esté allí tomando fotografías, así que hago una visita rápida porque de momento no me encuentro muy cómodo porque todo el mundo me pide dinero por hacer fotografías y no estoy dispuesto a ello. Volveré en otro momento.










Cuando salgo del Mercado Central vuelvo a mi alojamiento que se encuentra prácticamente cruzando la carretera, ahora si que me dejan hacer el check in y pago mi estancia por adelantado ya que aquí solamente está permitido pagar en efectivo, dejo mi equipaje en mi habitación que está muy bien y cuando voy a cargar mi teléfono me doy cuenta que ningún adaptador de los que traigo va bien, así que pregunto en recepción dónde comprar uno y me indican que pruebe en el Mercado de Artesanias, justo al lado del Mercado Central y de la estación de autobuses de Antigua. Mientras me dejan en recepción uno gratuitamente mientras se va cargando mi teléfono y ya he dado señales de vida en casa, me dirijo a comprar el dichoso adaptador. El Mercado de Artesanias es un típico mercado descubierto lleno de tenderetes donde venden cualquier cosa inverosímil, desde frutas y verduras hasta máscaras turísticas pasando por artículos de higiene y ferreteria, y donde sobretodo hay que regatear por cualquier cosa para no pagar precio "gringo".

En el primer tenderete que vi que vendían utensilios de cocina y otros menesteres pregunté por un adaptador, y después de buscar entre tropecientas mil bolsas tuve suerte que le quedaba uno, me pidió 60Q por el dichoso adaptador (unos 8 € aproximadamente) y le dije que eso era precio de gringos y nos pusimos a reir, así que me preguntó cuánto quería pagar y le dije que 5Q (0,75 €) como mucho (no tenía billetes más pequeños) y sin pensárselo mucho aceptó al momento. Así que puse en marcha durante todo el viaje la misma frase mágica siempre que me daban un precio ("eso es precio para gringos") y me funcionó bastante bien, porque me rebajan bastante el precio de cualquier compra.

Con mi adaptador en el bolsillo y antes de que cayera la tarde me propuse visitar algo de la bonita ciudad colonial de Antigua pero sin estresarme mucho, ya que todavía estoy con los efectos del jet lag y tengo muchos días por delante, así que me doy una vuelta rápida por la estación de autobuses que es donde me encuentro y que carece de cualquier interés más allá de ver los típicos autobuses escolares americanos totalmente tuneados y con la música a todo trapo, aquí llamados "chicken bus" y donde subirse a ellos es muy barato y toda una aventura no apto para personas sin adrenalina y que aprecien demasiado su vida.














Durante el día no hay ningún problema de seguridad y mucho menos en una ciudad tan turística como Antigua, pero en esta zona de la terminal de autobuses hay que extremar las precauciones en cualquier momento del día porque hay muchos personajes que nos puedan intimidar o hacer sentir incómodos, desde el que te ve como un guiri y quiere sacarte dinero hasta el que te ofrece drogas para consumir, así que lo mejor es ir a tu rollo y no hacer mucho caso, y sobretodo evitar las aglomeraciones de gente y no aparecer por allí una vez que ha caido la tarde.

Me dirijo hasta el centro de la ciudad que lo tengo apenas a cuatro calles y el ambiente es totalmente diferente y festivo al tratarse de que hoy es domingo, donde las calles están muy animadas con los lugareños paseando, sus tenderetes ambulantes, las calles cortadas al tráfico y la tranquilidad de la ciudad solamente interrumpida por una pacifica manifestación en contra del presidente del país.






Visitar la ciudad con este ambiente es algo increíble y que no me esperaba, todo el mundo es muy amable y se acercan a hablar contigo, y la ventaja de compartir el mismo idioma abre muchas puertas, sonrisas y confidencias, aunque también es cierto que no todo es tan bonito porque a cada momento se te acercan vendedores ambulantes y sobretodo niños intentando venderte algo, desde pashminas a flautas y la verdad es que a pesar de mi bagaje y experiencia viajera es algo que no lo llevo muy bien porque se me rompe el alma cuando presencio estas escenas tan necesarias para ellos y tan injustas para nosotros.

A todo esto son más de las 19h de la tarde y todavía no he comido nada, como siempre la ilusión y las ganas por conocer un lugar nuevo puede más que mis obligaciones, así que cuando estoy de nuevo en la zona de la Iglesia de la Merced veo que han instalado un montón de tenderetes de comida callejera, la verdad es que en mis viajes por Asia no he tenido ningún problema y soy un gran consumidor de comida callejera, pero al tratarse de América Central y en mi primer día de viaje era un poco reacio a empezar a probar su comida callejera... pero quién puede resistirse a unas tortitas, unos tamales o unos tacos y encima con unos precios tan baratos? Eso sí, de las consecuencias ya hablaremos más tarde...









La verdad es que todo buenísimo (prefiero la comida asiática) pero para una primera aproximación a la gastronomía guatemalteca no está nada mal, y con unos precios muy bajos para un viajero medio, ya que puedes comer por ejemplo tres tortitas por 10Q (algo más de 1 €), mismo precio que los burritos, tamales y otras piezas de reposteria. Lo bueno es que al ser nuevo en el país y compartir idioma es que te dejas recomendar por los vendedores, te explican que tipo de ingredientes llevan cada cosa y son tan amables que te dejan probar antes de decidirte por si no te gustara.

Con el estómago lleno y sorprendido por la amabilidad y hospitalidad culinaria de los chapines, me acerco a la cercana 5ª Avenida Norte donde se encuentra la conocida tienda Nim Pot', un gran almacén de venta de souvenirs con productos elaborados por la comunidad índigena con precios fijos y sin necesidad de regatear, y aunque yo no voy a comprar nada al ser mi primer día en el país, si que me va a servir para coger ideas y hacerme una idea de los precios que me voy a encontrar durante mi ruta por todo el país. El sitio está genial porque venden productos de todo tipo (sobretodo no son made in China) y están todos los precios indicados y es díficil irse de allí sin comprar nada, aunque los precios de según que productos sean un poco más altos de lo que puedes encontrar por la calle.

El problema viene cuando estoy curioseando por la tienda y estoy entablando conversación con un trabajador de la tienda que es índigena y me explica todo lo relacionado con su comunidad, sus costumbres, la elaboración de los productos, etc... ese momento que tanto me gusta de mis viajes que es interactuar con la población local más allá de la visita a sus monumentos, y que se vió perturbada por un repentino dolor de estómago y la necesidad urgente de un baño, así que tuve que salir escopeteado de allí a toda prisa e irme directamente a mi alojamiento pensando que no llegaría nunca y pasando los 5 minutos más intensos de mi vida!! Moraleja... cuando lleguéis a un país nuevo tened cuidado con lo que coméis y no seáis tan gula como yo, ir con más precaución y no dejarse llevar por esos impulsos gastrónomicos, yo siempre lo he tenido claro en mi viajes aunque hoy me he dejado llevar y he pagado las consecuencias, aunque nada más allá de una curiosidad viajera. Hoy me río de la escena pero en su día pasé un mal momento en el que espero haber aprendido.

Después de este mal rato y ya con la noche cerrada, salgo un momento a comprar agua y coca cola para el estómago a un tenderete cercano, decido no cenar por precaución, me fumo un cigarro y me voy de nuevo a mi alojamiento, donde después de una ducha caigo rendido a la espera de que el jet lag me pueda dar un respiro esta noche.

DÍA 3.- ANTIGUA GUATEMALA

Son las 06h de la mañana y ya no puedo estar más en la cama, el maldito jet lag me mantiene despierto muy pronto y no puedo salir a la calle porque está todo cerrado todavía. Decido deshacer el equipaje, ducharme y hacer tiempo hasta la hora del desayuno (que no tengo incluido) pero que ayer me fijé y vi varios locales cerca. Poco después de las 07:30h salgo a desayunar al restaurante Típico Antigüeño que lo tengo a 50 metros de mi alojamiento.




Como parece ser que mi estómago está bastante bien después del susto de ayer noche, decido pedirme un menú ejecutivo completo que está bien bueno, lo único malo es que el servicio es demasiado lento a pesar de estar yo solo en el restaurante a estas horas. Finalmente pago 33Q por el desayuno, algo más de 4 €, un precio bastante barato teniendo en cuenta que el centro de Antigua está lleno de bares y restaurantes enfocados al turismo y muchísimo más caros.

Vuelvo a mi alojamiento a recoger la mochila y me voy hacia las oficinas de Guatemala Destination ubicadas en la 1ª Avenida Sur, donde había quedado con su gerente (Hugo) después de intercambiarnos varios correos electrónicos desde casa. Después de las presentaciones confirmamos todos los precios pactados, me prepara los vouchers y le pago todo lo contratado. Por circunstancias de la vida al día siguiente tuve que recurrir a ellos y se portaron genial conmigo, así que es una empresa totalmente recomendable y fiable por si necesitáis contratar algún tour o transporte por el país.

Finalizados todos mis trámites de logística y después de despedirnos solamente faltaba disfrutar del país, así que sin tiempo que perder me dispongo a empezar las visitas por la ciudad. Mi primera visita del día será a la Iglesia de la Merced, donde destaca su fachada barroca de color amarilla y sus dos torres campanarios. La entrada es gratuita pero visitar las ruinas del Convento de la Merced son de pago, así que como tengo que volver a Antigua en los próximos días y al final del viaje prefiero racionalizar un poco las visitas para no hacerlo todo tan seguido, así que visito solamente la Iglesia de la Merced por dentro.







El interior de la Iglesia de la Merced es muy bonita y los guatemaltecos acuden a rezar en cualquier momento del día ya que son demasiado devotos y lo viven muy intensamente como podré comprobar durante todos estos días por el país. Aprovechando que estoy a tres calles de mi alojamiento decido acercarme un momento a dejar todos los vouchers que he contratado con Hugo y salir más ligero de equipaje. Sigo recorriendo las calles de Antigua y cada cual es más bonita y siempre hay algo que me llame la atención, ya sea una fachada de colores, una puerta, un vendedor ambulante o un local con encanto, que aunque la mayoria están enfocados al turismo y con precios para gringos, no resta que tengan encanto.









Llego de nuevo al Parque Central donde ya estuve ayer por la tarde de visita y al estar ubicado en todo el centro de la ciudad y donde confluyen diferentes avenidas, es el punto de encuentro de todos los chapines alrededor de la Fuente de las Sirenas, un lugar con mucho ambiente en cualquier momento del día donde la gente charla y pasa un rato agradable, y los vendedores aprovechan para ir a la caza de los turistas para venderles algo, sobretodo los más pequeños... y es que lo que peor he llevado de este viaje ha sido la explotación laboral a los más pequeños que dejan de ir al colegio para vender pequeños souvenirs a los turistas ante la pasividad de sus famílias y de las autoridades locales.










El Parque Central está rodeado por edificios gubernamentales de gran importancia desde que Antigua (en sus tiempos más gloriosos llamada como Santiago de los Caballeros) era de las ciudades más importantes de todo Centroamérica, destacando el edificio de su Ayuntamiento fácilmente reconocible por sus soportales y arcos, el Palacio de los Capitanes Generales, la Universidad de San Carlos y sobretodo por su Catedral.

El Palacio del Ayuntamiento tiene dos plantas y es posible subir hasta la primera planta gratuitamente para observar las vistas desde su terraza, donde destaca la Catedral de Santiago a un lado, el Parque Central en medio y al fondo con vistas a uno de los volcanes de la ciudad.







Al otro extremo del Palacio del Ayuntamiento encontraremos una de las edificaciones más bonitas de toda la ciudad e inconfundible por su bella fachada blanca, la Catedral de Santiago. La visita a su interior es gratuita, donde encontraremos la Parroquia de San José. Una visita totalmente recomendable a pesar de estar rehabilitada toda su fachada debido a uno de los terremotos ocurridos en 1.773 sobre la ciudad.


Una vez finalizada la visita y por un lateral de la Catedral de Santiago que corresponde a la 5ª Calle Oriente podemos visitar las Ruinas de la Catedral, una visita imprescindible de la que solamente quedan sus columnas y algún arco abovedado. La entrada a las Ruinas de la Catedral cuestan 8Q por persona. En el momento de mi visita yo era el único extranjero, así que el taquillero al enterarse que era español no dudó en entablar una larga conversación conmigo acerca del lugar, de Guatemala en general y de pasarme algunos consejos de como moverme por el país. Un tipo muy amable y entrañable, como toda la gente que me he ido encontrando por el país.












Muy cerca de las ruinas de la Catedral se encuentra el Inguat (Instituto Guatemalteco de Turismo) o lo que vendría a ser la Oficina de Turismo de la ciudad, así que decidí entrar en busca de información complementaria a la que traigo y descubrir otros lugares. La oficina está ubicada en un edificio con un patio maravilloso y como no podía ser de otra manera cuando yo llegué no había nadie. En cuanto me vieron apareció una chica muy simpática llamada Lucia que no dudó en dejar lo que estaba haciendo para mostrarme toda su hospitalidad, con la que estuve conversando y dejándome informar por ella por más de una hora que se me pasó muy rápida. Incluso me sacó un libro de visitas para que firmara en él e incluso me pidió hacernos una foto juntos.

Por lo visto no aparecen muchos turistas por la ciudad más allá de los americanos que la visitan y quieren aprender algo de español durante su estancia, así que animo a todos los españoles a visitar este maravilloso país como es Guatemala ya que quedáreis gratamente sorprendidos.

Después de despedirme de Lucia prosigo mi camino hasta la cercana 3ª Calle Oriente, donde se encuentra el hotel más conocido y bonito de toda Antigua, el Hotel Casa Santo Domingo, donde alberga un convento con unas ruinas y unos jardines muy bonitos y que se pueda visitar de forma gratuita. En cambio si queremos visitar una exposición permanente de arte que tienen expuestas, hay que pasar por caja si no estás alojado, así que prescindí de ella.

Sigo caminando por las bonitas calles adoquinadas de Antigua, ahora me dirijo al bonito Parque de la Unión, un antiguo lavadero donde incluso hoy en día acuden las guatemaltecas a lavar su ropa en sus pilas, una tradición que en nuestro país por suerte se ha perdido pero no en Guatemala.

En la misma plaza está celebrándose un pequeño mercado pero la mayoría de artículos están enfocados para los gringos y turistas, sin mayor variedad que lo visto en otros puntos de la ciudad, así que decido tomarme un pequeño descanso y me acerco a una pequeña tienda que hay en la esquina de la plaza para comprar algo de beber y aquí ya me encuentro con otro episodio de querer timarme, ya que cojo una coca cola que marca 8Q y al llegar a caja me quieren cobrar 20Q, me hago pasar por gringo y en inglés le digo que marca 8Q y el tio me dice que el precio está mal mientras otra mujer que está detrás de la caja le dice que me cobre 20Q que soy extranjero.

Al final decido decirle que soy español y que hablo perfectamente su idioma y que he entendido todo y que voy a ir al Inguat a ponerles una denuncia por intentar engañar a los clientes, así que reculan y me dicen que 8Q está bien por la coca cola y que ningún problema, pero decido que no la quiero ya y se la dejo allí y me voy a otro comercio que hay enfrente, donde me cobran los 8Q sin ningún problema. Estamos en lo de siempre, los 12Q (1,5€) de diferencia a mi no me comporta ningún problema en pagarlo, pero me fastidia que quieran engañarme y encima se rian en mi cara y por ahí no paso.

Me vuelvo a la plaza Tanque de la Unión y me tiro un rato en el césped mientras descanso un poco mis pies, me voy adaptando al jet lag y al pulso de la ciudad y hago tiempo para ir a comer, ya que hoy no quiero que me pase como ayer que comí a las 19h de la tarde.






Después de este agradable descanso ya es hora de comer, así que no me complico mucho y cerca del Tanque de la Unión hay uno de los restaurantes más populares de toda Antigua Guatemala y sobretodo con las 3 B (Bueno, Bonito y Barato), y no es otro que el restaurante Rincón Típico, ubicado en la 3ª Avenida Sur y muy frecuentado por locales y algún turista, con lo que es bueña señal cuando buscamos un lugar para comer. Realmente la comida es deliciosa y barata, pero si venís a comer aquí debéis saber que el restaurante no dispone de carta, sino que cada día ofrecen un menú de dos platos a escoger y la bebida no está incluida, excepto una bebida blanca muy parecida a la horchata que puedes rellenar tantas veces como quieras pero que a mi no me acabó de gustar para comer (creo recordar que se llamaba Rosa de Jamaica o algo parecido), así que lo mejor es pedirte la cerveza nacional (Gallo) aunque un poco cara para el nivel de vida del país.


La verdad es que se come muy bien y el ambiente que se respira es de gente trabajadora y humilde, aquí no hay lujos e incluso puede que te toque compartir mesa con alguna familia si el local está muy lleno, como suele estarlo normalmente. El lugar es inconfundible porque en la misma puerta de entrada siempre hay varias mujeres haciendo tortitas con su inconfundible ruido al amasarlas. De todos los días que estuve en Antigua, fui a comer al Rincón Típico dos días y otra vez para cenar, ya que tanto el servicio como la comida es muy buena, y los precios son inmejorables ya que tienen precios fijos y yo solía pagar unos 40Q con cerveza incluida (unos 27Q la comida y 13Q por la cerveza). Muy recomendable este local para comer.




Con el estómago lleno toca aprovechar la tarde y seguir visitando la ciudad. Hay diferentes iglesias repartidas por la ciudad y no muy lejos una de otras, y la mayoría son de acceso gratuito, así que toca visitar la Iglesia de San Agustín, el Hospital de San Pedro, la Iglesia de Santa Clara y de San Francisco, y sobretodo una de las más bonitas por sus ruinas, la Iglesia del Carmen.









Después del atracón de iglesias y arquitectura empieza a caer la tarde, estoy molido pero todavía no me apetece volver a mi alojamiento, a pesar de que mañana me espera un gran madrugón para visitar Honduras, así que decido pasar por la tienda de artesanías Nim Pot' donde ya estuve ayer antes de que tuviera el dolor de barriga para volver a saludar al chico con el que hice amistad, así que se pone contento de volver a verme, charlamos un rato y hago algunas compras con los buenos precios que me hace y nos cambiamos nuestros teléfonos por si necesito algo durante mi viaje por Guatemala con el compromiso que cuando vuelva a Antigua los últimos días de mi viaje antes de coger el vuelo para España me pase por allí a verle y tomarnos un café juntos.

Ahora si, nos despedimos con un abrazo hasta dentro de unos días y me vuelvo para mi alojamiento a recoger todo mi equipaje y ducharme y buscar algún sitio para cenar, así que no me complico mucho y mientras se cargan las baterías de los cachivaches me voy a cenar de nuevo al Rincón Antigüeño, el mismo lugar donde desayuné esta mañana y que lo tengo a escasos 50 metros de mi alojamiento.


Lo bueno de la cena es que el personal me ha conocido de esta mañana y han sido muy amables conmigo, y lo peor ha sido la larga espera para que me sirvieran la cena después de pedir porque han tardado 40 minutos, y eso que era muy fácil de preparar porque había pedido comida mexicana que tenía antojo y lo que me han servido ha sido una bolsa grande de Doritos con varias salsas por encima y frijoles (alubias negras), junto con una cerveza Gallo con un chorrito de tequila dentro. La verdad es que el desayuno estaba bien pero la cena era infumable y apenas he comido, entre la poca hambre que traía y que quizás no he acertado con el plato y encima estaba bastante grasiento, ha sido una cena para olvidar. A todo esto la cena me ha salido por 77Q, prácticamente 10 € al cambio.

De vuelta a mi alojamiento quedo con Roberto, el chico de la recepción, para decirle que mañana le dejaré mi equipaje en consigna y haré el check out a las 3:30h de la mañana porque me voy para Honduras, así que me sabe mal tener que despertarlo pero por seguridad ellos abren y cierran con llave cada vez que un cliente abandona el alojamiento.

Con todo resuelto acabo de recoger mi equipaje y me voy a descansar un rato si el jet lag me lo permite, que en unas 3 horas me toca de nuevo ponerme en marcha.

DÍA 4 y 5.- ANTIGUA GUATEMALA - COPÁN (HONDURAS) - ANTIGUA GUATEMALA

A las 3h de la mañana ya me suena el despertador y toca levantarse, es inhumano estar de vacaciones y tener que madrugar tanto pero la ocasión lo merece porque hoy cumpliré otro de mis sueños viajeros, visitar las Ruinas de Copán, en Honduras. En teoría he quedado con Hugo de la agencia que mi shuttle pasará a recogerme a las 4h de la mañana por mi alojamiento pero si puede ser que esté preparado un poco antes por si me pasan a recoger a mi el primero y así no tener que esperar a los demás. A las 3:30h de la mañana quedo con Roberto y le dejo mi equipaje y me llevo solamente una mochila pequeña con lo que voy a necesitar solamente para un par de días y cuando vuelva de Copán haré otra noche aquí en el mismo alojamiento de Antigua.

A las 3:40h me despido de Roberto hasta dentro de un par de días, se ofrece a quedarse conmigo hasta que llegue el shutlle pero le digo que no quiero molestarle más y que se vaya a dormir, que el pobre hombre se ha levantado solamente para abrirme la puerta. Me aconseja que no me retire de la puerta del alojamiento porque hay mucha inseguridad, y más a las 4h de la mañana y en una zona sin apenas luz. Mientras espero a mi transporte pasan por allí algunas personas bastante borrachas y que dan respeto pero en ningún momento nadie me dice nada y no tengo ningún problema. Estoy esperando e impacientándome porque son las 4:20h de la mañana y allí no aparece nadie a recogerme, así que tampoco puedo postponer el viaje e irme a dormir porque sino me descuadra todo mi itinerario de viaje, así que como ya expliqué en mi post de Honduras no tuve más remedio que molestar de nuevo a Roberto, llamamos por teléfono al móvil de Hugo y en apenas 10 minutos me solucionó todo, ya que se olvidaron completamente de mi por culpa de un error del conductor del shuttle.

Mi experiencia en el país vecino la podéis leer en la entrada de Honduras, y que recomiendo a todo el mundo visitar porque las Ruinas de Copán son una auténtica maravilla, aunque es cierto que es un poco paliza pegarse 6 horas de viaje para ir y otras 6 horas de viaje para volver para estar solamente un día allí, pero una vez allí a uno se le olvida todos estos sacrificios e incomodidades que hacemos cuando estamos de viaje.

DÍA 6.- ANTIGUA GUATEMALA - CHICHICASTENANGO - PANAJACHEL

Después de meterme a las 23:30h de la noche en la cama y empezar a notar el cansancio del viaje ya que apenas he dormido desde que he llegado y de los palizones que estoy metiéndome (esto no cambia en ningún viaje), antes de las 6h de la mañana ya estoy arriba de nuevo porque cambio de destino, dejando momentáneamente Antigua Guatemala por unos días para poner rumbo hacia el Altiplano, donde la primera parada será el famoso mercado índigena de Chichicastenango camino de Panajachel, que se celebra todos los jueves y domingo de cada semana, así que si estáis planeando un viaje a Guatemala y os apetece visitarlo, tenéis que intentar cuadrar vuestro planning para que os coincida en jueves o domingo.

Me despido de todo el amable personal de mi alojamiento y a las 07h de la mañana tengo la furgoneta en la puerta que pasa a recogerme, esta vez no ha habido ningún problema y me han pasado a recoger el primero. Después de dar alguna vuelta por los alojamientos de Antigua recogiendo a otros pasajeros, nos ponemos en marcha hacia Chichicastenango, ubicado a poco más de 100 kms. de la ciudad de Antigua y que hacemos todo seguido hasta llegar a la población de Los Encuentros, situado a 18 kms. antes de llegar ya que se considera un intercambio de rutas desde donde parten transportes a otros puntos del país y en el que se bajaron algunos turistas de nuestra minivan.

Seguimos el trayecto ya definitivamente hasta Chichicastenango, llegando poco antes de las 10h de la mañana, nos dejan en un gran garaje privado con todo nuestro equipaje dentro (al principio era reacio a dejar mi equipaje en manos de cualquiera pero no hubo ningún problema), y nos informan que a las 13:30h vuelve a partir nuestra furgoneta hacia el siguiente destino, así que tenemos más de 3 horas para visitar el famoso Mercado de Chichicastenango y los alrededores, tiempo más que suficiente para visitar todo con calma.

El Mercado de Chichicastenango está considerado el mercado índigena más grande de todo Centroamérica, es bastante grande y la visita se realiza por laberínticos pasillos callejeros llenos de color gracias a los productos expuestos, que van desde artesanía en la mayoría de casos (destacando sus mantas téxtiles de colores, bordados y máscaras) hasta pequeñas carnicerías situadas justo al lado de la Iglesia de Santo Tomás.
















El ambiente es una maravilla aunque conviene ir con un poco de precaución porque hay zonas donde se forman aglomeraciones de gente (sobretodo de vendedores y turistas) y mejor llevar la mochila o bolso delante nuestro y vigilar con todas nuestras pertenencias, ya que son habituales los carteristas y los pequeños robos en cualquier momento de distracción por parte nuestra. Si es la primera vez que visitamos un mercado índigena (como es mi caso) nos va a encantar el ambiente y esa explosión de colores y olores, y sobretodo poder conversar amistosamente con su gente aunque no compremos nada, pero siendo honesto y sincero pienso que no es el mejor lugar para hacer compras porque todo está enfocado al turismo y se aprovechan bastante, aunque los precios suelan ser baratos para nosotros, ya que aquí encontraremos exactamente los mismos productos que en cualquier otro lugar de Guatemala, nos evitaremos perder tanto tiempo regateando y sobretodo, evitaremos ir cargados con las compras durante todo nuestro viaje.

Aún y así compré alguna cosilla, sobretodo una máscara de madera de un Dios Maya que decora mi casa junto a otras máscaras de otros países y que no supe encontrar en ningún otro sitio de Guatemala, además del agradable rato y conversación que tuve con su vendedora, la encantadora Mari Carmen.



Después de visitar los diferentes tenderetes me puse a visitar la Iglesia de Santo Tomás, famosa por su color blanco y porque sus escaleras están siempre abarrotadas de vendedoras de flores y de chamanes haciendo algún ritual maya. El interior de la Iglesia de Santo Tomás también es muy bonita pero austera, la entrada es gratuita y está prohibido hacer fotos en su interior. Lo mejor es su olor a incienso y ese misticismo que desprende.



















Justo en el otro extremo de la plaza y enfrente de la Iglesia de Santo Tomás se encuentra la Capilla del Calvario, también bastante austera en su interior y realmente bonita, aunque tampoco se puede fotografiar en su interior, así que la visita se hace rápida mientras se observa a los chapines devotos como hacen sus ofrendas florales a sus seres queridos. Desde las escaleras de la Capilla del Calvario se pueden obtener unas buenas vistas de la Iglesia de Santo Tomás, siempre y cuando la vista no quede cubierta por los toldos de los tenderetes que se encuentran entre ambos lugares.



Me tomo un pequeño descanso de compras y con mi afán de seguir aprovechando el tiempo bajo la calle por el lateral de la Capilla del Calvario y después de andar unos 10 minutos llego a unos de los lugares más espectaculares de Chichicastenango y que la mayoría de turistas obvian, que no es otro que visitar su Cementerio Municipal, lleno de lápidas de colores y lo más interesante, poder observar algún ritual maya en directo y con total discreción, ya que las familias me permitieron compartir junto a ellos un momento tan triste y duros de sus vidas sin pedirme nada a cambio y lo mínimo que podía hacer por ellos era mostrar mis respetos y gratitud sin el morbo de sacar una cámara ni grabar nada, así que dentro de lo que cabe compartí una experiencia muy interesante y muy personal junto a ellos y que nunca podré olvidar, porque aunque vayamos de turistas ante todo debemos ser humanos y tener valores.











De vuelta al Mercado me encuentro un poco mareado, supongo que entre la calor, el olor a incienso en los rituales mayas y que todavía no he comido nada hoy hace que me encuentre un poco indispuesto, así que le pongo remedio parándome en una pequeña cantina de camino al mercado y aprovecho para comerme algunas tortitas y tamales junto a un refresco, ya que el café aparte de no gustarme no tenía muy buena pinta y ya me veía arremangándome los pantalones en algún lugar, así que mejor no arriesgar en estos casos. El desayuno me ha salido por 24Q, apenas 3€ en total.

Con la barriga llena y totalmente recuperado llego de nuevo al "Mercado de Chichi" como se le conoce, así que antes de meterme de nuevo por sus callejuelas de tenderetes me meto en la zona cubierta, donde se encuentra la sección de fruta y carne, bastante humilde todo, la verdad.













Se está acercando la hora de volver a buscar mi transporte que me lleve a Panajachel, así que como no tengo intención de comprar nada más y tengo que cortarme un poco a la hora de sacar la cámara porque por mi parte sacaría fotos de todo pero tampoco quiero abusar, me doy otra vuelta a través de sus coloridas paradas buscando algo especial para llevarme a casa y que no haya visto anteriormente, pero me es imposible porque son los mismos productos que ya vi en Antigua y además no se bajan del burro con los precios y no quiero ir cargado durante todo el viaje, ya que me quedan más de dos semanas todavía.









Me despido del famoso "Mercado de Chichi" y todo lo que he podido visitar, me ha gustado mucho y no me arrepiento de haberlo visitado a pesar de que mucha gente dice que es muy turístico y razón no les falta, sobretodo después de visitar días después otros mercados donde no llegan los turistas y mucho más auténtico, pero mi recomendación es que si váis bien de tiempo y os coincide un jueves o domingo de camino al Lago Atitlán o hacer una excursión desde Antigua de ir y volver, yo no lo dudaría porque es una experiencia muy interesante. Otra cosa es dejar todas las compras para el último día del viaje o jugártela y hacerlas en Chichicastenango, yo personalmente no lo haría y después de estar casi tres semanas por el país, recomiendo hacer las compras en el sitio que más te guste o mejor precio te hagan, ya que suele haber diferencias de precio entre una ciudad y otra.

Después de localizar mi transporte y comprobar que mi mochila está en perfectas condiciones, y de repartirnos en los diferentes shuttles (algunos vuelven a Antigua, otros van para Xela y otros como yo nos vamos a Panajachel, puerta de entrada al Lago Atitlán, posiblemente el lago más bonito del mundo).

El trayecto desde aquí a Panajachel son solamente unos 40 kms. por una carretera llena de curvas donde tardamos hora y media, donde los peores presagios se me acaban de confirmar... y es que poco antes de llegar a Panajachel está lloviendo como si no hubiera un mañana, jarreando agua sin parar y donde al parar en un famoso mirador de carretera antes de llegar a Panajachel desde donde se divisan unas vistas increíbles del Lago Atitlán cuando hace buen tiempo nos la tuvimos que saltar porque no se veia nada a dos metros de distancia.

Finalmente llegamos a Panajachel, dejamos a otros viajeros que han venido en el mismo transporte que el mio en sus respectivos hoteles y a mi me dejan para el final en mi alojamiento, ubicado en pleno centro de la ciudad, en plena calle Santander llena de alojamientos y restaurantes, y apenas a 400 metros metros del embarcadero, ideal para desplazarme en los siguientes días porque hoy es imposible por el tiempo que hace y porque son casi las 17h de la tarde. Como no para de llover decido quedarme descansando un rato en mi alojamiento, entre el jet lag diario y los madrugones que me estoy metiendo ya empiezo a acusar un poco el cansancio por lo que me va genial relajarme un rato y deshacer la mochila por unos días.


Sobre las 20h de la tarde ha dejado de llover y aprovecho para salir un rato a dar una vuelta, tener el primer contacto con la ciudad (que por cierto, es bastante fea) y buscar algún sitio para cenar, que con la tontería llevo desde esta mañana sin comer nada. Lo primero que hago es acercarme hasta el embarcadero que lo tengo a escasos 400 metros para tener mi primera visión sobre el famoso Lago Atitlán, y la primera impresión no puede ser más nefasta: el camino hacia el mirador del embarcadero parece una feria de todos los chiringuitos que tienen allí montados, hay bastante bruma y niebla y no deja ver muy bien el horizonte donde se encuentra Santiago Atitlán, y para más inri al caer la tarde está lleno de grupos de jóvenes fumando hierba y ofreciendo drogas a los turistas, así que mi primera impresión con el Lago Atitlán no se puede decir que haya sido un amor a primera vista y decido cambiar de planes y recorrerme la calle Santander, enfocada al turismo.

Empieza a caer la noche y voy en busca de algún lugar para cenar, no hay nada que me atraiga especialmente y al final acabo en una de las franquícias del país llamada "Pollo Campero", no es que sea gran cosa pero había visto tantos locales desde que he llegado al país que no quería desaprovechar la oportunidad de probarlo, ya que la comida no está mal y he pagado por un menú con bebida 42Q.


Termino de cenar y empieza a chispear de nuevo, así que me vuelvo tranquilamente caminando hacia mi alojamiento mientras observo como los vendedores van recogiendo sus tenderetes, no ha sido una tarde muy productiva de visitas pero me ha venido bien para relajarme un poco y descansar, deseando que el tiempo mejore en los próximos días de mi viaje por Guatemala.

DÍA 7.- PANAJACHEL - SOLOLÁ- SAN PEDRO LA LAGUNA - PANAJACHEL

Hoy es viernes y eso quiere decir que toca otra de las visitas esperadas ya que cuadré mi planning desde casa para hacerlo coincidir con el bonito Mercado de Sololá, uno de los mercados índigenas más auténticos de todo Centroamérica donde apenas llegan los turistas, y donde todos los índigenas de todos los pueblos del Altiplano se reúnen para vender y comprar su mercancía. Este mercado se encuentra en la población de Sololá, a escasos 10 kms. de Panajachel y solamente se realiza los martes y los viernes, así que hoy es el único día que tengo para visitarlo y no quiero desaprovecharlo.

A las 7h de la mañana ya estoy saliendo de mi alojamiento en busca de algún lugar para desayunar, ya que en este país son muy lentos con el servicio y no quiero que me den las tantas de la mañana y quiero llegar a Sololá a una hora prudencial. Finalmente acabo de desayunar pasadas las 08h de la mañana y eso que solamente estaba yo en el local... aquí se toman el trabajo de una forma muy "slow" de la que no estoy acostumbrado y me pone de los nervios aunque me encuentre de vacaciones.

Al final de la calle Santander en sentido opuesto al embarcadero se encuentra la "parada" de los chicken bus o parrilleras que es como se les llama en este país a los autobuses, y digo "parada" porque realmente no es una parada ni hay ninguna señal de información que indique que los autobuses partan desde aquí, simplemente es acercarse y preguntar cual es el bus que sale para Sololá y muy amablemente te indicarán el tuyo, porque otra cosa no, pero amables lo son un rato.



Me indican mi autobús y me subo, si por fuera están tuneado y dan el pego por dentro es toda una aventura, están desartalados, los asientos rotos y el mayor peligro consiste en no sentarte en uno donde se te claven los muelles que sobresalen. No hace falta pagar al conductor ya que al final de trayecto pasa un revisor cobrando, en este caso el viaje cuesta 3Q por persona. Cuando empieza a llenarse el bus de gente, animales, sacos y cajas de comida nos ponemos en marcha, el trayecto es de 20 minutos aproximadamente por una carretera de curvas, mojada de la lluvia del día anterior y con un conductor kamizake que va a toda pastilla y que en vez de reducir en las curvas acelera todavía más invadiendo el sentido contrario. Yo con el desayuno apunto de vomitarlo solamente pude cerrar los ojos y santiguarme para que todo acabara bien, ante las risas de mis compañeros de asiento.

Una vez llegados a Sololá sanos y salvos (que no es poco) el chicken bus nos deja en la Plaza Centroamérica, bastante retirado del mercado. Para llegar hay dos opciones, o bien hacerlo andando durante 20 minutos cuesta arriba por las calles del pueblo, o bien "agarrar" otro chicken bus allí mismo que en menos de cinco minutos nos dejará en la puerta del mercado por solamente 1Q que cuesta el trayecto. Yo escogí esta segunda opción para no perder tiempo y no tiene pérdida ninguna vuestra parada porque el bus va subiendo cuesta arriba siempre por la misma calle hasta llegar al mercado.


El Mercado de Sololá es un hervidero de gente, es un mercado tradicional donde solamente acuden los locales ataviados con el huilpil que es el traje típico de Guatemala, y el interior del mercado es un gran laberinto de puestos y tenderetes donde se puede encontrar de todo, sobretodo frutas, hortalizas y carne, sin olvidarnos de cientos de cachivaches, medicamentos sin receta donde el vendedor microfono en mano informa a la gente de todos los milagros y bondades que te llevas si les haces una compra... todo muy auténtico y para mi personalmente una de las mejores visitas de Guatemala.




















Como comentaba antes, los turistas no llegan hasta aquí y los pocos que lo hacen llegan con un guia, así que lo mejor es mostrar respeto en todo momento, no quedarse en medio de los pasillos obstaculizando el paso de los demás, y en caso de querer fotografiar directamente a personas lo mejor es pedir permiso primero, solamente así y con una buena sonrisa no pondrán impedimento ninguno y te echarás unas buenas risas después, y aunque al principio son bastante tímidos y no suelen estar acostumbrados a la visita de turistas y extranjeros, una vez que les das conversación y cambias impresiones con ellos puedes llegar a ser la atracción del día para ellos e incluso se dejan fotografiar con total naturalidad.



















No puedo evitar estar muy feliz de todo lo que me voy encontrando y de lo amable que es toda la gente conmigo, cuando busco destinos para un viaje siempre intento buscar este tipo de lugares y que apenas estén masificados por el turismo y por suerte Guatemala es uno de ellos, así que espero que siga así durante mucho tiempo. Hago un alto en el camino para sentarme y volver a desayunar en el mercado, ya que se me van los ojos detrás de las tortitas de maiz, de su fruta y de sus batidos recién hechos, y además los precios no tienen nada que ver con Panajachel ya que aquí es infinitamente más barato (dos tortitas, dos tamales, un plato de fruta cortada y un batido recién exprimido, todo por 15Q.





Después de desayunar y con todo el dolor de mi corazón voy acabando de visitar el Mercado de Sololá, me ha encantado y me quedaría todo el día pero mi tiempo es limitado cuando uno está de viaje y quiero aprovechar el día para hacer más visitas antes de que llueva, aunque de momento parece que no lo hará. Termino de ver los tenderetes que hay fuera del mercado y esta vez en vez de agarrar un chicken bus que me lleve a la Plaza Centroamérica prefiero hacerlo caminando, ya que es cuesta abajo y mucho más llevadero y por el camino quiero seguir conociendo la vida de los locales.
















Después de este agradable paseo llego de nuevo a la Plaza Centroamérica, nada destacable viendo el ir y venir de los chapines por sus calles y donde solamente destacaría la Iglesia de la Asunción, inconfundible con su fachada blanca y todavía engalanada después de su festividad del 15 de Agosto hace un par de semanas. Por dentro no la pude visitar porque me la encontré cerrada y abrían un par de horas después pero personalmente no me merecía la pena quedarme para visitarla.



Desde un lateral de la Plaza Centroamérica parten los autobuses hacia Panajachel, no hay parada establecida ni horarios, así que lo mejor es llegar y preguntar y cuando creen que ya hay suficientes personas como para aprovechar el viaje ya salen. Me despido con mucha pena de Sololá, seguramente no sea lo más turístico del viaje y la gente se quede con Antigua, Atitlán y Tikal, pero yo personalmente pienso que si puedes cuadrar tu planning para que te coincida en martes o viernes por la zona, Sololá debería ser un must obligatorio en tu viaje, quizás por visitar algo auténtico y diferente a lo que recomiendan las guias de viaje o a los lugares típicos y explotados donde va todo el mundo. Si pensáis que visitando el Mercado de Chichicastenango ya tenéis suficiente, os diré que no tiene nada que ver uno con el otro, y a ser posible visitar los dos porque ambos son bonitos aunque personalmente me quedo con el de Sololá sin dudarlo.

Ahora toca subirse al chicken bus, santiguarse de nuevo y rezar para llegar bien, que no será fácil.



De nuevo en Pana (como se conoce a Panajachel) y después de una aventura más no apto para cardiacos, nos deja de nuevo próximo a la calle Santander y la atravieso de punta a punta en unos 10 minutos hasta llegar de nuevo al embarcadero, donde quiero aprovechar el buen tiempo para empezar a visitar los diferentes pueblos del Lago Atitlán antes de que caiga la tarde, aunque mañana tendré todo el día para hacerlo también. Muchos viajeros aprovechan para visitar los diferentes pueblos del Lago Atitlán en un solo día lo que a mi personalmente me parece una matada muy grande, así que si podéis hacerlo en varias jornadas mucho mejor.




Mi pueblo escogido para el día de hoy será San Pedro La Laguna, no por nada especial sino porque al llegar al muelle y preguntar por la primera lancha pública que saliera me dijeron que iba para San Pedro, así que me subí sin seguir un orden y mañana visitaré el resto de pueblos.

Una vez en San Pedro y mi primer pueblo del Lago Atitlán no pudo ser más que bonito y emocionante, no cada día se tiene la oportunidad de visitar pueblos ubicados alrededor de un gran lago y con tres volcanes al fondo como testigos, como son los volcanes Tolimán, Atitlán y San Pedro, pero una vez que empecé a recorrer sus calles y cuestas empedradas empecé a darme cuenta que San Pedro la Laguna es un pueblo muy religioso ya que muchas fachadas y paredes de sus calles están pintadas con versículos y referencias bíblicas, cosa que me dejó totalmente sorprendido.
























Para ser mi primer pueblo del Lago Atitlán me gustó bastante pero después de visitar todos, personalmente creo que es el más flojo de todos o el que menos me gustó, aún y así merece mucho visitarlo pero entre tantos mensajes religiosos, que empezó a chispear de nuevo y la gente iba recogiendo sus productos de la calle y que estaba pendiente de que no se me pasara la hora para coger la última lancha del día para volver a Pana, hizo que no acabara de disfrutarlo del todo.

De camino al embarcadero todavía tuve tiempo de tomarme un zumo callejero recién exprimido (5Q) y de picar algo de comer y pasadas las 16h de la tarde me subía en la última lancha pública del día, a partir de ese momento si quieres moverte para llegar a Pana deberás hacerlo en una lancha privada (450Q) o bien por carretera bordeando todo el Lago Atitlán.










Después de recorrer el Lago Atitlán en la lancha llegamos a Panajachel, de camino a mi alojamiento voy sorteando todos los tenderetes de ropa y souvenirs, la verdad es que no son nada agobiantes ni insisten mucho pero es que son demasiados... excepto una chica que ya me he encontrado un par de veces cerca de mi hostel que siempre que me ve se acerca a mi para venderme algo y cuando le digo que no estoy interesado, lejos de enfadarse, siempre me muestra la mejor de sus sonrisas. Me la encontré ayer cuando llegué a Panajachel, esta mañana antes de partir a San Pedro y ahora, así que entre sonrisas y buen rollo nos ponemos a conversar un rato. Le hago entender que lo que me ofrece no me interesa (sobretodo pañuelos y artículos para mujer) y ella lo entiende perfectamente y no me insiste mucho. Como me parece una persona muy noble y educada (como la mayoria de personas que me he ido encontrando por el país) le digo de quedar mañana que tengo una sorpresa para ella. Nos presentamos, me dice que se llama Margarita y quedamos mañana sobre las 18h de la tarde y que ella seguro que me encuentra a mi primero, así que no hace falta buscar un sitio. Nos despedimos y le dejo que siga trabajando.

De seguida llego a mi alojamiento desde las 7h de la mañana que he salido, me pego una ducha y descanso un rato, y sobre las 20:30h vuelvo a salir para buscar un sitio para cenar, donde no me complico mucho y acabo en la misma calle Santander en un garito donde preparan parrilladas de carne, donde acabo pidiendo un choripan típico argentino y una burguer, más una cerveza Gallo pagando 45Q en total.

Me doy una vuelta por un mercado nocturno en la misma calle Santander para bajar un poco la cena, y pasadas las 23h de la noche apenas se ve un alma por la calle y decido retirarme yo también, ha sido un día muy largo y mañana quiero aprovechar el día al máximo.

DÍA 8.- PANAJACHEL - SANTIAGO - SAN JUAN - SAN MARCOS - PANAJACHEL

Sigo sin dormir más de 5 horas seguidas, cuando no es el maldito jet lag es el maldito loro que tiene el alojamiento de mascota y que tengo a 300 metros de mi habitación y desde las 5h de la mañana ya está dando por culo, así que ya me quedo levantado y decido salir a esa hora sin dinero ni nada, solamente con mi cámara para intentar fotografiar el amanecer desde el Lago Atitlán que tenía previsto hacerlo mañana pero lo adelanto a hoy viendo que no llueve y está despejado.


Mientras planeo como matar al maldito loro para que me deje dormir mañana me voy hacia el muelle, como era de esperar no se ve ni un alma por la calle a estas horas y los tenderetes están cerrados, desde que he llegado a Guatemala no he tenido ni un momento tranquilo ni de relax para mi y ahora lo estoy encontrando con este maravilloso paisaje y con unos colores del cielo de infarto, así que no puedo evitar disfrutar de mi momento de soledad que tanto me gustan mientras doy las gracias por poder disfrutar de estas maravillosas experiencias que nos brinda la naturaleza.











El sol se va poniendo lentamente y la tranquilidad queda interrumpida cuando llegan los primeros patrones al embarcadero y con ello los primeros chapines que necesitan coger las primeras lanchas públicas para moverse entre las diferentes poblaciones, presumiblemente trabajadores. Yo doy por finalizado este maravilloso rato de relax y a las 8h me vuelvo para mi alojamiento, cojo la cartera y me voy en busca de algún lugar para desayunar en la misma calle Santander.




Me pido un buen desayuno Continental y mientras espero al lento servicio que me lo prepare aún estando yo solo en el restaurante, veo pasar a la pareja española que compartieron su taxi conmigo desde el aeropuerto a Antigua, nos fundimos en un abrazo y les ofrezco desayunar conmigo, pero van cargados con las mochilas y me dicen que van a pillar un bus hacia El Petén y van con el tiempo justo, así que nos despedimos deseando encontrarnos en algún otro punto de nuestro viaje.

Termino de desayunar (25Q) y me vuelvo hacia mi alojamiento, hago la mochila para pasar el día y me voy de nuevo hacia el muelle, donde cojo la siguiente lancha pública hacia Santiago Atitlán (25Q), el pueblo más grande de los que conforman el Lago Atitlán y para mi personalmente el más bonito e interesante de todos, sin desmerecer al resto.





Este trayecto se hace directo sin necesidad de pasar por los otros pueblos, así que disfruto del bonito trayecto durante unos 25 minutos ya que Santiago se encuentra justo enfrente de Panajachel en línea recta, y una vez llegados al embarcadero hay que atravesar un pequeño mercadillo con tenderetes varios de artesanías, y de seguida te asaltan los "parrilleros", "toretes" o "tuktukteros" de Santiago ofreciendo sus servicios de transporte, ya que los lugares más interesantes para visitar están bastante dispersos por el pueblo. Suelen pedir 200Q por persona porque es el importe fijo que marca el INGUAT (Instituto Guatemalteco de Turismo) y en los servicios ofrecidos están los de transporte y guia. Como me parece un precio un tanto excesivo para una sola persona y no bajan mucho, decido retirarme y empezar a patear hacia el pueblo, táctica que me ha funcionado en muchísimos otros lugares y aquí no iba a ser menos, ya que al momento se me acerca un señor con su torito y me dice que me lo deja por 100Q. Declino la oferta amablemente y nos ponemos a negociar, le digo que solamente quiero el servicio de transporte y que me lleve a unos puntos en concreto de Santiago y rápidamente lo cerramos por 30Q.

La primera parada que quiero hacer es visitar a Maximón, un santo muy venerado en Guatemala y fruto del sincretismo, que es la mezcla entre la religión católica y la religión prehispánica y que no está reconocida por la iglesia católica. Suele estar representado con un gran sombrero y siempre está fumando, y los más devotos siempre van a dejarle dinero, tabaco o licores. Cada equis tiempo está custodiada en una casa diferente de cualquier pueblo del Altiplano, así que le dije a Lucas, mi conductor, que me llevara allí donde estuviera, pero mi gozo en un pozo porque me comentó que esos días se encontraba custodiada en Xela (Quetzaltenango), a unas 2 horas de Santiago.

Con todo el dolor de mi corazón pusimos rumbo a nuestra siguiente parada y una de las más especiales de mi viaje por Guatemala que hizo que se me pasara el disgusto por no visitar a Maximón, que no era otra que visitar a la Sra. Concepción Ramírez en su casa. Y os preguntaréis... quién es esta señora? Pues esta señora nacida en Santiago se hizo muy famosa porque su rostro aparece en las monedas de 25 centavos de quetzal. Con 17 años fue designada la mujer indígena más bella del momento y fue escogida para ser la imagen de la numismástica de Guatemala. Actualmente tiene 77 años (nacida en 1.942 y un año más mayor que mi padre), se conserva genial y se dedica al turismo para ganarse algo de dinero, concretamente haciendo demostraciones de como colocarse el tocoyal, una prenda típica que usan las mujeres mayas y que se envuelven alrededor de su sombrero y que guarda relación con el calendario maya. Como a esas horas no había turismo, tuve la suerte de estar charlando un rato con ella y de hacerme unas fotos junto a ella que guardo con mucho cariño.




Me despido cariñosamente de la Sra. Concepción y vuelvo para el torito donde me espera Lucas, donde empieza a meterle caña por esas calles ascendientes y empedradas de Santiago hasta llegar a un pequeño mirador donde tenemos unas vistas muy bonitas del pueblo, donde me bajo para hacer algunas fotografías y seguimos la marcha, ya que el lugar no da para mucho más.


Nos ponemos otra vez en marcha y esta vez Lucas me lleva a uno de los lugares más bonitos de todo Santiago y me atrevería a decir que de todo el Lago Atitlán, un lavadero donde las mujeres acuden a lavar su ropa cada día con un paisaje impresionante, incluso bajé por unas escaleras y estuve un buen rato al lado de las mujeres observándolas y conversando un poco con ellas ante su sorpresa ya que no es habitual que los turistas lleguen hasta aquí. Totalmente recomendable.







Después de un largo rato allí y con mucha pena por tener que dejar el lugar, volví a subir de nuevo las escaleras donde me estaba esperando Lucas y nos pusimos otra vez en marcha, esta vez llegamos a uno de los emblemas más históricos del pueblo, el Parque de la Paz. Esta plaza es conocida porque aquí murieron 13 personas por la revuelta que hubo el 2 de diciembre de 1990 en la que el pueblo se sublevó contra el comandante y el ejército militar que había en aquel momento. En el Parque de la Paz se puede observar una placa conmemorativa recordando lo acontencido aquel día.

Finalizamos la visita después de escuchar las últimas explicaciones de Lucas, proseguimos el viaje y nos vamos dirección al centro del pueblo, donde finalizamos lo pactado. Lucas me pregunta si me vuelve a dejar en el embarcadero pero le digo que no, que me deje al lado de la Iglesia Santiago Apóstol porque quiero seguir visitando el pueblo a pie. Le pago lo acordado y nos despedimos efusivamente, he tenido suerte de encontrar muy buena gente en todo el país y con eso me quedo.

Entro a la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol, es una construcción simple y bastante austera por dentro, aunque lo mejor es el ambiente que hay en el interior viendo todo el fervor y fe con la que se mueve la gente. Yo me siento en un lateral para no molestar y me pongo a observar todas las escenas.







Finalizo la visita y solamente tengo que caminar unos metros para llegar al Parque Central o también conocida como la Plaza Quetzal, este nombre se debe a que en un lateral de la plaza hay una enorme moneda a modo de escultura que representa la moneda de 25 centavos de quetzal del país donde sale la cara de la Sra. Maria Concepción. Aparte hay varias esculturas más pero carecen de interés alguno, almenos para mi.





Empiezo a tener hambre después de tantas vueltas por el pueblo así que mientras busco un lugar donde comer algo me encuentro una calle con un mercado local callejero, una de mis debilidades cuando viajo, así que no puedo evitar presenciar el día a día de los chapines y de todos los productos que tienen expuestos los locales, mayoritariamente puestos de fruta.











Por fin voy a hacer un alto en el camino, en una de las calles de bajada hacia el embarcadero he encontrado un lugar normalito para comer algo, se llama "Comedor Brendy" y me hace gracia porque aquí estuvieron comiendo mis amigos de Con Arena en la Mochila durante su viaje a Guatemala, así que no dudo en entrar donde estoy yo solo en todo el local, me pido un pequeño menú con tortillas y frijoles junto a una coca cola (30 Q) y salgo de allí como nuevo. El comedor no es que sea una gran maravilla y son muy lentos sirviendo la comida a pesar de encontrarme yo solo pero ésta ha sido la tónica habitual todos los días de mi viaje por el país, y es que los chapines son gente muy tranquila y no tienen nervio ni prisas para nada.

Terminado de comer me dispongo a dar una última vuelta por el pueblo porque le he echado el ojo a las típicas mantas de rayas y colores y no quiero volver a casa sin comprar alguna, ya que además de ser muy chulas me parece que es un bonito regalo para llevar a la familia. Después de preguntar en algunas tiendas y de negociar con ellos no hay manera que se bajen del burro, todo el mundo me pide mínimo 250 Q y otros incluso más, así que no me doy por vencido y finalmente encuentro una pequeña tienda en la calle donde me atiende una agradable mujer, hago como que no me interesa mucho y nos ponemos a conversar tranquilamente de todo menos de las compras, hasta que después de un rato le pregunto precios e intento negociar con ella un poco pero no mucho porque el precio que me ha dado de salida no me ha parecido tan desorbitado como en otros sitios, así que al final cerramos la venta de dos mantas grandes por 270Q, el mismo precio que me pedían en otros sitios solamente por una manta, aunque la buena mujer me dice que no vaya diciendo el precio por ahí para no tener ella problemas con nadie. Ahora solamente me falta escoger los colores entre decenas de ellas... un trabajo más díficil que el regateo porque por mi me las llevaba todas!!





Súper contento con la compra realizada y después de quitarme un peso de encima porque no quería llegar a Antigua y no tenerla comprada (en Panajachel encontraréis un montón de tiendas dónde venden pero de 300Q por cada una no hay manera de que bajen) así que me voy paseando hacia el embarcadero porque todavía me quedan muchas cosas por visitar.





Mi siguiente parada será San Juan la Laguna, ubicado a unos 20 minutos en lancha de Santiago, quizás no sea un pueblo tan bonito como los que llevo visitados hasta ahora pero a mi me ha parecido bastante interesante porque digamos que es la capital cultural del Lago Atitlán, ya que aquí he encontrado cooperativas de mujeres donde trabajan la artesanía así como decenas de tiendas para hacer compras y coloridos murales en forma de arte callejero con escenas mayas. Lástima que para llegar al pueblo haya que subir desde el embarcadero una larga pendiente (se puede ir en tuc tuc o motocarro) pero se puede llegar en un agradable paseo de 10 minutos, así que aunque tengáis poco tiempo os recomiendo hacer una breve visita a San Juan. La pequeña iglesia también vale la pena visitarla.























Finalizo la visita por este bonito pueblo y me vuelvo de nuevo al embarcadero porque está chispeando y a punto de llover y no llevo nada para protegerme, ya que no llevo paraguas y el impermeable me lo he dejado en mi alojamiento, así que espero que aguante un rato más. Al rato llega mi lancha y me dispongo a visitar el último pueblo que me queda del Lago Atitlán, San Marcos la Laguna, el pueblo más hippie y alternativo de todos los que forman este maravilloso paraje natural. En 10 minutos llegamos, de momento no llueve y para llegar al centro del pueblo desde el embarcadero hay que atravesar un pasadizo estrecho lleno de murales mayas muy chulos todos. Este pueblo es muy pequeñito pero da muy buen rollo y es diferente al resto de pueblos visitados.





Llego al centro del pueblo y prácticamente no hay nada interesante, solamente encuentro un colegio, una especie de polideportivo donde hay algunos niños jugando y un par de tiendas caseras... la verdad es que no le encuentro mucho interés. Lo que si encuentro son casas particulares donde anuncian clases de yoga, medicina natural, terapias naturales, acupuntura, esoterismo,... nada que me interese particularmente, la verdad. Cuando estaba a punto de volverme para el embarcadero se me acercan dos chicos con un motocarro (tuc tuc) y me ofrecen llevarme arriba del pueblo donde dicen que hay unas vistas maravillosas de todo el Lago Atitlán y que los turistas desconocen su existencia y que me llevan por 30 Q, les digo que no se suban a la parra conmigo que no soy un gringo y lo cerramos por 10 Q, así que acceden sin pensarlo mucho! Me subo al motocarro y en un trayecto de 10 minutos cuesta arriba llegamos, aparcamos y me dicen que hay que caminar un poco. En esos momentos pienso que me van a atracar y me van a dejar ahí tirado así que voy en alerta y empiezo a desconfiar un poco hasta que finalmente llegamos al lugar y no puedo dejar de sorprenderme... el lugar es espectacular!!






Aprovecho para hacer fotos a este lugar tan bonito, la lástima es que está chispeando y se ha levantado una pequeña bruma que no deja observar bien el paisaje de fondo. Después de un rato allí arriba y charlando un rato con los chavales volvemos para abajo donde me vuelven a dejar en el mismo sitio, les pago lo acordado y les hago una foto para inmortalizar el momento y nos despedimos efusivamente. Ya empieza a ser un poco tarde y voy en dirección al embarcadero, donde me paro a fotografiar un mural maya que me gusta mucho mientras unos señores están montando delante un pequeño mercado y al final acabo entablando conversación con ellos durante un rato acerca de mi país y de sus costumbres tradicionales.









Se me empieza a hacer tarde después de tanto hablar con la gente y tengo miedo de perder la última lancha con dirección a Panajachel, además he quedado con Margarita, la mujer que conocí ayer porque le quiero entregar unas cosas y no quiero llegar muy tarde, así que con todo el dolor de mi corazón me despido de los de allí presentes y me voy al embarcadero, donde hay una chica maya esperando también y nos ponemos a charlar mientras llega nuestra lancha. Tengo la boca seca de tanto hablar.... pero es que la gente es tan amable en este país que da gusto entablar conversación con ellos!






Finalmente llegamos a Panajachel después de unos 20 minutos de navegación, me despido de la chica y me voy en dirección a mi alojamiento cuando a medio camino me encuentro a Margarita que sigue trabajando e intentando venderle sus productos a los turistas. Como hago un poco tarde le pido por favor que me deje un poco de tiempo para meterme una ducha, cambiarme de ropa y vernos un rato después. Cuando ya estoy preparado volvemos a encontrarnos, vamos a un sitio más tranquilo y menos concurrido de la calle Santander y le hago entrega de una gran bolsa con ropa que he traido desde casa, ya es una tradición por parte mia que cada año cuando viajo a un país poco desarrollado llevo en mi equipaje toda la ropa mia y de mi familia que no usamos o que se nos ha quedado pequeña y en vez de tirarla a la basura prefiero entregársela a personas que le puedan hacer falta. Podría ahorrarme todo el peso y entregarla en Cáritas, pero me consta que ellos lo que hacen es venderla a un precio barato y tampoco es lo que quiero, así que como Margarita me dijo ayer que tenía tres hijos ya adolescentes creo que es una buena oportunidad para entregarle toda la ropa que ya no utilizo, así que sorprendida no deja de agradecerme este gran gesto e incluso quiere regalarme algo de lo que ella vende, cosa que no acepto porque lo que le he entregado se lo he dado de corazón sin buscar nada a cambio.

Después de un par de horas charlando Margarita se tiene que volver para casa, nos despedimos quizá hasta siempre porque yo mañana por la tarde me vuelvo de nuevo para Antigua, así que solamente espero que la vida le sonría y le vaya todo bien porque se lo merece. Me encanta empatizar con las personas y que me contagien esa humildad que llevan dentro para no desviarme nunca del camino.


Aprovecho para hacer una cena rápida en un local de la calle Santander y pasadas las 22h de la noche ya estoy de nuevo en mi alojamiento, hoy estoy bastante cansado después del madrugón que me he metido hoy para fotografiar las puestas de sol y todo el tute del día, así que espero poder descansar más porque el viaje me está dejando agotado físicamente con tanto movimiento.

DÍA 9.- PANAJACHEL - SAN ANTONIO PALOPÓ - SANTA CATARINA - ANTIGUA

Hoy he podido dormir un poco más y por primera vez desde que he llegado no he tenido necesidad de madrugar mucho, ya que mi transporte hacia Antigua no sale hasta las 16h de la tarde, así que aprovecho para hacer de nuevo el equipaje tranquilamente y salir a desayunar en la misma calle Santander ya que no quiero volver al mismo sitio de ayer porque son muy lentos, así que acabo desayunando muy bien por 25 Q en el mismo lugar donde cené anoche.

Vuelvo de nuevo a mi alojamiento y hago el check out dejando mi equipaje en consigna y me voy cagando leches a visitar los dos últimos pueblos que me quedan del Lago Atitlán y que los turistas obvian, pero esta vez se pueden visitar por carretera, como son San Antonio Palopó y Santa Catarina Palopó, pueblos donde se mantienen muy vivas las tradiciones mayas. Como no tengo ganas de negociar con ningún taxista ni que me metan ningún sablazo, en la misma calle Santander paro a un motocarro y le digo que me lleve hasta el estadio de fútbol, lugar desde donde parten las camionetas hacia estos pueblos.

Después de un trayecto de unos 20 minutos conduciendo a lo loco y metiéndome por calles estrechas donde a dudas penas cabe el motocarro, le pago los 5Q acordados y me despido de él. Allí ya hay una camioneta esperando para ir a Santa Catarina que es el primero de los pueblos, aunque yo empezaré la ruta por el final, es decir, iré hasta San Antonio Palopó y después haré el camino de vuelta parando en Santa Catarina Palopó. El conductor me dice que hasta que no se llene no sale pero que me puedo subir igualmente, pero prefiero fumarme un cigarro mientras espero a la gente llegar.


El transporte es bastante inverosimil ya que se trata de una camioneta con la parte trasera descubierta, la capacidad será para unas 10 personas sentadas siempre y cuando los sacos y los animales que van en el suelo sea posible y los demás deberán ir de pie. Yo consigo sentarme y cuando empieza a llenarse partimos hacia Santa Catarina. Dentro mismo de Panajachel hace otra parada y se sube una familia con una persona mayor, dos chicos jóvenes y un bebé de pocas semanas, así que no dudo en levantarme para ayudarles a subir y ofrecerles asiento aunque yo tenga que ir todo el trayecto de pie. La mujer y la chica solamente hablan una lengua maya pero el chico habla español y nos pasamos todo el trayecto charlando, una de esas conversaciones que emocian y te marcan para siempre.

El chico se llama Samuel, tiene 21 años y son de San Antonio Palopó, han venido a Panajachel a comprar productos que no hay en San Antonio (es como si fueran a la "ciudad" a comprar cosas que en el pueblo no encuentran), contrariamente a lo que me pensaba la chica que viene con nosotros no es su mujer sino su hermana, y el bebé es su sobrina, y la señora mayor es su madre. Me comenta que en Guatemala es muy común que con 20 años tengas que estar casado y con tres hijos, como ya me habían explicado anteriormente en Antigua al poco de llegar. Samuel era un estudiante que tuvo que dejar sus estudios para ponerse a trabajar para hacerse cargo de la familia, ya que no tiene padre y el bebé que viene con nosotros que es de su hermana que tiene 17 años ha nacido victima de una violación y no se sabe quién es el padre. Denunciar estos casos ante la policia es perder el tiempo porque la misma policia es muy corrupta y muchos de ellos están involucrados en estos casos y siempre se salen con la suya. Son historias bastante emocionantes y al mismo tiempo bastante injustas que a uno le hace reflexionar bastante porque te toca bastante el corazón. Después de un trayecto de unos 40 minutos por carreteras sarpenteantes y llenas de curvas sin ninguna seguridad encima nuestra, llegamos a San Antonio Palopó, donde Samuel y su familia me invitan a comer a su casa pero declino la oferta por falta de tiempo, pero me despido de todos ellos con un gran abrazo e inmortalizando el momento, solamente espero que la vida sea justa con ellos y les proporcione todo lo que se merecen. Le pago los 10 Q al conductor por el trayecto desde Panajachel y me dispongo a visitar el pueblo.

La verdad es que la conversación con Samuel me ha dejado un poco tocado y no me la puedo quitar de la cabeza, son de esas experiencias que me enseñan cada día a no quejarme nunca cuando las cosas no me salen como a mi me gustaría porque siempre hay personas que lo estarán pasando peor que yo.


La camioneta nos deja a un lateral de la Iglesia de San Antonio, el pueblo está ubicado en lo alto del Lago Atitlán y se caracteriza porque todas las casitas y calles del pueblo están pintadas de color blanco, y también es conocida porque aquí hay algunas cooperativas donde las mujeres mayas trabajan la cerámica que después distribuirán y venderán por todo el país. Lo mejor es pasear relajadamente y sin rumbo ya que el pueblo no tiene pérdida y observar el ir y venir de las mujeres mayas mostrando el máximo de respeto posible sobretodo a la hora de fotografiarlas, ya que no a todas las personas les gusta que salgan retratadas.











Después de un par de horas callejeando sus calles y observando los paisajes desde sus maravillosos miradores doy por finalizada mi visita, si uno tiene tiempo en su viaje es muy recomendable incluirla en su planning porque son poblaciones muy bonitas, auténticas y con cero turismo, ya que los turistas se centran más en los pueblos más cercanos al Lago Atitlán. Después de esperar un rato a que salga la camioneta mientras me tomo algo allí mismo para soportar el calor que hace hoy, nos ponemos en marcha hasta mi siguiente destino, Santa Catarina Palopó.

El trayecto es de escasos 20 minutos ya que el conductor es un fitipaldi y no para de pisarle por esas carreteras llena de curvas, le tengo que llamar un par de veces la atención dándole unos golpes en el techo de la camioneta para que se relaje conduciendo porque detrás van personas mayores y no es normal que conduzca así porque cualquier día va a tener una desgracia. Llegamos a Santa Catarina Palopó y la camioneta hace una parada en la Plaza Central del pueblo, donde bajamos algunas personas y las demás siguen su trayecto hasta Panajachel. Le pago los 3Q que cuesta el trayecto desde San Antonio Palopó.

Me doy una vuelta por el pueblo que uno se lo acaba en 10 minutos porque no tiene prácticamente nada, una iglesia, un colegio y algunas casitas en lo alto de una ladera donde muchas se publicitan como centros de meditación, y después una larga calle llena de tiendas de souvenirs que va a desembocar al embarcadero del pueblo donde llegan las lanchas privadas desde Panajachel.







Paso un rato entretenido en el embarcadero porque al lado hay un campo de fútbol y están jugando un partidillo que más bien parece un encuentro entre casados contra solteros que se jugaban en las fiesta de barrio de cuando era pequeño, así que como no me ha gustado prácticamente nada este pueblo y no tiene mucho que ofrecer me voy de nuevo caminando hacia la plaza del pueblo después de volver a atravesar todas las tiendas de souvenirs y a los 15 minutos llega una camioneta con destino Panajachel, así que me subo y dejo atrás Santa Catarina Palopó.

Llegamos de nuevo a la zona del estadio de Panajachel donde te dejan las camionetas, le pago los 5Q que cuesta el trayecto desde Santa Catarina y allí mismo paro a un motocarro para que me lleve a la calle Santander, me quiere cobrar 15Q por el trayecto pero le doy 5Q y se larga sin rechistar, ya llevo unos días en el país y sé como funciona todo y no estoy dispuesto a que me engañen, aunque sea solamente 1 €.

Son las 14:30h de la tarde y mi transporte no sale hasta las 16h, así que aprovecho para ir de nuevo al embarcadero para despedirme de las vistas del Lago Atitlán y buscar un sitio para comer porque llegaré tarde a Antigua, así que como en este país son muy lentos para servirte no me complico mucho y me como una hamburguesa que es rápida de preparar.






A las 15:30h ya estoy de vuelta en mi alojamiento, recupero mi equipaje y me siento un poco en la terraza mientras aprovecho un rato el wifi. Cuando faltan 10 minutos para que llegue mi transporte me despido del soso personal del alojamiento y me voy a la calle Santander a esperar mi transfer, ya que mi alojamiento está en una bocacalle y mientras espero se pone a diluviar como si no hubiera un mañana mientras me protejo como puedo. Al cabo de 30 minutos aparece mi transfer, por lo visto a mi han sido el último a recogerme, cargan mi equipaje en el techo y le ponen una lona para que no se moje y nos ponemos en marcha en un trayecto un poco pesado y largo, ya que además de la lluvia y la distancia hay que tener en cuenta que las carreteras están en obras y pasamos mucho tiempo parados.

Hacemos una parada técnica en una gasolinera para ir al baño y donde allí espera otra minivan para las personas que vienen en la nuestra hacer transbordo con destino San Cristóbal de las Casas, en la provincia de Chiapas, México. Por un momento me hubiera encantado coger mi equipaje y cambiarme de transporte ya que México es un destino que se me resiste y cada año lo tengo muy arriba en mi lista de destinos y siempre se acaba cayendo por cualquier razón, así que debo ponerle remedio pronto. Días más tarde agradecí no haber cambiado de transporte porque México y esta zona en concreto fue víctima de un violento terremoto donde hubo bastantes personas fallecidas, así que el destino ya me avisará cuando tenga que visitar México.

Llegamos a Antigua pasadas las 20h de la tarde, a mi me dejan de los últimos en mi alojamiento, hago el check in, dejo mi equipaje en la habitación y me voy pitando en busca de algún lugar para cenar, hoy es domingo y a estas horas no hay muchos sitios abiertos, así que después de caminar un poco acabo en un Domino´s Pizza (la primera vez en mi vida que entro en un local de esta franquícia) donde abajo tienen la zona para recoger las pizzas por encargo y arriba tienen un comedor para cenar tranquilamente, donde coincido con un largo grupo de gente que estaban celebrando un cumpleaños y que no dudan en ofrecerme que me junte a ellos si me apetece. Finalmente ceno tranquilo yo solo, pago 35Q por una rica pizza más coca cola y me vuelvo de camino a mi alojamiento no sin antes pararme en un pequeño colmado para comprar agua y tabaco (30Q) que hay en la misma calle de mi alojamiento con la particularidad que todo debo pedirlo a través de unas rejas porque a partir de ciertas horas ya no dejan entrar en su interior por temas de seguridad.

Cuando llego a mi alojamiento también veo que está cerrado con llave y con una verja con barrotes donde tengo que llamar al timbre para que me abran, hasta que me explican que por temas de seguridad a partir de las 20h de la tarde cierran todo con llave y que no es muy aconsejable estar por la calle hasta muy tarde, por muy tranquila que parezca Antigua (yo nunca tuve ningún problema durante todos los días que estuve en la ciudad).

Ahora toca ducha y descansar, que el día ha sido muy largo y mañana quiero aprovechar la mañana para acabar mis visitas en Antigua y que no tuve tiempo los primeros días, aunque el cansancio del viaje ya se empieza a notar y todavía queda lo más bonito pero a la vez más duro del viaje.

DÍA 10.- ANTIGUA - CIUDAD DE GUATEMALA - FLORES

Hoy no he tenido mucha prisa en levantarme pero aún y así a las 09h ya estaba arriba y preparando el equipaje para estos días, ya que esta noche me voy para Flores y para no llevar todo el equipaje encima me voy con una mochila ligera para unos días y el resto de equipaje lo dejaré en el hotel, ya que antes de llegar me puse en contacto con ellos para preguntar si me lo podrían guardar unos días y después recogerlo a mi vuelta, y aunque en principio no suelen hacerlo, conmigo no pusieron ningún problema ni me cobraron nada, así que dejo el equipaje en una habitación privada cerrada con llave y de aquí una semana volveré a buscarlo, ya que me alojaré de nuevo aquí dos noches antes de volver a casa. La verdad es que el alojamiento está genial, tanto por ubicación, como por sus instalaciones y sobretodo por el personal que trabaja allí, son personas muy cercanas dispuestas a facilitarte todo.

A media mañana salgo a explorar lo que me queda de la ciudad de Antigua, tengo tiempo hasta las 18h de la tarde que no pasen a recogerme para llevarme hasta la estación central de autobuses de Ciudad de Guatemala para tomar el bus hacia Flores. Durante unas horas visito de nuevo la calle del Arco de Santa Catalina, la Catedral de San José, el Convento de la Merced con su claustro que todavía no había visitado, el Convento de Santa Clara, el Parque Central e incluso le di otra oportunidad al Mercado Central, aunque sigue sin convencerme mucho.


































Aprovecho para hacer unas últimas gestiones en Antigua como es cambiar más dinero para estos días por si en los siguientes destinos es más complicado, reservar con tiempo el tour para ascender al volcán Pacaya el penúltimo día de mi viaje y el transfer para llegar al aeropuerto. A las 17:30h de la tarde ya estoy de vuelta en mi alojamiento, me pongo al día con el wifi mientras charlo con los chicos y pasadas las 18h de la tarde vienen a buscarme por mi alojamiento el shuttle para llevarme a Ciudad Guatemala, no sin antes pasar por otros alojamientos de la zona a recoger a más gente.

Finalmente entre unas cosas y otras llegamos a la estación de autobuses a las 21h de la noche, y lo primero que nos advierten es que no salgamos de la estación para nada porque es muy peligroso y nos pueden atracar sin problemas. Después de facturar mi mochila en el bus (dejas tu mochila y te dan un ticket que deberás entregar a la recogida) aprovecho para comprar allí mismo agua para la noche y algo para cenar, y antes de subir al bus te hacen un registro exhaustivo por si llevas armas encima y te graban en vídeo. Hay que estar atento a tus pertenencias dentro del bus porque dicen que por la noche cuando la gente está durmiendo aprovechan para abrirte las mochilas y robar, yo por si acaso mi mochila la he llevado conmigo toda la noche entre mis piernas y con un ojo despierto para ser precavido, aunque ni yo ni nadie hemos tenido ningún problema de seguridad. Finalmente a las 22h de la noche partimos hacia El Petén, en el departamento de Flores. El autobús es un pullman de dos pisos bastante cómodo aunque el trayecto de 10 horas es un poco paliza, pero cuando quise mirar vuelos de Ciudad Guatemala a Flores los precios ya eran prohibitivos.

DÍA 11.- FLORES - EL PETÉN - TIKAL

Hemos llegado a El Petén sobre las 06h de la mañana y aunque he podido ir durmiendo en el trayecto a causa del cansancio acumulado no puedo decir que haya sido un viaje muy cómodo, aunque por 40$ que cuesta el trayecto no se puede pedir mucho más, eso si, no acabo de encontrarme muy bien porque tengo dolor de estómago, no sé si es porque estoy incubando algún virus, he comido algo en mal estado o lo que sospecho es que puede ser el agua que bebí ayer en mi alojamiento de Antigua antes de que vinieran a buscarme ya que no era embotellada y no me gustaba el gusto que tenía. Sea lo que sea hoy me ha dejado bastante chof y todavía tengo todo el día por delante, pero me siento bastante débil y no es normal en mi.


Como es de esperar a estas horas está todo cerrado y no se ve ni un alma por la calle, voy en busca de una cafetería o algo para desayunar pero es imposible, así que con la mochila a cuestas me dispongo a visitar este pequeño pueblo donde lo más interesante se puede ver en un par de calles o pasear a orillas del pequeño lago Petén Itzá. Este lugar es bastante frecuentado por los viajeros que quieren visitar Tikal pero no se quieren gastar mucho dinero en el alojamiento, así que deciden pernoctar en El Petén, Santa Elena o en El Remate, mucho más económico que dentro del recinto de Tikal.




Mi alojamiento de hoy está dentro del Parque Arqueológico de Tikal pero antes de llegar quisiera visitar las ruinas del Parque Nacional de Yaxhá, ubicado a 130 kms de donde me encuentro, aunque he llegado con nada cerrado y a la aventura. Después de pasear y acabarme el pueblo pregunto en un par de agencias que están abriendo sobre el transporte para llegar allí, como voy solo y no hay más turistas todos me piden lo mismo, 300Q por llevarme (aparte la entrada) dos horas de espera y la vuelta, así que me niego a pagar 40 € por un trayecto de un par de horas cuando el trayecto desde Ciudad de Guatemala hasta aquí me ha costado menos.

Como sigo encontrándome mal y necesito un baño urgente decido presentarme en mi alojamiento de El Petén donde tengo reserva para mañana cuando acabe de visitar Tikal, les explico que tengo una reserva y que necesito un baño al que muy amablemente me dejan entrar y donde mis sospechas se hacen realidad, ya que no paro de vomitar. Como no puedo continuar así y me niego a ir al médico, decido prescindir de visitar Yaxhá porque quiero estar en condiciones de visitar Tikal mañana, así que allí mismo en el hotel pregunto cuanto me cuesta un shuttle para que me lleve a mi alojamiento de Tikal, me dicen que el precio es cerrado y con unos horarios estipulados y que cuesta 75Q ida y vuelta (no llega a 10 €) así que me parece un precio correcto y les pido que el próximo shuttle pasen a buscarme por el hotel a recogerme mientras espero allí sentado con el aire acondicionado y el wifi.

Media después pasan a buscarme y nos ponemos en marcha, hay poca gente y me acomodo en la minivan medio muerto en un trayecto de una hora y media aproximadamente hasta que llegamos a las taquillas del complejo donde hay que comprar las entradas para acceder dentro del recinto arqueológico. Es importante llevar el pasaporte con vosotros porque os lo van a pedir a la hora de comprar el ticket, pero lo más importante de todo es que solamente se puede pagar en quetzales o dólares, no es posible pagarlo en otra moneda extranjera ni tampoco con tarjeta de crédito, solamente en efectivo. A partir del 2019 existe la posibilidad de comprar tu entrada antes de llegar al recinto arqueológico a través de cualquier sucursal de Banrural, así que me parece una muy buena idea para llevarlo todo cerrado antes de llegar y no llevarse ninguna sorpresa de última hora.

Existen diferentes modalidades de tickets, que son las siguientes:

* 150Q por persona si se llega antes de las 15:30h como es mi caso (son las 11h de la mañana) y te da derecho a visitar el recinto arqueológico de Tikal durante ese día o si estás alojado dentro de Tikal como es mi caso, empezar a visitarlo mañana. Os recuerdo que el recinto cierra a las 18h de la tarde.

* 100Q por persona si se quiere visitar solamente el atardecer o el amanecer desde lo alto del Templo IV, aparte del ticket habitual anterior.

* 150Q por persona si se llega después de las 15:30h y te alojas dentro de Tikal, en este caso tienes derecho a visitar el atardecer ese mismo día y visitar todo el recinto de Tikal al día siguiente hasta las 18h de la tarde. Había leído antes de llegar a Guatemala que en caso que te alojes dentro de Tikal y llegues después de las 15:30h se debería pagar 250Q por persona, es decir, 150Q de la entrada normal más 100Q para contemplar el atardecer aunque no quisieras ir. Por mi experiencia personal puedo decir que no es así, ya que yo me he alojado dentro del recinto de Tikal y solamente he pagado 150Q (e incluso he visitado el atardecer gratuítamente sin pagar los 100Q de entrada, pero eso lo explicaré más adelante).

Como os decía antes, normalmente la gente se aloja en El Petén o El Remate que es mucho más económico y después contratan un tour en el hostel o en cualquier agencia de allí para visitar Tikal, donde se tienen que meter la paliza de madrugar mucho porque el trayecto son dos horas de ida y otras dos horas de vuelta, así que mi recomendación es que si podéis y reserváis con tiempo, hagáis el esfuerzo de alojaros dentro del recinto de Tikal, ya que no es muy caro (mi alojamiento es el Jungle Lodge Hotel Tikal) y me costó apenas 40 € (el más caro de todo el viaje) pero no me arrepiento de nada, ya que tener Tikal para ti solo por la mañana antes de que lleguen los turistas no tiene precio.

Después de pagar mi ticket nos ponemos de nuevo en marcha donde 20 minutos después nos dejan en la entrada del recinto arqueológico de Tikal, confirmo los horarios con el conductor para mañana volver después de mi visita y me voy en busca de mi alojamiento, que se encuentra a 100 metros de la entrada principal. Son prácticamente las 12h del mediodía y el check in no es hasta las 15h de la tarde, pero les explico al personal de recepción que no me encuentro bien de salud y que si me pueden dar la habitación antes, así que no ponen problemas y me dejan acceder. Me dan una habitación muy bonita delante de la piscina, lo único malo es que los baños están fuera de la habitación y son compartidos, pero no me importa. Al poco rato llaman a mi puerta y es el director del hotel preocupándose por mi estado de salud y me dice que le acompañe hasta el restaurante que está al lado y me sirven una infusión de pimienta que me dice que me hará sentir mejor, por supuesto que no me deja pagarla y me voy a mi habitación a descansar un rato donde caigo rendido.

Después de un descanso de unas horas y encontrándome un poco mejor decido salir a dar una vuelta por los alrededores de la entrada principal de Tikal donde no hay prácticamente nada, solamente un pequeño museo que está cerrado, tres tenderetes en forma de restaurante y dos tenderetes donde venden souvenirs, pero almenos me ha venido bien para que me toque un poco el aire y despejarme.


Me acerco a la entrada principal de Tikal donde hay cuatro personas allí controlando la barrera rudimentária que tienen y las entradas mientras salen los últimos turistas de visitar Tikal y entran cuatro gatos para presenciar el atardecer y me pongo a charlar con ellos mientras nos fumamos un cigarro, compartir el idioma es toda una ventaja a la hora de hacer bromas y pegarnos unas risas, y les comento que mañana voy a visitar Tikal bien pronto porque estoy alojado en el Jungle Lodge pero que hoy he llegado enfermo y no pensaba recuperarme tan pronto y por eso no he comprado el ticket para contemplar el atardecer (allí no venden tickets, solamente donde estuve esta mañana a 20 minutos en coche) así que no sé si es porque les caí bien o les di pena pero me dijeron que no dijera nada a nadie y me dejaron pasar sin pedirme nada de dinero, así que no me lo pensé dos veces y me metí para adentro empezando a recorrer todos esos maravillosos senderos con el único sonido del aullido de los monos y cruzándome con algún coatí. Como tenía poco tiempo me fui directamente al Templo IV ya que no quería perderme el atardecer ni volver tarde porque me he dejado el frontal y el agua en el hotel y no quiero volver completamente a oscuras.



Una vez allí arriba apenas hay turistas y no puedo evitar emocionarme ante lo que tienen mis ojos delante, tanto tiempo soñando en estar aquí que se había vuelto ya como una pequeña obsesión y más cuando el año pasado tuve que cancelar todo este viaje por temas personales. Sin duda alguna es un sueño cumplido y a día de hoy puedo decir que es uno de los mejores destinos que he pisado en mi vida, y eso que ya van unos cuántos. Sin poder cerrar la boca y sin apenas pestañear no puedo dejar de disfrutar del momento en esa inmensidad de la selva y en pleno silencio como es Tikal, un lugar mágico!!

Es hora de finalizar la visita si quiero volver vivo a mi hotel antes de que oscurezca, ya que voy sin linterna, sin agua con la humedad que hace allí y sin repelente de mosquitos donde te comen vivo, pero es que no tenía pensado llegar hasta aquí y más después de las condiciones tan lamentables con las que he llegado esta mañana, así que quiero recuperarme del todo para mañana seguir disfrutando.

De vuelta por los senderos de Tikal prácticamente solo y sin mapa, acelerando de cada vez el paso respiro tranquilo cuando veo la barrera y la garita de la entrada principal, paso a saludar a los chicos y darles las gracias por todo y me despido de ellos hasta mañana que vuelva al recinto. Ya en mi habitación me meto una buena ducha y me voy al restaurante del hotel a cenar aún sabiendo que es más caro que los tenderetes de fuera, pero después del favor que me hicieron esta mañana dejándome acceder a mi habitación tres horas antes de lo permitido sin cobrarme nada y de que se hayan preocupado tanto por mi todo el personal, lo mínimo que puedo hacer es cenar allí. Todos siguen preocupándose por mi, sobretodo el Sr. Antonio, que es el director del hotel, que no duda en aconsejarme qué debo cenar y beber para acabar de recuperarme del todo. Siempre les estaré eternamente agradecido a todo el personal, un 10 para todos ellos como anfitriones y saber cuidar a sus huéspedes con profesionalidad y amabilidad.

DÍA 12.- TIKAL - EL PETÉN

Después de haber descansado estupendamente toda la noche y despertarme sin rastro de mis problemas de salud del día anterior, hoy toca la visita en profundidad de la estrella del viaje, el día señalado en rojo para visitar el recinto arqueológico maya de Tikal, así que toca pegarse un buen madrugón antes de que lleguen los autobuses de turistas, así que a las 04:30h de la mañana ya estoy arriba, desayuno en la habitación algo que compré ayer porque el restaurante no abre hasta las 06h y es muy tarde para mi, cargo en la mochila con todo el equipo fotográfico y abundante agua (dentro hace mucha humedad y conviene estar muy hidratado, aunque dentro hay lugares donde venden bebida) y poco antes de las 05:30h salgo por la puerta de mi habitación con una mezcla de nervios y emoción, igual que otras veces me ha pasado como cuando visité el Machu Picchu en Perú, Petra en Jordania o el Taj Mahal en India, por poner solamente algunos ejemplos.

Si no pretendes ver el amanecer en Tikal (viendo el atardecer el día anterior ya tenía más que suficiente) se puede acceder al recinto a partir de las 05:30h de la mañana que es lo que hice yo, así que coincidí en la garita con los dos chicos catalanes que iban en mi vuelo de Barcelona y que nos conocimos en el aeropuerto de México, entregamos nuestros tickets y recorrimos el primer sendero juntos mientras nos ponemos al día de nuestros respectivos viajes por Guatemala, hasta que poco después nos separamos por senderos diferentes aunque más tarde nos volveremos a encontrar.

Os recomiendo que la visita a Tikal os la toméis con calma porque hay mucho que ver, hace mucha humedad y hay que caminar mucho, y sobretodo hay que hidratarse mucho. Este sería el plano del recinto, es posible visitarlo todo en un día como hice yo pero también os digo que es mucha paliza y muy cansado.


No voy a explicar todo lo que visité detalladamente porque sino no acabaría nunca y eso va en función del tiempo que tenga cada uno y el tiempo que le quiera destinar a Tikal, ya que no a todo el mundo le gusta la historia o la arqueología y les puede saturar bastante ver tantas "piedras", o depende del estado de forma de cada uno porque en Tikal solamente se llega a los sitios interesantes caminando, o hay otros turistas como pude comprobar que solamente van a Tikal para subir al Templo IV, cambiarse de ropa y secarse el sudor para hacer postureo y salir monas en las fotos con todo tipo de posturitas solas y en grupo sin respetar a nadie de los que están allí, volverse a cambiar para ponerse el chándal y hacerse una coleta y salir zumbando de allí. Esta historia no me la he inventado, sino que fui testigo y pude presenciarlo con mis propios ojos como un grupito de chicas alemanas que llegaron arriba del Templo IV con la lengua fuera y sudando, se pusieron sus vestiditos o pantalones cortos sexys, se secaron el sudor con una toalla que traían en la mochila y se maquillaron para ponerse guapas para las fotos, y poco después parecía aquello una pasarela de modelos y una sesión de fotos de cada vez más esperpéntica, hasta que finalmente se me acabó la paciencia y empecé a chafarles las fotos porque yo había madrugado para fotografiar y disfrutar de aquel maravilloso lugar, no para aguantar como unas niñatas hacian las gilipollas para después ver quién tenía más likes en su foto de Instagram... si es que este mundo se nos va a la mierda y estoy en una edad donde me cuesta mucho aguantar según qué cosas y gilipolleces, será que soy un tio raro o que ya estoy bastante quemado de tantas tonterías!!

Volviendo de nuevo a la visita al recinto de Tikal os recomiendo dedicar una jornada entera para explorar este maravilloso recinto arqueológico maya, pero si no tenéis mucho tiempo o estáis muy cansados, y siempre bajo mi punta de vista personal, os recomiendo visitar solamente los siguientes:

- La Gran Plaza.
- Templo I (Gran Jaguar).
- Templo II (Mascarones).
- Templo III (Sacerdote Jaguar).
- Templo IV (Serpiente Bicéfala, el más visitado de todos).
- Templo V (el más bonito personalmente).
- Templo VI (Inscripciones).
- Acrópolis Sur (Plaza de los Siete Templos).
- El Mundo Perdido (al lado de la Gran Plaza).
- Complejo P.

Aunque insisto, si puede ser mejor visitarlo todo porque merece mucho la pena. Una última recomendación es que si entráis muy pronto a Tikal no vayáis directamente al Templo IV porque las vistas desde arriba son totalmente nulas a causa de la bruma y la niebla (os lo digo por experiencia ya que tuve que volver dos veces), así que mejor visitar otras partes de Tikal e ir al Templo IV a partir de las 9h de la mañana donde la niebla ya habrá desaparecido.

























Después de recorrer prácticamente todo el complejo arqueológico de Tikal salgo más que satisfecho de mi visita con una gran sonrisa en la cara, y es que me he quedado flipando con todo lo que he visitado, aunque estoy reventadísimo y para el arrastre. Son las 13h cuando paso por la garita principal de Tikal, es decir, he empleado prácticamente casi 8 horas en la visita y si no fuera porque tengo que hacer el check out en el hotel me hubiera quedado más tiempo. De nuevo en mi alojamiento y aunque ya ha pasado la hora de hacer el check out les digo a los chicos que recojo mi mochila de la habitación pero aprovecho para ducharme y cambiarme de ropa en los baños que están fuera y no me ponen problema alguno, así que cuando acabo les dejo mi mochila en consigna y me voy a dar una pequeña vuelta por fuera para comprar algún souvenir en los tenderetes y aprovechar para comer (35Q) antes de irme para Santa Elena.




La verdad que la comida no me entusiasma mucho y menos después de leer la prensa del día, donde las 50 primeras páginas son sobre sucesos, homicidios y asesinatos ocurridos en Guatemala durante esos días y la verdad es que a uno se le quita las ganas de comer leyendo según que cosas.

Vuelvo para mi alojamiento a recoger mi mochila y despedirme de todo el personal por el buen trato recibido y por haberse preocupado de mi durante los dos días que he estado aquí, me despido también de los chicos de la garita de la entrada a Tikal y me voy a esperar a la minivan que me lleve a El Petén que sale a las 16h de la tarde, con la sorpresa que por el camino me encuentro a la pareja con las que compartí taxi cuando llegué al país y que me volví a encontrar en Panajachel, nos fundimos en un abrazo y hablamos un rato hasta que llega mi transporte, ya que ellos han llegado hoy para visitar Tikal mañana, una lástima no haber coincidido más tiempo juntos por un día de diferencia, pero ya no nos veremos más porque ellos después de Tikal se vuelven para Ciudad de Guatemala para coger su vuelo de vuelta a casa y a mi todavía me quedan unos días por el país. Lo mejor de los viajes siempre es conocer personas maravillosas y esta pareja lo son.

El trayecto desde Tikal a Santa Elena es un poco tostón y estoy molido, me quedo un rato dormido hasta llegar a El Remate donde hace una parada para que bajen viajeros y los demás continuamos hasta nuestro destino final, donde ya me conozco el pueblo de cuando estuve ayer y en dos minutos llego a mi alojamiento, hoy hay otro chico en recepción que no conozco y hago el check in y me voy a dar una pequeña vuelta antes de que caiga la tarde, con tal mala suerte que me tengo que volver más pronto de lo que me pensaba porque ha empezado a diluviar con ganas, almenos no me ha estropeado mi visita a Tikal, que es lo más importante.


Después de estar un rato en la habitación descansando y viendo que no deja de diluviar, me arriesgo a salir un momento a la calle para ir a un supermercado que tengo a 200 metros del alojamiento para comprar algo de bebida y de picar, ya que no voy a salir a cenar porque he comido tarde y no tengo mucha hambre y es más cansancio y acabar de recuperarme del todo que de comer, así que vuelvo poco después empapado de agua y me tumbo un rato en una hamaca de una terraza techada comunitaria del alojamiento compartiendo conversación con otros viajeros hasta que mi cuerpo no puede más y me retiro a dormir, que mañana me espera otro día largo de traslados.

DÍAS 13-15.- CAYO CAULKER (BELIZE)

Después de madrugar de nuevo, a las 08h de la mañana pasa a recogerme mi transfer para llevarme a un nuevo país para desconectar y descansar un par de días en Cayo Caulker, Belize. Los siguientes días no hay mucho que explicar entre paseos, descansos, playa, comer bien y relajarme leyendo al lado del mar, no suelo hacer este tipo de viajes porque tengo la playa al lado de mi casa y no soy nada de este tipo de turismo pero después de dos semanas sin parar entre madrugones, desplazamientos largos e incómodos, no dormir bien y estar agotado de tanto caminar (sobretodo en Tikal) y viendo en el horizonte el final del viaje (me queda una semana aproximadamente) la verdad que este par de días desconectado me ha sentado de maravilla para volver a reponer fuerzas, aunque los precios son mucho más caros que su vecina Guatemala y Honduras.











DÍA 16.- EL PETÉN - LANQUÍN - SEMUC CHAMPEY

Después de llegar ayer noche de nuevo al alojamiento de El Petén con el tiempo justo para meterme en la cama, hoy madrugo de nuevo para afrontar la recta final del viaje, así que espero a que llegue mi shuttle para trasladarme a Semuc Champey, penúltima parada de mi viaje antes de llegar a Antigua. En la minivan solamente vamos 3 australianos y yo, el trayecto desde Flores hasta Coban en teoría debería ser tranquilo y relajado, pero como suele pasar en Guatemala, el estado de las carreteras lo complica todo y nunca hay que dar nada por hecho hasta que se llega a destino.

En este caso al llegar a la población de Sayaxché la carretera queda cortada porque hay que atravesar el rio Pasión a través de una balsa grande de vehículos que es una especie de ferry donde esta pequeña y rudimentaria plataforma va haciendo trayectos llevando unos 10 vehículos como máximo por trayecto, así que se forman allí unas colas alucinantes. Lo mejor sería construir un puente para cruzar el rio pero me explican la gente del pueblo que el Gobierno de Guatemala se niega a construirlo porque así pueden seguir cobrando por cada vehículo que cruza con el transbordador, aunque para eso tengamos que esperar cerca de dos horas de retención con un calor insoportable, que aprovecho para bajarme de la minivan y charlar con los lugareños.






Finalmente nos toca a nosotros, volvemos a subir a la minivan y el remontador nos lleva al otro lado del rio, en total habremos tardado dos minutos en total. Como llevamos mucho retraso acumulado nuestro conductor pone la directa hasta llegar a Cobán, casi 4 horas después, donde hacemos una parada para poner gasolina y nos deja 20 minutos de tiempo delante de un Mc Donald's de un centro comercial por si queremos aprovechar para comer, así que lo hago (38Q) porque barrunto que vamos a llegar bastante tarde a Semuc Champey y allí las opciones no serán muy amplias para cenar.



El siguiente trayecto desde Cobán a Lanquín se hace más pesado porque transcurre por una carretera de montaña llena de curvas, sin asfaltar y bastante incómoda y que por momentos tengo que cerrar los ojos para no ver el panorama que hay fuera, ya que las carreteras son tan estrechas que al mínimo fallo nos podemos caer por algún terraplén con bastante altura, así que prefiero no mirar, incluso poco antes de llegar a Lanquín tenemos que parar porque ha habido un accidente y un coche ha caído hacia abajo y el resto de personas que venían detrás están ayudando a socorrer a las víctimas antes de que llegue la policia.

Finalmente llegamos a Lanquín sobre las 18h de la tarde, nos dejan en una pequeña explanada que funciona como estación de autobuses aunque sin señalizar ni nada, me despido de los australianos y el conductor me dice que me espere allí que en cualquier momento vendrá a buscarme el transfer de mi alojamiento Hostel El Portal para subirme hacia arriba, ya que es el único alojamiento que hay en Semuc Champey y se encuentra a 45 minutos de Lanquín, y solamente se puede llegar en vehículos 4x4 porque el camino es bastante jodido. Después de esperar 30 minutos y que no apareciera nadie me meto en un pequeño tenderete a tomarme algo y la dueña se ofrece a llamar al alojamiento para recordarles que todavía sigo aquí esperándoles, y finalmente los del alojamiento responden que no me mueva de allí porque están a punto de llegar otros viajeros y vendrán a buscarnos para aprovechar el viaje. Finalmente vienen a buscarnos a las 20h de la tarde y cuando ya es de noche, he estado esperando dos horas allí tirado en un pueblo que no tiene nada y estoy bastante mosqueado, nos subimos a una camioneta descubierta y sin asientos unos cuantos viajeros y empezamos a subir por un camino lleno de estrechas curvas y piedras, además al poco de empezar el trayecto empieza a diluviar y el conductor nos pone una lona por encima que tiene un montón de goteras y nos estamos calando de agua, pero cualquiera molesta al conductor que bastante tiene ya con conducir por allí en esas circunstancias y totalmente a oscuras. A mi lado va una niña de unos cinco años que ha salido del colegio y vuelve para su casa y como no quiero que se moje mucho la abrazo contra mi y le pongo una camiseta por encima que he sacado de mi mochila para que no llegue muy empapada. Finalmente después de unos 45 minutos que me han parecido eternos y en los que he pasado un poco de miedo por momentos porque nos hemos metido en una camioneta como cerdos, a oscuras todo el viaje, diluviando y sin ningún tipo de seguridad.

Llego a recepción y le meto una bronca de campeonato a la recepcionista por tenerme tirado dos horas allí esperando, así que para apaciguar un poco los ánimos y compensar un poco el mal trato dispersado me dan un bungalow superior y esa noche me invitan a cenar. A pesar de empezar con mal pie solamente puedo tener buenas palabras para este alojamiento, ya que el personal me ha tratado genial y han estado pendientes en todo momento en que estuviera cómodo allí, no me ha faltado de nada, las instalaciones y la ubicación son maravillosas y vale la pena todo el sacrificio en llegar hasta aquí, y sobretodo la comida que sirven en su restaurante es la mejor que he comido en todo el viaje, la única pega que le pongo es que solamente se puede pagar todo en efectivo porque no aceptan tarjetas de crédito ni hay cajeros, así que ser previsores antes de llegar hasta aquí.

No ha dejado de llover en toda la noche, así que después de cenar me retiro a mi habitación a leer un rato y a descansar, que mañana toca visitar uno de los lugares naturales más maravillosos del mundo, Semuc Champey.

DÍA 17.- SEMUC CHAMPEY

Hoy no voy a madrugar mucho porque las pozas naturales de Semuc Champey las tengo prácticamente a 50 metros del alojamiento y aparte de esto no hay nada más que hacer aquí, que no es poco. Desayuno tranquilamente en el alojamiento y preparo la mochila para empezar la visita, es como si fuera a la playa pero en el rio Cahobón de aguas turquesas, así que aparte del bañador y la toalla os recomiendo que llevéis zapato cerrado y no solamente chanclas por si queréis subir hasta arriba del todo que hay un mirador con unas vistas fantásticas de Semuc Champey, aunque desgraciadamente el camino para llegar hasta él no es fácil y mucho menos si ha estado toda la noche lloviendo, ya que está bastante resbaladizo todo y con unas chanclas es imposible caminar por allí si no quieres matarte. La ascensión al mirador te puede llevar unos 40 minutos aproximadamente.







La entrada para Semuc Champey cuesta 50Q por persona y solamente se puede pagar en efectivo, como la mayoria de atractivos turísticos de Guatemala. Para bajar del mirador también hay que tener mucho cuidado porque con el suelo tan resbaladizo puedes patinar y caerte como me pasó a mi, aunque por suerte sin consecuencias más allá de llenarme la ropa de barro. Al lado de las pozas y de la entrada principal hay unas taquillas con llaves para dejar tus pertenencias personales o tu mochila, aunque yo preferí llevarla conmigo en todo momento sin quitarle ojo mientras estaba dentro del agua, y así transcurre el día en este maravilloso lugar, bañándome en sus diferentes pozas mientras charlo con otras familias que han venido a pasar el día aquí o con otros viajeros, sobretodo con Eva, una chica catalana con la que he coincidido allí y que se ha convertido en una de mis mejores amigas a día de hoy.
















A las 17h de la tarde damos por finalizada la visita a Semuc Champey desde las 09h de la mañana que he entrado, pero estaba muy agusto allí con Eva y una pareja francesa y el tiempo se nos ha pasado volando allí a remojo, así que nos despedimos y yo me vuelvo a mi alojamiento que lo tengo al lado y ella tiene que coger un taxi para llegar al suyo, a medio camino entre Semuc Champey y Lanquín. De vuelta a mi alojamiento aprovecho para ducharme y cambiarme de ropa y me voy para el restaurante donde a partir de las 18h empieza el happy hour de 2x1 en consumiciones mientras charlo con otros viajeros que nos juntamos allí después de un largo día relajado en aquel maravilloso entorno natural.


Aprovecho para cenar pasadas las 20h de la tarde porque aquí poco más se puede hacer aparte de relajarte, hablar con la gente o leer, porque por no haber no hay ni wifi ya que el internet no llega hasta aquí, cosa que por un lado se agradece bastante, aunque al día siguiente me llevé una gran sorpresa.

Sobre las 22h de la noche me retiro a mi habitación donde aprovecho un rato de lectura en la cama, recojo mi mochila y lo dejo todo preparado ya que mañana me toca madrugar de nuevo para coger mi shuttle a las 08:30h de la mañana en Lanquín para volver a Antigua, mi última etapa del viaje.

DÍA 18.- SEMUC CHAMPEY - LANQUÍN - ANTIGUA

A las 07:30h de la mañana ya estoy en recepción pagando mi cuenta de estos días (148Q), me despido de su maravilloso personal que tan bien me han tratado estos días a pesar del incidente inicial, y al poco llega el shuttle que me tiene que llevar para Lanquín, que por cierto el alojamiento no me cobra a pesar de costar 10Q por trayecto. Llegamos de nuevo a la plaza del pueblo 40 minutos después y allí está lleno de gente a estas horas para coger sus respectivos shuttles, muchos van para Flores para visitar Tikal (como Eva y la pareja francesa a la que me vuelvo a encontrar), otros tiran para otros puntos del país y otros como yo nos dirigimos hacia Antigua, donde nos espera una larga jornada de trayecto para recorrer prácticamente 300 kms en total.

En la minivan vamos unas 10 personas y hacemos una parada en Cobán para dejar algún viajero y hacer un pequeño descanso de 10 minutos en un hotel muy bonito, así que aprovechando el wifi me encuentro tropecientos mil mensajes de amigos preocupándose por mi, y es que durante mi estancia en Semuc Champey donde no tenía cobertura ha habido un par de terremotos bastante fuertes en la vecina México y por eso todo el mundo estaba preocupada, así que después de dar noticias tranquilas a la familia para que no se preocupasen, hemos continuado nuestro camino hasta Antigua, haciendo otra parada horas después en un área de servicio para ir al baño y comer algo, y lo peor ha sido de nuevo entrar en Ciudad de Guatemala donde había que dejar a un par de viajeros, ya que al caer la noche la ciudad da muchísimo respeto viendo ese panorama por las calles y viendo todos los comercios custodiados por vigilantes de seguridad con metralleta en mano y sobretodo atravesar la ciudad con su caótico tráfico, hasta que finalmente llego a mi alojamiento de Antigua a las 21h de la noche, prácticamente 12 horas después de salir de Lanquín y para recorrer 300 kms.

Saludo al personal del Hotel Las Piletas que son muy hospitalarios también y me voy para mi habitación donde me han dejado preparado mi equipaje que les dejé en consigna antes de irme para Flores, todo un detalle por parte de esta gente. Sin tiempo que perder me voy en busca de algún sitio para cenar siguiendo las recomendaciones de seguridad de los chicos y acabo de nuevo en el Domino's Pizza de la semana pasada (35Q) donde ceno bastante bien de nuevo.


Me paro a comprar agua en una tienda en la misma calle de mi alojamiento (5Q) y me vuelvo para mi alojamiento, ya que las calles están bastante solitarias a estas horas y con la gente que me cruzo no me gustan nada, ya que las calles están oscuras por falta de iluminación y con la gente que me cruzo llevan puesta en la cabeza la capucha de sus sudaderas y me dan muy mal rollo, así que más vale prevenir y mañana será otro día, ahora toca descansar un poco sin saber todavía que mañana me tocará una de las excursiones más duras que jamás he realizado.

DÍA 19.- ANTIGUA GUATEMALA

A las 05:00h de la mañana ya estoy en pie porque una hora después debo estar en recepción para que pasen a buscarme para hacer el trekking al Volcán Pacaya, con una altitud de 2552 metros y ubicado en San Vicente Pacaya, a 48 kms aproximadamente de Antigua. La verdad es que me encuentro cansado de tanto tute pero hoy es mi último día en el país y no quiero despedirme sin poner la guinda a este maravilloso viaje y país como es la ascensión a uno de sus volcanes.

Un rato después ya me voy para recepción donde estoy conversando con dos chicas mexicanas que están alojadas aquí y que están visitando la ciudad y poco después llega mi shuttle, donde nos van recogiendo por varios hoteles de Antigua hasta llegar a la Plaza Central (apenas a 5 minutos caminando de mi alojamiento) y allí nos pasan a un bus más grande (de saberlo hubiera ido directamente hacia allí en vez de estar 40 minutos dando vueltas dentro de una furgoneta) y de seguida partimos hacia San Vicente con el bus completamente lleno.

Hora y media más tarde llegamos, nos asignan a nuestros guias que nos acompañarán y nos van dando instrucciones para el ascenso y como comportarse una vez allí arriba. Este tour lo ofrecen en cualquier agencia de Antigua o en cualquier alojamiento y tiene dos horarios, a las 06h de la mañana o a las 14h de la tarde, y dado que hoy es mi último día y la tarde la quiero aprovechar para otros asuntos yo decidí hacerlo en el turno de la mañana, aunque dicen que el de la tarde es mejor porque se puede observar el atardecer desde el Pacaya. Lo primero que hacemos es comprar el ticket que cuesta 50Q y que no viene incluido en el precio del tour y nos ponemos en marcha, en total seremos unas 50 personas de todas las nacionalidades e incluso personas mayores que no dudan en hacer la ascensión en caballo, cosa que yo me niego porque las condiciones en las que se encuentran los animales no son las más idóneas.


La subida está contemplada entre 40 minutos y hora y media, según el estado de forma de cada uno, y aunque el primer tramo no reviste mucha dificultad porque prácticamente no se asciende mucho, si es cierto que a partir de ahí la cosa se complica muchísimo porque el suelo está muy resbaladizo por culpa de las lluvias, hay muchas piedras y mucha lava y es díficil coger el ritmo entre tanta gente que somos y encima los caballos por allí en medio y cada 15 minutos tenemos que parar porque los guias necesitan explicar algo. A partir de la mitad de la ascensión me entra una pájara y a mi cuerpo le cuesta seguir el ritmo, de cada vez me voy quedando más atrás y eso que unos chicos de Sudáfrica y una pareja de San Francisco deciden quedarse conmigo junto a una de las guias para que no me descuelgue mucho pero me fallan las fuerzas, soy consciente que mi estado de forma no es el más óptimo pero en otros viajes siempre lo he intentado todo y lo he conseguido pero hoy no puedo más, quizás el cansancio acumulado de todo el viaje, el hecho de no desayunar hoy ni llevar agua, el estado del terreno,... se me ha juntado todo y necesito parar, así que le pido a los chicos que sigan sin mi y que ya nos veremos arriba, pero la guia decide quedarse conmigo porque está prohibido dejar a cualquier persona sola en plena ascensión por temas de seguridad.

Después de recuperar un poco las fuerzas y de rechazar varias veces subir a caballo, saco fuerzas de donde no hay y voy subiendo a mi ritmo hasta llegar 15 minutos después de la mayoria del grupo, ya que algunos incluso se quedaron detrás mio. Lo primero que hago al llegar es tumbarme un rato en el suelo para acabar de recuperarme y cuando ya estoy medio consciente de nuevo empiezo a disfrutar de aquel maravilloso lugar y sus fantásticos paisajes.











Después de un rato allí arriba disfrutando toca la bajada que para mi no tiene nada que ver, y aunque hay que tomar muchísimas precauciones para no resbalar y caerse, en este caso fui bajando mientras conversaba con una chica colombiana y con los sudafricanos y 40 minutos después ya estábamos en la entrada principal llegando de los primeros, donde lo primero que hago es ir hasta una garita a comprar una coca cola (8Q) para meterme un chute de azúcar después de todo el esfuerzo realizado, y es que no esperaba para nada sufrir tanto como lo he hecho hoy.

A las 13h nos despedimos de los guias y subimos para el bus donde me paso todo el trayecto conversando con la pareja de San Francisco (ya sabéis que es mi ciudad favorita y siento debilidad por ella) y pasadas las 14h de la tarde nos dejan de nuevo en el centro de la ciudad, donde aprovecho para ir al banco a cambiar algo más de dinero para pagar mi alojamiento y las últimas compras e ir a comer al restaurante La Canche (6a Avenida Norte) donde preparan un pepián con caldo de res que resucita a cualquier muerto. El lugar es sencillo y acogedor pero la comida es muy buena y barata.

Finalizada la comida me vuelvo un rato a mi alojamiento a meterme una ducha y descansar un poco que estoy muy cansado y a las 17h vuelvo a salir de nuevo, donde aprovecho para despedirme de la ciudad, hacer las últimas compras en el Mercado del Carmen que se celebra los fines de semana (78Q), volver al Nim Pot´ a despedirme de mi amigo indígena como le prometí y de vuelta a mi alojamiento a dejar las compras antes de volver a salir a cenar.







Mi última cena en Guatemala no podía ser otro sitio que donde empezó todo y tan agusto me he sentido todas las veces que he ido a comer allí, el famoso Rincón Típico en la 3ª Avenida Sur, donde ya me conocen y no dudan en apañarme rápido una mesa disfrutando por última vez de los sabores de Guatemala (30Q) que a pesar de darme un buen susto en forma de diarrea viajera el día que llegué, no he vuelto a tener ningún problema más y he disfrutado muchísimo de su gastronomía.



Toca volver a mi alojamiento con la díficil misión de volver a hacer todo mi equipaje e intentar meter toda la ropa y todas las compras que he podido realizar, así que me lleva bastante trabajo pero con mucha paciencia y precisión finalmente lo consigo. Dejo todo recogido y me voy a dormir por última vez, en un rato me espera el último madrugón y un largo viaje hasta llegar a casa.

DÍA 20.- ANTIGUA - CIUDAD DE GUATEMALA - MÉXICO D.F.

A las 06:00h de la mañana ya estoy en pie de nuevo porque he quedado con los del transfer al aeropuerto que pasarían a recogerme a las 07:30h por mi alojamiento ya que mi vuelo sale a las 12:40h del mediodía, a priori tiempo más que suficiente ya que el siguiente transfer era a las 09:30h y lo encontraba demasiado justo, más teniendo en cuenta que tenemos que cruzar toda la capital para llegar al aeropuerto y los atascos que se forman son de campeonato y no quiero arriesgarme.

Pago mi cuenta en el hotel (486Q) y dejo mi equipaje allí, y como todavia tengo algo de tiempo no quiero irme sin despedirme de nuevo del Arco de Santa Catalina y la Plaza Central, totalmente vacía a estas horas de la mañana. Antigua es una de las ciudades más bonitas que he conocido en mi vida.



Vuelvo a mi alojamiento y después de esperar un rato, y 20 minutos después de la hora acordada, llega mi transfer a recogerme, soy el último en subir y va totalmente lleno, así que me toca atrás del todo apretadísimo y apenas sin poder respirar, almenos tengo la ventanilla al lado que no dudo en abrir para sacar la cabeza de vez en cuando y poder respirar. Es increíble como aprovechan el espacio de los transportes esta gente, encima que no hay más asientos tengo que llevar encima de mis piernas la mochila hasta el aeropuerto. Con gran pena dejamos Antigua, mientras miro por la ventanilla me vienen cientos de recuerdos maravillosos que he pasado estos días y sobretodo me quedo con la cantidad de conversaciones y personas maravillosas que he conocido en estos tres países.

Tal y como intuía nos tenemos que chupar una buena retención en Ciudad de Guatemala y finalmente llegamos al aeropuerto cerca de las 10h de la mañana, menos mal que fui previsor y decidí escoger este horario del transfer porque con el siguiente hubiese tenido muchos problemas. Solamente bajar me pongo a estirar un rato las piernas después de más de dos horas sin poder moverlas mientras me fumo un cigarro y me meto dentro de la terminal, donde todavia no han abierto la facturación los de Aeroméxico, así que me toca esperar de pie porque no hay ningún sitio para sentarse.

Después de esperar y facturar mi equipaje sin problemas, paso el exhaustivo control de seguridad (incluido llevar el calzado en la mano al pasar por el arco de metales) y puntualmente embarcamos y despegamos llegando al aeropuerto de México a la hora prevista, suerte que tengo una escala de algo más de 3 horas porque hay que volver a pasar un control de pasaportes con unas colas enormes, volver a recoger tu equipaje y ponerlo en otra cinta (para más inri a mi me tocó inspección y me abrieron la maleta delante de un oficial muy amable que incluso me animó a viajar a México pronto, como si no tuviera ganas yo!!) y después de dar una pequeña vuelta por las tiendas del aeropuerto y comprar algo de bebida aprovechando que podía pagar con Visa (ya no me quedaban ni quetzales ni dólares, ni mucho menos pesos mexicanos que nunca llegué a cambiar) de seguida nos pusimos en la fila para embarcar, que una vez más a mi me tocó de los últimos por el simple hecho de viajar solo y encima en la última fila del avión donde los asientos no se pueden reclinar. Menuda vuelta me espera.

La vuelta de México a Madrid transcurre sin incidencias, un trayecto incómodo con asientos pequeños y prácticamente sin separación para las piernas, comida tirando a mala y entretenimiento a bordo muy pobre, y de las azafatas mejor no decir nada. Muy floja me ha parecido Aeroméxico para vuelos transoceánicos, si no llega a ser por la tarifa error que encontré al comprar mi vuelo seguramente nunca hubiera volado con ellos.

DÍA 21.- MÉXICO D.F. - MADRID - BARCELONA

A las 12:30h de la mañana aterrizamos en Barajas, no tengo el transporte de vuelta hasta Barcelona hasta las 19:45h de la tarde porque tengo que aprovechar para hacer unos recados por Madrid, así que cojo el shuttle entre terminales de Barajas desde la Terminal 1 a la Terminal 4S, dejo mi equipaje en consigna (10 €) y me voy en metro hasta el centro de Madrid, donde me paso toda la tarde hasta que a las 18:30h vuelvo de nuevo hasta el aeropuerto, recupero mi equipaje y a las 19:45h y puntualmente sale nuestro bus de Alsa (recordad que tuve que venir en bus por la huelga que había en El Prat del personal de seguridad y finalmente decidí comprar el billete de ida y vuelta), el trayecto se hace bastante pesado aunque se viaje de noche después de todos los madrugones de estas semanas, trayectos, dormir poco y pegarte un vuelo de 15 horas cruzando el charco y con los primeros síntomas del jet lag, así que llegamos a l'Estació del Nord de Barcelona a las 03:45h de la mañana, esperar allí tirado dos horas hasta que saliera el primer tren de cercanías y después otra hora de trayecto hasta llegar a casa, con las fuerzas justas para saludar a la familia, llegar a mi casa, meterme una ducha y aprovechando que hoy no trabajo, meterme en la cama hasta el día siguiente, dando por finalizado este maravilloso viaje a un destino que nunca hubiera imaginado que conocería y que me ha encantado, dejándome con ganas de seguir recorriendo sus países vecinos.

Hasta siempre, Guatemala!!


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