19 de junio de 2020

GEORGIA

















Ubicada entre las aguas del Mar Negro y las montañas del Cáucaso podemos encontrar unos de los destinos más sorprendentes y maravillosos de este planeta cada vez más masificado y turístico, un país fácil para moverse y con una gente de lo más hospitalaria que hará que te sientas a gusto en cada momento durante tu viaje.

La cuna del vino como les gusta denominarse es un tesoro que espera ser descubierto, con una cultura rica con sorprendentes iglesias ortodoxas y monasterios medievales, y sobretodo fantásticos paisajes verdes sobre las montañas del Cáucaso donde hacer senderismo y cualquier actividad al aire libre, y es que una vez que la he visitado puedo afirmar que Georgia es uno de los países más bellos del mundo.


FICHA TÉCNICA DEL VIAJE

FECHA: Agosto - Septiembre 2.019

DÍAS: 10

DOCUMENTACIÓN NECESARIA

Pasaporte con mínimo 6 meses de validez y dos páginas en blanco.

Visado no se necesita para estancias no superiores a 365 días.

OTROS DATOS DE INTERÉS

IDIOMA: El idioma oficial es el georgiano, aunque la mayoría de sus habitantes también hablan el ruso por su pasado soviético.

MONEDA: La moneda oficial es el Lari Georgiano, escrito GEL. En el momento de mi visita el cambio fue de 1 € = 3,25 GEL, aproximadamente. 

TARJETAS: Se puede pagar con tarjetas de crédito en alojamientos, supermercados y restaurantes, no así para pagar el transporte público ni tickets para la mayoria de visitas, así que conviene llevar algo de dinero en efectivo para evitar estas situaciones. 

GUIA DE VIAJE: Mi guia como casi siempre será la Lonely Planet, en este caso la de Georgia, Armenia & Azerbaiyan en su versión inglesa, aunque también está disponible en español.

TELEFONO: Hay cobertura de teléfono en todo el país, así que podéis llevaros el teléfono móvil, aunque lo mejor es comprar una tarjeta SIM con datos y llamadas en el mismo aeropuerto o en cualquier tienda de telefonía que encontraremos sin problemas en la capital y en otras ciudades grandes.  

INTERNET: Prácticamente en todos los alojamientos o restaurantes turísticos disponen de wifi gratuito para sus clientes y que funciona bastante bien.

SEGURIDAD: País bastante seguro donde me he movido por todas las zonas y a cualquier hora del día sin la más mínima sensación de inseguridad, ya que a los georgianos les gusta hacer vida en la calle y siempre hay movimiento de gente hasta altas horas de la noche por la zona de la ciudad vieja, aunque en otras zonas como los alrededores de la estación central hay que extremar las precauciones al caer la noche ya que hay mucha prostitución y mendicidad.

VACUNAS: Ninguna obligatoria pero se recomienda la vacuna de la Hepatitis A y B, y Fiebre Tifoeida.

ELECTRICIDAD: El voltaje es de 220 V y las clavijas y enchufes son del tipo C/F, así que no hace falta adaptador, ya que los enchufes funcionan igual que en nuestro país.

DIFERENCIA HORARIA: En el momento de mi viaje, + 2 horas respecto a España.

RELIGIÓN: La gran mayoría de los georgianos son cristianos ortodoxos, y el 20% restante son católicos, musulmanes sunitas y otras variadas religiones.

CAMBIO DE MONEDA



























La moneda oficial en Georgia es el Lari Georgiano (GEL), una moneda que va fluctúando diariamente y que en el momento de mi viaje se cambiaba entre 3,24 y 3,27 GEL por €uro, todo dependiendo del día y del lugar donde vayamos a cambiar.

Como la entrada al país la hice por via áerea y necesitaba moneda para pagar el transporte público que me llevara al centro de la ciudad, decidí investigar en las dos únicas oficinas de cambio que dispone el aeropuerto y comprobar que es donde obtuve el mejor cambio de toda mi estancia en el país, así que recomiendo hacerlo en una pequeña casa de cambio que se encuentra a la izquierda de la terminal de llegadas del aeropuerto de Tbilisi.

Si llegáis a Georgia de madrugada (muchos vuelos suelen llegar a horas intempestivas) y ya tenéis contratado el transporte con vuestro alojamiento, os recomiendo que cambiéis en la zona de Old Tbilisi, ya que a lo largo de la calle Kote Abkhazi encontraréis decenas de casa de cambio donde obtener vuestros primeros laris georgianos sin apenas mucha diferencia.

EL ITINERARIO DEL VIAJE

Tbilisi - Jvari - Gori - Uplistshike - Mtskheta - Davit Gareja - Ananuri - Gudauri - Kazbegi - Stepantsminda - Kutaisi - Svaneti - Mestia - Zugdidi - Tbilisi.






















DÍA   1.-  ESTAMBUL - TBILISI
DÍA   2.-  TBILISI - JVARI - GORI - UPLISTSHIKE - MTSKHETA - TBILISI
DÍA   3.-  TBILISI - DAVIT GAREJA - TBILISI
DÍA   4.-  TBILISI - ANANURI - GUDAURI - STEPANTSMINDA 
DÍA   5.-  STEPANTSMINDA - TBILISI
DÍA   6.-  TBILISI - KUTAISI
DÍA   7.-  KUTAISI - SVANETI - MESTIA
DÍA   8.-  MESTIA - USHGULI - KUTAISI
DÍA   9.-  KUTAISI - TBILISI
DÍA 10.-  TBILISI - ESTAMBUL - BARCELONA

PRESUPUESTO DEL VIAJE

DESGLOSE DEL PRESUPUESTO                                            IMPORTE

VUELO Bcn - Tbilisi con Turkish Airlines                                                       295,00 €

ALOJAMIENTOS                                                                                 82,99 €

TICKETS & TOURS                                                                                                         26,77 €

TRANSPORTES                                                                                                              36,46 €

OTROS (COMIDAS, COMPRAS, GASTOS PERSONALES,..)                            57,74 €

Total Presupuesto por Persona                                              498,96 €

ALOJAMIENTOS DEL VIAJE



























Otra cosa no pero en Georgia hay alojamientos de todo tipo y para todos los bolsillos, dependiendo mucho de la zona donde nos alojemos. A mi siempre que me preguntan los futuros viajeros a Georgia les recomiendo la zona vieja de Tbilisi, más conocida como Old Tbilisi, ya que se encuentra en el centro turístico de la ciudad donde es posible moverse caminando a todos los sitios, se encuentra en medio de dos estaciones de metro que siempre va muy bien para desplazarse a algún punto más alejado de la ciudad, y sobretodo porque si te gusta salir un rato por la noche a cenar tranquilamente o tomarte una copa en una terraza tranquilamente después de un largo día de visitas y excursiones, la zona está llena de bonitos restaurantes y terrazas, y mucho ambiente de viajeros y turistas. En otras ciudades de Georgia no importa demasiado la zona que escojas porque normalmente son ciudades y pueblos muy pequeños que se recorren fácilmente a pie en pocos minutos.

Durante mi visita al país estuve alojado en varias ciudades diferentes ya que recorrí el país en varias etapas diferentes, entrando y saliendo de Georgia hasta en tres ocasiones diferentes, que fueron los siguientes alojamientos. 

Tbilisi: Tbilisi Guesthouse. Alojamiento reservado a través de Booking donde estuve alojado las primeras tres noches del viaje, donde buscaba un alojamiento céntrico y que fuera fácil de llegar para una persona recién llegada a Georgia, y mi elección fue bastante acertada en general, ya que el alojamiento se encuentra muy céntrico, en una calle perpendicular a la Kote Abkhazi, a escasos metros de todas las visitas importantes de la zona y lleno de restaurantes, terrazas y supermercados, donde mi anfitrión Leo se portó de maravilla conmigo e hicimos una gran amistad. 

Mi habitación individual se convirtió en una habitación triple muy amplia para mi solito y por el mismo precio, pero con el inconveniente de tener el baño compartido y sin desayuno incluido, pero al disponer de cocina en cualquier momento uno se puede preparar algo sin problemas, ya que en la esquina tenía un supermercado Spar que abría hasta altas horas de la madrugada. Es cierto que las instalaciones están un poco viejas como la mayoria de edificios de toda la zona, pero está todo muy limpio y te hacen sentir como a uno más de la familia. En total he pagado 39 € por las tres noches, un precio muy bueno teniendo en cuenta que en agosto es temporada alta, el alojamiento es muy céntrico y he estado alojado en una habitación triple con muchísimo espacio y sin ruido del exterior, y lo más importante, he estado muy bien y cómodo durante toda mi estancia. Por contra, el único inconveniente es que solamente se puede pagar en efectivo a pesar de que anuncian que se puede pagar con tarjeta de crédito, pero a mi me dejaron pagar en €uros sin ningún problema. Alojamiento recomendable pero sin ningún tipo de lujos, aunque hay un montón de alojamientos en la misma zona por el mismo precio o similar.

Stepantsminda: Nino Khetaguri Guesthouse. Alojamiento reservado por una noche a través de Booking, se trata de una casita cerca de la carretera principal de la región montañosa de Kazbegi regentado por una adorable señora mayor que solamente habla ruso, aunque es tan amable que te deja utilizar la cocina, la lavadora y cualquier cosa que necesites. Mi habitación era doble con baño privado en el interior, buena señal de wifi y todo muy limpio, donde ha pagado algo más de 9 € por mi estancia. El alojamiento se encuentra apenas a dos calles de donde parten las marshrutkas y aunque el pueblo es excesivamente pequeño con un supermercado y varios restaurantes, los viajeros que llegamos hasta aquí lo hacemos atraídos por los paisajes y las rutas de trekking por las montañas del Cáucaso. Solamente se puede pagar en efectivo, y el alojamiento es muy recomendable tanto por su ubicación como por lo acogedor de sus instalaciones, con unas vistas maravillosas y aunque la señora solamente hable ruso hace lo posible para que te sientas cómodo en todo momento. 

Kutaisi: StarHostel. Uno de los alojamientos con mejor calidad/precio donde me he alojado jamás, reservado a través de Booking una habitación individual con dos camas y baño compartido, a escasos cinco minutos caminando del centro de la ciudad y a 3 kms de distancia de la estación de autobuses, donde he pagado algo más de 6 € por mi estancia, un precio maravilloso. Aunque al llegar tuve un pequeño encontronazo con el de recepción, después todo fue genial y no he tenido ninguna queja sobre el alojamiento, hasta el punto de volver a repetir una noche más sin tener reserva previa, aunque tiene el inconveniente de que solamente se puede pagar en efectivo a pesar de disponer de datafono que casualmente siempre lo tenían estropeado. Alojamiento muy recomendable por ubicación, limpieza de sus instalaciones y sobretodo por su precio.

Mestia: Ketevan Nigurani Guesthouse. Uno de los alojamientos más recomendados de la población de Mestia y Svaneti, una típica casa de montaña ubicada en el centro de la ciudad y con unas vistas maravillosas a toda la cordillera montañosa del Cáucaso. Como no estaba seguro si finalmente llegaría a la zona de Svaneti me presenté sin reserva previa, así que no tuve problemas en alojarme en una habitación compartida de 4 personas con baño compartido que solamente tuve que compartir con otro huésped más, donde he pagado 8 € por noche (el desayuno se paga aparte ya que no está incluido, igual que el resto de las comidas). Alojamiento muy recomendable sobretodo por su entorno, ubicación céntrica y amabilidad de sus dueños, que solamente hablan ruso pero son muy amables y acogedores.

Tbilisi: Guest House Kato. Alojamiento reservado a través de Booking donde estuve alojado mi última noche después de volver de Armenia, ubicado en una callejuela a escasos metros de la Kote Abkhazi en pleno Old Tbilisi, donde Natalia ha sido una excelente anfitriona, teniendo una comunicación muy fluida con ella durante mi viaje a través de whatsapp, permitiéndome hacer el check in a las 21h de la noche mientras me esperaba pacientemente y dejándome hacer el check out dos horas después de lo permitido sin ningún problema y sin coste adicional. Habitación individual con baño privado, excelente wifi pero sin desayuno incluido, he pagado unos 12 € por noche, aunque solamente se puede pagar en efectivo. Alojamiento muy recomendable por ubicación, instalaciones y sobretodo por la amabilidad y atención de su dueña Natalia que hace todo lo posible para ayudarte y aconsejarte, lástima que solamente estuve alojado un día y quizás debería haberme alojado mis primeras tres noches aquí también porque estuve muy cómodo.

TRANSPORTE A/DESDE AEROPUERTO



























El pequeño aeropuerto internacional de Tbilisi (TBS) también conocido como Aeropuerto Internacional Novo Alexeyevka se encuentra a 17 kms aproximadamente del centro de la ciudad y solamente es posible llegar por carretera. Existen diferentes alternativas para llegar a Tbilisi, dependiendo del dinero que nos queramos gastar y de las prisas que tengamos, que son las siguientes:

Bus: Es la opción más económica de todas y no tarda mucho más respecto a las otras opciones. En este caso deberemos subir al bus número 37 que se toma a mano derecha de la terminal de salidas y que es fácil de reconocer porque son de color azul, la frecuencia de salida es de cada 15 minutos aproximadamente desde las 07h hasta las 23h en un trayecto de unos 40 minutos (dependiendo del tráfico) y el precio del ticket cuesta solamente 0,50 GEL por persona (apenas 0,15 €) que se paga en el interior del bus. Se recomienda que cuando cambiemos dinero en el aeropuerto le digamos que nos den almenos alguna moneda de 0,50 GEL para pagar el bus ya que el ticket se compra introduciendo el importe en la ranura de una máquina y no devuelve cambio, aunque dependiendo del bus que nos toque es posible encontrar a una persona que pase cobrando manualmente los tickets y no tengamos problemas de cambio. Durante el trayecto el bus va haciendo bastante paradas para que suban y bajen personas y hay que tener paciencia, llegando un rato después a la Freedom Square (Plaza de la Libertad) donde podemos bajarnos si tenemos nuestro alojamiento en la zona de Old Tbilisi o bien enlazar con otras zonas de la ciudad tomando el metro allí mismo.

Taxi: Es la opción más rápida y una de las más caras a no ser que compartas el vehículo con más personas o más viajeros. Se encuentran justo en la terminal de salidas del aeropuerto (de hecho el aeropuerto es tan pequeño que el mismo edificio es terminal de llegadas y salidas) y normalmente el trayecto de 25 minutos hasta la Freedom Square es de 50 GEL aproximadamente (algo más de 18 €), un precio que no es desorbitado para un bolsillo europeo pero cuando conozcas los precios que se manejan en el país comprobarás que es un precio bastante alto para su nivel de vida. Recomendable si llegas a horas intempestivas de la noche o de madrugada y no quieres perder mucho tiempo en llegar a tu alojamiento.

Shuttle: Es la opción más cómoda de todas porque es el vehículo privado que te proporciona tu alojamiento a la llegada al país y te llevará directamente a tu alojamiento, por lo que no tendrás que regatear con ningún taxista ni esperar a los horarios del bus. Normalmente es un precio cerrado y es por vehículo indiferentemente de las personas que vayan, y te dejará directamente en la puerta de tu alojamiento, así que no hay riesgo de que te pierdas. El precio depende mucho de dónde se encuentre tu alojamiento y de la categoria de éste, pero en mi caso cuando hice la reserva de mi alojamiento me lo ofrecieron por 15 $ directamente (evidentemente decliné su ofrecimiento porque llegaba a primera hora de la mañana y la diferencia de precio era considerable), así que es una buena opción si vais aunque sea un par de personas y no queréis complicaros mucho, sobretodo si llegáis a altas horas de la noche o de madrugada.

Para la vuelta al aeropuerto para tomar el avión de regreso a casa exactamente lo mismo, con el taxi y el shuttle privado no tendréis ningún tipo de problemas porque os lo ofrecerán a menudo por la ciudad o en vuestro alojamiento, pero si finalmente decidís volver en el bus número 37 informaros que lo deberéis tomar enfrente de una de las entradas a la estación de metro de Freedom Square de la calle Nikoloz Baratashvili, muy cerca de donde empieza la zona de Old Tbilisi.

TRANSPORTE ENTRE PAÍSES



























Si tenemos intención de visitar otros países de la zona del Cáucaso como son Armenia y Azerbaiyán, existen diferentes alternativas para llegar desde Georgia, ya que se encuentra bien comunicada y sin problemas diplomáticos con el resto de países, así que hay diferentes opciones para movernos por varios países dependiendo del tiempo del que dispongamos, de la comodidad que vayamos buscando y sobretodo de lo que nos queramos gastar para desplazarnos, ya que las opciones son muy diferentes.

Avión: Sería la opción más rápida y aconsejable si queremos visitar Azerbaiyán y Armenia, ya que Georgia tiene conexiones áereas entre ambos países y en prácticamente una hora ya nos plantamos en cada país, y en un par de horas incluso en Estambul, donde compañías como Turkish Airlines o Pegasus tienen su hub con cientos de rutas a diferentes países. Si vas justo de tiempo o con un planning muy apretado es buena opción hacer los trayectos en avión aunque los precios no son muy baratos, en cambio si buscas apretar tu presupuesto te recomiendo otras opciones más baratas pero más incómodas.

Tren: Es la opción escogida por mi para llegar a Azerbaiyán y Armenia, ya que te permite hacer los trayectos en trenes nocturnos en cabinas compartidas donde puedes descansar y ahorrarte una noche de alojamiento por cada trayecto y los precios son muy baratos comparado con los vuelos. Se recomienda comprar los tickets directamente en la estación central de Tbilisi a vuestra llegada a la ciudad ya que en verano suelen agotarse muy rápido y es posible que os quedéis sin plazas para la fecha de vuestro viaje, el procedimiento es muy fácil ya que solamente hay que presentarse en la segunda planta de la estación central con vuestro pasaporte, sacar número y cuando os toque decirle a la taquillera los billetes que necesitáis y si están disponibles os lo tramitarán al instante, así que es muy importante guardarlos bien ya que deberéis mostrarlos a nuestra provanitsa (azafata) antes de subir al tren, tal y como ya expliqué en su momento en este post de organización del viaje por el Cáucaso.

Marshrutka: Solamente recomiendo hacer el trayecto entre Georgia y Armenia en este medio de transporte ya que la distancia entre ambos países por carretera es de aproximadamente 300 kms por trayecto (Bakú está mucho más lejos y sería un suplicio) eso si, lleno de socavones y badenes en la carretera cada ciento de metros, lo que se traduce en un trayecto aproximado de unas 6 horas entre ambos países en una mini furgoneta que no sale hasta que no se llena totalmente y quedan completos los asientos, donde te vas a pasar todo el viaje apretado y sin poder estirar las piernas e ir al baño hasta que el conductor no haga una parada, y como seas propenso a marearte lo vas a pasar un poco mal. Las marshrutka salen normalmente desde las 08h de la mañana hasta las 15h de la tarde, y tienen varios puntos de salidas, por ejemplo desde Tbilisi suelen salir algunas desde una pequeña explanada que hay enfrente de la estación de metro de Avlabari, también salen desde la explanada que hay en la estación de Didube desde donde salen marshrutka a cualquier ciudad del país, y sobretodo salen desde la estación de autobuses de Ortachala, que se puede llegar en bus.

Tour: Existe la opción de alquilar un transporte para ti solo y tus acompañantes, o bien contratar un tour privado con la empresa Envoy Tours que solamente la hacen una vez por semana, partiendo los sábados por la mañana desde Tbilisi hacia Yerevan (capital de Armenia) o los viernes de cada semana en sentido inverso, como hice yo el último día de mi viaje y que ya os expliqué en el post de Armenia, siendo su precio de algo más de 50 € por persona, que aparte de estar la comida incluida, se visita en ruta el Cañón de Debed, y los monasterios de Akhtala, Sanahin y Haghpat, que excepto el primero, están declarados Patrimonio de la Humanidad. Un tour muy recomendable.

TRANSPORTE POR LA CIUDAD



































Tbilisi no es una ciudad muy grande pero las distancias son enormes, herencia de la arquitectura rusa con grandes avenidas y con edificios que parece que se van a derrumbar en cualquier momento. La zona más turística es la zona vieja, más conocida como Old Tbilisi, que se puede recorrer caminando sin ningún problema. Para visitar otros barrios interesantes de la ciudad como Marjanishvili o incluso llegar a la estación de trenes o autobuses es imposible hacerlo caminando, así que recomiendo tomar algún transporte público. Existen diferentes opciones para movernos por la ciudad, que son las siguientes.

Metro: La ciudad dispone de servicio de metro con solamente dos líneas en funcionamiento y apenas unas decenas de paradas, así que en mi caso solamente lo utilicé alguna vez para trasladarme a las estaciones para tomar algún transporte para moverme por el país. Es recomendable hacerse con una Metromoney Card, que es una tarjeta de metro que funciona como monedero donde se va recargando y sale más a cuenta que ir comprando los tickets individuales. La Metromoney cuesta solamente 2 GEL (con 1,50 GEL en saldo) y cada vez que necesitemos tomar el metro solamente debemos pasar la tarjeta por los tornos igual que al salir de la estación y nos van descontando el importe de los trayectos del saldo de la tarjeta. Se pueden adquirir en las taquillas de las estaciones así como recargarla cuando se necesite, costando los trayectos normalmente 0,50 GEL (0,15 €) y tendremos 90 minutos para hacer cualquier transbordo. Durante toda mi estancia en Tbilisi gasté unos 5 GEL en total (1,50 €) en todos mis trayectos, ya que también sirve para tomar el funicular hasta Narikala y utilizar autobuses urbanos, incluido el trayecto del aeropuerto. Es una buena opción porque es cómoda y uno se evita de hacer colas.

Bus: La mayoria de autobuses en la ciudad son azules, y excepto los trayectos para desplazarme desde/hacia el aeropuerto, la verdad es que no he tenido necesidad de utilizarlo, así que tampoco puedo informar mucho de como funcionan porque excepto el bus que va hacia la estación de autobuses de Ortachala, es díficil saber los números de autobuses y las rutas que hacen, así que he preferido moverme caminando o en metro por la ciudad.

Taxi: Otra cosa no pero taxis y coches particulares que recorren la ciudad los hay a patadas, la mayoria del parque automovílistico del país son los típicos Lada de la época soviética y otras reliquias, así que esta vez tampoco he tenido necesidad de acudir a ellos y no puedo informar del precio de los trayectos, pero viendo el nivel de vida del país, seguramente sean demasiado baratos.

Caminando: Es la opción más recomendable si queremos conocer el país, ya que la mayoria de lugares a visitar se puede llegar fácilmente caminando o dando un pequeño paseo, aunque hay que evitar las horas de más calor porque en agosto aprieta bien a cualquier hora del día.

TRANSPORTE ENTRE CIUDADES



























Georgia no es solamente su capital Tbilisi, es más, me atrevo a decir sin miedo a equivocarme que lo mejor del país no reside en su capital sino en otras poblaciones esparcidas a través de las montañas del Cáucaso, donde prácticamente no llega mucho turismo y es todo más auténtico, sobretodo para los amantes de la naturaleza y el senderismo, que hacen esta zona una de las más bonitas de todo nuestro planeta. Para desplazarse entre ciudades tenemos varias alternativas.

Coche de alquiler: Es una buena opción para ir a tu aire, con total comodidad y no estar atado a horarios, no suele ser muy caro alquilar coche en el país pero el problema está en la forma de conducción de los georgianos y en el estado de las carreteras, que muchas dan auténtica pena, así que a no ser que tengáis experiencia en conducir en otros países y una buena dosis de paciencia, yo no recomendaría alquilar coche, y más después de conocer la opinión de algunos amigos que han conducido por el país.

Marshrutka: Personalmente es la mejor opción porque existen muchas rutas diferentes y es fácil llegar a cualquier rincón del país, el problema como siempre es que no salen hasta que no se llenan y en un país como Georgia que no recibe mucho turismo a veces puede ser un problema porque se pierde mucho tiempo, pero en verano se suelen llenar rápidamente, salen con mucha frecuencia y son bastante económicos. Dependiendo del lugar al que nos queramos desplazar, suelen salir desde la explanada que hay delante de la estación de metro de Didube.

Bus: Esta opción sé que existe porque he visto algún bus pero desconozco las empresas que operan, las rutas que ofrecen y el precio de los trayectos, ya que nunca he llegado a utlizarlo y todos los viajeros que he conocido se han movido en marshrutkas o en tren.

Tours: Otra cosa no pero agencias de viajes en Tbilisi las hay a patadas, sobretodo en la zona de Old Tbilisi a lo largo y ancho de la calle Kote Abkhazi, donde cualquier local o alojamiento te van a ofrecer tours y excursiones a cualquier punto del país. Cuando organizaba mi viaje estaba un poco preocupado porque todas las agencias que consultaba por internet tenían unos precios muy elevados por sus tours y no me cuadraba mucho con el nivel de vida del país, así que decidí llegar a Georgia sin nada contratado y cerrado, y ahora una vez vuelto os puedo asegurar que es la mejor opción y os recomiendo que no contratéis nada desde casa, ya que los precios que os vais a encontrar allí en persona no tiene nada que ver con lo que ofrecen por internet. Es cierto que se puede visitar todo el país sin necesidad de contratar ningún tour como ya os iré explicando más adelante, pero si os gusta llevar un guia que os vaya explicando toda la historia del país o simplemente no os queréis molestar en hacerlo por libre, es posible ir contratando los tours sobre la marcha cada día, todos tienen un precio muy similar y basta con decidirse por un tour antes de las 18h de la tarde para que ellos se puedan organizar y al día siguiente ya puedes estar disfrutándolo. En mi caso todo lo hice por libre excepto un tour que contraté, más que nada porque iba con los días muy apretados y no quería perder mucho tiempo, y la verdad es que no me arrepiento porque acabé muy satisfecho, tanto por calidad como por su precio.

También es posible negociar con cualquier conductor o taxista que nos encontremos y alquilar el vehículo con conductor para nosotros solos, negociando con ellos los días que queremos contratar sus servicios y donde queremos que nos lleve.

GASTRONOMÍA



























Durante mi viaje por el Cáucaso he podido probar diferentes platos tradicionales de su gastronomía, siendo en Georgia donde mejor he comido y más he disfrutado con diferencia, ya que su comida es muy rica y sobretodo es posible comer incluso en restaurantes a precios muy económicos acompañado de una gran selección de cervezas y vinos, ya que no hay que olvidar que el país es una gran productor de vinos.

Estos son algunos de los diferentes platos típicos del país que he tenido la suerte de probar, entre muchos otros.

Khinkali: Es posiblemente uno de los manjares por excelencia de todo el país, se trata de una especie de "ravioli" o "dumplings" de cualquier tipo de relleno, la pasta te la cocinan al momento y una vez rellenada se cierra como si fuera una bolsita y se deja cocer. Se recomienda pedir varios khinkalis diferentes (normalmente hay que pedirlos en múltiples de cinco iguales, dependiendo el restaurante) y suelen ser muy baratos (una media de 20 céntimos de €uro cada uno), así que lo ideal y dependiendo del tamaño es pedir una bandeja con diferentes tipos de khinkalis diferentes. La gracia cuando te los sirven es en la forma de comerlos, ni se te ocurra hacerlo con cuchillo y tenedor porque dentro de cada khinkali viene una rica salsa o caldo que se desaprovecharía si lo cortamos con el cuchillo, así que el "truco" es cogerlo con la mano, darle un bocado por la parte del cierre para "beberse" el caldo de su interior y notar esa explosión de sabores en la boca, y después poco a poco te vas comiendo el khinkali en pequeños bocados. Entre mis khinkalis preferidos están los rellenos de queso (me encanta el queso en todas sus variedades), los rellenos de carne, de verdura o incluso los de champiñones. Sobretodo que no te sepa mal comerlo con la mano porque nadie te va a mirar mal, es más, en mi primera noche en Georgia los pedí para cenar y los de la mesa de al lado al ver mis intenciones con el cuchillo y el tenedor se acercaron amablemente a mi mesa para explicarme la forma correcta de comerlos. Durante tu estancia en el país estoy seguro que los pedirás muy a menudo y os encantará!

Khachapuri: No te puedes ir de Georgia sin haber probado un rico khachapuri, pero cuidado porque es una bomba calórica de esas que te dejan completamente lleno durante días, así que mi recomendación es que siempre lo pidas para comer y no cometer el error de pedirlo para cenar, como me pasó a mi. Hay diferentes tipos de khachapuris y de todos los tamaños posibles, pero el más conocido y más bueno es el Khachapuri Acharuli, se trata de un pan relleno de queso y mantequilla y en este caso, con un huevo frito por encima, que una vez que rompamos la yema se mezclará con el queso que hay en el interior y que está realmente delicioso, aunque es cierto que si lo pides para cenar después cuesta mucho de digerir. Encontrarás todo tipo de variedades diferentes de kachapuris tanto en restaurantes como en panaderías y es un plato realmente barato, ya que cuesta entre 2 € y 3 €.

Mtsvadi: Otro de los platos típicos de Georgia, en este caso sería el equivalente a nuestra barbacoa o carne a la brasa de toda la vida, pero con la particularidad de que la carne (sobretodo la ternera) está muy blanda y muy buena porque en Georgia está prohíbido alimentar a los animales con productos químicos y normalmente los animales pastan por las maravillas montañas del Cáucaso, así que se nota la calidad en sus carnes, no es como la de Kobe pero está muy sabrosa.

Ojhakuri: Otro rico plato de la cocina georgiana, se trata de una especie de cocido con trozos de carne de cerdo, cebolla, patatas y especias servido en un bol, pero sin caldo. Un plato muy rico y contundente que sienta de maravilla en una mesa junto a otros viajeros después de un largo día caminando durante horas haciendo trekking por sus maravillosos paisajes de montaña.

Churchkhela: Más que un plato para pedir en un restaurante se trata de un típico postre o snack georgiano que lo verás colgado en todos los lugares por donde vayas, se trata de una especie de "salchicha dulce" pero sin carne, y relleno de almendras, nueces, harina, avellanas, uvas, y otros frutos secos, se prensa bien dejándolo en forma de salchicha y se deja secar al sol durante horas, un postre que seguramente no pidas en un restaurante pero que te darán de probar en cualquier mercado, tienda o incluso tengas pensado traerte para casa como regalo para tus familiares y amigos, ya que ocupa poco sitio y es realmente barato.

LO MEJOR DEL VIAJE

- Lo fácil y sencillo que resulta moverse por el país, sobretodo por libre y sin necesidad de recurrir a las agencias de viaje, es tan fácil como decidir qué quieres visitar y seguramente tengas disponible una marshrutka para que te lleve hacia allí.

- En cambio si no quieres complicarte mucho y prefieres la comodidad, tienes la posibilidad de negociar cualquier transporte que te lleve por el país o bien añadirte en alguno de los muchos tours que ofrecen por toda la ciudad, donde la mayoria ofrecen los mismos destinos y los mismos precios sin necesidad de ir comparando entre varias agencias, ya que la mayoria actúan como intermediarias.

- Lo barato que resulta viajar por el país por libre, si los precios de los países asiáticos te parecen económicos, esperáte a viajar por Georgia, donde son precios muy similares, tanto en transportes, tours, alojamientos y comida. Recomiendo visitar Georgia lo más pronto posible por sus actuales precios, ya que es un destino emergente y que se está poniendo rápidamente de moda, además el país va como loco por querer entrar en la Unión Europea (díficil lo va a tener en los próximos años), así que entre esto y el consiguiente auge del turismo en el país en los próximos años es posible que lo vean como una gran fuente de ingresos y se disparen los precios, equiparándose a otros países europeos.

- Es un país que aglutina muchas cosas interesantes en un mismo destino, destacando su naturaleza por sus maravillosas montañas del Cáucaso, una historia muy interesante sobretodo después de su herencia soviética, y una arquitectura muy peculiar en Tbilisi con zonas modernas y otras bastante decadentes que recuerdan mucho a otras ciudades europeas como Oporto y Nápoles, sin restarle ni un ápice de su encanto.

LO PEOR DEL VIAJE

- Hay que saber muy bien a dónde viajamos y no crearnos unas expectativas demasiado altas y tener empatía con la realidad del país, un destino muy poco desarrollado y que va avanzando poco a poco y que se está abriendo al turismo lentamente después de tantos años de dominio soviético con lo que ello conlleva, así que no es de extrañar el estado lamentable de muchas de sus carreteras, la pobre infraestructura turística a día de hoy y sobretodo el carácter de su gente, bastante cerrada en general y que parece que te estén gritando cuando te hablan, pero en un par de días en el país verás que tu percepción será diferente (sobretodo en destinos más rurales fuera de la capital), donde después de conocer a su gente te tratarán como a su propia familia.

- Sobretodo lo peor que he llevado del viaje y que nunca he acabado de acostumbrarme ha sido la extrema pobreza que hay en el país, está claro que en todos los países (incluido el nuestro, por desgracia) encontramos mucha pobreza, pero en Georgia está más extendida y visible, ya que en cualquier momento del día y en cualquier zona de la ciudad siempre se acercará alguien poniéndote la mano y pidiendo dinero, algo que me ha chocado y entristecido enormemente porque a diferencia de su vecina Armenia que recibe menos turismo, en esta última no he visto a nadie pedir dinero o almenos a mi directamente, cosa que en Georgia era constante. Está claro que es un país de contrastes y que el pueblo georgiano ya se ha cansado de la corrupción en su país y ya han asaltado dos veces el Parlamento para cargar contra sus políticos, y que deberíamos tomarlo como ejemplo en nuestro país para acabar con todas estas desigualdades, seas del partido político que seas y sea cual sea tu ideología política, ya que primero debe ser el pueblo.


Y después de esta pequeña información práctica para organizar tu viaje, os llevo a uno de los destinos que más ganas tenía de conocer desde que en su momento vi el programa Planeta Calleja con Antonio Orozco de invitado, un destino maravilloso que por fin he tenido la suerte de conocer. Bienvenidos a Georgia!!


DÍA 0.- BARCELONA - ESTAMBUL

Mis deseadas vacaciones por fin han llegado, mi vuelo hacia Estambul sale de Barcelona a las 06:15h de la mañana, así que por no molestar a nadie a esas horas para que me acompañen me voy para el aeropuerto en el último transporte público del día anterior, llegando sobre las doce de la noche al aeropuerto con seis horas por delante que las aprovecho para cenar y leer tranquilamente hasta que por fin llega la hora de embarcar, donde no tardo en dormirme un rato para llegar descansado a uno de mis Top 3 de destinos favoritos, Estambul, la que será mi tercera visita a esta maravillosa ciudad que visité por primera vez Estambul en profundidad en el año 2011 y la última vez en el 2016 después de la vuelta de mi viaje por Iran, así que cuando estaba comprando los vuelos no dudé en hacer un stopover y añadir prácticamente un día entero para volver a visitar esta ciudad que tan enamorado me tiene después de tres años sin poner los pies en suelo turco, reprochándome que le debo un viaje entero a otras zonas de Turquía, sobretodo a Éfeso y a la Capadocia.

Aterrizamos en el nuevo aeropuerto de Estambul, dejando atrás el viejo Atatürk, he decidido viajar solamente con equipaje de mano y mandar mi mochila facturada hasta el aeropuerto de Tbilisi, ya que para un día prefiero ir ligero de equipaje, así que sin tiempo que perder bajo hasta la última planta del aeropuerto desde donde salen los autobuses de la empresa Hava, busco el que sale para la zona de Sultanahmet (línea 20, andén 17) pago el trayecto con tarjeta de crédito al mismo conductor que me cuesta 18 TRY (menos de 3 €) y nos ponemos en marcha con la misma ilusión de cuando llegué la primera vez hace ya muchos años.


A estas horas el tráfico es bastante intenso así que tardamos unos 50 minutos en llegar a la zona de Sultanahmet, el bus para casi enfrente de la Mezquita de Santa Sofía (Hagia Sophia) y parten desde el mismo sitio hacia el aeropuerto. Mi alojamiento se encuentra muy cerca, a unos 400 metros como mucho y se llama Antique Hostel, he reservado una habitación compartida de 6 camas (al final solamente somos 3 personas) porque simplemente lo necesito para dejar parte de mi mochila en la taquilla, meterme una ducha esta noche y descansar un poco, ya que mañana a las 2:30h de la madrugada vuelvo a tomar el bus para el aeropuerto porque mi vuelo a Tbilisi sale a las 06h de la mañana y era una tontería gastarme más dinero en una habitación individual, ya que finalmente abandonaría Estambul sin apenas dormir. Después de conversar un rato con el dueño del hostel que habla un perfecto español porque ha estado viviendo en nuestro país, sin tiempo que perder me voy a disfrutar de la ciudad que tengo la suerte de conocer bastante bien, así que sin planning ni mapas que no necesito empiezo a saborear la zona de Sultanahmet, una de mis favoritas, con la Mezquita Azul a un lado y Santa Sofía al otro, pero por desgracia esta vez no voy a visitarlas por dentro porque prefiero pasear por la ciudad tranquilamente y conocer otros lugares interesantes más allá de los turístico.











Me despido por un rato de esta zona y me voy caminando en dirección a Çemberlitas, donde prácticamente al lado encontramos una de las visitas más recomendables de Estambul como es el Gran Bazar y que por desgracia en mi última visita no pude visitar porque me coincidió con el Eid Mubarak y el final del Ramadán, así que hoy me apetecía muchísimo volver por allí e impregnarme de todo ese olor a especias y disfrutar con sus lámparas de colores mientras saludas a los vendedores con el típico "Günaydin" (buenos días en turco).












Después de disfrutar un rato de sus olores y sus coloridas callejuelas me dirijo hacia una nueva visita que no había conocido en mis dos anteriores visitas a Estambul, el poco conocido Büyuk Valide Han, unos antiguos caravensais de la antigua Ruta de la Seda y que actualmente se puede visitar su terraza donde se divisan unas vistas panorámicas de toda la ciudad que te deja sin aliento, este lugar lo conocí a través del blog de Any que lleva unos años viviendo en Estambul y hace unos años que sigo sus andanzas por el mundo, y aunque poco a poco se está dando a conocer este lugar porque han visto negocio allí donde tienes que reservar para tomarte un caro aperitivo, pero en el momento de mi visita no encontré a nadie y le dije al chico que solamente quería entrar para tomar unas fotografías y que de seguida me iba, así que muy amablemente me dejó pasar mientras preparaban la terraza.



El sitio es una pasada, no es fácil de encontrar porque está metido entre unas callejuelas por el Grand Bazar y a pesar de llevar la dirección apuntada tuve que preguntar varias veces, hasta que un chaval muy enrollado me dejó en las mismas escaleras que sube para arriba. Es importante saber que este lugar no es gratis ni aunque sea para hacer cuatro fotografías, yo tuve la suerte que en ese momento estaba vacio y el tio se enrolló bastante conmigo, pero normalmente hay que consumir allí un aperitivo tirado en unos cojines con estas maravillosas vistas y que cuesta 50 TRY (unos 8 €), un precio un poco caro porque estás encima de un techo que se encuentra en unas condiciones lamentables y ruinosas que parece que se va a caer en cualquier momento, y por otro lado lado tienes unas vistas maravillosas y de infarto que no tienen precio y que díficilmente vas a encontrar en otro lugar de la ciudad. Para no abusar de la confianza del chaval hice unas fotos rápidas (algunas mejores y otras peores), le di las gracias y abandoné rápidamente este bonito lugar.

De nuevo ya en todo el meollo y en dirección a otra de mis visitas favoritas de la ciudad, el Bazar de las Especias en plena zona de Eminönü, una de mis zonas favoritas de Estambul, y que no pude visitar en mi anterior visita porque estaban en reformas y encima me coincidió con el final del Ramadán, así que no podía dejar de visitar las nuevas instalaciones, mucho más bonito que el anterior pero también es verdad que está más enfocado al turismo, pero siempre es una delicia pasear por él, con la pena de no poder comprar nada porque es el inicio de mi viaje y no quiero ir cargado tantas semanas con peso, pero estoy seguro que volveré de nuevo a Estambul pronto y esta vez me reservaré los últimos días del viaje para poder traerme algunas compras que tanto me gustan.




























La verdad es que me ha gustado mucho como ha quedado todo el Bazar de las Especias, todas las tiendas bien recogidas y bien distribuidas pero demasiada gente que a veces hace complicado pararse a mirar cosas o simplemente fotografiar los productos, y eso que era un día entre semana. Sigo visitando los tenderetes de fuera que llevan allí toda la vida y donde se nota que no es tan turístico como el anterior.





La calor aprieta bastante y debería empezar a pensar que tengo que hacer una parada para comer algo, pero mis ansias por seguir disfrutando del stopover en esta maravillosa ciudad puede más y lo voy postponiendo, hago un alto en el camino para fumarme un cigarro y descansar un poco los pies mientras me hidrato con un rico zumo de naranja recién exprimido (8 TYR) mientras me empapo del ambiente turco.


Sin tiempo que perder me voy a uno de mis lugares favoritos de Estambul, la Süleymaniye Camii (Mezquita de Suleiman), que se encuentra a unos 15 minutos caminando cuesta arriba desde el Mercado de las Especias y personalmente un lugar imperdible si visitas la ciudad, no solamente por su arquitectura sino por las bonitas vistas que hay a la ciudad desde allí arriba, aparte de ser gratis la visita.























Después de un par de horas disfrutando allí arriba doy por finalizada la visita, el tiempo me está cundiendo bastante pero la noche pasada la pasé en el aeropuerto y empiezo a notar cierto cansancio, pero todavia necesito exprimir más el día, así que vuelvo a bajar hasta Eminönü y sin pensarlo dos veces me dispongo a atravesar el Puente de Gálata, pero el primer tramo lo hago por debajo del puente, por la zona de restaurantes para disfrutar de las vistas de la ciudad desde el Bósforo.








Caminando, caminando voy subiendo las cuestas hasta llegar al bonito barrio de Beyoglu, donde destaca la Torre de Gálata que esta vez no visitaré por falta de tiempo ni por no hacer cola ya que está bastante petado de turistas, pero sí que me gusta acercarme hasta aquí para contemplarla una vez más desde abajo, mientras recorro sus bonitas calles llenas de arte callejero mientras me cruzo con decenas de gatos, donde aprovecho para hacer un alto en el camino en una terraza para comer algo rápido hasta la hora de cenar (16 TRY), porque si sigo así me voy a ir de Estambul sin comer nada.









Cuando termino de comer me acerco a la Istiklal Caddesi (calle de la Independencia) que la tengo casi al lado, se trata de la calle más comercial y más animada de la ciudad donde siempre está a tope de gente paseando y haciendo sus compras, pero a mi particularmente me encanta esta calle porque está llena de pastelerías y de tiendas de delicias turcas que hace que a uno se le vayan los ojos detrás de sus escaparates, así como ver a la gente como se sube al típico tranvía que recorre sus calles hasta llegar a Taksim, considerado como el centro neurálgico de la ciudad.






Decido finalizar esta breve visita para recordar algunos de mis rincones favoritos de Estambul y vuelvo a bajar las cuestas del barrio de Beyoglu para atravesar al atardecer el bonito Puente de Gálata con sus pescadores intentando pescar algo, y una vez que estoy de nuevo en Eminönü quiero visitar la Yeni Camii (Mezquita Nueva) que me encuentro cerrada por obras de rehabilitación, así que como tengo los pies que me arden y traigo conmigo la Istanbulkart que compré hace tres años y todavia debo tener saldo, decido probar suerte y tomar allí mismo el tranvia hasta Sultanahmet, y no iba mal encaminado porque todavia tengo saldo suficiente para unos cuantos trayectos por la ciudad que no dudo en aprovechar.

De nuevo en Sultanahmet doy una vuelta sin prisas por sus tiendas de souvenirs para llevarle algo a la familia, recorro las bonitas calles con sus edificios de colores próxima a la cisterna de Yerebatán y cuando llego a Sultanahmet veo que está todo cortado ya que hay una gran manifestación con muchísima gente y los militares con sus tanques en la calle, así que para volver a mi alojamiento tengo que dar un pequeño rodeo que me permite visitar el Hipódromo y el Obelisco de Constantino y Teodosio con bastante calma y muy poca gente.










Llego a mi alojamiento y veo al dueño sentado en la terraza, me ofrece un te turco mientras nos fumamos un cigarro y estamos un rato conversando, es bastante enrollado y el alojamiento es muy recomendable porque se encuentra en una calle tranquila apenas a 200 metros de la Mezquita Azul y tiene una terraza arriba con unas vistas impresionantes. Cuando voy para mi habitación conozco a mis compañeros de habitación, un japonés que está medio durmiendo y Christoph, un joven alemán de Dortmund que ha llegado hoy y que estará una semana en Turquía pero sin muchos planes, estamos un rato hablando de mis planes por el Cáucaso y me dice que lo mismo se apunta conmigo para recorrer juntos Georgia, ya que le tiene muchas ganas.

Después de una merecida ducha y antes de que caiga la noche le ofrezco que se venga conmigo a tomar algo y cenar y no duda en acompañarme, tomamos el tranvia en Sultanahmet que ahora ya está tranquila y sin tanques en la calle hasta Emonönü, allí pillamos un ferry hasta Usküdar y nos vamos a tomar algo allí tirados en un garito con cojines en el suelo y bastante lleno de gente para contemplar uno de los atardeceres más mágicos que se puede observar en Estambul, el de enfrente de la Kiz Kulesi (Torre de la Doncella), todo un must si estás por la ciudad.



Ha sido un bonito lugar para casi acabar el día y confirmarme a mi mismo por qué Estambul es una de mis tres ciudades favoritas del mundo, pero tampoco quiero que se nos haga muy de noche porque había leído que la zona es un poco peligrosa por la noche porque hay muchos robos a turistas, así que para no tentar a la suerte volvemos hacia Eminönü a una hora prudencial y aprovechamos para cenar por esta zona para no perder mucho tiempo, ya que dentro de un rato me toca volver al aeropuerto y me gustaría descansar algo para no empalmar directamente y llegar muy cansado a Georgia.



Después de cenar y hacer algunas fotos nocturnas de Eminönü, volvemos a tomar el tranvia hasta Sultanahmet porque el cansancio se apodera de mi, llegamos a nuestro alojamiento pasadas las 23h de la noche y pongo a cargar las baterías y a recoger mi pequeña mochila para no hacer mucho ruido dentro de un rato, me despido de Christoph y estamos en contacto por si coincidimos en Georgia, y me meto en la cama para descansar algo, que en un par de horas me toca levantarme.

DÍA 1.- ESTAMBUL - TBILISI

Con mucho sueño y cansancio me levanto a las 02:00h de la mañana, mi bus para el aeropuerto sale a las 02:30h (salen cada media hora pero no quiero arriesgarme mucho porque mi vuelo sale a las 06h de la mañana) y poco después estoy saliendo de mi alojamiento donde a escasos metros tengo la parada, no hay mejor despedida de Estambul que poder observar y disfrutar de la imagen de Santa Sofia y la Mezquita Azul iluminadas de noche y sin un alma por la calle, la guinda perfecta a esta breve visita a Estambul y que espero que no sea la última, deseando que este bonito viaje que acabo de empezar sea igual o mejor que este maravilloso inicio que estoy teniendo, aunque el listón está muy alto.

Cuando llego a la parada ya hay algunos viajeros esperando pero como mucho seremos 15 personas, pago de nuevo mi billete (18 TRY) y nos ponemos en marcha puntualmente sin poder dejar de observar por la ventana la ciudad de noche, donde 40 minutos después llegamos al aeropuerto ya que apenas hay tráfico a estas horas. El nuevo aeropuerto de Estambul es impresionante y más cuando lo ves acercándote al aeropuerto por la carretera, incluso estaban construyendo una gran mezquita casi enfrente del aeropuerto. A estas horas los controles son rápidos y de haberlo sabido hubiera apurado un poco más en la cama, así que recorro un poco el aeropuerto hasta que finalmente a las 04h de la mañana abren la zona de cafeterías y algunas tiendas, aprovecho para desayunar tranquilamente con el wifi (37 TRY) y un rato después cuando anuncian en las pantallas mi puerta de embarque me voy para allà, donde embarcamos y despegamos en hora con Turkish Airlines, una compañía que me había decepcionado mucho a la vuelta de mi viaje de Iran pero que esta vez no he tenido ningún tipo de problema, así que después de un nuevo desayuno me pongo a ver una peli (con el sueño que tengo) y en un trayecto de poco más de dos horas llegamos al aeropuerto de Tbilisi.

Después de un placentero trámite de inmigración y de recoger todo mi equipaje, investigo en las dos oficinas de cambio del aeropuerto y veo que el cambio está bastante bien, así que cambio una cantidad importante de dinero porque todavia tengo que comprar algunos trayectos de transportes pendientes, así que con mis primeros laris en el bolsillo y un tema más resuelto solamente tengo que salir de la terminal de llegadas y a la derecha está la parada de autobuses, donde el número 37 te lleva directamente a Tbilisi haciendo bastantes paradas en el camino, pero como no son ni las 9h de la mañana no tengo prisa por llegar, así que me subo al bus y después de introducir los 0,50 GEL en una pequeña máquina la revisora me da una especie de ticket del que no entiendo nada.


Antes de las 10h de la mañana llegamos a la Tavisuplevis Moedani (Plaza de la Libertad), seguramente el centro neurálgico de la ciudad y un importante nudo de comunicaciones ya que desde aquí se puede tomar el metro hacia cualquier otro punto de la ciudad, o bien porque separa la Old Tbilisi (Ciudad Vieja) de la Avenida Rustaveli, la zona más comercial y pija de la ciudad. Es fácil identificar la Plaza de la Libertad porque en el centro de la plaza hay una columna de 35 metros de altura con una escultura de San Jorge, patrón de Georgia (y también de Cataluña), donde antaño en la época soviética se llamaba Plaza Lenin ya que en lo más alto había una escultura del dictador. Como curiosidad decir que Tbilisi está hermanada con Bilbao, ya que en los tiempos de Iberia hubo mucha migración y se suele decir que tanto los georgianos como los vascos comparten muchas raíces, historia, muchísimas palabras de su vocabulario y sobretodo muchas costumbres.



Como siempre que llego a un lugar nuevo ando muy perdido le pregunto a un chaval como llegar a mi alojamiento, así que todavia sin saberlo me manda a dar un rodeo impresionante cargado con mis mochilas cuando más tarde descubriré que no hacia falta complicarse tanto, pero es lo que tiene que en ese momento no te funcione el Maps.me y debas recurrir a desconocidos.

Después de caminar un rato cuando había mirado desde casa que mi alojamiento se encontraba a menos de 5 minutos caminando de la Plaza de la Libertad decido entrar en una tienda y preguntarle a un hombre mayor, que no duda en llamar por teléfono a mi alojamiento para que le indiquen y después de sus amables instrucciones en poco más de 10 minutos ya estoy entrando en mi alojamiento, la verdad es que tiene una ubicación céntrica y genial casi enfrente de la Catedral de Sioni, pero la calle y las fachadas parecen sacadas de una peli de guerra. Me recibe Leo, un tipo súper amable y cercano desde el primer momento con el que hice una gran amistad, me enseña mi habitación y las instalaciones y todo son facilidades desde el primer momento, incluso me da su número de móvil por si necesito algo en cualquier momento, algo constante durante mi viaje recorriendo el país porque la gente es encantadora almenos con los españoles.




Dejo la mochila, me meto una ducha y me cambio de ropa y me tiro a la calle ansioso por recorrer un nuevo país al que le tenía muchas ganas, de momento no necesito mapa porque estoy muy céntrico y todo está relativamente cerca, así que sin prisas y sin ningún orden empiezo a recorrer las calles del Old Tbilisi, llena de terrazas y restaurantes y prácticamente al lado de uno de los emblemas de la ciudad, el Peace Bridge (Puente de la Paz) con su forma de arco e inaugurado en el año 2010 que se eleva sobre el río Kura, probablemente una de las estampas más típicas de Tbilisi, que recorreremos decenas de veces durante nuestra visita a la ciudad pero que muchas veces se hace un poco pesado por la insistencia de su gente en venderte un paseo en barca, y no penséis que os lo van a proponer una o dos veces durante vuestro viaje, sino ciento de veces y uno ya se resigna y se lo toma con humor.









A estas horas en pleno mes de agosto aprieta bastante el calor, a las 12h del mediodía estamos a 40º y hay que hidratarse mucho, así que como tengo bastantes días por delante en el país no quiero estresarme mucho con las visitas ya que todavia tengo temas logísticos que resolver, así que no pretendo conocerla a fondo en el día de hoy. Cruzo el Rike Park hasta llegar a la pequeña Iglesia de Metekhi que data del S. XIII, está situada arriba de una pequeña ladera en dirección al barrio de Avlabari, el mismo lugar donde se fundó la ciudad de Tbilisi por Vakhtang I, a la derecha del río Kurá y enfrente del comienzo de Old Tbilisi, desde donde obtendremos unas vistas maravillosas de toda la ciudad vieja de Tbilisi. La visita a la Iglesia de Metekhi es gratuita.










Finalizada la visita sigo ascendiendo las empinadas cuestas de la ciudad hasta llegar al barrio de Avlabari, en principio hoy no tengo intención de visitar el barrio pero sí de llegar hasta la catedral más importante de la ciudad, le pregunto a un chico joven que está sentado vendiendo tours por la calle y me indica como llegar, así que le doy las gracias y después de caminar 10 minutos más por fin llego a la Tsminda Sameba (Catedral de la Santísima Trinidad), es la principal catedral de la iglesia ortodoxa y apostólica georgiana, data del año 2004 para conmemorar los 1500 años del Patriarcado Georgiano y es visible desde cualquier punto de la ciudad. Tiene capacidad para 15000 personas y como en todas las iglesias de Georgia se recomienda vestir con decoro, y en caso de vestir en pantalón corto es obligatorio taparse las piernas con una especie de chals o pañuelos largos que hay siempre en un cesto en la entrada principal de las iglesias, muy parecido a los pareos que hay que ponerse para visitar el Templo de Borobudur de Indonesia, por ejemplo. En teoría está prohibido hacer fotos en el interior de las iglesias, digo en teoría porque en muchas de ellas he podido hacer aunque sea con el móvil y con total respeto y discreción sin que nadie me llamara la atención por ello, pero siempre sin flash.





















Para ser mi primera visita en Tbilisi y en Georgia en general me ha dejado boquiabierto, no esperaba que un país tan pequeño y tan desconocido tuviera estas maravillas arquitectónicas, y eso que la visita desluce un poco porque el interior de la catedral se encuentra en obras de rehabilitación, pero la verdad es que me ha encantado y la visita me ha llevado más de una hora, y es que aunque uno no sea muy religioso ni practicante, en todas las iglesias ortodoxas que he visitado siempre me he guardado un ratito para poner algunas velas y pedir algún deseo personal, por intentarlo no pierdo nada.

Finalizada la visita vuelvo a deshacer mis pasos por donde he venido hace un rato, justo en un lateral de la estación de metro de Avlabari que se encuentra a 10 minutos caminando de aquí hay un supermercado donde aprovecho para comprar agua e hidratarme, y me meto en la estación para empezar a finiquitar algunas tareas pendiente de logística que me quedan. Cuando voy a la taquilla para comprar el ticket de metro una amable chica me informa que posiblemente me salga a cuenta comprar una tarjeta recargable de metro, aquí llamada Metromoney Card, cuesta solamente 2 GEL y puedes recargarla por el importe que quieras y cada vez que pases por el torno se te descuenta de la tarjeta 0,50 GEL que cuesta cada trayecto y tienes hora y media para hacer los transbordos que necesites, además de poder utilizarse no solamente para el metro, también para el bus, minibus y el teleférico para subir a Narikala, además de la comodidad de no hacer colas en la taquilla cada vez que necesites sacar un ticket, así que no me lo pensé dos veces y la recargué con 5 GEL.

Con un tema más finiquitado me dirijo a mi siguiente destino, la estación central de trenes de Tbilisi, así que en Avlabari cojo el metro bajando sus profundas escaleras como la mayoria de estaciones soviéticas (prohibido hacer fotos porque te meten un grito por megafonía) y cuatro estaciones después llegamos a Station Square, ambas de la línea roja. Me resulta muy curioso que en los andenes en vez de tener pantallas o murales, me encuentre publicidad con imágenes de los jugadores del Barça anunciando electrodomésticos de la marca turca Beko.





Para llegar a las taquillas de compra de billetes de trenes internacionales hay que subir las escaleras y salir del edificio de la estación de metro de Station Square, caminar hacia la izquierda 100 metros y llegaremos a otro edificio que en teoría es Station Square 2, la planta baja es un centro comercial pero si subimos las escaleras mecánicas hasta la primera planta se encuentran las taquillas con un montón de ventanillas, hay que coger el turno como en cualquier charcutería y cuando te toque el turno te diriges a la ventanilla en cuestión y solicitas los tickets de tren que necesites, la chica te dirá la disponibilidad que hay para tus fechas y el tipo de camarote, sus respectivos precios y si estás de acuerdo le entregas tu pasaporte y te tramita los billetes, donde solamente se puede pagar en efectivo.

Como ya os comenté en el post de organización del viaje por el Cáucaso, compré los siguientes billetes:

- Tbilisi - Bakú, tren nocturno en camarote compartido de 4 personas por 57,50 GEL (17,69 €).
- Tbilisi - Yerevan, tren nocturno en vagón abierto por 39,80 GEL (12,20 €).

El trayecto de vuelta entre Bakú - Tbilisi lo compré directamente desde casa a través de la web de Azerbaiyan Railways en un camarote compartido de 4 personas y pagando 32 AZD (17 €), y el trayecto de vuelta entre Yerevan - Tbilisi lo hice a través de un tour privado con el Envoy Hostel.

Una vez con mis billetes de tren para los próximos días en mis manos y con todo el tema de la logística solucionado, solamente me queda disfrutar del viaje y de todo lo que me viene por delante, que no es poco. Abandono la estación y delante de la estación de metro de Station Square 1 hay muchos tenderetes de comida y restaurantes varios, así que decido descansar un poco para refugiarme del calor y pico algo de comer hasta que llegue la hora de cenar, y tomo de nuevo el metro hasta llegar de nuevo a Avlabari (Old Tbilisi se encuentra entre medias de dos estaciones de metro, Avlabari y Freedom Square), así que decido bajar de nuevo en Avlabari y llegar en un corto paseo de 10 minutos caminando cuesta abajo a Old Tbilisi.

Por el camino me vuelvo a encontrar al chaval de este mediodía que vendía tours por el país y que muy amablemente me guió para llegar a la Tsminda Sameba, se acuerda de mi y me dice si la he encontrado bien y le doy las gracias. Estamos un rato hablando y el chaval de 16 años y con un aire al cantante pop Jason Donovan me cae bastante bien, así que decido mirar algún tour interesante por el país que no pueda hacer por libre, y finalmente me decido hacer el único tour organizado en Georgia, no porque no se pueda hacer por libre sino porque perdería mucho tiempo tomando transportes y tengo los días muy apretados y cogidos con alfiler, así que me decido por un tour completo para visitar Jvari, Gori, Uplistshike y Mtskheta, y por la tarde de nuevo de vuelta a Tbilisi, uno de los tours más conocidos y vendidos del país. Como decía al principio, todas las agencias tienen apenas los mismos precios o por muy pocos laris de diferencia, este en concreto cuesta 45 GEL pero el amigo Jason Donovan me lo deja por 40 GEL y decido hacerlo mañana mismo, a pesar de estar bastante cansado.

Nos despedimos hasta mañana en la puerta de la agencia y me vuelvo cuesta abajo de nuevo hacia Old Tbilisi, son casi las 19h de la tarde y mi intención es no recogerme muy tarde hoy y descansar para explorar en profundidad el país en los próximos días, así que decido volver al Rike Park y tomar el teleférico hacia Narikala, la antigua fortaleza de la ciudad, ver la ciudad desde las alturas para hacerme una idea de sus dimensiones y presenciar mi primer atardecer.


















Las vistas desde arriba son maravillosas y os recomiendo que subáis tantas veces como os apetezca porque vale mucho la pena y con la tarjeta Metromoney solamente cuesta 0,50 GEL el trayecto en una cabina cerrada, hoy ha sido mi primera toma de contacto con la ciudad y he visto el atardecer y anochecer desde arriba pero antes de finalizar el viaje quiero volver para visitar con más calma todo y despedirme de la ciudad. Para subir a Narikala podemos hacerlo en el teleférico en un trayecto de apenas dos minutos remontando toda la altitud por los tejados de la ciudad, o bien podemos subir caminando por las estrechas calles del barrio, pero es un poco matada y son unos 20 minutos de escaleras para arriba, así que recomiendo subir en teleférico y bajar caminando para tener otra perspectiva diferente del barrio y de la ciudad. Para bajar ahora que se me ha hecho de noche lo mejor es en teleférico también porque cuesta también 0,50 GEL (0,15 €) y porque para hacerlo caminando no está muy bien iluminado y no lo recomiendan porque muchas veces se producen pequeños atracos a los turistas, así que mejor no tentar a la suerte y más hoy que llevo pasaporte, billetes de tren y todo el dinero encima.

De nuevo en Old Tbilisi y con noche cerrada veo que hay un ambientazo increíble en esta zona, las terrazas a tope de gente tomando algo, los restaurantes bastante llenos y todos los comercios y agencias de viaje de la calle Kote Afkhazi abiertos hasta última hora de la noche, nunca hubiese pensado que estoy en Georgia ya que este ambiente es más bien de destinos mucho más turísticos del resto de Europa.

Al principio de la calle se encuentra el restaurante Pirosmani, comida 100% georgiana con una bonita decoración y una muy buena terraza, así que no dudo en hacer mi primera cena en Georgia en la terraza y pedirme por primera vez un rico khachapuri Acharuli (con un huevo frito encima), un surtido de khinkalis de carne y una buena cerveza georgiana, todo muy rico pero que no recomiendo pedirlo todo de noche porque es una bomba calórica (sobretodo el khachapuri) y después cuesta mucho de digerir, así que mejor pedirlo para comer durante el día. El total de la cena ha sido de 20,16 GEL (poco más de 6 €), un precio estupendo pero que a lo largo de los días comprobaré que fue una de las cenas más caras de todo el viaje, donde en otros lugares he pagado mucho menos.






Son casi las 23h de la noche y estoy bastante petado, llevo prácticamente dos días sin dormir y los ojos se me cierran, así que voy volviendo para mi alojamiento que se encuentra a 5 minutillos caminando parándome antes en un supermercado de la cadena Spar (los hay a patadas en Tbilisi) a comprar agua y llego arrastrándome a mi alojamiento entre el cansancio y que la calle está prácticamente a oscuras, veo que no hay nadie en el alojamiento y me meto una ducha tranquilamente y me meto en la cama, que mañana toca la primera excursión fuera de Tbilisi.

DÍA 2.- TBILISI - JVARI - GORI - UPLISTSHIKE - MTSKHETA - TBILISI

Con mucho sueño acumulado me levanto ya que a las 09:30h he quedado en la agencia del Jason Donovan para hacer el tour previsto que contraté ayer a última hora, en el hostel están todos durmiendo así que para no hacer ruido decido que ya desayunaré fuera, el problema es que cuando salgo a la calle a las 08:30h veo que todas las cafeterías están todavía cerradas, así que no tengo más remedio que meterme en el Spar y comprar algo para desayunar mientras me voy caminando cuesta arriba hacia la agencia, que se encuentra muy cerca de la estación de metro de Avlabari.




Cuando llego soy de los primeros, presento el voucher que me dieron y me dicen que me espere a que llegue el minibus mientras termino de desayunar. Poco después llega una familia rusa y nos subimos al bus, pensando que no habría más turistas, pero poco después paramos en la calle Kote Afkhazi y empiezan a subir más turistas y el guia, así que me pillo un rebote porque de haberlo sabido no hago el gilipollas caminando 15 minutos cuesta arriba para pillar el bus en la agencia ya que también para a dos minutos de mi hostel!! Nos ponemos en marcha y hacemos una última parada para recoger a dos turistas más y que encima son españoles, así que sin tiempo que perder abandonamos la ciudad mientras el guia se presenta y nos va explicando cosas hacia nuestra primera parada, Jvari.

El Monasterio de Jvari data del S. VI y se encuentra muy cerca de Mtskheta, significa Monasterio de la Cruz debido a que Santa Ninó (aprender bien este nombre porque lo escucharéis a patadas en vuestro viaje por Georgia) fue la Santa que introdujo el cristianismo en Georgia después de convertir al rey Mirian III de Iberia, así que Santa Ninó subió a lo alto de esta colina y plantó una gran cruz para anunciar la nueva fe. Actualmente lo que encontramos en un pequeño monasterio con una gran cruz de madera en su interior y es un lugar de gran afluencia por todos los devotos georgianos. Más allá de la historia y de la belleza del lugar, destaca su ubicación con una maravillosa panorámica del río Kurá (Mtkvari) y de la ciudad de Mtskheta. Es una visita rápida y la entrada es gratuita.










Para no coincidir todo el grupo juntos allí dentro, nuestro guia hace dos grupos, uno formado por turistas que hablan ruso y el otro para turistas que hablen inglés, así que mientras hace las explicaciones a un grupo el otro puede ir haciendo fotos y visitar su interior, y cuando acaba lo hace a la inversa, así que hay que tener cuidado porque si te toca en ese momento las explicaciones del guia y te pilla haciendo fotos por ahí o pasando de sus explicaciones, te mete bastante bronca y se mosquea bastante como le pasó conmigo mientras yo le iba traduciendo a los españoles sus explicaciones porque no entendían el inglés. Hay que reconocer que a pesar de este breve roce con el guia ajeno a mi voluntad, era muy profesional y daba unas explicaciones muy buenas e interesantes con muchos datos, y que se tomaba muy en serio su trabajo y solamente pedía que se le respetara mientras estaba trabajando, algo normal y entendible. Por cierto, nuestro guia tenía un parecido razonable con el cantante colombiano Juanes... yo y mi manía de ponerle motes cariñosamente a todo el mundo!

Finalizada la primera visita ponemos rumbo a Gori, quizás de primeras no te diga nada el nombre de esta ciudad de unos 50.000 habitantes, pero si te digo que aquí nació uno de los dictadores más sanguinarios de toda nuestra historia de nombre Josif Stalin, la cosa cambia por completo. Gori está ubicada en una zona caliente, ya que a solamente 13 kms se encuentra la frontera con Osetia del Sur, actualmente ocupada por los rusos después de una guerra en 2008 con las tropas georgianas. La atracción principal de Gori es el Museo Estatal Iósif Stalin donde hay una exhibición de documentos y objetos personales del dictador, la entrada cuesta 15 GEL y todo el grupo decide entrar a visitarlo excepto Mari y Fernando (la pareja española de Burgos que nos hemos conocido en este tour) y yo, ya que mi dinero no quiero que se invierta en mantener a dictadores y genocidas, así que renuncio a entrar mientras solamente visito el lobby del museo y los exteriores.





En los exteriores podemos encontrar justo enfrente la casa donde vivió Stalin con su familia hasta los 4 años, una casa bastante pequeña que no se puede visitar por dentro, y como curiosidad también podemos encontrar la única estatua del dictador que queda en pie en el país. Aunque la atracción más importante (aparte del museo) es el vagón de tren que podemos encontrar allí delante y que usaba Stalin para sus desplazamientos. En teoría para visitar su interior hay que pagar ticket pero la taquillera en ese momento no estaba (no sabía que se pagara) así que aprovechamos para visitar el interior del vagón que se ve en dos minutos, hasta que después llegó otro grupo de turistas y la taquillera apareció por arte de magia. Sin haber visitado el interior del museo, me atrevería a decir que lo más interesante de esta visita de Gori está en lo exterior y encima gratuito que en el propio museo.









Mientras esperábamos que saliera nuestro grupo del museo ha llegado un grupo de españoles de Murcia, su guia es un viejo conocido mio, Aleksandre Berikashvili, un georgiano que ha montado la agencia de viajes Viajar al Cáucaso y que nos conocimos a través de las redes sociales, así que nos saludamos y estamos un rato hablando hasta que llega nuestro grupo y nos tenemos que ir, me despido de Alex y del curioso museo del genocida Stalin del cual se estima que asesinó a más de 12 millones de personas mientras el "angelito" gobernaba el país.

Abandonamos Gori a través de la avenida Stalin (como no!) y nuestra siguiente visita será Uplistshike, ubicada a unos 70 kms de Tbilisi y a 13 kms. de Gori y que llegamos en unos 10 minutos. La visita a Uplistshike consiste en recorrer una ciudad excavada en la roca, muy parecida a la que se puede visitar en la ciudad de Vardzia pero mucho más cercana, y es el típico tour de un día que se combina con las otras ciudades que estoy visitando. Antes de entrar pasamos por el restaurante a encargar lo que vamos a comer para que lo vayan preparando mientras hacemos la visita y a la vuelta haremos la comida en el restaurante ubicado en la entrada principal de Uplistshike y que no está incluido en el precio del tour.

Lo primero que hay que hacer es pasar por taquilla porque la entrada para visitar Uplistshike cuesta 7 GEL y no está incluida en el precio del tour, y después bajo un sol abrasador a las 14h de la tarde empezamos a trepar por las rocas de la ciudad, formada por antiguas cuevas y casas donde se estima que vivieron en su momento más de 20.000 personas. La visita nos llevó un par de horas y no lo veo muy accesible para personas con problemas de movilidad por la dificultad de desplazarse por allí, aún así es una visita curiosa y que está bien aunque tampoco la encuentro imprescindible.






















Finalizada la visita volvemos a bajar y nos vamos directamente al restaurante donde ya tienen preparada nuestras comidas, comparto mesa con Mari y Fernando de Burgos y con Mónika de Polonia, una chica muy maja que he conocido durante la visita a Gori. La comida sin ser nada especial porque todavia no estoy muy familiarizado con la gastronomía georgiana y sus nombres está bastante aceptable, hoy he comido otra variante de kachanapuri junto a una cerveza y he pagado 13,20 GEL (unos 4 € al cambio), pero compensado ampliamente por la agradable conversación y compañía en la mesa.



Terminamos de comer sobre las 17h de la tarde y sin tiempo que perder nos vamos de nuevo camino de Tbilisi donde haremos nuestra última visita en ruta a Mtskheta, considerada la capital espiritual de Georgia y donde ya estuvimos esta mañana visitando el Monasterio de Jvari. Llegamos un rato después y aunque llevamos bastante retraso al guia no le importa, cosa que se agradece, el minibus nos deja en el parking y nos vamos caminando hacia la maravillosa Catedral de Svetitsjoveli, que data del S.XI y según la leyenda aquí se guarda la Santa Túnica de la cruxifición de Jesucristo que fue traida desde Jerusalén por un mercader judío. La Catedral de Svetitsjoveli está considerada el segundo lugar más sagrado del mundo cristiano justo después de la Capilla del Santo Sepulcro de Jerusalén que tuve la suerte de visitar en el año 2015 durante un roadtrip por Israel y Palestina.

La visita es muy recomendable y su interior es maravilloso, lástima que no se pueden hacer fotos pero aún así la gente no hizo mucho caso y todo el mundo sacaba fotos, así que con disimulo pude sacar algunas yo también entre todo el fervor religioso que se vive allí dentro.




















Acabamos la visita con muy buen sabor de boca, tanto por las explicaciones del guia como por esta maravillosa visita, así que volvemos para el minibus para poner rumbo a Tbilisi, dando por finalizado este bonito tour. Llegamos a Tbilisi sobre las 20h de la tarde, nos dejan en Old Tbilisi y nos despedimos del grupo.

Yo me quedo con Mari y Fernando y nos vamos los tres a tomar unas cervezas en una terraza mientras escuchamos música jazz en directo que están tocando, la verdad es que estamos muy a gusto con todo ese ambiente y al final nos acabamos tomando tres cervezas cada uno y salimos de allí pasadas las 23h de la noche, suerte que yo tengo mi alojamiento a dos minutos caminando, así que me despido de los chicos con la esperanza de volver a vernos mañana para ir juntos a visitar los monasterios de Davit Gareji en la frontera con Azerbaiyán, ya que ellos vienen de una boda en Armenia y no saben muy bien que hacer mañana y les he propuesto si quieren venir conmigo de excursión y aprovechar el día.


Llego a mi alojamiento y estoy muerto, no hay nadie y aprovecho para meterme una merecida ducha, y cuando salgo me encuentro a Leo, el responsable del hostel, que me invita a sentarme un rato en el comedor con él y charlar a pesar de ser las doce de la noche, por lo visto no lo está pasando bien con su pareja que también vive en el hostel (ambos son gays) y necesita desahogarse, así que nos ponemos a hablar un rato hasta que nos dan las 03h de la mañana!! Necesito urgentemente dormir y llego arrastrándome a mi habitación, veremos quién se levanta de aquí un rato!!

DÍA 3.- TBILISI - DAVIT GAREJI - TBILISI

Con mucho sueño de nuevo toca levantarse, aunque hoy no necesito madrugar demasiado ya que he quedado con Fernando y Mari a las 10:30h por si se quieren venir conmigo de excursión. En el hostel están todos durmiendo (de hecho solo quedan Leo y su pareja) así que como no hay nada para desayunar salgo con tiempo para hacerlo fuera antes de ponerme en ruta.

Para hacer la excursión a los monasterios de Davit Gareji situados en la región de Kakheti y a unos 100 kms de Tbilisi por una carretera que se te quitan las ganas de todo por el mal estado de conservación (sobretodo los últimos 30 kms) hay tres opciones. La primera es alquilar un coche y llegar tú mismo hacia allí, opción que descarté incluso cuando estaba organizando el viaje. La segunda opción es contratar un tour en muchas de las agencias repartidas por Old Tbilisi y que cuesta unos 100 GEL por persona (incluso los del hotel donde se hospedan Fernando y Mari les han ofrecido un transporte privado por 150 €). Y la tercera opción, la más recomendable y la que elegí yo es hacerlo por semilibre, pero es posible? La respuesta es sí pero apenas existe información de como hacerlo, así que cuando estaba organizando mi viaje encontré información de la Gareji Line y no me lo pensé dos veces, consiste en un shuttle bus que sale cada día a las 11h de la mañana desde la Plaza de la Libertad de Tbilisi, se llega sobre las 13:30h a Davit Gareji y haces la visita por libre durante 3 horas (tiempo más que suficiente) y a las 16:30h vuelves en el mismo bus hacia Tbilisi haciendo parada en el camino para comer en la población de Udabno, llegando a Tbilisi sobre las 20h de la tarde, y todo por el módico precio de 30 GEL (algo más de 9 €), así que la diferencia económica es considerable como para no tenerla en cuenta.




A las 10:30h ya estoy en la Freedom Square y me voy directamente a un lateral donde se encuentra la estatua de Pushkin (la de la foto), lugar de encuentro del tour según mi información. No hay nadie esperando y empiezo a sospechar que quizás este tour ya no exista y tenga que cambiar de planes a estas alturas de la mañana, además la pareja española que conocí ayer no aparece y me hago la idea de que se han quedado durmiendo y no van a aparecer. Mientras espero un poco fumándome un cigarro se me acerca una chica y me dice si voy a Davit Gareji, le contesto afirmativamente y me dice que ella es la responsable del tour, así que me alegro y confirmo que si no pasa nada se va a hacer el tour. A las 10:45h empieza a llenarse aquello de viajeros y me quedo más tranquilo, pero al final hay tanta gente que no cabemos en un minibus y la chica lo soluciona llamando por teléfono para que pongan otro minibus más. Finalmente aparecen mis amigos de ayer por los pelos y a las 11h aparecen los dos minibuses, le pagamos a la chica los 30 GEL por persona y nos subimos para empezar el tour.

A medio camino hacemos una parada en una gasolinera con supermercado para que la gente se aprovisione de comida o bebida porque en la zona de los monasterios no hay nada de nada, así que recomiendo comprar aunque sea agua porque el lugar a donde vamos está en una zona desértica y muy árida casi en la frontera con Azerbaiyán y hace muchísima calor. Hasta llegar a la población de Sagarejo la carretera es bastante normalita, pero a partir de aquí se acaba la carretera y se debe transitar por caminos de piedra durante 30 kms, convirtiéndose en un maldito infierno.







Sobre las 13:30h por fin llegamos, tenemos todos el culo cuadrado de los últimos kms y lo que más me apetece es andar a pesar del calor infernal que hace a estas horas en esta zona, por eso es muy importante ir bien preparado para hidratarse. Este complejo fue fundado en el S. VI por el Santo Davit Garejeli para difundir el cristianismo en el país. Se compone de varios monasterios excavados en la roca y el primero al que se puede acceder es al Monasterio Lavra, lugar donde está enterrado el Santo y dos de sus discípulos. En el interior encontraremos la pequeña Iglesia de San Nicolás.

















Dejamos esta interesante visita para seguir recorriendo el complejo, esta vez solamente debes seguir el camino que hay sin asfaltar y empezar a subir cuesta arriba hasta llegar al Monasterio de Udabno, que se encuentra excavado en las rocas y que en su momento se utilizaban como celdas. El problema vino cuando poco antes de llegar vimos a una docena de militares allí armados hasta los dientes, nos informan amablemente que no se puede seguir subiendo ya que las relaciones con los azeríes, sin ser malas, tampoco son todo lo buenas que deberían ser y cada uno está custodiando militarmente su terreno, así que no es buena idea tentar a la suerte. La mayoria de viajeros se dan la vuelta para volver al Monasterio Lavra, nosotros sin embargo nos relajamos allí y nos ponemos a hablar con los militares georgianos, son gente amables y hablamos un rato sobretodo de fútbol, el tema que nos hace derribar muchas puertas en muchos países, incluso los militares nos aconsejan escoger otro camino secundario para llegar a los Monasterios de Udabno sin poder acceder pero para tener otra panorámica diferente del complejo, pero nos piden que no los fotografiemos ni a ellos ni a los azeríes para evitar problemas, así que le hacemos caso y nos vamos hacia arriba.











Después de contemplar las maravillosas vistas y de descansar un rato allí arriba toca ir volviendo de nuevo para abajo si no queremos quedarnos en tierra, volvemos a saludar y nos despedimos de los militares que han sido súper amables con nosotros y volvemos al punto de encuentro con los otros viajeros, todavia falta media hora para salir que aprovechamos para seguir fotografiando los alrededores del complejo, hidratándonos o ir al baño, que son de pago.





A las 16:30h arranca nuestro minibus y toca ir volviendo para Tbilisi pero antes haremos una parada en la población de Udabno que está a unos 30 minutos de los monasterios, donde nos llevan a una especie de granja y nos dan una hora aproximadamente para comer, donde pido un plato nuevo en la rica gastronomia georgiana, el ojhakuri junto con una cerveza, que me acaba encantando ya que está bastante sabroso, y es que los platos de cuchara en este país están muy buenos! La comida me sale por 12 GEL (algo más de 3 €), un precio estupendo por su calidad y porque el restaurante está en medio de la nada dentro de un tour donde solamente acuden turistas y pensaba que sería mucho más caro.




Después de comer y con mucha pereza toca ponerse en marcha para llegar a Tbilisi, que lo hacemos de una tirada y sin ninguna parada más donde nos vuelven a dejar en la Freedom Square de Tbilisi pasadas las 20h de la tarde. Ha sido un tour muy interesante pero sinceramente, si no vais sobrados de tiempo y dada la incomodidad para llegar hasta allí por culpa de sus carreteras, yo preferiría dedicar todo este día entero en visitar otros lugares de Georgia que personalmente encuentro más interesantes, por ejemplo la zona de Svanetia.

Fernando y Mari se vienen conmigo para tomar nuestra última cerveza juntos, ya que mañana yo me voy de Tbilisi para moverme a otro lugar y ellos se quedan en Tbilisi pero al día siguiente vuelven a Yerevan (Armenia) para tomar su vuelo de vuelta a España, así que hoy es el último día que nos veremos. Como ellos no saben muy bien que harán mañana me piden que les haga el favor de indicarles como se llega al barrio de Abanotubani y reservarles cita en uno de sus centros de agua termales, así que nos vamos para allá y les hago la gestión, ahora solamente toca relajarse un rato en una terraza mientras nos tomamos una cerveza y picoteamos algo de comer, que terminando a las 18h de la tarde de comer no tenemos mucha hambre.





Después de la mini cena a base de varios surtidos de khinkalis de los que me estoy enganchando y de unas cervezas, a las 23h de la noche me despido de mis amigos, una pareja muy agradable con la que he compartido buenos momentos y buenas conversaciones junto a ellos, pero mañana me toca madrugar de nuevo y llevo acumulando mucho sueño cuando solamente llevo 4 días de viaje, así que quiero ponerle remedio. Llego al hostel y no hay nadie, hoy es viernes y Leo aparte de llevar el hostel se dedica a relaciones públicas repartiendo panfletos por la calle de una conocida discoteca y animando a la gente a ir de fiesta, así que pienso que almenos podré descansar mientras está trabajando. Después de una ducha y de dejar la mochila preparada, pasada la medianoche me meto en la cama.

DÍA 4.- TBILISI - ANANURI - GUDAURI - STEPANTSMINDA

Dormía plácidamente cuando a las 04h de la mañana han llamado a mi puerta, he intentado no hacer mucho caso pero han insistido, así que preocupado me he levantado a abrir y he visto que era Leo que venía de fiesta, me ha pedido si podemos hablar un rato y le he señalado el reloj pero me ha dicho que está bastante mal y que necesita hablar... así que por no negarme nos vamos a la cocina mientras prepara algo para cenar (mientras me maldigo por hacerle de psicólogo de madrugada), finalmente se le va la olla y prepara pasta para los dos, que yo no sé si estoy cenando o desayunando a las 04:30h de la mañana!! Estamos de cháchara hasta las 06h de la mañana, nos despedimos y me voy para mi habitación, hago un poco de tiempo hasta las 07h de la mañana que tenía previsto levantarme y media hora después agarro las mochilas y me voy caminando hasta la estación de metro de Avlabari, hago el trayecto hacia la estación de Didube y justo al lado hay una gran explanada de marshrutkas hacia cualquier punto del país, así que pregunto por la que va hacia Stepantsminda o Kazbegi parando en ruta en Ananuri por la Georgian Military Road (Carretera Militar Georgiana), siendo uno de los trayectos más bonitos que puedan existir, próxima a la frontera con Rusia.



No tengo que buscar mucho porque de seguida me aborda un hombre que me pregunta a dónde quiero ir, le comento que a Kazbegi y me dice que le acompañe, curiosamente él es el conductor de esa marshrutka y está buscando viajeros para completarla, me confirma que hace paradas en Ananuri y Gudauri, dejo la mochila en el maletero y me hace sentarme en el asiento del copiloto, así que voy a disfrutar muchísimo del trayecto. Hay que tener mucho cuidado y asegurarnos que haga estas paradas en ruta si estamos interesados en hacerlas, en caso contrario existen otras marshrutkas que hacen el trayecto directamente hasta Kazbegi sin hacer estas paradas y cuesta solamente 10 GEL por persona.

Esperamos un poco para llenar los dos asientos que faltan y sobre las 08:30h abandonamos Tbilisi, le pago los 25 GEL que cuesta el trayecto (unos 7 €) y nos ponemos en marcha, siendo la primera parada una hora después en Ananuri, donde visitaremos una de las estampas más fotografiadas del país, su fortaleza medieval del S. XVII donde nuestro conductor nos deja en el parking para hacer una visita rápida de unos 15 minutos pero suficientes.













La mejor panorámica para fotografiar la Fortaleza de Ananuri es sobre el puente a pie de carretera, desde donde se obtienen las mejores vistas junto al Lago Aragby, así que el grupo somos bastantes respetuosos y cuando acabamos nos vamos de nuevo al coche para continuar la ruta, a partir de este momento el trayecto es todo en ascensión a través de las maravillosas montañas del Cáucaso, y a pesar de la cantidad de camiones que nos vamos encontrando y de lo mal que conducen los georgianos no puedo dejar de parpadear en ningún momento a través de la ventanilla, por un momento parece que estemos en Suiza y no en Georgia. Llegamos a Gudauri que es un resort de invierno sin relativa importancia ya que no paramos y sí lo hacemos a continuación en el mirador más popular de la ruta, se trata del Monumento a la Amistad entre Georgia y Rusia (que no pasa por su mejor momento después de la invasión de Osetia del Sur y Abjasia), construido en 1983 para conmemorar el bicentenario de la adhesión de Georgia al Imperio Ruso dejando atrás tantos años formando parte del Imperio Persa.
















Dicho mirador se encuentra a 2380 metros de altitud y tiene unas maravillosas vistas a las montañas del Cáucaso, solamente observaremos naturaleza desbordante y montañas de más de 5000 metros de altitud, un anticipo para ir abriendo boca de la belleza y maravillas que me esperan en los próximos días recorriendo el país, incluso es posible ver aventureros lanzándose en parapente. También es muy bonito el recorrido desde el parking hasta el mirador todo lleno de tenderetes de vendedores de frutas que tenía una pinta estupenda, lástima que todavia tengo en la garganta los spaghettis de Leo que me he comido a las 04h de la mañana!!








Volvemos al parking y nos ponemos de nuevo en ruta a través del Jvari Pass o Military Road, ahora ya no haremos más paradas hasta llegar a Stepantsminda, que se encuentra a menos altitud y por eso nuestra ruta ahora es de bajada pero sigue siendo espectacular, no puedo evitar quitar ojo de esos maravillosos paisajes y hacer algunas fotografías desde mi posición previlegiada de copiloto aunque tenga que aguantar la chapa del conductor que me habla en ruso.




Finalmente sobre las 13h llegamos a Stepantsminda o Kazbegi, la marshrutka nos deja en el centro del pueblo que apenas son cuatro calles y me voy en busca de mi alojamiento, no debe estar muy lejos pero las calles no tienen nombre y los carteles brillan por su ausencia, así que le pregunto a unos trabajadores que hay por allí y me dicen la calle y que mi hospedaje es la última casa, así que llego sin problemas. Llamo y nadie me responde así que como encuentro la puerta abierta me meto y después de esperar un poco sin que saliera nadie me meto hasta la cocina donde encuentro a una señora mayor cocinando, me sabe mal presentarme así en su casa pero no he tenido más remedio. La mujer solamente habla ruso así que lo tengo claro, me enseña mi habitación y por señas me dice que ya le pagaré mañana.

Me cambio de ropa y como está nublado y no tengo hambre decido atacar al Gergeti, la razón principal por la que llegamos todos los viajeros hasta aquí. Se trata de la Iglesia de la Trinidad de Gergeti (Tsminda Sameba), que se encuentra a casi 2200 metros de altitud a los pies del Kazbegi y con un desnivel de 400 metros.

Existen varias formas de llegar a él, la más fácil y por la opción que optan la mayoria de turistas que contratan esta excursión de un día desde Tbilisi es subir en coche por una carretera panorámica, donde te dejan a los pies de la iglesia y solamente debes andar 150 metros, así que personalmente esta opción no la contemplo porque te pierdes muchas cosas por el camino. Otra opción es caminar hasta el final del pueblo y una vez que atraviesas el puente alquilar un coche o taxi para que te suban hasta arriba en poco más de 10 minutos, esperan tu visita y de nuevo de vuelta para abajo, con un coste de unos 20 € por persona, así que como la opción anterior, tampoco me interesa. Y la última opción y la que escogemos los viajeros que llegamos hasta aquí porque nos gusta la naturaleza y la aventura es hacer un trekking, empiezas a ascender a través de caminos empedrados con un desnivel de más de 400 metros y el camino se hace de cada vez más duro y peligroso, lo peor es que tienes que estar seguro de hacerlo porque una vez empezado no hay vuelta atrás por la peligrosidad del camino, de hecho me comentaron que dos meses antes de mi visita murieron dos turistas haciendo este recorrido, así que hay que llevar buen calzado y estar un poco en buena forma porque yo no lo estoy y lo pasé fatal, tuve que parar muchas veces a descansar porque cometí la imprudencia de no llevar ni una botella de agua, ni comida ni ir descansado, así que otros viajeros me iban apoyando hasta llegar con el corazón en la mano de lo mal que lo pasé. Al final todo tiene su recompensa, como siempre.





























Se estima que una persona que tenga buena condición física puede tardar en hacer este trekking entre 2 y 3 horas, yo sin embargo con todas las paradas que hice por el camino para hacer fotografías y descansar de las pájaras que me daban lo hice en unas 4 horas, pero a mi ritmo y sin prisas y con la recompensa final de haberlo conseguido. Una vez arriba conseguí hidratarme y refrescarme en una pequeña fuente y después de tanto esfuerzo pude visitar la pequeña Tsminda Sameba (Iglesia de la Trinidad), donde encendí mis velas para pedir mis deseos y después de un rato deleitándome de las maravillosas vistas desde allí arriba, decido volver para abajo ya que tengo unos 4 kms hasta llegar al pueblo, tengo frio y no quiero que se me haga de noche.







Decido bajar por la carretera que es menos peligrosa (por donde suben los turistas con coches), son las 20h de la tarde y apenas hay movimiento pero me esperan unos 4 kms con todo el tute que llevo acumulado, cuando llevo 15 minutos caminando empieza a llover y de cada vez con más fuerza, ya me hago la idea que voy a llegar empapado pero hoy es mi día de suerte, veo que viene a lo lejos un coche y mientras sigo caminando decido poner el dedo haciendo autostop y voilà, el coche para y le pregunto si me puede llevar hasta el pueblo, me dicen que suba y se bajan dos chavales y me dejan ir a mi delante, es un Jeep Compass todoterreno y los que me han parado es una familia italiana de Udine, muy cerca de los Alpes y los Dolomitas italianos, el que conduce es el padre, Geovani, y atrás van sus dos hijos, Andrea y Alessio, todos son muy tifosis del Udinese y llegaron ayer de vacaciones a Georgia desde Tbilisi y hoy es el primer día del alquiler de coche y todavia no saben muy bien como funciona un coche automático, así que como yo he conducido coches automáticos me ofrezco a que pare y mirarles porque no les acababa de ir bien, así que paramos en un escampado grande y después de estar mirándolo un rato veo que tienen activada una palanca de freno que se encuentra debajo del salpicadero, así que con el tema resuelto llegamos en un momento al pueblo, nos damos las gracias mútuamente y nos despedimos, sin saber que días más tarde nos volveriamos a encontrar y compartir juntos otro tramo del viaje y buenos momentos.

Como estoy muy cansado y sigue lloviendo no me apetece nada ir a mi alojamiento a ducharme y cambiarme de ropa para volver a salir a cenar, así que como la señora del hostel me ha dicho que puedo utilizar la cocina y solamente estoy yo alojado, decido pasar por el supermercado del pueblo donde me encuentro por lo menos a la mitad de viajeros con los que he coincidido esta tarde en la ascensión a la Tsminda Sameba, hago una mini compra para cenar y mañana desayunar (16,30 GEL) y me retiro a mi alojamiento, donde después de una reconfortante ducha, hacerme la cena y dejar todo recogido, me meto en la cama arrastrándome, deseando poder recuperar algunas horas de sueño y que tanto esfuerzo no me pase factura.

DÍA 5.- STEPANTSMINDA - TBILISI

Hoy me he despertado a las 07:30h, he dormido genial pero tengo unas agujetas impresionantes después de toda la paliza de ayer. Esta noche tengo que estar en Tbilisi para tomar el tren nocturno que me lleve a Bakú, en Azerbaiyán, así que mis planes iniciales pasan por aprovechar la mañana en Stapanstminda para hacer otro trekking más sencillo para visitar las Cascadas de Gveleti y de vuelta hacer el check out y volver para Tbilisi, pero todos mis planes cambian cuando me asomo por la ventana y veo que ha estado toda la noche lloviendo y aún a estas horas lo sigue haciendo, confio en que deje de hacerlo mientras me preparo el desayuno y hago la mochila, pero no es posible. Como no quiero perder toda la mañana esperando si llueve o deja de hacerlo paso al plan B, que es prescindir de la visita que bastante cascado estoy ya y tomar la primera marshrutka que vaya para Tbilisi y dedicar el día a visitar lo mucho que me queda por conocer de la ciudad, siempre y cuando consiga algún lugar donde llegar mi mochila grande hasta que salga esta noche mi tren para Bakú.

Me despido de la señora de la casa y le pago mi habitación (30 GEL) y me voy para la zona desde donde salen las marshrutkas que se encuentra a dos calles de mi alojamiento, pregunto por la primera marshrutka que salga para Tbilisi haciendo el trayecto directo y un señor con una furgoneta roja me dice que cuando se llene un poco más sale, así que dejo la mochila en el maletero y me voy a buscar un buen sitio para no ir apretados, que normalmente suelen ser los asientos individuales o los de la primera fila pero depende mucho de la composición de la marshrutka.


Empiezan a llegar algunos viajeros que conozco de la ascensión de ayer y que exactamente como me ha pasado a mi han tenido que cambiar de planes sobre la marcha y de seguida llenamos la marshrutka, por lo que sobre las 09h de la mañana abandonamos Stepanstminda rumbo a Tbilisi, por delante tenemos unas 3 horas de trayecto donde no puedo quitar ojo de los maravillosos paisajes montañosos que nos encontramos mientras recorremos la Georgian Military Road.

Hacemos una breve parada de 10 minutos a medio camino para estirar las piernas en medio de la nada donde hay una pequeña cascada y una cafeteria y un poco más tarde de las 12h ya estamos de nuevo en la estación de Didube de Tbilisi, donde solamente tengo que dirigirme hacia la estación de metro para bajarme tres paradas después en la estación central de trenes, donde voy a investigar donde puedo dejar mi mochila hasta la noche que tenga que tomar el tren. Después de subir a la planta de arriba donde compré los tickets de tren internacionales le pregunto a un segurata y me dice que saliendo a  los andenes de la estación a mano izquierda hay una consigna de equipajes, así que me voy para allá y me atiende un señor mayor, me pide el pasaporte y al ver que soy español se me enrolla con el fútbol, me pregunta cuánto tiempo quiero dejar la mochila y me la mete en un armario individual cerrado con candado, me hace un recibo que debo entregar cuando recoja la mochila, me devuelve mi pasaporte y me cobra 5 GEL, aproximadamente 1,5 € por tener mi mochila en consigna por unas 7 horas.


Ahora que estoy libre de equipaje y me he quitado un peso de encima me vuelvo de nuevo a la estación de metro y me voy hacia Avlabari, donde voy a intentar visitar gran parte de la ciudad de Tbilisi si el tiempo me lo permite ya que hoy está muy nublado. Voy bajando hasta llegar de nuevo al Rike Park desde donde se tienen las mejores vistas del Peace Bridge e iré recorriendo sus calles decadentes y llenas de arte hasta llegar a la Clock Tower, donde se encuentra el Teatro de Marionetas, todo este recorrido pertenece a la zona de Old Tbilisi que es el más turístico de la ciudad y se puede hacer perfectamente en un par de horas.





























La verdad es que es un agradable paseo toda esta zona de Old Tbilisi, llego a la altura de la Sioni Catedral pero decido visitarla cuando vuelva a la ciudad en los próximos días y como estoy a la altura de donde tenía mi alojamiento mis primeros días en Tbilisi tengo miedo de volver a encontrarme a Leo así que no quiero quedarme mucho por aquí, me voy caminando hacia la Meidan Square y un poco más arriba, en la calle Jerusalén, se encuentra el restaurante donde estuve cenando el otro día con Mari y Fernando cuando vinimos de visitar Davit Gareji, el restaurante se llama Kero Restaurant y me gustó mucho y encima barato, así que no dudo en irme para allí y comer en su terraza, donde esta vez me pido algo más ligero porque no quiero tener problemas en el tren nocturno rumbo a Azerbaiyán, así que me pido un rico kebab y una cerveza que me sienta genial, pagando en total 12,70 GEL (algo menos de 4 €).



Termino de comer y todavia tengo algo de tiempo para exprimir más la tarde hasta que no salga mi tren a las 20:35h, así que cruzo la Meidan Square y me voy a otro de los barrios con más encanto de la ciudad, Abanotubani, que significa "barrio de los baños". En esta zona encontraremos la zona de los baños sulfurosos que es una herencia de los tiempos en que el país perteneció al Imperio Persa, y no hay más que observar la maravillosa fachada de los Baños Orbeliani, que por un rato parece que nos hemos transportado a la mítica Samarkanda. Aunque es un gran reclamo turístico, los precios no están acorde al nivel de vida del país, así que es posible hacerlo en otros que están en la misma zona y son mucho más económicos, aunque yo no llegué a probar ninguno durante mi estancia en la ciudad pero pude comprobar los precios cuando fui a hacerle la reserva a mis amigos de Burgos. De todos modos, tanto si vas a visitar alguno de sus baños como si no lo haces, es muy recomendable visitar el barrio de Abanotubani por su arquitectura árabe y persa como por sus relajadas calles y sus bonitos rincones.


























Abandono la zona y me voy caminando por las decadentes calles de Tbilisi hacia la Tavisuplevis Moedanis (Plaza de la Libertad) donde ya he estado varios veces por aquí pero que su margen derecha es el comienzo de una avenida que no tiene nada que ver con lo visto hasta ahora en la ciudad, y es que la Avenida Rustaveli es la zona comercial y pija de la ciudad, llena de boutiques y tiendas de marcas de lujo y por donde se pasea la clase alta georgiana, solamente interrumpida por el edificio del Parlamento de Georgia que ya no es el oficial ya que desde hace pocos años se encuentra en Kutaisi, y el edificio de la Ópera, todo lo demás son tiendas y tiendas que se extienden a lo largo de una avenida de 1,5 kms hasta llegar a la calle Kostava. No voy a decir que sea una zona que me gustara mucho y más viendo las desigualdades económicas que hay en el país y donde más pobreza he visto de todos los países que he visitado por Europa pero es cierto que cuando se visita un país nuevo hay que ver lo malo y también lo bueno.













Al final de la avenida se encuentra la estación de metro Rustaveli, son las 18h de la tarde y no debo entretenerme mucho para no perder el tren, ya que es la primera vez que voy a cambiar de país por el Cáucaso y no tengo ni idea de lo que me voy a encontrar y prefiero ser precavido, así que decido ir a visitar otra zona de Tbilisi y cuando acabe me iré hacia la estación con tiempo suficiente.

Tomo el metro en Rustaveli y mi siguiente destino será Marjanishvili, podriamos decir que sería el barrio de la cultura y bohemio de la ciudad, donde destaca su maravilloso Teatro Marjanishvili, sus pequeñas librerías y su pequeña zona de arte con algunos bonitos graffitis, pero también la zona donde he visto más inmigración y pobreza de toda la ciudad, que tratándose de Tbilisi ya es decir.


















Con la tontería son más de las 19:00h y al final voy a tener que correr para no llegar tarde, tomo el metro en Marjanishvili y en poco más de 10 minutos llego de nuevo a la estación central de Tbilisi, lo primero que hago es ir a recuperar mi mochila grande en la consigna y al ver que todavia tengo algo de tiempo me voy de nuevo fuera de la estación donde al otro lado de la carretera hay un supermercado Spar donde aprovecho para comprar bebida y algo de comer para esta noche en el trayecto en tren, ya que por delante me esperan unas 10 horas. Vuelvo de nuevo a la estación y mientras termino de fumarme un cigarro llega el tren 20 minutos antes, localizo mi puerta y le enseño a mi provanitsa (azafata rusa) mi ticket junto a mi pasaporte y accedo a mi camerino, donde soy el primero en llegar. Aprovecho para ir al lavabo a cambiarme de ropa y asearme un poco y cuando vuelvo me encuentro a mis compañeros de camerino, un profesor de universidad azerí y una pareja de alemanes que también están haciendo una ruta por el Cáucaso y que lo extenderán hasta Uzbekistán, buenos viajeros con los que me pasé casi toda la noche conversando y sin apenas pegar ojo. Muy contento por como ha ido mi día después del cambio de planes y un acierto total dedicar la mayor parte de la tarde en visitar tranquilamente Tbilisi, no era fácil decidir en tan poco tiempo el cambio de ruta y más cargado con todo el equipaje encima.

A partir de aquí podéis seguir la continuación de mi viaje en el diario de Azerbaiyán donde estuve dos días que fueron muy intensos hasta mi vuelta de nuevo a Tbilisi para seguir recorriendo la segunda parte de mi viaje por Georgia.

DÍA 6.- TBILISI - KUTAISI

Después de dos días muy intensos recorriendo Bakú y de toda la noche viajando en tren por fin llego a Tbilisi sobre las 08h de la mañana, pero si no tuviera suficiente con todo el tute que me he metido, solamente llegar a la estación central de trenes de Tbilisi me voy para el metro directo a la parada de Didube y pregunto por la primera marshrutka que vaya para Kutaisi, mi siguiente destino. Por suerte no debo esperar mucho mientras desayuno algo en un tenderete de la estación y nos ponemos en marcha, estoy bastante cansado pero prefiero adelantar camino y aprovechar al máximo mi tiempo.

De Tbilisi a Kutaisi hay unos 230 kms que traducido en tiempo de conducción es de aproximadamente 4 horas, dependiendo del tráfico, así que sobre las 13h del mediodía llegamos a Kutaisi, donde la marshrutka nos deja en una desvalijada estación de autobuses delante de un Mc Donalds, así que aprovecho para entrar y comerme un menú (solamente piso estos locales de vez en cuando mientras estoy de viaje), que me cuesta 6,25 GEL (no llega a 2 €) aunque el propósito de la visita era ir al baño y aprovechar el wifi para mirar como llegar a mi alojamiento. Casi enfrente del Mc Donalds me subo al bus número 1 que hace una ruta circular pasando por el centro de la ciudad que se encuentra a unos 3 kms, el ticket cuesta 0,40 GEL (0,12 €) y le pregunto al conductor si me puede avisar donde bajarme para ir a mi alojamiento, mi sorpresa viene cuando después de unos 20 minutos de trayecto para el bus y me llama para que me baje, y es que el majete del conductor ha parado el bus en la misma puerta de mi hostel por lo que no tengo que buscar nada.


Hago el check in en el Star Hostel, en principio reservo para una noche pero es posible que me quede dos, depende lo cansado que me encuentre, aunque no hay problemas de disponibilidad. El hostel está bastante bien y a unos 5 minutos caminando de las Colchis Fountain, considerado el centro de la ciudad.






Sería posible poder visitar todo lo más interesante de Kutaisi y alrededores en una sola jornada si madrugas mucho y vas a piñón, pero yo recomiendo hacerlo tranquilamente en dos días y tampoco te va a sobrar mucho tiempo. Hoy decido hacer solamente un par de visitas que me van a ocupar toda la tarde, como es visitar las Prometheus Cave y la Catedral de Bagrati.

Las Prometheus Cave se encuentran en la población de Kumistavi, a unos 20 kms de Kutaisi, así que se me acerca un tipo que seguramente sea taxista y le pregunto cuánto me cuesta llevarme allí, y después de regatear me dice que 40 GEL (ida, espera de una hora y vuelta a Kutaisi), le digo que me lo pienso y me voy al plan B que traigo organizado desde casa, que es ir en transporte público. Me voy hacia el otro lado del puente y espero al bus número 30, le pregunto si va en dirección a Tskaltubo y después de pagar el ticket (2 GEL) me bajo en la última parada que está al lado del mercado, y allí mismo me subo al bus número 42 (1,50 GEL) que me deja en la misma puerta de las Prometheus Cave, aunque he tenido suerte porque el último bus hasta aquí es a las 15:30h. El horario de visita es de 10h a 18h, y existen diferentes precios, siendo la entrada normal de 23 GEL para hacer la visita a pie, y después se puede pagar adiccionalmente 17,25 GEL para hacer un paseo en barca de 10 minutos por el interior de las cuevas, así que yo solamente voy a visitar la primera opción, para mi más que suficiente.





La visita está bien si quieres ver algo diferente y no quieres pasar mucha calor, me recuerda mucho a la visita que hice en Guilin (China), pero tampoco es para tirar cohetes y si vais justos de tiempo es una visita prescindible, además el precio de la entrada me parece un poco caro teniendo en cuenta el nivel del país, no puede ser que la entrada para ver unas cuevas iluminadas de colores cueste casi lo mismo que cuatro menús del Mc Donalds o el trayecto de ida y vuelta de Tbilisi a Kutaisi (500 kms), pero aún y así es una visita curiosa y chula pero tampoco os la recomiendo como visita imprescindible, aunque todo es cuestión de gustos.

Al salir vuelvo a hacer la misma ruta que cuando he venido, el bus especial número 42 hasta el mercado de Tskaltubo y de allí el bus número 30 hasta Kutaisi, llegando de nuevo al centro de la ciudad sobre las 19h de la tarde, donde todavia tengo tiempo de hacer mi última visita por la ciudad.






Después de visitar un poco algunas calles de Kutaisi me dirijo a la Catedral de Bagrati, encaramada en lo alto de una colina, data del S. XI y fue contruida bajo el mandato del rey Bagrat III, uno de los monarcas más importantes de Georgia. A finales del S. XVII y durante los tiempos de la invasión del imperio otomano la catedral fue destruida pero fue reconstruida de nuevo en los años 50 y terminada en el año 2012, así que es relativamente nueva. Para llegar hasta allí se puede hacer en coche o bien caminando por una subida de no más de 15 minutos y de bastante fácil acceso, donde a estas horas hay bastantes fieles rezando en su interior. El horario de visita es de 09h de la mañana a 21h de la noche y es gratuita. Para mi personalmente es una visita imprescindible en Kutaisi.













El interior de la Catedral de Bagrati no es el mejor que he visitado en Georgia ya que es bastante pobre, apenas tiene frescos ni otros componentes religiosos decorativos sino más bien es todo piedra, así que aprovecho para poner mis velitas de rigor y pedir mis deseos y después de terminar de visitarla me voy hacia el exterior de la catedral, que para mi es lo mejor de la visita ya que desde aquí arriba se tiene unas vistas muy bonitas de toda la ciudad de Kutaisi y alrededores, así como de una panorámica excelente de la misma catedral.










Amenaza tormenta así que ya va siendo hora de despedirme de este bonito lugar y volver al centro de la ciudad, lo hago por el mismo camino que me ha traido hasta aquí y en menos de 10 minutos ya estoy de nuevo cerca de la Colchis Fountain, donde me voy en busca de algún restaurante para cenar ya que estoy desde el mediodía sin comer nada. En Kutaisi no es muy díficil encontrar algún lugar para cenar porque en una calle de las que salen de las Colchis Fountain está todo lleno de terrazas y restaurantes donde a los georgianos les gusta mucho salir, ya que apenas he visto turistas extranjeros desde que he llegado. Casi sin querer llego a uno de los murales más famosos de Kutaisi (después encontraría otros más chulos) y que tenía previsto buscar mañana, así que me entretengo un rato por allí haciendo fotos porque coincido con muchachas que iban de influencers y no dejaban hacer fotos a nadie, al final les he tenido que decir amablemente que los demás también queríamos hacer fotos y hasta nos hemos caido bien porque hemos estado hablando un rato y hasta me han pedido que me haga fotos con ellas.




Después de darme varias vueltas por la zona sin decidirme finalmente acabo en uno cuyo nombre no apunté pero que su especialidad eran los khinkalis, y como los dos últimos días no los he probado porque estaba en Azerbaiyán, pues no lo he dudado en ningún momento, ya que me volví muy adicto y muy fan de los khinkalis en Georgia. Así que me pedí un kachanapuri normal pequeño (que al final fue grande porque esta gente no calcula bien las medidas y me tuve que dejar más de la mitad) y un surtido de khinkalis de varios ingredientes diferentes, junto con una especie de limonada de un color raro que parecia sangría pero con sabor a pera que estaba muy buena (me trajeron una jarra pequeña, por lo visto me vieron con cara de sed) ya que no tenían cerveza, pagando en total 15 GEL, un precio estupendo por la cantidad de bebida y comida que me sirvieron pero con la pena que sobrara tanta cantidad de comida.




Cuando termino de cenar me voy para mi alojamiento mientras bajo un poco la cena, estoy bastante cansadillo y quiero recuperarme mientras decido si mañana me quedo en Kutaisi o me voy para Mestia, no tengo alojamiento reservado y tengo que decidirme antes de abandonar el hostel mañana, así que de camino me paro en un supermercado a comprar agua para esta noche y cuando estoy dentro escucho que me llaman, me giro extrañado y es Geovani junto a Alessio y Andrea, la familia italiana que conocí bajando del Kazbegi y que me subieron en su coche hasta el pueblo. Nos saludamos y estamos un rato hablando en la puerta del supermercado, ellos han estado dos días en un apartamento de Kutaisi y mañana se van para Mestia, me preguntan por mis planes y si tengo ya transporte para llegar hacia allí y cuando les digo que no se ofrecen para que me vaya con ellos, les digo que no quiero molestar y al momento me dicen que quedamos a las 08h de la mañana en la Colchis Fountain, que esté preparado con mi equipaje que pasarán a recogerme para irnos todos juntos, así que contento de volver a encontrármelos quedamos para mañana, toca ducharse y meterse en la cama para volver a madrugar pero no quiero desaprovechar la oportunidad, así que a mi vuelta de Svaneti y Mestia ya continuaré visitando todo lo que me queda de Kutaisi. No creo mucho en las casualidades y siempre digo que si pasa algo siempre es por algo, pero esta casualidad me ha alegrado la noche y me ha dado un chute de energía que tenía ya un poco agotadas producto del cansancio.

DÍA 7.- KUTAISI - MESTIA

Después de otro madrugón me voy en busca de mis compañeros, somos bastante puntuales y poco antes de la hora acordada salimos dirección Mestia, la población más importante de la región del Alto Svaneti, por delante nos esperan unos 230 kms que recorreremos en aproximadamente algo más de 5 horas con paradas incluidas, ya que al principio la carretera es bastante aceptable pero después son carreteras de montaña en mal estado y llena de curvas que conviene ir despacio mientras se disfruta del paisaje. Hacemos una parada para desayunar y estirar las piernas, y otra parada para comprar algo de fruta en los vendedores que se ponen en los arcenes de las carreteras, una imagen muy curiosa y típica de Georgia y por lo visto es muy común.







A primera hora del mediodía llegamos a Mestia, los chicos me ofrecen quedarme en su alojamiento pero no quiero abusar de tanta confianza, bastante que me han traido hasta Mestia sin querer cobrarme nada (solamente he podido invitarles a desayunar), así que les digo que anoche ya reservé alojamiento, ellos van a estar cuatro días por esta zona pero yo no dispongo de ese tiempo porque de aquí dos días tengo que volver a Tbilisi para coger el tren nocturno para irme a Armenia, así que intentaré aprovechar lo que me queda de tarde y mañana para disfrutar de toda esta zona, de todas formas nos cambiamos los teléfonos por si hubiera algún cambio de plan o quiero acoplarme en el viaje de ellos. Me voy para un alojamiento que he mirado esta mañana desde Kutaisi mientras desayunaba y no hay problema de disponibilidad, en principio le digo de quedarme dos noches pero después finalmente será una.

Después de estar un rato hablando con el dueño del hostel y escuchar sus recomendaciones, veo que lo voy a tener bastante complicado para hacer rutas de trekking porque no dispongo de coche, además de que hay poco turismo extranjero y los tours que organizan por las agencias necesitan un mínimo de personas y no se da el caso, así que lo que me queda de tarde la voy a aprovechar para visitar Mestia y sus alrededores, y mañana madrugaré para hacer un trekking hasta llegar al Glaciar Chaaladi, una de las rutas menos exigentes de la zona. Podéis encontrar más información sobre esta zona en esta maravillosa web de montañismo.












Después de una maravillosa tarde de tranquilidad y de respirar aire puro disfrutando de esta maravillosa naturaleza vuelvo para mi alojamiento, me meto una ducha y el dueño del hostel me propone si quiero quedarme a cenar esta noche en el hostel junto con los otros huéspedes, cuatro chicos alemanes, así que como no tenía planes ni sabía donde ir a cenar pues acepto encantado aún sabiendo que la cena cuesta el doble de lo que me costaría hacerlo fuera, pero es comida casera que está preparando la mujer del dueño y cocina 100% georgiana con platos que no había probado hasta ahora.

La verdad es que pasamos una cena muy divertida junto a los alemanes y los propietarios del hostel hablando de costumbres en nuestros países, de viajes y temas varios, con comida y bebida riquísima y en abundancia que desgraciadamente sobró bastante, y después de conocer a los alemanes que ya llevan unos días por esta zona me invitan a añadirme con ellos para hacer el trekking mañana al Glaciar Chaaladi, así que acepto encantadísimo para no ir solo.

Sobre la medianoche nos retiramos a descansar, ha sido un día largo de trayectos y caminatas, y encima he quedado mañana con los alemanes para empezar el trekking a las 06h de la mañana antes de que haga mucha calor, menudas vacaciones de madrugones me estoy pegando.

DÍA 8.- MESTIA - SVANETI - KUTAISI

Cansado y con mucho sueño me levanto a las 05:15h, la dueña del hostel ha tenido el detalle de levantarse y prepararnos algo de desayuno para que nos vayamos con las pilas cargadas, pero entre lo pronto que es y el atracón de cena de anoche apenas hay hambre. Para llegar al Glaciar Chaaladi primero hay que llegar a una zona que se llega en coche y que se encuentra a unos 15 minutos de Mestia, por suerte los alemanes llevan alquilada una furgoneta y llegamos pronto allí, a partir de ahora todo el trayecto hasta llegar al Glaciar será caminando en un trekking llano de unos 4 kms en ambos sentidos, recomendable para cualquier tipo de persona independientemente de su estado físico pero tiene que gustarle caminar por la montaña.
















El trekking finalmente nos lleva unas 4 horas entre la ida y la vuelta y las innumerables paradas que hacemos para sacar fotografías, así que como todavia es pronto decidimos seguir recorriendo la zona tranquilamente hasta la hora de comer, nos hubiera gustado hacer el trekking por los Lagos Koruldi, uno de los más exigentes que se ubica a 2750 metros de altitud con un desnivel de 800 metros y muchas rampas, que normalmente conlleva unas 8 horas de trayecto entre ida y vuelta, pero ni mi estado físico me permite realizar el trekking ni los alemanes tenían tiempo porque después de comer continúan su viaje hacia Batumi, una ciudad que yo había descartado desde el principio de la organización de mi viaje porque no tenía días y porque había leído que era el "Benidorm" georgiano con playa para descansar a orillas del Mar Negro, así que finalmente acabamos por la zona de Ushguli, a unos 40 kms de Mestia y a una hora y media aproximada en coche.








Después de pensarlo mucho y dada la mala combinación de transporte que existe en la zona, y como no me veo con fuerza de hacer mañana el trekking a los Lagos Koruldi, le digo a los alemanes si me puedo ir con ellos en la furgoneta de camino a Batumi para yo bajarme en Zugdidi, una población a medio camino entre Mestia y Batumi donde hay más transporte y combinaciones, una vez allí investigaré si quedan marshrutkas hacia Kutaisi y sino haré noche allí para mañana volver a Kutaisi, así que aceptan sin problemas pero ya que no me quieren cobrar nada por llevarme a Zugdidi les pido que almenos me dejen pagarle la gasolina, así que aceptan a regañadientes. Es maravilloso el buen rollo que hay cuando se viaja y lo que nos ayudamos los viajeros cuando estamos fuera, pero tampoco me gusta ir de gorrón a los sitios y que menos que colaborar en los gastos, aunque reconozco que yo soy el primero que nunca cobro nada a nadie si el trayecto me coge de camino.

Decidimos comer algo rápido porque a ellos les espera un trayecto de 5 horas hasta Batumi y no quieren llegar muy tarde y una vez recogidas nuestras mochilas nos ponemos en marcha, hasta Zugdidi hay unos 140 kms desde Mestia que lo hacemos del tirón en poco más de 3 horas, llegando pasadas las 17h de la tarde a Zugdidi. Me despido de los cuatro alemanes deseándonos disfrutar lo que nos queda de viaje y yo me voy a una destartalada zona de autobuses que me han indicado como llegar aunque la ciudad no es muy grande, pero incluso tiene hasta estación de trenes. Estoy de suerte y todavia hay marshrutkas que parten hacia Kutaisi, espero un poco a que se llene mientras me tomo algo por allí y sobre las 18h de la tarde salimos hacia Kutaisi, que se encuentra a poco más de 100 kms de distancia y tardamos algo más de dos horas en completar el trayecto.

De nuevo en Kutaisi, una ciudad que ya me resulta conocida y que me permite desenvolverme con total tranquilidad, me hubiera gustado haber pasado más tiempo en la zona de Svaneti pero al no disponer de coche las limitaciones son muy altas, aún así estoy muy satisfecho de haber recorrido lo que poco que he podido y deleitarme con su naturaleza y paisajes. Para no perder mucho tiempo me paro a cenar rápidamente en el Mc Donalds exactamente igual que ayer cuando llegué, aprovecho el wifi para reservar habitación para esta noche en el mismo hostel que ayer y me subo al bus número 1 que me lleve al centro de la ciudad, una vez allí solamente debo caminar 5 minutos hacia mi alojamiento, duchita reconfortante y a dormir, que estoy para que me cojan con pinzas.

DÍA 9.- KUTAISI - TBILISI

Hoy me espera otro día bastante intenso, tengo hasta las 15h aproximadamente para visitar todo lo que me falta de Kutaisi y alrededores (que no es poco) para después irme de nuevo a la estación de buses y tomar una marshrutka para que me lleve de nuevo a Tbilisi, donde prácticamente empalmaré con el tren nocturno que me llevará hacia Yerevan, capital de Armenia. Espero que salga todo bien porue no puedo permitirme el lujo de que falle nada y me quede en tierra porque eso haría que tuviera que reorganizar de nuevo todo mi itinerario. Una vez me prometí a mi mismo que haría slow travel y no le metería tanta caña en mis viajes porque uno ya tiene una edad, pero por más que lo pienso nunca soy capaz de hacerlo.

Después de desayunar empiezo con las visitas pendientes en la ciudad, si necesitáis un mapa de la ciudad o simplemente información justo al lado del puente hay una oficina de turismo, aunque al ser una ciudad tan pequeña lo mejor es recorrerlo a pie. Lo más destacable del centro de la ciudad es el Teatro Meskhishvili, el Museo Nacional Militar y alguna plaza con bonitos jardines, todo esto se puede visitar de un plumazo en muy poco tiempo.













A muy poca distancia se encuentra el Mercado Central de Kutaisi, más conocido como el Green Market. En él se venden todo tipo de productos a lo largo de pasillos y tenderetes, lo que más predomina son las hortalizas y la fruta que venden los campesinos directamente, en otra zona podemos encontrar la sección de carne, en otra la de quesos, etc... la gente no se inmuta por ver a extranjeros por allí, al contrario, normalmente pidiendo permiso y con respeto te dejan hacer fotos e incluso te dejan probar sus productos, sobretodo el postre o snack típico del país, el churchkhela, aunque tampocó me entusiasmó mucho siempre que lo comí. Lo más curioso fue un señor que se encaprichó en regalarme una sandía... pero señor, dónde voy yo con esta pedazo sandía si tengo que seguir de turismo por el país? Buena gente y humilde es lo que te encuentras por el país, lástima de la excesiva pobreza, pero siempre hay que ser agradecido y mostrar empatía hacia los demás.





























































El tiempo apremia así que después de un par de horas de visita y alguna charla con algún local, toca seguir visitando la ciudad. Esta vez toca dos de las visitas estrellas de los alrededores y que se pueden hacer seguidas porque están muy cerca entre sí, se trata del Monasterio de Gelati y el Monasterio de Motsameta. Como siempre lo ideal es alquilar un coche y llegar hasta allí tranquilamente pero no es mi caso, incluso muchos viajeros lo hacen caminando pero a mi ni se me pasa por la cabeza con las agujetas que tengo que voy medio cojo, así que otra opción es negociar con un taxista o bien tirar de transporte público.

Si escogemos esta última opción os diré que detrás del Teatro Meskhishvili se encuentra una pequeña parada de autobuses y marshrutkas, donde se puede tomar una para ir al Monasterio de Gelati que parten a las 8h, a las 11h, a las 14h y a las 16h y el ticket cuesta solamente 2 GEL. Después si quieres visitar desde aquí el Monasterio de Motsameta deberás tomar un taxi si tienes suerte por unos 10 GEL o bien hacer los 6 kms que separan a ambos monasterios caminando, como pude ver hacer a algunos viajeros bajo un calor abrasador. Y por último tomar otro taxi desde el Monasterio de Motsameta hasta Kutaisi, que está a unos 8 kms, donde te suelen pedir unos 15 GEL, así que al final se pierde demasiado tiempo y personalmente pienso que lo mejor es negociar directamente con un taxista.

Así que me voy directamente para la parte trasera del Teatro Meskhishvili fingiendo que voy a tomar una marshrutka porque sé que justo al lado se ponen los taxistas para captar clientes ya que lo vi el día que llegué a Kutaisi y pasé por allí para visitar el Monasterio de Bagrati, me aborda el primer taxista y me dice si quiero visitar los monasterios, le digo que si pero que voy en marshrutka, así que se hace el listo conmigo y me dice que las marshrutkas no llegan hasta allí cuando le digo que es todo lo contrario, me ofrece llevarme por 50 GEL y le digo que ni hablar, me baja hasta 30 GEL después de un rato y yo me planto en 10 GEL (lo típico hubiera sido cerrarlo por 20 GEL y todos contentos pero no me mola que me engañen en mi cara), así que le digo que no y cuando hago el amago de buscar mi marshrutka se me acerca otro, primero me advierte que no fume por allí porque la policia puede poner multas por tirar colillas al suelo (no sé si es verdad o no pero en este país la policia es muy corrupta), así que me ofrece que fume dentro de su taxi. El taxista es el típico jeta que va de listillo, gordo y prepotente, pero me dice que ha escuchado la conversación y que me lleva por 20 GEL, pero yo me planto de nuevo en 15 GEL, así que accede a llevarme con la condición que no esté más de una hora de visita en cada lugar, así que acepto aunque después intentaría no hacerle mucho caso.

Nos ponemos en marcha, la primera visita es al Monasterio de Motsameta, ubicada en una zona montañosa en plena naturaleza, los viajeros llegan hasta el parking donde les deja su transporte pero mi taxista que es un zorro y ya está curtido en más de una batalla conduce por un camino de piedra y me deja prácticamente en la misma puerta del monasterio, ahorrándome unos 5 minutos de camino que me vienen muy bien. El Monasterio de Motsameta está alzada en honor a los duques de la región, Davit y Konstantin, es muy pequeña y data del S. VIII, sin embargo a pesar de ser muy pequeña su interior es maravillosa gracias a los bonitos frescos que se conservan relatando la vida de Davit y Konstantin.


















Aunque para cosa bonita fue la casualidad de encontrarme allí a una pareja de novios georgianos realizando su sesión de fotos para la boda, la novia era guapísima e incluso no dudaron en dejarse fotografiar por mi y pedirme que me hiciera fotos con ellos (espero que yo no salga en su álbum de boda), pero lo más gracioso fue el traje del novio donde los pantalones le iban algo cortos y encima no llevaba calcetines, así que la moda esta de la juventud de hoy en día de enseñar los tobillos no lo veo mucho para una boda, pero nos echamos unas buenas risas allí todos cuando se lo dije.

Me despido de ellos deseándoles mucha felicidad y me voy en busca de mi taxista, no he llegado a estar una hora y la primera parte del acuerdo con el taxista la he podido cumplir. Nos ponemos de nuevo en marcha, ahora hacia el Monasterio de Gelati, que se encuentra a solamente 6 kms de distancia y que llegamos en un momento porque mi taxista es un fitipaldi al volante (como la mayoria de georgianos) conduciendo con una mano a toda leche y con la otra hablando por el móvil, y para más inri después me entero cuando llegamos a Kutaisi que va siempre con gafas de sol oscuras porque solamente puede ver por un ojo.... pá habernos matao!!

Llego al Monasterio de Gelati, que junto a la de Bagrati en Kutaisi forman parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, data del S. XII y fue construida por el rey David IV, es bastante bonita y conserva unos frescos maravillosos pero la lástima es que actualmente se encuentra en obras de rehabilitación si no quieren que la Unesco la retire de su lista. Los interiores son bastante interesantes pero la lástima es su exterior con algún andamio. El complejo se divide en dos iglesias, la primera y más interesante por sus maravillosos frescos es la Iglesia de San Jorge (patrón de Georgia) y al lado hay otra iglesia más pequeña y con menos interés que corresponde a la Iglesia de San Nicolás, ambas son gratuitas para visitarlas pero se aceptan donativos, pero yo contribuyo poniendo mis tradicionales velas y pidiendo mis deseos. Aunque la visita es muy recomendable y no puedes irte de Kutaisi sin visitarlas, si que es cierto que el hecho de encontrarse en rehabilitación le hace perder un poco de encanto y misticismo al lugar.





























De nuevo voy en busca de mi conductor, esta vez he estado una hora aproximadamente y hemos cumplido lo acordado y así se lo hago saber al conductor que chapurrea algo de un inglés básico, así que de camino a Kutaisi que se encuentra a unos 16 kms de distancia y con lo rápido que va, le pido como favor si me puede llevar a los exteriores del nuevo Parlamento de Georgia para hacerle un par de fotos desde fuera y ya está, un edificio bastante futurista y que causó bastante revuelo entre los georgianos por la cantidad de dinero derrochado en su construcción mientras el país se ve inmerso en la pobreza y el hambre entre su población, y es que hay que recordad que el Parlamento de Georgia se encontraba en su capital Tbilisi, en plena avenida Rustaveli, y desde el año 2012 el nuevo edificio del Parlamento de Georgia se encuentra en Kutaisi, donde meses antes de mi visita ya hubo bastante revueltas y manifestaciones con cargas policiales cuando los georgianos salieron a manifestarse contra toda la corrupción que hay en el país (ya podíamos aprender en nuestro país de ellos y salir a luchar por nuestros derechos).


Después de una breve parada nos vamos zumbando por las calles de Kutaisi hasta llegar de nuevo a las inmediaciones del Teatro Meskhishvili, le pago los 15 GEL acordados mientras el taxista me dice que me estire más, pero la realidad es que no me queda casi dinero desde que cambié el primer día que llegué en el aeropuerto de Tbilisi y no quiero cambiar mucho porque esta noche me voy para Armenia y cuando vuelva de nuevo a Georgia voy a pasar muy poco tiempo, así que tengo que pensar muy bien cuánto quiero cambiar para no traerme dinero de vuelta a casa.

Son las 13:30 pasadas y ya tengo visitado todo lo más importante, todavia no quiero irme para Tbilisi porque no quiero estar esperando muchas horas en la estación de trenes, así que aprovecho para irme a una terraza y tomarme algo que ya me lo he ganado, y poco después comer algo antes de que se me haga muy tarde.




Sobre las 15h de la tarde doy por finalizada mi estancia en Kutaisi, una pequeña ciudad que me ha gustado más de lo que esperaba y personalmente pienso que es un imprescindible en cualquier viaje a Georgia por lo que ofrece la ciudad y sus alrededores. Me voy para mi alojamiento, recojo mi mochila y me despido de su personal y a unos 100 metros hay una parada de bus, así que espero que llegue el número 1 para que me lleve de nuevo a la ruinosa estación de autobuses, donde después de esperar unos 20 minutos a que se llene la marshrutka ponemos rumbo hacia Tbilisi, esperando que no haya ningún contratiempo por el camino.

Pasadas las 20h de la tarde llegamos a la estación de Didube en Tbilisi, tomo el metro como en otras ocasiones y me voy para la estación central de ferrocarriles, antes aprovecho para comer algo en las inmediaciones y comprar algunas cosas en un Spar para pasar la noche, que será larga. Sobre las 21h ya estoy esperando en la estación, mi tren en principio llega desde Batumi (lo podría haber tomado en Kutaisi) a las 22:15h de la noche, así que me falta una hora de espera, de momento el día ha salido bien y no he tenido que sufrir por perder el tren, ahora solamente falta esperar que llegue a su hora.


Mientras me voy para el andén a esperar el tren y preparar toda mi documentación se me acerca un señor mayor, apenas habla inglés y me pregunta si voy para Yerevan, me dice que él también pues es armenio y como puede me empieza a explicar cosas de su vida pero solamente consigo acertar que es dibujante (me saca una carpeta con unos dibujos muy bonitos) y que sufrió muy de cerca el genocidio armenio por parte del imperio otomano, la actual Turquía.

Después de un intenso día y con un ligero retraso hace aparición el tren sobre las 22:40h, busco mi vagón y mi litera en compartimento abierto y sin puertas, presiento que no me voy a aburrir nada y que la noche será larga pues soy el único extranjero y toda la gente se sorprende al verme, muchos vienen a saludarme y a chapurrear algo conmigo mientras mis compañeros de litera son dos georgianos (padre e hijo) y una chica armenia, Marian, que por suerte habla bastante bien inglés y será mi ángel de la guarda esta noche, pues gracias a ella que me hace de traductora puedo tener conversación con muchísima gente y eso hace también que la gente no pare de ofrecerme comida para cenar, la mayoria son personas humildes con un corazón muy grande que hace que seamos una única familia allí todos juntos, experiencias que suceden viajando y que no se olvidan jamás.

El diario de viaje continúa en el post de Armenia con toda la información viajando por el país en los próximos 8 días, un destino altamente recomendable y en el que volví encantado también, mucho más tranquilo que Georgia pero si tuviera que decidir que país me ha gustado más, me quedo con éste último.

DÍA 10.- TBILISI - ESTAMBUL

Después de mi experiencia visitando Armenia donde todo salió muy bien y como estaba previsto, llegué anoche de nuevo a Tbilisi sobre las 21h de la noche con el tiempo solamente para llegar a mi alojamiento (gracias a Natalia por esperarme hasta esas horas), salir a dar una vuelta para despedirme de Tbilisi por la noche y hacer algunas fotografías aprovechando que es viernes y hay un ambientazo increible, y pararme en el Spar a comprar algo rápido para cenar, pues esta noche tengo que hacer de nuevo la mochila y dejarla preparada ya que mañana toca volver para casa por la tarde pero quiero aprovechar la mañana para terminar de visitar lo que tengo pendiente, que son algunas visitas.











Por la mañana me despierto pronto para aprovechar el día, mi vuelo está previsto que salga para Estambul a las 17:15h de la tarde con una escala de algo más de una hora en suelo turco y enlazar mi otro vuelo para Barcelona, donde tengo previsto llegar sobre las 23:30h de la noche, así que me he propuesto visitar lo que tengo pendiente de Tbilisi hasta las 12h del mediodía aproximadamente, hora de hacer mi check out en el hostel para después irme hacia el aeropuerto. A las 07h de la mañana ya estoy pateando las calles de Tbilisi, lo bueno es que estoy alojado en pleno centro de la ciudad vieja y lo tengo todo muy cerca, así que mis primeras visitas será a los bonitos rincones que esconde Old Tbilisi, sin gente ni turistas a estas horas de la mañana, una ciudad a la que no le gusta demasiado madrugar.


















Al margen izquierdo de Old Tbilisi, y apenas a 10 minutos caminando siguiendo el cauce del río Kurá, los fines de semana por la mañana organizan un pequeño mercado de pulgas (los conocidos como Flea Market), que el de Tbilisi se llama Dry Bridge por su ubicación justo encima del Puente Seco y las calles paralelas, un pequeño mercado donde venden todo tipo de cachivaches curiosos e ideal para coleccionistas o nostálgicos de las antigüedades, donde se pueden encontrar todo tipo de reliquias de su pasado comunista como pasaportes antiguos, billetes y monedas, figuras de Stalin o Mao, o incluso máquinas de escribir obsoletas para nosotros pero que funcionan perfectamente, la verdad es que aunque no se compre nada es muy interesante de visitar y echarle un vistazo.











Toca despedirse de la zona, me hubiera gustado traerme algún recuerdo curioso de mi visita por el Dry Market pero no hay nada que atraiga especialmente mi atención, y lo poco que me gusta es muy voluminoso y no quiero complicaciones en mis últimas horas de viaje. Deshago el camino para volver a Old Tbilisi y os recomiendo echar un vistazo en los grafitis que hay en el paso a nivel, aunque días atrás ya estuve visitando algunos por la zona de Marjanishvili, éstos no están nada mal y son muy curiosos, aunque también te das cuenta hasta que punto hay tanta pobreza en Georgia cuando ves a tanta gente durmiendo allí mismo, aunque el gobierno quiera disimularlo para atraer el turismo y formar parte de la Unión Europea lo más pronto posible.










Ya estoy de nuevo en Old Tbilisi, la ciudad se empieza a despertar tímidamente pero los comercios no tienen mucha prisa en abrir, de hecho muchos de ellos no abren hasta las 10h en adelante, así que me voy a mi última visita importante que tengo pendiente y que había dejado para el día de hoy a pesar de tenerla tan cerca y pasar tantas veces por delante, la Catedral de Sioni, que ha sido reconstruida varias veces siendo esta última del S. XIII y debe su nombre porque en sus tiempos a las iglesias de Georgia les ponían nombres de iglesias de Tierra Santa, siendo ésta en honor al Monte Sión de Jerusalén, donde se encuentra la Iglesia de la Dormición de la Virgen María, que tuve la suerte de visitar durante mi roadtrip por Israel y Palestina.









Después de decenas de iglesias y catedrales ortodoxas visitadas durante este viaje de más de tres semanas, me despido visitando la Catedral de Sioni poniendo unas velas como ya es tradición cada vez que he visitado cada una de ellas (las velas se compran en las mismas iglesias y suelen costar céntimos, dependiendo de su tamaño). No tengo mucho tiempo pero para despedirme de la ciudad y del país no hay mejor manera que hacerlo exactamente igual que cuando llegué mi primer día a Tbilisi, tomando el teleférico y despedirme del país y de la Kartlis Deda desde las alturas, así que me voy para el Rike Park y subo en el siguiente teleférico, agotando así el saldo de mi tarjeta Metromoney, que me ha cundido bastante.










Aprovechando que estoy en la zona me voy a hacer una breve visita a su jardín botánico, no es que tenga demasiado interés en el mundo de las plantas, sino visitar la Cascada Leghtakhevi, que me recomendó anoche Natalia, la dueña de mi hostel.


Lástima que no tengo tiempo para visitar el Parque de Atracciones de Tbilisi que se encuentra muy cerca, y más teniendo en cuenta que Natalia me ha dejado una tarjeta de transporte para llegar hasta aquí sin que tenga que pagar nada, pero el tiempo es el que es y aunque tampoco era una preferencia para mi, si me hubiera sobrado algo de tiempo hubiera subido a darme una vuelta por allí y disfrutar de sus maravillosas vistas a la ciudad.

La bajada desde Narikala la hago esta vez bajando a pie, primero porque me gusta andar y son solamente 5 minutos bajando por unas escaleras sin ningún tipo de esfuerzo, y segundo porque como decía anteriormente, ya no tengo saldo en la tarjeta y no me apetece recargarla solamente para un trayecto, así que por el camino voy descubriendo otros rincones poco visitados de la ciudad mientras me voy despidiendo del país que tanto me ha sorprendido.























A las 12h llego a mi alojamiento con el tiempo justo para hacer el check out, cuando voy a pagarle a Natalia mi estancia y devolverle la tarjeta de transporte que me dejó anoche tiene el detallazo de decirme que puedo hacer el check out a la hora que quiera que no me va a cobrar nada más, así que se lo agradezco y aprovecho para meterme una ducha y cambiarme de ropa después de estar toda la mañana pateando la ciudad, y bajo por última vez al supermercado Spar a gastar mis últimos laris, ya que aparte del bus hacia el aeropuerto creo que no voy a gastar nada más y no quiero llegar a casa con mucho dinero de vuelta. Finalmente a las 13h hago el check out, me despido de Natalia prometiéndole que algún día volveré de nuevo por lo bien que me he sentido en su alojamiento y me voy en dirección a la Tavisuplevis Moedani para despedirme por última vez de San Jorge, y de allí un corto paseo de 5 minutos hacia la parada de autobús, que se encuentra muy cerca del paso a nivel y del Teatro de las Marionetas.









El bus 37 llega después de estar unos 20 minutos esperando en la parada, el trayecto hacia el aeropuerto se me ha hecho un pelín pesado entre tantas paradas y finalmente he llegado al aeropuerto poco antes de las 15h, me sorprende que la zona de facturación de Turkish todavia no está abierta ni anuncien el vuelo en las pantallas, así que he matado el rato por allí como he podido. Al final han abierto facturación y las colas son enormes, me sorprende que algunos viajeros puedan facturar y a otros les hagan pasar por otra ventanilla pero no le doy la mayor importancia, lo que veo es que las colas avanzan muy lentamente y después tocará correr a pesar de haber llegado con mucho tiempo de antelación al aeropuerto.

Cuando por fin me toca a mi me dicen que no puedo facturar y que tengo que pasar por la ventanilla de atención al cliente de Turkish, cuando les pido explicaciones me dicen que el vuelo que nos tiene que llevar a Estambul todavia no ha aterrizado y que lo hará con retraso, por lo que perderé mi conexión en Estambul para volar a Barcelona. Al principio me pillo un rebote importante porque mañana tengo comida familiar y el lunes tengo que estar en Barcelona si o si por un tema personal, así que me pongo en la fila de los damnificados y veo que somos un montón, la mayoria un gran grupo de suizos que viajan con un touroperador y que también van a perder su conexión a Zurich por culpa del retraso. Delante mio van una pareja de italianos que viven en Barcelona, empezamos a hablar y nos deseamos la mayor de las suertes. Cuando por fin nos toca, un amable trabajador de Turkish nos comenta la incidencia y nos pide el pasaporte, nos dice que en vez de volar esta noche a Barcelona lo haremos mañana por la mañana en el primer vuelo que sale a las 06h de la mañana, y que no nos preocupemos porque aparte del cambio de vuelo tenemos incluido el alojamiento para esta noche en Estambul en el Hotel Pullman Istanbul de 5 estrellas y todos los traslados desde/hacia el aeropuerto.

Sorprendido y contento por el trato exquisito recibido por parte de Turkish y teniendo en cuenta que mi última experiencia que tuve con ellos en la vuelta de mi viaje a Iran no fue muy agradable, y valorando muy positivamente el cambio de planes porque inicialmente era llegar sobre las 04h de la mañana a mi casa y bastante cansado, con el cambio de vuelo voy a llegar sobre las 10h de la mañana pero algo más descansado, cenado y duchado, así que facturo ahora si mi mochila y me voy junto a Matteo y Francesca (los italianos) a esperar nuestro vuelo en la puerta de embarque, previsto para las 17:30h de la tarde y finalmente lo hacemos a las 19:15h, aunque otra mucha gente no ha corrido la misma suerte que nosotros y se han tenido que buscar la vida con su familia al llegar al aeropuerto de Estambul.

Una vez aterrizados en Estambul nos están esperando en la puerta, nos llevan a las oficinas de Turkish y nos tramitan nuestra estancia de una noche en el país, nos acompañan a un shuttle privado y ponemos rumbo a nuestro alojamiento de 5 estrellas, ubicado muy cercano al antiguo aeropuerto de Atatürk y un poco lejos del nuevo aeropuerto. Una vez en recepción nos asignan nuestras habitaciones y nos dan un voucher gratuito para cenar en el buffet libre del hotel que es espectacular, pero nos dicen que vayamos rápido a cenar porque en menos de una hora cierran la cocina. Después de cenar nos quedamos los tres un rato charlando en la cafetería del hotel mientras nos tomamos unas cervezas Efes hasta que nos dan las 02h de la mañana, así que nos retiramos a descansar algo porque a las 03:30h tenemos que estar en recepción para volver a subirnos al shuttle que nos lleve al aropuerto de vuelta.



Después de una maravillosa ducha me meto en la cama a descansar algo, una lástima que con la pedazo de habitación que tengo para mi solito no haya tenido más tiempo para descansar más, pero a las 03:30h ya estamos de nuevo en el shuttle camino del aeropuerto, donde llegamos después de un trayecto de unos 25 minutos. Pasamos los controles sin problemas y poco después nos vamos a desayunar algo en el mismo lugar que lo hice cuando tenía que tomar mi vuelo hacia Tbilisi, y poco después nos vamos hacia nuestra puerta de embarque, donde está previsto que salga nuestro vuelo a las 06:15h de la mañana hacia Barcelona.





El trayecto de vuelta me lo paso hablando con mi compañera de asiento, una chica que acaba de volver de Indonesia y nos pasamos las 3 horas hablando sobre viajes y destinos, hasta que llegamos a Barcelona en la hora prevista, me despido de Francesca y Matteo con la intención de volver a vernos muy pronto y yo me voy para casa, que después de más de 3 semanas sin ver a la familia encima hoy tenemos comida y celebración familiar, no puedo pedir más.

Han sido más de tres semanas maravillosas viajando por unos destinos que hasta hace un par de años no me llamaban demasiado la atención o que no los tenía muy arriba de mi inacabable lista viajera, destinos que me han sorprendido muy gratamente y que en general me han dejado muy satisfecho y muy lleno, algo que no me acababa de ocurrir en mis últimos viajes, será por la gente tan fantástica con las que me he cruzado o simplemente porque iba con muy pocas expectativas porque decidí el destino un par de meses antes de partir, pero la realidad es que me ha sorprendido muchísimo y me ha encantado, así que recomiendo la visita a toda la zona del Cáucaso antes de que se ponga muy de moda, sobretodo si os gusta la historia, la arquitectura, y sobretodo, la naturaleza y el senderismo.

Madloba, Georgia!!!